Los Sacrificios Humanos de Alicia

Basado en la canción "Alice Human Sacrifice" o su verdadero título "Hitobashira Alice"
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“Oh, bienvenidos seáis todos vosotros, jóvenes y no tan jóvenes, niños y ancianos, mi nombre es Marjolaine Molyneux, y seré vuestra juglar esta noche. Veamos, con qué historia podría deleitaros..., ¡ah!, ya sé... la historia del pequeño sueño. Sentiros como en casa, tomad sitio, y estad atentos...”

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En algún lugar había un pequeño sueño, nadie sabía quién lo había soñado, pero era realmente un sueño pequeño. Un día, el sueño pensó:

“No quiero desaparecer, ¿cómo podría hacer que la gente volviese a soñarme?”

El pequeño sueño estuvo pensando y pensando, y por fin encontró la solución:

“Quizás debería hacer que las personas permaneciesen dentro de mí, crearían mi mundo... y así nunca desapareceré...”

La Primera Alicia♠​

Un campo de guerra, cuerpos sin vida y sangre por todo el terreno que hay a la vista, y en medio de ese sangriento paisaje, una mujer se encuentra de pie. De cabellos castaños al igual que sus ojos, una armadura plateada, manchada de la sangre de sus víctimas, al igual que su espada, y con la cabeza de algún desdichado aún en mano. Su mirada perdida en el horizonte, y una sonrisa macabra eran su única expresión.

Poco después soltó la cabeza y chupo de su mano aquel líquido carmesí, saboreándolo mientras de su interior empezó a salir una risa siniestra, que poco a poco fue aumentando su intensidad.

-No hay nadie en este mundo que sea capaz de vencerme, yo Meiko he conseguido derrotar a un gran ejército sin ayuda de nadie.- Exclamó aún riendo, mientras su expresión se volvía terrorífica.- Mataré a todo aquel que encuentre por delante.

El sonido que sus carcajadas provocaban, volvían a su oído en forma de eco, haciendo que su locura fuese aumentando. En cierto momento, empezó a caminar sin rumbo, pisando los cadáveres sin importarle en absoluto.

A lo lejos empezó a escuchar murmullos, y se puso su espada al hombro, dispuesta a comenzar otra batalla de nuevo, pero se sorprendió al ver a lo lejos siluetas de casas. Aceleró su paso para llegar hasta el borde de lo que parecía una ciudad, y se adentró en ella a través de uno de los callejones, que la llevó hasta una gran plaza, con una bella fuente decorando su centro.

-¡¿Qué significa esto, sueño!?, ¡esto no es lo que yo dije que creases!, ¡yo solo quería guerra!- Exclamó, algunas personas que pasaban se le quedaban mirando extraños, pero apartaban la vista cuándo la joven les miraba, con un tono de locura.

“Simplemente no me sirves...” Escuchó una voz infantil en su cabeza. “Tú no eres la verdadera Alicia...”

-Qué significa eso...- Dijo esta vez amenazante.- ¿¡¡Qué significa!!?... Ah, ya sé... ¿es una especie de prueba?- Empezó a reír de nuevo, esta vez con una locura mayor.- Entonces, tengo que hacer lo que siempre hago... simplemente...¡Tengo que matar!

Bajó su espada del hombro y empezó a segar con ella a cualquier persona que se encontrase, llenando el pequeño pueblo de sangre, mientras el eco de su risa y los gritos inundaban de un macabro júbilo a Meiko. No paró hasta asegurarse de que no quedaba nadie vivo, después se sentó en la fuente de la primera plaza que se había encontrado.

Después de unos segundos, decidió limpiar su espada, mientras tarareaba algo.

- La primera Alicia, una fuerte muchacha fue, con espada en mano se adentró en aquel país. – Se calló un momento, ¿desde cuándo conocía esa canción?, pero su voz volvió a salir sin que ella realmente lo quisiese.- Innumerables fueron las perdidas que causó... dejando tras de ella un sendero carmesí.

Abrió los ojos, asustada, esa canción... ¿hablaba de ella?..., ¿era su canción? Decidió seguir tarareando, puesto que aquellas palabras parecían haber sido escritas en su boca, y salían sin querer.

- Esa Alicia en el bosque se perdió, y en condena a sus pecados, encerrada se quedó. Árboles cubrieron toda forma de escapar... Nadie sabe si vivió o murió, ¿dónde estará?

En cuanto acabó la canción escuchó unos suaves pasos, se giró repentinamente con su espada por delante, y se encontró al pequeño sueño, acompañado de un joven de cabello y mirada azul, que observaban todo a su alrededor, horrorizado.

-Mira, pequeño.- Sonrió la muchacha, señalando al sueño.- He hecho lo que he estado haciendo en el mundo que creaste para mí.

“ Este lugar ya no era para ti...” Susurró en la cabeza de ambos con su “voz” de niño “Este lugar era para la siguiente Alicia, la verdadera.” Dijo, y Meiko supo que se refería al joven.

Rápidamente se levantó con su espada, y se dirigió hacia el peliazul para clavársela, pero en menos de un segundo se encontró en un lugar oscuro, y húmedo, lleno de árboles con formas horripilantes y con rammas que parecían brazos, encerrándola.

-¡¿Qué es esto!?

“¿No recuerdas la canción?” Sonrió el amorfo sueño.. “Recuerda, era TÚ canción.”

Dicho esto se desvaneció, con una pequeña risa, que estuvo resonando por segundos en el terrorífico paisaje.

-¡No! ¡Vuelve!, ¡vuelve!...- Gritó la chica, pero su voz se convirtió en un susurro, mientras los árboles cada vez se apretaban más alrededor de ella...

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Bueno, planeo hacer solo cuatro capítulo (cuatro Alicia), espero que os haya gustado, comentarios y críticas, aceptados.​

 

Bueno ,el segundo capítulo ,pienso subir uno por día..., ahora le toca a Kaito

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Capítulo 2​

La Segunda Alicia♦​

Aquel pequeño sueño le había abandonado en un lugar demasiado grotesco, restos de personas por todo el lugar, sangre marcando las paredes y los suelos, incluso el agua de la fuente tenía un tono rojizo. El joven observaba todo con los ojos abiertos por el horror, el aún desconocía como había llegado hasta allí, solo fue convencido por ese sueño de que todo lo que quisiera lo tendría, con la condición de ser Alicia.

Pero aquel lugar, no era lo que se esperaba de recibida...

“Siento lo que ha pasado” Habló el sueño, apareciendo a su lado.

-¿Quién era esa chica?, ¿qué ha pasado con ella?- Preguntó con miedo.

“ Esa era una falsa Alicia, ya no me sirvió” Respondió tranquilo, como si no le importase el jugar con la vida de las personas. “Pero estoy seguro de que tú seras la verdadera...”

Dicho esto desapareció, el peliazul miró a su alrededor, buscándolo con urgencia, preguntado a gritos que qué haría. Pero en unos segundos, las paredes y las calles del pueblo ya estaban limpias, y las personas que antes yacían muertas, ahora caminaban tranquilamente, hablando entre ellos o paseando, como si nada hubiese ocurrido.

El chico miraba aterrorizado a todos, e intentaba ver a nadie a los ojos, por alguna extraña razón, creía que iba a encontrar dos orbes vacíos. Se sentó en el mismo lugar de la fuente dónde había encontrado a aquella desdichada mujer, y empezó a cantar algunas canciones que conocía.

- Usted tiene una voz muy bonita.- Dijo una niña, con una sonrisa. Él la miró sorprendido.- ¿Cuál es su nombre, señor?
- Kaito... Kaito Niisan*...- Dijo en voz baja, ninguna vez miró a la pequeña a la cara, debido a aquel extraño temor.
- ¿Podría cantarme otra canción, señor Niisan?

El muchacho asintió, se levantó y esta vez empezó a cantar con más intensidad, algunas personas que pasaban por allí se paraban para admirarle, cada vez que acababa una canción todos aplaudían. Poco a poco, Kaito fue cogiendo confianza, y, en cierto momento, se atrevió a mirarle a las caras, y su expresión fue cambiando de sonrisa, a terror.

Eran rostros humanos, sí, pero una rara locura invadió al joven y lo que veía eran rostros de cadáveres, e incluso en algunos llegó a ver restos de huesos. Paró de cantar y algunas personas se alejaron, extrañadas por su repentino cambio, la niña que había admirado su voz se acercó a él, pero el peliazul solo pudo ver otro cadáver andante más, como el resto de los habitantes de aquel lugar.

-Señor Kaito, ¿por qué ha parado?- Le preguntó, con una voz que al cantante le resultó del inframundo.

Le alejó con un gesto exagerado de terror, y, sin saber porque, del fondo de su ser salió una risa de locura, que poco a poco fue haciéndose más fuerte.

-¿Queréis que cante?- Dijo entre risas.- ¡Cantaré!- Carcajeó y empezó a cantar la primera canción que se le vino a la cabeza.- La Segunda Alicia, un noble joven fue. Entonando una canción, llegó a aquel país. Llenó de dulces sonidos su alrededor. Creando dentro de sí, un mundo enfermizo.

El joven se paró de lleno, pero volvió a empezar a reír, esta vez abriendo por completo la boca para que sus carcajadas saliesen.

-Así que.. ¿esta es mi canción?- Rió, para después seguir.- Esa Alicia una rosa se volvió. Y porel disparo de un demente, su vida se acabó... ¡Eso es!- Exclamó alegre.

Empezó a mirar alrededor, viendo las caras muertas de todos los que le rodeaban, mirándole extrañados. Pero él solo buscaba una cosa, vio lo que parecía ser el guardia de aquel lugar, y en su cinturón llevaba un arma de fuego. Sonrió, y antes de que el hombre al que robó la pistola pudiese hacer nada, Kaito la cogió y con una sonrisa, se disparó en el corazón.

- En su pecho floreció una rosa carmesí...- Siguió cantando medio moribundo, mientras el pueblo desaparecía y solo quedaba un lugar oscuro.- Que tragedia amar y estar destinada a morir....

Esas fueron sus últimas palabras, antes e cerrar los ojos, mientras el deforme sueño lo miraba entristecido.

“Así que... tú tampoco eras la verdadera Alicia..., tendré que seguir buscando” Dijo antes de desaparecer en la oscuridad.

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*Niisan: Realmente Kaito no tiene apellido, pero en muchos sitios lo apellidan asi debido a que significa hermano mayor, y en la familia vocaloid es como la representación de ello. Por eso pongo yo este apellido, es el que mas se usa.​

 

Sé que la historia de Kaito fue rápida, pero esque mas o menos es así, que se volvió loco... y no sabía como ponerlo...​

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Capítulo 3​

La Tercera Alicia ♣​

En algún lugar del extrañísimo país, se alzaba un gran castillo, y dentro del castillo habitaba su única propietaria junto con todos sus sirvientes. Aquella preciosa joven era la actual reina, y había muchas leyendas sobre cómo había llegado tan rápido al poder, pero la que más se acercaba era aquella que decía que había seducido a muchos hombres de la alta sociedad, consiguiendo así poder, y casándose con el moribundo rey, llegó al trono.

“ Hum... ¿realmente esto es lo que deseas?, ¿ser reina de unos plebeyos que no te tienen ningún aprecio...?”

- ¿Tienes algún problema con ello?, prefiero ser así, a ser una harapienta campesina como lo era antes... ¿Acaso voy a acabar como aquel joven del pueblo?- Dijo, con un tono amenazante.

“No lo creo, tú final parece que vendrá de tus propias manos..”

La joven se giró, pero el sueño ya no estaba allí, soltó una risilla y siguió peinando su largo cabello aguamarina, mientras esperaba a que sus plebeyos le avisasen de la hora de la comida, los cuales lo hicieron unos minutos después.

Una gran mesa, para una sola persona, y los más exquisitos manjares sobre ella. Pero la muchacha solo probaba pequeños muerdos de todos, y después ordenaba tirar los restos.

- Pero.. señora Miku..., no ha probado casi nada, y la comida ha costado mucho hacerla..- Decía una de las sirvientas.
- Yo hago lo que me plazca, acaso.. ¿estás contradiciendo a tu reina?- Dijo mirándola fríamente y con tono amenazante.
- No...no mi señora.- Suspiró y empezó a llevarse los restos.

La reina se retiró un poco enfadada, y se encerró en su habitación, empezó a coger objetos ligeros y frágiles, y lanzarlos contra la pared más cercana. Mientras respiraba fuertemente y apretaba los puños, intentando tranquilizarse.

- ¡Empiezan a llevarme la contraria!, ¡eso no puede ser, habrá que enseñarles quién es su señora!- Dijo dando una patada a un sofá para después sentarse y poner su rostro sobre una de sus manos.

“Esto tan sol es el inicio del fin” Dijo una vocecilla infantil, con una risa. La muchacha se sobresaltó y miró a su alrededor, en busca del sueño, pero no se encontraba allí, supuso que habían sido imaginaciones suyas.

Los días siguientes la joven empezó a tratar cada vez peor a sus criados, castigándoles cuando se oponían a ella o cuando hacían un comentario que no era del agrado del agrado de la reina. Llegó a un punto en que empezó a torturarles, y en el fondo, ella lo disfrutaba, riendo cuando empezaban los gritos de dolor, o simplemente dejándoles sufrir una agonía mortal.

