Lo Prometo [GaLe]

Tema en 'Fairy Tail' iniciado por NanakoGrey, 19 Diciembre 2011.

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    NanakoGrey

    NanakoGrey ¡Holo!

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    Lo Prometo [GaLe]
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    Konbanwa~
    Bueno creo que uno sigue estrenando hasta tres meses después entonces en estas estoy, calmando las ancias.
    Bien aquí un GaLe, es decir Gajeel y Levy.
    Me encanta esta pareja.
    Sin más...

    Lo Prometo

    Era, verdaderamente, un olor embriagante. Sabía que le era bastante agradable y no se preocupo por alejar de si el placer de sentir aquel dulce aroma. Era un olor seco y algo amargo combinado con el aroma del papel y el más fresco rocío que se posaba sobre las finas flores. Pudo oler también sangre, jamás se escaparía de su olfato el característico olor a hierro de aquel líquido vital. A pesar de todo no se preocupo por saber que estaba sucediendo, ni de dónde venía el fascinante olor, que le parecía bastante familiar. En todo caso no se demoró más tiempo en dejarse caer víctima del cansancio y dolor para caer dormido en una profundo y pesado sueño.

    Su cabello estaba sucio, pegajoso en una mezcla de polvo, sudor y sangre, su sangre. Sus largos y lacios cabellos no se parecían en nada a aquello ahora, aquello era una larga melena de enredos y suciedad. Aún así, su rostro no se encontraba en mejor estado, su rostro, normalmente serio y a veces hasta enojado, se encontraba llenó de heridas, rasguños y hematomas. A pesar de aquella condición tan lamentable ella no dejaba de fascinarse por su aspecto actual y lo miraba con cariño. Su cabeza posaba delicada sobre sus piernas, así ella lo miraba desde arriba, observando sus bien definidos rasgos, empezando desde su enmarañado cabello hasta su perfilado mentón.

    El sol, que brillaba iracundo sobre su cabeza, hacía que sus rasgos fueran más fuertes y que el metal que adornaba su rostro brillara deleitando su vista. A pesar de encontrarse tan herido como en ese momento en su rostro había mucha paz, algo que le sorprendió pero no le costó acostumbrarse; es más esa tranquilidad tan perceptible en su rostro le hizo sentir una necesidad que quiso suprimir con todas sus fuerzas: tocarlo. Luchando consigo misma pudo por fin levantar su pesada mano hacia su cabello, todavía no lo tocaba, sentía que se estaba aprovechando de la situación y si él se daba cuenta seguramente se enojaría. Llevó su mano a su pecho y sintió como su corazón estaba acelerado y dudando de nuevo acerco su mano a los negros cabellos de quien dormía en su regazo.

    Finalmente tomó un mechón de su cabello y odiándose por ceder tan rápidamente y preocupada por lo que él llegaría a hacer si se diese cuenta de lo que estaba haciendo. En sus manos tomaba los largos mechones de cabellos negros y con delicadeza deshacía los nudos y suciedad que lo hacían ver menos brillante. Todo aquello lo hacía con dulzura y atesorando cada momento, oportunidades como aquella rara vez se presentaban, sobre todo con él. Otra vez sentía como si abuzase de la situación en su favor pero ahora su mano se movía sola y, realmente, ya no le importaba.

    Sus dedos entonces abandonaron su cabello y comenzaron a bailar en desorden sobre la piel del joven, primero pasando por su frente hasta precipitarse a lo largo de su nariz y llegar finalmente a sus mejillas. Recogía cada sensación cada textura y temperatura y a pesar de que esperaba que su piel fuese fría y dura, era totalmente diferente, su piel tenía una calidad que le resultaba acogedora y exquisita y su piel rosaba sus dedos con delicadeza. Siguió recorriendo su mejilla derecha y pasó sus dedos por sus labios, solo una vez, su movimiento la asustó lo suficiente como para no volver a intentarlo y solo continuó tocando su cabello; deshaciendo su nudos y jugando ligeramente con dulzura.

    —Traje algo de leña— dijo una pantera con apariencia humana sosteniendo una gran cantidad de madera en sus bazos. Ella solo pudo apartar sus manos del cabello del azabache con rapidez y se sonrojo con violencia, todo paso desapercibido por el Exceed de nombre Pantherlily, o simplemente Lily. —Levy, ¿Te encuentras bien?— preguntó al ver el sonrojo en la joven, algo que interpreto como fiebre ó alguna enfermedad. La joven de cabellos azules asintió con su cabeza e hizo desaparecer aquel sonrojo de su rostro y con más calma posó su espalda sobre el árbol que se encontraba tras ella. Lily puso los leños en el suelo y tomó su forma pequeña, una de un aspecto más tierno, ella supuso que hizo aquello para guardar su magia para utilizarla cuando fuese necesario.

    Levy no lo había notado pero ya estaba a punto de anochecer y se sintió de nuevo avergonzada al ver que había pasado bastante tiempo sólo jugando con los cabellos de él. El Exceed organizó con rapidez los pedazos de leña y Levy, escribiendo “fuego”, utilizó su magia para iniciar una fogata que pudiese darles calor en esa fría noche. Con ello cambió las leyes de la barrera que los protegía de solo un Exceed podrá atravesar la barrera a Nadie, a excepción de Levy, Lily ó Gajeel, puede atravesar la barrera. Así con más calma se dejo caer víctima del sueño.

    A la mañana siguiente, pudo darse cuenta que no era la primera en levantarse, pero no era la última. Al parecer el joven que estaba en sus piernas continuaba durmiendo, aparentemente, bastante cómodo sobre sus piernas. Levy sonrió y decidió dejarlo dormir un poco más, tal vez, sólo por la necesidad de seguir viéndolo de esa manera. Entonces recordó la sensación de sus labios sobre la yema de sus dedos, eran suaves y cálidos como la mayoría de su cuerpo; pero estos eran más suaves y deseables para ella que la piel en su frente o mejillas. Se avergonzó ante tales pensamientos y la sensación de que, verdaderamente, se estaba aprovechando del estado del joven de edad desconocida.

    Luchando con ella misma volvió a acariciar sus cabellos y luego a dirigir sus dedos a su rostro. Siempre partía del centro de su frente y hacía los lados deslizaba sus delgados dedos. Luego, siempre, bajaba a lo largo de su nariz hasta llegar a sus labios y pasar con lentitud sobre ellos para terminar tocando la joya de metal que se encontraba sobre su mentón. Repetía aquella caricia, y absorbida por las sensaciones que recogía no se preocupo ya más porque fuera descubierta por Lily, que podría regresar en cualquier momento, ó por alguien más.


    No solía levantarse con tanta calma, no sabía si se debía al maravilloso, que lo embriagaba y relajaba, ó si aquella calma se debía a la comodidad que encontraba en aquello que utilizaba como almohada ó si se debían a las caricias que recorrían su rostro. Sin duda estaba despierto, sentía la dulce brisa sobre su piel y el dolor que provocaba en sus heridas era el recuerdo de la batalla que había tenido el día anterior. Recordó. Con rapidez pudo identificar de donde provenía el asombroso aroma del que tanto disfrutaba y sabía que era ella la que permitía que su cabeza estuviera sobre sus piernas. Era ella la que le regala su respiración en su rostro y era ella quien, con el extraño ritmo de su corazón, lo había despertado con tiernas caricias. Caricias que no necesariamente le disgustaban.

    —Hola, enana— dijo el azabache con una sonrisa, ligeramente maligna, y abriendo sus ojos carmesí. La vio, su dulce Levy, si es que tenía algún derecho a decir que era suya. Su mano que iba a encontrarse otra vez con su frente se detuvo sobre su rostro y no pudo evitar ver como bajo sus hermosos ojos marrones había un fuerte sonrojo. Levy tomó su mano y la llevo a su pecho, avergonzada, todavía sonrojada, intentaba encontrar algo que decirle al Azabache.

    —G-Gajeel… y-yo—

    Sonrió satisfecho, no esperaba que se sintiese tan avergonzada. Gajeel se levanto ayudado por Levy que notó lo que quería al extrañar la sensación de su peso sobre ella. Él, por supuesto no quería ser ayudado, acérelo su movimiento hacia arriba y sintió un punzante dolor en su estomago y llevo uno de sus brazos al lugar de donde provenía el incomodo dolor. Levy lo notó y en su bolso buscó vendas, algodón y yodo para comenzar a limpiar sus heridas.

    —Pensé en despertarte Gajeel, para limpiar tus heridas, pero— se detuvo, aquello que seguía en la oración podría ser malinterpretado y ella todavía no quería que él conociera sus sentimientos.

    —…estabas muy ocupada viéndome, como un maldito acosador— dijo con una sonrisa arrogante y viendo como sus pómulos se tornaban nuevamente rojos.

    —Idiota— dijo con el ceño fruncido y, a propósito, rociando sin cuidado gran cantidad de yodo sobre una de las heridas de su brazo derecho. La reacción en él fue la que ella quería, en su rostro se notó el dolor que producía aquel líquido marrón que Levy aplicaba sobre su brazo. Levy sonrió satisfecha y Gajeel sólo se mantuvo en silencio mientras ella vendaba cuidadosamente su brazo.
    Para él era tan difícil no mirarla. La pequeña joven de cabellos azules no tenía su bandana y su cabello tapaba parte de su frente y rostro. Los mechones azules que adornaban su cabeza se encontraban sucios y alguno tenían sangre que su nariz ya no podía identificar porque estaba seca. Su blanquecino rostro tenía varios rasguños y heridas y en su hombro derecho habían varios vendajes, recordaba la causa de esa herida, el ataque que desvió de uno de los magos oscuros; una bala mágica parecida a las del chico y chica vaqueros. Se quedo mirando su hombro y al notarlo Levy sonrió diciéndole que no era nada, él sin responder miró a algún lugar del paisaje.

    A pesar de que realmente podía ser igual de duro y frío como el hierro que lazaba de su boca al rugir con su magia, ella lo hacía volverse más blando. Y… eso era una debilidad, ella era su debilidad, su pequeña estatura y su hermoso rostro hacían que su corazón latiese por algo distinto a la emoción de encontrar una buena pelea. Su olor y su voz le regalaban una calma que le hacían bajar la guardia y le daban el sentimiento de encontrarse vulnerable a todo. Siguió con su otro brazo. Pero por otro lado estar cerca de ella lo hacía sentir una fuerza distinta, el deseo de protegerla y seguir viendo las sonrisas que se escapaban de sus labios hacía él lo hacía sentir más ganas de luchar por volver a verla.

    Sabía cómo se sentía, no sabía se estaba enamorado, ¡Tsk! Que palabra tan complicada, pero sabía que la pequeña maga de escritura solida le gustaba. Aún así sin que tuviera el derecho de hacerlo. Lo que más quería era poner sus labios en sus rosados labios y hacerse dueño de su boca, pero con qué derecho. Él era quien había causado, quizás, las peores heridas que ella había recibido en su vida y sabía que ella era demasiado buena para él. El azabache, por más cautivado que estuviese, se negaba a intentar algo con la hermosa maga de Fairy Tail pues prefería tener aquella extraña relación que tenían, aunque significara renunciar a tener algo más con ella.

    —¡Bien!— dijo soltando su brazo y haciendo que extrañase sus manos—Ahora quítate la camisa, voy a ver qué puedo hacer hasta que Wendy pueda ayudarte—

    —Tsk, estoy bien enana— Levy frunció el ceño de nuevo.

    —Gajeel, vi como te dolió—dijo con sus manos en sus caderas todavía frunciendo sus cejas y mirándolo entre preocupada y molesta. Notando que su mirada no lo convencía lanzo sus manos para quitarla ella misma, el azabache solo lanzó uno de sus brazos para alejarla. Su intento resultó exitoso, él alejaba a Levy con facilidad y sus cortos brazos no podían acercarse a su cuerpo haciendo que él sonriese burlonamente. Levy infló sus cachetes con molestia, casi haciendo un puchero, que siempre utilizaba para lograr lo que ella quería.

    —Lo haré yo— dijo resignado, él jamás podía resistirse a ese rostro y porque funcionaba en él, ella
    lo utilizaba con él. Al quitarse la camisa la chica de cabellos azules se encontró con su fornido cuerpo y no pudo evitar sonrojarse antes de ver sus heridas. En su pecho habían pequeños cortes pero en su estomago había una herida larga y profunda, que parecía ser de una espada, Levy se acerco más a él. Limpió su pecho desnudo y con mucha calma y cuidado comenzó a vendar su herida asegurándose de que él no viese su rostro, afortunadamente, pensó él. Sus pómulos tenían un leve color rosado, él veía como la pequeña joven de cabellos azules y ojos marrones cabía perfectamente entre sus brazos e incluso sobraba espacio, la necesidad de tomarla y no dejarla ir nunca más se hizo abrumadora y difícil de combatir.

    Se movía ligeramente, de adelante hacia atrás, cuando trataba de pasar el blanco vendaje por su espalda. Tanto ella como él estaba sonrojada, cada vez que se acercaba a su cuerpo sentía su calor y su respiración sobre su cabello; para él aquel proceso resultó ser una tortura, cada vez que se acercaba más a su cuerpo dejaba su dulce fragancia de flores y libros que lo llevaba a los límites de la cordura, mientras que cuando sus manos rosaban su cuerpo miles de sensaciones lo invadían, entre ellas un cosquilleo en el estomago que se negaba de aceptar. Finalmente cuando estaba cediendo a sus impulsos de tomarla en sus brazos y calmar todas las ansias de ella, Levy hablo.

    —Gajeel, ayer…— dijo poniendo su cabeza sobre el pecho del azabache, lugar en el que cabía con facilidad y cuyo calor la hipnotizaba —ayer cuando vi que te lastimaron… creí que ibas a morir— completo para mirarlo a los ojos, para mirar aquel par de rubíes que la miraban preocupados, después de todo ella estaba llorando.

    —Tranquila, camarón. Eso nunca va a pasar—dijo mirando hacía algún lugar del cielo, evitando a toda costa verla llorar. Gajeel alzó su mano y con cariño desordenó los cabellos de la maga, ella pareció haberse calmado pues sus sollozos terminaron. A pesar de todo Levy todavía tenía varias lágrimas amenazando con salir.

    —Gajeel, prométeme… prométeme que nunca vas a dejar que te vuelvan a lastimar así—dijo la joven para mirarlo con ternura. Sorprendiéndolo, jamás pensó que recibiría y menos de la joven de cabellos azules a quien tanto daño había hecho.

    El azabache sonrió con orgullo —Lo prometo— Después de todo era el cazador de dragones de hierro.

    —Si vuelve a pasar, yo misma me encargare de lastimarte tres veces peor— le dijo con fuerza en su voz haciendo que él sonriese nuevamente.

    —Seguro, enana—
    ................................................................................
    Bien, ¿Qué tal?
    Espero que les haya gustado, les aseguro que pronto tendran varios fics mios en este sub-foro ;)
    no dejare que los liders se arrepientan de abrirlo jajaj
    El proximo tiene como objetivo ser GrayxJuvia ;)

    Siento el leguaje, no me gusta maldecir, ¿Pero no es así mi adorado Gajeel?
    bien, Matta ne~
     
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