La Sacerdotisa Celestial y El Caballero de Fuego [NaLu]

Tema en 'Archivo Abandonado' iniciado por Levy, 12 Febrero 2013.

  1.  
    Levy

    Levy Entusiasta

    Leo
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    11 Julio 2012
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    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La Sacerdotisa Celestial y El Caballero de Fuego [NaLu]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    5067
    ¡Holi Holi! Hoy les traigo un fanfic multiparejas, pero principalmente NaLu. Se desarrolla más o menos en mi versión de los siglos XVIII - XIX, con magia y eso. ¡Espero que les guste!


    Capítulo 1: La Esposa de Dios y el Comienzo de un Pecado
    Cómo un rebaño de ovejas,
    Nos dejamos llevar por las indicaciones del revolucionario pastor.
    Tomando como verdadero lo que él predica.
    Tomando como pecado lo que el rehúsa.
    Pero…
    ¿Y si una oveja se tiñera con el oscuro color de aquello que llama “inaudito” y “contranatura”?
    ¿Acaso no sería…
    …Revolucionario?

    * * *

    Las calles de Magnolia se tornaban llenas de vida cada mañana. Algunos corderos se paseaban por la calle junto con su pastor, vendiéndolos. Las tiendas abrían y promocionaban sus productos. El pregonero Max contaba los últimos sucesos de la ciudad, a modo de publicidad. Los niños jugaban, las mujeres cargaban las cestas llenas de frutas y verduras, los hombres bebían en los bares y los bardos cantaban canciones de amor a cada mujer hermosa que veían.

    Magnolia era la única de ciudad en una gran extensión de tierra. El resto de la finca se limitaba a la explotación agro ganadera de sus tierras. La ciudad era concéntrica en torno a la plaza y el palacio. A las afueras habían granjas y pequeñas casas para gente con menos recursos. Por el sur de la ciudad, el río Freeze dividía a la mitad la gran finca; a la otra mitad, estaba El Bosque de las Gemelas, y la Pradera de los Bastardos.

    Makarov Dreyar atendía en su trono, bastante aburrido, el informe de Mirajane sobre los problemas de los ciudadanos. No es que no le importasen, pero escuchar pequeñas peleas entre vecinas chismosas y hombres borrachos, ya le aburría.

    …Y eso es todo por hoy. Ahora, pasaremos al tema más importante… Mirajane le pegó una buena colleja al Dreyar por estar dormido. Carraspeó y retomó la lectura Tenemos que organizar los últimos detalles de la fiesta de aniversario de hoy.

    Ah… ya Makarov intentó ponerse serio y no caer dormido Empecemos. El banquete, ¿Cómo va el menú de “las Siete Carnes de Magnolia”?

    Lisanna está organizando y dirigiendo el bufete. Kinana y Laki son las dos sub-encargadas. El bufete está a la mitad del proceso dijo Mirajane, mientras leía un cuaderno de hojas amarillentas.

    Ya veo… ¿El recinto?

    Los aldeanos están colaborando en la decoración de la Cúpula de las Magnolias ante esto, Mirajane sonrió He de destacar que el señor Macao está sabiendo dirigir todo adecuadamente.

    ¡Ja! Sabía que ese podría Makarov rió ¿La caballería?

    Están entrenando y practicando la demostración. El Paladín Girldarts está haciendo un gran trabajo, cabe decir resaltó Mirajane.

    Todos están dando lo mejor de sí mismos dijo Makarov, moviendo su cabeza en gesto de orgullo por su pueblo. Luego, una gota de sudor empezó a resbalar por su frente ¿Y mis nietos?

    Ah… Natsu está comiendo en el comedor junto con Happy. Gray está teniendo una batalla de arte contra el señorito Lyon. Literalmente. Luego, Gazille está en el taller junto con sus pequeños aprendices. Y Jellal está en la biblioteca, leyendo Mirajane tenía la suficiente confianza con ellos como para tutearlos.

    Dios… nunca cambian Makarov dejó escapar un amargo suspiro Luego tráeme la lista de invitados… Makarov pegó un saltito en su trono ¡Cierto!

    ¿Qué sucede, Lord Dreyar? preguntó Mirajane, con una sonrisa.

    Háblame de la nueva… esa que vive en la vieja Iglesia.

    ¿La sacerdotisa? Mirajane echó un vistazo al libro ¡Ah! Ella es la nueva sacerdotisa… creo que están reformando la Iglesia gracias a ella ¿no?

    Aunque en el resto del mundo la religión crea un gran impacto por su “después de la muerte”, aquí preferimos agarrarnos al “durante la vida” Makarov dejó escapar un suspiro Aunque no somos ateos, espero que la nueva logre adaptarse a nuestro nivel religioso.

    * * *

    Natsu se encontraba comiendo sin parar en aquel comedor, mientras que Happy caía redondo de la silla. Como era de esperarse, el digno hijo de los Dreyar, llevaba atuendo de combate pero sin armadura; camiseta de piel, pantalones oscuros, botas, cinturones y guantes de cuero… lo único que no encajaba en él era esa única bufanda, que no estaba bien encajada en la época. Parecía un pañuelo, pero era demasiado grueso como para serlo; otros creyeron que era un pañuelo de combate. Pero Natsu ya llevaba ese pañuelo alrededor del cuello nada más llegar a esta casa.

    ¡Señorito, ya basta! riñó Kinana ¡Va a dejarnos sin existencias para el banquete! ¡Además, estamos muy ocupadas!

    ¡Pero tengo hambre!

    Kinana, enfadada, cogió a Natsu y a Happy y los echó a patadas al jardín, por la ventana. Happy era un niño peliazul, de nueve años, un aldeano más. Pero tiene cierta afinidad con Natsu, ya que él salvó la vida del pequeño cuando fue atacado por un Bulkan.

    Natsu, ¿vamos al campo de combate? A lo mejor allí nos quieren…

    ¡Buena idea, Happy! ¡Así pasamos a saludar a los chicos!

    El jardín del castillo estaba exquisitamente cuidado y decorado; por eso los jardineros, Jet y Droy, no dejaban a Natsu entrar. Con su magia de fuego, podría quemarlo todo. El palacio es rodeado por unos muros de piedra; a los lados están más pegados a las paredes. En la parte frontal estaba separado por culpa de un pequeño jardín y la parte de atrás ya estaba toda esa maravilla herbácea. Había una fosa con agua que procedía de uno de los afluentes del Freeze.

    Natsu y Happy saltaron el muro, y se encontraron el riachuelo. Happy se subió a la espalda de Natsu y este encendió sus pies para hacer como si fuese un cohete y saltar hacia el otro lado. En ese lado estaba el campamento de entrenamiento; una gran parcela (cuando digo gran, es GRAN) en la que había una residencia para los de la Armada Real, por un gran campo de entrenamiento y una pequeña tienda con una enfermería.

    Natsu divisó a Romeo entre la multitud, con su arma en las muñecas. Eran como dos varas de hierro parecidas a los de una pistola que transformaban la energía mágica en fuego con varias texturas.

    ¡Romeo! Natsu corrió sonriente hacia él ¿Qué tal va el entrenamiento?

    Va genial. Esto… Natsu-nii… Romeo lo miró un poco avergonzado ¿Me… quemarías el brazo?

    ¿Otra… vez? dijo Natsu, sorprendido por la pregunta.

    ¡De primer grado, por favor! Romeo se quitó el guantelete, tendiendo su brazo.

    Va…vale… Natsu, dudoso, acercó una mano al brazo de Romeo, que él miraba hacia otro lado, con dolor en el rostro. Natsu encendió su mano y quemó su brazo.

    ¡¡¡AYYY!!! gimió Romeo ¡Gra…gracias Natsu-nii!

    Y Romeo fue corriendo hacia la enfermería, con la manga y el brazo quemados, más contento que el bufón del pueblo. Happy había estado riéndose en lo bajini, así que sugirió a Natsu entrar en la enfermería, para saber que quería Romeo con su brazo quemado.

    Entraron en la amplia tienda de la enfermería, dónde había algunos soldados con partes del cuerpo vendadas y sus armas rotas, algunos tumbados en futones y otros sentados en pequeñas alfombras de lino. A un lado, había dos pequeñas; Wendy y Shelia.

    Eran dos gemelas médicos, con magia curativa y un alto conocimiento en medicamentos y ungüentos. Pese a su corta edad, todos confían en ella más que en otros.

    Wendy estaba ordenando algunos medicamentos en la gran bolsa, mientras que Shelia estaba atendiendo un paciente. Wendy dejó de ordenar cuando vio el brazo de Romeo.

    ¡Romeo-kun! ¿Y esas heridas? ¿Otra vez? Romeo puso cara de disculpa Moo, no tienes arreglo. ¡Los dos únicos días que venimos y siempre estás herido!

    Jeje, cierto. Perdón Wendy se disculpó Romeo, para después poner cara de dolor.

    Anda, siéntate en la silla, voy a examinarte dijo Wendy, preocupada. Romeo se sentó Vamos a quitarte el peto y la camisa…

    ¿¡Qué!? Romeo estaba completamente rojo, y con los brazos había apartado a Wendy.

    ¡Necesito saber si ha llegado más allá del brazo! bufó Wendy. Como un robot, Romeo dejó que le quitasen el peto y la camiseta. Claro, Wendy ya estaba muy familiarizada con este tipo de cosas.

    Shelia miraba picarona a la pareja mientras que Happy reía a su lado. Sin embargo, Natsu sentía que no debía estar allí, es más, no comprendía el por qué de la gracia del asunto. ¿Qué tenía de especial que una médico hiciese su trabajo?

