La Sonrisa de una Dama (inu&kag)

La Sonrisa de una Dama (inu&kag)

La Sonrisa de una Dama:​

Prologo:
En el siglo XIX, existía un reino llamado “Reino Shikon”. Todos sus habitantes eran peculiares, youkai, daiyoukai, humanos y uno que otro hanyou, este reino era gobernado por humanos lo cual muchos (youkai, daiyoukai), no estaban de acuerdo, por sentirse inferiores a valga la redundancia unos seres tan inferiores como lo eran los humanos, reino tranquilo con sus rarezas, así era el Reino Shikon.
Aquí todos tenían una peculiaridad, eran dulces, buenos, amigables pero uno que otro podría llegar a ser él ser más despiadado de todos.
Todo empieza con la expulsión de uno de los más grandes daiyoukai de todos los tiempos: Inu no Taisho y su familia.

-Vamos, Jacobo sabes que no es justo- dice Inu no decepcionado de más fiel amigo el Rey

-Rey Jacobo para usted, ciudadano Taisho- dice muy seguro de sí.

-Bien me iré pero le digo “su majestad”, que ese consejero tuyo no es de fiar-Le dice llevándose a su esposa Izayoi, con tres meses de embarazo, y a su hijo mayor, fuera del castillo.

Antes de salir se escucha al Rey decirle a su consejero, que les proporcionara una carroza que los llevara al Reino vecino. Reino Sengoku.

Allí vivieron por muchos años, sus hijos ya mayores. Sesshomaru de 23 años e Inuyasha de 20.

-Inu, Sessho, nos vamos para el Reino Shikon-dice Izayoi con una hermosa sonrisa

-Ya vamos-dicen los chicos a coro

-Menos mal que Jacobo levanto esa ley de desterrar daiyoukai, no crees Inu no-
-Así es, y con lo que nos costó convencer a los chicos, sobre todo a Inuyasha, el muy necio casi, casi llora al tener que irse, es que con la fama que tiene-dice Inu no riendo entre dientes
-Qué??? Eso no es verdad, estaba bostezando-dice el susodicho un tanto enejado.
-Está bien, lo que digas hijo. Ok los Taisho se va para el Reino Shikon- dice montándose de ultimo en el carruaje.
Así era los Taisho volvían al Reino Shikon a su hogar, pero un integrante no estaba muy convencido, efectivamente nuestro orgulloso hanyou: Inuyasha.
-Que fastidio, y yo que no quería me traen a rastras-dice bajito a lo cual su padre lo escucha
-Que dices Inuyasha?

-Nada, solo que no me quería ir además me traen obligado-dice rolando sus ojos dorados.

-bueno entonces quédate aquí tu Solo- le dice de manara amenazante a su hijo menor.

-Por mi, bien pero mi madre no me deja, además se cuidarme solo-dice altaneramente

-Te cuidas muy bien tu solito, como hace tres días que te perdiste en el mercado del pueblo, y ni tu nariz te ayudo, si no fuera por mi estarías todavía en la casa del curandero pensando que era la verdulería, Inútil- al fin hablo Sesshomaru solo para insultar a Inu que puedo decir “amor de hermanos”

-No hables que te comportas como un…

-Ya los dos y viajen en silencio-dice Izayoi harta de la inmadurez de ambos.
Y así regañados y refunfuñando se van al Reino Shikon que les espera este par de inmaduros como les dice su madre…

####### Nota######
Como pueden ver soy nueva en el foro me arriesgare, a publicar mi primera historia, llevo como tres capis pero coloque el prologo para ver si les gusta, me dicen si les gusta o no , mis errores , y criticas constructivas son muy bn recibidas . Si gusta lo continuo aunque no sera muy largo posteen xfa.

 

Re: La Sonrisa de una Dama (inu&kag)

CAPITULO I: El Inicio…parte 1

En el pueblo del Reinado Shikon, se encontraba una casa de dos plantas, muy sencilla y acogedora, se podría decir con sinceridad, que era un hogar. En esta casa se veía, a una niña de aproximadamente 8 años de edad. La apariencia de la pequeña era realmente dulce: su cabello era largo, el color del cabello era un negro azabache intenso la misma noche lo envidiaba, era algo lacio, pero al final tenía unos adorables rizos; su carita regordeta como todo niño pero con rasgos muy tiernos; ojos enormes de color achocolatado, los mismos eran tan expresivos que parecían un libro abierto para cualquiera que la conociera; por ultimo su sonrisa, era simplemente perfecta, dulce, tierna, comprensiva, cálida , tan especial , que sin importar que te gustaría estar a su lado eternamente, y como todo pequeñín realmente curiosa pero en su caso curiosísima. Estaba limpiando una habitación, mejor dicho su habitación, cuando comenzó ni el piso se veía, era todo un desastre. Al terminar, se seco el sudor con su manita y salió de la recamara.

