Tragedia la voluntad contra un tragico recuerdo

El samuráiShinyami, de pesada armadura y casco kabuto que cubre la totalidad de su cabeza, corre a lo largo de un camino de piedra, blandiendo su Katana bien en alto, a su alrededor hay casas ardiendo. Se encuentra con un niño llorando


-¡Papa!-

-Tokoyomi- Shinyami se arrodillo para abrazarle. Escucho pasos, aproximándose hacia él, eran tres soldado Ashigaru, dos con largas lanzas Yari, el tercero con una Katana

-¡te mataremos!-grito uno

-¡Tokoyomi, quédatedetrás de mi!-el Samurái esquivo al primer lancero, partiendo su lanza con un ataque de Katana, al segundo. Que le venia de frente, le esquivo permitiendo que empalara a su compañero. Arremetió con un gancho de izquierda a la barbilla de su contrincante, la hoja de su espada intercepto al del tercer oponente, rebanándole el cuello en una rápida finta.

-¡Tokoyomi, rápido debemos de...-Shinyami quedo asombrado viendo el cuerpo de su hijo, ensangrentado e inmóvilpalideció al duro guerrero, permitiendo soltar su arma -. no, no puede estar...-. alzando su brazo, ando hacia el cuerpo. Una repentina fuerza, choco contra el hombre, tumbándole del impacto. Al mirar de nuevo, el cadáver flotaba con unos ojos hundidos en un siniestro brillo azulado al igual que el aura que se mostraba a su alrededor

-¡¿como pudiste permitirlo!?-la voz que salía del cuerpo era poderosa, con cada palabra que salía de su boca, el samurái era lanzado un poco mas lejos, incapaz de seguir hacia delante, tentáculos de oscuridad emergían del suelo envolviendo sus extremidades e inmovilizándole por completo, entorno al pequeño cuerpo detono una explosión a la que le siguió un mar de llamas azuladas que hicieron temblar el aire mismo, la ardiente ciudad se desvaneció a la vez que como si de cristal se tratase, el suelo empezó a desquebrajarse saliendo rojas formas incorpóreas que con movimientos erráticos iniciaban su acercamiento. Fue entonces cuando empezaron a gritar multitud de cosas


-¡murió por tu culpa, Shinyami, no fuiste capaz de proteger a Tokoyomi como prometiste que harías!-

-¡su sufrimiento, uno cuyo ningún niño de su edad debió de haber sufrido mientras su padre continuase respirando!-

-¡debiste de padecer honorablemente en el campo de batalla, haberte hecho el Seppuku para marcharte con honor cuando aun estabas a tiempo, en vez de ello, escapaste cobardemente!-


cada frase que alcanzaban el oído de Shinyami lo recibía es con los ojos cerrados y llorando por el recuerdo de su vástago. La imagen del pequeño, entre sus brazos, con una flecha atravesándole el estomago le inundaba la mente sin poder quitársela. Recordando el dolor de su perdida sobre la que tantas lagrimas derramo


-no...-tensando sus músculos hasta el limite mismo, destruyendo el tentáculo de su brazo derecho, tomo la Katana cortando el resto de tentáculos, se levanto tambaleante, cabizbajo y con sombrío faz, con la hoja tocando el suelo.


-tenéisrazón, un verdadero padre nunca consentiría la muerte de su hijo así como así, los recuerdos que tengo de él, son jugando los dos cuando todavía él continuaba en el mundo de los vivos. Miro el reflejo en la hoja de la katana, dichos recuerdos de una mejor y mas alegre época se observaban, vio la sonrisa de Tokoyomi y a su esposa con la que tantos buenos momentos había compartido. Alzo su mirada a las entes en las que los peores recuerdos se emitían


-si hay algo que yo debo recordar-su rostro, cambio por el de la furia, blandió su arma con las dos manos apuntando la Katana hacia las incorpóreas criaturas -. ¡son los buenos momentos!-. Shinyami ataco con un golpe lleno de fuerza, Partiendo al que tenia mas cerca, desapareciendo en humo


-¡los momentos de mas felicidad, deben de ser los que realmente deben de darte la fuerza para seguir adelante, para seguir combatiendo para lograr tu meta sin importa cuantos se te interpongan en el camino!-destruyo al segundo -. ¡y el mío es cazar al responsable de sus muertes!-. El ultimo cayo rebanado por el centro.

-eres un samurái, rompiste con tu cogido de honor de servir incondicionalmente a tu respectivo daimyo-reapareció el demoniaco cuerpo, la ente que usurpo la identidad y voz del difunto Tokoyomi. Las ondas de choque de su tenebrosa aura acompañada de los recuerdos mas turbios, esta vez no podían detener al samurái, el poder de la pesadilla y los remordimientos había perdido eficacia contra el poder de voluntad nacido de lo mas profundo del corazón.

-si algo vale de verdad, es el honor hacia la familia, la lealtad de un verdadero hombre hacia ella es mas sagrada que ningún otro código que puedas hacer por un maldito daimyo que no merece que luches por él a-la hoja resplandeció -. ¡y por Amateratsu, juro que nada va a detenerme en mi camino por vengar a mis seres queridos!-. Una poderosa y voluntariosa estocada cayo sobre cuerpo demoniaco en un movimiento descendente desde un Angulo superior de noventa grados. el entorno volvió a ser él de una ciudad en llamas rodeado de muerte,Tokoyomi cayo en brazos de su padre,


-Tokoyomi, mi Katana luchara, aun su hoja se quebrara, nunca dejare de luchar-apretó su cuerpo bañado en sangre contra su armadura a la vez que toda la pesadilla había empezado a disolverse.


Un flash marco el fin de todo esta pesadilla en la que la tragedia personal ha sido el enemigo mas duro a batir, un enemigo frente al que debemos de enfrentar con todas nuestras fuerzas pese a todo el dolor emocional que nos suponga o muy poderosa que sea el golpe recibido por esta, pues su permanencia sera una gran serie de cadenas que nos detendrá y las que tenemos el deber de cortar para que por muchas veces que las desgracias del pasado contraataquen con todo su arsenal y nos hagan caer, si son cinco veces, entonces nos levantaremos seis veces, si son cincuenta, nos levantaremos cincuentaiuna veces, y enseñar que no nos detendrá