Incluso los habitantes de su país sufrieron su nueva crueldad, se le pedían más impuestos y a aquel que no los pagase sufría un castigo igual al de sus sirvientes, o peor.

Sus plebeyos ya no aguantaron más, muchos se fueron de aquel reino y otro empezaron a planear el derrocar a la reina, pero no sabían aún como. Cierto día, unos de los sirvientes encontró la solución...

- Gracias por traerme el té...- Dijo secamente la reina al muchacho.
- No hay de qué.- Respondió con una sonrisa retorcida, ella lo miró extrañada, pero después lo ignoró.

La muchacha tomó el té tranquilamente, y volvió a su trono, dónde atendería las peticiones del pueblo. Se sentó y con un gesto aburrido indicó que dejasen entrar al primer plebeyo.

- Mi señora... quería pedirle si podría bajar un poco los impuestos.. ya no puedo alimentar a mi familia y... ¿señora?- Dijo extrañado al observar el rostro de la malvada joven, que lo miraba con horror.
-¿¡Q...qué demonios eres tú!?- Gritó horrorizada.

Después miró a su alrededor, eso no era su castillo, parecía una especie de caverna monstruosa, miró a todos sus sirvientes y solo vio seres monstruosos, que se acercaban a ella, con sus garras por delante y soltando alaridos, la joven gritó de terror y salió corriendo a lo que se suponía que era su habitación. Se alivió al ver que seguía tal cual, se sentó en su sofá, apoyó sus pies en él y se rodeó las piernas con los brazos, empezando a acunarse a ella misma, intentó tranquilizarse, pero no pudo, puesto que cada vez que miraba a cualquiera de sus ventanales, veía un paisaje horroroso en el exterior, entonces, decidió cantar una canción para tranquilizarse.

- La Tercera Alicia una bella muchacha fue. Con su fina figura, llegó a aquel país. Llegando a seducir a varia gente, creó su propio y extraño país.- No recordaba que nadie le hubiese enseñado esa canción, pero ignoró ese pensamiento y siguió cantando.- Esa Alicia la reina se volvió, y su tierna mente de pesadillas se llenó. Cómo si fuese un cadáver pareció observar...

Miró al espejo de su habitación y observó horrorizada que incluso ella parecía un monstruo, lanzó unos de sus zapatos contra el objeto, rompiendo los cristales, después siguió la canción, su canción...

- Cómo su reinado comenzaba a zozobrar...- Fue bajando el tono hasta quedar solo en un suspiro.- Ah, así que se acabó, realmente, me da igual... ¡nadie quiere gobernar en un país monstruoso!

Cuentan unas historias que nunca volvió a salir de la habitación, y murió de terror. Otras que ella misma se clavó uno de los trozos del espejo, suicidándose, pero realmente nadie sabe que pasó con ella, cuándo abrieron las puertas, sólo quedaba su bellísima figura, tan fría y blanca como la nieve, y con una expresión de terror.

“ Podrías haber llegado a se Alicia... pero provocaste tu propio final,incluso cuando te lo advertí... Bueno,seguiré buscando...”

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Y lo de más de 4 Alicia... ¿a que te refieres Kahoko?¿Gakupo y Luka?... hay canciones hechas por fans pero... no son las verdaderas... y ami se me da mal crearlas..

 

Cuarto capítulo​

La Cuarta Alicia♥​

-¡Venga, Len, o llegaremos tarde!- Exclamaba una muchacha de cabellos rubios, mientras miraba a un chico que le seguía cansado con su mirada azul.
- Ya voy... ya voy...- Dijo el chica, quién parecía ser una versión en masculino de ella.- Pero.. este bosque me sigue pareciendo demasiado terrorífico... y da la sensación de que alguien nos está vigilando.
- Bah, solamente eres un cobarde.- Dijo riendo mientras seguía brincando.
- E...espera,Rin.- Susurró Len asustado.

Hacía poco que habían recibido una extraña carta, la cual contenía una invitación al país dónde una bella joven reinaba, y, junto a la invitación una carta de la baraja francesa, con el As de corazones, y decidieron ir hacia aquel país, cerca de dónde ellos vivían. Pero el joven, había sentido durante todo el viaje una presencia siguiéndoles, y en aquel bosque parecía que hubiese más vigilándole, cada árbol parecía tener vida propia y no quitarle la vista de encima, eso hacia ponerle cada vez más nervioso.

“Oh, creo que ya tengo otra Alicia” Creyó escuchar eso en algún lugar del bosque, pero al darse la vuelta y mirar alrededor no vio nada más que la oscuridad producida por las frondosas ramas. Al darse la vuelta se dio cuenta de que Rin no estaba allí, empezó a gritar su nombre, pero nadie respondía, de repente pareció escuchar que alguien le llamaba.

Empezó a caminar en aquella dirección, y de repente vio que delante de él había un sendero de un color rojizo, tomó ese camino. Poco a poco la luz fue disminuyendo, debido a que los árboles parecían querer conservarla toda para ellos, además de que se encontraban mucho mas juntos; fue acercándose hasta un lugar dónde varios árboles formaban un extraño círculo. Escuchó sonidos provenir de allí y se acercó.

- ¿Hola...? ¿Hay alguien ahí dentro?- Preguntó temeroso.

Cuando iba a darse la vuelta tras unos segundos sin respuesta, una mano lo sujeto por el hombro. El muchacho la observó horrorizado, era una mano esquelética y cubierta totalmente de sangre.

- Espera, niño.- Dijo una voz femenina y ronca.- ¿A ti también te trajo el sueño hasta aquí?
- N...no yo solo vine con mi hermana... nos enviaron una invitación...- Dijo tartamudeando, y espantado completamente.

La persona que había hablado se acercó para que pudiese verla, aunque casi no hubiese lux, pudo distinguir a una joven con el cabello castaño hasta los hombros; un rostro cansado y una silueta pálida, como si estuviese a punto de morir.

- Hum, entonces eso significa que sí.- Rió, con una carcajada que acabó en una tos enfermiza.- Y dices... ¿qué tú hermana también está aquí?, eso son malas noticias para ti.. él solo busca una Alicia, se deshará de la otra en cuanto halla decidido con cual quedarse..
- ¿Q...quién es él?... ¿y que quieres decir con que se deshará de uno de los dos?- Interrogó el rubio horrorizado.
- ¿No has escuchado una voz infantil?- El muchacho asintió, recordando aquel susurro nada más entrar al bosque.- Él es el sueño, el creador del lugar dónde estas ahora mismo, y dónde te ha atrapado... Y lo de deshacerse, solo necesita una persona para que le sueñe. Buscará alguna manera de que uno de los dos desaparezca...
- Eso no puede ser.. ¿hay alguna solución?
- Puede que sí...- Le indicó que se acercase a la “jaula” y le puso los labios en el oído.- Deshazte de ella... ¡mátala!
- ¡No!...¡no pienso hacer eso!
-Entonces puedes ser tú el que mueras... y por lo visto tiene más probabilidades...- Sonrió macabramente.- ¡Mátala muchacho!¡Mátala!

Len solo la miró espantado y salió corriendo, mientras a lo lejos escuchaba las carcajadas de aquélla moribunda chica y entremedias la palabra “mátala”. Siguió corriendo hasta que no pudo más, observó el sitio por dónde había huido, no había ni cárcel ni sendero rojizo, solamente árboles, y más luz.

-¡¿Len?!¿Dónde estás?- Escuchó la voz de su hermana a lo lejos.
-¡Rin, estoy aquí!- Exclamó empezando a correr hacia el lugar de dónde provenía.

Ambos se encontraron, y ella le reprochó el haberse quedado atrás, él no le contó nada de lo ocurrido, pero sentía algo extraño y horroroso en su interior. Rin le contó que había encontrado un pueblo a las afueras del bosque, y le guió hasta allí. Se sentaron en una pequeña terraza adornada con rosas azules, y pidieron un delicioso té, después escucharon las noticias del lugar, por lo visto, la reina había muerto, pero el pueblo iba a celebrar una fiesta. Por lo visto aquella reina había sido malvada, y uno de sus criados decidió envenenarla, volviéndola loca, y al final, matándose a ella misma.

- Vaya historia..., al menos habrá una fiesta igualmente, así que iremos allí.- Sonrió la rubia a su hermano.
- Sí...- Dijo él distraído.
- Oye, Len... ¿te encuentras bien?, estás muy ido...- Preguntó ella mirándole preocupada.
-No,nada,está bien.- Sonrió él para tranquilizarla.

Ella le miró unos segundos extrañada, pero después alzó los hombros y terminó su taza, para servirse la última de la tetera. El ojiazul la miró unos instantes pensativos: “Mátala”;escuchó la voz de la castaña de nuevo en su cabeza, así que apartó la mirada y se quedó observando la fuente que había.

