Mío por siempre

Tema en 'Relatos' iniciado por MrJake, 20 Agosto 2013.

  1.  
    MrJake

    MrJake Game Master

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    Escritor
    Título:
    Mío por siempre
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    943
    Me volvía loca. Él me besaba en el cuello con pasión, y yo me retorcía de placer con cada beso. La lujuria nos había arrastrado a la puerta de mi casa, de aquel bajo situado a las afueras de Madrid. Deseábamos sin duda entrar para culminar allá la noche, esa fantástica noche.

    Torpemente, cogí las llaves sin que él dejase ni un momento de pasar sus manos y sus labios por mi cuerpo, explorándome con pasión, comenzando ya a desabrochar el vestido negro que llevaba. Logré acertar en la cerradura, y dando algunos giros, abrí la puerta, entrando ambos caminando abrazados al unísono, como si fuésemos siameses que no pueden separarse. Nos miramos muy de cerca, respirando uno el aliento del otro. Y le dije, en voz baja, justo en su oído, haciendo que su vello se erizase:

    —¿Me quieres? —y seguí besando su cuello con pasión.

    Rió ligeramente, y entre jadeos, me contestó, mirando al techo con los ojos cerrados por el placer:

    —Te amo.

    Yo sonreí y le besé profundamente, mientras le despojaba de su molesta camiseta, y él hacía lo mismo con mi vestido. Comenzamos a caminar sin dejar de besarnos en ningún momento, dejando la ropa por el camino. Al llegar a mi habitación, caímos sobre la cama precipitadamente, quedando yo encima de él. Por un momento nos detuvimos, nos miramos, y yo le dije:

    —Quiero que estés conmigo siempre. Quiero que seas mío siempre.

    Él volvió a mirarme con esa sonrisa que me sacaba de mis casillas, que me hacía perder la cordura. Era la sonrisa perfecta.

    —Lo seré —me contestó sin dudarlo.

    Entonces yo me incorporé, quedando sentada sobre él. Alargué mi brazo hasta el cajón de la mesilla y agarré un pañuelo. Con mis dos manos lo estiré pícaramente. Después, del cajón agarré una cuerda que también le mostré, extendiéndola frente a él.

    —¿Qué quieres hacer con eso? —me preguntó juguetón.

    Yo sonreí.

    —Eres mío, ¿o no? —un pícaro asentimiento mordiéndose su labio al compás de éste fue suficiente para asumir que lo era—. Entonces déjame jugar…—y así, usé el pañuelo para taparle los ojos, y con la cuerda le até las manos. Comencé a besar su abdomen, y mi sumiso ahora se arqueaba ante aquellos besos.

    —¿Qué vas a hacerme ahora? —me preguntó pícaramente.

    —Ven —dije, mientras le agarraba del brazo para guiarlo fuera de la cama. Él me siguió torpemente sin visión ni manos disponibles.

    —¿A dónde me llevas, eh? —me preguntó con esa bella sonrisa de chico malo que me encantaba tanto.

    Entonces llegamos al punto exacto de la casa donde yo quería llevarlo. Palpé la pared y noté el pomo camuflado en ella, del cual tiré, haciendo que la secrete puerta se abriese, y mostrando detrás de ella otra puerta de tono verdoso con un cristal redondo en la parte alta: mi cámara frigorífica, mi tesoro.

    Abrí la puerta. El glaciar frío pudo notarse, más en el estado de casi absoluta desnudez en el que nos encontrábamos.

    —Dios, ¡qué frío! ¿De dónde…? —me preguntó, dando un paso inocente hacia la cámara. Aproveché para empujarle dentro de ella, e ipso facto cerré con fuerza la puerta y con el panel regulador de ésta puse al mínimo la temperatura. Las cualidades casi insonorizadas de la sala hacían que no pudiese oír con claridad los gritos preguntando por mi nombre y quejándose del frío de mi amado, que se veía tan lindo desde fuera, estremeciéndose por el frío, impotente por no poder ver nada ni usar sus manos, desnudo y frágil. Me volvía loca.

    Lo miré con ternura. Era el hombre de mi vida.

    Así, besé con cariño el cristal de la puerta contra la que se golpeaba mi hombre con toda su potencia muscular, tratando en vano de abrirla. El cristal se empañó con el insoportable frío de dentro de la cámara, viéndose tan solo el rojo de mi pintalabios desde fuera.

    Caminé así con lentitud hacia mi cama, y me recosté en ella, pensando en mi querido amor, en mi hombre. Al fin lo había encontrado.



    A la mañana siguiente, desperté emocionada. Había tenido un precioso sueño con mi querido príncipe azul, ¿cómo estaría?

    Me vestí y me acerqué pues a la cámara refrigeradora. Subí un poco la temperatura y abrí la verdosa puerta. Al hacerlo, vi en el suelo, completamente congelado vivo, a mi querido amor, con sus dientes hermosos luciéndose en una mueca de horror que era tan linda…

    Le despojé del gélido pañuelo y de las cuerdas que aún limitaban sus posibilidades. Sus ojos estaban desencajados, mirando inertes e inexpresivos hacia mí. Era muy romántico verle así. Con delicadeza, aparté la escarcha de sus tiernos labios y lo besé. Su frío contacto era agradable y refrescante. Mi hombre… lo amaba tanto.

    Lo levanté con esfuerzo y lo empujé hasta la pared, dejándolo allí, en posición sentada, junto a mis otros tres hombres: mi pequeño hermanito de quince años, mi padre, y mi mejor amigo. Y ahora, también estaba allí mi amor.

    Los miré con ternura, ¡era tan lindo cómo me miraban con sus ojos llenos de fragmentos de hielo! Sus helados y muertos cuerpos estaban allí, siempre conmigo. Ahora todos los hombres de mi vida estarían siempre conmigo.

    Ahora mi querido amor sería mío por siempre, como nos prometimos.

    —Te quiero — en su frío oído. Luego me incorporé y miré a mis queridos hermano, padre y amigo. Y les dije, sonriente—. Y a vosotros también.

    No tuve respuesta de ninguno de mis queridos hombres, pero sus gestos desencajados y sus miradas perdidas e inmóviles me valían para saber que ellos también me querían. Y ahora nada nos separaría, nunca.
     
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  2.  
    Kaladin

    Kaladin Warning: extremely loud fangirl

    Leo
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    Whoaaa~ Que cosa tan... ¿macabra? o.o Congelar a las personas que quieres... *escalofrío*
    Bueeno~ He de decir que en el principio he tenido cara de: "WTF??? o.o". Jajaj, y luego me reí por mi mente perver xD (¡ESTÚPIDA MENTEEEEEEEEEEE! Y estúpida inocencia, que te vas muy rápido ._./)
    Bueno, no noté faltas de ortografía, ta perfecto :3 Y tu narración está también perfecta *-* Y juro que me dio hasta frío... estar allí, congelada... Dios o.o
    Buenuuu~ No tengo nada más que añadir, salvo que está todo muy bien, te envidio (Nota mental: Necesito un beta-reader)

    ¡Sayonaraaa~!
     
  3.  
    Kohome

    Kohome Fanático Comentarista destacado

    Libra
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    Wow, simplemente, me encantó. Tu forma de narrar es excelente.

    Debo admitir que tuve mi momento de mente pervertida (creo que la gran mayoría de los que leyeron), y me puse a pensar a dónde terminaría dando el fic, y de repente... ¡Bum! Ese cambio macabro, ¡me pudo gustar tanto! Fue... no diré hermoso, sonaría sádica... pero no sé cómo describirlo, jeje.

    No tengo ni idea de qué más podría decirte.

    ¡Me encantó! Espero ver más cosas tuyas.
     

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