Long-fic de Naruto - Lively [NejiTen]

Bueno Pire nena, esto lo dedico a ti, sabiendo cuanto te gusta la pareja. Honestamente aunque pensé bastante la historia, investigué bastante para acostumbrarme a los personajes para hacerlos auténticos al canon y me esforcé, estoy algo nervioso, sueles ser algo rígida con algunas cosas. Espero que te guste aunque sea un poco la historia y lo que he plasmado...

El sentido del titulo se revelará pronto.

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Capitulo 1​

Neji recordaba haber muerto, recordaba la paz y el frío de ello, la sensación abandonando poco a poco el cuerpo y recordar cada ápice de su vida, preguntándose hasta ese momento por qué tantos recuerdos y sueños le pertenecían a ella.

La nada persistió por un tiempo incierto que le pareció un instante y a la vez una eternidad, era sitio infinito en cual le parecía haber estado por siempre, no había nada allí, era como caminar con los ojos entrecerrados y los oídos cubiertos, era no sentir el viento en el rostro, era no oler la yerba, era consiente de estar allí solo por algo cercano a un presentimiento que permanecía en su interior.

Una silueta se dibujó de pronto, era tan clara como si siempre hubiera estado en ese sitio, una figura humana difusa como un dibujo hecho con trazos rápidos de carbón, sin voz le llamaba y le atraía hacia él de forma inevitable. Justo cuando se encontraban frente a frente, observó en su rostro emergiendo de la misma forma que lo hizo aquel extraño, unos ojos color malva, intensos, misteriosos, al observarlo fue como encontrar a un viejo amigo, era su igual pues sus ojos eran como los suyos.


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Observó un pelo castaño largo y suave ondeando al viento, la observó girar hacia él y emanar una sonrisa cálida mientras lo miraba.

Una luz blanca se disparó en los ojos, provocó que molesto los presionara mientras que el calor que emanaba le acariciaba la piel, percibió la suavidad de la seda que le envolvía entre sus manos y pies, una avecilla cantaba vivamente en las cercanía y en el ambiente emanaba una aroma sutil y hogareño de un estofado.

Abrió los ojos y sorprendido se levantó observando hacia alrededor, un pulso fuerte de dolor en su cabeza le obligaba a detenerse antes de ponerse de pie y por instinto en su organismo se ensimismaba tomando con su mano su costado.

La sensación de ser observado por alguien lo hizo girar su cabeza solo para encontrarse con una niña pequeña que lo veía curiosa.

Se aproximó a él para asegurarse que estaba despierto, al percatarse que era así en su rostro se dibujó una sonrisa.

― ¿ Dónde estoy? ― preguntó Hyuga palpándose los vendajes de su cabeza.

La niña se sobresaltó en cuanto escuchó esto y salió corriendo. El ninja al deducir que este lugar ni estas personas representaban una amenaza y tomando en cuenta además su estado, decidió recostarse mirando hacia el techo, intentó rememorar en su mente los hechos que lo habían llevado a este punto desde su deceso, pero su mente se encontraba en blanco, en ciertos instantes parecían venir a su mente pequeños fragmentos de memoria de imágenes difusas tal dibujo de acuarela diseminándose en el agua, un pulso de dolor volvió nuevamente se extendía desde el centro de su frente arrebatando la fuerza de su cuerpo.

Sus sentidos entrenados le permitieron percatarse que alguien se aproximaba, una mujer rubia de mediana edad se acercaba con recipiente circular y una toalla en las manos.

― Veo que ya has despertado, ¿te sientes mejor? ― preguntó la mujer con una voz suave y hogareña.

Neji se palpó la frente por un momento recordando su sello, aquel símbolo que por tanto había marcado su vida en todo sentido, observó un espejo en la esquina y se apresuró para levantarse, en un movimiento rápido se retiró las vendas pues debía saberlo. ¿Sería acaso este el causante de ese dolor?.

Cuando la última venda cedió, a pesar de uno de los mechones cayó hacia el frente, se percató que ya no estaba, aquel estigma había desaparecido.

No era propio del Jônin externar cualquier sentimiento, pero con esto, es su rostro se dibujó una pequeña sonrisa, una un tanto melancólica, cerró unos segundos sus ojos de nuevo disfrutando de cierto alivio y se encontró de nuevo con ella, en aquel recuerdo se encontraban bajo un árbol, un arrollo cercano cantaba mientras ella con su cabello perfumado se aproximaba a su frente depositando dulcemente sus labios.

― Muchacho, tranquilo, te harás daño ― le indicaba la mujer tomándolo del brazo.

Esto lo hacía volver en sí, se observaba a su mismo con la frente pegada al cristal y un pequeño hilo de sangre descendiendo de este, el vidrio estaba intacto, lo que ocurría es que algunas de sus heridas, aún se encontraban abiertas, se dejó levantar y guiarse hasta la cama, apenado y con un semblante serio miró el espejo manchado.

― Siento lo de su cristal― dijo en voz queda.

― No te preocupes por ello jovencito, ahora si te vuelves a levantar y te lastimas de nuevo, entonces si tendremos un problema. ― le reprendió.

Con su acostumbrada tranquilidad ante las situaciones, afirmó con su cabeza y se aproximó hacia la cama sentándose en el extremo, la niña enseguida se aproximó a él y le tomó el brazo, cuando el shinobi se giró hacia ella, esta esbozaba una enorme y entusiasta sonrisa, mientras que algo bruscamente le extendía el brazo.

― Mi hija no puede hablar, fue un reto en un principio, pero a ella no aparece importarle, siempre se ha comportado de una manera que es imposible estar triste cuando ella esta.

Neji vio a la niña que movía la cabeza como si tarareara jugueteando, mientras su madre desenredaba las vendas de su brazo.

El joven dibujaba un gesto de gratitud, estas personas probablemente no sabían quién era y sin embargo lo habían ayudado y cuidado de él. La niña se percató de la mirada y volvió a dedicarle una enorme sonrisa.

Por breves segundos volvió esa chica castaña a su mente, parecía que ciertas acciones terminaban detonando ciertos recuerdos con ella.

En esta ocasión parecían estar observando a unos niños en la aldea, él le respondía algo y el rostro de la chica de pronto se enrojecía, habría sus ojos como platos y buscaba cubrirse con sus manos, le daba algunos golpecillos en el pecho como reclamándole algo para luego refugiarse en su pecho ocultándole la mirada.

Neji Huyga estaba seguro que era una persona importante para él, pero cuando intentaba encontrar el por qué dentro de su mente, no había nada, pero no era como si nunca hubiera existido, era como el espacio vacío entre dos libros en una repisa que parecía que está libre de polvo, que cortaba la imagen que formaban todos juntos en su respaldo mientras estuvieran unidos.

Recordaba su vida, cada detalle de ella, el rencor inicial a la rama principal, como Naruto Uzumaki cambió su perspectiva y así la forma de tratar a otros, recordaba misiones, recordaba proteger a Hinata, su prima. Recordaba incluso haber muerto, observándolos.

― Pensé en cambiar tus vendajes por unos nuevos, pero será mejor que te bañes primero― le indicó la mujer― esta es ropa de mi esposo…― afirmó haciendo una pausa, bajo la mirada y suspiró, lo miró de nuevo y sonriendo se la entregó en las manos― puedes usarla, te estaremos esperando para cenar. Me llamo Chizuru y mi hija es Maki, por cierto.

Neji, inclinó la cabeza haciendo una reverencia tomó la ropa en sus manos, le hacía pensar vagamente en la que su padre usaba.

― Muchas gracias a las dos― respondió el jônin.

Una vez que ambas salieron del cuarto observó las cicatrices de su cuerpo incluyendo la que recordaba había sido mortal, la palpó por unos segundos percatándose que casi cicatrizaba, aún lado de la cama, doblada y perfectamente acomodada su ropa que llevaba en la guerra, su chaleco color verde y la playera negra, observó las perforaciones y sintió por momentos que su estómago se encogía al recordarle que había sido real. Era verdad que él lo sabía, más se contraponía el pensamiento lógico de su mente calculadora que le indicaba que no podía haber vuelto de la muerte, por consiguiente, si se encontraba allí era porqué no había muerto y tal aquél ataque jamás había ocurrido, más no era así, todo era real, todo.

Cuando levantó el chaleco e introdujo los dedos por los agujeros que lo perforaban sintió algo por dentro de uno de los bolsillos, lo abrió y se encontró con un papel doblado en cuatro partes manchado en uno de los extremos de su propia sangre, lo desdobló lentamente reconociendo su propia letra en el pergamino, había un trozo en la escritura que no podía ver.

Sus ojos eternamente pasivos y esa expresión reservada cambiaron radicalmente al menos por unos instantes, su piel fue recorrida por un escalofrió, sus ojos parecieron cristalizarse y se llevó la mano a la boca cubriéndola al observar el pequeño objeto que se deslizaba del papel hasta su palma, era un pequeño anillo plateado, con una pequeña perla, estaba gravado en el interior, la nota, claramente era una propuesta de matrimonio.

No recordaba a aquella chica, algo había arrancado cada instante que habían pasado juntos, era incapaz incluso de ver su nombre escrito, sin embargo, se negaba a desaparecer, su mente la traía de nuevo como pequeñas ondas formadas en un lado por las gotas de agua de una lluvia emergente, un pequeño tintineo que comenzaba extendiéndose invadiendo todo su ser, aunque algo era seguro: se habían amado.