One-shot Maldita Guerra [This War of Mine]

Tema en 'Fanfics sobre Videojuegos y Visual Novels' iniciado por Borealis Spiral, 9 Diciembre 2015.

  1.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    4 Mayo 2010
    Mensajes:
    1,177
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Maldita Guerra [This War of Mine]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2982
    Para la actividad de Ichiinou de "Inside the Game"

    Maldita guerra
    Día 1

    Abrí los ojos, sobresaltada y desorientada. El ambiente se sentía fresco, lleno de hollín, oscuro, húmedo y sobre todo deprimente...

    Un segundo. ¿Dónde rayos se supone que estaba?

    Me alcé del suelo donde misteriosamente desperté y miré a mi alrededor descubriendo nada más que el esqueleto de lo que una vez había sido una próspera vivienda pero que ahora no era más que una sombra, un reflejo... No, ni eso, pues estaba prácticamente en ruinas. ¿Cómo era que había llegado aquí? ¿Qué era este lugar?

    Estruendosos ruidos me hicieron saltar del susto; sonoros y aturdidores ruidos que creí reconocer pero no era posible, ¿o sí? ¿Disparos, bombardeos? ¿Esos eran gritos de horror y agonía en la lejanía? Un miedo como el que nunca antes había experimentado se apoderó de mí. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué a pesar de no saber dónde me hallaba, en realidad el escenario me parecía extrañamente familiar? Escuché más sonidos, siendo ahora los de pasos al andar que hacían rechinar la frágil madera; luego vi que de cierta sección del piso, de una abertura en el mismo, surgía un hombre con barba, bigote y de anteojos, de ropa desaliñada y sucia. Se presentó como Bruno y dijo que antes de que la guerra estallara había sido chef e incluso había tenido su propio canal de televisión.

    Fue suficiente; no necesitó que dijera nada más ni yo tuve que preguntar otra cosa. AL hablar de él y de la guerra supe inmediatamente dónde estaba y el miedo a lo desconocido se convirtió en el más puro e insano terror. Tuve que apoyarme un momento en una de las destartaladas paredes para no venirme abajo, en tanto sentía que el color y la calidez decidían abandonar mi cuerpo. Estaba dentro de un videojuego; uno que desde mi perspectiva era de los más crueles y que jamás hubiese deseado tener la desgracia de vivir. This War of Mine. ¿Qué cosa del demonio había provocado esta calamidad? ¿Qué pecado o mal imperdonable cometí para que me hicieran esto?

    Mi anatomía entera empezó a temblar en grados desmedidos, pues supe que de aquí no seguía otra cosa que intentar sobrevivir a toda costa pese a las lamentables circunstancias. Yo junto a mis compañeros, uno Bruno y el otro, el sujeto que en ese instante se acercaba a nosotros, siendo más joven que Bruno en apariencia, de complexión más atlética y delgada. Él era Pavle y antes de la guerra había sido la estrella del equipo de fútbol local. Tuve que presentarme con ellos y di mi nombre aunque no les dije en qué ocupación u oficio tenía porque, bueno... en realidad daba igual. ¡Ni siquiera debía estar aquí en primer lugar!

    Éramos los tres en esa gran casa a punto de caerse en pedazos y teníamos que comenzar a buscar entre los escombros para ver si encontrábamos algo que nos fuera de utilidad; además de limpiar la zona lo mejor que pudiéramos dado que estaríamos viviendo en este sitio un largo rato... o eso esperaba yo. El resto del día nos la pasamos acondicionando el lugar, limpiando las pilas de basura y buscando suministros como madera, material de construcción, agua y demás. ¡Dios no! Era agotador y exigente en muchos aspectos.

    El hambre, el cansancio y el dolor que sentí conforme transcurrieron las horas me confirmaron que el asunto era más real de lo que me hubiese gustado que fuera. Mis ilusiones de que todo se tratara de una pesadilla se fueron a la fosa común, igual que todos esos cientos de personas que morían aquí a causa de la guerra y de la que seguramente me añadiría yo en algún punto. Sacudí la cabeza. No quería pensar en realidades que de pronto podían colocarse frente a mi rostro. Además, tenía una incertidumbre muy grande ahora que meditaba bien en esto. Si llegaba a morir aquí, ¿qué pasaría? ¿Volvería a casa? ¿Reiniciaría la partida como un videjuego normal? O...