    ¡Lo sabía! ¡Tienes por el pecho y la espalda! dijo Wendy, mientras Romeo le dedicaba una mirada furiosa a Natsu. “¡Quémame, pero no tanto!” vale, voy a por el bálsamo para aplicártelo en la quemadura…

    Cuando escuchó esas palabras, el pequeño Romeo ya había muerto. Ahí, en la silla. Como un noble niño de trece años que comenzaba a ser un soldadito y a sentir cosas de hombres.

    De qué color deberían poner su ataúd…

    * * *
    Gazille golpeaba sin cesar sobre el yunque el hierro ardiendo. Tenía puesta ropa de plebeyo; camiseta sucia y desgastada, pantalones de pana, guantes de cuero y zapatos normales. Y es que no merecía la pena trabajar con ropa de noble el metal. Mientras, cientos de ojitos contemplaban con adoración como él hacía una espada.

    Bien… ahora que tiene la forma, hay que enfriarlo y listo. Tardará un rato. ¿Aún queréis quedaros? preguntó.

    ¡Aye! contestaron todos al unísono.

    Siguió a lo suyo cuando un fugaz recuerdo de un pedido de su hermano Jellal asoló su mente: “¿Puedes pasarte por la biblioteca y recoger el pedido que hice?”. Y una mierda pasaba él por ahí. Además, ¿por qué no enviaba a las doncellas? Ah ya, estaban muy ocupadas.

    ¡Quiero que llegue ya esta tarde! comentó emocionada una niña.

    ¡Quiero comer otra vez la carne de bufalí de palacio! respondió otro niño.

    Voy a dejar esto aquí… salgo un rato. Ahora vuelvo. No toquen nada, ¿vale? dijo Gazille, amenazante. Pero al salir del taller, los niños lo siguieron como un rebaño de ovejas. Gazille gruñó, molesto.

    Caminó por las atareadas calles de Magnolia, sin sorprender con su presencia a nadie. Era habitual ver a la realeza por su pueblo, sin tanta contemplación. Caminó hasta llegar a un edificio de dos pisos. Tenía unas cristaleras pequeñas, y estaba hecho de madera de cerezo. Nervioso, abrió la puerta para entrar, junto con el leve crujido de la puerta.

    Levy estaba leyendo, inmersa en su mundo, sin enterarse de que un “pastor” había entrado con su pequeño rebaño.

    Buenos días dijo Gazille, formando un gruñido de nerviosismo.

    ¿Eh…? Levy salió de su trance y dio un pequeño saltito en su silla. Bajó rápidamente y se puso enfrente de él Buenos días, señorito Gazille. ¿Vino por el pedido del señorito Jellal?

    Exacto a Gazille no le gustaba que le tratasen de usted. Además, casi no podía mirarla a la cara.

    Esa pequeña y delicada cara, que él había masacrado y entintado en sangre. Ese pequeño cuerpecillo, que él había golpeado hasta que no tuviera más sangre. Y esos ojos… que lo habían contemplado con miedo y valentía a la vez. Con el desprecio más profundo. Y pensar que ahora mismo esa pequeña le está hablando de usted. Gazille no podía mirarla a la cara. Era duro.

    Aquí tiene dijo Levy, mientras tendía los libros con una reverencia.

    Ah… vale. ¿Tienes el dinero, no? preguntó.

    Sí, lo he recibido en efectivo dijo ella con simpleza. Levy tampoco podía mirarlo. De algún modo… se sentía avergonzada.

    Los llevo ya Gazille, con un gruñido, cogió los libros y se marchó de la tienda, a paso apurado. Los niños, confusos, lo siguieron como perros falderos.

    Después de que el hombre saliera por la puerta, Levy cayó de rodillas al suelo, rendida. Sentía sus piernas débiles cuando aparecía, y no se sentía capaz de tutearle. No, no es que le causara miedo. Ella ya lo había perdonado. Entonces, ¿qué podría ser…?

    Si tan sólo mantuviese una conversación normal con él… podría averiguarlo suspiró.


    * * *
    Gray y Lyon estaban peleando por los pasillos, lanzando plumas, picos, hielos… todo el material de escultura. Lyon Bastia, de la ciudad de Froia, había venido a visitar a su “hermano”. Ambos eran discípulos de su difunta maestra Ur, que los trató como si fueran sus hijos.

    Cansados de luchar (y de abrir la cabeza a las doncellas y a los mayordomos) se sentaron en las escaleras secundarias de mármol. Cómo no, ambos en pelotas. Les faltaba quitarse los calzoncillos. Quizás su magia fuera una ancestral técnica del desnudo… aprueba de violadoras. Muy efectivo, mata por derrame nasal en segundos.

    Oye, Gray – llamó Lyon ¿Ya encontraste prometida?

    ¿Y eso a que viene? bufó Gray, algo burlón — Bueno, pues no.

    Oh, así jamás llegarás al altar. Te quedarás como un pobre soltero mientras yo tengo una esposa y dos niños dijo, con cierto aire soñador.

    Me das miedo Gray sintió un gran escalofrío por su espalda. Lyon a veces era un pelín marica…

    Lyon y Gray se quedaron en silencio, mirando las escaleras, hasta que Gray, un tanto dudoso, decidió hablar.

    …sería distinta Lyon lo miró extrañado. Gray respondió sonrojado y con un tono rudo en su voz ¡Ya sabes! Diferente a las demás. Con su misterio, con sus alegrías, con sus penas… una mujer tan original como los cuadros surrealistas.
    Vaya, no sabía que fueras un romántico Gray no dijo nada. Y es que él llevaba mucho, muchísimo tiempo pensando en cómo sería su prometida. Lo suficientemente singular como para revolucionar su día a día. Que cada día fuese distinto gracias a ella, que lo sorprenda cada día.

    “Ojalá existiese esa mujer”. Pensó con crudeza.


    * * *


    Jellal bebía una refinada taza de té Oolong mientras leía uno de los cientos libros de la biblioteca. “Las Siete Vidas de Christie” era su nueva novela de misterio para leer. Estaba cómodamente sentado en un sillón aterciopelado y con sus piernas cruzadas. El ambiente en la biblioteca era tranquilo y relajante.

    ¡Oye, come-libros! gritó Gazille, entrando de una patada en la biblioteca con los libros en los brazos – Aquí está tu pedido de libros.

    Muchas gracias – dijo, con cierto tono divertido ¿Qué tal te fue en la biblioteca de la señorita Levy?

    Mpf Gazille bufó. Dejó los libros de manera brusca encima de una mesa y se dirigió hacia la puerta, pero fue detenido por la voz de Jellal.

    -¿Otra vez no pudiste tener una conversación normal? A este paso, no podrás ni regalarle algo por San Valentín dijo Jellal, en un suspiro.

    ¡Cállate! ¡Nadie te ha pedido que te entrometas! gritó Gazille, levemente sonrojado. De un portazo, salió de la silenciosa biblioteca.

    Jellal sabía que ese “cabeza de hierro” no podía hacer más que contestar de maneras bruscas. A este paso, nunca podrá agradecerle cómo es debido que Levy lo salvara del garrote vil con una “declaración” de última hora.

    Entonces se acordó. De su tormentoso pasado. Cómo él había sido engatusado por su padre y había hecho cosas tan atroces a esos esclavos, cómo su progenitor lo había manejado como una marioneta… después de que el Proyecto se desmantelara por la justicia plebeya, había ido a rogar perdón a todos aquellos a los que había hecho daño. A Milliana, a Simon (visitando su tumba)… había personas que todavía no había encontrado, y rezaba para que tuviera una buena vida.

    Pero él quería disculparse con Erza Scarlet. Aquella niña que confió en él ciegamente, para después tirarla cómo un trapo sucio. Ahora sabe cómo se siente la traición… lo sabía. Cuando su gemelo Mystogan le dijo que las cosas iban mal, debió hacer caso en vez de avisar de las sospechas de su gemelo a su padre. Qué iluso.

    Jellal lanzó un suspiro y cerró el libro. Con los pensamientos volando, no era capaz de concentrarse en la lectura.

    Me pregunto dónde estarás… Erza suspiró de nuevo.
    * * *


    Una sacerdotisa contemplaba con orgullo la Iglesia de la ciudad. Llevaba sus ropajes religiosos; la capucha blanca (cómo símbolo de pureza), el kimono de varias capas, con los colores de la tierra, el agua, el aire y el fuego (marrón claro, azul, blanco y rojo) con ese obi dorado que simbolizaba que era una esclava de Dios.

    Miraba aquella obra arquitectónica como si fuese la mejor. Ahora los muros eran de piedra y tenía un piso más (su casa). Además, el campanario estaba reformado y se podía ver una limpia campana de oro. El interior, con mosaicos en los bordillos y colores simples, además de la estatua de la Arcángel de Victoria que reinaba la Iglesia.

    ¡Bien! Mi habitación está lista y la Iglesia también… ¿debería pasearme para conocer gente? la alegre sacerdotisa dio un pequeño salto de sorpresa ¡Claro! ¡La biblioteca! Tengo que rellenar mi estantería de libros… “La sabiduría es un don, su alardeo es el pecado”. Eso es.

    La rubia sacerdotisa cerró la Iglesia con llave y salió por las calles con sus ropajes y una sonrisa en el rostro. La gente murmuraba cuando pasaba. “¿Ella es?” “¡Vaya bombón!” “Tan joven…”
    Divisó el cartel de la biblioteca “Papiro” y entró. Una pequeña bibliotecaria estaba leyendo con columnas de libros a su lado. Dejó escapar una gota de sudor.

    -Ah… perdone… - no reaccionó - ¿Perdón?

