Las cosas inesperadas que surgen.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por PinketDiana, 27 Agosto 2013.

  1.  
    PinketDiana

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    Las cosas inesperadas que surgen.
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    2
     
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    670
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    Las cosas inesperadas



    -Prólogo-



    Todo lo que ella quería, era que nada fallase en esta navidad, que todo saliese tal y como estaba planeado... simplemente normal. No más juegos, no más trucos, no más mentiras, solo una navidad como otra cualquiera.

    -Linda- La llamó una voz femenina desde la planta baja.

    -Linda-

    Se contempló en el espejo, su vestido azul oscuro, tan oscuro como una noche de invierno que no abandona la oscuridad. Un pequeño toque de maquillaje para que resaltaran más sus ojos y labios. Su pelo largo y liso con tirabuzones en la parte inferior y final. Su colgante y su pulsera.

    -Eris está aquí, y Paúl ya llegó, date prisa- Exigió la voz femenina.

    -Voy- Contestó la chica.

    Otra última mirada. ¡Perfecta! Esta noche tenía que salir todo genial. Nada de errores, de fracasos ni de lamentos. Pero sobre todo nada de peleas.

    "¡Allá vamos! Hemos madurado."

    Mientras bajaba las escaleras que conducían a su salón, iva pensando en todo lo nervios y miedos que debía quitar de su cabeza esta noche.

    "Todo irá bien, no debes temer nada."

    Eris la contemplo detenidamente cuando se aseguró de que nadie miraba en su dirección. No dijo nada. Traía un pequeño ramo de flores, el cuál, Lidia miró extrañamente. ¿Para quién es?. Sin darle mucha importancia se acercó a él y le dió un tierno beso en la mejilla. Eris dejó, por un momento, su sonrisa habitual para una expresión algo sonrojada.

    -Hola, ¿sabes? Asegurate de portarte bien o si no... algo "horrible sucederá". No me comprometas a peleas... ni nada, he madurado desde el año pasado. Espero que tu también lo hallas hecho, y no sea yo la única que se deba tentar a no arrancar tu pequeña cabeza con la nariz de loro.- Susurró Lidia burlándose tiernamente de Eris.

    -He vivido cosas peores. Y tranquila, pequeña criatura horrible, nada de peleas. Hemos madurado, bueno yo por lo menos. Habrá que comprobar si tu has madurado lo suficiente ¿Verdad?- Dijo mientras la abrazaba.

    -¡Eo! ¿Chicos están bien? Andan... muy ¿Cariños?.. bueno es mejor esto a que os esteís matando e insultándoos mientras destrozáis mi cena, en la cuál, cada año dedico más que vosotros en cualquier cosa... adolescente que... sea.

    Sonrió ante ese comentario.. ¿Cariñosos? simplemente habían "madurado".

    -¿Y ese ramo de flores? ¿Para quién es?- Preguntó- Wow, ¿Tan arrepentido estás de que año tras año nos hallamos peleado y todo eso... que este año me has traído flores? ¡El mundo se acaba! Si.. que has madurado para tus 17 años, Eris.- Siguió burlándose de él.- Espero que por lo menos me hallas puesto una tarjetita.

    -¿Para tí?, ni de broma, antes te regalaría una bonita cabeza de troll. Es para tu mama, un año sin verla... al fin y al cabo es mi tía... tiastra.- Dijo sin abandonar la sonrisa.- ¿Está mejor pequeña enana?

    -Yo... si claro, ella está bastante mejor- Notando como se había deprimido un poco dejo esos pensamientos a un lado y abandonó la conversación subiendo a su habitación. "Quería... que todo fuera perfecto, dejar de pensar en mi mama... en mi padre... en todo, quería aprovechar esta navidad como si fuera la última para agradecer a mi mama, para dar la bienvenida a mi tía y a mis primos.. pero ahora otra vez me siento débil" Pensaba mientras se derrumbaba en su cama.