    Las lágrimas me asaltaron ante e último pensamiento, pues tenía sentido; todo lo que había sentido hasta ahora había sido tan vívido y real que quién me aseguraba que la muerte no iba a ser igual de verdadera? ¡Dios mío, no! No quiero morir aquí, no quiero, no quiero. Lo admito, soy una inútil para esto de supervivencia, soy demasiado dependiente, soy una cobarde; confesaré lo que sea pero alguien sáqueme de aquí...

    Día 4

    Mi cuerpo se sacudía con espasmo incontrolables en tanto lágrimas incontenibles empapaban mi rostro. Me tragué algunas y el sabor salado mezclado con polvo y suciedad me revolvió el estómago dándome asco, y habría vomitado de no ser porque llevaba sin comer nada desde hacía un par de días.

    ¿Por qué estaba así? Porque Pavle no había vuelto de su rebusca nocturna y eso sólo podía significar que había muerto; alguien lo había matado. Y es que las noches pasadas él se había encargado de buscar suministros en un edificio vacío y en ruinas que estaba cerca de aquí, pero allí había más que nada materiales y a nosotros nos urgía comida, por lo que había optado por ir al supermercado. Sabíamos que allí había personas y tanto Bruno como yo le aconsejamos la mayor de las prudencias y discreciones, mas no había servido de nada. Pavle se había convertido en uno más de los innumerables cadáveres esparcidos por las calles.

    Me entró el pánico al comprender lo que seguiría a continuación: uno de los dos que quedábamos tendría que salir por la noche por recursos. Por desgracia, Bruno estaba un poco herido porque anteriormente intentaron robarnos y aunque no se llevaron nada porque él defendió nuestro territorio, se llevó algunos rasguños de cuidado. ¿Yo? Yo me había escondido en un rincón como la miedos que soy y ahora me sentía fatal por mi inutilidad, aunque no lo suficiente, pues cuando Bruno decidió que yo saldría esta noche, me negué con desesperación.

    Yo no quería ir; el miedo me atenazaba de tan solo pensarlo. Yo era torpe, lenta y no sabría defenderme si alguien llegaba a atacarme; mi sentido de supervivencia era nulo lo que me llevaría a ser la siguiente en la lista en perecer, estaba segura. No obstante, por más que lloré y supliqué, no tuve salida; era la opción más viable para darnos la mínima esperanza de vivir. Así que sin más remedio, en medio del llanto silente y con todo el pesar de mi corazón, sintiéndolo martillar en mi pecho y cabeza por el pavor, salí en mi expedición, sólo que yo no me dirigí al supermercado, pues no me arriesgaría a ponerme en peligro. Me dirigí a una iglesia cercana, rogando que no hubiera gente. Rebusqué en las afueras del edificio con gran sigilo, lo que se me complicó dado que era bastante ruidosa de por sí. Hallé muchos materiales y madera, mas nada de comida; por si fuera poco, la mochila se me llenó rápido. Tal vez debiera dejar algo y adentrarme más para encontrar algún alimento.

    Me acerqué a la puerta que daba acceso al interior de la iglesia y sufrí un mini paro cardíaco al escuchar pasos de personas ir y venir junto a algunas murmuraciones incomprensibles. Nuevamente, mis niveles sanguíneos descendieron hasta los talones y el aliento escapó de mí. ¡Había gente, había gente! Retrocedí con cautela aunque con presteza. No pensaba dar un paso más. Recordé a Pavle. ¿Cómo había sido su muerte? ¿Lo habían golpeado hasta el deceso? ¿Le habían disparado? ¿Había sufrido mucho? ¿Sufriría yo cuando llegara mi turno? No iba a averiguarlo esa noche, así que me alejé de allí, retomando mi camino a casa. Al menos llevaba cosas importantes, así que Bruno no podía estar molesto conmigo, ¿cierto?

    Día 7

    Estaba tan feliz que casi lloré de alegría; nadie podía imaginarse el contento que sentía. Después de noches de terrible desasosiego colocada sobre mis hombros cada que iba por suministros —no volví a la iglesia, sino que regresé al edificio vacío y en ruinas que Pavle no terminó de explorar—, después de constituirme una presa constante del horror, al fin una luz aparecía ante mí, una esperanza y auxilio a mi mente, que alivianaba mi carga, un salvador llamado Boris.

    Boris había tocado nuestra puerta pidiendo hospedaje porque en un bombardeo su vecindario, incluida su casa, quedó hecho escombros y nadie había querido recibirlo, pero nosotros sí. Después de todo, un par más de manos nos vendrían de perlas ahora que no estaba Pavle. Y es que Boris había decidido encargarse de ir a la rebusca, pues aunque era mucho más lento que yo, era grande y fuerte, sin contar con que su mochila era la más espaciosa de los tres, lo que nos convenía. Por supuesto, no me opuse a que él tomara las riendas de las expediciones nocturnas; me calmó el alma y me liberó de un peso enorme. Estaba con tan buen ánimo que ahora sí podría hacer lo que me manden siempre que sea dentro de la casa. ¡Podemos sobrevivir! ¡Sí podemos! Cielos, ¿cómo iba a pagarle esto a Boris?

    Día 8

    No creí que la oportunidad de pagarle a Boris su llegada se hiciera presente tan rápido, pero así fue. Anoche había ido a su primera rebusca estando con nosotros; fue a la iglesia, donde fui yo la primera vez, sólo que él si entró hasta donde estaban los refugiados y lo atacaron. Claro, su sentido de supervivencia lo llevó a defenderse, por lo que al final mató a un par de tipos. Ahora, Boris estaba muy deprimido y de su boca no salían más que palabras desagradables, desagradables pero ciertas.

    Tenía razón. Todos nos habíamos despojado de nuestra humanidad a causa de esta guerra, nos habíamos vuelto unos desesperados sin escrúpulos, éramos como animales al matar por sobrevivir. ¿Pero qué más hacer? Era los demás o nosotros; o les quitábamos su sustento y les robábamos menguando su oportunidad de vivir o moríamos nosotros. Ya lo he dicho, yo no sería capaz de llegar a tales extremos por recursos, no había querido tomar una decisión si el momento de la encrucijada se hubiese presentado ante mí, así que agradecía que fuera Boris a quien le tocara. Lo sé, era egoísta hasta más no poder, pero era lo que sentía.

    Sin embargo, tampoco podía estar feliz ni podía consolarlo diciéndole que hizo lo correcto; simplemente no era capaz. Me sentía tan culpable como él, pues yo también era partícipe del derramamiento de sangre inocente por aprovecharme de las cosas robadas. ¿Pero entonces qué? ¿Tenía que rechazar estos víveres y dejarme morir a propósito? Tampoco deseaba eso, no cuando todavía no sabía lo que implicaba dejar de existir en este lugar. ¡Todo era tan difícil!

    Al final, Bruno terminó consolándonos a los dos.

    Día 11

    Por la mañana oímos en el radio noticias espantosas: ha estallado la delincuencia en la ciudad. Por la noche corroboramos las nuevas. Nos atacaron y se llevaron algunos alimentos y cosas básicas. Bruno fue herido gravemente al intentar defendernos, pero no pudo hacer mucho. Me sentía una carga; no conseguí hacer nada para ayudar. Bruno se quejaba y maldecía a los maleantes mientras que yo... yo hago lo mismo en mis adentros. ¿Pero de qué valía? Estábamos desprotegidos por la noche sin Boris que no dejaba de salir a buscar recursos. No había forma de evitar los ataques. ¿Y acaso teníamos derecho de intentarlo siquiera? ¿Cuántas veces hicimos lo mismo con otros? ¿Cuántas personas fueron víctimas de nuestros propios actos de delincuencia? ¿No era natural que nos pasara lo mismo? ¿A cuántas personas les arrebatamos su esperanza de vivir? ¿A cuántas habíamos asesinado ya? Esta maldita guerra era lo único que traía; dolor, apatía, abatimiento, heridas y muerte. Era un círculo vicioso de los más dañinos.

    Día 15

    Bruno estaba muy mal, temía que no sobreviviera. Los asaltos no se habían detenido, seguíamos perdiendo cosas valiosas y aunque Boris recuperaba mucho en sus salidas, no teníamos vendajes ni desinfectante. Había que evitar que Bruno siguiera sangrando o moriría inevitablemente. Estaba tomando medicamentos herbolarios para evitar grandes infecciones, pero no era suficientes y el hospital aun no estaba disponible, pues las patrullas rebeldes merodeaban por allí. Yo no podía dormir en la noche a causa del temor de los ladrones y porque Bruno se quejaba y gemía del dolor. Temía morir, yo temía que muriera. Al final, todo radicaba en el miedo y sus derivados. ¿Qué haríamos si Bruno nos faltaba? Era el único que sabía administrar la comida sin utilizar demasiadas cosas para hacer buenos platillos No, no podíamos prescindir de él. Debíamos salvarlo; necesitábamos vendajes y demás. ¡Por favor, Boris! Encuentra algo que nos ayude a salvarlo.

    Día 17

    Volvieron a atacarnos y esta vez fui yo quien resultó severamente lastimada. Bruno se había empeñado en poner resistencia a los maleantes a pesar de su mala salud y no pude permitirlo, así que me intenté defenderlo. ¡Qué estúpida fui! Alguien que nunca había sabido resguardarse por sí sola, que no tenía ni el coraje de levantar la mano contra otro, ¿qué iba a hacerle a unos tipos armados con palancas? No fui digna contrincante para ellos, así que me dejaron fuera de combate fácilmente, sangrando en varias partes, adolorida y humillada en mi amor propio, si es que todavía me quedaba algo de él. Para empeorar los asuntos, Boris estaba preocupado por mí; ya no simplemente cargaba con la mortificación de encontrar algo que ayudara a Bruno a mejorar, sino que me ayudara también a mí.

    ¡Qué frustración! ¡Me sentía tan impotente! Era una verdadera molestia. Echada en la cama, débil y temblorosa a causa de las fuertes punzadas, lloré en silencio por mi ineptitud e incompetencia. Lo sentía tanto, Boris, Bruno; en verdad lo lamentaba. Lo mejor sería que me dejaran de lado, no importaba. Deseé que Boris le encontrara vendajes a Bruno que era más herido y que no se preocupara por mí. Después de todo, Bruno le era más valioso que yo; él le convenía más que yo. Sólo esperaba que sobrevivieran ellos.

    Día 21

    Burno se había marchado llevándose consigo cosas indispensables, entre ellas los vendajes, medicinas y objetos de esta índole que con tanto esfuerzo Boris había adquirido para todos. Estoy en estado de shock; no puedo creerlo... no quiero creerlo. Nos ha dejado a nuestra suerte y más pobretones que nunca. ¿Por qué? Lo habíamos cuidado lo mejor que pudimos, velamos por su bienestar, nos apoyamos mutuamente, dejé que me hicieran daño en su lugar, Boris se desgastó noche tras noche por encontrarle lo que necesitaba. ¿Por qué nos había dado la espalda de aquella forma tan despiadada? ¿Por qué nos abandonó? ¿Qué sus heridas no eran excesivamente graves como para no poder caminar? ¿Prefirió arriesgarse en su estado delicado que seguir aquí? ¿Vio más posibilidad de sobrevivir afuera o en otro lugar que aquí?

    Lloré su partida no porque estuviera triste, no; estaba decepcionada, furiosa, indignada. Después de todo lo que habíamos pasado juntos se había atrevido a apuñalarnos tan cruelmente. En ese momento lo odié como no jamás lo había hecho; no podía creer que existiera gente tan baja. Boris estaba deprimido, casi abatido, yo estaba hasta el fondo de mis límites, apenas podía moverme, mis heridas empeoraban y no había recursos para cuidarlas. De pronto lo vi claro. Íbamos a morir, no lo conseguiríamos por mucho más tiempo, muchos menos si los asaltantes se presentaban otra vez; lo de Bruno nos había dejado en la más completa miseria. Y entonces me pregunté si Bruno había hecho lo correcto. Tal vez, no había visto esperanzas aquí y se fue a buscarlas en otro lugar. Quizás eso fuera lo que necesitáramos hacer también.

    Pero yo ya no podría irme de aquí. Pensé en Boris. Él aún tenía chanza de irse, buscar una mejor oportunidad de vivir. Me asustaba que me dejara sola, pero tal vez era lo que mejor para él y estaba segura de que lo estaba pensando también. Si me abandonaba, no iba a culparlo ni a guardarle rencor, eso es seguro.

