Élite Let it wash over, the hearts we've broken [One-shot | Carla x Samuel]

n/a: sigo sin superar el final tal terrible y sinsentido que le dieron al carmuel, sOBRE TODO porque luego me intentaron convencer de que samuel se iba a enamorar de la (and im sorry cuz i have nothing against her but) aburrida de ari just because a los escritores les apetecía otro triángulo amoroso sin razón de ser SO IM GONNA VENT WITH A FIC :D

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Oh, don't let this fear take control
Let it wash over, the hearts we've broken
Love, sometimes the best plans end up wrong
And those of us who find it first don't mean to hurt no one

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| Samuel García Domínguez |
| Carla Rosón Caleruega |

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Samuel nunca pensó que volvería a ver a Carla. No después de haber fracasado dos veces en sus intentos de relación, y mucho menos después de haber pasado tanto tiempo sin saber nada de ella.

Quizás estarían destinados a encontrarse siempre, como si fuesen almas gemelas.

Para ser completamente honesto, Samuel tampoco pensó alguna vez que conseguiría una beca para estudiar en una universidad de Londres. Sus notas nada tenían que ver con las que Nadia y Lucrecia habían conseguido su propia beca, eran más bien mediocres si no adornaba la realidad.

Pero tenía el don de la palabra.

O eso había creído Martín, por lo menos, que hizo todo lo posible por conseguirle aquella oportunidad después de haber visto su potencial en el club de debate.

Él no lo había pedido, de hecho, pretendió rechazarlo en cuanto Martín le informó de la misma, pero Samuel había aprendido un par de cosas muy valiosa estudiando en Las Encinas aquellos últimos años: que el mundo era especialmente difícil para la gente humilde como él y que había que aprovechar las oportunidades que los demás le otorgaban.

Fue mientras hacía la maleta que la recordó, al encontrar unas gafas de sol que se había dejado en su casa, para ser más específicos. Podía haberlas tirado, era obvio que él nunca iba a usarlas, pero las había guardado en un cajón como un imbécil y ahora reposaban en sus manos, devolviéndole el reflejo de su mirada melancólica.

Carla había tenido razón en aquella ocasión, como había tenido razón tantas otras veces, y es que Samuel podía aspirar a algo mejor que ser un simple camarero. Sus inseguridades nunca le permitieron darse cuenta, pero ella lo vio desde el primer momento.

Que él podía ser lo que se propusiese.

Podía parecer que el chico había superado la ruptura con Carla con relativa rapidez, que había sido capaz de olvidarse de ella y que realmente se había enamorado de Ari, pero lo cierto era que nunca había podido quitársela de la cabeza. La había querido con todo su corazón, la iba a querer siempre, y era bastante probable que nunca volviese a sentir nada remotamente parecido por ninguna otra persona.

También había pasado noches en vela arrepintiéndose de haber sido tan estúpido, tan orgulloso e inseguro; cuestionándose si no tendría que haber aceptado el dinero de la chica desde un principio, si todo hubiese sido diferente para ellos si eso hubiese sucedido.

Si ahora estaría feliz estando a su lado.

Los recuerdos se agolparon con fuerza en su memoria, creyó ser capaz de notar su colonia impregnando sus fosas nasales, y terminó por enterrar las gafas en la ropa de su maleta para intentar dejar de sentir con aquella intensidad la presencia de alguien que hacía tanto tiempo que no veía.

Era un poco estúpido pensarlo también, ¿no? Pero hubo algo dentro de él que sintió que volvería a verla, incluso si las posibilidades eran ínfimas e incluso sabiendo que verla no tendría que significar nada, que quizás ella sí había sido capaz de olvidarlo. No quiso ilusionarse demasiado, de todas formas, y siguió haciendo la maleta con la normalidad que le fue posible.

Fue Omar quien lo acompañó al aeropuerto, por supuesto. Omar y Ander, siendo que el último había vuelto ya de su viaje y ahora ambos eran aún más inseparables que antes. Samuel era extremadamente feliz por ellos, porque sabía que su mejor amigo no se merecía nada menos que alguien que lo quisiese de verdad, y aun así no podía evitar sentir un poco de envidia cada vez que los veía. Él también deseaba sentir aquella felicidad, estar con alguien y sentirse en paz con su compañía.

Se despidió de ambos, prometiendo hacer videollamada con Omar cada dos días y también prometiendo no olvidarse de él ahora que iba a conocer gente mucho más interesante. Era una tontería, claro, porque Samuel nunca olvidaba a la gente que quería, ni siquiera cuando la misma lo traicionaba para su propio beneficio.

Para su fortuna, y uno de los principales motivos por los que acabó aceptando, la beca traía incluida una habitación de residencia en el campus mismo de la universidad. Le recibieron en la misma con bastante más calidez de la esperada y le informaron que al día siguiente recibiría un tour por la universidad y el campus. Sería una alumna española que había estado estudiando ahí, para facilitarle el proceso de integración.

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Samuel nunca pensó que volvería a ver a Carla. No ahí, en la puerta de su habitación en la residencia, y desde luego que no esperó encontrarla radiante como nunca, dispuesta a darle el tour que le habían prometido.

—¿Carla?

Un simple nombre, cinco letras, y le resultaron terriblemente pesadas. Como si durante todo ese tiempo le hubiese dado miedo pronunciarlo y, ahora que lo hacía, se sentía extraño y fuera de lugar.

—Samu —la voz de Carla fue suave, el nombre del chico salió prácticamente en un susurro, y la sonrisa que decoró sus labios fue la más bonita que había visto en su vida—. Siempre supe que podías aspirar a más.

No supo exactamente de dónde surgió el impulso, quizás era simplemente lo que tenía que suceder, pero ni siquiera lo pensó antes de acortar la distancia entre ellos y buscar los labios de la chica. Siempre había pensado que si volvía a verla nada sería como antes, que ya no sentiría ese deseo de comérsela a besos, pero era una concepción claramente equívoca.

Si acaso sentía aún más la necesidad de buscar su calor.

Carla podía haberlo rechazado perfectamente, no habría puesto ninguna resistencia de ser el caso; sin embargo, no lo hizo. Se acopló a su cuerpo con la comodidad de quien había hecho eso miles de veces y en ese mismo instante, en aquella pequeña burbuja, parecía que no había pasado ni un solo día desde su amarga despedida.

—Lo siento —murmuró el chico, apenas separándose de sus labios—. Tenías razón, pero era demasiado inseguro para darme cuenta y…

—Sh… está bien —lo interrumpió ella, juntando su frente a la ajena—. Yo tenía que haber sido más sincera contigo también.

La chica abrió los ojos, buscando la mirada del moreno con algo de timidez, y le sonrió con ternura antes de separarse un par de centímetros. Dejó, sin embargo, su mano sobre la mejilla masculina y le dedicó un par de caricias con el pulgar.

>>¿Empezamos ese tour, entonces?

Samuel sonrió ligeramente antes de asentir con la cabeza y seguirla hacia el exterior de la habitación.

En ese mismo instante, ambos tuvieron la certeza de que nada más volvería a separarlos de nuevo y supieron, sin ninguna clase de duda, que eso era lo correcto.

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Hace mucho que no escribo y, encima, algo por fuera de los roles así que, bueno, be gentle with me u-uwu Also, quizás sea super ooc but idrc, solo quiero que sean felices juntos SO DEAL WITH IT