One-shot Lecciones sobre familia y libertad [FSN]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Gigi Blanche, 20 Mayo 2019.

  1.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master yes, and?

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,827
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Lecciones sobre familia y libertad [FSN]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1545
    Esta idea nació en uno de nuestros roles por whatsapp, y algunas partes son bastante similares a ellos así que Insane se lleva parte de los créditos (?

    Dejo la canción que sonaba cuando lo escribí uwu


    Lecciones sobre familia y libertad
    .
    .
    .

    El sol descendía sobre Manarola con cierta pereza. Joey estiró los brazos sobre su cabeza, desperezándose, y se desplomó sobre la terraza. Soltó un suspiro laaargo y sonrió, disfrutando la sensación cálida sobre su piel y el leve ensoñamiento que le provocaba el crepúsculo. Mila, a su lado, observaba cientos de cosas con una sonrisa enorme impresa en el rostro. Soltaba suaves exclamaciones de sorpresa o emoción de tanto en tanto, e incluso a veces jalaba apenas del abrigo de Joey para marcarle algo concreto. El muchacho abría un poco los ojos, y le sonreía o explicaba en breves palabras las dudas que ella tuviera. No sabía cuándo, pero realmente se había acostumbrado a la presencia y esencia de Mila.

    —¡Mira, Joey! ¿Qué es esto?

    Wickham se incorporó un poco.

    —Ah, una mariquita. Es un insecto.

    Los ojos de la albina brillaban y Joey sonrió, utilizando la fuerza de sus brazos para inclinarse sobre ella y alcanzar la mariquita, la cual, luego de algunos segundos, se subió a su dedo.

    —Dame tu mano, Mila.

    La chica obedeció sin chistar, y Joey juntó sus pieles hasta que la pequeña mariquita se pasó; luego, se dedicó a observar a Mila. Parecía contener la emoción en exclamaciones silenciosas, como si su concentración fuera tan absorbida por el pequeño insecto que le resultaba imposible poner las sensaciones en palabras. Quizás arrugaba la nariz o se sobresaltaba un poquito al verla extendiendo sus alas, mientras detallaba con suma precaución cada centímetro recorrido por sus patitas sobre sus brazos pálidos.

    —¿Hace cosquillas? —preguntó Joey, casi en un susurro.

    Mila asintió y el muchacho volvió a recostarse como antes, doblando los brazos detrás de su cabeza mientras apreciaba los colores pastel del cielo. Suspiró. Cuando él era pequeño, las mariquitas siempre le habían encantado. Siempre que salía a la huerta iba con ojo de halcón, atento a encontrar alguna; y si su viejo le ganaba de mano, lo llamaba a todo pulmón y Joey corría a su encuentro.

    —¿Y sabes algo, Joey? —le había dicho su viejo, la primera vez—. Si extiendes tu brazo así, aprovechará el primer soplo de viento para abrir sus alas y salir volando.

    —¿Joey?

    Abrió los ojos ante la voz de Mila, quien lo veía preocupado. Prestó atención a su mano, donde aún estaba la mariquita recorriendo su brazo sin que ella pareciera darse cuenta. Wickham se incorporó y se inclinó hacia ella, tomando su mano contraria con suavidad y presionándola sobre su hombro para que la mariquita no avanzara más de lo debido.

    —Joey… —repitió Mila, con un tinte de tristeza empañando su voz.

    Ya no le prestaba atención al pequeño insecto.

    —¿Sabes algo, Mila? —murmuró Joey, sosteniendo aún su mano para estirarla hacia adelante—. Si extiendes tu brazo de esta forma, la mariquita aprovechará la primera brisa para abrir sus alitas y volar lejos, muy lejos.

    —¿Muy lejos? —replicó Mila, frunciendo el ceño—. ¡No quiero que vuele lejos!

    —Puede sonar triste, lo sé. Pero volar lejos a veces implica libertad. ¿No es bonita la libertad? —Hizo una breve pausa y le sonrió, más dulce que antes—. ¿No es bonita tu libertad, Mila?

    La chica hizo un pequeño puchero, y desvió la mirada de Joey con las mejillas levemente sonrosadas. El muchacho se movió con cuidado, guiando su mano hasta mantener todos sus dedos estirados, y aguardó junto a ella uno, dos, tres segundos. Una brisa suave sopló del Sur, trayendo junto a Mila el aroma de Joey y llevándose lejos a la mariquita.

    —Joey… —balbuceó, comprimiendo sus manos en un puño y presionándolas contra su pecho—. Recién estabas… triste.

    —¿Triste?

    Mila asintió.

    —Tu sonrisa. No era la de siempre, no me gustó verla. Era triste.

    No lo había notado, pero podía imaginarse la razón. Tampoco le encontraba sentido a mentirle a Mila, ¿verdad? No luego de que ella lo hubiera advertido.

    —Estaba pensando en mi familia —dijo con simpleza, desviando la mirada al horizonte—. En mi viejo y en Matty. A veces… los extraño un poco.

    Mila sintió una compresión desagradable en el pecho y apretó los labios. Ella nunca había tenido una familia, aunque algunos enfermeros se lo habían explicado algunas veces con pegatinas y libros de cuentos. Sabía lo básico: qué era una mamá, qué era un papá, qué era un hermano; pero sus únicos recuerdos asociados a ellos eran viñetas infantiles coloreadas a mano. Sin sonidos, ni aromas, ni caricias. Sólo imágenes estáticas congeladas en su mente.

    La curiosidad le escocía mucho, muchísimo en la garganta, pero aún más le molestaba la desagradable seguridad de que Joey, por razones que se le escapaban, estaba sonriendo triste. Quería modificar su sonrisa, quería que fuera cálida y amable como siempre. Quería la sonrisa de Joey que le entibiaba el corazón.

    —¡Te quiero! —exclamó de repente, inclinada hacia Joey; él se sobresaltó un poco y la vio de frente—. ¡Te quiero mucho, Joey!

    Wickham detalló cómo brillaban sus ojos y cuán segura se la oía, y soltó una risa breve. Veía a Mila permanecer atenta a su respuesta, pero sus oídos se habían enfocado en el silencio de la ciudad desértica a sus pies. Una sensación desagradable se instaló en la boca de su estómago.

    Te quiero.

    ¿Él podía decir lo mismo con soltura? ¿Sin cargo de consciencia? No sabía, no tenía idea. Sólo sabía que, luego de escucharla, las palabras correspondientes no brotaron de su garganta con naturalidad.

    —Oye, Mila… —la llamó, en voz baja, y le sonrió al girarse hacia ella—. ¿Qué es querer?

    La chica pareció dudar al comienzo, como si estuviera buscando ordenar sus ideas, y se inclinó ligeramente vacilante hacia él.

    —Querer a alguien es… que te sientas mal si esa persona sufre —murmuró, deslizando la yema de sus dedos desde sus mejillas hasta su pecho, donde latía el corazón de Joey—. Duele aquí si esa persona que quieres se lastima, o si llora, o si grita. —Bajó las manos hasta su abdomen—. También… sientes un vacío feo acá. Además, cuando esa persona sonríe, ríe o se emociona, se siente bien tooodo por aquí. —Sonrió emocionada, acariciando su pecho y estómago en suaves movimientos circulares. Luego, retiró sus manos lentamente y asintió—. Así sé que te quiero, Joey.

    Joey la escuchó atentamente, en silencio, con una pequeña y tierna sonrisa impresa en el rostro. Ella... lo había descrito a la perfección, sí. Cerró los ojos por un rato, pensando en las sensaciones que Mila le había enumerado. ¿Hacía cuánto tiempo no sentía todo eso por alguien?

    Quizás... desde que había matado al viejo.

    —Gracias, Mila —murmuró con suavidad, asintiendo—. Creo que ahora lo entiendo. Es la primera vez que me explicas algo, ¿te diste cuenta? Se siente raro —comentó, soltando una risa breve.

    Los ojos de Mila brillaron intensamente junto a sus mejillas y alzó los puños frente a su cara.

    —Sí… —balbuceó, como procesando la idea, y luego sonrió de repente—. ¡Sí! ¡Tienes razón! Yo… fui útil, ¿verdad?

    Joey le acarició la cabeza, irremediablemente enternecido con su reacción, y asintió.

    —Yo quería a las mariquitas de pequeño —comentó en voz suave, volviendo la vista al cielo—. Me gustaba sentir sus cosquillas al caminar por mis brazos. Pero ahora me doy cuenta que, más que eso, lo que amaba de las mariquitas… era su libertad. Cuando el viento soplaba, abrían sus alitas y salían volando. —Sonrió—. Era como despedir a un viejo amigo y desearles buen viaje. Sabías que, aunque el tiempo o la distancia los separara, una porción de tu corazón estaría siempre con ella. —Miró a Mila—. Eso también es querer a alguien, ¿sabes? Así sé… que siempre voy a querer a mi viejo.

    La chica a su lado pestañeó un poco, pues no comprendía del todo lo que decía, pero las palabras de Joey llevaban impreso tanto sentimiento en ellas que sólo pudo asentir y esforzarse por comprenderlo algún día; como si le hubiesen confiado una verdad absoluta.

    —¿Tu viejo… es tu papá? —preguntó, algo insegura.

    Joey asintió y le sonrió.

    —Sé que suena difícil, pero estoy seguro que lo entenderás un día.

    Mila abrió los ojos, sorprendida, y asintió enérgica. ¡Había dicho tal cual lo que ella pensaba!

    —¡Lo haré! —definió, con seguridad—. Si… si seguimos estando juntos, y tú sigues explicándome cosas, ¡estoy segura que lo haré!

    Joey le sonrió, buscando disimular la profunda tristeza que sentía al verla tan ajena a la realidad. Como si no estuviesen encerrados en una cúpula mágica, obligados a matarse entre sí. Como si escapar de ese destino no implicara asesinar a todas las personas a tu lado. Como si los dos pudieran salir con vida.

    Sin embargo, asintió.

    —¡Claro! ¿Para qué están los amigos, si no?
     
    Última edición: 20 Mayo 2019
    • Ganador Ganador x 3
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  2.  
    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    14 Junio 2014
    Mensajes:
    3,842
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Aquí es donde me siento eternamente agradecida por haber posteado primero de DMW con Agnes, porque si leo esto se me arruga el corazón y se me hubiese dificultado enormemente en meterme a algo tan psicótico Gigi, me ha salvado por poco.

    Ow, Mila, Joey. Los amo, lo sabes pero debo expresarlo igual. Su emparejamiento es tan dulce, como si ella de a poco fuese descubriendo y él igual al enseñarle, quizá desde cero sensaciones, objetos, sabores, emociones y demás, pero ella recordándole aquellas cosas que creemos pequeñas y en realidad son grandisimas, lo suficiente como para transformar, potenciar o dañar el ánimo de otro ser humano. La ambientación le ha caído como anillo al dedo Gigi, te amoreo. Gracias por este lindo escrito <333
     
    • Adorable Adorable x 2
  3.  
    Tarsis

    Tarsis Usuario VIP Comentarista supremo Escritora Modelo

    Cáncer
    Miembro desde:
    20 Abril 2011
    Mensajes:
    7,072
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Me gusta que no metiste nada romántico. Nos mostraste esa faceta infantil de Mila, ese enamoramiento, y cómo él como alguien más experimentado lo sortea. Cómo la aprecia y ve la amistad entre ellos, y bajo palabras le dice lo que realmente es importante.

    *-----------------*
    /cuidensedeMilaporquesinoeresdeellanoeresdenadie/
     
    • Adorable Adorable x 2
    • Gracioso Gracioso x 1
Cargando...
Similar Threads - Lecciones familia libertad
  1. Lelouch
    Respuestas:
    1
    Vistas:
    469
  2. Hygge
    Respuestas:
    2
    Vistas:
    565
  3. El Calabazo
    Respuestas:
    2
    Vistas:
    425
  4. Hygge
    Respuestas:
    5
    Vistas:
    571
  5. Amane
    Respuestas:
    0
    Vistas:
    598

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso