Lovely Vicious Las feas como yo [Lovely Vicious]

Tema en 'Fanfics sobre Libros' iniciado por Tarsis, 15 Abril 2016.

  1.  
    Tarsis

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    Escritora
    Título:
    Las feas como yo [Lovely Vicious]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    358
    Libro: Lovely Vicious, Sara Wolf.
    Personajes: Isis Blake & Jack Hunter
    N/A: Es una trilogía @Kyland y no tiene spoiler xD





    Enarcó un ceja escuchando la risa del chico unas mesas más allá. Su rostro estaba oculto tras la capucha de su suéter negro, mientras trataba de escuchar la conversación de la pareja. Sintió algo burbujear en su estómago tras cada palabra que lograba escuchar, tras cada risa, bajo cada toque que lograba captar.

    Se apresuró a salir del restaurante cuando escuchó que pedían la cuenta. Subió a su viejo auto, respirando profundo aferrándose al volante con fuerza para lograr despejar su mente. Gritó sobresaltada cuando la mano del rubio impactó sin sutileza contra la ventana.

    —¡Santo Dios! ¡Me asustaste idiota! —bufó llevándose la mano al corazón mientras con la otra bajaba el vidrio.

    —¿Qué haces aquí? —cuestionó sin detenerse a disculparse. Sus orbes azules como el hielo la perforaban con visible irritación.

    —Disfrutando del espectáculo —admitió sin vergüenza—. Pero sinceramente no pude sacar nada que usar contra ti ésta noche. Sólo que no sabía que podías ser un terroncito de azúcar cuando te lo propones.

    Jack bufó por lo bajo claramente molesto. ¿Quién no lo estaría? Esa chica estaba cruzando sus límites.

    —Págame 200$ y tal vez lo sea contigo —resopló de malhumor. Isis fingió estar ofendida.

    —¿Tan caro eres? —abrió los ojos con sorpresa en medio de su imitación de dama sorprendida y ofendida.

    —Para personas tan desagradables como tú. Quizás si no fueras tan irritante y metiche, te hiciera un descuento.

    Sus ojos se encontraron, retándose. Ella frunció el ceño, tomando aire nuevamente mientras encendía el carro. Sabía que él había ganado tocando una de sus fibras sensibles. No era su culpa al final, pues él no conocía su pasado, ni lo mucho que comentarios como ese podían herir el muro que había levantado alrededor de ella.

    —Tranquilo, las feas como yo estamos acostumbradas a no ser tratadas de manera especial. —Pisó a fondo el acelerador, saliendo aparatosamente del estacionamiento; dejando detrás de ella, al rubio perfectamente vestido observando el lugar por donde ella se había marchado.
     

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