El amor no ha acabado. HyeMi se encontraba sentada en el marco de la ventana, mirando cómo la lluvia caía. Estaba triste, en su rostro era más que evidente. Escuchó la puerta de su habitación abrirse, encontrándose con JungKook, su esposo. Observó cada uno de sus movimientos. El nombrado abrió la puerta del cuarto de baño que estaba dentro de la habitación para lavarse los dientes, salió para ir en busca de su traje y ponérselo para así ir a su trabajo, sin mirar en ningún momento a su esposa. Cuando JungKook terminó y se marchó de la habitación, HyeMi volvió a clavar su vista en la ventana, esta vez mirando hacía el dintel, para luego abrazarse a ella misma, a sus piernas mientras ocultaba parte de su rostro, quedando así sus ojos a la vista, mirando fijamente sus pies por sobre sus piernas, abrazándose más a sí misma mientras escondía todo su rostro, dejando escapar algunas lágrimas. Por otro lado, se encontraba JungKook en su cubículo de trabajo, tratando de ordenar algunos papeles para la presentación de debía dar, concentrado en arreglar algunos números que estaban equivocados en el informe casi instintivamente levantó su mirada de los papeles para centrarla en una foto que descansaba en su escritorio: Él sonriendo con mucha felicidad abrazando casi posesivamente a HyeMi quien también sonreía de felicidad. Él abrazándola con uno de sus brazos envolviendo toda su cintura y el otro envolviendo su cuello mientras ella tenía ambas manos sobre el brazo situado en su cuello. Dejó los papeles de lado y tomó en sus manos aquella fotografía de ambos, la observó por unos segundos antes de dejarla en donde estaba y volver a hacer lo que en un principio había comenzado. Al finalizar con su reunión, JungKook suspiró, liberando aquel aire que retuvo ante los nervios de que su idea para incrementar las ventas de su compañía sea desechada. Caminó a paso lento hasta su cubículo y empezó a guardar las cosas en sus respectivos lugares antes de tomar su maletín y su chaqueta, y empezar a caminar hacía su casa. Al llegar y abrir la puerta, se encontró a HyeMi sentada en medio del sofá que tenían en la sala, mirando una película que él sabía que ella adoraba: The Grand Budapest Hotel, sacada en 2014. Recordaba esa película, él solía verla a su lado, sin prestarle atención realmente porque se la regalaba a ella: cada detalle, todo lo que ella hiciera él quería verlo. Ella era su película personal, la que nunca se cansaría de ver... Miró el suelo, dejando que aquel sentimiento de tristeza lo invadiera, dejando que aquella nostalgia lo embriague de arrepentimiento. Y es que se sentía culpable por todo: por dedicarle tanto tiempo al trabajo, por descuidarla, por descuidar su matrimonio... Por alejarla. Por otro lado, HyeMi dejó de prestarle atención a la película cuando escuchó la puerta principal abrirse, haciendo paso a su marido. Miraba disimuladamente cómo es que su esposo la miraba para luego mirar el suelo, decidió hablar: -Te dejé la cena en el la mesa.- habló casi en un susurro, pensando que él no la escuchó. -¿No comerás conmigo?- vio cómo levantaba la cabeza para mirarla. -Ya comí.- dijo mientras se levantaba del asiento y se dirigía a la cocina.- Te serviré un poco en el plato para que puedas comer.- JungKook, luego de unos segundos después de que su mujer lo abandonó en la sala, se acercó a paso lento a la cocina, encontrándola siviéndole en plato un poco de Kimchi. Lentamente se acercó a ella y la abrazó por la espalda.- JungKook...- el mencionado no hizo nada, sólo se quedó así: aspirando su esencia, disfrutando de aquella cercanía que en dos años no ha sentido. La sintió voltearse, por lo que deshizo el agarre y la miró a los ojos, con ambas manos a sus costados y una mirada triste adornando su rostro. HyeMi lo miró y antes de que pudiera volver a hablar, JungKook la abrazó con fuerza, escondiendo su rostro en el cuello de la nombrada, caminando con ella hasta la nevera y acorralándola en ésta. Se alejó un poco de ella para poder verla a la cara, notando la confusión y la nostalgia en su rostro. Se separó un poco de ella para así poder tomar entre sus manos las mejillas contrarias, admirándola un poco antes de acercarse lentamente y besar sus labios como lo hizo la primera vez: lento, casi con miedo a lastimarla; con cariño, demostrando todo el amor que le tiene; y dulce, perdiéndose en la sensación de sus bocas unidas como si fuera la primera vez. Se separó de ella, uniendo sus frentes; él mirándola con los ojos ente-abiertos y ella con los ojos cerrados, conteniendo las lágrimas de felicidad al sentir la unión de sus labios como la primera vez. JungKook la volvió a abrazar, impulsando el cuerpo de HyeMi hacía arriba, haciendo que ella casi por instinto enredara sus piernas en la espalda baja de su esposo, éste tomando camino hacía su habitación, rocostándola a ella en la cama y recostándose él a su lado, mirándose en posición horizontal, con sus manos abajo de sus cabezas y sus piernas un tanto flexionadas. Se quedaron así hasta que el sueño les ganó, abrazándose como si no quisieran soltarse jamás antes de caer rendidos ante los brazos de Morfeo.