    La verdad era, que no tenía mucha confianza con sus tíos y su primo.. y ni hablar de Eris, no era que lo odiase... si no que casi nunca hablaban mucho y lo que hablaban siempre acababan peleando como niños pequeños. Había visto a sus tíos cinco o seis veces en sus 16 años, así que también estaba un poco incómoda ante eso.

    De pronto estaba sintiendo un intenso sueño y lo único que pudo hacer es serrar los ojos.

    Género: Drama, romance, amistad.

    Gracias por leer. Espero que le guste. ♥
     
    Última edición: 28 Agosto 2013
  2.  
    Knight

    Knight Usuario VIP Comentarista Top

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    Estuvo bien, solo que se repetía mucho lo de "Madurez" "Has madurado" "Eres más madura"
    Y aquí también se te fueron algunos dedazos, no fueron muchos pero igual te diré que tengas mas cuidado.

    Saliendo de eso estuvo bien.. n.n

    Me doy cuenta que este fic ha tenido mas narración, lo cuál está perfecto, y es interesante la relación entre esos dos, aunque ahora estoy un poco confundida. ¿Son familia? ._.

    Avísame cuando publiques el proximo capítulo porfavor.

    Shana•
     
  3.  
    PinketDiana

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    Muchisisisimas gracias por comentar ^^ Me alegro que te guste :)
    Jiji eso se sabrá pronto xp :3 ahora después subo el siguiente capítulo :)
    De nuevo, gracias ♥
     
  4.  
    PinketDiana

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    Capítulo 1: La navidad... no salió tan mal al fin y al cabo.

    No recordaba haberse dormido, pero sentía como si todo estaba oscuro y alguien zarandeándola. Estaba bastante cansada..

    ¡Ostras, me he dormido, ¡La navidad!”.

    Se levantó de la cama de un salto abriendo los ojos. Era Eris, quién la había despertado. Ahora que miraba con más detenimiento su habitación ya no parecía tan vomitiva como esta mañana. Pero seguía pensando cambiar ese color rosa pastel por un poco de violeta, aunque el techo seguiría siendo blanco. También quería cambiar su gran cama de lugar y ponerla enfrente de la ventana, así cuando quisiera mirar a la calle, sobre todo cuándo llovía, no tenía que quedarse allí de píe. El armario lo pondría en frente de la puerta pegado a un rincón y su escritorio al lugar donde la cama estaba ahora. No se podía quejar la verdad, tenía una gran habitación.. aunque estaba totalmente sumarísima de quererla cambiar.

    -Siento.. haberte despertado, pero es que.. antes subí para disculparme por el comentario indebido.. pero te vi tan tiernamente durmiendo.. que me pareció mal despertarte.

    -Gracias, y tranquilo no te preocupes... por ninguna de las dos cosas- Sin querer notaba como sus lágrimas corrían por sus mejillas mientras otras luchaban por quedarse a extremos de los ojos impidiendo ver.- Es.. solo que quería que esta navidad fuera perfecta, ya sabes, sin tu y yo queriéndonos matar- el rió ante ese comentario- ayudando en todo lo que pueda, agradecerle a mi mama por todo lo que hace por mi día a día, cuidando de ella.. y sobre todo conseguir que esta navidad fuera la mejor.. pero como una estúpida dejé que una ola de tristeza corriera pro mi cuerpo acompañada, por lo visto, de cansancio.

    -De verdad lo siento, de verdad que no quise... y-yo no quise... tranquila- la consoló mientras la abrazaba- todo saldrá perfecto y tu mama ya está mejor... ya mismo se recuperara y todo saldrá genial.-La abrazó mas fuerte y depositó un suave beso en la mejilla.. Le sentaba bien esa manera de despertar...

    -Gracias.. a pesar.. de todo esto.. quiero decir de tus problemas.. vienes y escuchas los míos, muchas gracias.

    -Tranquilo yo ya casi ni recuerdo a mis padres... fuí bastante pequeño.. y aunque tu y yo no nos conozcamos mucho y eso.. podrás contar con migo, claro, mientras no te quiera arrancar la cabeza y dársela a los perros- con ese comentario consiguió que ella colocara una sonrisa.

    -Oye qué habías madurado- Dijo en broma, mientras le daba un suave golpe en el brazo.

    El fingió que le había dolido, y se tumbó en la cama fingiendo llorar.

    -¡Oh venga! Que te he dado un porrazito ni que te fuera lanzado una granada o algo parecido en el brazo- Estaba contenta.. había recuperado su sentido del humor.

    -Claro, claro.. bueno te perdono.. pero solo por que he madurado y soy todo un caballero.- Argumentó.

    -Claro... seguro un caballero.- Siguieron con la broma un rato hasta que él dijo que debían bajar. Hacía tiempo que no hablaba así con era, lo había visto tres veces ya que vivía con sus tíos desde hace poco tiempo, y aunque llevaba unos años en la familia tampoco lo había podido ver por esas cuestión de distancia. Ahora que se fijaba él y su primo habían cambiado.. se había vuelto más maduros. Aunque su primo tenía 25 años y él tenía tan solo uno más que ella. Así que la falta de madurez de su primo le preocupaba algo más.

    Cuando llegaron al salón, entraron al comedor para ayudar a servir. Con dos platos se dirigía a la mesa y vío a una muchacha morena alta y con una expresión bastante avergonzada. Su primo se acercó depositando un beso en los labios. Ella se sonrojó fuertemente.

    Que bonito es el amor, ya era hora macho” pensó ella sin poder evitar reír.

    Claramente todo el mundo la miraba extrañado de que se estuviera riendo sola, excepto Eris que se imaginaba lo que estaba imaginando, quién le dirigió una sonrisa cómplice. Esas.. no serían unas malas navidades al fin y al cabo. Vió a Katrina, al poco rato descubrió como se llamaba, avergonzarse un poco más. Era una escena tan tierna, que no pudo evitar reír como una tonta. De pronto sintió como alguien la abrazaba cariñosamente y le susurraba al oído.

    -Pronto tendrás tu oportunidad- Se dio la vuelta y vió a su madre sonriendo de la manera más dulce posible... su madre era tan perfecta. Desde que su padre las había abandonado ella había sido fuerte y dura, como una piedra, siempre había luchado por ambas. Era muy hermosa, y aunque algunos hombres habían intentado tener una relación con ella, está se había negado en bastantes ocasiones diciendo que ahora solo se quería preocupar por su hija por su hogar y trabajo y que no tenía tiempo para una relación. Le tenía tanto que agradecer... Se dió la vuelta y la abrazó fuertemente mientras sin poder evitarlo lloraba silenciosamente, se sentía tan agusto y tan protegida con el abrazo de su madre...

    -Lo sé mama, cuando tenga que ser será, mientras tanto lo único por lo que estoy feliz es por pasar esta navidad con tigo... te quiero mama.- Sonrió de manera dulce y vió a su madre emocionarse tras esas palabras y la atrajo con más fuerza. Tenían una muy buena relación con su mama.. y nadie iva a cambiar eso. Estaba sana y salva si estaba a su lado.. era su gran apoyo y parecía que lo sabía todo, así que también era su mejor consejera.

    -Y yo también cariño.. siempre estaré con tigo- Sonrió alejándose un poco.

    -Lo se mami- sonrió cariñosamente y la besó dulcemente en la mejilla- voy a seguir sirviendo las cosas mami, que ya mismo se acerca la hora de cenar.

    -Claro cariño.- Su madre se sentó en el sillón por que estaba bastante cansada.. no podía hacer muchos esfuerzos.

    Siguieron poniendo las cosas y se acercaba la hora de comer. La pasaron entre conversaciones triviales, sin mucho sentido y con bromas. También tuvieron tiempo de que su primo les contará la historia de como conoció Katrina, y cuanto tiempo llevaba con él. Dijo que llevaba bastante tiempo gustándole aquella chica, pero que no se animaba a decírselo hasta que un día en la fiera, sus amigos sugirieron que se subieran de dos en dos en la noria y allí sin poder aguantar más se le declaró.

    Que cliché”- pensó ella- “Y que romántico, ¡maldita sea!”- Aquella sería una declaración genial

    Estaba bastante contenta por su primo, la otra navidad no lo vió tan feliz ni por asomo, y según había dicho estaba viviendo con ella en un piso así que iva en serio. También le preguntaron a Eris sobre su relación, básicamente si tenía alguna y el contestó que ahora mismo no estaba interesado y que no había dado con la chica adecuada. Cosa que ella comprobó mas tarde acuchillándolo con preguntas para asegurarse si era verdad.. ya que su mama y sus tíos eran bastante fáciles de convencer. A ella también le preguntaron sobre sus relaciones y antes de que ella pudiera contestar su madre dijo:

    -Salió con un muchacho, bastante guapo, un tiempo pero lo dejaron por que él se tuvo que mudar.- Dijo con una mueca de tristeza. Era verdad... pero lo que su mama no sabía, es que antes de que se fuera ya habían terminado por que ese 'capullo' la había engañado. Se había sentido mejor después de su ruptura, no se quería engañar.. pero no podía negar que había sido difícil, le gustaba mucho. Pero ya lo había superado con creces y sin dudar que ahora se sentía casi completamente feliz.

    Después de la cena siguieron con una tarta casera que ella había hecho y todos le dieron la enhorabuena, le había costado mucho pero había merecido la pena.

    Cuándo se hizo lo bastante tarde, todos se fueron a dormir, excepto su primo y su novia que habían alquilado una habitación de hotel ya que ella había insistido en que no quería causar molestias... parecía ser muy buena chica. Y le había caído bastante bien. Incluso habían hablado de ir ha comprar juntas.

    Eran las dos de la mañana y no podía dormir.... había sido un buen día, había hablado con sus tíos, pero de cosas triviales, no se había peleado con Eris ni con Paúl, aunque con este último casi no había compartido ninguna palabra ya que estaba muy ocupado con su novia la cuál era muy encantadora. Su mama había estado sana y no tenía mala cara, incluso podía asegurar que era uno de sus mejores días en mucho tiempo. Había hablado con Eris, se lo habían pasado genial e incluso se podía decir que eran amigos. Pero... no podía parar de llorar, en la oscuridad de su habitación. Se sentía triste con un gran peso sobre sus hombros y como una especie de agujero negro en la boca de su estómago. Al acostarse se había tragado ese nudo de su garganta, quería ser fuerte, y se había prometido no llorar... pero no tenía el suficiente valor para aguantar esa espina que crecía más y más... No había querido estropear esa noche que había salido casi como lo había planeado... de verdad que no quería, pero quería soltar fuera ese gran peso, y esta era la única manera que sabía. Seguía llorando en silencio en el oscuro rincón de su cama, con las piernas pegada al pecho, cubierto por un fino pijama de manga larga y pantalón corto azul con unos dibujos blancos que había comprado su madre hace poco. Recordaba la navidad de sus 7 años... esa si había sido una navidad perfecta, su padre estaba allí... antes de que las abandonara, su mama estaba sana, se comportaban como una familia normal y corriente... pero ahora... ya nada es como antes. En su mente tiene los cumpleaños que ha pasado sola... por que su madre trabajaba y su padre no estaba... su mejor amiga Jane casi no podía estar con ella por los estudios y Fabiola tenía que cuidar de su hermano mientras sus padres trabajaban. Odiaba darse cuenta de cuán sola estaba... odiaba sentirse así y que nadie le diera un fuerte abrazo y le dijera

    -Tranquila todo va a salir bien, solo se fuerte un poco de más tiempo, tu felicidad llegará-

    Se odiaba profundamente ella misma... por no poder afrontar las cosas y llorar como una niña pequeña de tres años a la que le han quitado un caramelo. Su mama estaba enferma... y ella no podía hacer nada para curarla o ayudarla...se sentía tan impotente. Pero la impotencia no se podía comparar con el desprecio que le tenía a su padre por haberlo estropeado todo. ¡Ni una sola llamada! ¡Ni una postal!... simplemente es como si se hubiese olvidado de su familia.. le tenía tanto desprecio. Se marchó un día así sin más, ella llegaba de la escuela y se encontró a su madre llorando.

    -¿Mama, que pasa?- Le preguntó.

    -Nada cariño.. que papa se ha ido por un tiempo.- Dijo ella limpiándose las lágrimas.

    Cuando pasó un tiempo, y Lidia tenía suficiente edad para razonar la situación se dió cuenta de que su padre las había abandonado... abandonado al parecer para siempre.

    Echaba de menos esa sensación de tenerlo todo, de felicidad completa, de sentirse una niña y que la inocencia la invadiera por completo, sentirse feliz con tan solo una muñeca o alguna tontería... y no tenerse que preocupar por cosas tan... grandes como todo esto. A veces el mundo se le venía encima.

    Escuchó una puerta abrirse y automáticamente giró la cabeza mientras se limpiaba las gotitas que se derramaban sobre su rostro. Sintió unos brazos rodeándola suavemente y un suave beso se posó sobre su mejilla, sintió que sus mejillas ardían.

    -Tranquila Lidia... todo saldrá bien, ha sido una noche perfecta, como tu querías.- Dijo una voz amigable con un tono que a ella le pareció el más dulce del mundo.

    -Gracias... lo necesitaba Eris...- Dijo mientras el rubor de sus mejillas descendía dejándolas en un color más normal.- Es que.. no he podido evitar... sentirme así, sentí que si no lloraba algo en mi iva a explotar.-Dijo apenada y un poco avergonzada de que la hubiese visto llorar.

    -Tranquila, a todos nos ha pasado eso alguna vez... siento haber venido pero me levanté para ir al cuarto de baño y escuche un pequeño sollozo y quise venir haber si habías tenido una pesadilla o algo... y cuando te ví llorar... me sentí mal así que vine para... bueno por si quieres hablar.- Había mentido un poco.. en realidad no había entrado, llevaba un gran rato en la puerta escuchándola llorar, pero es que se sentía un cobarde y no tenía el valor para entrar. Pero al escucharla llorar con algo más de intensidad se olvidó de su miedo y su vergüenza y entro para abrazarla- espero que no te halla importado que halla entrado como si nada en tu habitación.. es que no me gusta verte llorar, en parte se lo que estás pasando y se lo duro que es.

    -No te preocupes de verdad.... ya estoy mejor necesitaba un abrazo y escuchar esas palabras...-Hubo un silencio durante unos minutos, no era un silencio incómodo, pero ella sentía que quería hablar con él de algo.- ¿Y como has estado este tiempo con mis tíos? Quiero decir, ¿Te costó adaptarte..? y todo eso..- Preguntó.

    -Bueno la verdad es que sí, un poco, tu tía es muy simpática y agradable, parece mi madre realmente.... y tu tío también es bastante genial. Paúl... es más introvertido con migo, pero lo entiendo.. así que bueno un poco si que me costó adaptarme.- Contestó mientras le sonreía, aunque estaba bastante oscuro su sonrisa se distinguía.

    Así continuaron durante un buen rato y cuando los dos no pudieron más se quedaron durmiendo uno al lado del otro, contentos por tener a alguien que más o menos lo entendiera. A veces se llevaban mal, pero al fin y al cabo eran.. como una especie de familia, y se alegraba de que Eris por fín le dirigiera la palabra para algo más que discutir o decir:

    -Pásame el ketchup- Como había hecho en años anteriores.
     
    Última edición: 28 Agosto 2013

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