    ¿Eh? Levy dio un pequeño saltito al ver sus ropas. No era muy normal ver a alguien involucrado con la religión por allí Eres la nueva sacerdotisa, ¿no? Ahora te traigo las Biblias de última edición que

    ¡No no no! la sacerdotisa interrumpió a Levy en su labor. Ella la miró curiosa Vengo a buscar novelas. ¿Qué tiene de románticas?

    Levy se sorprendió y sonrió ampliamente. ¡Una come-libros en esta ciudad! ¡Qué felicidad!

    ¡Wow~! Nos han llegado la última novela de la triología de “El Pregonero” y una nueva saga llamada “El Barco de los Secretos”. ¿Te las cojo? Lucy asintió, enérgica. Levy fue a hacer su labor, pero se paró para mirar a la clienta ¡Ah sí! Soy Levy, puedes tutearme.

    Encantada Levy, yo soy Lucy Lucy tendió su mano a lo que Levy aceptó con un buen estrujón de manos.

    ¡Estoy muy contenta de que haya alguien que le guste leer!

    “Dios nos dio la sabiduría. Nosotros sólo la hemos traducido en frases y letras” dijo Lucy, recordando citas de su escritor preferido.

    John Williams, “Las Sombras del Viento”, ¿cierto? dijo Levy, con un deje de diversión en su voz.

    Lucy la miró con el mensaje de: “¿Dónde has estado en toda mi vida?”

    Charlaron mucho rato. Lucy se quedó a ayudar a Levy a ordenar los libros de la biblioteca.

    Por cierto, Levy-chan… Lucy tenía la voz apagada ¿No crees que es de pecadora que una sacerdotisa lea libros de romance?

    Para nada la respuesta sorprendió a Lucy Si tuviera que decir… pienso que Dios nos dio los sentimientos por algo. ¿Qué hay de malo que una sierva de Dios disfrute de la obra de su señor?

    …Tienes razón Lucy sonaba más animada Por cierto, me he enterado de que por aquí soy más de pensar en el presente que en la vida después de la muerte, ¿no?

    Exacto~ Preferimos vivir nuestra vida cómo podamos en vez de obrar cada tarde y cada mañana al señor.

    Pienso lo mismo. Por eso todos tenéis que acudir al menos a la misa de la mañana de Domingo dijo Lucy.

    Jeje, pues este va a ser que no. Sabes que hoy es el aniversario de la fundación de esta ciudad, ¿verdad?

    ¡Sí! Al parecer Lord Dreyar va a presentarme ante todos… que vergüenza Lucy suspiró, derrotada.

    Jaja, ánimo.


    * * *
    La noche llegó y con ella, la fiesta. Más atrás de la ciudad, había un recinto sagrado. La célebre Cúpula de las Magnolias, que dio nombre a la ciudad. Se dice que Mavis, la fundadora, vio hadasen aquella cúpula. La Cúpula de las Magnolias consta de un extenso prado. Cuatro árboles bicentenarios forman un cuadrado. Cuando llega la primavera, las magnolias florecen y segregan unas esporas que hacen que de las hojas de esos árboles se cree cómo una espesa capa de cristal. Es algo realmente extraño y único.

    Los soldados hacen procesión desde el palacio hasta la gran cúpula, dónde habrá un banquete y baile para toda la ciudad. Todos vestirán sus mejores galas, y los soldados harán una demostración de magia. Además, está muy asegurado de que Natsu retará a Guildarts a un combate (y perderá). Con todo, habrá bailarinas y Mirajane cantará para la fiesta.

    Todos los aldeanos estaban reunidos en aquella gran cúpula, con la procesión terminada. Muchos no vinieron por enfermedades, y Romeo se quedó en su casa cuidado por Wendy (Un soldado a triunfado hoy). Los cuatro herederos estaban en un pedestal, sentados en sillas. En medio de los cuatro, la silla de Makarov, que estaba dedicando unas palabras ante la atención de sus ciudadanos.

    ¡Pueblo mío! ¡No os marearé con cháchara! Mavis, nuestra fundadora, creó este lugar a partir de una pequeña residencia para gente con problemas, y al final se convirtió en una ciudad llena de gente honrada que se respeta entre sí Makarov aclaró su garganta Ahora he de dar un gran anuncio que el pregonero ya habrá dicho sin mi consentimiento; la llegada de la nueva sacerdotisa al pueblo.

    Natsu, Gray y Gazille bufaron. ¿Una fanática de Dios? ¡Bien, ahora les aburrirían con charlas aburridas y sermones durante los domingos!

    Por favor, ¡que se presente Lucy Ashley! dijo Makarov. Pero nadie se presentó. Todos se miraron extrañados, y cierta peliazul buscaba a su amiga con la mirada.

    De repente, una mujer llegó corriendo al lado del pedestal, cansada e hiperventilando. Llevaba ropas mínimamente formales, sin lujos. Su cabello rubio suelto estaba ligeramente revuelto por el maratón.

    ¡Lo siento mucho, mi Lord! ¡Tuve que regresar porque olvidé un objeto de valor en la Iglesia!

    Todas las miradas se clavaron en Lucy. Pero una en especial. El joven Natsu, el hermano menor, estaba con su mirada estancada en aquellos ojos grandes y que parecían de chocolate. En ese cabello rubio y liso, que parecía ser de un ángel. ¡Oh, y su piel delicada y blanca!
    Y esa fue la primera vez en muchos años, en la que Natsu sentía curiosidad y apego por una chica que no conocía. No sabía el por qué, pero al verla, ya sentía la imperiosa necesidad de protegerla.

    “Quiero conocerla”
    * * *



    Todos: ¿¡UN FANFIC MULTIPAREJAS SIN JUVIA Y ERZA!? ¡¡¡¡¡¡LOCAAAAAAAAAA!!!!

    Dios, no me chilléis xD. Todo a su debido tiempo. Las desapariciones son necesarias, cómo las de Laxus o Erza. O por qué Gazille está y no Juvia... (cómo el principito va a coger complejo de pedofílico... xD)

    La religión es una inspirada en el Cristianismo. Las frases, los libros y las citas son originales mías. Y perdón si hay mucha charla moral y religiosa, pero creo que el final aclara el romance imposible entre un noble y una sacerdotisa.

    Bye Bye, My Littles Stars~!
     
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  2.  
    Natsu Dragneel

    Natsu Dragneel Entusiasta

    Escorpión
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    O MI DIOS!!!!!!!!!!!!
    GENIAL!!!!!!!
    Una sacerdotisa?
    Me pregunto como terminara esto ya que si es eso no puede tener Novio y casrce y eso.
    ADEMAS LUCY ASHLEY!!!
    Por que le pusiste en nombre de la Edo-Lucy?
    ALgo ocultas Levy algo oculta ¬¬|
    MIERDA GJEEL Y LA LEVY DEL FIC SON IDIOTAS!!!
    Y Jellal bueno no tengo nada qu decir de el ¬¬
    GRAY YA LA ENCONTRARAS Y SI NO TE ESTAMPO LA CARA CONTRA TU COLUMNA VERTEBRAL!!!
    ROWEN!!!
    Voy a no se me encanta!!!!
    Shelia!!!!
    La adoro no se me enamoro de ella *-* Sip esoy Loco x'DDDDDD
    JAJAJAJ
    me pregunto como terminara todo esto
    EPERO CONTI!!

    PD: Desearia aprecer en tu fic tener magia del rayo y quedarme con Shelia x'DDDDDDDDDDDDD*llorando sabiendo que nucna pasara *
     
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    Himari Akirami

    Himari Akirami Iniciado

    Libra
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    Lucy sacerdotista o_o!
    El rowen fue tierno xD , sinceramente,no me gusta el NaLu,pero la mayoria me desagradan por alguna razon,aunque este con el final veo que me empieza a agradar x3
    Espero anciosa las otras partes :D!
     
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  4.  
    kiritoredfox

    kiritoredfox Entusiasta

    Aries
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    Escritor
    INCREIBLE INCREIBLE INCREIBLE
    te doy un 20 de 10 todo ha sido perfecto (espero que pongas a Erza y Juvia)
    el toque que le has dado a tu historia como si la magia apenas existiese, un rollo medieval, a sido fabuloso
    Cada dia te superas espero un cap nuevo
     
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  5.  
    Levy

    Levy Entusiasta

    Leo
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    La Sacerdotisa Celestial y El Caballero de Fuego [NaLu]
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Romance/Amor
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    ¡Holis! Os traigo el cap 2 de este fic x3 aquí podréis ver cómo pequeños avances en las relaciones, y cómo Lisanna ya entra al trapo [SPOILEEEEEER XD]

    Capítulo 2: El Inmaduro Caballero y su Pequeña Droga.

    “Es cierto, evidente
    Sé que me amas. Sé que te quiero.
    Sé que cómo me miras. Sé cómo te miro
    Si esto es mutuo
    ¿Qué problema hay?
    ¿Por qué lo niegas?
    ¿Obligación? ¿Status?¿Votos?
    Sé que a estas alturas
    Ya deberías saber
    Qué esas palabras no entran en mi diccionario
    Cuando se trata de ti”

    Lucy estaba mirando la hierba, como si fuera lo más interesante y extraño del mundo. Al menos lo era. Su vergüenza tornaban sus mejillas de un ligero tono rosado, y se agarraba la falda del vestido con cierta impotencia.

    Bueno… habló el Lord. Se acercó a Lucy, y ella levantó la mirada ¡Ella será nuestra nueva sacerdotisa! ¡Así que los domingos, dejad de beber cerveza y tomar la siesta y a la Iglesia!

    Lucy lo miró estupefacta. En su corta vida (y viaje) jamás había visto a un Lord tratar así a sus súbditos, con ese perfil cariñoso y familiar (aunque el deje de regaño y mandato lo ocultaba en gran medida), cuando siempre era de superioridad y cierta burla.

    En fin, ¡que dé comienzo la fiesta! dijo, con el puño en alto. Los príncipes bajaron de sus sillas, cada uno tomando distinto camino.

    Los murmullos y las risas crecieron, olvidando el pequeño desliz de la sacerdotisa. Lucy suspiró con pesadez, intentando relajarse. Fue a buscar a Levy y a conocer gente, cuando una voz detrás de ella la llamó. A Lucy le recorrió un escalofrío. Era una voz alegre, varonil y segura.

    ¡Buenas noches! ¿Estás disfrutando?

    ¿Are? Lucy se dio la vuelta, para encontrarse con un joven de su edad. Ojos verde oscuro, pelo rosa y esa sonrisa de oreja a oreja… el corazón le dio un vuelco ¿Señorito…?

    Natsu, Natsu Dreyar. Debes de ser Lucy Ashley, ¿no?

    Em… sí… Lucy se mostraba algo desconfiada. ¿Y ese tuteo?

    ¡Vayamos a comer, Lucy! dicho esto, la agarró de la muñeca y la atrajo a la mesa de comidas.

    ¿Ehh? ¡P-pero tengo que presentarme ante el Lord y los señoritos…!

    Bah, el viejo estará viendo sus libros raros, hielito peleando con Lyon, hierrito intentando hablar con Levy y Jellal en una nube de doncellas respondió, con simpleza.

    ¿¡El señorito con Levy-chan!?inquirió, emocionada.

    Claro. Es que pasaron… ciertas cosas dijo Natsu restando importancia ¿Quieres minalú?

    “Jujuju~. Levy-chan tiene un pasado con uno de los nietos del Lord. ¡A lo mejor puedo sonsacarle algo a Natsu!” Pensó Lucy. Sería una noche muy larga.

    · · ·​
    En serio, Wendy. No hace falta que te quedes por mí dijo Romeo, culpable.

    ¡Qué no! Alguien tiene que cuidarte. ¡Tu padre está en la exhibición! dijo Wendy, con los mofletes hinchados.

    Romeo no había previsto lo siguiente; que al quemarse el brazo se quedara en su casa. Pero lo imprevisible es que Wendy se quedara en su casa sólo para cuidarle, perdiéndose el festival. Se sentía culpable. Romeo resopló y se incorporó en su cama.

    ¿Qué haces? preguntó Wendy.

    Levantarme para irme.

    ¿¡Estás loco!? ¡Mira tú estado, no puedes participar así!

    ¿Quién ha dicho nada de participar? inquirió. Wendy se sorprendió. Romeo tendió su mano ¡Tendré el brazo quemado, pero aún puedo bailar!

    A Wendy se le subieron los colores. La sonrisa de Romeo, que desprendía tanta confianza. Era tan sumamente lindo cuando sonreía con esa sonrisa… Wendy, levemente molesta (porque él estaba herido, y ella era doctora) aceptó el ofrecimiento.

    ¡Genial! Ah… espera… - ahora era Romeo el sonrojado. Y es que no había caído en la cuenta de aquel pequeño detalle Esto… ¿po-podrías ser…? ¿M-mi pareja…?

    ¡A-ah! Wendy se sorprendió por el ofrecimiento.

    Estaban ambos sonrojados. Romeo sentado en su cama, y Wendy de frente, cerca. Tan cerca, admirándose los ojos. Romeo, hipnotizado por ese sonrojo tan adorable, tan deseado. Se volvía loco cada vez que venía al campo con los caballeros, cómo doctora. Y Wendy, la pequeña Wendy, que era la primera en despertarse para poder ir junto con Romeo.

    S-sí… me encantaría… susurró. Entonces, el sonido rebotó tan cerca que se dieron cuenta de la cercanía. Se echaron hacia atrás, sonrojados y avergonzados Ve a vestirte… y-yo voy a casa a cambiarme, ¿vale? A-ahora vuelvo.

    C-claro…

    Y Wendy desapareció por la puerta, dejando a Romeo en sus pensamientos. Entonces sonrió, de un salto se puso en la cama y comenzó a celebrar.

    ¡¡BIEEEEEN!! gritó Romeo ¡Dios! Maldito brazo…

    · · ·​

    ¡Jellal-sama, baile conmigo! insistía una joven.

    ¡No no, va a bailar conmigo! dijo otra.

    Jellal se encontraba entre un remolino de mujeres peleando por unos pocos movimientos de paso doble con él. Y es que nunca entendió por qué tanta fascinación por él. Sólo era cortés y educado, nada nuevo, ¿no? Quizás los magnolianos eran hombres rudos y él debía ser uno de los pocos mínimamente caballeroso.
    ¡Tú, chiquilla! – gritó Wakaba mientras cogía a su hija por el pescuezo ¡Tienes que ayudar con el servicio! ¿O no te comprometiste?

    ¡Pero papá, estoy a punto de bailar con Jellal-sama! pataleó la niña. Pero su padre la arrastró con él ¡Espéreme, Jellal-samaaaaa!

    A Jellal se le resbaló una gota de sudor. Entonces, una joven se acercó, con otra petición igual que a las demás mujeres. Tenía ojos grandes y facciones un pelín infantiles, pero lo que llamó la atención de Jellal fue su cabello pelirrojo.

    Tienes… un color de cabello precioso dijo, de manera inconsciente y con la mirada melancólica.

    ¡Kya, Jellal-sama me ha elogiado! gritó, feliz. Entonces, Jellal salió de su pequeño trance.

    Sí, me recuerda al cabello de alguien respondió sin especificar.

    ¿¡Ese alguien es la mujer especial de Jellal-sama!? gritó una de las chicas, furiosas. Todas estaban celosas y rabiosas.

    ¿No querían bailar? sugirió Jellal, evadiendo el tema.

    ¡¡¡Sííííí!!! vivan las bipolares. Ahora estaban corriendo en círculos de alegría.

    · · ·​

    Mirajane se encontraba junto a Makarov, admirando el baile. Faltaba poco para la exhibición de la armada. Lo mejor sería esperar a que las mesas estuvieran más vacías para que las personas pudiesen concentrarse en la batalla y no en la comida (porque los magnolianos tienen un estómago aprueba de bombas). Después, una suave escena de baile y… Ah, parejas por todas partes. Y es que ella tenía una misión con varios objetivos: Operación Baile.
    Objetivos: 1)Que Gajeel hable con Levy 2)Que Natsu logre bailar con Lisanna 3)Encontrar alguna chica para Gray 4)Quemar los libros eróticos de Makarov 5)Comprar huevos… ¡Ah! Espera, que lo último era de la compra.

    Entonces, Mira intenta divisar a Natsu, para empezar la operación con él. De pronto, algo que rompió la estabilidad del planeta, que provocó la extinción de los dinosaurios, de que los partos parasen… Natsu hablando con una mujer. Una chica, de su edad. Lo que más llama la atención, es que él fue quién se acercó a ella. Oh, y Mira podía leer en los ojos del muchacho… “Es rara” “Parece interesante” “Tengo curiosidad” “ Parece frágil…” “Quiero protegerla”.

    Lord llamó Mira. El Lord la miró ¿No se ha fijado en Natsu?

    ¿Ese mocoso…? – Makarov movió la mirada hasta toparse a Natsu riendo y haciendo pucheros con una mujer. Una mujer. Ajá, ¿Y qué? “Conserva la calma, Makarov. Vamos a morir, pero en calma”

    Y es que Natsu nunca tuvo ese impulso de hablarle a una persona cómo si la conociese de toda la vida. Se presentaba, alegre, y después si se lo cruzaba, hablaba. Pero no con tanta familiaridad, con tanta curiosidad…

    Pues que predigo que aquí va a haber una catástrofe… dijo Mirajane, mirando seria a ambos.

    Bueno, siempre estaremos aquí para cuando lo necesite dijo Makarov.
    · · ·​

    Levy estaba hablando con sus dos amigos. Bueno, “hablando” no. Ella estaba en su mundo, pensativa. “Yo lo he perdonado. ¿Por qué no habla conmigo?”. Y es que ella quería que él se acercase, pero ella tampoco hacía mucha labor hablándole de usted.

    ¡Levyyyyy! llamó una jovenzuela.

    ¿Ah? Levy salió de su trance ¿Qué sucede Cana?

    Deja a estos dos panolis y vente conmigo a ligar por ahí dijo, tomándola del brazo.

    ¡No somos unos panolis! gritaron.

    Levy suspiró. Cana siempre solía hacer eso. “Una chica tan buena como tú necesita a un hombre que se lo recuerde”. Cana la llevó arrastrando a su grupo de amigas (Lisanna, Kinana y Laki)para discutir sobre qué hacer con ella.

    Deberías ir a buscarte un hombre suspiró Laki.

    ¡Eso eso! ¡Estás en edad! dijo Lisanna, queriendo resaltar lo obvio.

    Que suerte tienes Lisanna… suspiró Levy. Todas miraron hacia ella Tú ya lo tienes todo decidido con Natsu. Qué morro.

    ¡E-eso no es verdad! negó Lisa, agitando los brazos, sonrojada Pri-primero tengo que confesarme y-y que él me corresponda y…y…

    Lisanna, tan alegre y natural con Natsu, pero cuando hablamos de él pareces un tomate… suspiró Kinana, con cierto toque dramático.

    ¿Veis? Todas tenemos un chico especial. Puede que esté, puede que no esté. Quién sabe dijo Cana, con cierto toque de indiferencia A lo mejor un día venís a casa y os predigo el amor… ¡Ya me han llegado las cartas!

    ¿¡En serio!? – gritaron todas, felices ¡¡YAY!!

    Mientras, Gajeel, vestido de manera formal, era acosado por su banda personal de niños. “Parezco un pedófilo” pensó. Entonces, una joven peliazul se interpuso en su mirada. Estaban lejos, pero eso no fue problema para que Gajeel se la quedara mirando. “Sí tan sólo pudiera hacerla reír, o sonreír un poco… o que dejase de tutearme, me da igual. ¡Joder! ¿¡Tan complicado es que deje de tutearme!?”. Pensó, con rabia. Pensaba que jamás pasaría, que jamás podría hablar con ella sin tuteos. ¡Ja! Qué ingenuo.

    · · ·​

    Joder… suspiraba, asqueado, Gray.

    Habían venido los primos, y eran un poco peculiares. Nah, Lyon estaba por allí con Jura, Sherry y sus otros amigos. Los que de verdad le daban escalofríos eran sus “otros primos”. Bob era muy amigo de Makarov, casi cómo hermanos. Pero ese… ente le provocaba ganas de vomitar. Hiroki, Ren e Eve andaban ligando por ahí junto con su maestro Ichiya. Pero el transexual andaba detrás de él todo el día.

    Dime Gray. ¿Ya has perdido tu virginidad? dijo Bob, al natural.

    ¡Joder, déjeme en paz de una vez! gritó Gray, exasperado.

    Uyuyuy, no hables con ese lenguaje, que si no, no vas a encontrar novia dijo Bob. Entonces, Bob se ruborizó Sí quieres… puedo serlo y-

    ¡ME LLAMAN! gritó Gray.

    Salió corriendo, llegó junto a Lyon y le metió una patada en la cabeza. Y sin ton ni son, comenzaron a pelear.

    Sniff, ¿Por qué seré tan desgraciada? sollozaba Bob, tendido en el suelo muy dramáticamente ¡Sólo soy una doncella necesitada de amor!

    Y todos dieron un paso atrás al oírlo.

    · · ·​

    Levy seguía hablando con sus amigas, animada. Mientras, Jet y Droy intentaban conseguir una alternativa a Levy, sin éxito. Levy viraba la mirada de vez en cuando hacia aquel chico moreno que era acosado por una manada de niños. “Debe ser realmente bueno con los niños. También tiene su lado lindo…” pensó. Y se sonrojó fieramente.

    ¿Qué pasa, Levy? preguntó Kinana.

    ¿Eh? ¡¡N-nada nada!! ¡Voy a por comida! ¡Eso! y salió escopeteada hacia una de las mesas.

    Suspiró mientras cogía un poco de bufalí. Sonrojándose sólo de pensar en él… ¡qué infantil! Una sombra grande cubrió la poca luz que tenía Levy. Ella se giró y se topó con los ojos rojos de Gajeel. Se sorprendió y se puso nerviosa.

    Señorito… dijo, agachando la cabeza. Ahora sólo quería irse y correr.

    Señorita… dijo Gajeel, con voz forzada. Ambos se dieron la espalda.

    Uno tendría que ceder
    Los pies de cada uno dudaban a cada movimiento. No querían moverse.

    Esto no podría durar siempre…
    Levy sacó aire y se dio la vuelta, mirando la robusta espalda de Gajeel. El corazón le iba a mil por hora. Con voz temblorosa, pronunció:

    Gajeel… El nombrado se giró, sintiendo un escalofrío agradable subir por su espalda. El que ella susurrara su nombre, hacía que se sintiera bien, y el poder escuhcar uno de sus mínimos requerimientos creaban en él una sensación indescriptible. Levy, avergonzada, miró hacia otro lado Y-yo ya te he perdonado por todo… Pienso que podríamos tutearnos al menos…

    Gajeel se quedó en silencio. Levy miraba al suelo, rascando con sus uñas el plato con bufalí. Gajeel posó su mano sobre el pelo de Levy, revolviéndoselo.

    Claro que puedes, enana dijo, con una sonrisa burlona.

    ¡N-no soy enana! se quejó, apurada y con los mofletes hinchados.

    · · ·​
    Lisanna veía picarona a su amiga. Pero al que en verdad buscaba era a su amigo de la infancia. Ese chico travieso e infantil, que la tenía loca. Y ella se esforzaba mucho en dar indirectas. Agarrándole del brazo, abrazos por la espalda, ese tono de voz al hablarle… pero él no parecía darse cuenta.

    Captó a Happy, que jugaba con Charle, una niña un tanto tsundere que vivía bajo el techo de Wendy y Chelia debido a su delicada salud. Los niños-acosadores miraban, escondidos, a su maestro hablando y ninguneando a la bibliotecaria.

    Entonces, una cabellera rosa y rebelde apareció entre las mesas. Ella, contenta, abandonó el círculo pese a esos comentarios picarosos. Se dirigió hacia su amigo, para después pararse. Natsu estaba sonriendo a una chica rubia exuberante, con grandes ojos achocolatados y gran delantera. Una joya. Lisanna, presa de celos, se acercó.

    ¡Hola Natsu! dijo Lisanna, tomándolo del brazo.

    Hola Lisanna saludó Natsu, con normalidad.

    Ah… debes de ser Lucy, la sacerdotisa, ¿no?
    Es la sacerdotisa.
    Sí, acabo de llegar. Mucho gusto, Lisanna saludó Lucy, con formalidad.

    ¡Espero que seamos buenas amigas! dijo Lisanna, aún agarrada a Natsu.

    ¡Lo mismo digo! – entonces Lucy esbozó una sonrisa picarona ¿Son novios?

    No puede ser una amenaza…
    ¡N-no! negó Lisanna, soltando a Natsu. Y es que siempre le daba vergüenza cuando insinuaban eso.

    Claro que no, Lucy dijo Natsu, como si fuese obvio.

    Natsu se colocó al lado de Lucy, la agarró por un hombro y dijo, con una sonrisa amplia y sincera.

    Lisanna, ¿Vamos a buscar a Happy? ¡Quiero presentar a Lucy! agregó Aunque sea rara…

    ¡No seas malo! dijo Lucy, algo molesta.

    …¿Verdad?
     
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    Natsu Dragneel

    Natsu Dragneel Entusiasta

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    Genial *o*
    Todo fue genial...
    Salvo Lisanna...
    LA QUIERO MUERTA QUEMADA MACHACADA Y ADA A LOS PERROS!!!!
    YNI ESO SERAI SUFICIENTE!!!
    DEBE SUFRIR Y MUCHO
    ADEMAS EN FT SOO ESTA VIVA POR PETICION DE UN PRODUCTOR DESGRACIADO MAHSIMA AQUEUIA DEJARLA MUERTA!!!!.
    Todo lo demas genail xD
    Y Jelal conccia a Erza? genial xD
    Espero que el Gruvia empiese....
    Y Quiero que Shelia sea mia (?)*llorando comicamente*
    te tardaste en subir xD
    Pero valio la pena!!
    espero conti y quiero que shelia sea mia *usando ignosiss mientra llora comicamente tipo Brock de pokemon xD*
    CONTI!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
     
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    Levy

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    Leo
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    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La Sacerdotisa Celestial y El Caballero de Fuego [NaLu]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    4017
    ¡Holis! Os traigo un nuevo cap, con el final del baile :3 ¡Espero que les guste!

    Capítulo 3: La Sirvienta de los Sentimientos Caídos
    · · ·
    Lo sé, lo intuyo, lo veo
    En tus ojos infantiles
    Llenos de curiosidad
    Y brillo como dos candiles.
    ¿Acaso es un capricho divino…
    …El de que nuestro destino…
    …Sea dividido?
    La protagonista
    Ha sido despedida
    Para ser sustituida
    Por una dama dulce y bonita.
    ¿Qué culpa tengo yo…
    …de que nuestra historia de amor…
    …Con el final feliz no terminó?
    · · ·
    Romeo y Wendy caminaban calle arriba para ir a la Cúpula y bailar. Romeo llevaba ropa lo más elegante posible; la camisa blanca más limpia, y los pantalones de pana más una chaqueta de piel que se había permitido el mes pasado. Wendy, que cobraba más por sus servicios, iba más elegante; un vestido con la parte de arriba azul bordada en negro y la falda de un azul más oscuro, hasta los pies. Fue ver a Wendy con ese delicado vestido, fue subir los colores de Romeo. Cómo se notaba que aquellas hermanas eran bien pagadas por el Lord.

    Mira, ya están ahí señaló Romeo a la gran cúpula de teselas cristalinas iluminadas por las antorchas.

    ¡Wa, es hermoso! ¡Nunca me canso de esta celebración! Wendy daba saltitos entusiasmada.

    ¡Vamos a bailar un rato! invitó Romeo. En un apogeo de entusiasmo, cogió la mano de Wendy y prácticamente la arrastró por el camino. Romeo estaba feliz, quería llegar a tiempo para ver las batallas. Wendy estaba sonrojada, el que la cogiera de la mano, con esas confianzas, hacía que su corazón diese un vuelco.

    Tras un pequeño rato de caminata, llegaron a un lugar lleno de gente comiendo y charlando, iluminado por antorchas y fuego. Cana, que estaba “fangirleando” con Kinana y Laki por Levy, se acercó al ver a Wendy allí.

    ¡Buenas Wendy! Shelia está por ahí, charlando con Aki y Julia explicó. Entonces, una mirada de picardía, de soberana picardía, se posó en las manos unidas de ambos niños.

    ¿Sucede algo, Cana-san?

    ¡AAAAY, QUE LINDOS! gritó Cana, atrayendo a Kinana y a Laki Por Dios, cogidos de la mano, cómo una verdadera pareja…

    ¿Ah? musitaron los dos, con confusión. Miraron sus manos y se pusieron rojos. Se separaron cómo si sus manos quemasen más que sus mofletes ardientes. Romeo corrió con sus amigos, rojo de vergüenza. Wendy se fue hacia otro lado, con paso rápido, buscando a su hermana.

    Dios, ¿Para cuándo noviarán? se preguntó Laki, divertida.

    · · ·​
    Bueno, he de irme. ¡Tengo que reponer la comida de las mesas! se excusó Lisanna, con una sonrisa Un placer, Lucy. ¡Luego bailamos, Natsu!

    ¡No, no quiero! se quejó Natsu. Bailar con Lisanna era un suicidio. Lucy rió y, cuando Lisanna estuvo más lejos, Lucy preguntó, picarona:

    Oye oye, se ve que le gustas mucho daba codazos a su nuevo amigo.

    ¡Para ya con eso, Lucy! respondió Natsu molesto y con un gran puchero.

    Se guuuuuustan – murmuró una voz.

    Un niño de pelo azul rodaba su lengua creando aquel peculiar sonido. Tenía una mirada pícara posada en Natsu, y él estaba sonrojado y sorprendido. Lucy estaba solamente sorprendida. ¿No habría estado atento al anuncio del Lord?

    ¡Happy, deja ya esas tonterías! regañó Natsu, mirando hacia otro lado.

    ¿Te llamas Happy? Qué nombre más peculiar Lucy se agachó, para quedar a su altura ¿No estuviste atento a lo que explicó Lord Makarov?

    respondió, con una sonrisa.

    Entonces sabes que soy una sacerdotisa sentenció.

    Sí. ¡Es genial!

    ¿Sabes que las sacerdotisas no podemos casarnos…? preguntó, a sabiendas de la respuesta. Aquellas palabras causaron un temblor, un escalofrío leve e imperceptible en Natsu.

    No. Eso sí que no Happy se llevó el dedo a la barbilla, pensativo Lucy tiene un trabajo raro. No puede casarse. ¡Lucy es rara!

    ¡No soy rara! replicó Lucy, molesta. Natsu se echó a reír.

    · · ·​
    La cúpula era un cumulo de alegría y música. Los músicos tocaban música para bailar y las parejas acarameladas se arrimaban unos a otros, bailando un vals. Alzarck y Bisca, dudando si ir a invitar al otro a bailar; Romeo, echando miraditas a Wendy que estaba con sus amigas, para ver si tenía oportunidad de sacarla a bailar cómo prometió; Lisanna, Kinana y las demás doncellas llenaban sin descanso la mesa de comida, se agotaba en un abrir y cerrar de ojos; Jellal seguía rodeado de chicas, sonriendo galantemente, pero con un ligero toque nostálgico en los ojos; Levy discutiendo con Gajeel, intentando convencerlo para que no la llamase enana…

    Makarov se subió al pedestal, con Mirajane a un lado y Girldarts al otro, saludando a su hija que solo lo ignoraba. El Lord tosió un par de veces, atrayendo la atención del pueblo. Con gesto solemne, anunció:

    ¡Ahora pasaremos a la demostración de la milicia, combatiendo entre ellos en las afueras de la Cúpula! la gente estalló en gritos y aplausos, estaban verdaderamente ansiosos.

    Lucy se vio prácticamente arrastrada por las masas y la mano de Natsu que agarraba firmemente su muñeca. Happy acompañaba a Natsu, cantando alguna canción. Al salir, unas vallas de madera marcaron una amplia parcela para la lucha. Makarov se volvió a sentar, teniendo a su lado a Mirajane, ya que Girldarts había salido a perseguir a su hija. Los ciudadanos se agolparon alrededor de la valla, mientras que los soldados y los cuatro nietos se agruparon en un lugar para salir a luchar.

    Qué envidia… suspiró Romeo.

    No pudimos bailar… exteriorizó Wendy. Al darse cuenta las palabras que habían salido de su boca, se sonrojó fieramente y miró a Romeo, que estaba casi igual. De pura vergüenza, se dio media vuelta para ir con Shelia.

    ¡Qué comience el primer combate! prosiguió Makarov ¡Klain Jim, contra Gary Lerich!

    Y las peleas fueron sucediendo unas tras otras. La magia, combinada con las armas de plata, creaba un espectáculo de fuerza y hermosura inexplicables. Lucy miraba cada pelea con especial anhelo y detalle; se parecían tanto a las de los libros…

    ¡Ahora, mis nietos, se disputarán en batalla contra alguien que ellos elijan! Makarov tosió levemente ¡Por ser el mayor nieto varón, Jellal Dreyar, escoge!

    Mm… Jellal se quedó pensativo Pelearé contra el señor Jura, si no le parece mal.

    Estaré encantado Jura salió de entre el público, con una sonrisa confiada.

    Ambos rivales se encontraron en la arena, iluminados solamente por las antorchas. Natsu animaba a su manera peculiar a Jellal, emocionado. Muchas chicas vitoreaban al nieto, a veces diciendo palabras extrañas e indescifrables. Pero la anciana que acompañaba a Jura no paraba de animarle con amenazas, mientras era recompensado con los ánimos de su familia.

    Jura realizó el primer movimiento. Sacó una katana ancha y afilada, que clavó al suelo. Miles de pilares de roca y tierra se levantaron al instante a los pies de Jellal. Él, con mirada desafiante, recogió sus bastones del suelo y fue esquivando los pilares con Meteoro a una velocidad impresionante.

    Jura enfundó su katana y arremetió contra su próximo y veloz rival. Jellal se movía rápidamente a una velocidad de vértigo alrededor de Jura, que estaba quieto, sintiendo las vibraciones de Jellal. Entonces, Jura levanta la katana, cortando unos míseros pelos azules de Jellal.

    El nieto sacó uno de los bastones de madera, que liberó cómo cañones de luz en dirección a Jura. Los esquivó con facilidad a la par que invocaba una gran prisión de rocas que tenía la clara intención de retener a Jellal. Entonces, el nieto, envió grandes balas de magia oscura, persiguiendo a Jura y provocando destrozos.

    ¿Está cansado? bromeó Jura.

    Por supuesto que n-

    ¡¡PARAAAAAAAAD!! un imponente puño gigante y el grito aterrador del Lord fueron bastantes para hacer que todo se silenciara. Ambos contrincantes miraron al Lord ¡Lo estáis destrozando todo! ¡Qué es una demostración, insensatos!

    …No pasamos un poco dijo Jellal, soltando un suspiro resignado. Jura rió fuertemente. Ambos se dieron la mano, con firmeza y determinación, para retirarse.

    Jura era elogiado por su familia mientras muchas fans de Jellal iban inundarle de halagos. Jellal comenzaba a estar cansado de tanta popularidad, y eso que salía a menudo por la ciudad. ¿Sería el traje, que tenía un porte elegante y atractivo? Quizás.

    Bien… mocosos, si vais a destrozar más, mejor será no pelear dijo Makarov, suspirando.

    ¡Pero viejo! se quejó Gray Yo quería pegarle una paliza a Lyon…

    No había nadie que me interesase para pelear chistó Gajeel.

    Lucy Lucy llamó cantarinamente Natsu ¿Usas magia?

    ¡Por supuesto! Lucy puso una pose altiva Uso magia de espíritus celestiales, y mi látigo libera toda mi magia estelar. ¡Sé pelear!

    ¡Genial! Natsu la agarró de la muñeca y prácticamente la arrastró al campo arrasado. Mirajane reía mientras Makarov se tapaba la cara con la mano. Muchos ciudadanos comentaban eso de que el nieto sacase a pelear a la sacerdotisa.

    ¡Vamos a pelear, viejo! anunció Natsu.

    ¡E-espera Natsu! Lucy movía sus brazos, agitada ¿¡Por qué demonios me obligas a luchar!? ¡Y-yo no quiero participar!

    ¡Tranquila Lucy! ¡Sólo es una demostración, no hay intenciones asesinas! dijo despreocupado y con una gran sonrisa, para añadir en un susurro Además, jamás podría ponerte la mano encima…

    ¿Dijiste algo? se interesó Lucy.

    ¿Eh? N-nada nada… Natsu se mostraba algo nervioso. Dio un pequeño resoplido y su mirada se llenó de confianza. Sus guantes se encendieron en llamas, preparándose para la batalla. Lucy había sacado un látigo que parecía estar hecho de agua estelar, sacando sorpresas al público.

    Natsu comenzó a correr hacia Lucy, lanzando golpes cerca de ella. Pese a no ser intencionados, los esquivaba con gran velocidad. Pero Lucy no iba a dejar que Natsu se luciese tanto; sacudió su látigo rodeando a Natsu, haciendo que gotas de agua estelar cayeran por los alrededores.

    Natsu pegó un salto y, en el aire, colocó las dos manos juntas formando un agujero en su boca y sopló, creando un gran lanzallamas. Lucy se asustó y rodó fuera del alcance. Apuntó la manga del látigo hacia Natsu y, haciendo fuerza, salió un gran chorro de agua estelar contra Natsu. Él desapareció como por arte de magia dentro del chorro, para emerger del agua delante del rostro de Lucy.

    Estaban cerca, demasiado cerca. Lucy, consciente del hecho, se zafó de la cercanía y sacó una llave dorada, alzándola.

    ¡Llave de la sirvienta de Dios! ¡Virgo! y una mujer con dos grilletes en las muñecas apareció en un remolino de luz.

    ¿Tengo que castigarlo, Princesa?

    ¡No me llames princesa! se quejó Lucy ¡Es un demostración! Sólo haz la estrategia, ¿sí?

    Entiendo y, con una reverencia, desapareció en un enorme agujero por la tierra.

    ¿¡Cómo ha hecho eso!? ¡Impresionante! dijo Natsu, muy sorprendido.

    Espera y verás… sonrió Lucy, confiada.

    Natsu encendió sus dos puños para juntarlos. Las dos llamas se estaban juntando de forma muy intensa, preparándose para un ataque acompañado de una sonrisa divertida de Natsu. Lucy se había arrodillado en suelo, colocando el mango del látigo sin agua en el suelo, boca abajo.

    Natsu separó las dos manos bruscamente, provocando dos látigos ígneos que se cruzaban formando una “x”. Lucy sonrió y, cuando el fuego la iba a alcanzar, dos chorros verticales cual géiseres de agua estelar emergieron del suelo, parando el ataque. Y más salieron del suelo, intentando alcanzar a Natsu en vano. Parecía un auténtico mono.

    ¡Pareeeeen! – gritó Makarov, al borde de un ataque Han estado haciendo más agujeros en el suelo… y bastante grandes.

    Ups… Lucy sonreía nerviosa.

    ¿Y? ¿Ya está? ¿Nos tenemos que parar? Jopé…

    Bien, pues… Makarov se puso de pie en su silla y, con aire festivo, gritó ¡HORA DE LOS ESPECTÁCULOOOOS!

    ¡¡¡BIEEEEEEEEEEEEN!!! todo el pueblo estaba contento; la voz de Mirajane era preciosa.

    Todos pasaron adentro, bailando a la par que había gente cantando o haciendo cualquier idiotez. Gajeel fue expulsado del escenario a base de tomates nada más pisar un escalón para subir.
    Mirajane cantaba de maravilla; tenía una dulce voz y una sonrisa aún más preciosa aún, era bastante popular. Y ella, que era bastante cotilla, le gustaba estar en aquella posición privilegiada, podía enterarse de todo…

    Makarov estaba comiendo a la par que hablaba con unas ciudadanas como un auténtico depravado… anda, una le acaba de cruzar la cara. Jellal estaba bailando con la hija de Wakaba, que parecía derrumbarse ahí mismo de emoción y otras parecían estar muertas de envidia. Aunque no bailaban, Levy y Gajeel estaban hablando (bueno, Gajeel gruñía mientras Levy hablaba); ya la mataría a preguntas después. ¡Oh! Menuda sorpresa; Romeo estaba bastante rojo mientras bailaba con Wendy. Ambos no paraban de tropezarse y casi ni se podían mirar, aunque Wendy buscase sus ojos desesperadamente. Gray estaba siendo acosado por Bob… Mirajane desvía la vista al verlo. Al desviarla, se encuentra con una escena peculiar:

    Lisanna, Cana, Kinana y Laki estaban hablando muy animadas con Lucy, que parecía estar en su salsa. Mientras, detrás, cierto chico pelirrosa se estaba quejando en voz alta de “algo” un poco obvio con Happy. Mientras, el niño sólo rueda la lengua, mientras Natsu se queja algo sonrojado.

    ¡Hola a todos! el público respondió al alegre saludo de Mirajane Ahora mismo voy a cantar una canción sólo para parejas. ¡Por favor, no sean tímidos~! observó que muchos se miraban entre sí, con cierto anhelo. Pero Wendy y Romeo ni escuchaban, y Alzarck y Bisca no parecían decidirse ¡Alzarck, Bisca! ¡Tomen ejemplo de Wendy y Romeo, ellos están bailando cómo si nada!

    Romeo y Wendy se exaltaron, para mirar a Wendy con incredulidad. Después, nerviosos, miraron hacia su alrededor, encontrándose con miles de rostros pícaros de sus amigos. Mientras, Mirajane comenzó a cantar una canción suave y lenta. “Venga Lisanna, pídele a Natsu…” Estaba convencida de que Natsu estaba molesto porque Lisanna no estaba con él.

    Alzarck y Bisca se unieron a la pista de baile; no sabían ni cómo colocarse. Entonces, Alzarck cogió aire y agarró la cintura de Bisca con decisión. Ella estaba sorprendida, pero sonrió con notoria dulzura y se recargó sobre Alzarck. Hay quien dice que se hizo pis.

    El pensamiento de que Gajeel la sacara a bailar cruzó instantáneamente la mente de Levy. La desechó de inmediato, ¿por qué diablos la sacaría a bailar si estuvieron discutiendo toda la noche? Entonces se da cuenta de algo. De que, “reanudada su relación”, debería reiterarle lo de que lo había perdonado. A lo mejor era el único cabo suelto por atar…
    Lo buscó con la mirada. Estaba solo, apoyado en un tronco de los árboles, observando el baile con la mirada perdida. Se acercó, nerviosa. Gajeel la miró, extrañado por la acción de la pequeña librera. ¿Por qué se acercaría?

    Esto… Gajeel… buscaba palabras para comenzar.

    ¿Y eso de venir hacia aquí? gruñó Gajeel, con un toque de molestia en su voz.

    ¿Molesto? inquirió ella, algo mosqueada.

    Nah, eres tan pequeña que ni te siento se burló. Levy se comió sus palabras al hacer algo click en su cabeza. Quizás se comportaba así porque no sabe expresarse más que de esa manera. Quizás.

    Gajeel… alzó la mirada, seria y algo preocupada. Gajeel se asustó por el tono preocupado y serio que empleó Yo… te he perdonado.

    ¿De-de que hablas? tartamudeó. No le gustaba ese tema.

    Hace un año, me atacaste a mí a mis amigos, en aquel grupo de mercenarios… dijo ella, recordando con dolor Pero después viniste y fuiste adoptado por el Lord. Al principio me sentí algo molesta, eso de obtener un título a pesar de tu pasado. Pero… Gajeel se mordió el labio, sabiendo lo que había después …me protegiste de aquel asaltante. Desde entonces, te cogí respeto. Siempre quise decirte que te había perdonado, pero si te pasabas por la librería eras algo frío. Y ahora que… ya nos tuteamos, me gustaría que entendieses que no hay resentimiento.

    Gajeel gruñó, avergonzado. Levy sonrió, de manera afable y cálida. Gajeel se sonrojó y dirigió su mirada a otro lado, gruñendo y bufando por lo bajo. Y ella se quedó ahí, a su lado, observando las parejas bailar con una sonrisa.

    · · ·​
    ¡Natsu! ¡Un baile, porfa! suplicaba Lisanna, algo infantil.

    ¡Que no~! negaba Natsu, sacudiendo su brazo para liberarse de Lisanna. Miró a Lucy, suplicante ¡Por favor, Lucy, ayúdame!

    Venga venga Lucy intentaba calmar la situación. No hacía ni unas horas no los había conocido.

    Natsu, ¿pero por qué no quieres bailar esta canción conmigo? ¿No nos íbamos a casar? soltó Lisanna, en un puchero. Natsu se puso rojo y miró a Lucy, asustado.

    ¡E-es un malentendido! señalaba.

    Se guuuustan ronronearon Happy y Lucy a la vez.

    Lisanna se reía, mientras Natsu se ponía cada vez más nervioso. Haber, estaba bastante harto que siempre le recordasen esa broma de Lisanna cuando eran niños. Entonces, Natsu se calmó y miró a Lucy, con una sonrisa.

    Lucy, para darte la bienvenida. ¡Baila conmigo! Lisanna se quedó petrificada. Lucy parecía meditarlo.

    Bueno, no puedo rechazar la petición del nieto del Lord. ¿Sabes bailar bien?

    Eh… jajaja… rió Natsu, nerviosa. Lucy suspiró, derrotada.

    ¿Eres un noble y no sabes bailar? Pues ven que te enseño.

    Y ahí estaban, Natsu y Lucy bailando entre la multitud. Natsu no paraba de tropezarse con Lucy, y ella lo reñía y le decía como debía bailar. ¿Y Lisanna? Estaba ahí, mirando a Natsu, el chico que es su mejor amigo y del que se había enamorado.

    ¿Por qué no me pidió a mí que le enseñase?
    Arrugó la falda de su vestido, se mordió el labio inferior y contuvo las inminentes ganas de llorar. Ella se había gastado los ahorros de tres meses solo para permitirse ese vestido, que Natsu la elogiase y la invitase a bailar….

    ¿Y así acaba la historia? ¿El príncipe no se queda con la humilde sirvienta?
    Disculpándose con un hilillo de voz y ante la mirada preocupada de sus amigas y Happy, se escapó de entre la multitud. Simplemente comenzó a correr calle abajo, destrozando sus zapatos con la gravilla y ensuciando la falda con barro y polvo. Y, derrotada, se dejó caer a medio camino, en la oscuridad., agarrándose la falda con impotencia y llorando, dejando caer todos esos sentimientos.

    ¿Por qué? ¿Qué hice mal? ¿Por qué no se fija? ¿Por qué no comprende lo que siento?
    ¿¡POR QUÉ!? gritó en un alarido cargado de dolor y sentimientos caídos, mirando hacia el cielo estrellado como buscando la respuesta.

    Ella era puro dolor. El dolor era ella. Daba igual lo que pensase, los pensamientos positivos no aparecían por ningún lado. Sólo había dolor, un sentimiento que agarra tu corazón y lo estruja sin piedad, arrancándote gritos y gritos.

    Entonces, un fugaz pensamiento que indicaba el vestigio de un futuro pasó por su mente.

