Long-fic La sutil caída de las flores

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Eduardo Nevian Sngo, 21 Enero 2014.

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    Eduardo Nevian Sngo

    Eduardo Nevian Sngo Iniciado

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    21 Enero 2014
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    Título:
    La sutil caída de las flores
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    1016
    [No soy poseedor de Inuyasha ni de sus personajes, el uso de estos sólo es un trabajo para fans sin fines de lucro, un saludo a todos]

    Capítulo I


    La Batalla
    Naraku ha sido derrotado, con él ha desaparecido la perla de Shikon, Kohahu y Kykio han perecido a su destino, el agujero negro de Miroku ha desaparecido, todo es silencio en los rededores montañosos por los que Inuyasha, Kagome, Sango, Shippo, Kirara y Miroku transitan, después de la ardua batalla, no hay mucho que decir, hay heridas superficiales e internas que no sanaran durante mucho tiempo, pero que ahora duelen más que nunca, pero como todo durante lo mundano de la vida no durara demasiado, Mioga se posa en el hombro de Inuyasha para hablarles.

    - Chicos no quisiera molestarlos, sé que se han esmerado en esa lucha y que quizás les queden pocas fuerzas, pero hay un nuevo problema y sólo vengo a decirles que estén preparados, al destruir a Naraku sus súbitos y demonios que permanecían escondidos por miedo ahora saldrán a la luz a reclamar sus terrenos, ya sabrás a lo que me refiero Inuyasha, sólo estén alerta, yo debo ir con Totosai tenemos que planificar una defensa para lo que se avecina.

    - Gracias Mioga ahora es hora de que huyas ya me parecía extraño el olor del ambiente, algo grande ocurrirá.

    Mioga se marcho pero el silencio en las bocas de estos caminante permanecía latente, la montañas comenzaba a descender en número, y el bosque comenzaba a asomarse en el horizonte de su andar, Sango daba vueltas por la perdida de su hermano, un perdida ya pactada antes de esto, algo que ya sabía que ocurriría, su ausencia ya era anunciada cada vez con voces más fuertes mientras el tiempo transcurría, sin embargo ahora que Kahaku había dejado al fin su cuerpo el dolor permanecía igual de fuerte que aquella noche en un castillo desconocido, dónde sus últimos vestigios de amistad murieron, Inuyasha por su parte sentía la ausencia de Kykio de una manera extraña, varias semanas antes de la batalla ya no estaba físicamente pero eso no impedía que Inuyasha sintiera un gran hueco en su interior, la mujer que había amado por primera vez ya sólo era un recuerdo, Miroku al contrario de ellos dos se sentía liberado de un gran peso, aunque sentía un tanto débil ya que no volvería a usar su agujero negro, Kagome sentía una extraña liberación, y a la vez un miedo, liberación de que su responsabilidad de encontrar los fragmentos de la joya y miedo de que su tiempo ahí se acabe, justo ahora que sabía que esos eran sus verdaderos amigos, y quizás no volvería a verlo ya que su aventura había terminado.

    La noche comenzaba su ascenso al cielo, nuestros personajes ya se habían adentrado en el bosque para regresar a la aldea de Kaede, cuando un ruido estremece su andar, de la copa de uno de los tantos árboles que los rodean sale una gran sombra, era una extraña mutación de osos que trata de atacarlos, todos se ponen en defensa, Sango manda a Kirara a proteger a Shippo, Kagome y Miroku, ella se quita su Kimono habitual para envolverse en su traje de exterminadora, Inuyasha por su parte desenvaina a tessaiga y comienzan a lucha contra el extraño ente, ellos dos llevan la gran batuta de la pelea, aunque Kagome y Miroku intenta ayudar, es Sango quién da el golpe final al demonio que se desvanece tras el golpe de Hiraikotsu, todo parece terminar, pero un halo sale del arma de Sango y de pronto se quiebra en más fragmentos de los que dejo atrás la perla de Shikon.

    - ¡Hiraikotsu!

    - ¿Qué ha sucedido Sango? ¿Puedes reparar el arma? - le pregunto Miroku

    - Lo haría si fuera dos fragmentos pero han desaparecido…..

    - Vamos Sango algo podremos hacer… - dijo Kagome

    - Eso espero, sólo ha quedado esto. - Sango les muestra una pequeña astilla que es lo único que ha dejado Hiraikotsu.

    - Creo que debemos ir con Totosai Sango, él debe saber que hacer. - dijo Inuyasha en un tono molesto a la exterminadora.

    - Quizás tengas razón, sólo que tu tono de amargura no me agrada después de todo lo que ha sucedido.

    - Yo te llevare Sango no sé si los demás quieran acompañarnos, o puedo ir solo, sólo dame esa astilla.

    - No Inuyasha, voy contigo, ustedes vayan a la aldea, cuiden a Kirara prometo no tardar.

    - Está bien chicos, los veremos allá, traten de no tardar, el ambiente es bastante extraño. - dijo Kagome mientras se despedía de un abrazo de Sango e Inuyasha.

    Miroku y compañía se alejaron montando en Kirara para evitar los peligros del bosque, Sango e Inuyasha por su parte caminaban en otra dirección para dar con el creador de armas.

    - Vamos Sango sube a mi espalda, de otra manera tardaremos demasiado en llegar.

    - No sé Inuyasha, no me gusta ser carga de nadie.

    - Tonta, serás carga si no subes y partimos rápido.

    - Está bien sólo trata de mejorar tu actitud.

    Sango subió a la espalda de Inuyasha, que empezó a correr en dirección opuesta al viento, Sango sentía el cabello de su coleta balancearse de un lado a otro, y el de su fleco chocar de una manera hermosa para la vista contra su frente, sentía algo extraño en ese momento, se aferraba al pecho de Inuyasha y dejaba que la noche le guiara por una emoción que nunca había sentido, era algo que oprimía su pecho, pero era algo bello, le gustaba la sensación, Inuyasha por su parte se sentía incomodo con la opresión en su pecho, pero le agradaba tal sensación, la noche ya estaba posada en el cielo, y un aura rodeaba a estos dos personajes, que ahora sin saberlo si quiera escribían un nueva comienzo, una nueva historia que se tranza por las pequeñas nubes nocturnas que los cubría, y que los llevarán a un paradero que jamás hubiesen imaginado.
     
  2.  
    Eduardo Nevian Sngo

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    903
    Capítulo II

    Pequeños Sacrificios

    Después de un par de horas Sango e Inuyasha ya habían llegado a la forja de Totosai, ambos se sentían incómodos por los pensamientos que habían tenido, sin embargo no sabían que el otro los había correspondido, eso no importaba, el viaje se hizo incomodo por los recuerdos, ella debía amar a Miroku, como ha de ser, y él debía amar a Kagome, como ha de ser, Sango bajo de la espalda de Impiaza y caminaron juntos a donde estaba Totosai sentando.

    - Oh vaya. ¿Qué los trae por aquí Inuyasha?

    - Necesitamos un arma Totosai, no sé si recuerdes a Hiraikotsu.

    - Claro que lo recuerdo es el arma de la exterminadora.

    - Sí Totasai, sólo quedo esto, espero que pueda forjarme una nueva, puedo pagarle además. - Sango dice esto mientras entrega la astilla a Totosai quién la estudia después de cogerla.

    - Lo lamento niña, pero no puedo hacerte un arma igual.

    - ¿Por qué, cuál es el problema?

    - Bien en principio esta astilla no me servirá de mucho, sólo indica los huesos de la criatura que se usaron en su fabricación, y también eso es otra mala noticias pues parece que ese tipo de demonios han dejado de existir en la actualidad.

    - ¿Entonces no hay manera en hacer de nuevo a Hiraikotsu?

    - Sí Sango pero tendrá que ser con los huesos o dientes de una nueva bestia, y tendrás que empezar de cero todo, desde su manipulación hasta la confianza del arma, ya sabrás a lo que me refiero.

    - ¿No te serviría uno de mis colmillos Totosai?

    - Ya habías tardado en ofrecerte a ayudar Inuyasha, creo que lo más factible es que sea forjado a partir de un diente de Inuyasha será más fácil así que te acostumbres a ella.

    Sin decir más palabras Totosai cogió a Inuyasha desprevenido y arranco su colmillo ante la mueca de dolor de este, entonces empezó a trabajar en la nueva arma, Sango e Inuyasha se sentaron cerca y observaron durante el largo tiempo que duro la creación del nuevo Hirakotsu, Totosai termino de hacer el arma y sólo preparo las monturas y agarraderas a la medida de Sango, se levanto y coloco un granate en las puntas de este.

    - Bien, he finalizado su arma, debes cuidarla demasiado jovencita, el gran Totosai no fabrica muchas así.

    - Gracias Totosai siempre le estaré agradecida. - Sango hace una reverencia a Totosai - ¿Para que son estas pequeñas joyas en las puntas?

    - Son granates sirven de equilibrio, las he puesto para que la manipulación del arma sea más fácil para ti, además así sólo tú podrás manipularla y nadie más, además pueden absorber la esencia vital de tus enemigos caídos para hacer tu arma más poderosa con el tiempo, esto te deja una gran responsabilidad encima, espero puedas acatarla jovencita.

    - Sí, así lo haré muchas gracias Totosai.

    - Adiós Totosai, manda a Mioga cuando tengan noticias sobre los demonios.

    - Así se hará Inuyasha que tengan un buen viaje.

    Después de alejarse a una distancia considerable de la forja de Totosai, Sango comenzó a maniobrar con su arma y a lanzarla en algunas ocasiones, lucía feliz con su arma, así que la coloco de nuevo en su espalda y se vistió con su Kimono habitual, por fin se dirigió de regreso a Inuyasha que la esperaba a unos metros de donde practicaba.

    - Muchas gracias Inuyasha, es idéntica a mi antiguo Hiraikotsu.

    - No tienes que agradecer nada tonta, era lo que tenía que hacer.

    - Claro que tengo que agradecerte Inuyasha, no todos los días te regalan un colmillo para que lo forjen como un arma. - Sango comenzó a reír, y aunque Inuyasha se contuvo no pudo evitar regalarle una sonrisa.

    Sango abrazo a Impiaza y este no pudo evitar sonrojarse, era algo extraño, como si algo hirviera en sus entrañas, parecía horrible, pero era una sensación reconfortante, ago parecido a recibir una frazada cuando se muere de frío, el cielo parecía abrirse, entonces Sango dejo el abrazo, para bien o para mal de Impiaza y volvió la cara hacia él.

    - Gracias Inuyasha.

    - De…. Nada…..

    Inuyasha sonrío para si mismo, pues no podía creer los pensamientos que corrían por su mente, se hinco entonces para que Sango subiera a su espalda y comenzó el camino de regreso, con una sonrisa finamente detallada todo el camino, con la caída de las hojas ayudando a la estética del la ruta de regreso, Sango se quedo dormida al poco rato, reposando su cabeza entre el hombro derecho y la cabeza de Inuyasha, así que empezó a andar más despacio, para alargar el trayecto, para dejar que la sensación creciera, el amanecer comenzaba a golpear su rostro, el cielo cambiaba su matiz, pero lamentablemente para él, el viaje ya había terminado, la aldea de Kaede se veía a lo lejos, Sango despertó y abrazo a Inuyasha por inercia sobre su cuello, pero no soltó el agarre que tenía sobre él, pues el abrazo de la madrugada era más que un pretexto para que sus latidos permaneciera unidas una sola vez, esperando un recuentro, el Sol ya salio por completo, el viaje ha terminado, o al menos, se ha pausado, para prolongarse cuando sea necesario, cuando el destino lo dicte de nuevo, detener este sentimiento era un pequeño sacrificio para prolongarlo.
     
  3.  
    Kai

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    ¡Pareja Crack! Y está, ains, me enamoré < 3

    Sería bueno que uses el guión largo ( — ), puedes insertarlo en word y asignarle un comando de letras, como yo hago, copiarlo y pegarlo, o buscarlo en simbolos y apprenderte ese comando. Y los diálogos, al empezar, siempre van pegados de este:

    —Diálogo —intervención del narrador—. Diálogo de cierre.

    Ese es solo un bosquejo, las reglas son más amplias.

    Bien, fuera de eso. Bueeeen, ha vacíos en la historia. A pesar de que la pareja me agrada, hay vacíos, ¿cómo tan pronto olvidan a Miroku y Kagome?, ¿dónde están los sentimientos de duda? Claro que aun falta bastante en la historia, pero así mismo dices, y cito: " ella debía amar a Miroku, como ha de ser, y él debía amar a Kagome", es decir, que ya sienten amor entre sí, ¿solo por estar un día solos? No es nada creíble. Y también me sacude la idea del nuevo Hiraikotsu, son hueso de demonios, de cientos de demonios distintos de los que están hechos, hay cosas que convienen seguirlas más fielmente, al menos si no tienes una explicación convincente para ella.

    Eso es lo que tengo para decir, me gusta y a la vez no, me deja como un gusto agrio, le falta, pero tiene mucho para darle <3

    Saludos.
     

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