    Día 22

    Boris no se había ido y eso me hacía muy feliz; se lo agradecía inmensamente. No tenía voz para decírselo, pero en verdad apreciaba el gesto. Era sin duda un buen hombre, noble y generoso, pues a pesar de todo seguía en su empeño de buscarme vendajes para las heridas. El hospital finalmente había quedado libre de guerrilleros, así que esta noche partió para allá. Estaba preocupada porque la zona seguía todavía muy vigilada y al tratarse del hospital local había muchos guardias, alertas a cualquier posible robo. No se había llevado nada para comerciar, por lo que estaba dispuesto a llevarse lo que pudiera.

    Sabía no estaba bien robar y menos de un lugar público abierto al que necesitara ayuda, pero no evité rogar mentalmente que tuviera cuidado y que volviera sano y salvo a casa, los vendajes no importaban ya, sólo quería que siguiera bien y que sobreviviera a todo esto infierno, sin mí, no importaba, pero que viviera.

    Pasé una noche terrible por la incertidumbre.

    Día 23

    Boris no regresó.

    Estaba sola y no podía ni moverme ya.

    Era extraño, pero sentía paz. Por primera vez desde que había llegado a este endemoniado lugar sentía una tranquilidad inmensa. Era como si las penurias se esfumaran por completo, las heridas no me molestaban siquiera. Ahora, después de pasar tantas noches en constante temor, inquietud e insomnio, una somnolencia desconocido me invadió por completo, así que sin luchar en contra, dejé que mis párpados se cerraran y me sumergí al sueño eterno.

    No has sobrevivido.
    Solo has sobrevivido 22 días.

    ¡Gracias por leer! ^u^
     
    Última edición: 9 Diciembre 2015
    • Me gusta Me gusta x 2
    • Creativo Creativo x 2
  2.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
    Miembro desde:
    10 Diciembre 2010
    Mensajes:
    2,063
    Pluma de
    Escritora
    Wow, que fea es la guerra y así como describes todo, creo que la protagonista vivió muchos días. Qué mal que Bruno los abandonara llevándose los más importante que tenían y al final Boris tampoco regresó.

    Nos vemos ewe TAM
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  3.  
    Twisted MaFx

    Twisted MaFx [No se me Ocurrió un Titulo]

    Sagitario
    Miembro desde:
    25 Julio 2014
    Mensajes:
    33
    Pluma de
    Escritor
    Me llamo la atención solo pro el hecho de Ser This War of Mine, creía que el juego no era muy conocido en Latinoamerica/España, pero veo que alguien lo conoce en este foro ademas de yo o3o.

    La verdad, describes muy bien lo que el juego intenta transmitir, la sensación de no poder hacer nada si algo sale mal, de que la guerra saca lo peor de las personas y de lo que sientes cuando alguien muere en el juego (Esto simplemente te llega al alma cuando pasa). Recreaste el juego desde el punto de vista de un personaje a la perfección desde mi punto de Vista, aunque personalmente a mi ningún integrante de los supervivientes me traiciono, o no se si simplemente es algo que decidiste añadir, de todas Formas, me gusto ese detalle. (Aunque para mi Bruno es mi Superviviente favorito).

    En cuanto vi que era de TWOM me puse su OST, si alguien lee esto antes de ver el Fic, le recomiendo encarecidamente que se lo ponga, le da incluso mas vida al fic :P.

     
    • Me gusta Me gusta x 1
  4.  
    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

    Cáncer
    Miembro desde:
    9 Noviembre 2011
    Mensajes:
    2,341
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Pues de primera mano no conozco el videojuego y tampoco me van tanto la forma trágica en la que se plantea todo, pienso que de esa manera siempre debe ser una guerra, debo decir que tampoco he tenido que tener un conocimiento pleno de eso, con esa narración en saltos de tiempo de cada hecho a terminado por quedar muy bien estructurada la historia en cada aspecto, esta muy bien descrito cada hecho y cada emoción de manera que conforme vas leyendo vas quedando inmerso en la historia y los hechos que narran a través de los ojos del personaje. Solo vi un dedazo en cuanto a lo técnico.

    8/10

    Agradece tu participacion y se despide tu amigable vecino y colega Fenix Parker.
     
    • Me gusta Me gusta x 2

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso