One-shot [LukaxLen]: Our Lie

Tema en 'Vocaloid' iniciado por Yoko Higurashi, 18 Julio 2016.

  1.  
    Yoko Higurashi

    Yoko Higurashi Usuario común

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    [LukaxLen]: Our Lie
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
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    1
     
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    2040
    Our Lie

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    ¿Nunca has sentido que los pasos que das son los equivocados sin importar a que dirección los guíes? En este momento siento que sin importar si voy hacía atrás o hacía adelante, podría caer en la desesperación y en el dolor de un amor no correspondido.


    ¿Puede el amor estar muerto antes de comenzar? ¿Se puede vivir en una fantasía? Si nuestras manos se entrelazan y siento el calor de tus labios recorrer mi ser, si tus lágrimas tocan mis mejillas y los gritos no paran, si todo se rompe y no puedo repararlo, ¿Qué puedo hacer? ¡Sólo dímelo! No quiero esto… acabe así.


    — ¡Esto está mal! ¡Todo! —grito en la desesperación mientras tú me miras fijamente, con una sonrisa plasmada como la ilusión de una pintura.


    — No, nada está mal —ella me mira fijamente— nosotros estamos perfectamente bien, nosotros somos felices.


    Las lágrimas recorren nuestros rostros en diferentes tiempos, ¿Por qué nos esforzamos en sostener lo ya roto? ¿Por qué nos esforzarnos en amarnos cuando somos espinas atravesando el corazón del otro? Simplemente no tiene sentido.


    — ¿Por qué? ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué!? —me lleno de ira rompiendo todo cuando encuentro mientras tú me miras sentada desde tu lugar. Sonríes y me molesta, veo las lágrimas bajar por tus ojos pero sigues sonriendo.


    Todo sale volando, todo se hace añicos, en mis manos y en mi interior, siento mi ser morir de desesperación, sentir que no puedo acabar con lo que me hace sufrir y tampoco tú. No sé porque seguimos así, no sé porque no podemos terminar y empezar de cero en otro lugar, no sé porque somos tan necios como para seguir en este sitio lastimándonos el uno al otro, y ni si quiera sé porque lo nuestro no se puede solucionar.


    — ¡Oh! ¿Vienes a visitar a Luka? —comenta Kaito, mientras sale de la habitación del hospital seguido por Gakupo y Meiko.


    — Sí… —respondo la voz baja mientras cargo un ramo de rosas.


    — ¡Qué lindo! —comenta Meiko mientras se cuelga del brazo de Kaito— ¿No hacen una pareja encantadora? —me sonríe, y su mirada se encuentra fija en mí.


    — Eso parece —sonríe Kaito mientras comienza a caminar con Meiko fuera del lugar.


    — Curioso… —comenta Gakupo— …es una cortada superficial, pero es curioso —su ojos se clavan en mí, como si quisiera matarme.


    — Fue un accidente —muevo el rostro a un lado, tratando de evadir su mirada.


    — Cuando desistí de ella, recuerdo haberte dicho que la cuidaras —escucho rechinar sus dientes mientras aprieta sus puños— parece que no puedes cumplir una simple promesa, enano.


    — Yo… —pero antes de que yo pueda decir algo, él se va sin darme oportunidad ni si quiera de defenderme.


    Mis pasos avanzan lentamente hacía aquella puerta, escucho un momento el silencio y decido entrar. Para encontrarla a ella con un ojo vendado mientras me mira con una sonrisa; su cabello se encuentra desordenado, y sus labios se miran resecos, la luz del sol la hace ver pálida y frágil mientras yo sólo me siento a su lado, lanzando suavemente el ramo de rosas sobre su regazo.


    — ¿Por qué no dijiste nada? —pregunto con la cabeza abajo.


    — ¿Sobre qué? —ella hunde frágilmente su nariz sobre las rosas.


    — Sobre que fui yo quien te lastimó —digo sin titubear.


    — Fue un accidente, ¿No? —ella no me mira, y no la obligo a hacerlo.


    — ¿Por qué simplemente no me dejas? —le pregunto sin titubear mientras mis manos se hunden, temblorosas, sobre las sábanas.


    — ¿Por qué lo haría? —su sonrisa tiembla, la venda de su ojo se humedece mientras del otro lágrimas salen— ¿No estamos perfectamente bien?


    — No… —hundo mi cabeza sobre sus piernas, humedeciendo con mis ojos las sábanas; ahí nos quedamos, en silencio, llorando en solitario mientras estamos juntos—…no lo estamos.


