One-shot de Inuyasha - Llanto de Híbrido.

Creado para: Actividad - ¿Dónde están las musas cuando las necesitas?

Musa: Clío.

Llanto de Híbrido. ​

Sus pasos firmes se escucharon haciendo vibrar el suelo en aquel campo de flores solitarias, que se hondeaban sin aparente ritmo ante la brisa fría y lenta de la noche. Sus ojos clavados en el cielo donde la luna relucía por su ausencia, dejando todo bajo su manto azul en una oscuridad que el lord agradeció.

Aquella privacidad que la mínima luz le hacía sentir era muy bienvenida en su inquieto corazón, oculto bajo un manto de neutralidad que se había fijado en su rostro.

—Hoy también —bufó con tono bajo, casi ronco mientras observaba desde aquella colina un poblado pequeño, de luces brillantes y amarillas en cada hogar.

Un aroma invadió sus sentidos y le hizo arrugar la nariz para chasquear los labios, pasándose una mano por un mechón sobre su hombro para enviarlo con gracia a su espalda, sin quitar sus ojos dorados de las figuras pequeñas de aquellos humanos, revoloteando aún por las calles de lodo, por ahora sólido gracias a la falta de lluvia que secaba un par de plantas débiles y ocultas bajo las sobras de los suelos elevados, de madera ya ennegrecida por el tiempo y llena de moho por debajo; así como por las pisadas constantes y pasos de caballos o carretas.

Su mirada imperturbable siguió a un pequeño niño de rojo, que correteaba ondeando su cabello negro largo tras la espalda mientras lloriqueaba con amargura; intentaba alejarse de un grupo de mocosos que lo perseguían con las bocas infantiles llenas de improperios que, seguramente, ni siquiera conocían y habían escuchado de los mayores. Copiaban como un triste y patético intento de reflejo.

—Mi bebé —escuchó de pronto, haciendo que su rostro girara apenas, teniendo tanta distancia como para permitirse ver a todos los pobladores si así lo deseaba. La suficiente para no ser detectado en su escondite al aire libre, gozando de la brisa y la calma.

Una mujer de ropajes ostentosos y mirada pasiva se inclinó a recibir al niño, quien continuó llorando mientras hundía el rostro en su pecho.

Los demás eran ahuyentados del lugar por un grupo de hombres uniformados.

—… ya no llores —pidió con voz muy suave, casi queda e inaudible para él. Sus manos se deslizaron suaves y tiernas por la piel raspada y llena de tierra, sudor y lágrimas del menor, quien la observó con ojos expresivos y transparentes, sorbiendo su nariz—. Ellos sólo tienen miedo de alguien que es diferente. Pero no lo olvides. Llevas la sangre de tu padre, un poderoso guerrero, y eso te hace fuerte.

El niño, incapaz de entender una palabra, pero simulando hacerlo; envió un asentimiento sencillo a la mujer, que sonrió radiante y lo cargó, permitiéndole acomodar la cabeza sobre su hombro, donde reposó su mentón.

Sesshomaru, en la distancia, sólo emitió un sonido de disconformidad para ver hacia el cielo un minuto largo. Las dos figuras que captaron su interés habían desaparecido ya y él sólo se mantenía en silencio, inquieto aunque no lo pareciera.

No deseaba mostrar tal preocupación por un repugnante… híbrido.

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Notas de la Autora:
Es agradable estar de vuelta en el foro de Inuyasha :'D. Más con un personaje al que amo tanto como lo es Sesshomaru.

Espero de todo corazón que les haya gustado.