Grande fue su sorpresa a encontrarse con una mujer, alta, excelente cuerpo, cabello corto y marrón, los ojos igual que los de la pequeña y una sonrisa encantadora. La niña la vio, se sorprendió pero luego…

-¡Mamá!- gritó a la vez que se le lanzaba encima de su madre para abrazarla.

-¡Kagome! pero ¿qué haces despierta a estas horas?-interroga la madre a su pequeña mientras la deja en el suelo y la besa en la mejilla-Buenos días-susurro.

-Buenos días, mami-contesta- es que quería darte una sorpresita, pero tú me la has dado a mi-responde sin muchas ganas

-Tranquila, hija- comenta mientras le acaricia su sedoso cabello-¿Cuál era la sorpresa?-cuestiona la mujer

-¡Está!- responde la niña, abriendo la puerta de su cuarto.

-Vaya… Kagome si que te esforzaste, no sabía que tu cuarto tuviera piso-bromea la madre

-La verdad yo tampoco mami- comenta entre risas- Y ¿cómo quedo?

-Muy bien, es mas toma- le da una moneda- ve a donde el Sr Myoga y cómprate lo que quieras, vale.

-Ok, llego temprano- dicho esto se marcha.

Cuando Kagome caminaba tarareaba una canción que le enseño su padre, el cual murió hace más de un año, a la vez su madre Naomi se enfermo de los pulmones.


-Kagome, Kagome, estoy viviendo en una jaula, no podía siquiera llorarle al cielo nocturno, Kagome, Kagome…-tarareaba, la verdad no sabía porque lo hacía, ya que esa canción y el juego se lo enseño su padre el día de su muerte por eso literalmente odiaba esa canción. Quizás algo relacionado con su futuro pasaría esa tarde.

-Mejor me apuro o llegare tarde- dicho esto empezó a correr a la tienda del Sr Myoga “Sakimitama”

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-Viejito Myoga… buenas tardes, vine a comprar algo para mi mami, pero no se que darle, me sugiere algo- le dice a modo de saludo al Sr, mientras se queda viendo toda la tienda.

Siempre la miraba, pero es que tenía cada cosa rara, y como ella no era curiosa, sino curiosísima, se entretenía mucho allí ya que Myoga siempre le relataba el origen de las cosas que allí estaban de venta o de decoración.

- Mi niña Kagome, veamos cuanto te dio tu mami, y así te diré que te puedo dar, y después te cuento lo que quieras, ¿Vale?- le contesta el Sr, mientras recibe la moneda de la niña, la cual no alcanzaba para mucho.

-Está bien, entonces dígame, que le llevo a mi mami, pero que le guste, por favor- dice dando vueltas en medio de la tienda.

-Kagome, Kagome, ¡hija! Primero deja de dar vueltas- ella asiente- segundo si viene de ti a tu madre le encantara ok, que tal una preciosa manzana roja-se la da y ella le dice…

-Pero ¿qué hago yo con una manzana?-comenta mirando a la misma de reojo.

-Ok mi niña, piénsalo mientras te digo como se origino el origami- asintió y así empezó su historia del arte de doblar el papel.


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En otro lugar muy cerca de allí, se encontraba caminando un Sr alto, levemente bronceado, cabello largo y plateado amarrado en una coleta alta, con unos mechones adornando su cara, ojos dorados e imponentes, con una luna de cuarto menguante en la frente.

-Ya han pasado 10 años desde la última vez que vine. No infrinjo la ley solo vengo por un recado, no es así mi buen amigo Myoga- dice Inu no de forma nostálgica.

-Espero que tengas listo el emblema que te mande a conseguir para mi hijo Inuyasha-menciona sin darse cuenta de que estaba en la puerta de Sakimitama.


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Regresando donde Kagome. Ella estaba tan concentrada en lo que le decía Myoga que no se dio cuenta de lo tarde que era.

-Viejito Myoga, disculpe pero es muy tarde y mi mama debe estar preocupadísima-dice pegando una carrera hasta la puerta.

-Espera Kagome, la manzana- acto seguido la niña se detuvo tan estrepitosamente, que no le dio tiempo de pensar, cuando se dio cuenta de que algo “suave”(digo suave porque no era la pared), la detuvo. Al centrar su mirada se encontró con un Sr alto y apuesto que le evito una caída.

-¿Estás bien? Pequeña-pregunto Inu no, realmente preocupado por la niña.

-Ss..Si, gracias-tartamudeo ella

-Kagome, tienes que dejar de pegar esas, carreras-regaño Myoga.

-Sí, pero, es que se me hizo tarde, y mi mamá debe estar preocupada-comenta entre sollozos.

-Tranquila pequeña-dice Inu no consolando a la niña- Dime donde vives y yo te llevo-le ofrece.

La niña mira al viejo Myoga, como si le estuviera preguntando si ese señor era de confianza.

-Tranquila, Kagome, Inu no es un buen amigo y le encanta ayudar estarás bien-le responde como si le hubiese leído la mente.

-Está bien, pero si mi mami se enoja será culpa suya- le dice inflando sus cachetes.

-Todo corre a mi cuenta. Ahora-dice volteando a ver a Inu no- Amigo tanto tiempo, has venido
por el emblema no me equivoco.

-No te equivocas Myoga, si lo tienes mucho mejor-le responde

-Claro que si, pensé que nunca te vería desde el destierro pero me equivoque-dice sacando un cofre muy bien detallado, y que parecía realmente valioso, pero lo importante era lo de su interior.

-Eso creo, es que tuve que hacer mucho para venir, pero heme aquí. Gracias-dice sujetando el cofre.

-De nada. Te invitaría una taza de té, pero te comprometiste con la Srta.-mira a Kagome- y créeme que para que después diga que los caballeros no cumplen su palabra, y de paso conociéndola, diría que los hombres caballeros no son solo animales en palto*-bromeo

-Eso es verdad, no sería bueno que una joven tan hermosa piense así de nosotros. Nos vamos bella doncella-le dice a Kagome y ella asiente, lo toma de la mano y se dirigen a la salida- Luego nos veremos Viejo.

-Así será Anciano- se despide amistosamente Myoga.


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Ya afuera.


-Ok Srta. permita escoltarla a su aposento-le repite Inu no

-Sr ¿qué es lo que le dio el viejito Myoga?-pregunta tímidamente

-Ya veo que eres curiosa-ella se sonroja- jajaja no importa, mira es un emblema para mi hijo menor-le da el emblema.

Este era hermoso, se trataba de una pieza de plata y oro blanco, que se asemejaba al color de la luna llena, en el centro se encontraba una flor de loto esculpida en rubí, el oro parecía una enredadera encima de la flor, al estilo Taisho simple pero elegante, con sus símbolos característicos: Una flor de loto y la luna, detrás tenía una T escrita de puño y letra del sr Inu no.

-Vaya… es hermoso- dice con una carita tan angelical que le recordó a su esposa.

-Sabes me recuerdas a mi esposa, Kagomecita-le comenta ensimismado- espera digo por lo hermosa-dice cusndo la niña hace un gesto de “no soy vieja”.

Duraron así un rato caminando y el sr elogiando a la pequeña. Tanto caminaron que la niña se canso, Inu no le ofreció a llevarla en su espalda a lo cual ella no negó.

-Kagome, ¿Cuántos años tienes?

-Tengo 8 añitos-Luego de esto dio un gran bostezo

-Sabes, mi hijo-“si” susurro ella quedándose medio dormida-Tiene 10 años y se llama Inuyasha, se que se llevaran bien si los presento-Al no notar ninguna respuesta, volteo y se dio cuenta de que se durmió-Tan cansada estas, eres tan tierna, duerme pequeña.

El Sr Taisho sabía donde vivía ya que esta le dijo cuando empezaron a caminar. Al llegar a la casa de la pequeña Inu no le explico a su madre lo sucedido y ella le creyó por saber que era honesto lo veía en su mirada.

-Tranquilo Sr. Más bien gracias-dice recibiendo a su hija aun dormida

-Por cierto tenga-le da una bolsita- Se lo iba a dar a Kagome pero, ya ve, se durmió. Como se habrá dado cuenta, soy un daiyoukai, eso que le di es una flor extraña, que solo reacciona y florece con humanos puros, al Kagome serlo esta se abrió, no tiene nombre pero es excelente para dulces, déselo a la niña, que lo siembre muy temprano, le ponga nombre y en muy poco tiempo crecerá-dicho esto se marcho al reino Sengoku.


Como habrán apreciado, Kagome se quedo dormida y no sabe el nombre ni la edad del hijo menor de Inu no Taisho…

+++++++++++++++
* palto: es saco, traje.

 

Re: La Sonrisa de una Dama (inu&kag)

Aqui les traigo la conti, muchas gracias por esperar, deseo que sea de su agrado.

CAPITULO II: El Inicio…parte 2

Los rayos del sol iluminaban la cocina de la Sra. Naomi, mientras esta preparaba un dulce realmente delicioso, su pinta era buena se asemejaba a mermelada de manzana pero con un sabor que lo hacía único. Estaba a punto de botar las semillas del sr InuNo cuando recordó que se las tenía que dar a su hija.

