One-shot Maldita sea (Ulquiorra)

Tema en 'Bleach' iniciado por Sumiiko, 10 Septiembre 2015.

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    Sumiiko

    Sumiiko Iniciado

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    Escritora
    Título:
    Maldita sea (Ulquiorra)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    505
    Ulquiorra se recostó contra la gran pared de la torre, blanca y reluciente. Levantó despacio la cabeza y observo la luna, opaca y oscura. Suspiro y cerró los ojos, abatido y confuso. No entendía lo que estaba pasando. No entendía esos sentimientos y sensaciones que estaba sufriendo. Los cambios le turbaban la mente y le mantenían aletargado e indefenso. No le gustaban las cosas desconocidas. Se palpo el pecho despacio, aún con los ojos cerrados. Trago saliva. El agujero aún estaba ahí. Seguía siendo un monstruo. Seguía siendo un espada. Seguía estando maldito, condenado a la masacre, a arrancar almas de cuerpos, a alimentarse de energía y muerte. Abrió los ojos y la luna se reflejó en ellos. Esos enormes ojos verdes que tanto poder le proporcionaban. Los maldijo, una y otra vez. Se cubrió la cara con las manos, con gesto melancólico. “Maldita sea” repitió esas palabras, cada vez más alto hasta que lo único que consigo articular fue un grito sordo, desgarrador y profundo. “Maldita sea”. Dejó caer los brazos a ambos lados del cuerpo y se quedó ahí, agotado e inerte, durante minutos que se hicieron horas y horas que se hicieron días.

    ……………………………

    Avanzaba despacio por el oscuro pasillo, iluminado únicamente por la luz de la luna, que se filtraba a través de las ventanas. Siempre acababa en ese largo e interminable pasillo, recorriendolo de un tramo a otro, siempre deteniéndose en la puerta que quedaba justo en la mitad del recorrido. Siempre posaba la mano en ella y se quedaba ahí, estático, empapandose con la energía que emanaba la persona que se encontraba al otro lado, incapaz de abrirla. Incapaz de romper la barrera que se creaba entre los dos. Incapaz de dejar de lado lo que él era, lo que estaba destinado a hacer y lo que haría.“Maldita sea” Sin darse cuenta, dio un fuerte puñetazo a la puerta, provocando un sonido seco, que rebotó en la paredes del desierto pasillo. No recibió respuesta del otro lado, pero notaba la turbación de aquella extraña mujer. Sentía pena por ella, encerrada en esa pequeña habitación con el único propósito de provocar al Shinigami. Ella apenas tenía poder, apenas podía defenderse, pero tenía un corazón fuerte. Eso era lo que a Ulquiorra más le turbaba. Aquella mujer insignificante había roto todos sus esquemas. Había abierto un hueco en su alma y se había instalado allí, sin previo aviso ni permiso. “Maldita sea” Ulquiorra sentía auténtica curiosidad, eso era lo que él mismo se decía. Pero en verdad él sospechaba que no era curiosidad. No sabía identificar esas sensaciones, ese sentimiento repugnante que le acechaba en todo momento. Maldijo una y otra vez. Maldijo al cielo, al suelo, a la luna, a aquella mujer, pero sobretodo se maldijo a él mismo. Repugnancia, sentía auténtica repugnancia. Harto y cansado se dejó caer sobre la puerta y despacio, fue bajando hasta llegar al suelo. Se sentó de espaldas a la puerta, apoyado en ella. Cerró los ojos y dejó su cuerpo y alma descansar.
     
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    Tarsis

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    AYYYYYYYYYY, ¿curiosidad? Curiosidad tenía el ratón y el gato se lo comió. Jajaja, aunque sabes, no me imagino a Ulquiorra maldiciendo con lo poco que le he visto en el manga.
     

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