Kuroshitsuji Las galletas de Ciel =(Kuroshitsuji)=

La primera. Era la primera vez en toda su vida como mayordomo en la que se sentía totalmente nervioso. ¿Qué diablos estaba haciendo Ciel en esa cocina?. La tentación de entrar a esa habitación era inmensa, ¡pero no! no podía desobedecer las órdenes del joven amo. Él no podía entrar a esa cocina hasta que Ciel terminase lo que sea que se le había ocurrido hacer.
Sin embargo...cada vez estaba más nervioso, en especial por los extraños ruidos que se escuchaban.

Dentro de la cocina, el joven amo preparaba unas "deliciosas" galletas, ¿el problema? Ciel era muy malo cocinando.

—Esto...¿Qué llevan las galletas?-se preguntaba, mirando todos los objetos que tenía a su alcance. Había estado más o menos una hora pensando, hasta que...—¡Ya estoy harto!.
Diciendo ésto, tomó lo primero que encontró por allí, ingredientes deliciosos...por separado, claro.

Otra media hora.

—¡Terminado!—anunció el joven Phantomhive.

Al oír ésto, Sebastian irrumpió en la habitación.

—Joven amo...si me permite... ¿Qué es ésto?—preguntó, tomando en sus manos una de esas cosas sobre la mesada.

Ciel lo miró con enfado.

—¿No es obvio? Son galletas, ¡cómetelas!—ordenó.

El mayordomo-demonio lo miró con duda... ¿¡Enserio esperaba que se coma eso!?. Luego observó a Ciel un momento. Tenía, como siempre, el ceño fruncido y los brazos cruzados, solo que esta vez su rostro estaba de un tono rojo... ¿Su joven amo había cocinado para él?.

Suspiró y se llevó la "galleta" a la boca. Asintió con la cabeza y le sonrió a Ciel.

—Deliciosas.

Ciel dio una media sonrisa y salió del lugar. Sebastian, como siempre, se quedó en su lugar.
Un segundo más y...

—¿¡Se supone que ésto es comestible!?—dijo el mayordomo, escupiendo las "exquisitas" galletas del chico.—¡La próxima lección que le daré, será de cocina!.

Su estómago rugió. Mierda...¿¡Qué tenían esas galletas!?.

Luego de un par de horas en las que Sebastian se recuperaba de "esas cosas" que su joven amo le había preparado, se decidió a preguntar.

—Joven amo, ¿Qué tenían esas deliciosas galletas que cocinó?.

Ciel no le prestó demasiada importancia, le parecía muchísimo más interesante hacer una casa con cartas.

—Ah, lo normal, ya sabes, arvejas, harina, huevos, azúcar, sal, etcétera.

El mayordomo abrió los ojos y sintió que su estómago se devoraba a sí mismo. Dio una falsa sonrisa y salió de la habitación...a vomitar todo lo que había comido.
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Hola! Bueno, hace mil que no publico nada...se me secó el cerebro, perdón! Sé que no fue muy bueno este fic...sólo se me ocurrió... no me maten, es malo, lo sé xD Buenoo! Pronto más fics de FMA y demás :D Siento que la inspiración volverá pronto!