Siguieron su camino hacia la capital del país, hablando con los aldeanos de los alrededores, y enterándose del lugar de la fiesta. Rin cada vez estaba más animada, mientras que Len cada vez hablaba menos y sentía como en su interior algo malo estaba creciendo, y una sensación extraña le invadía su mente. Trataba todo el rato de hablar lo mínimo con su hermana, para no escuchar aquella voz en su cabeza, y solamente caminaba con la cabeza baja.

En unos días llegaron a la capital, todo estaba decorado con el símbolo de un trébol y una cruz roja encima de este, tachándolo, Rin estaba muy contenta y enseguida fue a ayudar a la gente a acabar los preparativos. El muchacho solo la observó de lejos, mientras se iba a sentar sobre un carro.

“Ya veo, es una Alicia ideal” Escuchó de nuevo la voz infantil y alzó la mirada, encontrándose una extraña silueta de color pálido, que miraba hacia su hermana. “Debe ser el sueño.. y está mirándola a ella. Eso solo significa..”

Len se levantó horrorizado, y se alejó del lugar todo lo que pudo, mientras en su cabeza cada vez oía más alto la voz de la mujer del bosque, pero esta vez estaba combinada con dos voces más, una de un hombre, y otra parecía ser de otra mujer, más aguda. Se tapó los oídos y siguió corriendo, hasta llegar a un callejón, pero las voces seguían resonando. Al final el chico no lo soportó más y soltó un grito, para después una pequeña risa empezar en su interior.

-L..Len, ¿qué te ocurre?- Escuchó la atemorizada voz de su hermana.
- ¿Qué me ocurre?- Rió, en su risa había un tono de locura y dolor a la vez.- ¡Tú me pasas! ¡El sueño te quiere a ti, no a mí!¡ Mi vida acabará, o me quedaré encerrado para siempre!
- ¿D...de que hablas?- Dijo ella asustada, mientras se acercaba temerosa, poniendo una mano encima del hombro del chico, intentando tranquilizarle.
- Solo... solo hay una solución.- Rió, esta vez con locura total, para después mirar con la misma locura a la muchacha.

La cogió por los hombros con un mano, y le empujó contra la pared, Rin intentó zafarse, pero él era mucho más fuerte.

-¡Para!¡Me estás haciendo daño!
- ¿Hablas de dolor?¡Tú no sabes lo que es el dolor!¡ Escuchar gritos locos en tu cabeza, soportarlos un largo camino, mientras ves a tu hermana estar tan contenta!¿y Encima ahora yo moriré y tú no!?NO!, ¡YO SERÉ ALICIA!- Gritó.

Puso sus dos manos alrededor del cuello de su hermana y empezó a apretarlo, mientras inmovilizaba a la joven, los movimientos de esta cada vez eran más débiles, hasta que dejó de moverse. Pero él no soltó su agarre hasta después de otros segundos, para asegurarse, después soltó el cuerpo, ya sin vida, de su hermana.

“ Detrás del bosque otro reino hay, dónde el té se toma bajo los rosales” Escuchó la voz infantil del sueño y se giró, para ver su amorfa figura, y un rostro triste. “ A ese reino llegó una invitación. Un As de corazón”

La locura del chico fue desapareciendo y poco a poco surgió un gran remordimiento, mientras grandes lágrimas aparecían en sus ojos. Se agachó para abrazar el cadáver de su hermana, y susurrar todo el rato “perdóname”

“ La cuarta Alicia unos gemelos fueron, por simple curiosidad llegaron a aquel país. Atravesando varias de las puertas, acabaron llegando a el lugar. La valiente hermana mayor. Y el brillante hermano menor” Len había callado, así que la cuarta iban a ser los dos, aquella mujer le había engañado.”Se quisieron acercar a la primera Alicia, pero...” ¿La primera Alicia?,¿aquella mujer había sido la primera? “Hoy su sueño está aún por terminar. Y todavía por el país tendran que vagar”

El muchacho estuvo llorando mucho después de que el sueño desapareciese. Pero cuando los aldeanos fueron a ver el lugar, debido a que habían visto a ambos adentrarse y no volver. Solo encontraron el cuerpo de la joven, con el As de corazones y una nota que ponía: “Perdóname...”

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Este capítulo lo hice más largo, ya que su canción y su historia son las más largas..., me lo he currado tehehe~