One-shot de Inuyasha - Los fragmentos corrompidos y el final de todo.

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Sensy, 19 Mayo 2015.

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    Sensy

    Sensy Orientador del Mes Orientador

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    Escritora
    Título:
    Los fragmentos corrompidos y el final de todo.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3102
    Disclaimer: Los personajes de la serie InuYasha no me pertenecen, les pertenecen a Rumiko Takahashi la autora original. Éste escrito pertenece a una actividad realizada por Misuzu. Aclaro que el escrito es mío.
    ______________________________________________________________________________

    Capítulo único: Los fragmentos corrompidos y el final de todo.​

    Era una noche fría y oscura. Estamos en la época feudal en la que las guerras civiles se hacían presentes y más desde que la perla se partió en mil fragmentos.

    Ella yacía sentada en el árbol Goshinboku. ¿Desde cuándo ha estado aquí? No lo sabía y que más le daba. Simplemente, quería contemplar a aquel espectáculo maravilloso que le ofrecía el cielo. Entonces, en ese momento pensó en InuYasha. ¿Eh? Suspira. ¿Y por qué tendría que acordarse de él? Pensó que más bien, debería estar estudiando para los exámenes y dejar que la mente le invada por preguntas de literatura pero, no podía. Kagome no se podía concentrar en lo que tenía que hacer y lo mejor que se le ocurrió, era regresar al pueblo.

    En la casa de Kaede...

    - ¿Dónde está señorita Kagome? - Pregunto un Miroku preocupado por la noche que era tan oscura. Kaede y los demás compañeros se hacían la misma pregunta mientras la anciana preparaba la cena.

    - A mi me dijo que quería pasear... Se la veía un poco triste... - Comenzó a decir Sango mientras veía de reojo al medio demonio y mientras acariciaba a Kirara en su regazo. Inuyasha movió las orejas de perro un poco haciendo ver que escuchaba. El zorro llamado Shippo suspiro pesadamente.

    - Pensándolo bien, sí que se la veía triste... ¡Inuyasha! ¿Qué le has hecho esta vez? - Grito indignado Shippo, no podía soportar la idea de que fuera exactamente él quién la haga llorar.

    - ¡Cállate si no quieres que te pegue, Shippo! ¡JA! ¿Por qué os preocupáis tanto por ella? ¡Kagome estará bien y no creo que pase nada! - Gritó molesto y cruzándose de brazos. El semidemonio estaba totalmente convencido de que a pesar de que la noche sea oscura, no había nada que presentara problemas, ni siquiera cualquier olor sospechoso.

    - Precisamente eso es lo que a mí me preocupa, Inuyasha. Aunque la señorita Kagome sea sacerdotisa y sepa cuidarse por sí sola, no debemos dejar que Naraku aparezca y le haga algo como por ejemplo, quitarle los fragmentos de la perla.- Comento con calma pero con la cara de molestia el monje Miroku.

    Antes de que Kagome entrara en la cabaña, oyó unas palabras... Y obviamente, no le gustó mucho...

    - ¡JA! Si Kagome fuera igual de poderosa que Kikyo, no tendría que preocuparme tanto en protegerla. No sé por qué os preocupáis tanto por ella... - Espeto sin medir lo que estaba diciendo y sin pensarlo.

    Era algo inusual que él dijera tales palabras. Miroku, Sango y Shippo se quedaron sorprendidos, nunca se imaginaban que pensaría así Inuyasha. Y obviamente, se enfadaron con él. Antes de que alguien pudiera decir algo, algo se escucho a fuera. Todos excepto Kaede se levantaron, el primero en apartar la persiana de la puerta, Inuyasha. Los dos se miraron: ella sollozando bastante, él confundido y a la vez, arrepentido de las palabras. Y era lógico que, en aquel momento ella lo estuviera escuchando todo.

    - Ka-Kagome... Yo... - Ella reacciono de inmediato corriendo lejos de aquí. Corrió tanto que a Inuyasha no le dio tiempo a atraparla, ni un abajo de su parte. Y mientras él se detenía, se estaba dando cuenta de que no la vería nunca más.

    ¿Qué es lo que había hecho?

    En algún lugar lejos del pueblo...

    Se detuvo cayendo de rodillas ya que, las lágrimas le dificultaban ver bien. Miro atrás, no le siguió nadie, se decepciono bastante, menudo estúpido estaba hecho Inuyasha. Esas frases resonaban en su cabeza una y otra vez. Todo era demasiado perfecto para ella: era extraño que últimamente estuviera tan pendiente de su salud y de protegerla. Cerró los ojos de dolor que le hacían, se llevo las manos en el rostro y luego se seco las lágrimas. Alzó la mirada y empezó a asustarse. Miraba por todos los lados y solo veía vegetación, árboles y el viento que soplaba con fuerza. De pronto, se presento delante Kagura. ¡Qué golpe de suerte! Sonrió de ver que estaba completamente sola y sin testigos pues, le será fácil quitar los fragmentos. Kagome se mantuvo en guardia cogiendo el arco y una flecha.

    - Hola. -Saludo Kagura amistosamente y sonriendo.

    - ¡¿Qué es lo que quieres, Kagura?! - Pregunto tratando de defenderse y apuntándola con una de sus flechas purificadoras. Estaba asustada pero, no le dará el gusto.

    - Tranquila, no he venido a luchar contra ti. Naraku quiere verte y eso es extraño de él... - Respondió Kagura estando tranquila y con cara rara. Como respuesta, ella le lanza la flecha, a lo que Kagura la esquiva fácilmente. Ella agita fuerte el vano saliendo unas cuchillas blancas provocando que le rompa el arco y el cayac hiriéndola en el hombro derecho sin querer, esto para Kagura no estaba previsto... Y más viendo que se golpeaba contra una roca en la cabeza quedando inconsciente.

    -¿Eh? Maldita sea, no estaba previsto que la hiriera bastante... Bah, qué más da al fin y al cabo, sigue viva... - pronunció viendo que aún se movía un poco. Cogió una de sus plumas y a Kagome y se dirigió al castillo.

    Inuyasha y los demás llegaron. El semidemonio percibió pronto el olor a sangre, el arco roto y las flechas más la sangre de la chica quedando sorprendido. Lo vio todo en el suelo, luego alzó la mirada y diviso a Kagura llevándosela pero, ya estaban lo suficientemente lejos como para que le oyera gritar.

    ¿Era demasiado tarde?

    En el castillo oculto de Naraku...

    En una de las habitaciones, estaba Naraku mirando por la ventana, esperando. Una sonrisa se formo al ver como entraba Kagura con ella... Sí... Ella, ella es el objetivo. Pero antes, tenía que asegurarse de que no estuviera herida y para su sorpresa, lo estaba. Hizo una mueca de enfado, además de encargarse de este encargo, ha tenido la desfachatez de herirla, algo que no estaba en sus planes, pensó que daba igual, tenía a Kohaku para poder curarla.

    La enorme pluma de Kagura desaparece y Kagura entra en el castillo sin ningún problema y atravesando el campo de fuerza invisible. Mientras, cargaba a Kagome, pudo notar que la chica recuperaba la consciencia poco a poco, quedando medio despierta y aturdida. La mujer del viento la miraba de reojo y tomo el camino a una de las habitaciones en donde se encontraba él.

    - Naraku, he traído a Kagome, tal y como me has ordenado... - pronuncio con algo de miedo, sabía cómo se las gastaba Naraku si algo no estaba bien. Ella deposito el cuerpo de Kagome con algo de cuidado. Él se dio media vuelta.

    - Buen trabajo... Sin embargo, hay algo que debo preguntarte. ¿Quién te dio permiso de atacarla, Kagura? - Pregunto con notoria molestia viéndola con enfado. La mujer se postro a sus pies con miedo.

    - Lo siento, no estaba previsto que la atacara, sin embargo, ella trato de defenderse. ¡Le digo la verdad! - Como respuesta, le enseño un corazón en la mano. Ella sabía de quién era, se quedo pálida.

    - Sabes qué es esto, ¿verdad Kagura? Es tu corazón. Supongo que no te importara que te castigue justo después de que termine mi plan para robar los fragmentos, ¿no? - Sonrió malévolamente. Estaba aterrada, sabía qué pasaría si los, no, sus planes finalizan en fracaso.

    - Sí, señor... Procuraré que no se vuelva a repetir... - Susurró lo suficiente para que pudiera escucharle. Naraku cerró los ojos guardando el corazón, los abrió encontrándose con el cuerpo de la muchacha cerrando con fuerza sus ojos.

    - Descuida, tenemos asuntos más importantes que hacer... Como por ejemplo, esta chica. Ve y trae a Kohaku y a Kanna, los necesitamos ya que, ellos entran en mis planes. - Kagura se inclino obedeciendo sin protestar y desapareció de la vista.

    Naraku se arrodillo ante Kagome que aún estaba inconsciente. Miro su cuello y encontró una botella pequeña en donde contenía los tres fragmentos restantes de la perla ya con una luz pura. Volvió a sonreír con malicia: con uno contaminado de energía oscura bastaba para poner en contra a sus seres queridos. Sin dudar ni un instante, cogió con facilidad el frasco, lo destapó y cogió los tres, cogiendo uno listo para contaminarlo. Aviso a una de las abejas para inyectar veneno y energía oscura quedando el fragmento totalmente sucio, negro, impuro. Pero al darse cuenta de que estaba bastante herida, no tendría la fuerza suficiente como para acabar con Inuyasha. Así que, contaminó otro fragmento. Una vez terminada la tarea, le incrusto uno al lado derecho de la cabeza, el otro en el hombro derecho llegando a quejarse un poco y a palidecer un poco por la energía recibida. Las heridas se habían curado totalmente.

    - Kagome, levántate. - Ordeno el hombre de larga cabellera negra. Se levanto medio mareada, aún no estaba controlada por la energía negativa. La chica miro a los alrededores pero, de ver a ese ser se sorprendió bastante. Estaba totalmente petrificada, no se podía mover. Él le mostro la perla llegando a contaminarla con su aura negativa haciendo que los ojos chocolate de la joven, se oscurecieran hasta llegar a ser negros, sin ser la misma. Se acabo de levantar sin protestar ni mediar palabra.

    En ese mismo instante, Kohaku poseído por la energía negativa y sus armas de exterminador, Kanna con su espejo y Kagura con su abanico, se presentan ante ellos.

    - Muy bien. Este es mi plan para terminar de una vez por todas con Inuyasha, Miroku y Sango. Éste castillo lo haremos visible para que ellos nos puedan encontrar. Los atacaréis y sobre todo, aseguraos que esta vez... Estén muertos. No quiero a ningún aliado vivo, ¿entendido? - empezó a explicar Naraku.

    - Sí, mi señor. - Respondieron los cuatro a la vez.

    - Muy bien. Antes de que os vayáis, ten Kagome, un arco y un buen puñado de flechas para ti. Marcharos ya. - Él hizo aparecer un arco y un cayac con muchas flechas, el arco se pareció bastante al de Kikyo. Kagome hizo una reverencia en señal de respeto por las armas.

    Los cuatro desaparecieron con un aire fuerte delante de él mientras éste sostenía con aire de victoria, la perla contaminada.

    Volviendo con Inuyasha y los demás...

    Kirara andaba volando sobre el cielo con Miroku, Sango y Shippo montados en ella. Tenían que encontrarla, ella era la clave de Naraku después de todo, y sabían que si estaba en manos de él, quién sabe Dios si la habrá hecho algo.

    De pronto, Inuyasha que seguía el rastro del olor de Kagome desde el suelo, se topo con un campo de fuerza espiritual fuerte que lo hizo rebotar hacia atrás.

    - Inuyasha, ¿estás bien? ¿Qué es este campo de fuerza? ¡Ah! ¡Mire, excelencia! - Dijo Sango vestida de exterminadora. A lo alto de donde estaban ellos se diviso el castillo oculto de Naraku.

    - El castillo estaba oculto y este campo de fuerza... No detecto a ninguna sacerdotisa dentro de él a no ser que...

    - Exacto. Si hay una barrera espiritual, solo puede significar una cosa: Kagome está dentro. - Concluyó ella derrotada.

    - Y ahora, ¿qué podemos hacer? Si ella estuviera con nosotros... - Comento Shippo preocupado por su amiga.

    - ¡¿De qué estáis hablando?! ¡Es obvio lo que tenemos que hacer! ¡Con mi tessaiga, conseguiremos destruir ésta barrera! - Inuyasha saca su espada ya roja. De un solo mandoble, la espada arroja una gran cantidad de energía que choca con la barrera.

    Inexplicablemente, la barrera desaparece por completo y el castillo queda desprotegido no sin antes presentarse mucha aura de veneno alrededor, abejas venenosas. Acto seguido, aparecen cuatro individuos conocidos por ellos.

    - ¡Señorita Kagome!... No espera, hay algo muy distinto en ella... - La chica llevaba el mismo uniforme de la escuela, solo que esta vez, su semblante ha cambiado bastante: tiene el rostro completamente serio y listo para matar a cualquiera que se cruce en su camino.

    Por otra parte, Inuyasha bajo la espada. Se quedo sorprendido por el estado de su querida sacerdotisa. Kirara descendió al lado de él. ¿Qué era lo que tramaba Naraku esta vez?

    Su trance se vio interrumpido por una flecha corrompida que paso rozando un poco la mejilla de él.

    - Kagome... - Inuyasha frunció el entrecejo... ¿Qué estaba pasando aquí? ¡No podía ser! Simplemente, no le cabía en la cabeza que Kagome estuviera corrompida o algo parecido. No tenía tiempo de comerse la cabeza, tenía que enfrentarse a ella fuera como fuera.

    - Kohaku... - Sango se estaba concentrando también, no podía permitir que un descuido, la hiciera retroceder.

    - ¡Esta vez, no tenéis escapatoria! ¡Ésta será vuestra tumba! - Grito Kagura haciendo volar miles de aros blancos hacia nuestros héroes.

    La batalla decisiva ha comenzado: Sango enfrentándose a Kohaku, Inuyasha contra Kagome, Kanna contra Shippo y Kagura contra Miroku.

    Mientras comenzaba la pelea, Naraku hizo acto de aparición en lo más alto del castillo. No quería perderse por nada del mundo ésta batalla y presentía que era la última.

    Inuyasha se sentía incapaz de atacarla con su espada así que, optó por cortar el arco con sus garras para evitar que siga tirando flechas purificadoras contra él. Pero, era inútil. Kagome se ha vuelto escurridiza: ella esquivaba todos sus ataques. En un momento de despiste, una de sus flechas, impacto en el corazón del joven hanyou provocándole un paro cardíaco y una muerte al instante.

    Sango intentaba por todos los medios, hacer reaccionar a Kohaku ya que, él ha matado sin piedad a Kirara. Kohaku tenía todas las de ganar ya que, Sango se sentía incapaz de hacer volar por los aires con su boomerang a su propio y único hermano que le quedaba ahora. Así que, en vez de seguir con todo esto, no lo soporto más y decidió suicidarse delante de él clavándose la espada que tenía en el estomago haciendo que perdiera mucha sangre. En un momento de debilidad, Kohaku también lo hizo arrancándose el fragmento que tenía localizado en la nuca volviendo a ser lo que era antes para reunirse con ella.

    Shippo era el peor que tenía, con cada ataque suyo, le era devuelto al espejo de Kanna. Hasta que se le ocurrió una idea brillante: uso un trozo de espejo similar al de su contrincante y uso una piedra con el trozo de vidrio usar un tirachinas y lanzar directamente y que impactara en el espejo de Kanna. El espejo se desquebrajo un poco, pero no pudo evitar que le devolviera la piedra y el cristal a toda velocidad llegando a tocar en una zona delicada: en el ojo derecho cayendo al suelo y empezando a sangrar. Como Kanna no poseía ningún ataque, opto por cristalizar un pequeño charco para a ver si el pequeño zorro se incorporaba y viniera. ¡Y así lo hizo! No sabía de dónde sacaba esas fuerzas, lo que estaba claro es que ella estaba justo delante del charco de agua ahora cristalizado por un espejo. Él reunió todas las fuerzas que le quedaban para un último intento en salir victorioso y aunque estaba bastante asustado, tenía que hacerlo. No lo podía pensar dos veces. Era o ahora o nunca. Uso su último recurso: una peonza aún más grande acompañada de cristales que podrían romper ese dichoso espejo y, con un poco de suerte, a ella. En un rápido movimiento, Kanna absorbió el ataque poniéndose encima del charco de agua devolviendo de forma al instante llegando a derribar al pequeño zorro al suelo. La punta de la peonza estaba girando terriblemente perforando el estomago de Shippo irremediablemente hasta que éste dejo de girar haciendo que sus ojos ya no tuvieran vida alguna.

    Miroku era el único que quedaba en pie y aunque, se enfrentaba a Kagura, no lograba absorberla con su vórtice negro. Kagura era rápida e irremediablemente, no podía esquivar sus ataques, ni sus técnicas hechas con viento. Su báculo lo había perdido por las enormes ráfagas de viento y se sentía como si le temblaran las piernas, como si se sintiera estar cansado, tenía heridas por todo el cuerpo y obviamente, tres contra uno, era una buena desventaja. Miroku decidió usar de nuevo el vórtice contra Kagura, sin embargo, ella sonrió con sorna enviando unas cuchillas blancas llegando a cortarle el brazo derecho entero gritando de dolor. Kagome, que aún seguía poseída por la influencia de Naraku, decidió por si misma de disparar una flecha purificadora acertando en el otro brazo. No tenía a dónde acudir, perdía muchísima sangre y tenía la mirada nublada que apenas veía algo. Intentó protegerse con uno de sus papeles amuletos y hacer una barrera... Todo fue inútil para él... Kagome logro romper con suma facilidad la barrera azul donde se protegía. Naraku, que durante todo este tiempo, ha estado observando todo el espectáculo, decide él mismo acabar con el monje cogiendo el brazo cortado y absorber todo lo que queda de Miroku. Y así lo hizo. El agujero le absorbió sin dejar rastro alguno de él.

    Naraku ha conseguido lo que tanto ansiaba: completar la perla tras haber usado a Kagome. De modo que, no pudo evitar reír sonoramente y a carcajadas. Miro a Kagome aún bajo su dominio, no hacía falta acabar con ella después de todo, le sería útil. Cogió el fragmento que tenía Kohaku y lo junto con la perla casi incompleta. Solo faltaban los fragmentos que ahora tiene Kagome en su poder. Pensándolo bien, no quería dejar a testigos de modo que, ordenó a Kagura que acabara con ella. Ésta obedeció la orden y en un rápido movimiento y poniéndose a sus espaldas, acabo con ella de un golpe mortal en la cabeza con su técnica. A Kagome no le dio tiempo de reaccionar y cayó al suelo y expulsando los dos fragmentos restantes. Naraku los coge y consigue completarla. Acto seguido, se va con sus dos sirvientes esperando esparcir mucho veneno, sangre y sudor por todo Sengoku.
    FIN
    _____________________________________________________________________________

    Y bien, el final me quedó bastante macabro tanto, que he tenido que subir muchísimo la edad permitida. Espero que con eso, no haya problema.
    Cualquier consejo, crítica constructiva, duda al respeto, por favor, escríbanme, ¿ok? :3
    Saludos.
     
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    Lexa

    Lexa Fanático

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    Hey, hola :3

    Tu relato fue agradable, sí, no se puede negar o pasar por alto el hecho de que se nota que te esforzaste escribiendo este One-Shot, te extendiste en la narración de los hechos, sobre todo al final, y bueno, no te ha quedado nada mal, peeeeero, me hubiese gustado que describieras un poco la reacciones de Naraku al verse ganador, ya que realmente él debía ser el protagonista de tu historia. La idea en sí está un poco gastada, insertarle fragmentos... -umm, cómo decirlo xD, sucios? oscurecidos? negros? xD- a Kagome es algo predecible y muy visto y leído, pero a pesar de todo, creo que lo hiciste bien y fue agradable.

    Ohm, bueno, errores tuviste. Sobretodo en la acentuación de las palabras que están en verbo pasado (tomó, corrió, reaccionó, logró...) y un uso excesivo de comas. Hay que recordar que cuando se lee y hay una coma atravesada se corta la fluidez de la lectura y, por ende, la idea principal. Apenas pones como dos o tres palabras, y zas! lanzas la coma, y pues molesta mucho. Lee tu escrito en voz ato, haciendo las pausas que se deben hacer cuando te encuentras con una coma, y verás como una coma mal puesta puede arruinar el ritmo de lectura.

    Suerte C:

    Mi puntuación: 16/20.
     
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    Kai

    Kai Usuario VIP

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    Quitando lo técnico y bla bla bla, hay un no sé qué que no logra que el escrito me termine de cerrar, ¿emoción? Vale, se mueren todos, él único por quién sentí más lástima fue Miroku, claro, todos murieron cruelmente, pero no lograste que yo lo sintiera así.

    Por ejemplo acá:
    Quizás el poner cómo fue la trayectoria de la flecha, el rostro de cada uno de los integrantes se su grupo, por que dos líneas para una muerte, como que no y ¡el regocijo de Naraku! Que ojo, no lo he notado protagonista en nada, solo otro espectador más y que esta vez ganó,pero no no té su emoción por haberlo hecho.

    Te doy méritos es por el matarles a todos y no que haya sido que se dejaron vencer o algo, pero sentimiento faltó :c

    15/20
     
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  4.  
    Misuzu

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    Bueno, sí me gustó xD cumpliste con lo que se pidió en la actividad, pero estoy de acuerdo con Ale, debiste colocar más sentimiento, ese género de 'tragedia' no hizo mucho honor. Aunque sí mostraste toda la maldad de Naraku xd a pesar de estar interesado de seguir usando a Kagome, igualmente la asesinó, nadie quedó, ni Kirara. Fue más acción que todo, y algunas muertes fueron tan rápidas La de InuYasha .___. que ni las pude digerir.

    Y sí, se ve que te esforzaste. Solo debes mejorar esa parte de describir los sentimientos. También que usas el tiempo pasado y presente, debes narrar uno solo, eso también me interrumpió un poco la lectura.

    Puntuación: 15/20.
     
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