Light in the shadows

Prefacio

"Eres muy hermoso, igual que un muñequito..." esas simples palabras hicieron que mi corazón diera un vuelco, observe su pálida mano ascender hasta mi mejilla y acariciarla con delicadeza, luego la sentí delinear mis labios antes de ponerse en puntillas y rosarlos levemente, en ese momento no supe que hacer aunque tenía dos opciones: Quedarme y recibir sus caricias, que para mi eran sumamente placenteras ó irme y regresar más tarde cuando todo estuviera más calmado.

Mi mente era solo un revoltijo de ideas, sin embargo, una se alzaba por entre las demás y era de la única de la cual estaba totalmente seguro: ¿Porque no me fui cuando me lo propusieron?...

 

Hola! aqui traigo la siguiente entrega, le agradezco a Chaos Lady y a Lunabetz por dejar sus comentarios de los cuales espero muchos más, sin más aqui el cap 1 de "Light in the shadows"

Capitulo I: La llamada
Siempre me ha gustado eso de ayudar a la gente que esta a mi alrededor tanto como me es posible, recuerdo que cuando salía de pequeño al parque a pasear con mi madre solía llevar una bolsa de pan y algo de dinero para los mendigos que descansaban por la ruta, me complacía ver sus rostros felices y agradecidos por la ayuda, aún así más de uno alguna vez me pregunto con un claro gesto de interrogación: ¿Porque un niño como tu que bien puede pasar y escupirnos en la cara, pasa y con una sonrisa sincera nos brinda alimento y dinero aún sabiendo que nosotros no somos de fiar?, no niego que yo también me llegué a hacer la misma pregunta un par de veces, sin embargo siempre que traba de llegar la respuesta algo impedía que la llegase por completo era como si… fuera una barrera que no me dejaba pensar con demasiada claridad, solo sentía un sentimiento extraño en mi pecho, un sentimiento que no me agradaba para nada…
“¿Porqué ayudar a otros cuando puedes hacerle ver lo inferior que es?”
Un par de años después estando en el instituto conviviendo con diferentes tipos de personas, personas que eran amigos y amigas mías algunas a las cuales conocía de toda la vida, era costumbre para nosotros jugar a que yo era su psicólogo, me sorprendía la cantidad de problemas que algunos llevaban a sus espaldas ese, fue ese el detonante que me llevo a decidir mi carrera a futuro. Al graduarme entre tan pronto como pude a la universidad tomando la carrera de medicina para en un futuro tomar la especialidad de psiquiatría, quería alivianar las cargas psicológicas y emocionales de las personas tanto como se me fuera posible.
Adelante las materias durante los fines de semana por lo tanto una carrera que debería tomarme en promedio unos 10 años en total la hice solo en 5, una vez terminada mi carrera seguía mi próximo y más importante reto: conseguir trabajo.
Debo decir que eso fue una verdadera odisea debido que solo buscaban personas con experiencia, lo cual era irónico ya que como iba a tener experiencia si no me daban trabajo nunca, en fin, luego de intentar en varios lugares recurrí al periódico donde encontré uno muy peculiar.
Pedían un doctor especializado en psiquiatría, capacitada y con conocimiento de los medicamentos para una persona con Esquizofrenia, daban una excelente paga además podían negociarla, ponían los números de la casa y por ultimo un mensaje que rezaba: URGENTE.
Decidí probar suerte por lo que me acerque al teléfono inalámbrico que estaba a unos pasos de mi, mi corazón latía muy rápido tenia un presentimiento extraño algo me decía que no llamara a aquella casa, sin embargo antes de darme cuenta el teléfono tenia aquel pitido que indicaba que esperaba que la persona al otro lado de la línea contestara.
“¿Por qué no hacerle caso a la intuición?”
Unos segundos después contesto una vocecilla bastante infantil, podría jurar que era una nena de 4 ó 5 años:
— ¿Bueno?
—Hola, ¿hablo a la casa Higurashi?
—sipi-dipi ¿desea hablar con alguien en especial?
—Con tu padre estaría bien
—Mi papá no esta
— ¿Tu madre?
—Tampoco esta
— ¿un tío o tía?
—Nop
—Suspire pasando una mano por mi cabello— Pequeña, ¿Quién te cuida?
—Mi abuelito
— ¿Y él si esta?
—Tampoco
—Rin, ¿Qué haces? Dame ese teléfono— Nooo, déjame— Dámelo ó no te llevo al parque—hubo un momento de silencio— ¿Si bueno?—escuche la voz de un niño más grande tal vez de unos 12 años.
—mmm… hola
— ¿En que podría servirle?
—Verás hace un momento le preguntaba a la niña que si había algún adulto responsable con el que pudiese hablar
—Si, espere un momento
—Volví a suspirar— esta bien
Espere alrededor de diez minutos en los que me pregunte si no me habían dejado colgado, pero justo cuando iba a cortar la llamada una voz de anciana hablo por el auricular—“¡Al fin un adulto!—pensé suspirando
— ¿En que puedo ayudarlo, joven?
—Bueno, llamo por lo del anuncio del periódico
— ¡Oh! Que bien eres la primera persona que llama
—“¿la primera?”—pensé para mi mismo—y… ¿En que consiste más o menos el trabajo?
—La verdad es que no puedo explicarte bien por teléfono, ¿crees que puedas venir mañana en la tarde?
Lo pensé un poco, no era buena idea pero algo me llamaba la atención, tal vez la voz alegre de la ancianita al oírme decir que llamaba por el empleo ó porque realmente quería saber que era lo que tenia esa persona que se supone debería cuidar- si me dan el empleo, claro- fuera lo que fuera probaría suerte si no me gustaba entonces lo dejaba y punto.
— ¿joven? ¿Sigue allí?
— ¿Eh? ¡Si si! Eh… acepto mañana estaré ahí a primera hora
— Que bien por un momento pensé que no aceptarías—rió un poco aunque me pareció una risa bastante cansada— bueno, la casa esta a las afueras de Tokio al salir de los límites apenas veas a alguien pregunta por la casa Higurashi y de inmediato te darán referencia
— Esta bien entonces nos vemos mañana—estaba a punto de colgar cuando me susurro:
— No hagas caso a lo que te digan— y seguido colgó el teléfono—
Me dio un escalofrío tremendo que recorrió toda mi columna cuando dijo lo último pero intente ignorarlo, me dirigí a la cocina por un vaso de agua pero justo al dar un paso el teléfono timbro, suspire de nueva cuenta antes de girarme y tomarlo para luego dar vuelta e irme a la cocina.
— ¿hola?
—Hola, hijo
— ¡Madre! Que gusto hablarte ¿Cómo estas?
—Muy bien hijo, gracias por preguntar, ¿tu como estas?
—Bien, de hecho creo que ya conseguí trabajo
— ¿Enserio? ¡Que alegría! No se si ponerme feliz o entristecerme
— ¿Por qué lo dices?
—Pues ahora que conseguiste trabajo podrás llevarte a Akira y no lo veremos tanto
—Ay madre, sabes que nunca alejaría a Akira de ustedes
—Vale, eso espero
—Lo tienes asegurado, en fin, no es porque quiera cortarte ni nada por el estilo pero ¿para que llamabas?
— ¡Oh! Cierto, lo que ocurre es que Aki-chan quiere hablar contigo
—Vale, pásamelo
—Hoda
— ¡Hola campeón! ¿Cómo estas?
—Ben ¿y tú?
— Muy bien ahora que hablo contigo
— Te extlano
— Yo también, pequeño
— ¿Cuándo venes?
— No lo se pero cuando vaya no te soltare en todo el día, es mas ¿quieres que te cuente un secretito?
— ¡Si!
— Pues, puede que estés pronto aquí conmigo
— ¿Enserio?
— ¿Cuándo te he mentido?
— Eeh… ¡nunca!
— Pues esta no será la primera, ¿te estas portando bien?
— ¡Sipi!
— Eso me gusta, bueno peque hablamos luego ¿vale?
— Oki
— Despideme de nana y de tata y diles que no te den tantos dulces
— ¡no dile lo último!
— Vale, vale entonces solo lo primero y lo segundo, nos vemos
— Hecho, Te kelo mucho, papi
— Yo igual, hijo— seguido colgué y me quede mirando el teléfono
Akira, es hijo de una antigua relación que tuve en la universidad, tiene 3 años recién cumplidos, su cabello es algo rebelde por lo que siempre esta despeinado, tiene una piel tan blanca como la leche, una sonrisa encantadora y unos ojitos grandes de color dorado como la miel. Vive con mis padres en Kyoto ya que debido a que no tengo empleo y siempre ando de entrevista en entrevista mis padres se ofrecieron a cuidar de él durante el tiempo que no tuviera un trabajo estable, sonreí al concebir en mi mente la idea de que posiblemente pronto tendría a mi pequeño Akira correteando por todo el apartamento.
Esa noche dormí con la incertidumbre de saber que era lo me esperaba en la casa Higurashi, tenia curiosidad por saber que era lo que el día siguiente me depararía…