****

-Sera mejor que despierte a Kagome, es mejor que siembre las semillas antes que salga el sol- piensa en voz alta la mujer para sí misma.

-¿Qué quieres que siembre mami?- pregunta Kagome mientras se restriega con las manos sus ojos, todavía tenía sueño.

-Oh, me escuchaste- la niña asiente- bueno ¿Te acuerdas del sr que te trajo ayer?- cuestiona la mujer.


-Si mami, el sr amable que me dijo que era muy bonita y que le recordaba a su esposa- comenta pegando brincos.

-Con que eso dijoEsta niña es muy atenta.-piensa Naomi con una gota estilo anime en la cabeza.

-Mami, tengo hambre, ¿qué haces?- cuestiona sobándose la barriga.

-Ahorita veras-quiña el ojo- ve al patio y siembra esto ¿sí?, después te explico- contesta al ver la cara de su hija queriendole decir “de que estás hablando”

-Está bien ya vengo- dicho esto sale corriendo al patio delantero para sembrar las semillas.


####


Mientras en el reino Sengoku.

-¡InuNo! Querido menos mal que llegas-exclama una mujer que parecía una diosa cuerpo esbelto, buen busto, cabello negro y lacio un poco más bajo que la cintura, ojos color marrón intenso, con un poco de sombra morada, algo de labial rojo, traía el pelo suelto con un flequillo que enmarcaba mas su fino rostro.

-Izayoi, que alegría verte- dice mientras abraza a la femenina-¿Por qué tan alarmada?-pregunta al ver el rosto preocupado de su esposa.

-Es Inuyasha, no lo encuentro por ningún lado- solloza la mujer- se fue corriendo cuando le dije que te habías ido- dijo un poco más calmada.

-Tranquilízate, yo lo busco ¿vale?- ella asiente y este se marcha al lago, allí es donde se esconde su hijo menor cuando se enoja.

En un árbol se veían a dos niños de ojos dorados y cabello plateado discutiendo.

-¡Viste! Papá se fue por tu culpa, tenias que ser un hanyou- dice gélidamente el mayor, mirando de manera acusadora a su medio hermano.

-Déjame en paz. Y si papá se fue es porque tú, siempre te la pasas ignorándonos- se defendió el menor, que tenía un par de orejas de perro sobre su cabeza, mientras sube rápidamente a un árbol.

-Haz lo que quieras Inu-til, pero si te caes mucho mejor para mi- dicho esto se marcho.
-Si claro después a quien le echan la culpa cuando yo no esté iceberg- susurra este acurrucándose en sus rodillas.

-Inuyasha, hijo baja de allí, tu madre está preocupada- ordena InuNo, pero al no recibir respuesta sube al árbol y se sienta al lado de su hijo.

-Óyeme Inuyasha, no sé porque saliste corriendo, yo te invite a venir y tú me dijiste que no, no entiendo tu aptitud- comenta mientras pasa un brazo por encima del hombro de su hijo.

-Lo que pasa es que...- hace una pausa respira y dice- ...Sesshomaru, me dijo que te habías ido para siempre porque yo soy un hanyou y no me quieres y por eso no le creí, pero luego fui le pregunte a mi mama si te habías ido y ella dijo que si- concluyo un tanto enojado.

-Tonto, cuantas veces te he dicho que no le hagas caso a tu hermano, en ese tipo de cosas- reprendió InuNo- además si me hubiera ido “para siempre” no estaría aquí- comenta mientras bajan del árbol- y mucho menos con un regalo para ti- die dándole un cofre.

-Vaya… es bonito, pero- comenta un poco desilusionado- pero es como de niña-. Comenta viedo e reojo el emblema.

-Lo se, hijo, lo se- afirma mientras se agacha para estar a su altura- este emblema se lo daras a la mujer que sea adecuada para ti, a la que convertiras en una Taisho.

-papa dejate de babosadas ¿si?- dice suplicantemente.
-Esta bien, pero prométeme que haras lo que te digo, y si me preguntas como lo vas a saber, sera cuando tu corazón te hable así lo sabrás.

-te lo prometo padre.

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Mientras en el reino Shikon, se veía a una adorable niña comiendo un trozo de pastel, esta al terminar le pregunta a su madre:

-¿Mami?, esta torta te quedo de lo más rica, bueno más rica que siempre ¿que tiene?-interroga al terminar su torta.

-Veras Kagome, lo que tiene es el extracto de los pétalo de la flor que me dio el Sr. InuNo, por cierto ¿qué nombre le pusiste a las semillas?-Agrega la joven madre sonriente.


-Bueno, me acorde de una historia que me dijo mi Papá, que en una tierra lejana, pero a la vez muy cercana el amor, los sentimientos y todas las personas perduran, a ese lugar se le conocía como Goshimboku, y quedaba cerca del corazón, y creo que este árbol durara mucho-contesta la niña de lo más tranquila, dejando a su madre muy sorprendida.

-Vaya Kagome, creo que eso te vino del corazón, Shaoran aunque hayas inventado todo fue muy buena idea cariño- pensó la Sra.

-¿en que piensas mami?.

-Ahh, que como eres muy creativa que ¿nombre les pondrás a este pastel?-cuestiona mientras lava los platos.
]
-Ummhh, déjame pensar-cierra sus ojitos mientras se le ocurre algo y luego los abre diciendo muy alegre- KOKORO (corazón)

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Al paso de los días, meses y años, dos para ser exactos, Kagome se había convertido ya en una niña de 10 años, su carita ya no era de tan niña ya que la vida le había dejado a su querida madre postrada en una cama.

-Kagome, hija no es necesario- decía la Sra. que se encontraba recostada, mientras su hija le impedía levantarse.

-Mami, por mas quieras no te dejare, además ya se usar la cocina, y si no lo hago no podre pagar las medicinas-le decía suplicante su hija mientras se colocaba un delantal y encendía el fuego.

-Es verdad Sra. Naomi, además Ud. Esta aquí con nosotras, y si algo pasa nos dirá como resolverlo, ¿verdad Kag?-alego una chica de 12 años de edad contextura mediana, buen cuerpo para su edad, con el cabello castaño largo y amarrado en la punta por una cinta, ojos marrón intenso, muy carismática y fuerte por ser hija de un taijia y serlo ella también.

-Ves mama, Sango no dejara que cometa una locura, pelea con Youkai, a veces la ayudo con mi poder y no vamos a poder con una simple cocina?-alego la chica mientras salía al jardín.

-Está bien chicas, pero recuerden que si se pasan y le colocan mucho extracto, será muy dulce-dijo resignada la madre.

En el patio de esa casa se apreciaba, realmente verde por ser primavera y en toda la parte trasera de este lleno de flores y pétalos de color lila esparcida por el suelo proveniente de un hermoso árbol.

-¿Quién diría que estarías tan grande así de rápido Goshimboku?- menciono por lo bajo la niña mientras cogía una flor de ese árbol y la llevaba dentro de la casa.

Unas cuantas horas después, se observaba al par de niñas corriendo de allá para acá con muchos recipientes sucios, sin contar que toda la casa estaba hecha un desastre a causa de ellas.

-Ahora si- gritaron las jóvenes a dúo mientras observaban a la madre de la menor comer el pastel.

- Y ¿bien?, ¿ como quedo mama?- cuestiono ansiosa.

-Les quedo de maravilla-les regala una sonrisa.

-SI- gritan y pegan bricos de emoción- hay Sango al fin después de haber hecho 10 tortas al fin nos salió-comento exasperada la menor.

-Así es pero tenemos que limpiar-dice viendo alrededor- y de paso nos tenemos que bañar, tenemos mucha harina encima-dice riéndose de la palidez que presentaban.

- Así es Sango pero ahora si podemos decir que nos salió el Kokoro.

Dicho esto empezaron a recoger todo, se bañaron y Sango se fue cuando su padre Shako la fue a buscar, pasaron los meses, la torta era lo que más vendían en su tienda Kibo no ai(esperanza de amor), pero no todo era color de rosas llego un día que nadie esperaba ni siquiera, el mismo destino…

Continuara...

Espero que les gustara, recibo criticas, espero sus comentarios y me avisan cualquier cosa... gracias se despide Kag love Inu XOXO

 

Re: La Sonrisa de una Dama (inu&kag)

Hola!!! Lamento mucho la demora, pero donde estaba no tenia internet shif shif, pero aqui les traigo el capi.

CAPITULO III: ¿Qué fue lo que paso?​

El día estaba algo nublado, se veía un poco triste en todo el reino pero eso no les impedía a dos chiquillas endulzarles el día a los aldeanos con sus tortas.

-Sra. ¿Qué mas desea?-agrega la joven de ojos achocolatados al darle una bolsa a una Sra. algo mayor.

-Nadal querida Kagome así está todo bien. Nos vemos mañana- se despide.
Pasaron cinco clientes más y las chicas ya se les estaban acabando el pastel y sobretodo el Kokoro que nada más hacían uno por día y lo vendían por rebanadas.

-Buenos días, sr Naraku, viene por la torta del Rey ¿no es así?-cuestiona la niña mientras observa al hombre que tenia al frente, alto, bronceado, cabello negro y ondulado, ojos rojizos con una mirada intrigante.

-Así es chiquilla-responde mientras la mira de arriba abajo.

-Todavía no entiendo porque Ud. tiene que venir por la torta siendo el consejero. Bueno es que podría venir un mensajero ¿no?-le pregunta nerviosa por la mirada del hombre.

-Es cierto podría venir pero es un regalo que le hago personalmente al Rey, y como le gusta tanto el dulce y este es el mejor, ¿Qué se hace?-responde intentando ser amable(n/a:¡ja! eso ni él se lo cree)

-No se preocupe enseguida se la busco y la envuelvo-intenta retirarse por la presencia intimidante del sr y más cuando supuestamente quiere ser amable, pero Sango se lo impide.

-Tranquila Kag, yo voy, atiende a los clientes, tú tienes más carisma-la joven le iba a reclamar pero no la dejo, y dicho esto se marcha a la casa.

-Pero… jejeje-rió nerviosamente por la cercanía del hombre, si no fuera por el mostrador que se encontraba en medio de estos sus cuerpos se tocarían por el atrevimiento de este, pero ella no podía reclamarle por servirle a la corona.

-Disculpe, sr pero si no le molesta esperar a que vuelva.

-Claro que no, esperare gustoso. “Mientras más me tarde mejor, así no sospecharan en el castillo”. ¿Dónde puedo esperar?-cuestiona el hombre.

-Espere aquí-comunica mientras le indica un asiento al lado de ella.

-Sera todo un honor, así sabré que tan carismática es, y si lo eres con otras personas me sentiré celoso-dice a forma de broma.

-jejeje, Es trabajo sr, tengo que ser amable-contesta mientras empieza a atender a otras personas.

-Vaya… sí que es incomodo trabajar con él aquí, Kami, dile a Sango que se apure-pensó mirando de reojo al hombre que tenia al lado, el cual mantenía su mirada fija en la nada.

####

En un lugar alejado de esa casa para ser más precisos en el castillo, que era sacado de un cuento de hadas, empedrado, las paredes estaban cubiertas de enredaderas de rosas blancas, el jardín tenía una fuente inmensa en toda la entrada, y un laberinto de rosales, tulipanes y toda clase de flores decorándolo, pero a pesar de ser de cuento de hada, dentro de este se vivía una pesadilla, las paredes, poseían pinturas elegantes y exquisitas de la época, los marcos eras de oro puro, y cada ventanal era cubierto por una cortina de color vino tinto fuerte y encajes dorados, pero a pesar de tener tanto oro este no brillaba y no era porque no estuviese pulido, si esa misma mañana lo habían hecho como era costumbre, no brillaba porque la pena que tenían encima era tan grande que todo se veía gris y el clima de afuera no ayudaba las nubes grises empezaban a llorar al igual que lo hacía un hombre dentro de una de las habitaciones del castillo, la tristeza era máxima y no era para menos.

-¡no!¡no,no,no,no…¡NO, CLARA!-gritaba y sollozaba un hombre vestido de ropa fina, capa y una corona, estaba devastado la vida de su esposa se fue en un suspiro, su corazón dejo de latir al mismo tiempo que el de su esposa lo hizo.

-Papi, ma..má-sollozo un chico de unos once años entrando a la habitación en donde se encontraba el cuerpo inerte de su madre, y al lado de este su padre arrodillado reclamándole al cielo por que la separo de su lado, dejando a un niño sin madre, a un reino sin reina, y a un rey viudo y desolado.

-Hoyo, ven aquí-anuncio el señor mientras golpeaba con la palma de su mano al lado de él, indicándole al niño que se sentara allí.

-Aja, ya voy-tartamudeo mientras realizaba la acción encomendada por su padre.

-Bien, ahora tú y yo, nos encargaremos del reino, ya que mamá está descansando y necesitamos ser fuertes para salir adelante como ella lo quería ¿verdad?-dijo nostálgico y sonriendo melancólicamente.

-Papá, seré fuerte y tendré que mejorar para ser un rey como tú, porque soy Hoyo Okita, Príncipe del reino Shikon-anuncio orgulloso y secando sus lagrimas-¿verdad mami?

-Así es Hoyo, mamá va a estar muy feliz, desde allá-dice mientras señala al cielo por una ventana-ella nos cuidara.

Le dieron un último beso y un hasta luego a la reina, se levantaron con cuidado del piso, tenían los ojos brillantes por el agua acumulada en estos, se tomaron de la mano y se encaminaron a la salida de la habitación, mientras cruzaban esa puerta miraron hacia atrás despidiéndose y a la vez recordando los momentos vividos con que una vez fue la reina, caminaron lento y cerraron la puerta detrás de ellos, una vez afuera de este el rey le anuncio a una de las criadas que llevaran al príncipe a su habitación, para que lo calmaran y le dieran un buen baño, mientras él se encargaba de todos los preparativos necesarios, pero para eso necesitaba a su consejero el cual no se encontraba por ningún lugar del castillo…

-Naraku, ¿Dónde demonios te has metido?-suspiro el rey ante su duda.

#####

-Veamos ¿Dónde pone Kag la torta del rey?-se cuestionaba Sango mientras buscaba gaveta por gaveta, hasta que escucha un sonido similar a ollas cayendo al suelo, provenientes del segundo piso.

-¿Ah?, pero… ¡Oh por Kami! Sra Naomi-chillo la chica al darse cuenta que el sonido provenía de la habitación de la sra, seguramente las bandejas que colocaban cerca de ella cayeron al querer llamarlas, corrió escaleras arriba y abrió la puerta de inmediato, efectivamente la bandeja se encontraba en el suelo junto con la campana que tenia Naomi para llamarlas, busco con la mirada a la sra y la encontró en el suelo con la sabanas encima de ella, sin dudarlo se acerco a la sra, la cual respiraba con dificultad.

-Oh Kami, ¿está bien?(n/a: este, si estuviera bien ¡no estaría en el piso agonizando!, ¿no crees sango?)-interrogo la chica, mientras sujetaba a la sra, para que se sentara y se le hiciera más fácil respirar.

-Taaa, trae… a…a Kag-ordeno la sra mientras respiraba con dificultad y Sango la sentaba en la cama.

-Enseguida-afirmo y salió corriendo en dirección al jardín.

Kagome estaba tranquila y sonriente atendiendo a los clientes, a pesar de la mirada que le lanzaba su inesperado “ayudante”, ya que en dos ocasiones él cobro lo encomendado por los clientes. Le incomodaba era verdad, pero no permitiría que eso le arruinara el día, estaba feliz pero sentía que si le decían algo malo esa felicidad se esfumaría, lo presentía y tristemente… estaba en lo cierto.

-Ka…ka…¡KAGOME!-grito mientras salía de la casa.

-¿Qué pasa Sango? ¿y la torta?-cuestiono totalmente ajena a lo que sucedía a su alrededor o eso aparentaba sentía que algo malo sucedía pero se negaba a aceptarlo, sabía que era extraño que Sango llegara así de agitada solo por una torta, era algo mas lo que la preocupaba y no sabía que lo dijera a continuación le dolería más que cualquiera de sus torpezas.

-Tú mamá me mando a llamarte-dijo casi gritando de los nervios.

-¿Qué paso con mamá? ¿Sango, está bien?-ella negó con la cabeza- Oh Kami… ¿Dónde está?-cuestiono zarandeándola.

-Está en su habitación, yo… yo voy por su medicina. Tranquila todo estará bien-dijo abrazándola con dolor mientras ella sollozaba.

-Okey, sr Naraku lo siento, pero…

-Tranquila, tu madre es lo más importante, ve y yo cierro aquí-sermoneo al colocar una mano en el hombro de la chica.

-Gracias-agradeció mientras se inclinaba un poco, pero no lo hizo por amabilidad sino para apartar esa mano de su hombro, cuando la coloco sintió una gran desconfianza y rencor hacia ese hombre, pero ese no era el momento, su prioridad era la salud de su madre. Luego de esto se marcho a paso veloz a la habitación de su madre, en el camino se tropezó con todo, hasta con sus pies de los nervios pero eso no aminoro su ritmo.

Abrió la puerta de golpe y se sento al lado de su madre dándole un masaje en su espalda para estimular su respiración y tomaba su mano.

-¡Mamá!, tranquila todo estará bien, Sango fue por tu medicina y, y…-no lo soporto intentaba decir palabras de fé, para convencerse a ella misma, sabia por la mirada de su madre que era un adiós pero se negaba a creerlo se negaba a quedarse sola.

-No.. Kaagomee, sabes que no… estará…bien-dijo la sra apretando mas su mano y afirmando el agarre, a la vez que miraba con amor y ternura a su hija.

-Lo sé mamá, pero, pero-no lo soporto y quebró en el llanto su madre lloraba en menor intensidad, no quería mortificarla más, sabía que con solo sus medicinas bastaría pero tenía el presentimiento de que no llegarían a ella.

-Bien, esto lo facilita todo-susurro un hombre de ojos rojizos, mientras colocaba una silla en el picaporte de la puerta impidiendo el paso a la casa.

-Umh.. a pesar de ser de clase baja, es acogedor este lugar, si las cosas salen como quiero tendré este lugar para mi jajaja-se regodeo el hombre mientras subía escaleras arriba.

Toc toc toc.

-¿Quién?

-Soy yo Naraku-respondió.

-No es necesario que este aquí.

-Se algo de medicina, puedo ayudar hasta que la joven llegue-mintió el hombre, para que lo dejaran entrar por las buenas sino lo haría por las malas.

Luego de un rato de espera se estaba impacientando, le causo cólera saber que todavía no se había ganado la confianza de la niña con su “amabilidad”, se tranquilizo al sentir la puerta abrirse.

-Pase, espero que pueda ayudar-susurro en un sollozo, dejando al sr pasar.

-Hare lo que esté en mis manos, pero me gusta trabajar solo-dijo serio.

-¿Qué?, pero es mi mamá-reclamo.

-Lo sé y por eso te digo que salgas, así no me pongo nervioso, aprovecha y busca la torta además envuélvela-dijo casi como orden.

-Está bien-accedió a regañadientes.

Una vez fuera de la habitación bajo hasta la cocina, busco una caja grande pero de madera delgada, un trozo de tela color vino tinto, tijeras e hilo. Se dirigio al horno y saco de allí la torta del rey, que ya estaba adornada y endulzada, coloco la torta en la caja, la tapo y envolvió con la tela, le coloco la cinta que era de un color dorado, lo amarro bien, y la puso una etiqueta que decía “Kibo no ai: Kokoro”.

-Listo, ahora voy donde mi mamá-musito para sí misma y se encamino al lugar a paso lento.

La habitación donde se encontraba la joven madre de repente oscureció súbitamente, lo pudo percibir a través de sus parpados, los abrió lentamente y diviso al causante de esa oscuridad, un hombre alto con cabello negro algo ondulando y ojos rojos que reflejaban malicia y rencor mezclado con un profundo odio, él había cerrado las cortinas y colocado seguro a la puerta para no ser interrumpido mientras “curaba” a la mujer.

-Bien, Naomi con esto me facilitas las cosas-argumento.

-Ddee…quee…hhablas-dijo con dificultad.

-Ya lo sabrás querida, ya lo sabrás-lo dijo lenta y tortuosamente mientras le colocaba una almohada sobre su rostro impidiéndole respirar más de lo que le costaba.

-Shhh, deja de esforzarte, te dolerá mas, espero que hayas disfrutado de la compañía de tu hija porque no la volverás a ver-comunico carcajeándose.

-Kagome, lo siento-pensó la sra, al sentir que la vida se le iba, como los pulmones se contraían y expandían dolorosamente quitándole así los suspiros de vida y el aliento que podría tener, hasta que finalmente dejo te respiras y en un último grado de conciencia logro decir.

-Te cuidare, desde el cielo y sé que ellos lo harán, te amo-sin más cerro sus ojos para nunca más volverlos a abrir, dando una palabra a su hija un te amo que nunca llego a ser escuchado.

-Uff, al fin se acabo, ahora a buscar la torta y dar…-su monologo fue interrumpido por los fuertes golpes que le daban a la puerta.

-Sr Naraku, abra-gritaba constantemente la chica, pero al no recibir respuesta se preocupo, el presentimiento que tuvo horas antas volvió y con mucha más intensidad, le gritaba que abriera la puerta al no recibir respuesta pensó lo peor pero ¿Por qué?, se olvido de su dilema interno y recordó que tenía una llave para abrir en su habitación sin pensarlo dos veces salió como alma que lleva el diablo a buscarla.

-Esta mocosa… mejor salgo de aquí-sin saber porque le dio pánico que esa niña supiera lo que hizo, bueno quizás lo sabia pero el estando allí y ella con poderes espirituales no era bueno, sin pensarlo se lanzo por la ventana y espero en el pórtico de la casa a que ella subiera.

-Mamá, Oh Kami, ¡mamá!-chillo la joven al ve a su madre pálida en la cama y cuando se acerco su corazón se detuvo, no grito, no lloro, ni reclamo solo se quedo allí abrazando el cuerpo sin vida de su madre, sus pensamientos no tenían coherencia pero algo era seguro, ese consejero conocería a Kagome Higurashi.

-Ja, mandare a un mensajero por el paste. Bueno con Naomi y la Reina asesinadas por mi, digo muertas por misteriosas causas, tengo el camino libre, dos pájaros de un solo tiro, es mi día de suerte, dentro de unos años conocerán a Naraku-bufo el hombre mientras observaba el cielo cubierto de nubes vendría una tormenta y pronto.
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espero les guste, agredecere sus opiniones chau...