Lazos de sangre.“hijos de la noche”Prefacio. ¿Cuánto tiempo crees que puedes vivir? ¿Cuándo crees que tu muerte se aproxima? ¿Es cierto que cuando estas por morir vez toda tu vida pasar en un minuto? ¿Crees es los hechos sobrenaturales? ¿Vampiros? ¿Hombres lobos? ¿Demonios? ¿Hechizos? ¿Brujas? ¿Videntes? ¿Aquellas personas que pueden ver lo que va a suceder? ¿Qué pueden ver el futuro en algunos de sus sueños? Yo no creía que todo esto podía llegar a existir en mi vida, hasta que sucedió lo que sucedió y tal vez debía suceder asi, de lo contrario yo no tendría un propósito, una razon de vivir. La persona a la que amo me dio una razon de vivir, de vivir toda una vida, mucho mas feliz y larga de lo que hubiera imaginado. Les contare como la vida puede cambiar asi como asi, como todo toma un sentido distinto al que ubiese podido imaginar, como tu mundo imperfecto se vuelve perfecto e inversa, tanto que crees que vives en un sueño y que jamas terminara.
Capitulo 1: Necesidad Quiza debería ahogarme en mis pensamientos más profundos, es asi como todo comienza a tener un hilo de cordura en mi vida. Ya no era una niña, pero nadie podía ver eso. Solo yo o mi imaginación y la necesidad de que fuese tratada como un adulto, con mis 17 años no era más que una personita en pleno crecimiento, soñando convertirse en una persona adulta lo más pronto como sea posible. Estaba atrapada en dos mundos distintos, viendo cual seria la mejor opción, cual seria el más agradable camino que yo podria escoger para que mi futuro sea tan perfecto y parecido al de mis sueños. Sentada en los pies de mi cama divagando por mis recuerdos, uno que otro tan feliz y dichamente satisfactorio para mi memoria encontrarlo. El de mi querida abuela, mi dulce ancianita. Ella habia sido la persona mas importante en mi vida jamas ubiese pensado que su partida de este mundo seria asi, tan dolorosa para muchos y para mí una terrible y cruel pesadilla. Los años era algo con lo que no podía luchar, las enfermedades y la vejez, odiaba admitirlo pero quiza si ella seguía aunque sea un poco mas las cosas por supuesto no surgirían como estan ahora. Era mi último año de la secundaria, desde que comencé mi secundaria todos mis colegios fueron pagos y los dos primeros al cueles asistí eran muy exigentes. Por distintos motivos tuve que cambiarme tres veces de colegio en 5 años. Al último que asistía era una especie de nivel bajo, dichamente mi nivel estaba avanzado para esa clase de enseñanza, a muchos de mis compañeros les pasa igual; pero habia una diferencia. La gran diferencia es que ellos aplacados por el sistema de la escuela no ejercitaban sus mentes. Las cuales necesitan practica, yo en cambio mientras ellos se divertían en fiestas, boliches y demas prefería quedarme en casa leyendo libros. Y aunque eso suene tonto, creo que tengo un amplio conocimiento y significativo de palabras que muchos no conocen. Habia leido libros con mas de 400 páginas en una semana, mi nueva meta era poder leer a Hamlet; su historia me fascinaba. Salir con chicos por el momento no era de mi interés, ¿realmente importaba eso? Cuando en realidad mi vida comenzaba a formarse. Eso era mi escusa, tal vez no habia encontrado el amor hasta ahora, o realmente era un bicho raro, normal para muchos, y anormal para unos pocos. Luego de terminar la secundaria, cumplir mis 18 y conseguir un empleo ya podía sentirme libre o casi. Lamentablemente vivia en casa de mi tía una persona atónita en su entorno, exigente, pero una excelente persona como resumen. A ella no le gustaba mis pasatiempos, siempre que leía hacia lo correcto, pero cuando me atrapaba mirando alguna película de vampiros (debo dar nota que ellos siempre llamaron mi atencion, esos personajes de novelas que siempre se interpretaba como malo a mi me despertaban curiosidad) o quiza dibujar que era muy comun en mí, no le agradaba, aunque cada vez que veía mis dibujos admitía que eran buenos. Esa tarde, Jane, mi adorada prima habia venido a ayudarme con mis cosas. Estaba realmente agradecida con mi tía por toda su dedicación al cuidarme por tanto años. Pero como ya he dicho era momento de escoger un camino. Al comienzo sentía miedo, ¿soledad era lo que me esperaba? ¿Por cuánto tiempo? ¿Seré tan fuerte como para soportar el estar sola? Fueron mis primeras preguntas, pero mi voz interna siempre las respondía – "¿Qué hago con esto?”- pregunto Jane con un pilón de hojas, todas eran dibujos mios, en sus manos. “tíralos” respondi con una voz triste. “¿Por qué?” pregunto- no conteste, ella no volvió a insistir. Yo seguí con mi archivo de libro, practicamente no queria llevar mucho ni tampoco tirar algunas cosas. Jane era solo un año y medio menor que yo, nuestros gustos se parecían, ambas leíamos y nuestros pasatiempos eran casi iguales, aunque Jean no sentía esa curiosidad por los vampiros. Asi que no le hablaba mucho de ellos, y cada vez que veía una película buena sobre ellos, ella hacia la misma mueca y ponía sus ojos en blanco. “¿podria conservar algunos de estos dibujos para mí?”- murmuro. “si creo que si” respondi- mostré poco interés en eso, y no me fije que dibujos escogía. “¿estas bien Kate?” – pidió con el seño fruncido. “oh si, no te preocupes. Solo estoy algo cansada”. “seguro” asintió ella y salio con un par de cajas, las ultimas que quedaban en la que pasaría ahora en mi antigua habitacion. “¿sabes algo?”- dije en un tono divertido “¿Qué?” – pregunto extrañada. “jamas podre olvidar nuestras conversaciones” dije mientras apagaba la luz y manoteaba el picaporte para cerrar la puerta. Jane no dijo nada como de costumbre. Colocamos las cajas apiladas en el porche, el camión ya estaba ahí. A mi tía no le gustaban las despedidas por eso no estaba ahí para despedirme. – “ten, la tía me dio esto. Sabes cuanto ella odia las despedidas” dijo Jane mientras extendía su mano, para darme un sobre. “hug, claro. Es un clásico de la tía, supongo”- susurre mientras tomaba el sobre. Estaba dispuesta abrirlo. –“no, no lo hagas ahora. Me pido que te digiera que lo hagas en otro momento” “si, esta bien” suspire. Ella tambien lo izo. “me quedare un par de dias con ella, asi no se sentirá tan sola”. Yo asentí. El camión de mudanzas llego, y mis cosas fueron subidas “bueno Kate, voy a echarte mucho de menos” –“si yo tambien lo hare” y nos abrazamos mutuamente. Antes de subir al camión y comenzar mí viaje mire hacia la ventana de mi tía y vi la cortina moverse, ella habia estado mirando y especulo el momento de que yo lo haria para seguro refugiarse en su alcoba evitando una mirada triste. Mire por el espejo hasta que el chofer doblo la esquina y ya no pude ve la figura de mi prima cruzada de brazos. ¿Esa era mi necesidad? Realmente ¿necesitaba hacer esto tan pronto? ¿Estaba segura de esto? Pero todas esas preguntas se terminaron. Si no lo hacía ahora no lo haria nunca, que mas da, que mas puede importar. Durante mi viaje opte por no hablar con el conductor, no estaba muy animada. Cambiar de estado asi como asi, de un dia a otro. No solo eso, el clima, las personas ¿Qué me esperaría? Bueno, intente dormir, pero mi mal sueño me acosaba siempre tenia ese mismo y oscuro sueño. Una niña, una señora que no podía ver su rostro y la figura de un hombre ¿Qué significaba eso? O mejor ¿tendría algun significado? Porque solo podía ver sus siluetas y el pequeño vestido. Lo que si podía era oír a la pequeña llorar, ¿Qué nadie podía oírla como yo? ¿Y yo donde estaba? ¿Por qué no acudía a su consuelo? Ciertamente si podía oírla, significa que yo estaba ahí, pero no reaccionaba. Eso me desespera mas aun cada vez que despertaba ¿tal vez mi sueño intentaba decirme algo? Podía ver las ropas de la mujer llevaba un vestido de color azul, el hombre vestía de negro y la niña lleva un vestido color lila. La pequeña aun lloraba, ella estaba sola. La figura del hombre se acerca silenciosamente y se arrodillaba frente a ella, con sus manos tocaba los pequeños rizos de la pequeña, ella se habia calmado. Quiza ella lo conocía, quiza el era su padre, su hermano habia tantas posibilidades. ¿Pero que tenia yo que ver con ese acontecimiento? El hombre alzaba en sus brazos a la pequeña y cuando deseaba saber que pasa con ellos sus figura eran borrosas y no veía donde ivan. Queria seguirlos pero la oscuridad no me dejaba verlos. “esta bien muchacha, entramos en la negrura de la noche ya pronto podrá ver la ciudad”- dijo el conductor. Suspire “disculpe” dije –“¿cuanto tiempo he dormido?” –el hombre se puso entorno pensativo y dijo “bastante, quiza mas de 8 horas”. Que estúpida habia dormido tanto, ya casi amanecería, el frio dentro de la cabina comenzó a notarse. “ups, lo siento” el hombre extendió su mano y encendió el calefactor del camión. “si el frio se acerca” no dije nada me dispuse a ver por el amanecer, queria contemplar el amanecer de lo que pronto tendría que ser una nueva vida. Era tan hermoso, tan radiante. Podía imaginar sus primeros rayos como sus largos brazos extendiéndose, un largo y extenso estiramiento de brazos. Sus rallos anaranjados comenzaban a empujar algunas nuves, y parecía que cuando las tocaban era como que si las cambiara de color y ellas gustosas tomaban un color rozados mientras se corrían, seguro por el corriente de calor que el hermoso sol producía en su despertar. Contemple todo lo que pude ese hermoso paisaje, las casa estaban una cada vez un poco mas cerca, era evidente que estábamos llegando a esa ciudad. Me sentí inquieta yo pase desde que nací con mi abuela en Toronto hasta mis 11 años, cuando ella falleció. No recordaba mucho de esta ciudad, ya habia mencionado que los únicos recuerdos que podía mantener intactos era el de mi abuela. Asi que francamente era como si nunca ubiese visto esta ciudad, aunque por momentos tenia flashes en mi memoria, trataba de dispersarlos con otros pensamientos. ¿Cómo estaría la casa que mi abuela me habia dejado para mí? Honestamente, no era una casa grande, tenía una pequeña cocina, un comedor y un living en la planta baja. En la planta alta habia un baño, y dos habitaciones. La casita era como un pequeño duplicado de las de más, que de distintos colores estaba ahí una pegadita a la otra. Que mas da me dije a misma, hice un pequeño esfuerzo para no reírme e imagine que es todo lo que me esperaba. Me puse un poco más cómoda cuando ya habia entrado en calor, asi que deje de sujetar mi chaqueta pero seguí mirando hacia la ventanilla. Solo un patio no tan pequeño era lo que separaba las casa una de otra, entonces el conductor me advirtió que solo nos queda 30 minutos del viaje. Asi pasó mi mañana viendo todo el paisaje de carretera. Imaginando cosas hermosas, viendo los diferentes tipos de colores que se formaban me pregunte si alguna vez podria poner algunos de esos bellos colores en mis dibujos. Quiza lo haga me respondi a mí misma. La apoderada estaba parada en la escalera de la casa. Baje de la camioneta y ella se acerco a mí con una sonrisa. El frio se izo notar de nuevo asi que me abrase a mí misma. – “si, el frio aquí se hace notar demasiado” ella comento. No le di mucha importancia a como estaba vestida, solo sonreí y asentí. “la señora Amelia Greece, su tía” aclaro “me encargo que vaciara la habitacion que era de su abuela, por lo tanto tiene una de las habitaciones vacías y muchas de las pertenencias ya no estan” me informo –“si esta bien” dije tratando de no hacer notar que mis labios temblaban “aquí esta la llave” me la dio, me mostro la planta baja. Luego hizo algunos comentarios que aparente oírlos, “necesitaría que firme esto y ya la dejare instalarse tranquila” “ok, eso esta bien, bueno si necesita algo tiene mi numero y que disfrute de la ciudad de Toronto” –“si gracias” fue mis últimas palabras. “¿quiere que le entre las cajas?” –“ah si, si por favor ¿podria dejármelas aquí?” “si por supuesto contesto”. Claro que yo ayude con las que podía. Todas las cajas estaban en el comedor. Antes de despedir al hombre le entregue su pago correspondiente y algo más por la buena voluntad que tuvo en ayudarme.
Capitulo 2: Vacio. Di un vistazo mas intenso, me senté en las escaleras un rato y preste atencion a cada rincón de la casa. Al entrar por la puerta principal, daba a un angosto corredor que a su derecha tenia dos conexiones una a la cocina y otro al comedor, del otro lado era igual solo que estaba conectado al living. Todo estaba tapado por fundas plásticas, para evitar que el polvillo arruine los muebles. La cocina era pequeña, un mueble de color marrón en donde se guardaban los basares, una nevera, una alacena y una pequeña mesa para dos. Una ventana y una puerta que daba al patio trasero eso era todo, el comedor tenia una mesa rectangular, sillas y una ventana que daba a la calle. El living estaba cubierto por mis cajas, pero tenía un sofá de color crema y dos sillones en las esquinas, una mesa ratona. Y cerca de la chimenea una silla, una silla mecedora. Ella ahí era donde se mesaba y se quedaba pensando en las tardes de invierno. Agradecí mucho que hubiese dejado esa silla, junto a la escalera una alta biblioteca vacía. Subí las escaleras tocando la baranda delicadamente, quiza en ese momento era como si estuviera saludando a la casa. Entre en el baño y todo estaba en orden, su color blanco adornado con flores, una tina blanca el retrete, el toilette y el lavamanos. Un amplio armario y un espejo. Cerré la puerta con cuidado “cuanto tiempo” murmure. Camine hasta la que alguna vez fue mi habitacion, toque la perilla de la puerta “no es hora de ponerte melancólica Kate” me corregí. Mi antiguo cuarto esta iluminado, el sol en la mañana llenaba ese cuarto de luz. Una repisa en la cabecera de la cama y mis muñecas de la infancia, aquella que mi abuela me habia escondido para que yo no las tirara. En la mesa de luz pude notar un libro de cuentos, mi primer libro de cuentos. “creí que…” me interrumpí a mi misma llevando mi mano hacia mi rostro, las lagrimas comenzaron a caer sin previo aviso. Un armario de color lila vacio, y un escritorio de color blanco contra la ventana. Quise saber algo, me acerque a la puerta y mire detrás de ella, ahí estaba. Mis dibujo pegados detrás de la puerta. Las hojas amarillas por los años. Los colores, habia muchos colores en mis primeros dibujo. En todos flores, y dos personas mi amada abuela y la niña que alguna vez fui. Sentía el vacio en mi pecho, la angustia, las ganas de llorar desconsoladamente. Pero no lo hice, trague fuertemente saliva, y con las yemas de mis dedos seque mis lágrimas. Cerré la puerta de la habitacion y continúe con lo que seria la ultima puerta, el ultimo ambiente de la casa, claro, vacio. Acaricie la perilla como con la anterior, me tomo unos minutos poder girarla. Entre y solo estaba el placar y un cuadro, el cuadro estaba envuelto en papel madera. Lo tome y rompí el papel, para mi sorpresa. Vacio. El cuadro estaba vacio. “que buena broma me han hecho” murmure. Sabía como estaría el armario. “seguro que tambien estas vacio” y cerré la puerta me quite la chaqueta y la coloque en un brazo del sillón. Saque la carta de mi tía, pero no quise leerla. No queria ponerme mas triste de lo que ya estaba, asi que la coloque sobre el techo de piedra de la chimenea. Quite todos los plásticos de la casa y los metí en una de las cajas que vacié apresuradamente. Mi primera caja fue sencilla, saque mi radio estéreo y lo coloque en una mesa alta que habia en el comedor. Puse mi CD favorito, y continúe ordenado los libros mientras escucha “forever love”. Ordené en la biblioteca toda la colección de libros que habia decidió traer, los más importantes para mí. Me sobraba un estante asi que coloque mis CD. Lleve pocos porque sabia que tiempo era lo que mas me haria falta. Ya estaba oscureciendo, coloque las cortinas, coloque los retratos. Y decore la planta baja, haciéndola ver más yo, quiza. Encendí las luces de afuera y las de adentro tambien, la casa era muy luminosa tambien de noche. Eso me agradaba, ya solo me quedaba la planta alta. Subí y a medida que lo hacia iva prendiendo las luces, tambien era luminosa la parte de arriba. Solo por esa noche dormí en mi cuarto de la niñez. Mi tía habia encargado una cama nueva para mí y me la traerían al dia siguiente. Otra vez el mismo sueño, la pequeña llorando, la mujer quieta, y el hombre. Pero algo era diferente, pude ver las manos del hombre, pude hasta diría sentirlas en mi sueño ¿pero como? Si yo no esta ahí, sus manos eran frías, frías como el hielo. Me desperté comencé a tener frio y me hice chiquita, abrase mis piernas con uno de mis brazos por debajo de la colcha y acaricie involuntariamente mi mano con la otra. Sabía que tenía dos dias más antes de empezar con mi empleo. Antes de realizar algunas compras esperaría la cama. –“buenos dias ¿señorita Greece?” dijo el muchacho cuando le abrí la puerta. “si, buenos dias” dije educadamente. Ese dia me habia levantado de muy buen humor “le he traído el pedido” –dijo “ah si, si esta bien”. “¿podria usted firmar aquí?”. “seguro”. Me hice hacia un lado despues de indicar donde queria que pusieran esa enorme cama. “me preguntaba si me daría su número telefónico, si eso seria posible” dijo me quede observándolo un minuto. “mmm no puedo” dije sin mirarlo “oh bueno, esta bien. Encontrare alguna falla para volver y asi tal vez si me diera” dijo sin perder las esperanzas. “quiza funcione” no dije mas y el tampoco. Hasta que sus compañeros de trabajo salieron de la casa “hasta pronto” dijo con una sonrisa “si adiós y gracias” entre rápidamente. Corrí escaleras arriba –“que bien” dije “si es grande y luce cómoda”. Coloque la cama en el medio de la habitacion, la ventana del lado izquierdo. Y el armario del derecho. Mi habitacion lucia bien. Hice la cama, y del lado izquierdo coloque la mesa de luz. Quedaba bien. Todo el dia, despues de las compras me dispuse a ordenar la ropa. En cuanto abrí el último cajón, una pequeña caja de color lila con flores blancas, estaba ahí. La abrí y dentro de ella un listón rosado y una medallita. La cerré y la deje en el mismo lugar. Tenía todo a excepción de la otra habitacion ordenado. Definitivamente lo habia echo en tiempo recor. Solo me quedaba disponerme a poder sentarme y relajarme. Puse la pava, para hacerme un te. Llamaron a la puerta. “¿Quién es pregunte?” “soy la vecina, Marie Morris” abrí, su voz era la de una ancianita. “hola, buenas tardes” “solo queria darte la bienvenida al vecindario” – dijo, note que era una señora mayor, su mirada estaba llena de dulzura. “¿quiere pasar? ¿Puedo ofrecerle un te?” “oh no quiero molestarte, solo vine a presentarme y traerte un presente” dijo la señora dándome una bandeja “de hecho recién termine, por favor pase.” La señora paso y la residí en el living, ahí estaría mas cómodo. Traje dos platos y cucharas con dos tazas de te caliente. La buena señora me habia echo una torta de manzanas para mi “¿querida?” “si” atendí rápidamente “no me has dicho tu nombre” que desatenta habia sido “disculpe, no era mi intención ser descotes señora Moris. Katherine Greece” “ah no te preocupes, suele pasarle a las personas.” Ella se quedo pensativa “Greece” murmuro “mi abuela Lucrecia Greece, ella vivia aquí” la interrumpí “oh si, ya la recuerdo. Recuerdo muy bien a tu abuela. Recuerdo el dia en que me mude a este vecindario, ella me llevo una maseta. Sus flores tenian un exquisito perfume, sin contar que eran bellas por sus colores” ella izo una pausa y coloco la taza encima del plato “¿sabes que me dijo? Me dijo que la maseta representaba el deseo que ella tenia. Ella deseaba que me quedara mucho tiempo. Y hace 37 años que vivo aquí” la señora noto que se me habia escapado una lagrima “oh vamos Kate, no llores” le sonreí “disculpe, últimamente estoy algo sensible” dije secándome las lagrimas. Luego que la señora Moris se habia ido, decidí ir a darme un baño. Cene y fui a dormir. El sueño era mas claro ¿Qué queria decirme? La niña lloraba, la mujer estaba en estado de pánico. ¿Esa era la causa por la cual no se movía? Solo veía su espalda, y su cabello corto y ondulado. La niña sentada en la oscuridad, la figura del hombre se acerco y la alzo en brazos, ella ya dejo de llorar. “tranquila Kate” le susurro. Ahí lo entendí, esa pequeña era yo. El listón rosado en su cabello, esa pequeña era yo, entonces la mujer debía ser mi abuela. ¿Quién era el hombre? Solo veía claramente a mí. Las respuestas, ahí estaba yo, esa era la razon por la cual yo no podía consolar a la pequeña. Me levante totalmente atónita a mi sueño, ¿seria eso un recuerdo? No yo no recordaba eso, no recordaba nada de lo que haya pasado antes de mis 5 años. Lo poco que recordaba era una especie de flashes en mi memoria de esa edad en adelante. Mi desayuno transcurrió lento y sin prisa, me vestí y decidí salir un poco ese dia. ¿Por qué tenia esos sueños? ¿Por qué? ¿Qué querian decirme? Camine por las tiendas, ninguna me llamaba la atencion. Mi desinterés por las compras no habia cambiado en nada. Seguí caminando asi como asi, la gente pasaba y rara vez alguna persona se detenía para observarme yo actuaba como si nada. El cielo era gris, eso me daba tristeza. Pronto las nubes comenzaron a oscurecerse y las luces se encendieron. Me pare frente a una tienda de ropa, no miraba la ropa en si, si no los muñecos. Los muñecos que traían unos pequeños vestidos de niñas. Decidí regresar. Las personas ya no me veían extrañados, ya no. Vi la gente caminar muy amontonada, asi que en cuanto llegue a la esquina doble. Decidí tomar otro camino hacia la casa. No habia mucha gente por esa calle, quiza eso me animo un poco y camine tranquilamente. Una tienda de arte llamo mi atencion, me quede parada frente a ella. “hola ¿en que puedo ayudarla?” dijo el muchacho apenas cerré la puerta. “ah yo buscaba un cuaderno de dibujo” conteste “¿algo en especial?” “mmm no en realidad” desvié la mirada “¿este le parece adecuado?” dijo colocando sobre el mostrador un cuadernillo “ah si, esta bien” le dije acariciando la tapa del cuaderno “no eres de aquí ¿cierto?” “ah no, acabo de mudarme ¿Por qué?” “normalmente las personas que no son de aquí suelen resaltar mas. Su cabello y su piel, tienen un bonito color.” “ah si, suelo estar mas tostada” dije mirando mis manos “es una lástima, estando aquí pronto perderá color. El sol solo sale para esconderse entre las nubes”. Camine por una calle casi vacía, pero como estaba bien iluminada no me preocupe. Cuando pase por al lado del hombre que venía frente a mí, sentí un cosquilleo en el brazo, una especie de electricidad corrió desde el brazo hacia la puntas de mis dedos haciéndome tan torpe como para dejar caer el cuadernillo al suelo. Me agache instantáneamente a recogerlos, pero el hombre ya esta ahí dispuesto a ayudarme. “lo siento mucho” dijo. Su voz era tan clara, algo familiar en esa voz pude encontrar, pero no sabía que era. “ah no se preocupe” le respondi, levantándome. Levante la vista para mirarle a los ojos. Los ojos más hermosos, de un color azulado. Me quede observándolos un instante “¿estas bien?” me interrumpió. Sacudí mi cabeza para salir de ese transe –“si” respondi. El cosquilleo aun continuaba, me constaba poder respirar y sentía como mi corazon iva acelerándose. “discúlpeme, yo no estaba viendo por donde iva” mis piernas comenzaron a templar y sentí como mi vista se nublaba un poco. Me tambalee. –“¿segura que estas bien?” “si” alance a decir y cuando me di la vuelta sentí como mis piernas perdían fuerzas. El hombre me sujeto a tiempo. Entonces lo sentí, el cosquilleo, la electricidad que sentía era causada por la temperatura corporal. Sus manos estan muy frías ¿podria a ver sido el producto de mi imaginación? No. Eso realmente estaba pasando, busque sus ojos, los encontre. Ese muchacho, su mirada –“quiza deba acompañarte” “¿acompañarme?” “no te ves bien, no seria de un caballero abandonar a una mujer como tu en esas condiciones” “¿abandonarme?” “¿solo sabes repetirme?” me sonroje y agache mi cabeza. Me aparte de él ¿Qué estas haciendo Kate? Grito mi voz interna ¡estas caminando junto a un desconocido! Es cierto, me detuve y le mire fijamente. –“disculpame de nuevo, no he sido cortes con tigo. No me presente, soy Henry” busco mis ojos y los encontró. Bueno si vas a caminar junto a un muchacho desconocido compórtate, y se educada Kate. Me corregí ¿Qué debía hacer? El se presento con un nombre informal. Con su apodo “no se preocupe” “te diré dos cosas, en primer lugar no me trates de usted y en segundo ¿vas a decirme tu nombre?” “lo siento, me apene. Si, Kate” baje la mirada “no quisiera retrasarte, de seguro eres una persona ocupada y yo estoy obstaculizando tu camino” “no lo haces. ¿Por qué obstaculizaría una bella mujer mi camino?” su manera de hablar, las palabras que decía, su manera de expresarse hacia que me avergonzara “¿podria pedirte algo?” “dime, lo que sea que pueda ayudarte” “todas esas cosas, acortejarme hace que me apene” “no estas acostumbrada a este tipo de trato” “desde que he llegado a Toronto, cada muchacho con el que me he cruzado me ha alagado” “vaya tienes muchos pretendientes ¿tienes alguna preferencia?” lo observe queria saber a que punto queria llegar este chico que acaba de conocer. “tranquila Kate” esas palabras, esas justas esas fueron la que debió decir. El sueño vino a mi memoria de golpe, veía todo con claridad, a mí de niña que era consolada por este chico en sus brazos. “eres tu” vacilé “asi es” fue lo que dijo. Di un paso hacia tras queria verle bien. Queria estar segura de él. Su pelo era arrizado, su color de cabello hacia que sus ojos resaltaran. Su piel era algo pálida, casi blanca comparada con la mia. “¿tu si sabes quien soy?” “creí que no lo recordarías ya que fue hace mucho tiempo” “¿Por qué? Esto no ha sido una casualidad” dije mirando hacia ambos lados, asegurándome de que nadie nos escuchara. “es normal que estes asustada” “¡no lo estoy!”. Deje caer nuevamente el cuadernillo, ninguno de los dos parecio notarlo. Y corrí, corrí tan rapido como mis piernas me lo permitían. Llegue a la casa y abrí la puerta, la cerré detrás de mí y me senté contra ella. Abrase mis piernas y cerré mis ojos “esto no es mas que un pesadilla” dije y los cerré aun mas. Deseaba que se terminara, deseaba despertar. Esto no podria estar pasando. ¿Por qué todo tenia que ser tan dificil? Las manos me temblaban, trate de incorporarme pero cuando abrí los ojos me sentí mareada, use la puerta para ayudarme. Me tambalee y casi tropieza con mis pies ¿Qué rayos era lo que me pasaba? No sé porque pero me dirigí a tomar la carta que habia puesto sobre el techo de la chimenea. Para mi sorpresa la carta no fue escrita por mi tía. Me senté en el sofá y comencé a leerla –“mi dulce Katherine, estarás confundida y creerás que lo que te sucede es un terrible sueño. Yo soy la que debe contarte la verdad.”- ¿la verdad? No entendía que estaba pasando, pero me sentí mal, si una cosa es la que sabia era que esa carta me haria entender todo y que seguramente no seria linda. Muchos dicen que la verdad es cruel y eso es cierto, no ofende pero duele ¿pero era mejor la mentira? ¿Es mejor creer lo que uno quiere? No, yo merecía saber la verdad, yo deseaba saber la verdad yo tenia que saberla.
Capitulo 3: Protector Respire profundo y continúe:“mi pequeña, te he criado como mi propia hija y en la medida que pude protegerte lo he hecho. El amor que te di no se compara con nada en el mundo. Yo, tu madre y ahora tu compartimos el mismo destino. Tú no eres una simple humana, suena cruel. Lo sé. Pero es la verdad, tu destino esta marcado desde que naciste, tu deber es no dejar que el mal surja. Tu puedes ver que es lo que se aproxima, tu arma, tu defensa siempre serán tus ojos. Veras el pasado, el presente y el futuro. A partir de tus 18 años estas visiones se presentaran en distintas formas y mas frecuentes. Cariño, no estes asustada. Siempre amanecerá para ti, siempre tendrás tu horizonte, haz que los demas tambien lo tengan, que las demas personas tengan tambien un mañana. Henry él será quien te proteja cuando yo ya no este. Temo que he visto mi futuro, y mi enfermedad será la causa de mi muerte, es por eso que me anticipo a todo y te he dejado una camino marcado. Henry será tu protector y tu se su amanecer, se sus ojos. Se su horizonte. Sé que puedes mi niña, yo lo sé. El perdió su alma hace tiempo, vivió mucho tiempo en la oscuridad, guíalo por la luz. Recupera su alma. Hazlo sentir vivo, cuídalo como si fuera lo unico que tienes. Mira dentro de él. Se tu misma. Confió en que lo harán bien. Nada es mas impórtate que la mision que te fue heredada. No importa lo que él sea, tu continua a su lado sin importar nada. Siempre estare con tigo. Abuela Lucrecia. Que te ama.” Rompí a llorar, estaba asustada. Queria, queria poder entender mejor ¿mi destino? Deseaba que mi destino sea otro, no tenia idea a que era lo que la carta se refería. ¿Y Henry? ¿De que debía protegerme? Habia sido tan claro el mensaje, pero a la vez no. No para mi, ciertamente estaba llegando a la mitad de la historia, pero me habia salteado varios capítulos. Deje la carta en el sofá, y corrí a la puerta, la abrí. Henry esta parado en la senda, corrí hacia él y lo abrase tan fuerte como pude. No tenia la suficiente confianza con él, apenas lo conocía pero la necesitaba contención. Él acaricio mi cabeza con su mano, lo unico que me separaba de su piel era su camiseta y aun asi sentí como el frio me quemaba. “has olvidado tu cuaderno” era cierto, sostenía mi cuaderno con su mano izquierda. “explicame” suplique. Entramos en la casa y nos sentamos en el sofá. Tome la carta –“quiero saberlo desde el principio” le exigí. Henry busco mis ojos los encontró. “deseo saber la verdad” el no dijo nada “¿quiero saber que soy yo? ¿Qué con tigo…?” se levanto y me dio la espalda, camino hacia la chimenea y no dijo nada. Antes de que pudiera decir algo me interrumpió “¿quieres saber respecto de ti?”. - Si- respondi secando mis lágrimas. - Todo comenzó cuando los reyes utilizaban a las personas con dones especiales para sus beneficios. Las que en ese entonces llamaban brujas eran las que podían ver el futuro. por muchos años las cosas fueron asi, claro que habia quienes no estaban de acuerdo con este tipo de trampa, y un hechicero, pues asi fue llamado, se rebeló y desato todo tipo de mal en los pueblos de uno de los reyes. Soldados enteros murieron en el intento de detenerlos. Estos fueron inútiles por causa de que eran humanos.- doble mis piernas y puse mis manos sobre mi regazo.- una de las “brujas” se le ocurrió que quiza sacrificándose podria sellar los poderes de este.- izo una pausa. - ¿y que ocurrió? ¿lo logro? – el suspiro y se volteo para mirarme. - En efecto, logro sellar sus poderes, pero- izo otra pausa - ¿pero que? –pregunte ansiosa, comenzaba a imaginarme como habría sido los hechos en esa época. - Logro sellarlos temporalmente. Ese hechicero es demasiado persistente… - ¿Cómo que es? ¿acaso no has dicho que esto ocurrió hace mucho tiempo? - ¿no has prestado atencion? Cada vez que recupera sus fuerzas, aunque sea un poco, este intenta regresar. Han pasado muchos años y siempre es igual. Sus poderes logran sellarse, pero siempre hay un error. Según Lucrecia, la que selle los poderes debe ser muy fuerte para destruirlo. – me observo un rato, yo aun seguía sin comprender varias cosas. - Entonces ¿soy considerada una bruja? Eso suena realmente espantoso- el no pudo ocultar su risa, yo lo mire sin entender de que se reía- ¿Qué? ¿Cómo te puedes reir en un momento asi? - El concepto bruja no te queda nada bien a ti- dijo en tono de burla- yo te clasificaría como una vidente novata. Aguarde en silencio. Él lo interrumpió, se puso serio. - Con el correr de los tiempos aquellas personas que podían verlo todo se denominaron videntes. Al menos tu abuela no era considera una bruja. - ¿mi abuela? - Tu madre tampoco. - ¿Cómo? tu no eres muchos mayor a mi ¿Cómo sabes tanto de ellas? – el examino mi biblioteca – yo he leido muchos libros de historia antigua – era cierto, ahí me di cuenta de todo – en la época que las brujas, hechiceros eran mas comunes tambien habian otras cosas ¿cierto? - “¿otras cosas?” – repitió - Hug – gemí- en verdad, lo siento. Por fa…- me interrumpió. - ¿Qué crees que sea yo? ¿Qué cosa te parezco? – lo mire atónita. – que criatura considerada un demonio, se puede quedar congelada en el tiempo, no puede salir a la luz del sol y encuentra a los humanos totalmente irresistibles- me levante de un salto. Seguí observándolo, pero no se en que momento ocurrió, que tuve la impresión de ver borroso por un instante. - Te diré mas, no hay nada cierto en este libro- ¿Cómo fue que lo hizo? pregunte Tenia en sus manos un clásico, uno de mis favoritos “Dracula” pude ver a mi lado a Henry por el rabillo de mi ojo. Gire mi cabeza para comprobar si era cierto. Instantáneamente mi cuerpo reacciono de manera brusca e hice un movimiento involuntario hacia tras sin saber que habia detrás mio. Tropecé con el pie del sofá, estaba a punto de caerme y golpearme fuertemente si no hubiera sido que Henry me habría atrapado. - Soy el demonio que piensas – susurro – soy un VAMPIRO. Mis ojos se abrieron automáticamente al oír esas palabras. ¿Un demonio? ¿El se consideraba un demonio? Y aun peor ¿creía que yo lo consideraba un demonio? Apoye mi peso en mi pierna izquierda y puse mi mano en el suelo, trate de levantarme. Henry aun permanecía demasiado cerca, trataba de ver que reacción tendría. Quiza pensaba que en cuanto se descuide saldría corriendo, o tendría miedo y trataría de estas lo suficientemente lejos de él. Pero mi reacción fue otra, el no se la espera y debo decir que a veces yo tambien me sorprendía de mi misma. Lo empuje con todas mi fuerzas, el no retrocedió por mi fuerza, eso era imposible, si no por la sorpresa. - ¡jamas vuelvas a decir eso! ¡no lo digas!- le grite. Su rostro se puso tenso y me observo. – nunca mas vuelvas a considerarte un demonio, y mucho menos consideres que yo lo pienso asi. Henry no dijo nada, su cara se relajo. Yo realmente estaba molesta, odia que los demas piensen por mí. Mi momento de angustia se habia pasado, no entendía bien que tenia que hacer yo, cual era mi papel en todo esto. Pero eso no me importo en ese momento ¿Qué importaba? Si que importaba si de todos modos lo podria aprender con el tiempo. Comprendí que yo no era una simple humana, y que Henry ni siquiera lo era. Pero aun no aceptaba lo que el destino marcaba. Oía la historia, aceptaba que el fuese un vampiro, pero yo una vidente una “bruja”. Y aun peor, las anteriores a mí se sacrificaron ¿bajo que concepto Henry decía sacrificio? ¿Muerte? ¿Un poco de sangre? “hay por dios” pensé para mí misma ¿Qué es todo esto? Un poco de sangre estaría bien, pero morir, yo no queria morir. – Maldicion – susurre. El pudo oírme pero hizo oído sordo. ¿Por qué rayos debía ser yo quien debía ser la de las visiones? Mis piernas temblaron y me tambalee un poco y caí sobre el sofá. Me quede viendo hacia ninguna parte, como en estado de shock. – Al menos me lo hubieran dicho antes- dije, aun seguía mirando hacia ninguna parte, todo lo que tenia para mi futuro se habia derrumbado. - ¿Por qué? – pregunto confuso - ¿Por qué? – repetí irónicamente – de ese modo me ubiese preparado mejor. - ¿a que te refieres? - Me refiero – hice una pausa – relativamente a mi muerte. - ¿no estas asustada? - Debería, pero que caso tiene. Mi querida abuela me dio una introducción del tema- extendí mi mano para mostrarle la carta, él la leyó – que mas da, todo lo que tenia para mi futuro, mi abuela y tu se encargaron de derrumbarlo, bueno “el destino”- hice unas comillas al final de mi resignación. El se acerco despacio, se puso en cuclillas frente a mí, yo lo observe por el rabillo de mi ojo. Tomo mi rostro delicadamente y me obligo a verle. Cerré fuertemente lo ojos y los abrí al instante. - Kate, no dejare que nada te suceda. Tu no morirás, no lo permitiré- vi sus ojos, habia sinceridad en ellos- por favor confia en mi. - ¿Por qué? - Solo confia en mi – dijo - No, ¿Por qué debemos hacer esto? – el no contesto- lo siento, es la primera vez que digo algo egocéntrico. No debí hacerlo. – apoye mi espalda contra el respaldo del sofá, y extendí mis brazos a lo largo ¡vamos que esperas! Estoy lista, ¿Qué diferencia hay en morir ahora y despues? Ninguna. Cerré los ojos – “¿Cómo es la vida de un…VAMPIRO?” - ¿quieres saber mi vida o la de otros? - En general. - Bueno, no conozco a otros vampiros a excepción de la persona que me convirtió. Henry se paro y miro hacia la ventana. Gire mi cabeza para verle bien. Se veía bien. Parecía tener no más de 25 años. Como ya dije sus ojos eran de un color azul. La combinación del color de sus cabellos y su piel hacia resaltar mas a estos. No parecía un vampiro, si no un hombre. Un hombre hermoso. ¿Un hombre hermoso? Me sonroje al pensar esto. En ese instante el volteo a verme, me lo habia echo a un peor. Mire rápidamente el techo, pero aun sentía el calor en mi rostro. – Creo que iré a tratar de dormir- dije intentado frenar mi bostezo. - Disculpame, estoy acostumbrado a un horario diferente – se explico. - No importa al menos ¿te quedaras?- pregunte mientras me incorporaba. - Quisiera no tener que rechazar tu oferta – dijo en tono irónico. - ¿Por qué no lo harás? No me incomodas. Hug tal vez a ti si. - Está bien, lo hare. Estaba en mi cuarto, me refugie bajo las colchas. Aunque estaba cansada, y estaba totalmente confundía a lo que sentía tenia la mente en blanco. Solo tenia dos opciones, si era un sueño, yo despertaría y todo esto jamas sucedió, y si no era asi debía aceptar esto, aunque sea intendible y me cueste. Sabía que no era lo suficientemente fuerte como para aguantarlo, pero que otra cosa podía hacer. Yo era una persona contradictora, si el mundo iva hacia un lado yo iva hacia el otro. Mis ojos me pesaban, los sentía un poco hinchados, coloque mi brazo por encima de la almohada y los cerré. El despertador sono, medio dormida intente apagarlo, pero no lograba encontrarlo. – ¿Qué más da?- refunfuñe. Me levante desganada, sabia que ese era mi primer dia de trabajo. El agua de la ducha quiza me despabilaría. El agua caliente mezclado con un poco de la fría corría por mi cuerpo, me coloque el shampoo y luego el enjuague de manzana. Funciono. Seque mi cabello, y lo recogí con un broche. Me vestí, me puse una falda tiro alto de color negro, larga hasta por encima de la rodilla. Una camisa blanca mangas tres cuartos, la metí dentro de la falda y un saco con bolados en el cuello de la misma tela que la falda. Pantimedias del tono de mi piel, y zapatos con tacos altos. Eso no iva con migo, pero para el trabajo era importante la apariencia. Tome mi cartera negra, mi querida Jane era la que escogió mi ropa de trabajo cuando mandaron una carta de aceptación y remarcando el vestuario adecuado. Me hice un café, tomaba de sorbos mientras me terminaba de preparar, fui al living por mi teléfono celular y encontre el libro de “Dracula” sobre la mesa ratona. Lo tome y de el callo una nota, la levante y la leí. “regresare en cuanto pueda. Te protegeré siempre. Henry” una sonrisa involuntaria se dibujo en mi rostro. Pero entonces, no era un sueño todo lo que anoche habia pasado. Deje el libro sobre la mesa y la nota sobre él. Tome mi celular, un abrigo y salí. ¿Por qué debía estar asustada o angustiada? Yo no era asi, pesar de lo que pasaba yo siempre seguía adelante. No era de esas personas que por miedo a perder retrocedía, jamas en mi vida lo hice y no lo haria. No me importaba lo que yo era en verdad. Decidí a continuar con mi vida, esa vida que tanto desee. El camino que iba a formar. El tren solo habia una oportunidad y yo no la iba a dejar pasar. Ademas no estaba sola, Henry estaba con migo. El en otras palabras era mi protector, me protegería de todo incluso de la soledad. Tome un taxi y le indique a donde debía ir.