    ¿Cuál es nuestra canción? ¿Qué tipo de ritmo sigue nuestro amor? Como si nuestras manos tocaran las notas, al inicio nos sincronizamos y al final chocan nuestros dedos en una tormentosa melodía a la que no queremos ponerle fin. Yo sé que ella no es tan fuerte, yo sé que ella se está rompiendo como yo, sé que ella llora en silencio y se vuelve loca en su propio dolor, siento que lo mejor es dejarla y aún así siento que no puedo, que no quiero, porque mientras haya amor, todo es posible, ¿No?


    ¿No se suponía que lo nuestro iba a ser perfecto? ¿No se suponía que encontraríamos nuestro final feliz? Una vez superadas todas las dificultades, una vez sosteniendo nuestras manos para avanzar junto hacia el futuro, ¿No sé supone que ese es el inicio de la felicidad? Entonces… ¿Por qué? ¿Por qué estamos tan lejos? ¿Por qué pareciera que aquellas piezas que creían estar hechas la una para la otra, ahora no encajan? ¿¡Qué podemos hacer!?


    — Len… —me tiro al suelo al entrar a casa, ella se acerca y toca mi frente.


    — ¡Déjame! —golpeo su palma mientras cierro mis ojos y las lágrimas salen de ellos.


    — ¿Acaso tomaste? —veo sus ojos mirarme con tristeza, odio que me miren así, odio no poder hacerla feliz.


    — ¡Te dije que me dejes! —la miro, frunzo el ceño— ¡Ya te dije que no te importa! —y entre aquellos gritos siento como me abofetea.


    El amor que sentimos el uno por el otro, ¿Es acaso real o es una ilusión? ¿Por qué siento que cada paso que doy todo se desmorona? Siendo amable o cruel con ella, siento que nada está bien y que nadie es feliz; sea llevando rosas o encajando las espinas, siento que nuestro amor se marchita y no puedo hacer que eso se detenga, aún así ella no parece tener el valor de admitirlo, ¿O soy el único que se siente así?


    — ¡Tú no me quieres! —le grito, mientras me paro tambaleante.


    — ¿Qué dices? —ella aprieta su pecho con sus manos— claro que lo hago.


    — No, no me quieres… —digo con lágrimas en los ojos, mientras empiezo a reír— ¡Y tampoco me necesitas! —ella tapa sus oídos.


    — ¿Por qué estás diciendo esto? —ella comienza a llorar nuevamente, pero yo sigo hablando.


    — ¡Deberías olvidarme! —le grito otra vez.


    — Para… por favor —ruega mientras su voz se hace más débil— por favor.


    — Ya lo sabes —sonrío— ¡Tú ya no me importas! —y esa mentira sale de mi boca mientras ella se derrumba en llanto.


    Dicen que los borrachos siempre dicen la verdad, y quizá tengan razón, pero la verdad es que pienso que ella estaría mejor sin mí, que sería mejor si ella se diera cuenta y me dejara, que ella debería avanzar hacía su felicidad, esa que no le puedo dar. Cuando digo que ya no me importa, es mi forma de decir que quiero que se vaya, que me deje sólo, aunque sea en ella lo único en lo que esté pensando día y noche.


    Esa canción sigue siendo tocada, nuestros dedos dejan de buscar la armonía para golpear las teclas bruscamente en la desesperación de nuestros pensamientos y sentimientos ahogados en dolor. Tú lloras, yo lloro, sufrimos y ya nunca reímos, nos miramos con tristeza e intentamos consolarnos con mediocres besos de desamor, pero en cuanto te diga que todo esto está mal y no debemos continuar, tú dirás…


    — ¿Qué estás diciendo? —con una sonrisa— si nosotros estamos perfectamente bien.


    Lo peor es que soy egoísta, es que esa sonrisa siempre me llega a conmover y a hacer pensar que no estoy haciendo lo suficiente para estar con ella, que todavía podemos salvar lo nuestro, porque la verdad es que la amo, que la adoro, y nada atormenta más mi corazón que ver la falsedad de su sonrisa y la tristeza de sus ojos. El darme cuenta que sin importar que haga no puedo hacerla sonreír como antes, y que a su vez ella se niega a dejarme.


    — Que bonito lugar… —dice con una calmada voz mientras sostiene mi mano.


    — Pensé que te gustaría —caminamos por aquel jardín buscando un lugar para comer.


    — Gracias —ella me mira a los ojos y sonríe— ¡Esto me hace muy feliz, estar contigo! —y no puedo evitar pensar que es una mentirosa.


    Ella nunca me escucha, no importa cuántas veces le diga que lo nuestro está mal, ella no me da una solución y tampoco me puedo marchar sin saber porqué estamos fallando. Ella nunca admitirá que es infeliz conmigo y nunca confesará cuál es la razón, sin importar que haga o diga, esa es la verdad, nuestra verdad oculta en una perfecta mentira.


    — Nosotros estamos perfectamente bien —le sonrío y la miro— ¿Verdad?


    — Me da gusto que lo entiendas —ella sonríe mientras una lágrima recorre su mejilla izquierda.


    En la obscuridad, cuando ella se levanta y camina hacia la puerta, a veces me da miedo que ella empaque y se vaya sin decirme nada. Aún así la entendería, por lo que finjo estar dormido mientras la escucho, en un vaivén en que no sé si me dejará o se quedará, pero cualquiera de los dos resultados podría ser devastador para mi corazón.


    Entonces ella se vuelve a sentar al borde de la cama, a espalda de mí, yo me giro bruscamente y la veo admirar la Luna desde la ventana, la veo quedarse ahí varios minutos y la escucho sollozar. Me levanto y la abrazo por atrás mientras hundo mi mojado rostro en su espalda y los dos nos quedamos así, en silencio, tratando de negar la verdad que está frente a nosotros.


    — ¿Por qué no te vas? O si lo prefieres, yo podría irme —siento su cuerpo estremecerse entre mis brazos, aunque no puedo ver su rostro— vamos, sé que está situación es insoportable para los dos, y no creo que seas tan fuerte como para seguir aquí.


    — ¿Qué estás diciendo Len? —siendo gotas de agua caer sobre mis manos que aún la abrazan, mientras sus dedos aprisionan mi muñeca— si nosotros estamos perfectamente bien.


    Nuevamente esa mentira a la que siempre sucumbo como si fuera un feliz ignorante de sus sentimientos, me engaño y me embriago, porque pareciera que piensa que no puedo ver a través de ella, de su fachada. Así caemos nuevamente dormidos.


    No me quiere, un día lo entenderá, ni me necesita, esa no es más que la verdad, y sé que me olvidará, o deberías hacerlo. Porque simplemente esto, no le debería importar, porque no, no estamos bien.


    Si ella duerme, yo despertaré y me llevaré todo para que puedas olvidarme. Sea que realmente duerma o finja hacerlo, sé que no me detendrá. Todo está mal, de principio a fin, y lo mejor es dejarla ser feliz fuera de esta mentira, sé que deberé aceptar que ya no será mía y tal vez pertenezcas a alguien más que la valore mejor de lo que yo lo he hecho, como Gakupo, pero esa es la verdad absoluta… no estamos bien.


    La amo, más de lo que se imagina, tanto que me duele no poder hacerla feliz, que me duele desquitar mi frustración con ella, y verle sonreír mientras llora. Le amo tanto, que no soporto escucharla sollozar en las noches, que finjo dormir para dejarla ir, pero pareces un pájaro enjaulado que se niega a volar a su libertad, por eso debo ser yo quien marche.


    Me muero por dentro, más de lo que se imagina, me vuelvo veneno a su alrededor en mi propia agonía. Me duele pensar que un día, después de esto, nos encontremos y pueda al fin ver, otra vez, una sonrisa sincera en su rostro pero a causa de otro que no sea yo, aún así lo aceptaré si eso puede ser su verdadera felicidad.


    Sea una mentira, está es nuestra verdad, no estamos perfectamente bien y probablemente nunca lo estaremos. Se desborda a la vez que yo lo hago, muere lentamente en mis manos y no puedo salvarle, no puedo cumplir la promesa que alguna vez hice para ella.


    Espero me perdone por dejarle, por huir, pero sobre todas las cosas… por mentir. Nuestra mentira, mi verdad, entre todo eso, yo siempre le amé y amaré, y nuestra canción hoy por fin terminó.
     
    Última edición: 18 Julio 2016
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Es difícil cuando empiezas una relación que ya desde el principio sabes que está mal. Y sin embargo, lo ignoras, porque prefieres pensar que no es así con tal de estar con esa persona. Pero si la relación es tóxica, no hay nada que pueda hacerse el respecto y por mucho que se intente, esa relación acabará mal.

    Y eso es lo que se muestra aquí. Porque lo peor de todo es que, a pesar de que sabes que todo está mal, te aferras a una mentira y pretendes que está bien, porque te da miedo alejarte de eso que te hace mal, te da miedo huir. Y por eso muchas relaciones acaban tan mal, por alargar innecesariamente una mentira como esa.

    Me ha gustado mucho tu relato, expresas muy bien los sentimientos de angustia pero necesidad de la pareja. Como Luka quiere mostrarse bien cunado todo está mal y el porqué de que ninguno quisiera alejarse. La narración es fluida y lo único que te recalcaría es que, en las preguntas, después de coma, empiezan con minúscula, pues se sigue manteniendo esa regla a pesar de ser una interrogación. Por lo demás, no he visto ningún fallo.

    Sigue así ^^
     
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