Fantasía La Saga de Freyja de Nidohueco: El Camino del Wyrm Congelado

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Reual Nathan Onyrian, 7 Abril 2020.

Cargando...
  1. Threadmarks: Parte I
     
    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

    Capricornio
    Miembro desde:
    31 Julio 2017
    Mensajes:
    2,109
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    La Saga de Freyja de Nidohueco: El Camino del Wyrm Congelado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    1453
    El Camino del Wyrm Congelado - Parte I

    Las estalactitas tintinearon, amenazando con desprenderse del techo cuando el cuerpo de Freyja impactó contra la cristalina y gélida pared de aquella cueva, con tanta fuerza que le quitó el aire del pecho de manera momentánea. Luego de una fracción de segundo en la cual perdió el conocimiento, se esforzó en salir del hueco que había generado, rodando hacia un costado para evitar otro furioso coletazo de su adversario. Sin embargo, no tuvo tiempo para ni siquiera un respiro, pues una ráfaga de garras se abalanzó sobre ella, lo que la obligó a cubrirse como podía con su escudo.

    Sus piernas se resintieron ante la vehemencia y fuerza que cada zarpazo imprimía sobre ella. En cuanto su atacante se paró sobre sus dos patas traseras para poder aplastarla con todo su cuerpo, Freyja aprovechó la mínima pausa en el asalto para saltar y rodar hacia un costado, mientras el monstruo arremetía contra el suelo con su enorme peso, lanzando astillas de hielo en todas direcciones. Mientras la criatura intentaba liberarse del cráter que ella misma había creado, la elfa aprovechó para agarrar un vial que llevaba en el cinturón y bebió todo el líquido rojizo que este contenía de una sentada. Este iba a ser uno de los pocos momentos en los cuales agradecía que la visera de su casco se le hubiera roto, cuando la bestia los había tomado por sorpresa.

    Sacó la lengua en una mueca de desagrado cuando el súbito y amargo sabor de la poción le tocó la garganta, y arrojó el recipiente vacío a un costado. Tomó aliento, dejando que la magia del líquido actuase y recuperara sus energías lentamente. La criatura hexapoda ya había logrado desembarazarse del hielo, y había abierto la boca, amenazante, soltando vahos de vapor gélido. La arblur maldijo su suerte, una vez más. ¿En serio había tenido que terminar en la guarida de una maldita salamandra gélida?

    — Oye, ¿te falta mucho para terminar? Mi trasero se está congelando.— una exigente y rasposa voz detrás suyo hizo acto de presencia.

    Freyja ardía en deseos de darse vuelta e insultar a toda la línea materna del dueño de esa voz, pero sabía que si quitaba los ojos de encima de la salamandra, era una elfa muerta. Así que simplemente chistó con la lengua, y estudió al enemigo que tenía enfrente. Para tener dos metros y medio de largo, la condenada se movía demasiado rápido. El cuerpo serpentino y de apariencia resbalosa de la criatura se arqueó. El pánico cruzó brevemente por el rostro de Freyja, al darse cuenta de lo que estaba por ocurrir, y tan solo chasqueó la lengua.

    ¡Domoch!— fue todo lo que logró decir, antes de que la salamandra tomara aire, y exhalara su aliento gélido en su dirección.

    Comenzó a correr, intentando rodear a la bestia. Sabía que esta no podía mover más que el cuello cuando soltaba su aliento helado, y que además, necesitaría de unos segundos de recuperación. Eso le daba tiempo suficiente para intentar obtener una ventaja, por más mínima que esta fuera.

    Tomó un hacha de mano de su cinturón y la arrojó contra el rostro de la salamandra. Sin embargo, las condiciones en las cuales se encontraban no eran las mejores para intentar lanzar algo con un mínimo de puntería. La hoja del arma simplemente rasguñó la piel de la bestia, cerca de su ojo, pero la distrajo lo suficiente como para extinguiera su aliento helado de manera súbita, y lanzara un quejido de sorpresa. Freyja aprovechó la oportunidad para acercarse rápidamente hacia la criatura, mientras desenvainaba su espada. Utilizó el impulso que llevaba para hundir la hoja de manera profunda en una de las extremidades traseras de la criatura. Mientras la hoja se hundía en la suave carne, agradeció que las salamandras no tuvieran escamas.

    La bestia gélida lanzó un rugido de dolor y se retorció cuando sintió como una de sus patas era penetrada con fuerza. Su cuerpo sufrió espasmos violentos, y antes de que la elfa pudiera reaccionar, fue víctima de un coletazo que la envió volando hacia atrás. La cazadora rodó por el suelo, teniendo mucho cuidado de que ninguno de los frascos que llevaba se hicieran añicos por el impacto. Esta vez había podido salir mejor parada, habiendo logrado poner el escudo entre ella y la poderosa cola de la salamandra. Eso no quitaba los moretones que seguramente tendría en todo su cuerpo, así como también la fatiga que estaba sintiendo en el brazo. La pelea había comenzado hace varios minutos ya, y en ese transcurso de tiempo había sufrido una tremenda golpiza.

    — Bueno, supongo que eso es progreso.— comentó la voz, aburrida.

    La cazadora la ignoró. La salamandra la miró con ojos llenos de furia ardiente, que provocaban un hipnótico contraste con sus iris gélidos. Arremetió contra ella, aunque su agilidad y velocidad se veían comprometidas por el arma que tenía ahora incrustada en una de sus patas traseras. Freyja se permitió una sonrisa, mientras sorbía por la nariz. Sentía algo líquido, y esperaba de forma encarecida que fueran mocos. No tenía suficientes armas para inmovilizar todas sus extremidades, pero con una menos era más que suficiente. Mientras desprendía su hacha de guerra, corrió para encontrarse con las mandíbulas frígidas de la criatura. Cuando esta se lanzó para un mordisco, la elfa embistió su rostro con el escudo, golpeando su mandíbula inferior con fuerza. El impacto tomó a la bestia por sorpresa, que vio su cabeza doblada en un forzoso ángulo, debido al golpe.

    Freyja utilizó ese momento para blandir su hacha, realizando un fiero corte en el costado del rostro de la criatura, haciendo que la sangre chorreara por la herida. La bestia soltó un grito de dolor, que fue acallado con otro golpetazo del escudo en la mandíbula inferior. La criatura cerró la boca de improviso, haciendo que varios de sus dientes estallaran en esquirlas de hielo. Líquido rojo comenzó a fluir también por la comisura de sus labios y sus encías. La salamandra gélida lanzó un último rugido de amenaza, antes de salir corriendo de allí, en dirección hacia una de las paredes de la cueva.

    — Al fin. Vaya que te tomas tu tiempo. La verdad, creo que fue un error…. ¡Oye, ¿qué estás haciendo?!— se quejó la voz, el grito amortiguado por la esfera de fuerza la rodeaba.

    — ¡Esa cosa tiene mi espada todavía clavada en su rodilla! ¡No pienso dejar que se la lleve!— replicó la elfa, mientras corría detrás de la salamandra.

    Incluso con una pierna malherida, la maldita podía cubrir bastante distancia en poco tiempo.

    La cazadora logró agarrarse de su cola al último momento, clavando el hacha en la carne de la criatura para lograr un mejor agarre. La salamandra aceleró el paso, comenzando a trepar por la pared de hielo, mientras blandía su cola de un lado al otro, en un desesperado intento por liberarse de su carga. Una carga que estaba completamente decidida en quitarle el arma que tenía clavada en su pata.

    Freyja se asió con fuerza al mango de su hacha, para luego dejar caer el guantelete con el escudo. Debía tener ambas manos libres si quería mantenerse encima de la frenética bestia. El escudo cayó, el eco del golpe resonando en toda la cueva, mientras se agarraba como podía de la musculosa cola de la salamandra. La criatura siguió trepando en una loca carrera, realizando quiebres en ángulos casi rectos, en un intento por desembarazarse de la elfa. Esta, por su parte, apretó los dientes, preparándose para cualquier movimiento brusco.

    — ¿Puedes dejar de jugar y terminar de una vez? Estuvo divertido verte ser lanzada de un lado otro como un títere por unos minutos, pero ya me estoy impacientando.— comentó la voz.

    — ¡Si hicieras otra cosa más que hablar y tener el culo atornillado al piso, bien podría…!

    La elfa tuvo que callarse bruscamente, pues de improviso, la salamandra había decidido que por mucho que trepara y se retorciera, no podría quitarse de encima la molesta pulga que tenía en la cola. Así que había pasado a otras tácticas. Y esta consistía en excavar.

    Con una impresionante velocidad, la criatura utilizó sus cuatro garras delanteras para agujerear la pared de hielo de la caverna. Los pedazos de hielo que salieron volando obligaron a Freyja a cerrar los ojos. Pudo sentir como la golpeaban en lo poco que la visera rota de su casco había dejado expuesto, pero no podía hacer más que encoger la cabeza entre los hombros para cubrirse, pues soltar un brazo significaba ser completamente expulsada del cuerpo de la criatura, ante la vorágine de hielo que quedaba detrás.
     
    Última edición: 14 Diciembre 2020
    • Me gusta Me gusta x 3
    • Fangirl Fangirl x 3
  2.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,952
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Ah pero qué comienzo tan distinto al de la primera parte, ohmy ohmy. Bueno, también puede tener que ver con que es justamente una segunda parte y hay muchas explicaciones que ya podés ahorrarte, como el friki time de Freyja hablando sobre su armadura (? Pero bueno, im a simple person, i like this kind of starts. La cosa esa me la imaginé tan viscosa que aldjskldjlas D: Aunque bueno, mejor que una araña es.

    As usual, tus descripciones de escenas de batallas son una delicia <3 I reeeeally love em. Y me encanta sentir que ya comienzo a conocer a los personajes, lo suficiente como para predecir que Freyja se pondría a correr al bicho porque le había quedado la espada incrustada en la pata y ni mamada la dejaría ir así xd Also, qué onda con esa voz? Me encantaría pensar que es Lavignia cause reasons, pero por ahí pusiste que sonaba rasposa y por todo el misterio que le echaste encima hmmMmMmMM mis apuestas van a un caballero. After all, hay aún muchas dudas sobre esta historia. No sé aún si es secuela de la primera, o si ocurre muchos años antes, o qué.

    Pero bueno, no tengo mucho para decir porque esta primera parte ha sido básicamente una pelea super guay. Esperaré a los próximos capis para saber en qué anda metida Freyja ahora y cuántas cosas le van a salir mal :'D

    Gigi off uwu
     
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Adorable Adorable x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  3. Threadmarks: Parte II
     
    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

    Capricornio
    Miembro desde:
    31 Julio 2017
    Mensajes:
    2,109
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    La Saga de Freyja de Nidohueco: El Camino del Wyrm Congelado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    1976
    El Camino del Wyrm Congelado - Parte II


    Las dos personas que se hallaban en la esfera de fuerza que flotaba unos centímetros por encima del suelo miraron el agujero por donde habían desaparecido monstruo y cazadora. Aquel que había conjurado la esfera, un imponente hombre de anchos hombros, enfundado en un caro abrigo de pieles, en donde se podía notar armiño y zorro, miró con penetrantes ojos azules, casi tan glaciales como el hielo que los rodeaba, donde hace unos momentos se encontraba Freyja con la salamandra. Se encogió de hombros, acomodándose la capa que llevaba de piel de lobo invernal, y soltó un bufido.

    — Que extraña mujer, ¿no crees?— le comentó a su acompañante.— Se aferra a la cola de una salamandra gélida para recuperar su espada, pero deja su escudo tirado en el suelo. Una dicotomía interesante.

    La persona que se encontraba a su lado tan solo le respondió con un gruñido, tensa. El hombretón lo miró con una ceja levantada, y suspiró, mirando hacia el frente y apoyándose en su bastón. Se acomodó algunos mechones rebeldes de su otra manera impoluta y larga cabellera cenicienta, y carraspeó.

    — Ustedes los kunitt no son personas muy conversadoras, por lo que puedo ver. Bueno, tu trabajo no es hablar igual, si no guiarnos. Y déjame decirte que hasta ahora, eres el que mejor se está desempeñando en su tarea.— comentó, palmeando la cabeza del otro.

    Como toda respuesta, el kunitt se acomodó la capucha de su anorak de foca, y soltó otro gruñido. El hombretón lo contempló, con una extraña fascinación en sus ojos. Por su cabeza rondaban preguntas sobre en qué eslabón evolutivo de la raza humana debería posicionar a su guía.

    Sin embargo, esas cavilaciones deberían quedar para después. Toda la cueva comenzó a temblar, y varias estalactitas cayeron sobre ellos, clavándose al caer al suelo, o estallando al golpear contra la esfera. El kunitt gimió algo nervioso cuando vio como las púas de hielo caían sobre ellos, pero suspiró aliviado cuando descubrió que estaban fuera de peligro. El hombretón enarcó una ceja, mientras observaba su reacción, para luego agitar la cabeza. Era interesante ver como culturas más aisladas y primitivas reaccionaban a magia más civilizada. Levantó la mirada, para observar el techo con curiosidad. Podía anticipar lo que iba a ocurrir a continuación.

    En efecto, con un estallido, Freyja y la salamandra volvieron a aparecer, destrozando parte del techo en el proceso. La elfa había podido moverse hasta el lomo de la criatura, que en el aire, se retorcía para intentar quitársela de encima. Con un súbito movimiento, el monstruo logró quedar a suficiente distancia para arremeter a la cazadora de un zarpazo. Esta alzó el brazo en un simple reflejo, pero lo único que logró fue hacer que la expulsaran del lomo de la bestia. Pudo sentir en el rostro el ardor de una nueva herida, que lo cruzaba en su enteridad. Soltó un gruñido de dolor, apretando los dientes. Ahora sí estaba molesta.

    Con un rápido movimiento, logró agarrarse del mango de su hacha, que había quedado clavada en la carne de la criatura, y la usó para volver a subirse a su lomo. Sentándose encima, aferrada con sus piernas como si la vida se le fuera en ello (y en cierta manera, así era), desalojó el arma, y tomándola con ambas manos, la descargó con todas sus fuerzas sobre la nuca de la salamandra. La criatura soltó un rugido atronador, seguida de una serie de espasmos. Con un gruñido, Freyja volvió a alzar el hacha, y la hundió de nuevo en el cráneo del monstruo, en el mismo momento en el cual el cuerpo de este impactaba contra el suelo, levantando una nube de polvillo helado.

    En cuanto esta se disipó, los improvisados espectadores de la pelea pudieron ver cómo el cuerpo inerte de la salamandra yacía dentro de un cráter, con la cazadora encima, todavía agarrada al mango del hacha. No tardó en soltar el arma, cayendo del lomo del cadáver y rodando en el suelo, para terminar boca arriba, boqueando, intentando recuperar el aliento. Sentía la sangre chorrear por su rostro, y le dolía el pecho con cada inhalación. Todo alrededor se veía borroso y le provocaba náuseas, así que optó por cerrar los ojos. Sin embargo, sus oídos pudieron captar tres aplausos. Solo tres. Y bastante pausados entre sí.

    — Una interesante demostración de tus habilidades, mi querida Freyja. No puedo decir que eres eficiente, pero al menos sí eres efectiva.— la elfa simplemente levantó una mano, haciendo una seña grotesca con ella.— Y tampoco eres elegante.

    El hombre chistó, un dejo de desaprobación en su voz, mientras meneaba su cabeza. Con un movimiento de la mano, la esfera se disolvió, dejando en su lugar una pequeña esfera de cristal, que prontamente guardó en su bolso. Se acercó hacia la elfa, con paso tranquilo, mientras tarareaba una canción pegajosa. Cuando llegó a su lado, la picó levemente con su bastón.

    — Vamos, arriba. Esto solo fue un ligero contratiempo en nuestra búsqueda. No podemos detenernos ante cada pequeño monstruo que aparezca en nuestro camino.— la arblur solo abrió un ojo, que se encontraba cargado de odio.— ¿Qué?

    — ¿Por qué no vas al rinconcito más helado de esta cueva y te fornicas a ti mismo con tu propio bastón, Wuulfgarth?— inquirió exasperada, cubriéndose el rostro con un brazo.

    — Vaya, ¿esa es forma de tratar a tu empleador, elfa insolente?— respondió el aludido, picándola de vuelta. Freyja soltó un gruñido débil.— Está bien, tienes diez minutos. Todavía debemos continuar.

    — Sabes, si me hubieras ayudado, no estaríamos teniendo esta discusión.

    — Tu trabajo es matar cualquier cosa que nos ponga en peligro. Para eso te estoy pagando.

    — Eres un maldito archimago, Wuulfgarth. Estoy segura de que simplemente chasqueando los dedos hubieras rostizado a la salamandra.

    — ¿Y perderme la diversión de verte siendo vapuleada de un lado a otro como una muñeca de trapo? Por favor. Además, creo que no comprendes los conceptos básicos de magia. Hace falta más que un simple chasquido de dedos para conjurar fuego.— comentó el mago, acaraciándose la cuidada y prolija barba.

    — Ahórrate la explicación. Ya creo que tuve suficiente de tu voz pedante para cubrir la dosis de una década entera.— lo interrumpió Freyja, buscando otro vial de su cinturón.

    — Me alegro, porque con la frecuencia con la que nos vemos, me pondría mal si no tuvieras tus dosis al día. Ahora apúrate, tus diez minutos siguen corriendo.— sentenció, antes de darse la vuelta y alejarse de allí, arrastrando su capa, con el andar recto.

    La elfa lo observó mientras se alejaba. No entendía cómo era posible que todos sus actos tuvieran un aire pomposo y sabihondo. Se preguntó cuántos años habría estado practicando esa habilidad, y si era un requisito para aprender magia de alto nivel. Hasta ahora, todos los archimagos que había conocido eran igual a Wuulfgarth. O habían perdido completamente la razón y pensaban que eran mulas, u otro animal de granja propicio.

    Con una mueca de dolor, se sentó y apoyó la espalda contra el cadáver de la salamandra. Abrió el vial y se tragó el líquido rojizo, para toser luego, mientras la poción actuaba. Pudo sentir como el zarpazo de su frente dejaba de sangrar, y como la herida se secaba. Estaba segura que ahora tendría una fiera cicatriz recorriéndole el rostro. Varios de sus huesos, que habían sufrido microfracturas, se fusionaron nuevamente, haciendo que la elfa soltara pequeñas muecas de dolor. Luego de esto iba a necesitar una visita al médico más cercano. La magia curativa tan sólo aceleraba el proceso de curación natural, pero el cuerpo necesitaba un respiro para recuperarse completamente.

    Contempló la parka que tenía sobre su armadura, completamente rajada debido a las garras de la salamandra y su pequeño paseo por aquel túnel. Suspiró, y terminó por desgarrarla al completo. Le había costado bastantes piezas de plata. Agradecía que también había tenido el buen tino de usar pieles bajo su armadura. Ser friolenta la había vuelto previsora. Tomó parte del abrigo roto y se limpió la sangre del rostro con él, soltando gruñidos de dolor cada vez que pasaba el áspero pelaje sobre su más reciente cicatriz.

    Se incorporó como pudo, tambaleándose un poco y luchando por mantener el equilibrio. Rengueando, se dirigió hacia donde habían caído su escudo y el hacha de mano que había arrojado. Luego de recuperar su equipo, volvió sobre sus pasos y se arrodilló al lado del cuerpo de la salamandra, que incluso muerta, exudaba un aura gélida a su alrededor. Sintió un escalofrío que le recorría la columna, y los dientes le castañaron levemente.

    — ¿Se puede saber, por la dulce melodía de Sylir, qué estás haciendo?— preguntó Wuulfgarth, con las piernas cruzadas, flotando en el aire, una pipa en la boca. Cuando soltó una voluta de humo, esta tomó una momentánea forma de dragón, para luego desvanecerse.

    — Vaya, ¿querías ser todavía más un estereotipo? ¿Una pipa? ¿En serio?— inquirió la elfa, tomando un cuchillo que tenía guardado detrás, mirándolo fijamente.

    — ¿Acaso vas a trocear ese cuerpo de forma ritual? Ustedes los arblur hacían eso, ¿no? Se devoraban todo el cuerpo de sus enemigos.— replicó el mago, con un brillo burlón en los ojos.

    — Ni siquiera me voy a dignar a corregirte. Voy a cosechar lo que pueda de la salamandra. Esta bestia prácticamente transpira magia. Puedo vender varias de sus partes y obtener una buena suma. Además, su grasa es un excelente lubricante para armas en climas fríos como este.— Freyja se lo quedó mirando por unos segundos.— Me sorprende que tú no quieras algo. Sé que ustedes los magos utilizan varias partes de este monstruo para sus conjuros y cosas así.

    — Si quisiera los componentes de una salamandra gélida, la conjuraría en mi propio estudio, la ataría a este plano, y la mataría con tanta facilidad como “chasquear los dedos”.- Wuulfgarth le dedicó una sonrisa socarrona.

    La elfa puso los ojos en blanco. Sería mejor cambiar de tema. No quería seguir discutiendo con el lurewulffer. Señaló con el mentón al kunitt, que se había quedado a un costado, mirándolos de manera fija, antes de clavar el cuchillo en la carne de la salamandra, abriendo su estómago.

    — ¿Qué le pasa a tu guía? Parece que estuviera catatónico. Desde que salimos que no dice palabras, solo gruñe y asiente.

    Era difícil poder leer sus emociones, teniendo en cuenta lo neutral que tenía el rostro, y lo rasgado que eran sus ojos. Podía notar la tensión en sus músculos, pero sus rasgos no expresaban nada más que serenidad. Eso ponía algo incómoda a la elfa, teniendo en cuenta que sentía la intensidad de su mirada.

    — Yo eso lo veo como un beneficio, la verdad. Deberías aprender de él. Estoico, callado, no es replicón y cumple su trabajo de manera excepcional.— Wuulfgarth hizo el gesto de espantar una mosca ante la mirada intensa de Freyja.— Es un kunitt, un descendiente de los ñahuelches que vivían en Kalador antes de que mis ancestros llegaran. Seguramente me tiene resentimiento, y además, debe odiar o temer la magia que hago. Y tú no debes caerle especialmente bien, teniendo en cuenta que fueron los noulur los que terminaron de exterminarlos y empujarlos más allá de la Garganta del Fin.

    — Pues dile que yo no tengo nada que ver. Yo no tengo nada que responder por las acciones de otros lur.

    — No creo que ni entienda el nümoc, la verdad.— contestó el lurewulffer, encogiéndose de hombros.— Tal vez por eso nos mira con tanta intensidad. Debe ser feo ser la única persona en toda la habitación, o cueva en este caso, que no entienda lo que los otros dicen.

    La cazadora simplemente chasqueó la lengua, y volvió a clavar el cuchillo en el cadáver de la bestia. Sería mejor concentrarse en su tarea.
     
    Última edición: 10 Abril 2020
    • Me gusta Me gusta x 2
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Ganador Ganador x 1
  4.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,952
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    JAJAJAJAJA yo es que amo a esta elfa

    Me mató todo el asunto de Wuulfgarth teodio y los archimagos porque wey tienes razón, y como archimaga en skyrim debería sentirme ofendida pero es de hecho muy gracioso (??) Toda la caracterización del señor estuvo genial y me gustó mucho, en pocas palabras nos diste un panorama clavado de la personalidad del viejo and thats great. Especial mención al humo de la pipa en forma de dragón, dónde consigo una oye

    Si fumara, claro (?

    Estos capítulos son cortitos y me los leo en cinco minutos AAAA no es que me esté quejando, tho. Y bueno, poco a poco nos vas presentando el panorama de la situación y las preguntas se acumulan. Qué andará buscando el viejo estirado ahí hmmMmMmmMmm *mira el nombre de la historia*

    Also, todo el lore que dejas entrever en las conversaciones de los pjs es genial y soy muy fan. Ofc me falta comprender un montón de cosas, pero al mismo tiempo denota mucha naturalidad entre los personajes y, aunque sea un universo ficticio, te permite sentirte dentro de él como si realmente existiera.

    Mis comentarios son feos últimamente soooorry, pero lo disfruté mucho. En especial el intercambio entre Freyja y... Wuulfgarth teodioagain. Me pregunto qué les deparará el destino a estos dos amores de verano junto al esquimal incomunicado :D
     
    • Adorable Adorable x 2
    • Fangirl Fangirl x 1
    • Gracioso Gracioso x 1
  5.  
    Its

    Its Adicto

    Tauro
    Miembro desde:
    17 Julio 2005
    Mensajes:
    1,564
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Necesito un rating de emocionante para darte.

    ¡Menudo comienzo! Estoy enganchadísima desde el primer párrafo. Es impresionante tu manera de narrar las acciones de las peleas. Te metes tanto en la batalla, son tan vividas, que te las imaginas con suma facilidad. De nuevo, la lucha me ha parecido apasionante. Freyja es una joya, luchadora y cabezota como ella sola. Me ha hecho mucha gracia que se empeñe en recuperar su arma por todos los medios. Se transmite ese espíritu tan fuerte que tiene.

    De primeras que sus acompañantes no hicieran ningún atisbo de ayudarla me ha puesto nerviosa. Me han transmitido una mala sensación. Pero ya en el segundo capítulo, a pesar de que al principio me seguían cayendo mal, una vez que describes a Wuulfgarth y ves las interacciones que tiene con la elfa la cosa cambia. Creo que las conversaciones entre ambos me van a sacar más de una sonrisa y voy a disfrutar mucho. Espero terminar cogiéndole cariño al persoanje.

    Justo iba a citar la misma frase que Gigi, la contestación ha sido brutal.

    Supongo que es una pregunta, faltarían los signos de interrogación.

    Estoy deseando leer el siguiente capítulo.
     
    • Adorable Adorable x 2
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  6.  
    Nyxbel

    Nyxbel ♣ El Orgen ♣ Game Master

    Sagitario
    Miembro desde:
    13 Enero 2016
    Mensajes:
    2,456
    Pluma de
    Escritor
    Siento que mi comentario sobra, luego de lo ya comentado por Gigi e Its. Simplemente me encantan tus historias tío, enganchan desde el primer momento hasta el final donde seguramente nos añadas nuevamente un bonus sobre la salamandra o el Wyrn que posiblemente aparezca en capítulos posteriores. Cada personaje que creas tiene su personalidad única y que lo diferencia uno del otro, y ésto se deja entrever en los roces que Lavignia, o en este caso Wuulfgarth, tienen contra nuestra personaje. Freyja es una luchona por todo y muy directa en sus palabras y hoy pude ser mejor testigo de ello cuando mandó a Wuulfgarth a darse zukhulenzia por donde defeca, asi que bueno, fue muy divertido de leerlo.

    Y bueno nada compinche, acá estaré atento a las buenas nuevas. Saludos.
     
    • Adorable Adorable x 3
    • Gracioso Gracioso x 1
  7. Threadmarks: Parte III
     
    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

    Capricornio
    Miembro desde:
    31 Julio 2017
    Mensajes:
    2,109
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    La Saga de Freyja de Nidohueco: El Camino del Wyrm Congelado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    2819
    El Camino del Wyrm Congelado - Parte III

    El día estaba claro, sin una nube en el cielo que ocultara el puro celeste del cual se había teñido. Era pleno resplandor amarillo, la estación más cálida del año, pero el viento que soplaba en aquel paraje nevado era capaz de cortar la piel, a pesar de que no era más que una simple brisa. La sonrisa de Bonron resplandecía de forma incandescente sobre la nieve, y en un lugar como la Garganta del Fin, eso significaba que cualquier punto en donde uno posara su mirada iba a seguramente dañarle los ojos.

    De las tres figuras que caminaban en aquel agreste y rocoso paraje, solo una de ellas parecía especialmente afectada. Freyja se sorbió los mocos, mientras sus dientes castañeaban, y se abrazaba temblando, intentando conservar todo el calor posible. Sentía su cuerpo tiritar con cada pequeña brisa que lograba colarse por las rendijas de su armadura. Odiaba el frío.

    — A pesar de que aprecio el acompañamiento musical, me gustaría que te callaras de una vez.— comentó Wuuflgarth, caminando delante de ella.

    — N-n-n-n-no mo-mo-mo-molestes.— replicó cortante la elfa, tiritando.— N-n-n-no s-soy una Lur-lur-lur…

    — ¿Qué no eres una lur? Vaya, y yo aquí pensando que eras una elfa hecha y derecha. No me digas que…— la interrumpió el mago, que a su vez se vio interrumpido por un estornudo de parte de la cazadora, que resonó en las escarpadas cumbres de su alrededor.

    El lurewulffer se la quedó mirando, curioso.

    — ¿Q-qué?— inquirió Freyja, mientras se sorbía los mocos, mirándolo reservada.

    — Si Lavignia estuviera aquí, hubiera dicho que ese es el estornudo más tierno que escuchó nunca.— comentó a la ligera el mago. Metió la mano en su bolso.— Me sorprende que alguien con un nombre de origen kaladoriano sea tan vulnerable al frío.

    — Y-y-y-yo n-no el-elegí m-m-m-mí no-nombre.

    — Lo sé. Al menos le haces honor. ¿Sabes siquiera qué significa?— dijo Wuulfgarth, encorvándose para estar a su altura y depositando lo que había sacado de su bolso en su palma.

    — N-n-no m-me in-interesa sa-sa-saber. ¿Q-q-qué es es-es-esto?

    — Un anillo. Te protegerá del frío del ambiente.— la elfa levantó una ceja.— Es un préstamo, no un regalo. En cuanto terminemos, me lo devolverás. Ya estaba harto de escucharte castañear.

    Freyja puso los ojos en blanco. Wuulfgarth no había cambiado nada. Igual, era extraño que fueran tan buena con ella. El mago debió leerle la mirada, pues carraspeó, enderezándose, y continuó su camino, sin decir palabra. La elfa soltó un gruñido de exasperación, y contempló la joya. Parecía ser de plata, con leves grabados en su superficie. Tenía un minúsculo topacio engarzado. Sin perder demasiado tiempo, se quitó el guantelete y la deslizó en su dedo. Pudo sentir como el área alrededor del anillo se sentía más cálida, y notó un ligero brillo en la gema. Chasqueó la lengua. Al parecer, no había sido una mentira.

    Mientras volvía a ponerse el guantelete, una corriente de aire frío se coló por su cuerpo, enviándole un escalofrío que recorrió toda su elfidad. Miró a Wuulfgarth con odio.

    — Ah, sí, me olvidé de mencionarte. El anillo hará efecto de acá a una hora. ¡Qué disfrutes!— se burló el mago, levantando una mano, mientras seguía caminando.

    Freyja volvió a estornudar, e insultó a toda la ascendencia y posible descendencia del archimago, mientras se limpiaba los mocos con la palma.


    La siguiente hora fue una tortura especialmente cruel para la elfa. Sabiendo que después de esa barrera de tiempo la esperaba una confortable sensación de calidez, cada minuto se hacía eterno. Cada tanto, Wuulfgarth miraba hacia atrás, sonreía, y seguía caminando.

    — Si no hubieras destrozado tu abrigo luego de la pelea, no tendrías todos esos escalofríos.— hizo una pausa.— Bueno, no tantos.

    La elfa lo ignoró. Al fin sentía como la magia del anillo comenzaba a recorrer todo su cuerpo, calentándolo y brindando una bella sensación de confort. Suspiró aliviada, y estiró un poco los músculos. Los tenía tensos desde que habían retomado la caminata.

    — Ahora que ya no tendrás que castañear, respóndeme una duda.- empezó Wuulfgarth. La aludida levantó una ceja.— ¿Por qué si eres tan susceptible al frío decidiste venir al trasero de todo el mundo conocido?

    — Bolsas de dinero bastante abultadas.— el mago la miró por encima del hombro.— ¿Qué?

    — Nada. Conociéndote, esperaba una respuesta algo más...interesante. No sé, cómo la emoción de la caza, la búsqueda de materiales raros, el mero hecho de explorar lugares desconocidos, conocer nuevas criaturas.

    — Lamentablemente, el frío infernal que hace en este lugar nulifica completamente todo lo que dijiste. Tan sólo la cantidad de dinero que me ofreciste palia un poco el hecho de que se esté formando escarcha en mis cejas. Aunque la verdad es que me estoy arrepintiendo de haber aceptado.

    — Oh, ¿así que tampoco lo harías por un viejo amigo?— la elfa le dedicó una mirada de circunstancias.— Vaya, ahora entiendo por qué viajas sola.

    — Eso me lleva también a mí preguntar: ¿qué cuernos estás haciendo tú aquí? Que yo recuerde, nunca fuiste muy ameno a sacar tu viejo y arrugado trasero de tu lujosa y cómoda mansión en Caída de Cuervo.

    — Mi trasero se encuentra perfectamente esculpido, para que sepas.— replicó el lurewulffer, con un dejo de indignación en la voz.— Y cierto, prefiero no hacer estos viajes. Pero esto no es por preferencia, sino necesidad. Necesito partes del cuerpo de nuestra presa para una investigación que estoy conduciendo. Te lo explicaría, pero con tu inteligencia dudo mucho que entiendas siquiera una quinta parte de todo el proceso.

    — Sigo sin entender por qué me contrataste. Sé que te sobra magia para ocuparte de todo este asunto tú solo.— Freyja decidió ignorar el insulto. No iba a picar ese anzuelo.

    — Sí, tienes razón. Pero verás, sufro de un mal que me aqueja hace varios años ya. Tengo mucho dinero y mucho poder, pero estoy mortalmente aburrido. Así que tomé la costumbre de contratar aventureros y enviarlos a diferentes misiones. Algunas veces por necesidad, como este caso, otras simplemente por mera diversión. Han habido casos en los cuales yo mismo construía un calabozo en algún lugar remoto, atraía monstruos allí, y dejaba algún tesoro de mi invención metido en lo más profundo del laberinto. Luego, enviaba aventureros al lugar a recuperar lo que fuera que hubiera dejado. Tengo una pizarra en donde anoto cuanto tiempo le tarda a cada grupo llegar al artefacto, si es que llegan.

    — Sabes que yo no soy una aventurera.

    — No, eres una cazadora de monstruos, lo sé. Has repetido eso tantas veces que podría incluso imitar tu tono cada vez que lo dices. Por eso te contraté como protección, mi querido escudo de carne.

    — ¿Protección contra qué?

    — ¿Quiéres la verdadera respuesta, o la que te hará quedar bien?— la elfa gruñó, mostrando los dientes.— Qué bueno que los años contigo me dieron la capacidad de entender tu forma animalesca de hablar. Protección contra el aburrimiento, obviamente. Me divierte ver tus esfuerzos por no morir cuando te enfrentes a las letales criaturas del Fin del Mundo.

    — Por la tranquilidad que lo dices, siento que haces esto a menudo.

    — No te das una idea. Encomendarle una misión a un grupo de aventureros y luego entregarles su recompensa no tiene nada de divertido, y es hasta soso. El verdadero entretenimiento viene de acompañar al grupo y ver como este se desenvuelve, sufre y triunfa. O falla. Algunas veces los acompaño con mi forma normal, otras me disfrazo de animal, y algunas en las cuales me siento especialmente perezoso, los observo a través de un espejo. En esos momentos suelo invitar a algún colega, para deleitarnos con los pormenores de la vida aventurera. La verdad es que es un buen pasatiempo.

    — Así que casi muero contra esa salamandra simplemente porque estabas aburrido.

    — No, casi mueres contra esa salamandra porque eres una elfa mensa y testaruda. Tú fuiste la que quiso treparse a su cola para recuperar esa espada, a pesar de que obviamente el monstruo había decidido retirarse.

    — Hmm.

    — Además, conozco tus habilidades y tu fuerza, enana. Sabía que no ibas a morir contra una criatura tan débil como esa.

    Freyja abrió la boca, pero simplemente decidió cerrarla y no gastar más valioso aliento conversando con el humano. La caminata continuó en silencio, a medida que ascendían fuera de un valle, y continuaban por un camino rocoso, construido en una ladera. La elfa pudo notar que había varios mojones en el camino, apenas visibles en la nieve, escritos en runas que no conocía. Suponía que eran humanas, por el trazo y la forma, pero no se asemejaban a nada que hubiera visto antes. Wuulfgarth giró la cabeza, abriendo la boca para explicarle seguramente lo que significaban esas marcas, pero el chasquido de lengua de la elfa fue suficiente para darse cuenta que solo estaría desperdiciando palabras.

    El guía kunitt se había mantenido completamente ajeno a la conversación, siguiendo con paso firme y seguro un camino que debía tener grabado en su mente, pues aparte de los mojones, la elfa no distinguía ningún punto de referencia en todo el paraje blanco. Tan sólo había rocas, montañas, y valles, y nada destacaba entre sí. Además de que había tanta nieve en el suelo que todos los posibles caminos fácilmente reconocibles debían estar tapados. La verdad, sentía una punzada de admiración por el hombre. No solo porque era capaz de orientarse en un paisaje así, si no que además podía mantener la calma y la templanza ante las interminables explicaciones de Wuulfgarth, completas con su tono pedante y altanero. Si ella fuera el guía, estaría sopesando la idea de cortarse las orejas con un cuchillo.

    — ¡Piqhsiqtuq! ¡piqhsiqtuq!

    Wuulfgarth se detuvo tan de improviso que Freyja, que caminaba distraída pensando en toda la comida caliente que se iba a devorar cuando esto hubiera terminado, casi se lo lleva puesto. La elfa se asomó detrás del enorme lurewulffer, asombrada. Ambos se miraron, sorprendidos, y luego depositaron sus ojos al frente. El guía había hablado. Ninguno de los dos podía creerlo.

    — Vaya, esto es interesante.— comentó Wuulfgarth, con un dejo de fascinación en la voz, observando al hombre fijamente.

    — ¡Piqhsiqtuq! ¡piqhsiqtuq!— volvió a exclamar el hombre, alterado.

    — Oye, Wuulfgarth, ¿qué está diciendo?

    — Chitón, mujer, estoy intentando comprender.

    La cazadora le dedicó una mirada de circunstancias, y luego alzó las manos a los costados, demostrando que no quería tener nada más que ver con el tema. Se dio la vuelta y se alejó unos metros de allí, cruzándose de brazos, contemplando el paisaje. ¿Qué había conmocionado tanto al kunitt? Wuulfgarth estaba intentando calmar al hombre, con el objetivo de que hablara más lento.

    — A ver, si pudieras salivar menos y vocabulizar más, de verdad te lo agradecería.- dijo el mago, con una mano en su bastón.

    — ¡Piqhsiqtuq!

    — No estamos llegando a ningún lado.— se lamentó Wuulfgarth, frotándose el rostro.

    Freyja exhaló por la nariz, divertida. La frustración del archimago era graciosa. Sin embargo, la sonrisa que tenía en el rostro se fue borrando al detectar un extraño movimiento por el rabillo de su ojo. En la lejanía, algo se movía, por encima de las cumbres de las montañas. Hizo visera con un brazo y entrecerró los ojos, en un intento de minimizar el impacto del brillo de la nieve en su visión. En el momento en el cual el viento helado comenzó a arreciar, la realización se plasmó en su rostro.

    — Eh, Wuulfgarth, creo que ya entendí que nos quiere decir el guía.— comenzó a acercarse al mago, su mirada fija en las cimas.

    — Sí, yo también, una simple tormenta de nieve. Seguramente acompañada de un alud.— respondió tranquilo el lurewulffer, mientras rebuscaba en su bolsa.

    — ¿Una simple tormenta de nieve? ¿Qué quieres decir? ¿Por qué estás tan tranquilo diciendo eso?— exigió saber la elfa, con un ligero matiz nervioso en la voz, alternando su mirada entre los remolinos de nieve que comenzaban a formarse en las alturas y el mago.

    — Vaya, ¿asustada? Te enfrentas a una salamandra gélida sin chistar, pero un poco de nieve es capaz de ponerte los pelos de punta.- como toda respuesta, recibió un gruñido.— Y volvimos a los gruñidos. Que mujer tan extraña.

    La cazadora empezó a apretar los dientes, mirando alrededor. Podía notar como toda su piel se erizaba. El guía parecía estar igual de nerviosa que ella.

    — ¡Piqhsiqtuq! ¡piqhsiqtuq!- el kunitt se prendió a la ropa del mago, suplicante.

    — ¡Ya, cállate!— se quejó este, apartándolo de un empujón.— Ninguno tiene de qué preocuparse. Simplemente voy a crear un escudo de fuerza alrededor de nosotros y nada malo nos pasará.

    Se volteó hacia la cazadora.

    — Es increíble cómo estas personas sucumben ante el terror frente a un simple fenómeno natural. Tal vez tengan alguna creencia que lo relaciona con espíritus vengativos o algún dios rencoroso. No sería raro, teniendo en cuenta que tienen mitos incluso para cuando una persona tiene una carie. ¿Puedes creer…?

    La sonrisa burlona que tenía en el rostro se borró de inmediato, cuando fue interrumpido por una corriente de viento especialmente fuerte. Freyja pudo notar como su rostro pasaba de la estupefacción al pálido del pánico. Ahora le tocaba a ella esbozar una sonrisa sardónica. Abrió la boca para burlarse de cómo el gran mago parecía tenerle miedo a una simple vendaval, cuando otra violenta correntada inundó sus oídos con su aullido. Había algo en ese aullido, que la congelaba todavía más que el frío a su alrededor. Empezó a sentir un vacío en su interior, como si una sensación de hambre extremadamente poderosa comenzara a tomar control de ella.

    — Por la roja barba de Eric Ulvolv…— susurró Wuulfgarth, mirando ahora hacia arriba. Se dio vuelta y comenzó a alejarse rápidamente de allí.— Corre.

    — ¿Qué?— el rostro de Freyja era una extraña mezcla de confusión y temor.

    — ¡Corre!

    — ¡Piqhsiqta!— gritó el guía, y siguió al mago, que ya se hallaba poniendo pies en polvorosa.

    La elfa miró hacia atrás, y sus ojos se abrieron como platos al ver como, en las cimas de la montañas que los rodeaban, formas humanoides habían comenzado a aparecer, compuestas completamente por nieve. Tenían apariencia etérea, eran altas como un pino, y tan consumidas que parecían famélicas. Lo que podía tomarse como sus brazos eran grotescamente alargados, sus manos de dos raquíticos rozando el suelo. La sola visión llenó a Freyja de terror, y a pesar de tener la magia del anillo todavía recorriendo su cuerpo, pudo sentir como el frío atenazaba todos sus músculos. El vacío en su estómago volvió a formarse, convirtiéndose en una sensación de hambruna feroz. Por instinto o por pura determinación, pudo hacer que sus piernas funcionaran y salió corriendo detrás del mago, cuya espalda podía verse en la lejanía.

    — ¡¿Qué son esas cosas?!

    — ¿Prefieres que te explique o quieres que busque una manera de salvarnos?— replicó este, alterado, mientras rebuscaba en su bolso y lanzaba ingredientes y materiales afuera.— No, no, esto tampoco. ¡Ay, dulces ojos de Mayra, dónde estás!

    La arblur miró hacia atrás. Más y más figuras habían comenzado a aparecer, y sus rostros sin facciones parecían seguirlos. Freyja se preguntó qué era lo que estaba ocurriendo, qué eran esas criaturas que habían sembrado el terror en el rostro de Wuulfgarth. Más parecían surgir de la nieve, como si gigantes primordiales se hubieran despertado de algún profundo sueño, y mirarán con odio a aquellos seres menores que habían invadido su mundo. Un grito de triunfo hizo que desviara su atención hacia el lurewulffer.

    — ¡Ajá, al fin te encontré!— exclamó este, levantando el puño en el aire.— Ahora, lo único que tengo que hacer…

    Un aullido inundó todo el valle. Un aullido que escarbaba en lo más profundo del alma de uno, y se alojaba allí, pudriéndola y llenándola con un insaciable vacío, que devoraba toda voluntad y fuerza que no estuviera dedicada a consumir. El aullido parecía provenir de miles de voces distintas, cada una de ellas expresando un apetito incontrolable, y la locura que conllevaba nunca poder satisfacerlo. Freyja pudo sentir cómo cada uno de sus músculos se tensaba y congelaba, como si se hubiera formado escarcha debajo de su propia piel. El pavor atenazó su garganta y nubló su mirada. Sus piernas se sentían pesadas, e incluso podía notar como su corazón comenzaba a latir más despacio. Como si todo su cuerpo se estuviera convirtiendo en hielo.

    Wuulfgarth había comenzado a recitar encantamientos en un idioma extraño, y se giró para tomarle la mano. Para Freyja, todo había comenzado a transcurrir en cámara lenta, como si la realidad misma se hubiera ralentizado. Se estiró, intentando agarrar al archimago, cuando el suelo bajo sus pies explotó. Un estallido de nieve los separó, lanzando a ambos por el aire en direcciones contrarias. No pudo escuchar ningún otro sonido, mientras caía cada vez más y más profundo, y era engullida por la oscuridad.
     
    Última edición: 9 Mayo 2020
    • Me gusta Me gusta x 3
    • Fangirl Fangirl x 2
  8.  
    Its

    Its Adicto

    Tauro
    Miembro desde:
    17 Julio 2005
    Mensajes:
    1,564
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    ¡Pero cómo se te ocurre dejarlo ahí! Ésto no puede ser, lo has dejado en lo mejor. Unos monstruos que auguran una batalla emocionante, los protagonistas que se separan... ¿Para cuándo el siguiente capítulo?

    De nuevo, aplaudo tu manejo de las palabras. Tienes una gran imaginación para crear ambientes y personajes muy variados. He disfrutado muchísimo con el tira y afloja que tienen Freyja y Wuulfgarth. Las conversaciones entre ambos siempre me sacan una sonrisa. Me ha encantado la escena del anillo, especialmente esta frase:
    ¡Lo que me he podido reir! Ha sido muy cruel pero a la vez es tan divertido imaginarlo. Pensaba que ella le lanzaría algo. Como siempre es asombrosa la manera que tienes de narrar la historia, es muy fácil sumergirte en ella y visualizar todo tu mundo.

    Wuulfgarth tiene una curiosa manera de divertise mandando a aventureros a distintas misiones. Estoy deseando ver más de sus interacciones. He de admitir que yo también he disfrutado imaginándome al todopoderoso Wuulfgarth entrando en pánico. En conclusión, me tienes en ascuas por el siguiente capítulo.
     
    • Adorable Adorable x 2
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  9. Threadmarks: Parte IV
     
    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

    Capricornio
    Miembro desde:
    31 Julio 2017
    Mensajes:
    2,109
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    La Saga de Freyja de Nidohueco: El Camino del Wyrm Congelado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    950
    El Camino del Wyrm Congelado - Parte IV

    Ojos. La miraban. La juzgaban. Bocas. Estaban cerradas, en una mueca desaprobatoria. Miradas duras. Puños cerrados. Alrededor de ella. Todos. Sombras. Recuerdos. Pesadillas. Risas, luego silencio. Una mano sobre la suya. Sangre. Labios moviéndose débilmente. Susurros. Palabras. Una promesa. Dolor. Dolor. Dolor.

    Una intensa punzada de dolor obligó a Freyja a abrir los ojos. A medida que sus sentidos volvían a ella y su visión se aclaraba, pudo notar que se encontraba desplomada sobre un montículo de nieve. Miró alrededor, estudiando sus alrededores. Se encontraba rodeada por muros de hielo, todos ellos reflejando de manera deforme su imagen. Elevó su mirada, cubriéndose el rostro con una mano. Podía notar como la ventisca arreciaba a través de un agujero en el techo, por el que seguramente había caído. Se sacó el casco y se frotó la cabeza, intentando recordar qué había ocurrido. Sin embargo, en cuanto intentó moverse, sintió como todo su cuerpo se tensaba en respuesta al suplicio que sentía venir desde su parte inferior. La elfa suprimió un grito, y removió la nieve. La imagen que esta reveló fue suficiente para quitarle todo el color de su rostro.

    Su pierna derecha estaba doblada en un ángulo completamente antinatural. Seguramente su armadura había sido lo único que había impedido que se curvara todavía más. Era obvio que se la había roto en la caída. El sudor comenzó a chorrear por su frente, en cuanto la magnitud de su herida le era revelada poco a poco. Luchó contra la descompostura para no desmayarse de dolor allí mismo, pues sabía que eso podía ser letal, teniendo en cuenta las circunstancias en las cuales se encontraba. Se desembarazó de ambos guanteletes, y luego procedió a atender su pierna. Comenzó a desatarse el quijote y la greba, apretando los dientes cada vez que la acción le enviaba espasmos de dolor por la columna. En cuanto terminó, estudió el daño que había sufrido. No había manchas de sangre en su ropa, ni el cacheo inicial reveló ningún bulto extraño, así que no tenía huesos expuestos, lo cual era un alivio.

    Sin embargo, su pierna seguía en una posición en el cual no debería estar, así que tenía que solucionar eso. Tomó una de las hachas de mano de su cinturón, y mordió el mango con fuerza. Inhaló profundamente, cerró los ojos, y con un rápido movimiento, se la acomodó. La madera del hacha crujió al mismo tiempo que lo hicieron sus huesos, haciendo que soltara un grito ahogado, mientras golpeaba el suelo con un puño repetidas veces e inhalaba y exhalaba frenéticamente. Tomó nieve del suelo y se la puso sobre la frente, para intentar refrescarse, mientras se recostaba. Permaneció así unos segundos, regulando su respiración y los latidos de su corazón.

    Bueno, necesitaba salir de allí cuanto antes. Pensó en intentar llamar a Wuulfgarth, pero el rugido del viento que se colaba por el hueco en el techo le indicó que simplemente estaría desperdiciando energía. Trepar hasta allí también estaba fuera de discusión. Suspiró. No le quedaba más que explorar alrededor. Tal vez hubiera caído en un pozo sin salida, pero era un prospecto que no tenía muchos ánimos de imaginar. Antes de avanzar, sin embargo, debía hacer algo con su pierna.

    Hizo un chasquido con la lengua, y tomó su hacha de guerra y su espada. Liberó a esta última de su funda, dejándola en el suelo. Miró alrededor, buscando su bolso, que encontró a medio metro de distancia. Estiró el brazo para alcanzarlo, lo que le envió otro espasmo por el cuerpo. Mientras apretaba los dientes, recordó los golpes que había sufrido en su batalla contra la salamandra. Que estilo de vida que llevaba. Si llegaba a los trescientos años, iba a ser de puro milagro.

    Sacó una cuerda y su última poción de curación del bolso. Dejó el vial a un lado, y luego se dispuso a posicionar la vaina y el hacha al costado de su pierna. El entablillado que iba a realizar le daría un ataque de corazón a cualquier médico, pero no tenía mucha más opción. Ayudándose con la cuerda, aseguró la funda de la espada y el hacha a su pierna. No pudo evitar varias muecas y gritos ahogados mientras realizaba la operación, pero no le quedaba otra que aguantarse. En cuanto hubo terminado, usó la espada para cortar la cuerda sobrante. El mango del hacha era un poco más corto que la vaina, unos diez centímetros de diferencia, pero debería bastar hasta que consiguiera algo mejor. Se miró la pierna. La imagen era bastante curiosa, en especial por la cabeza del hacha con el filo hacia el frente. Exhaló por la nariz, mientras guardaba los pedazos de armadura de su pierna en el bolso.

    Tomó el vial, lo destapó, y lo contempló con reticencia durante unos segundos. Agitó la cabeza, quitándose toda duda de encima, y bebió el líquido. No tenía sentido conservar recursos si el costo era morir allí. Si bien la poción no iba a soldarle automáticamente la pierna, iba a detenerle cualquier hemorragia interna que hubiera sufrido, además de anestesiar su cuerpo. Volvió a colocarse los guanteletes. Se sentía más segura así.

    Hecho todo eso, cruzó los brazos por encima de su pecho y volvió a recostarse en el montículo de nieve. No iba a poder moverse en un tiempo, mientras su cuerpo trabajaba en recuperarse. Así que cerró los ojos y dejó que la naturaleza hiciera su magia. No le vendría mal una pequeña siesta. Y gracias al anillo de Wuulfgarth, la sensación de estar durmiendo sobre nieve era igual a la de estar sobre una pila de almohadones.
     
    • Me gusta Me gusta x 3
    • Fangirl Fangirl x 2
  10.  
    Its

    Its Adicto

    Tauro
    Miembro desde:
    17 Julio 2005
    Mensajes:
    1,564
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    ¡Te juro que he estado varios días tentada a pasar por tu perfil para preguntar cuándo tocaba el siguiente capítulo!

    La continuación ha sido interesante, sólo imaginarme el dolor que supone colocarte la pierna a ti mismo, con todas las heridas que llevaba ya encima Freyja, me da escalofríos. Además, tener que ir a investigar en esa situación, desprotegida, con el cuerpo hecho polvo... ¡Qué duro! Me ha llamado la atención el primer párrafo, diferente a lo que estoy acostumbraba en tu historia, así que me ha gustado la novedad. Así el inicio ha tenido incluso más fuerza.

    El capítulo se me ha hecho muy corto, no he tardado nada en leerlo. Para cuando me he dado cuenta ya lo había terminado. ¡Necesito más!
     
    Última edición: 17 Abril 2020
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Adorable Adorable x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  11. Threadmarks: Parte V
     
    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

    Capricornio
    Miembro desde:
    31 Julio 2017
    Mensajes:
    2,109
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    La Saga de Freyja de Nidohueco: El Camino del Wyrm Congelado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    854
    El Camino del Wyrm Congelado - Parte V

    Las orejas de la elfa se movieron nerviosas, al captar el eco generado por el retumbar de pesados pasos. Lentamente volvió a la realidad y soltó un largo bostezo. Hasta que no había cerrado los ojos, no se había dado cuenta de lo cansada que en realidad estaba. Agitó la cabeza, para despertarse. Le sorprendía lo tranquila que había dormido, teniendo en cuenta su situación.

    Los pasos volvieron a escucharse y miró alrededor, intentando encontrar la fuente. Se mordió el labio al darse cuenta de que solo había una entrada hacia el recinto en donde se encontraba, cosa que podía significar un gran problema si aquellos pasos se dirigían hacia allí. Y por la cercanía, era lo más probable. Escaneó el lugar con algo de impaciencia, intentando encontrar algún lugar para esconderse. A unos metros, pudo notar que una de las secciones del muro lucía agrietada, una cicatriz profunda atravesando su piel de hielo. Si sus ojos no le fallaban, podía apretujarse para entrar. Era su única opción. Intentó incorporarse, pero con la pierna como la tenía, esa idea quedó rápidamente descartada. No le iba a quedar otra que arrastrarse.

    Las pisadas se sentían tan cercanas que hacían temblar de manera leve las paredes de hielo. Freyja ya se había tirado cuerpo a tierra y había comenzado a reptar hasta el agujero, lo más rápido que podía. El suelo retumbó bajo su vientre, enviando suaves oleadas de dolor desde su pierna a su cabeza, haciendo que apretara los dientes con fuerza. Sabía que si lo que sea que estaba acercándose no había entrado ya a ese recinto, probablemente estuviera tan solo a unos segundos de distancia. No quería mirar hacia atrás, no quería perder tiempo. Tal vez la criatura incluso fuera ciega o tuviera vista corta, y si era tan pesada como sonaba, estaría a suficiente altura del suelo como para no distinguirla del todo. Siempre se podía soñar.

    Se encontraba ya a unos centímetros de la grieta, de su único reducto seguro. La criatura ya había entrado a la habitación, podía sentirlo. Ahora tan solo tenía que moverse con más cuidado, de manera más sigilosa, para no llamar la atención y…

    Su cuerpo se despegó del suelo, siendo levantado por el collar de su cota de mallas que tenía debajo de su armadura de placas. Freyja soltó un bufido de resignación, mientras dejaba caer los brazos y piernas, presta a recibir la muerte. Había sido una buena vida. O casi. Algunos aspectos de su vida habían sido buenos.

    Sin embargo, le sorprendió la delicadez con la que había sido recogida, como si fuera un joven tomando una frágil flor del jardín de su amante. Cuando la criatura la giró para observarla, se encontró con un enorme rostro barbudo que la miraba con dos cansados, tranquilos, y rasgados ojos de iris azul. Tenía pómulos prominentes, y su boca se hallaba cubierta por una gruesa barba, que caía hasta su pecho. Pudo notar que la criatura llevaba mitones, aunque se había sacado uno para alzarla.

    Con la mano que tenía libre, el gigante se quitó la capucha de su parka, y dejó el resto de sus facciones a la vista. Tenía la cabeza rapada completamente, el cráneo pelado lleno de tatuajes y escarificaciones. Y en su oreja izquierda, tenía un pendiente, hecho de una enorme caracola tornasolada. La elfa sonrió, tranquila. Podía reconocer ese rostro entre una congregación entera de gigantes de la escarcha.

    Am… am’mam… kuntet… den deg, Noot.— saludó Freyja, en un gigante bastante roto.

    — Freyja, tu initjuton, malo todavía.— replicó el aludido, levantando una ceja.

    — Puedo decir lo mismo de tu nümoc, grandulón.— sonrió la elfa. Nootaikok dio un gruñido de asentimiento.— ¿Qué hacías por aquí?

    — Explosión despertó de siesta. Curioso… encontré Freyja reptando, como yrmur.— el gigante levantó unos centímetros a la herida, y estudió de más de cerca la pierna entablillada.— ¿Pierna mala? ¿Prykken?

    — Sí, la caída fue más fuerte de lo que creí. Hice lo que pude con ella.— Noot meneó la cabeza, mientras chasqueaba la lengua, en reprobación.— ¿Qué? ¿Qué esperabas que hiciera?

    El gigante no contestó, sino que simplemente depositó a la elfa sobre su hombro, de manera delicada. Esta abrió la boca, pero Nootaikok la miró de soslayo, severo, para luego volver a colocarse la capucha. Freyja hizo un puchero, se cruzó de brazos, y se acomodó en la amplia clavícula de la criatura, dejando la pierna estirada, apoyándose en el mullido forraje de la parka. Al menos, así iba a estar algo más calentita. El gigante paseó su mirada por la habitación, recogiendo luego el bolso y la espada que Freyja había dejado en su apuro, y lo guardó en su morral.

    Se dio la vuelta y salió de aquella cámara, agachándose para no golpearse la frente. Tener poco más que seis metros de altura tenía ese efecto. Freyja, acunada por el calor que emanaba del cuerpo del gigante y su suave bamboleo, lentamente fue cediendo al cansancio, y sus ojos, otra vez, terminaron por cerrarse.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
    • Adorable Adorable x 2
    • Fangirl Fangirl x 1
  12.  
    Its

    Its Adicto

    Tauro
    Miembro desde:
    17 Julio 2005
    Mensajes:
    1,564
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Primero, estoy inmensamente feliz de haber podido leer dos capítulos seguidos.

    La continuación me ha encantado, la he cogido con muchas ganas. Me he sentido como en una montaña rusa de emociones. Al principio, me he preocupado cuando algún ser se acercaba y Freyja luchaba por llegar al escondite. Cuando estaba llegando a su objetivo y la han levantado del suelo lo he pasado hasta mal. ¡Pensaba que se avecinaba lo peor! Pero ha tenido un giro interesante con la aparición de su amigo el gigante. Ahí he sentido alivio, un poco de tranquilidad para la elfa. La conversación entre ambos en otro idioma me ha parecido de lo más curiosa. Realmente me encantaría poder ver todos los personajes que inventas en tu propio mundo y escuchar los distintos idiomas, los sortilegios, etc. Aunque he de admitir que tus descripciones son fabulosas.

    Como siempre la narración es fantástica y el léxico empleado muy rico. He tenido que mirar la palabra "mitones" porque no la conocía, pero simplemente es que uso otra palabra.

    Me quedo a la espera del próximo capítulo.
     
    • Adorable Adorable x 2
    • Fangirl Fangirl x 1
  13. Threadmarks: Parte VI
     
    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

    Capricornio
    Miembro desde:
    31 Julio 2017
    Mensajes:
    2,109
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    La Saga de Freyja de Nidohueco: El Camino del Wyrm Congelado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    2010
    El Camino del Wyrm Congelado - Parte VI

    Freyja volvió a la vida lentamente, lanzando un sonoro bostezo mientras estiraba los brazos en su máxima longitud, para desperezarse. Se frotó los ojos, mientras rumiaba un poco más su cansancio y miraba alrededor, intentando recordar donde estaba. Hacía mucho que no dormía tan bien, y en un lugar tan mullido. Era muy extraña la sensación, la verdad. Los elfos no podían dormir de forma literal, entraban en un trance que les permitía visitar recuerdos y sueños. Se encontraban siempre como en un estado de semiinconsciencia,y que tampoco duraba demasiado. Sin embargo, sí podían aprender a dormir, por decirlo de alguna manera. Suprimir todo especie de recuerdo y memoria, y simplemente dejar que su mente descansara. En la mayoría de las comunidades y ciudades predominantemente élficas se consideraba tabú, pero la cazadora había descubierto que dormir era extremadamente relajante.

    La pregunta era saber en dónde se encontraba en estos momentos. En cuanto se dio cuenta de su situación, la sorpresa terminó por despertarla.

    Se hallaba dentro de un mitón enorme, que al parecer había usado de bolsa de dormir. El interior estaba forrado con pelo grueso y suave, y el calor que desprendía era reconfortante. Su pierna se sentía especialmente caliente, y cuando la estudió, pudo notar que habían quitado su tablilla improvisada, y la habían reemplazado por una mucho más funcional. Le habían quitado el pantalón, y tenía una sustancia melosa sobre la extremidad. Soltó otro bostezo y se rascó la cabeza, para darse cuenta que hasta el pelo tenía desatado. ¿Tan suelta había dormido? Vaya, de verdad le había hecho falta un buen descanso.

    Miró alrededor, y pudo notar como su armadura y sus cosas estaban hechas una pila a un costado. Quiso acercarse gateando, pero el entablillado de la pierna le incomodaba. Así que simplemente se sentó sobre su trasero y se arrastró hasta allí. El anillo de Wuulfgarth la estaba salvando en estos momento de hacer que sus posaderas se convirtieran en cubos de hielo. En cuanto llegó, se puso a revisar que no le faltara nada. Puso especial atención en el estado en el cual se encontraba su armadura.

    — Freyja, ekki sig’hfre.— una voz profunda y gutural retumbó en la cueva en donde se encontraban. Sonaba severa.

    — ¿Qué no me mueva? Una lanza atravesada en mi estómago no me detuvo, menos una pierna quebrada.— respondió, sin ver a su interlocutor, mientras revolvía entre sus cosas, asegurándose de que todo estuviera bien y en condiciones.

    No desconfiaba absolutamente nada de Nootaikok, pero simplemente necesitaba hacerlo para tener paz mental. Era una de sus manías. El gigante carraspeó como simple respuesta y volvió a la tarea de batir lentamente lo que sea que estuviera batiendo. El silencio se instauró entre ellos, siendo solamente interrumpido por el viento que aullaba fuera, colándose por la boca de la caverna. En cuanto hubo terminado, la elfa sonrió satisfecha, y con un chasquido de lengua, volvió a arrastrarse hasta el mitón. Metió las piernas adentro, y soltó un suspiro de satisfacción, para luego atarse el pelo en un rodete, con una liga de tendón de oveja que había tomado de su bolso.

    Noot parecía haber terminado lo que estaba preparando, pues sopló sobre el líquido, que despedía volutas de vapor, y tomó una cuchara de madera enorme. La llenó, y se la acercó a Freyja. Esta levantó una ceja, mirando el contenido. Era turbio y despedía un fuerte olor agrio. Se notaba espeso.

    Imig.

    — ¿Abandonaste el nümoc ya? Me parece bien. Yo tampoco tenía muchos ánimos de continuar destrozando el idioma gigante. Y antes de beber algo, quisiera saber que es.

    Læsrðikne.— Freyja se lo quedó mirando.- Medicina.

    Abrió la boca, pero decidió luego cerrarla. Volvió a examinar el líquido que el gigante le ofrecía. Estaba segura de que lo había visto burbujear. ¿Con qué lo había calentado? No veía ningún fuego a la vista. Decidió simplemente encogerse de hombros y dejarse en brazos del destino. En este caso, eran los brazos de piel azulada de Nootaikok.

    Acercó sus labios a la cuchara, soplando levemente para enfriar la extraña medicina. Le dio un sorbo, que le resultó extremadamente amargo y le quemó la garganta. Tosió un poco. El líquido era muy espeso y tragarlo resultaba difícil. Sacó la lengua en una mueca de asco cuando terminó de hacerlo pasar por su cuello. Era horrible. Miró al gigante, que simplemente se dedicaba a observarla, sin perderla de vista en ningún momento. Freyja suspiró. Suponía que debía acabar con todo el contenido de la cuchara para que la dejara en paz. Así que hizo de tripas corazón, y se aprestó a terminar con su suplicio.

    Tragó a duras penas los últimos sorbos. Tenía toda la garganta pegoteada y espesa, y sentía que algo se le había colado hacia su nariz. Todo su cuerpo había entrado en calor, tanto que podía sentir cómo había comenzado a sudar. Había terminado por quitarse toda la ropa que todavía tenía encima, para intentar paliar un poco la sensación. Teniendo en cuenta que seguía dentro del mitón del gigante, eso no ayudó en mucho. Sin embargo, Nootaikok parecía satisfecho, pues soltó un gruñido contento y dejó la cuchara a un lado. Luego se cruzó de brazos y se quedó mirando afuera, mientras tarareaba alguna canción seguramente tradicional de su pueblo.

    Freyja decidió aprovechar ese tiempo para tomar su espada y, ayudándose con la grasa que le había sacado a la salamandra, comenzar a lubricarla. En un ambiente tan frío como el que se encontraba, a menos que se ocupara de cuidar y aceitar su espada periódicametne, esta podría quedarse atascada en su funda, lo cual podía ser fatal. Suspiró. Hacía ya varias docenas de años que su vida giraba alrededor de fatalidades. Sería bueno que para lo único que tuviera que prepararse alguno de estos días fuera para alguna molestia menor, como una cortadura de papel o alguna mancha especialmente tenaz en su ropa. Aunque la verdad, estaba más que segura que añoraría estar en constante peligro. Chasqueó la lengua. Pensar era demasiado complicado en estos momentos.

    Miró por el rabillo del ojo al gigante, que había recogido sus piernas y las había rodeado con sus brazos. A pesar de lo horrible que sabía, el jarabe caliente que le había administrado parecía estar haciendo efecto, pues todo su cuerpo se había relajado, e incluso el dolor punzante de su pierna había comenzado a disminuir.

    — Oye, gigantón. ¿Dónde aprendiste a hacer medicina? La última vez que nos vimos, lo que mejor se te daba era la caza de orcas.— comentó la elfa, comprobando cuán bien lubricada había quedado su espada, envainando y desenvainándola.

    - Lydstíg Frumparqukvsins. El Camino del Wyrm Congelado.- respondió luego de una pausa.

    - Oh, ¿enserio? ¿Fuiste elegido como el...el...agaayu...agaayutatqi...?

    - Agaataaktiyulisk.

    - Sí, eso. Pero es una buena noticia, ¡felicidades! ¿Eso quiere decir que conseguiste una nueva tribu?— Nootaikok asintió.— Me alegro por ti.

    El gigante le dedicó una sonrisa tímida pero cálida, que Freyja devolvió, y cada uno volvió a lo suyo: la elfa poniendo a punto su equipo, Nootaikok tomando una enorme almeja y esculpiendo runas en ella con un cincel. La cazadora posó su vista en la boca de la caverna. El viento había amainado y ya no aullaba como un depredador persiguiendo a su desafortunada presa, sino que su voz era más parecida a un arrullo. Podía notarse el paisaje nevado afuera, con la Sonrisa brillando. ¿Cuánto había dormido? Parecía que mínimamente había transcurrido un día. Aunque era difícil saberlo, teniendo en cuenta que en esas regiones polares, los días transcurrían de manera distinta, dependiendo de la estación. Pero sinceramente, no le importaba.

    Extrañaba esto, la verdad. Estar tranquila, con alguien que fuera tan callado como ella, simplemente disfrutando de la calma de un descanso. ¿Cuándo había sido la última vez que se había relajado de verdad? No lograba recordarlo. Y tenía que admitir que agradecía que hubiera sido Wuulfgarth el que la había contratado para ese viaje, así no tenía que preocuparse por su seguridad. Aquel humano era como la hierba mala. No moría nunca.

    Freyja pudo notar como en la muñeca de Nootaikok se podía ver una pulsera, hecha de varias caracolas y huesos, probablemente de focas o ballenas. Sonrió de manera pícara. Sabía lo que eso significaba.

    — No me habías dicho en ningún momento que te habías casado.— comentó, lanzándole un trozo de hielo de manera amigable.

    El gigante la miró y una sonrisa llena de amor apareció bajo su barba. Rebuscó bajo la misma, y le mostró un collar con hilo de cuero que llevaba oculto bajo la parka. Colgados de él se hallaban tres figuras toscamente talladas de forma humanoide, de hielocristal azul. Parecían dos varones y una mujer.

    — No te puedo creer, ¿y tres hijos? Domoch, no perdiste el tiempo, ¿eh, grandulón?

    Nootaikok soltó un gruñido de felicidad, mientras volvía a guardar el collar. La observó durante unos segundos.

    Und ilvdu? Ertu deg du vuiga? Agna?

    Freyja sintió como sus mejillas se sonrojaban, y miró para otro lado. Hizo el gesto de espantar una mosca, mientras chasqueaba con la lengua.

    — No, eso no es para mí. Ni siquiera podría tener una relación ligera, con la vida que llevo. Además, suelo tener un repelente para la gente. Creo que tú, Lavignia, Wuulfgarth y un par más son las únicas personas con las que puedo tener una relación más allá de un contrato.— se acurrucó, mientras apoyaba el rostro sobre su rodilla sana, mirando a un punto fijo en el suelo.— No tengo a nadie. Al menos, no de la manera que tú preguntas.

    El gigante de la escarcha solo asintió y volvió a sus runas. La elfa se lo agradeció en silencio. Sinceramente, no tenía ganas de ahondar en el tema. Ni de pensar en él. Así que agitó la cabeza, para despejar la mente. Paseó su mirada por su pierna entablillada, y la acarició suavemente. Suspiró, y salió del mitón.

    Tillbún fer za?

    — Así es grandulón. Hora de irnos. Yo tengo que encontrar a mi mago, y tú todavía debes terminar con tu misión.

    Nootaikok simplemente asintió, y guardando la concha y el cincel, se incorporó, haciendo temblar el suelo a su alrededor. La elfa había comenzado a ponerse la ropa, pero en cuanto llegó al pantalón, se lo quedó observando. Con la pierna entablillada, intentar ponerse la prenda iba a ser complicado, y seguramente doloroso. Así que, con un suspiro de resignación, rasgó la manga derecha, guardando la tela en su bolso. Tal vez podría servirle luego. Terminó de cambiarse, y luego se dispuso a colocarse la armadura, proceso que le llevó sus buenos veinte minutos, que el gigante esperó pacientemente, a su lado. En cuanto hubo terminado, golpeó el suelo con las palmas de su mano un par de veces, y miró a su acompañante, sentada en el suelo.

    — Bueno, ya estamos. Es hora de continuar.— el gigante se la quedó mirando.— ¿Qué?

    Este bajó la mano y la tomó entre el pulgar y el índice, por el tórax. La levantó a la altura de sus ojos. La elfa lo miró con molestia, mientras elevaba los brazos a los costados, en señal de protesta. Ya tenía suficientes complejos con su altura, odiaba que la trataran como una muñeca de trapo. Nootaikok tomó el mitón, y volvió a guardarla allí, ignorando los gritos de su amiga. Rebuscó en su bolso, y tomó una aguja de hueso e hilo hecho de tendón. Acercó el mitón hacia su hombro, y comenzó a coserlo en su parka, de manera que quedara como un bolsillo improvisado. Freyja gruñó y chasqueó con la lengua, mientras se asomaba por la boca del mitón.

    — Lo admito, buena idea Nootaikok. Maat mynd.

    El gigante soltó un gruñido de satisfacción, y se dirigió hacia la salida de la cueva, volviendo a internarse en las inhóspitas tundras del Fin del Mundo.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
    • Adorable Adorable x 2
    • Ganador Ganador x 1
  14.  
    Its

    Its Adicto

    Tauro
    Miembro desde:
    17 Julio 2005
    Mensajes:
    1,564
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    ¡Qué ganas tenía de seguir leyendo la historia! Ya es tarde por aquí pero no he podido evitar la tentación.

    Me gusta mucho la relación que tienen entre Freyja y Nootaikok. Me transmiten mucha paz y tranquilidad y disfruto con sus conversaciones. El lenguaje del gigante me resulta de lo más interesante, me encantaría poder oírlo, poder escuchar su sonoridad. Se aprecia que Nootaikok es buena persona, dejándola su espacio y cuidándola en todo momento.

    Me ha parecido muy curioso que los elfos no duerman de forma tradicional, vamos que esté mal visto que descansen de esa forma. Es increíble la cantidad de detalles que creas para tus personajes, siempre consigues sorprenderme con algo. La escena del gigante afirmando que está casado y con tres hijos ha sido muy tierna. Y de nuevo, muy curioso que la elfa lo haya descubierto por las conchas que llevaba colgando. ¡Qué cosas más originales se te ocurren!

    Esta frase me ha encantado:
    Estoy deseando que vuelvo a aparecer y seguir disfrutando de sus interacciones.

    El capítulo súper interesante, la narración como siempre de 10 y los personajes alucinantes. Disfruto muchísimo con los relatos de Freyja.

    PD: Perdón por el comentario desordenado, seguro que me he dejado ideas sin comentar pero me caigo de sueño. ¡Espero con ganas la continuación!
     
    • Adorable Adorable x 2
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  15. Threadmarks: Parte VII
     
    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

    Capricornio
    Miembro desde:
    31 Julio 2017
    Mensajes:
    2,109
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    La Saga de Freyja de Nidohueco: El Camino del Wyrm Congelado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    3385
    El Camino del Wyrm Congelado - Parte VII


    — Respóndeme una duda, Noot.— empezó Freyja, asomándose por el mitón mientras mascaba un extraño bocadillo que el gigante le había compartido, hecho de grasa de foca, que este llamaba nammitchik.— ¿En qué consiste el tal LykLydtwig… el Camino del Wyrm Congelado? Lo único que sé es que su objetivo es tener un despertar espiritual o algo similar.

    Nootaikok no contestó de inmediato, sino que se dedicó a rumiar la respuesta, de forma tranquila. La elfa sabía que le gustaba hacer eso, como si estuviera “mascando” las palabras, intentando sacarle todo el jugo antes de soltarlas, para no decir nada innecesario. Al final, luego de varios minutos en un silencio que solo era interrumpido por el murmullo del frío viento de la tundra, el gigante de la escarcha habló.

    — Tradición antigua. Debo pasar ciento veinte días y ciento veinte noches en solitud, como ermitaño. Debo procurar mi alimento, y conectarme con kilaavaksat, espíritus de ancestros y de Jorf. Escucharlos y batallarlos, pues hay aglikilaas, malos espíritus. Luego, después de esos días, peregrinar por Illauk Gütsoði, Camino Sagrado de Ancestros. Allí, ser asaltado por tungukakkilaas, malos espíritus aulladores, más grandes que los inukpasjuton más grandes.

    — Un segundo, ¿acaso esos tungucomosellamen están hechos como de nieve? ¿Con brazos largos y sin rostro?

    . ¿Cómo Freyja conoce a tungukakkilaas? ¿Comenzar Lydstíg Frumparqukvsins?- preguntó Nootaikok, curioso.

    — No. Y si tengo que volver a verlos, probablemente me clave mi espada en la cara.— respondió, sintiendo un escalofrío recorrer su columna al recordar a esas criaturas.

    El gigante de escarcha soltó un gruñido de conformidad, mientras se rascaba la barba, pensativo, rumiando más palabras.

    — Freyja probablemente entró en Illauk Gütsoði sin darse cuenta. Alteró a tungukakkilaas. ¿Por eso caer en pozo y quebrar pierna?— la elfa soltó un gruñido de afirmación.- Hmm. Probablemente tungukakkilaas querer alejarlos de Illauk Gütsoði sin matarlos. Tungukakkilaas no matar directamente, no poder.

    — Bueno, Wuulfgarth se veía mortalmente preocupado, así que supongo que tenían otros trucos. Pero si dices que la saqué barata, prefiero creer eso. No tengo muchas ganas de pensar en las otras perspectivas.— Freyja suspiró.— Y dime, ¿cómo sigue ese Camino? ¿Qué tienes que hacer después del peregrinaje?

    — Al peregrinar, debemos enfrentar y apaciguar a tungukakkilaas, para poder pasar. Muchos mueren, o se convierten en aliuktukinukpasjuton, gigantes embrujados y poseídos por espíritus de ancestros, que nunca encuentran descanso.— hizo una pausa, mientras se llevaba otro de los bocadillos de grasa a la boca, y lo mascaba con parsimonia. De verdad los gigantes se movían a un ritmo más lento que las razas pequeñas.— Luego, debemos perseguir y cazar a un frumvörn. Criatura letal y peligrosa, que comanda frío y calor, pero kilaavaksat ayudar en la tarea.

    — ¿Un frumvörn es un wyrm de escarcha? Vaya, sí que suena a una tarea difícil. Nunca quisiera verme cara a cara contra un monstruo así. Que bueno que son pocos, y extremadamente territoriales, así que están uno muy alejados del otro.

    — Sí, frumvörn ser mascota predilecta de…— Nootaikok bajó la voz, casi a un susurro.— Tuungaak.

    — ¿Y quién es Tuungaak?- preguntó Freyja. Para su sorpresa, el gigante la miró alterado, casi con miedo, y comenzó a chistarle. Nunca lo había visto así.— Oh, ¿dije algo malo?

    — ¡No decir el nombre de Tuungaak en voz alta!— susurró Nootaikok, para luego mirar hacia todos lados. Al ver que no había más que tundra y nieve, volvió a dedicarse a la elfa.— Tuungaak ser el Hombre Loco, Portador de Plagas, Líder de los Aglikilaas. Tuungaak ser todo lo malo en Jorf. Si decir el nombre de Tuungaak en voz alta, llamarlo a él, y Tuungaak acudirá.

    — Oh, lo siento entonces. No voy a volver a decir su nombre en voz alta. Creo que ni lo volveré a mencionar, para estar seguros.— dijo Freyja, dedicándole una sonrisa tranquilizadora a su amigo.


    Este asintió, y continuó la marcha en silencio. La elfa dejó caer los brazos por fuera del mitón, abandonandolos al suave balanceo que provocaba el movimiento del gigante. Apreciaba mucho la compañía de Nootaikok, y lo que le contaba era bastante interesante, aunque estaba segura que se olvidaría de todas las palabras en initjuton para mañana, pero estaba terriblemente aburrida. No estaba acostumbrada a estar tanto tiempo quieta, cosa que su pierna entablillada la obligaba a estar, y además, el paisaje no contribuía absolutamente nada, tan solo haciendo gala de los colores marrón, gris y blanco sucio. Soltó un suspiro largo y tendido, que se iba convirtiendo en vapor a medida que su aliento se condensaba al entrar en contacto con el helado viento del Fin del Mundo.

    Miró hacia un costado y notó el leve brillo del collar del gigante, bajo su barba. Nootaikok ya tenía familia, y una bastante grande, la verdad. Los gigantes no solían tener más de un hijo, y eso solía ser una sola vez en toda su vida. El hecho de que tuviera tres lo hacía bastante especial. Seguramente habían sido trillizos.

    Familia. Esa palabra se le hacía tan ajena. Desde hacía ya más de medio siglo atrás que había decidido cortar toda relación con esa palabra. Seguía teniendo a sus amigos, y los quería y apreciaba, pero nunca volvería a vivir el verdadero significado de “familia”. Era una elección que ella misma había tomado.

    — Oye, Noot. Todo lo que me has contado suena bastante peligroso. Hasta letal.

    Lydstíg Frumparqukvsins es un camino letal, muy pocos sobreviven. Y los que lo hacen, vuelven cambiados, con nuevos poderes despertados, y una mayor conexión con Jorf y Ataayuun.

    — Pero… tú tienes familia ya. Una esposa y tres hijos. ¿Estás seguro que es lo mejor? ¿Qué pasa si te ocurre algo, y no puedes volver? ¿Cómo sabrán ellos lo que te ocurrió?

    —Kilaavaksat se ocuparán de cuidar y avisar a mi familia. Hacer este camino es gran honor. Para mí y ellos. Incluso fallando, ya habré ganado.— Freyja se rascó la cabeza. Sinceramente, esa lógica se le escapaba. El gigante la miró y le dedicó una sonrisa picarona.— Pero entre nosotros, prefiero vivir y verlos de nuevo. Eso sería mayor honor.

    La elfa exhaló por la nariz y le devolvió la sonrisa, para luego concentrarse en el panorama que tenía delante. Había comenzado a tararear una canción, sobre un soldado, un poeta y un rey, cuando divisó algo a lo lejos. Hizo visera con una mano, para observar mejor. Algo estaba siendo azotado por el viento. Parecía una carpa. El corazón de la elfa comenzó a latir más rápido. No dejó que las esperanzas se le subieran a la cabeza, sin embargo. Un vistazo más minucioso sería lo mejor.

    — Noot, ¿puedes dirigirte hacia aquella carpa? Creo que allí se encuentran mis compañeros.— exclamó Freyja, señalando con el dedo.

    El gigante se quedó observando aquel lugar, para luego menear con la cabeza, y continuar con su camino.

    Nei Freyja. Nunca internarse en campamentos perdidos durante ventisca. Eso ser mala costumbre.

    — Sé que puede haber peligros, Noot, pero necesito saber si mis compañeros estuvieron por aquí. Solo será un vistazo rápido.

    — Nei Freyja. No acercarse. No lo haré. Óhepni.

    — Vamos, no tomará mucho tiempo. Si tanto te preocupa, puedo ir yo sola. Me dejas a unos metros y listo.

    — ¿Y cómo Freyja llegará allí con pierna rota?

    — Me arrastraré. No tardaré mucho.

    — ¿Por qué Freyja querer arriesgarse por compañeros que la abandonaron en pozo?— inquirió el gigante, mirándola fijamente.

    La elfa abrió la boca, pero luego la volvió a cerrar. ¿Por qué se preocupaba tanto? No tenía idea ni del nombre del kunitt que había hecho de guía, y no podía importarle menos, ahora que lo pensaba. Pero Wuulfgarth… era uno de sus amigos. O al menos, una de las pocas personas que toleraba tener al lado más de un par de horas. Y estaba segura que el humano podía cuidarse la espalda él solo tranquilamente. Pero… necesitaba asegurarse. Su instinto le decía que el Fin del Mundo era peligroso incluso para un mago de su nivel y experiencia.

    — Uno de ellos… uno de ellos es mi amigo, Noot. Meg ilnaak. Necesito saber si al menos hay señales de que está vivo.

    El gigante de la escarcha la miró, por unos segundos que parecieron eternos, estudiándola con sus ojos rasgados y azules. Soltó un suspiro pesado, mientras rebuscaba en su morral. Freyja miró con curiosidad el puño cerrado que extrajo de allí.

    — No importa que diga, Freyja no cambiará de decisión, ¿nei?— la aludida posó su mirada en la suya y negó con la cabeza.— Ustedes los initgulurak ser þráskur.

    Nootaikok abrió la mano, dejando ver que en la palma se sentaba una semilla de enorme tamaño. Al menos, enorme para la elfa. Para el gigante, no debía ser más grande que una almendra. Era negra, con líneas blancas que la entrecruzaban, y forma romboide. Se la acercó a los labios, y susurró unas palabras en initjuton, para luego soplar suavemente en la misma, dejando una fina capa de escarcha sobre ella. Volvió a cerrar el puño, y aplastó la semilla con fuerza. Freyja lo miraba con curiosidad, sus orejas captando el suave crack del cascarón. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, Nootaikok la tomó por la capucha de la cota de malla, sacándola del bolsillo improvisado con delicadeza. La sentó en la palma que tenía la semilla, cuyo lugar había sido ocupado por trozos de la misma, y por dos largos palos de madera.

    — Oh, muletas. Maravilloso.— admiró Freyja, pasando una mano por las mismas.— No sabía que habías aprendido magia. Es incluso similar a la que realiza Wuulfgarth.

    — ¿Tu ilnaak conocer Galder Trút? ¿Ser agaataaktiyulisk?— preguntó curioso, mientras la bajaba al nivel del suelo.

    — No, él seguramente se burlaría de forma pedante sobre tus creencias en espíritus y se vanagloriaría sobre que su comprensión de la magia es superior a un nivel teórico, práctico y metafísico. ¿O era metafórico? No sé, una palabra con meta.— respondió la elfa, tomando las muletas y bajándose de la palma de Nootaikok con cuidado, haciendo equilibrio.— Es un practicante de la magia personalista, especializado en… transmutación, creo que era. Transforma cosas en otras. Aunque el prefiere el término “filósofo natural”. Es un archimago, un ¿cómo se decía en initjuton?

    - Ilsilisaak?

    - , eso. Bueno, espera aquí, si quieres. Voy a revisar ese campamento. En cuanto antes terminemos, más rápido te calmarás.— dijo decidida, poniéndose sendas muletas bajo los hombros, y comenzando a trastabillar, más que caminar, hacia la tienda.

    Ahora que la veía un poco más de cerca, hasta ella podía sentir como los pelos de su nuca se erizaban. La carpa se alzaba ominosa en el paisaje, siendo golpeada por el frío viento de aquel desierto helado, y el aire que se escabullía por allí soltaba un incómodo aullido. No ayudaba el hecho de estar en muletas, la verdad, ni de que estas estuvieran algo resbaladizas. Tenían la superficie aceitosa, seguramente producto de que habían salido de una semilla hace tan solo unos minutos, y asirse a ellas resultaba algo complicado, en especial teniendo en cuenta lo que el frío le causaba a su armadura.

    A medida que se acercaba, podía sentir como una extraña sensación de melancolía la embargaba, como si la misma tienda emanara un aura de energía negativa, que hacía que sus músculos se sintieran cansados, y sus ojos comenzaran a cerrarse. Meneó la cabeza, quitándose de encima esas sensaciones. Al parecer, las inquietudes de Nootaikok habían penetrado levemente en ella. Chistó la lengua, y continuó su camino, lentamente. Llegó hasta la puerta, y tomó una de las solapas, moviendola con cuidado. El sentimiento de melancolía y pesar volvió a golpearla, esta vez con más fuerza. Sentía como su cuerpo comenzaba a enfriarse, y pedía firmemente que dejara lo que estuviera haciendo, y se acostara a descansar. Batalló contra la sensación y examinó el interior de la carpa.

    Parecía abandonada, excepto por una cosa. Un bulto en una esquina.

    Freyja tomó aire y se internó en la estructura, despacio. Tan solo quería confirmar sus sospechas. A medida que se acercaba, podía notar la forma humanoide del bulto, un cuerpo envuelto en una gruesa bolsa de dormir. Estaba de espaldas a ella. Se agachó a su lado como pudo, y lo dio vuelta, para observar su rostro. Chistó la lengua cuando reconoció la cara de ojos rasgados y quemada por el reflejo del inti en la nieve del kunitt guía. Miró alrededor, por si descubría algo más, pero la carpa estaba vacía. Al parecer, Wuulfgarth había abandonado el cuerpo y se había ido hace algunas horas, por lo que podía deducir. Era raro que ningún animal se hubiera acercado al menos a husmear, aunque el Fin del Mundo no estaba especialmente poblado de vida salvaje. Pero tal vez el aura extraña de melancolía que invadía el lugar los hubiera repelido. ¿Había sido acaso algún encantamiento del lurewulffer, como una especie de formalidad? ¿O era alguna protección kunitt que el guía había preparado? No sabía los ritos funerarios de ese pueblo, así que solo podía adivinar.

    Se sentó en el suelo y contempló al guía muerto una vez más. Algo le llamó la atención, que había escapado de su análisis inicial. El rostro del kunitt parecía consumido, y su piel se veía algo grisácea debajo de la capa rojiza inicial. Removió unos centímetros la capucha del anorak que llevaba, para observar mejor. Sí, tenía toda la traza de que había muerto de hambre. Y eso debía ser imposible. A menos que hubiera dormido una semana de corrido, y todas las provisiones que llevaban para el viaje se hubieran desvanecido en pleno aire, haber muerto por miedo era mucho más probable que por hambruna.

    Miedo. Se frotó la barbilla, mientras pensaba. Ahora que recordaba bien, se había sentido famélica cuando aquellas cosas gigantes hechas de nieve, con ese nombre impronunciable en initjuton, los habían atacado. ¿Acaso esas criaturas tenían que ver con la defunción del guía? Nootaikok había dicho que no podían matar de forma directa, pero tal vez esto se escapaba de esas reglas. Si era así, puede que incluso Wuulfgarth estuviera en peligro, teniendo en cuenta lo blanco que se había puesto al darse cuenta de su presencia. Chistó con la lengua una vez más, y acarició sus dientes con ella, mientras miraba el cadáver del kunitt. Bueno, la única pista que tenía era tan solo ese cuerpo envuelto en un bolso de dormir. Gruñó. Incluso en el Fin del Mundo todo terminaba reduciéndose a esto, ¿no?

    Con esfuerzo debido a la posición en la cual se encontraba, comenzó a desembarazar el cadáver de las pieles que lo envolvían, lo suficiente como para dejar expuesto un trozo de carne que pudiera morder. Notó como su cuello también tenía ese color ceniciento. Exhaló, para tomar valor, anticipando el sabor horrendo que tendría esa carne ahora correosa y falta de cualquier contenido graso. Abrió la boca alrededor del cuello, y le dio un mordisco.

    En cuanto hundió sus dientes en la magra carne, un restallido impactó en su mente, como si se tratara de un latigazo psíquico, que la obligó a tirarse hacia atrás, mientras soltaba un grito desgarrador y se agarraba la cabeza. Las imágenes comenzaron a circular frente a sus ojos, a pesar de que, por primera vez, hacía un esfuerzo sobreélfico para evitarlas. Las imágenes no eran imágenes en sí, sino más bien sensaciones. Oscuridad, dolor, miedo, hambre. Una frente a la otra, en un incesante desfile que lastimaba el cerebro de la elfa. Y en un momento, la marcha se detuvo. Y lo que vio la paralizó de terror.

    Podía verse a sí misma con toda claridad, postrada en el suelo, desde la perspectiva del guía muerto. Y como las distancias entre ellos se achicaban, hasta que todo volvía a ser oscuridad.

    Mientras Freyja comenzaba a hiperventilarse, clavó su mirada en los ojos muertos del kunitt, que parecían observarla, más allá de la tumba. Su rostro tenía la misma expresión que siempre, pero había algo más allí. Levemente, como si fuera el simple murmullo del viento, podía escuchar palabras ser susurradas a su oído. Notaba el odio en ellas. Un sudor frío comenzó a recorrerle la nuca y la columna, mientras miraba con ojos desorbitados el cadáver del guía. Porque lo que había visto al probar su carne no era el pasado. Había visto el futuro.

    El guía no estaba muerto.

    Tomó las muletas y se incorporó lo más rápido que pudo, saliendo de allí a puros trompicones. Sin embargo, volvió a sentir ese latigazo psíquico restallando en su mente, excavando dentro suyo. Podía sentir el odio en ese ataque. ¿Por qué me abandonaron? ¿Por qué yo estoy muerto y tú no? No es justo. Cada azote parecía querer decir eso. Comenzó a gritar el nombre de Nootaikok, ya que el dolor no le dejaba concentrarse y mirar alrededor. El sentimiento de melancolía y pérdida era cada vez más pesado.

    Uno de los ataques fue tan violento que la elfa sintió como su pierna buena fallaba y caía al piso. Su cuerpo ya se encontraba sufriendo fuertes espasmos, y se mordió la lengua, intentando permanecer despierta. Comenzó a arrastrarse, intentando manotear sus muletas, sintiendo el cálido tacto y el férreo sabor de la sangre en su boca. Cuando su mano se cerró en un objeto similar, tiró de él con fuerza. En cuanto sintió el crack, supo que algo andaba mal.

    Miró lo que tenía en la mano, para encontrarse con una pierna huesuda, apenas recubierta de piel y algunos trazos de abrigo. Se podía notar como antes había llevado una bota. Sus ojos desesperados se posaron en el cadáver que el viento había revelado parcialmente. Estaba vestido con restos de lo que parecía una parka. Su capucha ocultaba la mayor parte de una calavera, todavía con una fina capa de piel grisácea encima. Los susurros se volvieron más intensos, taladrando su cabeza. Otro latigazo volvió a empujarla hacia atrás, como si un ogro la hubiera golpeado con su maza.

    Volvió a gritar el nombre del gigante, mientras se agarraba la cabeza, aterrada. Miró alrededor, con completo pavor en sus ojos, mientras más y más cadáveres eran revelados por el viento, todos ellos enfundados en anoraks y parkas, todos ellos susurrando palabras de odio, melancolía y desesperanza en los oídos de la elfa. No tenía a donde ir. Estaba rodeada.

    La tierra había comenzado a temblar, y un grito desgarrador y profundo azotó el lugar. De a poco, Freyja iba sintiendo como las fuerzas la abandonaban. Un fuerte deseo comenzó a trepar por su cuerpo, hasta llegar a su cabeza. Quería dormir. Descansar. Cerrar los ojos. Rodeada de todos esta melancolía. No tenía sentido continuar. Era mejor quedarse allí. No era justo. No lo era. Más latigazos golpearon su mente, pero no hacían más que atraerla cada vez más hacia aquel sueño que tanto deseaba. Uno de los cadáveres parecía moverse hacia ella, lentamente. Pero debían ser imaginaciones suyas, producto del cansancio. Sí, si tan solo pudiera cerrar los ojos.

    Una inesperada fuerza la arrebató tanto de su ensueño como de su lugar en el suelo. La realidad impactó contra ella con la misma vehemencia con la que un sunglur despreciaba a cualquier otra cosa que no fuera él mismo, haciendo que abriera la boca de golpe, llenando sus pulmones de aire helado. Podía ver como el suelo se movía bajo suyo a increíble velocidad, y su cuerpo se bamboleaba de un lado al otro. Escuchó los jadeos del gigante, y luego el grito desgarrador de dolor que soltó, y sintió como este caía al suelo, de rodillas, para luego plantar su rostro en la nieve. Freyja cayó y rodó, la pierna y su mente compitiendo para ver quien lograba causarle mayor penuria. Contempló el cuerpo inerte de Nootaikok a su lado, y su propia cabeza cayó a un costado. Lo último que vio fue una figura oscura acercándose hacia ellos.
     
    Última edición: 11 Mayo 2020
    • Sad Sad x 2
    • Me gusta Me gusta x 1
    • Ganador Ganador x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  16.  
    Its

    Its Adicto

    Tauro
    Miembro desde:
    17 Julio 2005
    Mensajes:
    1,564
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    ¡Este capítulo ha sido muy emocionante!

    La primera parte me ha gustado mucho. Sé que me repito pero es que me encanta el lenguaje de Nootaikok y todas las palabrejas raras que dice, que soy incapaz de recordar por cierto. La historia que ha contado respecto a la prueba ha sido de lo más interesante y curiosa. Pienso un poco como Freyja, no le veo el honor a pasar esa prueba tan complicada teniendo una familia y con altas posibilidades de morir, volver cambiado, etc. Suena bastante desalentador todo aunque a su vez es muy interesante poder conocer las tradiciones y culturas del gigante. Además, su respuesta es fantástica, por mucho honor que sea el simple hecho de intentar superar la prueba él prefiere volver con su familia. Sigo fascinada con todos los datos que vas añadiendo respecto a las distintas especias como que es inusual que un gigante tenga tres hijos y eso lo haga más especial.

    Cuando han visto la tienda he sentido un rayo de esperanza. Me ha sorprendido que Nootaikok no la haya querido acompañar, pensé que finalmente la acompañaría por no dejarla ir sola en ese estado. Igualmente es fascinante que use magia y le haya hecho las muletas. Según se iba a acercando a la tienda e iba perdiendo fuerzas pensaba que era un hechizo de protección de Wuulfgarth. Estaba convencida de que estaría dentro dispuesto a atacar pensando que la persona que entraba era un enemigo. ¡Pero no! Cuando ha visto el bulto me he vuelto a emocionar. Finalmente era el guía y cuando se come un trozo para ver trozos de lo ocurrido me he sentido estúpida porque no recordaba que tenía esa habilidad. Haces que me sumerja tanto en la historia que se me olvidan las cosas, simplemente disfruto de la lectura. Me has descuadrado completamente cuando has mencionado que ha visto el futuro, que increíblemente el guía está vivo y ve su propia muerte. Ahora mismo estoy tan confundida con los últimos sucesos que necesito seguir leyendo. De primeras, cuando supuestamente el guía parece que ha muerto de hambre pero la elfa reflexiona diciendo que es imposible estaba alucinando. Luego reflexiona, enlazando sus sensaciones del ataque de los monstruos de nieve (no recuerdo el nombre) con las sensación de hambre y cobra más sentido. Y cuando parece que la historia empieza a cobrar sentido y lo voy entendiendo... ¡zasca! ¡Vienen más sorpresas!

    He estado muy acelerada todo el final. Siento que he vivido todos los sucesos junto a Freyja y me he agobiado y todo. Descubrir los cadáveres, imaginar que uno de ellos se mueve (ésto todavía no me ha quedado claro si sucede de verdad o se lo imagina), el movimiento de tierra, la sensación de caer, el grito del gigante, que éste se desplome y su cuerpo esté inerte... ¡Más te vale que el gigante no haya muerto!
    * lo amenaza con el puño.

    Y por si no son demasiadas sorpresas para dejarme en ascuas para el siguiente capítulo, encima se acerca una figura oscura. Te juro que estoy deseando que sea el hechicero. Como sea algún otro monstruo que viene a atacarles me va a dar algo. Ya me estoy viendo, voy a leer el comienzo del siguiente capítulo a la carrera. Me he quedado con ganas de gritarle a la elfa que no se duerma.

    Por si lo quieres corregir en el segundo párrafo se te ha olvidado un punto.
    Resumiendo, disfruto como una enana leyendo tu novela. Escribes excelente, la historia es super entretenida, emocionante, muy fácil de sumergirte en ella y siempre me dejas con ganas de más. Además, estoy enamorada de todos los personajes no me mates al gigante .
    ¡Me quedo a la espera de la continuación!
     
    Última edición: 11 Mayo 2020
    • Me gusta Me gusta x 2
    • Adorable Adorable x 2
    • Fangirl Fangirl x 1
  17.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,952
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    HEY HEY HEYYY qué tal, boy. Han pasado 84 años, pero aquí estoy siempre lista nunca inlista. HORA DE MIS COMENTARIOS MUAJAJAJA

    Bueno, acabo de decidir que ya no voy a gastarme en intentar escribir bien el nombre de Wuulfgarth, así que lo voy a escribir como me dicte el kokoro o simplemente archimago(?) We estoy en la compu y mientras escribía "simplemente" tuve como el impulso de dejarla a la mitad para que el autocorrector la completara. What the fuck.

    Anyways, es ahora donde debo preguntarme si soy más fan de las interacciones entre Freyja y Lavignia o entre Freyja y... el archimago. AND BOY, I DONT KNOW. Mi conclusión es que me encanta la dinámica de nuestra elfa bonita con ambos y tus personajes son sassymente geniales, caso cerrado *patea la mesa*

    Ah, también quiero que sepas que me puse música ambiental de Skyrim para leer and im so fuckin in da mood, toy metida en la cama re cómoda y calentita pero mis neuronas se están cagando de frío con los niños, te lo juro. Estoy en un estado de delirio místic-bueno, ya me dejo de decir pelotudeces. Como sos argentino y sé que vas a entender cualquier huevada que diga me pongo más idiota de lo normal, sorry (?

    A NY WAYS, no sabría citarte algún pasaje concreto de sus interacciones porque la verdad que son oro en todo el continuo. Me encanta cómo Wuulfgarth la teasea, con lo del anillo y después con no explicarle las cosas porque no las entendería. Y toda su explicación de sus pasatiempos, hombre JAJAJAJA es un forro y me encanta. Lo que hace el aburrimiento y el poder, eh (? POR CIERTO, sigo super curiosa por la conexión entre todos estos personajes, NECESITO ESE SPINOFF BITCH.

    Cuando se levantó el vendaval te juro que quería un dragón, LO NECESITABA, pero no te fuiste por algo tan cliché, eh. Estoy contradictoriamente satisfecha. Tus criaturas, al menos desde mi escasa experiencia(?), no se parecen mucho a nada de lo que haya visto y me encanta cuz imagination goes wild. Esos bichos de nieve se ven super creepy, y me quedé impaktada con el final porque parece estar pasándole algo a Freyja, sólo que no sé qué es. ME PREGUNTO CÓMO PODRÉ AVERIGUARLO

    *sigue leyendo*

    pd: ah sí, me acordé. Dato random del día: la otra vez vi Un cuento chino, la ubicás? La de Darín y, bueno, el chino. Si no la viste te la recomiendo 10/10, pero a lo que iba: cuando el guía ese tehuelche se puso a gritar nervioso en ese idioma raro me acordé por completo del chino de la película JAJAJA en uno de sus tantos momentos gritando nervioso en chino mientras Darín lo mira con cara de qué verga estás diciendo pibe no te entiendo una poronga JAJAJA

    Ah, qué divertido.
    QUÉ CORTITO, I WANT MY MONEY BACK

    Bueno, los monólogos de Freyja lidiando con los gajes de su oficio siempre son oro, anyway. Me dio cosita toda la escena adlkjslkajda y creo que no te lo había mencionado antes, pero me gusta la forma en que lowkey satirizas algunos momentos serios de la historia para que se lean más ligeros o casi rocen el humor negro. Supongo que lo haces con intención, y si no te sale bien igual (? La imagen de la pierna entablada de Freyja fue muy bizarra, sobre todo por el filo del hacha ahí asomado xdd El entablillado más peligroso del oeste

    weno, no sé qué más decir, tbh. QUÉ COMENTARIO FEO. Decí que queda disimulado entre los demás, o si no ya estaría llorando o contándote alguna anécdota pelotuda para rellenar (? Ah sí, como cuando recordé esta escena de Frozen. No, no la family friendly de Disney, la Frozen donde hay fracturas expuestas y lobos comiéndose gente OHSÍ. Si no la viste... no sé si te la recomiendo(?) Pero siempre que leo sobre fracturas por caídas me acuerdo de esa jodida película, y más si está todo lleno de nieve and stuff.

    Al final sí rellené con una anécdota, chale

    pd: ah sí, me acordé mientras leía el 5 JAJAJA. Me hizo mucha gracia la parte en la que Freyja dice algo como "con ese estilo de vida que llevaba, con suerte llegaba a los trescientos años" xdd
    WHAT THE FUCK WHAT IS THIS SOFTNESS ITS SO CUTEEEE AAAAAAAAAAA

    Ya está. El grandulón se ha convertido en mi pinche personaje favorito y nADIE PUEDE CONVENCERME DE LO CONTRARIO. Y escuchame bien, Tom, escuchame atentamente: llegás a hacerle algo, LLEGÁS A PONERLE UN DEDO ENCIMA

    Y
    TE
    MATO

    Listo. Amenaza completa. U know, aunque ya lo tengas todo escrito, i dont give a shit. Le hiciste algo? Lo editás. Easy peasy.

    Mierda, es un must protecc de acá a Neptuno. HOW SO CUTE, WHY SO CUTE AAAAAAAAAAA. Encima cuando intenta hablar en el idioma de Freyja, y después el puchero que hace ella, nononono IM SOFT

    Y ESO ES TODO LO QUE NECESITAN SABER DE MÍ, PORQUE EL RESTO YA SE MURIÓ.
    GRACIAS POR SU TIEMPO
    AAAAAAAAAA QUE ME MUERO DE AMOOOOOOOOR *reafirma su amenaza* TE JURO QUE TE BUSCO HASTA TU CASA Y TE CAGO A PALOS, CABEZA DE CLAVO. TE LO JURO.

    Dios no, estoy tan inlove con ese grandulón. Es tan fuckin cute y cUANDO SONRIÓ PENSANDO EN SU FAMILIA NONONO I CANT *c muere* Es lo más bello y puro de este podrido mundo AND U CANT CHANGE MY MIND.

    Me pregunto qué misión tendrá, que al parecer Freyja está al tanto de eso.

    Dejando el fangirleo intenso aparte, como bien dijo Its, siempre me encantan todos los detalles que te pensás y que enriquecen un montón el mundo que creaste. Como que los elfos no duerman, y que hacerlo se considere tabú. Me encantó esa parte, se me hizo super interesante. Después en general todo lo que son choques de culturas me sacan la nerdy fan de adentro, y como en tus historias hay constantes intercambios entre especies distintas es genial wey

    AAAAA CUANDO COSIÓ EL MITÓN PARA LLEVARLA EN EL BOLSILLO I CAAAANT HE'S SO CUTEEEEEEE

    pd: hice un meme

    upload_2020-5-12_1-56-55.png

    gracias por su tiempo
    Ah chinga, qué capitulazo. Siento que estoy siguiendo un animu de temporada con el que me puse al día de golpe y ahora tengo que esperar una semana para el próximo capi. Y sufro (?

    SABES POR QUÉ SUFRO? PORQUE MI BEBÉ ESTÁ CLARAMENTE EN PELIGRO. No creo que haga falta aclarar que no estoy hablando de Freyja (?

    Ya hablando un poco más en serio, este capi fue de lo más interesante. Me recuerda un poco al esquema de la primera historia, justo ese momento donde todos los misterios estaban acumulados y no entendía un chingo. Estoy segura que cuando todo se devele va a ser genial, omg. Me gustó mucho toda la explicación del grandulón sobre la prueba, aunque definitivamente mi parte favorita fue la del final, desde que Freyja entra a la tienda. No entendí mucho, tbh, y mi cara debe haber sido oro cuando Freyja dijo que estaba viendo el futuro. Chinga tu madre, necesito el próximo capi.

    Me pregunto qué habrá sido del archimago, por qué el guía está muerto en esa tienda (aunque ¿está realmente muerto? ya ni eso sé), y todos esos esqueletos que Freyja empezó a ver ¿son reales? ¿son alucinaciones chungas del espíritu loco de la montaña? descúbralo en el próximo episodio.

    Bueno, los comentarios no son probablemente lo mejor del mundo pero como están todos juntitos se disimula(???) Como siempre, quiero felicitarte no solo por los increíbles mundos que creas, sino por las historias que sabés insertar en ellos. Los personajes, los misterios, el lore, la verdad que todo se me hace genial y tbh te admiro por eso <3 Tenés mucho talento weyyyy y me pone muy contenta que estés escribiendo y publicando acá estas historias. Also, he notado que tu narración mejoró mucho en comparación a la primera historia, so yay.

    Espero el próximo capi <3 Perdona por haber estado más de un mes sin leer aldjskajda shame on me. Pero weno, tARDE PERO SEGURO, NO?

    See ya <33
     
    • Adorable Adorable x 2
    • Fangirl Fangirl x 1
    • Gracioso Gracioso x 1
  18.  
    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

    Capricornio
    Miembro desde:
    31 Julio 2017
    Mensajes:
    2,109
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    La Saga de Freyja de Nidohueco: El Camino del Wyrm Congelado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    4557
    El Camino del Wyrm Congelado - Parte VIII

    Había oscuridad alrededor de ella. Se escuchaban gritos, pero eran lejanos, y se sentían embotellados. A su lado, ardientes trozos de madera era lo único que brindaba luz a toda la escena. Aunque ella prefería que no lo hicieran. Pues a sus pies, se encontraba una persona. Sostenía su mano, inerte, con la suya. Su cabeza estaba apoyada en sus muslos. Le faltaba la mitad del cuerpo. Y sus labios ensangrentados se movían una y otra vez, pareciendo repetir una frase. Podía escucharla, resonando en una cabeza. No es justo. ¿Por qué morí? No es justo. No lo es. No lo es. Podía sentir cómo cada palabra rasgaba un poco de su cordura, como corroía cada vez más su mente, dejando al descubierto una corteza que nunca debería ver la luz del día.

    Freyja se despertó con un grito desgarrador, prontamente callado por una fuerte cachetada, que le envió un pulso eléctrico por su columna haciendo que terminara de despertarse del todo. En cuantos sus ojos se enfocaron pudo notar a la figura de Wuulfgarth, que la miraba curioso mientras sacudía su mano, que soltaba pequeños chispazos azules.

    — No grites, por el pecho derecho de Skadi. ¿Acaso quieres que nos maten?— le espetó este, en cuanto vio que retomaba la conciencia.— Te la pasas durmiendo y te levantas gritando. Con razón nunca consigues pareja.

    La elfa lo miró con una cara de no creer. Le dedicó una mirada de circunstancias, para luego frotarse la mejilla que había sufrido el golpe. De repente, abrió grandes los ojos, y miró alrededor, ansiosa, buscando algo. Soltó un suspiro de alivio cuando vio que Nootaikok estaba allí, sentado, la espalda apoyada en una pared de hielo, esculpiendo otra runa.

    — Me alegra que estés vivo, Noot.— exclamó. El gigante la miró, le sonrió y la saludó con la mano, para luego volver a su tarea.

    — Sí, de nada, Freyja. No fue un problema para nada transportarlos a ambos a un lugar seguro. No tienes por qué agradecer. Lo juro por el divina virginidad del Cuerno de la Cacería Lunar, ustedes los jóvenes son unos tremendos ingratos.

    La aludida levantó una ceja, clavando sus ojos color miel y de pupilas rasgadas en el mago.

    — ¿Acaso no puedes, no sé, insultar de forma más sencilla? ¿Tantas palabras tienes que usar que pueden ser resumidas en un simple “carajo”?

    — Creo que te estás refiriendo a despotricar como un iletrado e ignorante campesino. Es obvio que te falta educación, niña. Además, cuando eres un archimago de mi calibre, comprendes la importancia de cada palabra, así que las exprimes lo mejor que puedes.

    — En realidad prefiero pensar que simplemente amas mucho el sonido de tu voz.

    — Es mi obsequio al mundo. Y por suerte para ti, Freyja, en el Fin del Mundo tienes total libertad religiosa. Así que no tendrás problemas en creer en lo que quieras.

    La elfa bufó y le restó importancia con una mano. No quería seguir perdiendo energías en tareas inútiles. Giró su cabeza, estudiando el lugar en dónde se encontraban. Por primera vez desde que había cruzado la Garganta del Fin, no se encontraba en una cueva hecha de hielo. Ni en una cueva, para empezar. Una enorme pared de hielo los protegía del viento helado, aunque no estaba segura de que si era natural o Wuulfgarth la había creado con su magia. Podía suponer que era lo segundo, teniendo en cuenta que se curvaba en su parte superior como si de un techo se tratase. Se encontraban en terreno abierto y podía notar que todavía era de día, por el brillo del sol en la nieve.

    — ¿Dónde estamos?

    — En donde debemos estar, ahora cierra la boca. Está cerca.— contestó de manera seca el lurewulffer, observando con atención una piedra de aspecto cristalino y color violáceo que había sacado de su bolsillo.

    Freyja abrió la boca, todavía sin decidirse si iba a soltar un insulto o una pregunta, cuando el suelo comenzó a temblar. Nootaikok había dejado su runa de lado, y se había incorporado, mirando alrededor. Pudo notar como tenía los músculos tensos, en preparación. Puso una cara de desconcierto. Comenzaba a sentir… ¿calor? ¿Qué diablos…?

    Una neblina comenzó a elevarse del suelo, cubriendo toda la superficie y dando al paisaje un aspecto irreal. La elfa olisqueó el aire. ¿Vapor de agua? Podía sentir como la nieve que tenía a su alrededor comenzaba a derretirse. Miró con desconcierto hacia todos lados, con especial atención en Wuulfgarth, que parecía estar recitando algo en susurros, mientras daba vueltas una pequeña bola de cristal en una mano.

    — Oye, ¿tú estás provocando esto?

    — Chitón. Me estoy concentrando.— luego de unos segundos, la bola de cristal comenzó a brillar.— Bueno, eso ya está.

    Antes de que la elfa pudiera reaccionar, el transmutador le arrojó la bola de cristal que tenía en la mano, que se transformó en un gran campo de fuerza que la envolvió y la levantó unos centímetros del suelo. La cautiva giró la cabeza en varias direcciones mientras se elevaba, extrañada.

    — ¿Qué estás haciendo?

    — Manteniéndote fuera de la pelea. Con esa pierna serás un estorbo. No tienes porque agradecerme.— respondió Wuulfgarth, haciendo un gesto de restarle importancia con la mano.

    Freyja observó como el vapor continuaba elevándose, y la tierra parecía seguir temblando.

    — Wuulfgarth, ¿qué habías dicho que querías cazar? ¿Cuál era tu objetivo?

    — Ya te lo había dicho, un wyrm de escarcha.— replicó este, como si nada.

    Los ojos de la elfa se abrieron tan grandes como platos.

    — ¡¿Qué?! ¡¿Un jodido wyrm?! ¡Cuando me contrataste, dijiste que era un wurm!

    — Wyrm, wyrm.— Wuulfgarth resaltó con fuerza las "y".— Al vicio tienes orejas tan largas. No te vendría mal limpiarlas cada tanto.

    — Maldigo tu acento sureño. Bien podrías aprender a vocalizar mejor.

    Wyrm, wurm y worm son todas palabras lurewulffer. No intentes enseñarme cómo pronunciar mi propia lengua, gracias.

    La elfa se agarró la cabeza. El suelo volvió a temblar.

    — Maldita sea, no estoy preparada para pelear contra un wyrm. Todo mi equipo y armamento se basaba en que nos enfrentaríamos a un wurm polar.

    — Qué bueno entonces que te quebraste la pierna y tengas una excusa para no pelear, ¿eh?— el mago le dedicó una sonrisa forzada, y con un guiño del ojo y un movimiento de su mano, la esfera se elevó una docena de metros en el aire.— ¡Ruega que no pierda la concentración! ¡Si caes, una pierna quebrada será el menor de tus problemas!

    Wuulfgarth soltó una risotada, para luego dirigirse a Nootaikok, que parecía estar preparándose por su lado, recitando versos en initjuton y agitando algunos cascabeles hechos con huesillos. Tomó una almeja gigante, en la cual había grabado una runa, y la aplastó en su puño cerrado. Un aura pareció envolverlo y Freyja pudo jurar que había crecido un par de metros. Pudo notar como el mago tomaba la piedra que había estado observando anteriormente y la clavaba en el suelo. La piedra comenzó a destilar chispas y su color comenzó a apagarse y a esparcirse por sus alrededores, dando la sensación de que se derretía. Una columna de hielo se elevó a los pies del humano y lo ubicó a la altura de la cabeza del gigante.

    — Oye, gigantón, puedo ver que usas magia.— le dijo Wuulfgarth, cuando estuvo a su lado, en initjuton.- ¿Puedes decirme de dónde sacás tu fuerza?

    Galder Trút.

    — Ah, bien, eres de los que hablan poco. Supongo que por eso eres tan amigo de Freyja. Pero me servirá. Espero que estés dispuesto a colaborar.

    Este simplemente miró serio al lurewulffer y asintió. El mago suspiró, agitó la cabeza mientras ponía los ojos en blanco y luego deshacía el pilar en medio del aire. Sacó una pluma de su morral mientras caía, que apretó en su palma cerrada, haciendo que esta se desintegrara en minúsculas motas de luz. Su caída se ralentizó hasta llegar a la misma velocidad que la caída de una pluma, y apoyó sus pies grácilmente en el suelo. Freyja puso los ojos en blanco. Humano presumido.

    Sin embargo, no pudo seguir con su sorna, pues el suelo explotó en un enorme géiser de vapor y agua caliente, cuando el wyrm hizo un sorpresivo acto de aparición. Freyja contempló a la gigantesca criatura con una mezcla de fascinación y miedo. No tenía mucho conocimiento sobre estos artrópodos, principalmente porque odiaba el frío y cualquier cosa que se relacionara con él, por lo que solía evitar trabajos conectados a esos ambientes. A pesar de eso, sabía que solían llegar a medir entre siete a diez metros, pero el ejemplar que tenía frente a sus ojos debía rondar casi los catorce metros de punta a punta de su cuerpo, similar a un enorme ciempiés. Nootaikok parecía pequeño a su lado.

    La criatura alzó sus cuartos superiores, compuestos principalmente por su cabeza viperina de enormes ojos seccionados, cuatro antenas de al menos dos metros cada una, y dos enormes membranas, con forma de velas. La elfa podía notar incluso desde donde estaba el calor que generaban esas membranas, que tenían un fuerte color rojo y brillaban de manera incandescente, en fuerte contraste con el tinte azul gélido de la criatura. Esta soltó un rugido estridente y se quedó observando a los que seguramente estaba considerando como almuerzo para ese día. Freyja pudo notar que tanto Nootaikok como Wuulfgarth habían quedado rodeados por el cuerpo del artrópodo.

    La tensión entre todos los contrincantes se podía notar. Los instantes pasaban de manera espesa, ninguno haciendo ningún movimiento, todos a la espera. El wyrm fue el primero en actuar, lanzándose contra el objetivo más grande, Nootaikok. El gigante se preparó para recibirlo, pero el monstruo no llegó demasiado lejos, pues un pilar de hielo lo golpeó en la mandíbula baja, haciendo que retrocediera, confundido. Nootaikok aprovechó ese momento para desencajar dos puñetazos en la cabeza del ciempiés, pero se vio obligado a retroceder cuando, con un rugido, ambas membranas se extendieron completamente, soltando una ola de calor tan fuerte que derritió incluso la pared de hielo en donde habían estado descansando antes. Hasta la misma Freyja comenzó a sudar.

    El hielo derretido cayó como una enorme ola en el campo de batalla, evaporándose al instante en el cual hacía contacto con el cuerpo de wyrm. Ahora la elfa entendía por qué también se lo conocía como el demonio de fuego y hielo en las regiones polares.

    Un pequeño punto en la improvisada y efímera laguna se mantenía completamente seco. Wuulfgarth se encontraba rodeado de fuertes vientos, como si hubiera conjurado una investidura de ese elemento alrededor de su persona. Se elevó en el aire, con la misma gracia que una lechuza, y voló hasta ponerse detrás del wyrm. Allí, mientras recitaba encantamientos en voz alta, tomó un trozo de mica y lo aplastó en un sonoro aplauso, que retumbó en varias docenas de metros a la redonda. Una explosión de sonido impactó en la nuca del monstruo, haciendo que pedazos de su coraza salieran volando, y este se retorciera en un frenesí. Las púas que tenía por toda su columna se pusieron al rojo vivo, como si fueran pirámides de metal en un horno de forja. El lurewulffer salió volando de allí rápidamente, mientras chorros de un extraño líquido, espeso como el jarabe, salían disparados de estas púas. Tenía un color anaranjado, y en cuanto impactaron con el suelo, la nieve se derritió en un santiamén.

    Nootaikok salió de la charca, que ya estaba volviendo a congelarse, y comenzó a golpearse el cuerpo, en una especie de danza ritual. Terminó por golpearse el pecho con un puño, en un sonido que retumbó tan fuerte que hasta Freyja pudo oírlo. La nieve a su alrededor explotó y tres gigantes espectrales y etéreos aparecieron a su lado. La elfa también pudo notar que la piel de su amigo ahora relucía mucho más, como si de verdad estuviera compuesta por hielo. Los fantasmas se elevaron en el aire y se lanzaron contra el wyrm, en un aullido espectral. Comenzaron a hostigarlo, haciendo que el ciempiés se retorciera intentando quitárselos de encima, aunque le era imposible librarse de ellos. Desde su burbuja aérea, Freyja pudo notar que le dejaban marcas de quemadura en la piel, tan negras que parecía como si el mismísimo Bonron hubiera descendido a besar el exoesqueleto de la criatura con sus ardientes labios.

    Wuulfgarth realizó más explosiones de sonido alrededor del cuerpo de la criatura, arrancando pedazos de coraza, pero se lo notaba cansado. Freyja podía imaginarse el trabajo mental que debía estar realizando, manteniendo la concentración en su esfera, su investidura de viento, y las distintas explosiones. Había que sumar también las oleadas de calor que el artrópodo liberaba, descongelando todo a su alrededor. A este paso, todos iban a terminar en un enorme charco.

    El gigante de la escarcha acortó corriendo la distancia entre él y la criatura y se abalanzó contra sus cuartos delanteros. Sin embargo, el monstruo soportó el impacto y fue capaz incluso de soltar un rápido mordisco al hombro de Nootaikok, que gritó de dolor, mientras sentía como dientes afilados como agujas de hielo le atravesaban la piel y cauterizaban su herida al mismo tiempo. Otra explosión obligó al wyrm a soltar a su presa, momento que el gigante aprovechó para conectar un cabezazo contra el rostro del monstruo. Este soltó otro rugido y se retorció, bajando levemente la sección de su cuerpo con velas. Parecía que se encontraba recuperando el aliento.

    Wuulfgarth aprovechó ese momento para realizar rápidos y complejos movimientos con los brazos, que culminaron en ambos cruzados sobre su pecho. Dos pilares de lo que parecía permafrost surgieron del suelo y encerraron el torso de la criatura, impidiendo que se moviesen. Nootaikok sacó otra enorme semilla de su morral, y depositándola en su palma, la aplastó con el otro puño, mientras realizaba una especie de cántico gutural. De la semilla, salieron zarcillos similares a raíces, que envolvieron el puño del gigante. Las raíces se retorcieron entre sí, comenzando a formar lo que parecía un grueso tronco que se extendía desde su puño cerrado. A Freyja le dio la impresión de que era un enorme bastón.

    Nootaikok se abalanzó sobre el monstruo, y comenzó a soltar una fuerte andanada de golpes en el rostro de la criatura. La elfa podía notar como todo el escenario temblaba por la lucha entre esos dos titanes. El wyrm parecía bastante castigado ya, y se lo notaba igual de cansado. Sin embargo, todavía tenía energías dentro suyo. Abrió la boca, dejando escapar un chiflido similar a una pava con agua que se dejó bajo el fuego demasiado tiempo. El resto de su cuerpo comenzó a hacer el mismo sonido, con vapor escapándose entre las uniones de sus segmentos chatos y aplanados. Las púas de su lomo se pusieron al rojo vivo, y ambas membranas brillaron con una intensidad cegadora. Por el rostro de Nootaikok y Wuulfgarth, que se había puesto a su lado, la arblur podía notar que tanto despliegue no era mera actuación.

    El gigante se dio media vuelta y salió corriendo de allí, mientras el lurewulffer hacía lo contrario, salieron disparado como una flecha hacia la criatura. Sin embargo, no llegó a tiempo, pues el wyrm en ese momento dejó escapar una impresionante onda de calor, tan potente que derritió toda la nieve y el hielo a varias decenas de metros a la redonda, incluidos los pilares de permafrost, dejando tan solo tierra dura y reseca a su alrededor. La fuerza de la ola de energía fue tal que obligó a Nootaikok a clavar su bastón en el suelo, tirándose cuerpo a tierra, para que el impacto no lo lanzara volando. El mago no tuvo tanta suerte, al estar volando, y salió despedido, dando volteretas en el aire. Logró frenarse a la altura de Freyja. El calor era tan intenso que hasta la esfera que la rodeaba había sufrido daños. Podía notar como la capa de fuerza se había hecho más fina, y en algunos lugares incluso se podían notar algunos agujeros. Estaba sudando la gota gorda, pero no sabía si era por el calor que el wyrm desprendía, o por el prospecto de caerse desde esa altura a un suelo ahora sin nieve.

    La elfa contempló a Wuulfgarth, a su lado. Había perdido todo el color de su rostro, y sus largos cabellos estaban pegados a su cráneo por el sudor, fruto del calor y del esfuerzo. Podía notar como su manos estaban temblando, y su investidura de vientos había desaparecido. Parecía apagado. Sin embargo, sus ojos no dejaban de moverse, analizando la situación. En cuanto notó toda la ausencia de nieve en el lugar, una tímida y débil, pero decidida sonrisa se dibujó en su rostro. Rebuscó rápidamente en su bolso y sacó una bola de lo que parecía arcilla. Mientras parecía calentarla haciendo que la temperatura de la palma de su mano aumentara, haciendo que fuera más fácil moldearla, se dirigió raudo como una saeta hacia Nootaikok, que se estaba incorporando, aprovechando que el wyrm al parecer necesitaba unos segundos para recuperarse después de liberar tanto calor. Freyja pudo notar como el color de sus púas y sus membranas se habían apagado, y ahora estaban más a tono con el azul frío del resto de su cuerpo. Los fantasmas de Nootaikok también habían desaparecido.

    Luego de lo que pareció una conversación rápida de unos segundos, ambos volvieron a separarse. El mago lanzó lo que fuera que hubiera estado moldeando con arcilla hacia los pies del ciempiés colosal. Una mano gigantesca hecha de tierra apareció en una erupción, que agarró a la criatura, impidiendo que pudiese moverse. Nootaikok, con un grito, clavó el bastón en el suelo, haciendo que éste se deshiciera completamente. En ese mismo momento, cientos de raíces surgieron del suelo, envolviendo todavía más al wyrm, dejando tan solo la parte superior que tenía alzada del suelo libre. El monstruo se retorció y rugió, intentando liberarse, pero le era imposible superar el agarre de ambos hechizos.

    Nootaikok sacó de su bolso lo que parecía un cuerno espiralado, de al menos dos metros, perteneciente quizás a alguna bestia que Freyja nunca había visto en su vida. Pudo notar que varias runas habían sido inscriptas en el mismo. Con un grito que podría haber aterrado a cualquiera que no lo conociera, el gigante comenzó a correr hacia el monstruo, que se debatía para intentar quitarse de encima las ataduras que lo mantenían inmóvil. Bajo los pies del gigante, el suelo comenzó a temblar, y varios pilares comenzaron a elevarse. La elfa notó como Wuulfgarth parecía estar haciendo un tremendo esfuerzo físico, como si él mismo estuviera levantando los pilares con sus propios brazos. Nootaikok fue pisando de uno en uno, cada vez elevándose más y más. Cuando llegó al último, saltó hacia el wyrm y curvó el cuerpo, levantando el cuerno por encima de su cabeza.

    Con lo que parecía una plegaria, bajó rápidamente su arma, y la hundió en la cabeza del monstruo, que comenzó a chillar y a rugir de dolor, mientras ese líquido espeso y naranja comenzaba a chorrear por la herida. El gigante presionó con más fuerza, mientras sus plegarias aumentaban en volumen. Los espíritus que antes había conjurado volvieron a materializarse y fueron absorbidos por el cuerno, del cual comenzó a surgir un brillo que podía rivalizar con el mismo inti en el cielo. Los chillidos del wyrm se volvieron más y más potentes, hasta que su cabeza fue destruida en una explosión de luz incandescente.

    Los pilares y la mano se deshicieron, y las raíces se retiraron de vuelta a la tierra. El cuerpo del monstruo colapsó a un costado y Nootaikok cayó de rodillas, extenuado, y de inmediato recuperó el cuerno, para limpiarlo y orar con él. Wuulfgarth simplemente se tumbó de espaldas, respirando de manera entrecortada, evitando la sustancia que ahora salía a borbotones del cuerpo del wyrm, en especial por la parte explotada. Freyja comenzó a desesperarse, pues la esfera que la protegía y la mantenía en el aire había comenzado a titilar. Y de un momento a otro, se desvaneció.

    Comenzó una caída libre en picada que le quitó todo el aire de los pulmones, impidiéndole gritar. Doce metros no es mucha distancia cuando la gravedad es la que tiene el control, por lo que el suelo se acercaba a una velocidad vertiginosa. La elfa tan solo pudo cerrar los ojos, preparándose para el impacto. Sin embargo, su rostro tocó de manera suave el suelo, y su cuerpo siguió cayendo tras de ella con la ligereza de una pluma. No pudo evitar que toda su cara se llenara de tierra, pero al menos estaba viva y sin ningún rasguño. Se dio la vuelta y se sentó, pudiendo ver que Wuulfgarth la miraba, también sentado y cruzado de piernas. Parecía que todo el color se le hubiera ido del cuerpo. Su piel era tan blanca como la nieve que antes había cubierto toda esa zona, su pelo parecía hecho de papel y sus ojos se encontraban completamente grises, lejos de aquel azul penetrante tan intenso y característico suyo. Su mirada también parecía falta de cualquier tipo de sentimiento o emoción. Parecía como si hubiera perdido casi toda su personalidad.

    Tomó de su bolso un frasco con un líquido azulado, casi negruzco, que se lo notaba espeso. Con un movimiento de la mano, que al parecer requería un gran esfuerzo físico en el estado en el cual se hallaba, la piedra cristalina violácea volvió a formarse y flotó en el aire, hasta su palma. Con un pequeño pico de geólogo le quitó un trozo y lo puso dentro del frasco, para volver a taparlo y comenzar a batirlo. El líquido dentro comenzó a efervecer en una gran cantidad de burbujas. Se lo bebió todo de un trago, haciendo un esfuerzo visible para pasarlo por su garganta. Freyja pudo notar como se le marcaba una vena en la frente al hombre. Era obvio que alguna reacción especial estaba ocurriendo dentro de su organismo.

    Luego de unos segundos, el color había vuelto a su piel y a sus ojos, sus cabellos parecían sanos de nuevo, y su sonrisa altanera había vuelto. Parecía bastante revitalizado, aunque todavía se notaba que respiraba con algo de dificultad. Se incorporó, acercándose a la elfa y se sentó a su lado, sacando su pipa y prendiéndola luego.

    — Vamos, puedo ver en tu rostro que tienes muchas preguntas. Suéltalas, déjalas fluir. Te hará bien.

    — Sí, tienes razón, tengo muchas preguntas. La primera: ¡¿por qué carajo decidiste cazar un wyrm de escarcha?!— espetó, todavía sintiendo como su cuerpo temblaba.

    — Eh, tranquila, no entiendo por qué estás tan nerviosa. Tú no hiciste nada. Y menos mal, probablemente hubieras sido un simple incordio. ¿Te imaginas a ti misma peleando contra esa bestia? Yo no. Y para responder a tu pregunta.— continuó, cortando de raíz el insulto de la elfa.— Necesito el ácrido que corre dentro de su cuerpo para un… proyecto especial. Sí, es secreto, y no, no puedes saber sobre él. Aunque dudo que lo entenderías incluso si te lo explicara.

    — ¿Ácrido? ¿Qué es el ácrido?— preguntó Freyja, dejando de lado cualquier intento de discusión.

    — Vaya, interesante cazadora de monstruos estás hecha.— respondió Wuulfgarth, levantando una ceja.— ¿Puedes ver el líquido espeso y naranja que sale de la cabeza explotada del wyrm? Eso es ácrido. Es lo equivalente a su sangre. Es lo que hace que la temperatura corporal de la criatura sea igual a la de un horno. Junto con otros órganos internos, obviamente. Pero el ácrido es el que conduce el calor por todo el cuerpo. Por lo tanto, es un excelente conductor.

    — ¿Ibas a traerme para matar a un wyrm solo por su sangre? Estoy más que segura que podrías haberla comprado en algún círculo mágico o mercado negro.

    — Sí, pero cada mínimo vial cuesta una pequeña fortuna. Ahora tengo quince metros de cuerpo lleno de ácrido a mi disposición, y entre tu paga y la que me estoy ahorrando del guía, debo haber gastado tan solo un décimo del total. Los precios están muy inflados, ya no sé lo que le pasa a este mundo.

    Una sombra se instauró en el rostro de la arblur cuando el mago mencionó al guía. Este lo notó, y soltó una media sonrisa, que se podía catalogar como intento de comprensiva.

    — Cierto que los encontré a ambos a unos metros de ese campamento abandonado. Una lástima que hayas tenido que enfretarte a eso, la verdad. No me extrañaría si quedas con secuelas de por vida.

    Freyja había recogido y abrazado su pierna buena y se encontraba mirando al frente, con la mirada perdida. Todavía recordaba esas voces. Y esos ojos. Le quemaban profundo, en el centro mismo de su alma.

    — ¿Qué fue todo eso? ¿Qué ocurrió allí? El guía…¿acaso se convirtió en un Condenado?

    — Debo decir, mi querida Freyja, que el hecho de que todavía estés con vida después de esa experiencia es algo bastante admirable. Nuestro buen kunitt se convirtió en lo que los locales conocen como inuasasiqtuq, o almas perdidas, si quieres una traducción algo cruda. Esa transformación debió darse por el hecho de que: a) su muerte se debió a las venganzas aullantes, que la gente confunde estúpidamente con wendigos, que nos hicieron poner pies en polvorosa. Creo que tu amigo con sobrecrecimiento las llama tungukakkilaas.— el mago dejó escapar humo por su boca, haciendo que este tomara la forma de aquellas titánicas criaturas hechas de nieve.— Y b), que justo acampamos sobre otro campamento abandonado, que había sufrido la misma suerte. Eso se combinó para que nuestro amigo sin nombre se convirtiera en un Maldito, su odio alimentando su no-muerte. Y obviamente, eso despertó a todos los que estaban debajo, enterrados en la nieve.

    >> Tuvieron suerte de que me había olvidado algo allí, y tuviera que volver. Si no, probablemente tú y nuestro amigo el gigante se hubieran sumado a las filas de las almas perdidas.

    La elfa no respondió, simplemente se quedó rumiando toda la información que el humano le había soltado. Este sonrió y le puso una pesada mano en el hombro.

    — Bueno, puedes quedarte aquí sentada si quieres. Haré los preparativos para llevarme el cuerpo, y luego te daré tu recompensa.— se incorporó y se limpió los ropajes.— Pero solo la mitad, no pienses que te pagaré el trabajo completo. Según pude ver, estuviste holgazaneando y casi muriendo la mayor parte del trayecto. Ya de por sí estoy siendo demasiado bueno.

    Mientras se alejaba, Freyja buscó nieve para hacer una bola y arrojársela, pero toda se había derretido por la presencia del wyrm. Así que se contentó con tirarle un manojo de tierra, que obviamente no llegó a su objetivo. Viejo tacaño. Notó que se había acercado a Nootaikok, que parecía haber terminado sus rezos y vuelto a su tamaño normal, y ambos habían comenzado a conversar, seguramente viendo que hacer con el cadáver.

    Decidió recostarse y cerrar los ojos. El calorcito que desprendía el enorme ciempiés decapitado se sentía bastante bien, la verdad, y la pierna mala había comenzado a palpitar, así que lo mejor sería descansar un rato. Su trabajo ya había terminado.
     
    Última edición: 17 Mayo 2020
    • Fangirl Fangirl x 4
    • Me gusta Me gusta x 1
  19.  
    Its

    Its Adicto

    Tauro
    Miembro desde:
    17 Julio 2005
    Mensajes:
    1,564
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    ¡Qué batalla más emocionante!

    Primero, me alegro un montón de que Nootaikok no haya muerto, le había cogido cariño al gigante. La aparición de Wuulfgarth me ha emocionado mucho. Me encantan esos toques de humor en las conversaciones y acciones de Freyja y el mago, las echaba de menos. Wuulfgarth es único en su elección de palabras para molestarla y es tan divertido. Incluso al final, imaginarme a la elfa buscando nieve para hacer una bola y lanzársela, y al no encontrarlo tirarle tierra, me ha hecho mucha gracia. Disfruto mucho sus interacciones.

    Lo dicho, el principio y el final muy divertido pero la batalla, oh la batalla. ¡Ha sido súper emocionante! Me encantaría poder ver al wyrm con mis propios ojos. Tienes una imaginación increíble para imaginarte seres de lo más curiosos. Las descripciones son increíbles, las cualidades del monstruo son originales y aplaudo tu manera de relatarlo y que sea tan fácil de imaginar.

    Eres muy bueno narrando las escenas de acción. La batalla ha sido una maravilla, la compenetración de Nootaikok y Wuulfgarth, el apoyo mutuo, esos momentos que parecía que flaqueaban pero volvían a reunir fuerzas y atacar. He disfrutado un montón. Me ha extrañado que Freyja haya quedado al margen, pero viendo en la situación en la que estaba supongo que es lo más lógico. Me ha sorprendido la magia del gigante, esperaba que el mago me sorprendiera pero no esperaba que Nootaikok tendría tanto poder mágica. Pensé que se basaría más en la fuerza bruta pero no, siempre consigues sorprenderme.

    La explicación de lo ocurrido con el guía ha sido muy interesante. Al principio, con la especie de pesadilla de la elfa seguía muy confundida, sin saber qué parte era real y que parte una especie de sueño pero Wuulfgarth que es un sabelotodo nos ilumina. No me los imagino a todos convertidos en almas perdidas. Lo siento por el guía pero estos tres son intocables.

    Por cierto, Wuulfgarth es un tacaño. Mira que decirle que solo le va a pagar la mitad porque estar "vagueando". ¡Vamos, pero si por poco pierde la vida en innumerables ocasiones! Aunque al final no haya batallado contra el wyrm... Bueno supongo que es parte del encanto de él. Y estoy convencida que no le dijo exactamente a por lo que iban intuyendo que no conseguiría su ayuda.

    Resumiendo, un capítulo muy emocionante. Espero la continuación con muchas ganas.
     
    Última edición: 17 Mayo 2020
    • Adorable Adorable x 2
    • Fangirl Fangirl x 1
  20.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
    Miembro desde:
    1 Abril 2019
    Mensajes:
    6,952
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    OH NO, Its siempre me gana de mano para comentar D: Esto ya es personal, eh, sé que me estás leyendo, mujer. Mira, te declaro la guerra >:c Venga, lets fight (????

    Aadjskas jokes aside, qué pedazo de capi <3 La verdad, sólo puedo secundar todo lo que ha dicho la bonita señorita aquí arriba. Fue bastante extenso pero lo leí como si fuera agua. As usual, creo que lo que más me gusta de tus historias son la narración de las escenas de acción, y la descripción del final boss de turno. Me pasó igual con la netheraraña (¿se llamaba así? bueno, algo parecido), son bicharracos nuevos para mi cerebro pero que, aún así, gracias a tus descripciones minuciosas y certeras, sin caer en la redundancia ni nada parecido, logro imaginarme con una facilidad increíble. Además, me los imagino super grandes, fuertes y atemorizantes, y todo contribuye a darle todo el spicy que la batalla merece. Como te comenté ya por chat, hey, its a good thing you'll live another day :D El grandulón está VIVO, y es todo lo que me importa.

    Bueno, no todo, pero sí una parte importante.

    Extrañaba al archimago pedante AAAAA y no sabía que lo hacía hasta que lo vi volver y ponerse a hacerse bullying con Freyja. Me recuerda a alguien, sabes (?? Me pregunto quién será hMmMmMmM. Su dinámica me encanta, me resulta super fresca y entretenida de leer. Creo que podría aventarme 5k de Freyja y el archimago (o Lavignia también) discutiendo sobre el color de una pared y estaría living.

    Y bueno, reiterar sobre la batalla. Realmente me encantó, Tom. Creo que igual me gustó más el duelo intenso de Freyja vs la netheraña ocomosellame porque sentí... más el peligro (? Dunno, como era un 1 vs 1 y fue eminentemente físico diría que el impacto emocional es mayor. Igual las batallas mágicas son super cool, mira que soy siempre la cagona que se desarrolla en magia en los rpg, y esta en particular no ha sido la excepción. Todos los hechizos han sido dinámicos y me los imaginé con una claridad genial, si hasta iba leyendo más rápido para no perderle el ritmo a la batalla. Creo que mi momento favorito fue cuando el archimago y el grandulón se coordinan y éste último va caminando sobre los pilares de tierra que el mago iba creando. Me lo imaginé re cinematográfico and idk, fue genial.

    Ah, mención especial al lío con el nombre del wyrm AJJAJAJAJA que memeo xddd La verdad, no he pensado antes de leer el comentario de Its que Wuulfgarth puede haberle mentido a propósito porque sabía que de ser honesto, Freyja no habría aceptado. AAAA teorías locas de lector, i live for this shits.

    Y eso, espero al próximo capi :D Muchas gracias por actualizar, Tom, me alegra saber que amenazarte puede tener resultados (???
     
    Última edición: 17 Mayo 2020
    • Gracioso Gracioso x 2
    • Fangirl Fangirl x 1
Cargando...
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso