La vida continúa.

Tema en 'Relatos' iniciado por Death kiss, 21 Abril 2012.

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    Death kiss

    Death kiss Entusiasta

    Sagitario
    Miembro desde:
    11 Octubre 2010
    Mensajes:
    165
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La vida continúa.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1310
    Frase elegida: No por mucho madrugar amanece más temprano.
    N° de Palabras: 1.272.

    No puedo describir la gran mezcla de emociones que sentía y disfrutaba, cómo no hacerlo si acababa de recibir la mejor noticia de toda mi vida. Después de tanto tiempo de intentarlo, por fin alguien crecía en mí.

    Saber que tenía nueve meses enteros para soñar y fantasear con algo que había deseado desde pequeña, añoraba sentir las pataditas y las extrañas contorsiones del bebé en ese espacio tan pequeño; aunque suene a cliché era lo que hacía, lo que más quería.

    Mi ilusión era incontenible. Tenía ahora una razón por la cual vivir, alguien a quien cuidar, consentir y aconsejar. Lo maravilloso era saber que a partir de ahora, pasará lo que pasará nunca estaría sola.

    ¡Quería verla! no aguantaba las ganas de conocer su rostro, su pequeño y angelical cuerpecito, esos ojos que seguramente me derretirían toda la vida convenciéndome de tantas cosas. Acaso ¿se parecería a mí? ¡Cuántas ansias y ya no las soportaba!

    Después de 36 años por fin pude concebirte. La expresión de sorpresa del Doctor al darse cuenta que lo había logrado fue magnífica e inolvidable… A pesar de no conocerme se conmovió con mi instinto maternal, supongo.

    Era un martes por la noche y yo estaba acostada en la cama matrimonial leyendo un libro de Paulo Coelho poco reciente… 11 minutos. En aquella cama se encontraban dos cuerpos, pero no un matrimonio. ¿Un novio?, tampoco. Mi hija era solamente mía, lo digo así porque el caritativo ser que me proporcionó su esperma nunca tuvo mi cuerpo ni siquiera en su campo visual.

    De pronto sentí una tensión en el abdomen, un dolor punzante y tan intenso que me sacudió en la cama; el libro cayó al suelo pero el sonido del impacto fue disfrazado por mis alaridos. A pesar del dolor desgarrante cada parte de mi cuerpo se había sensibilizado al máximo, por lo que pude sentir que expulsaba un tipo de líquido desconocido a grandes proporciones.

    Cada dos o tres minutos volvía a aparecer la contracción, me martirizaba la dificultad que tenía para respirar conjunto con el dolor que conllevaba el haber perdido el tapón mucoso.

    Vi sangre corriendo por mis piernas mientras el dolor me arrancaba viles quejidos.

    Como pude tomé el celular y marqué el número de emergencias, vivía cerca del hospital por lo que la ambulancia llegó a casa rápidamente. Mi madre me ayudó en todo el proceso, estaba cuidando de mí aquellos meses tan vulnerables para una mujer; siendo yo toda una novata, sola y sin hermanas, la necesitaba.

    Esa misma noche una niña vino al mundo… Alexa Romina Vite.

    Los médicos hicieron de todo para mantenerla con vida. Mi pequeña nació con sólo 6 meses.

    No se me permitió verla porque su estado era bastante crítico, el mío de igual forma pero yo tenía mayor resistencia. La limpiaron rápidamente y de inmediato la trasladaron a la sala de incubación. Sus pulmones no se habían desarrollado lo suficiente por lo que le suministraron una inyección especial para adelantar el proceso. Lo intentaron todo con calma aparente y desesperación disimulada, todo.

    Por el momento la salvaron. Mi hija vivió.

    Estuve adormecida hasta la noche del otro día, yo tampoco estaba muy bien pues fue un embarazo riesgoso, pero no me importaba. Recuerdo que lo primero que hice al tener cordura fue preguntar por ella.

    Mis padres, mi hermano y algunas amistades cercanas se encontraban en la pequeña habitación del hospital, noté sus caras notablemente preocupadas sin poder contenerme.

    — ¡Díganme! ¿Cómo está mi hija? ¿Dónde está? — Les grité exaltada.

    —Cálmate hija —dijo mi madre en un intento por tranquilizarme —ella está viva, la tienen en la sala de cuidados intensivos, su estado es delicado…

    —Pero ya lo más peligroso pasó. Los médicos están haciendo todo lo posible hermana, ten calma —Continuó mi hermano Luis las palabras de mi madre.

    —Yo, necesito ver a mi hija —dije fallando en mi intento por levantarme de la cama, mi hermano enseguida notó mis intenciones me lo impidió.

    — ¡Karen! ¿Qué te pasa? ¿Es que acaso te has vuelto loca?

    — ¡No! ¡Déjame! Quiero ver a mi hija, necesito verla —Mis gritos se fueron convirtiendo en un susurro casi inaudible debido al forcejeo con él y mi débil estado post-parto.

    Supongo que el ruido en la habitación alarmó a los enfermeros, pues no tardaron en entrar y suministrarme una dosis de calmantes lo suficientemente alta para doparme por completo.

    Mi angustia fue silenciada. Se me obligó a dormir mientras mi bebé sufría, sufría por respirar, sufría por existir, por vivir en su más básica expresión.

    Me desperté la mañana del día siguiente sintiéndome completamente aturdida, pero mis malestares no me preocupaban, mi hija… mi hija sí.

    Al parecer algo malo pasaba, en la habitación había más gente de la normal, gente que me miraba con lástima, gente que se compadecía de mí.

    El Doctor entró en la estancia con un informe que supuse era el mío. Me miró y le dio algunas instrucciones a la enfermera de turno. Se acercó a la camilla donde me encontraba prácticamente inmóvil mientras se aclaraba la garganta.

    —Karen… su estado de salud es bueno, va avanzando bastante rápido en cuanto a la recuperación, hoy mismo puede dejar el hospital sin ningún problema pero sabe que debe ser precavida. Por otro lado, hay algo que debe saber y que cómo verá tampoco es fácil para mí hacérselo saber, la bebé ha muerto— me dijo el Doctor mientras dirigía la mirada hacia mi hermano —hemos hecho todo lo posible, se los aseguro… pero sus órganos no estaban lo suficientemente desarrollados, no pudo soportarlo.

    Al escuchar esas palabras, el silencio reinó en la habitación. Yo no alcancé a emitir palabra alguna, fue como si de repente mi cerebro o mis cuerdas vocales se congelaran, traicionándome. Estaba claro, a partir del momento en que ella murió sería una mujer sin propósito, infértil, desdichada y sola.

    Ese mismo día me dieron de alta, mi hermano arrastraba la silla de ruedas donde estaba sentada mientras las lágrimas arrastraban mis angustias, mis penas, mi dolor. Me imaginaba el historial médico: Karen Vite, edad 36 años, parto natural de una niña prematura, esterilidad determinada a futuro debido a la edad y sus problemas de anovulación. Mi vida resumida a escasas palabras.

    Mi madre se me acercó y colocó su mano sobre mi hombro con suavidad, haciendo un gesto con la otra para que mi hermano se detuviera, él lo entendió.

    —Vamos a la sala de maternidad. Escúchame bien Karen, tú eres una mujer capaz de brindarle todo el amor y los cuidados del mundo a un niño, porque estás llena de el y aunque mi nieta no sobrevivió, la adopción es una maternidad que puedes asumir. No por mucho madrugar amanece más temprano, quizá preguntarás lo que quiero decir con esto. A veces las cosas que tanto intentamos no se dan y no significa que no podamos lograrlas, sólo que debemos buscar otra manera para seguir intentándolo, el destino una vez más te sonríe hija, estos niños te necesitan —me dijo mientras señalaba a los bebés detrás del vidrio divisor, niños que habían sido abandonados por sus madres al nacer, sin tener culpa alguna.

    —Mamá yo arriesgué todo pero no lo logré, sin embargo no me daré por vencida. Haz el papeleo, voy a adoptar dos niños —Sentencié mientras limpiaba las lágrimas de mi rostro. No hay diferencias esenciales entre la maternidad biológica y la adoptiva. Seré madre y punto. Me esforzaré por ser su bendición, como sé que ellos serán la mía.

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    N/A: La vida no se acaba por algo o alguien que pierdas, continúa y conocerás nuevas razones para disfrutarla. No olvides que no debes depender más que de ti mismo, rinde cuentas sólo a tus propias convicciones.
     
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    Chaos Lady

    Chaos Lady Usuario VIP

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    Casi, casi lloro :'), me ha encantado el escrito. Aunque sinceramente pienso que el doctor es un frío desalmado DX cómo diantres se lo suelta así nomás!? u.u en fin.
    Desarrollaste muy bien el tema, por lo visto te informaste antes de escribirlo y realmente está muy bien... sólo un consejo, creo que el momento en que Karen se decide por la adopción debió haber sido después, en esos momentos siento que nadfie tiene cabeza X), pero vale es sólo una opinión.
    Por otro lado me encanta el mensaje que das :') de verdad.
    Bien, es todo de aqui ire a pedir un boton de "me encanta" jaja, nos vemos espero seguir leyéndote.
     
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    Navaja

    Navaja The best people in life are free

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    Ay, que dolor :(

    Me dio mucha tristeza la historia, pobre mujer... ¿por que no pudo ser madre antes?

    Lo más terrible es que la pobre no pudo hacer nada...

    Hm... no sé por qué tengo la sensación de que es una historia verídica. Es demasiado fuerte como para inventarse así como así.
    Que terrible! ¿no lloraste escribiéndola? >.<

    Bueno, Death, eres una escritora muy buena y haces que la narración sea fluida y muy comprensible, además sabes transmitir las emociones, y te juro que si no hubiera estad acompañada, me pongo a llorar aquí mismo.
     
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