Lo siento

Tema en 'Relatos' iniciado por MartaLovegood, 15 Octubre 2016.

  1.  
    MartaLovegood

    MartaLovegood Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    2 Octubre 2015
    Mensajes:
    15
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Lo siento
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    937
    Me gustaría poder contarte todo esto a la cara. Soltártelo todo de golpe como un torbellino de palabras que no paran hasta que todo queda dicho, hasta que se seque ese río que tengo dentro de mí que no para de arremeter con fuerza contra mis paredes, erosionándolas, haciendo que me duela y que pierda todos mis puntos de apoyo.

    Pero el único torbellino que existe es el que crea la tormenta que tengo dentro de mi cabeza, la que me impide ponerme delante de ti. Porque sé que cuando lo haga me faltará el aliento y las lágrimas inundarán mis ojos amenazando con desbordarse. Y ya sabes cómo odio llorar en público. Bueno, no lo sabes, pero sabes lo orgullosa que puedo llegar a ser.

    Esta carta que te escribo es por todas esas veces que lo he intentado y no me han salido las palabras.



    Ojalá pudiera decirte en persona todo lo que me pasa. Me preguntas por todas esas paredes que he ido construyendo alrededor, por esa coraza invisible que me protege el pecho, por todos esos comentarios mordaces e irónicos que suelto cuando hablamos. Me preguntas si alguna vez me pillarás con la guardia baja.

    La respuesta es no.



    La primera vez que nos vimos te dije que no íbamos a ir más allá, que aquí se quedaba todo. Y tu asentiste y sonreíste conforme diciendo que tampoco buscabas nada.

    Recuerdo respirar aliviada cuando me dijiste aquello. Pero ese alivio duró poco porque por alguna razón que todavía se escapa de mi comprensión, empezaste a caer en una espiral de la que yo era el centro, y eso es lo que nunca quise ser.



    Habría sido bonito, ¿sabes? Podríamos haber sido algo que mereciera la pena. Pero es culpa mía, yo no puedo hacer eso.

    Mientras leas esto puedes llegar a pensar que nunca he llegado a sentir nada por ti, que ni siquiera me importabas ¿pero acaso no quiere decir que alguien te importa cuando lo expulsas de ti sabiendo que le vas a herir?

    Porque por mucho que me pese estoy rota, y lo último que quiera es que alguien se haga daño con mi bordes afilados como si de un trozo de cristal roto se tratase.

    No quiero que intentes recoger todas las piezas en un intento vano por recomponerlas porque lo único que conseguirías es cortarte y darte cuenta de que tanto trabajo no merece la pena.



    Quizás te dejé acercarte demasiado. Y quizás no me quise dar cuenta de los sentimientos que empezaban a despertarse en tu interior.

    Yo apagué los míos en cuanto empecé a ver las primeras chispas, como hago siempre.



    No te voy a mentir, me sentía a gusto cuando solo eramos tu y yo, sin nadie alrededor. Me sentía cómoda hablando contigo, y me entraban cosquilleos cada vez que me atraías hacia ti con fuerza, cada vez que tus dedos recorrían mi espalda y trazaban mis tatuajes, cada vez que tu boca besaba mi cuello.

    Recuerdo que te hacía reír con mis comentarios. Recuerdo que decías que era la chica más rara y con más cosas en la cabeza que habías conocido y que todo quedaba reflejado detrás de mis ojos verdes, que a veces ocultaban una tristeza que no podías llegar a comprender, pero que a la vez eran lo más bonito que habías visto nunca.



    Joder, odio mi cabeza, porque desearía con todas mis fuerzas haberme enamorado de ti.

    ¿Que si hiciste algo mal? Absolutamente nada, y eso es lo peor de todo. Fuiste amable, cariñoso, comprensivo y estabas dispuesto a ayudarme. Y yo di todo lo que pude de mí, pero es que no me queda más. Estoy vacía, y lo odio.



    Y entonces insististe en algo. Y ahí todo se fue cuesta abajo.

    Huyo de compromisos y relaciones como una presa del cazador. Huyo por miedo.

    La ansiedad que se crea en mi cabeza me impide avanzar. Y entonces mi cuerpo empieza a sacudirse y noto como me falta el aire en un intento desesperado por explicarme. Porque sé que no lo ibas a entender. Necesito mi espacio, y lo que estabas haciendo era comerte cada vez un poco más de la distancia que nos separaba, y eso para mí era como si las paredes se me empezaran a echar encima.



    Odio hacerte esto porque siento como si estuviera rompiendo un alma que no merece estar rota, y cuando digo que a mí también me duele no quiero que creas que es solo para no quedar mal. Porque pensar en esto hace que me quede sin apetito y me cueste encontrar el sueño por las noches. Contar ovejas ya no funciona cuando estás contando las oportunidades desperdiciadas y los “y si...” que he vivido hasta ahora.



    El miedo que tengo a quedarme sola para siempre es palpable, y noto que se me pega y se escurre hacia mi pecho. Noto que se abraza al pedazo de hielo que rodea mi corazón, haciendo que ambas cosas se mezclen y ya no sepa qué pensar.



    Solo puedo decirte que lo siento, y que ojalá las cosas fueran de otra manera, pero como se suele decir, no eres tú, soy yo, y jamás había sentido esa frase de forma tan intensa e hiriente.

    Sabes que si necesitas algo aquí estoy, no dudaré en hacer cualquier cosa por ti, aunque sé que justo la que quieres es la que nunca podré darte.

    Me acordaré de cada vez que pase por esa esquina en la que nos besamos y cada vez que escuche esa canción que recuerdan esos días de verano.



    Lo siento, otra vez.
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso