Vago como un pájaro al que acaban de cortar las alas y que en la oscuridad total se lanza a ciegas golpeándose con los barrotes de su estrecha jaula. Algo dentro de mi grita desesperado y ahogándose. Procuro no oir esa voz y me recuesto para que el sueño acorte el tiempo, el silencio y la terrible angustia; no me queda otra opción. Estoy llena de cobardía con la cual tengo que luchar constantemente. De noche, en mi cama, me parece verme en un calabozo, sola. Que es en realidad como me encuentro. Otras veces deambulo por un camino infinito o tengo la visión del pueblo en llamas. A veces lo veo tan claramente, que me parece un presagio. Me parece que todos somos un trozo de cielo rodeado por nubes sombrías, pesadas y amenazadoras. El pequeño círculo, esta islita que nos mantiene a salvo, se cierra cada vez más por la presión de los nubarrones, hasta casi ahogarnos y yo soy la única que puede mantenerlo medio abierto. Las tinieblas y el peligro se estrechan a nuestro alrededor. Desesperados buscamos una salida, pero chocamos unos contra otros. Solo me queda implorar y suplicar con toda mi alma para que este círculo se ensanche y se habra ante nosotros. Ya me encuentro desesperada y no hay un día que la tristeza no se apodere de mi. Mi meta se encuentra tan cerca, pero a la vez tan lejana. Procuro animarme con la idea de que en dos viajes más, todo terminará. Pero algo dentro de mi me dice todo lo contrario, no confía en nuestra libertad. Estoy al borde de la locura y como el primer rayo de sol que aparece por las mañanas e impide que las flores se mueran congeladas, nuestro círculo empieza a expandirse y logra cubrir todas las nubes con la llegada de aquel chico. Nuestro rayo de sol. Mi capitán.
Hola! Gracias por invitarme. Un relato muy bueno, donde narras de una manera poética los miedos y angustias de la joven protagonista, es decir, Nami. Tengo que decirte que al principio cuando he empezado a leer pensaba que era Nami cuando era pequeña y estaba con Arlong. Pero luego por los ultimos parrafos me he dado cuenta que no estaba equivocada y que era creo que cuando Nami esta en el barco con Luffy y Zoro, nose si esta Usopp. Pero creo que esta historia se encuentra en ese momento. En cuanto a las faltas ortograficas esta vez no he visto ninguna, nose si porque no hay o porque estaba demasiado inmersa en la lectura. Lo más seguro que es la segunda opción. Por ultimo tengo que decirte que esta historia, como las que he leído tuyas, toca el lado de la soledad, el miedo, la frustración, el dolor... Adiós!! =)
Me gusta el enfoque que le diste al escrito. Usaste con bastante fluidez la primera persona y las ideas están bien narradas. No vuelves al mismo punto dos veces y expresas los sentimientos de Nami, esa locura que la envuelve poco a poco, como algo distinto a lo que se suele leer de ella. No es tristeza, ni soledad, sino locura, esa demencia que te llega después de que la vida te golpee una y otra vez, después de contemplar la personificación terrenal del horror con tus propios ojos. Me gusta el toque Luffy que añadiste al escrito. Un momento corto y conciso, con la precisión necesaria para darle al escrito un carácter más personal... más... Nami. Lo dice todo en muy, muy poco. No tuviste faltas ortográficas, has mejorado mucho en eso. Felicitaciones, lograste un gran escrito. Seguiré leyéndote.