    Espero no tener los ojos hinchados mañana. Preocuparía a todos…
     
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    Levy

    Levy Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    11 Julio 2012
    Mensajes:
    95
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La Sacerdotisa Celestial y El Caballero de Fuego [NaLu]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    3624
    He vuelto para provocaros pesadillas por la noche (buuu) y traeros un nuevo cap de este fanfic (¿pronto? ¿eso se come?). Siento el retraso, de verdad (es lo que le dijo mi médico a mi madre cuando nací) peeeero os quiero timar recompensar con este cap.

    Y es que el C.O.L.E (esto fue una pista de la Ruleta de la Suerte) me mantiene ocupada, y más que empieza Junio y sus exámenes. Pero claro, mi querida clase deja todo amontonado para el último día.

    ¡Pero la vida no es tan mala! (pregúntaselo a los locos, de darán caramelos) Se va a celebrar la ExpoTaku en mi ciudad y seh, es un lugar mágico y maravilloso (se puede ir fumando maría) donde hay cosplays, mangas y merchandinsing que parece no haber en las tiendas habituales (¿Por qué, Alita? ¿¡POR QUÉ!?) y que puedes comprar ahí. Iré con mis pequeñas primas haciendo la croqueta (y todo lo que se nos quede pegado es nuestro, EHEHEHEHEHE) y comprando y yendo a los talleres (vamos a plantar bonsáis) y comiendo fuera un perrito muy americano.

    Sin más retrasos (no tengo el parte médico aquí) os dejo el cap. ¡Disfruten!

    La Marcha de los Señores Fúnebres

    Las gotas melancólicas
    Reemplazan a la lágrima,
    Al dolor y al alma
    Por una desfasada crónica
    Un, dos, tres
    Paso a paso, marcado
    Cuatro, cinco, seis
    Llevando lo que he errado
    Los tambores resuenan
    Recordando los días del pasado
    Las vidas que ya no gobiernan
    Desparecen sin un rastro
    Uno, dos tres
    Las gotas resbalando
    Cuatro, cinco, seis
    Los recuerdos oscuros resonando
    · · ·​
    Era un nuevo día en Magnolia. Las semillas de dicha flor florecían en cada maceta, anunciando la primavera esperada luego de una maravillosa velada. La sirvienta que con melancolía lloraba, se encuentra fingiendo una sonrisa en la cocina, mientras preparaba el desayuno para la nobleza del lugar.

    Lisanna ¿ya están los gofres? preguntó Kinana.

    ¡Sí! dijo, mientras los sacaba del horno de piedra, fingiendo una sonrisa Aquí están…

    Vale, ya los llevo junto con el sirope y Kinana cogió los platos, para irse después de dedicar una mirada preocupada a Lisanna.

    Lisanna se excusó diciendo que estaba bastante cansada, que el calor le había provocado mareos. La verdadera historia es que se pasó con la mirada perdida durante la noche encima de su cama de paja, con las lágrimas secas pasando por las mejillas. Al día siguiente tenía los ojos hinchados, pero supo librarse diciendo que era un pequeño resfriado.

    ¡Lisanna~! ¿Me preparas esa tarta de frambuesa? Natsu bajó, más sonriente de lo habitual. Lisanna dio un respingo.

    ¡C-claro! y se puso a buscar el tarro de las frambuesas frescas. Con voz algo apagada, preguntó ¿Qué tal ayer? Tuve que irme, estaba mal.

    ¡Fue geniaaaal! alargó Natsu, con una sonrisa de oreja a oreja, que tantas veces se la había visto Aunque le dejé los pies agujereados a Lucy, ¡ella sabe bailar bastante bien!

    Natsu… me temo que hoy no puedo hacerte la tarta, que te la haga Laki Lisanna depositó el tarro en la encimera, con cierto tono lúgubre.

    ¿Y eso, Lisanna? Natsu estaba extrañado.

    Voy a la Iglesia dejó el delantal en la silla A… confesarme.

    · · ·​
    ¡Bien! ¡Sacad el libro de Caperucita Roja! pidió Levy.

    Los niños sacaron de sus cestas un libro viejo y con la tapa sin letras, apoyándolo y abriéndolo encima de las mesas roídas por el tiempo.

    En la trastienda de la librería de Levy, había un viejo almacén que no se usaba. Ella lo limpió y puso mesas, creando una escuela para los niños pequeños. Con la ayuda de algunos obreros puso ventanas y una puerta que conduce a un jardín que mira a la calle, para que pudiesen ir a sus casas a comer y venir sin problemas. Colocó también una pizarra, una estantería con libros y una pared estaba llena de dibujos de los niños, pintados con unas pocas ceras y tizas.

    Jin, lee el primer párrafo ordenó. El chico cogió el libro, lo acercó y enfocó los ojos.

    J-ja...

    La hache no se pronuncia lo corrigió, con una sonrisa.

    ¡Ah, perdón! parecía avergonzado Habí…a una vez en una...

    Cuando hay coma, hay que hacer una pausa volvió a corregir. Eran pequeños, que aprendían a leer.

    La roñosa puerta que daba a la librería se abrió de manera ruidosa, dejando ver a un hombre fornido y cubierto de óxido y ceniza, con dos cajas llenas de libros. La clase dio un respingo y el pobre niño que leía se sentó tembloroso. Levy se relajó al reconocer la cara, dejando escapar un suspiro de vergüenza ajena.

    ¡Traigo los libros, enana! rugió Gajeel, con una sonrisa algo torcida.

    ¡Gajeel! ¿No podrías matarnos de paso? dijo Levy, con notable sarcasmo. Entonces cogió las cajas y las dejó al lado de la estantería. Miró a Gajeel, para que, en tono reprobatorio, decirle: ¡Estás perdido de óxido y polvo! ¿Al menos te duchas?

    Deja de molestarme, enana puso una mano en su cabeza, burlón Tú sí que necesitas un baño, un baño de leche.
    Los niños comenzaron a reír. Reconocerían al nieto en cualquier parte, pero verlo como un vulgar herrero hacía que perdiese su autoridad. Gajeel se fijó en que los niños tenían simplemente libros, y resopló:

    ¿No hacéis nada más que leer? gruñó. Los niños asintieron Gee Hee..

    Oh, por Dios, Gajeel… suspiró Levy, cansada. Sabía lo que iba a decir.

    ¿No os apetece aprender magia y lucha? los ojos de los niños se encendieron como bombillas.

    ¡Síiiiiiiii! gritaron los niños, emocionados.

    ¡Pues venga! animó Gajeel.

    ¡Espera señorito! Levy lo cogió del cuello de la camisa, con aura de regañar Primero vamos a leer y aprender. Después de comer, que vuelvan y les enseñas a pelear. ¿Vale?

    Sí, mamá dijo, burlesco y soltando un suspiro. Levy le pegó una colleja y los niños se rieron de manera estruendosa. Levy arrastró a Gajeel hasta la salida, asegurándose que se iba. Soltó un suspiro al entrar en clase.

    Gajeel era un pesado. Literalmente.

    · · ·​

    La hora preferida de Romeo era la del combate libre. El poder medirte con quién quieras en un combate amistoso, empuñando tu arma como un verdadero caballero y no un simple futuro soldado. Resopló sentado en una de las sillas del campo de entrenamiento, mientras veía a los soldados entrenar y él vestido sólo con sus ropas normales y desgastadas.

    ¿Qué, todavía no puedes volver a luchar? Macao llega y le pega unas palmadas amistosas en la espalda, mientras se carcajea sonriente.

    No Romeo suspira Wendy insiste que hasta mañana nada.

    Ay, las mujeres… resopla Macao Si te cuelas por una, no eres capaz de salir. Pero Wendy es un encanto, en serio. Y médico, que tiene mérito.

    ¿Y eso a qué viene, papá? inquiere Romeo.

    Pues que ya tienes trece años, y se nota que la Wendy te tiene hasta los huesos suelta a la ligera. Romeo nota como le arden las mejillas, y replica:

    ¡N-no es así! ¡Deja de inventarte cosas!

    No me invento nada, que yo también fui joven. Y ayer sí que bailasteis… suelta pícaro. Romeo baja la cabeza, abochornado. Macao le sacude con una fuerte palmada en la espalda Anda, ve a buscarla a la botica por… unas hierbas contra la resaca. Ayer bebí tanta cerveza…

    Voy… Romeo lanza un suspiro cansado. Le parece lo mejor, al menos se mueve un poco. Y visita a Wendy, aunque no haya vuelto a hablar con ella desde ayer.

    Sus mejillas se encienden al recordar su menuda figura con el vestido azul.

    · · ·​
    Makarov suspiró al terminar de escuchar los problemas del campesino con resaca. Mirajane sólo sonrió, de esa manera tan dulce y simpática.

    ¿Ya han acabado? preguntó Makarov, cansado.

    No, aún queda uno dijo Mirajane. Se puso delante de él Yo.

    ¿Sucede algo Mira? pregunta Makarov, preocupado. No era usual.

    Sí, lo estoy. Ayer me estuve fijando en el joven Natsu… Mirajane se puso más al lado de Makarov, en tono confidencial y preocupado ¿No le parece extraño que se haya apegado tanto a Ashley? Es decir, nunca mostró tanto interés, y me preocupa en grande… Porque, si “eso” llegase a pasar, Ashley quedaría por los suelos y Natsu con el corazón destrozado…

    Mirajane… Makarov dio un suspiro Natsu tiene “esa sangre”. Si “eso” llegase a pasar, no habría modo de hacerlo olvidar. Es una característica de los de su especie… Yo sólo rezo para que no cometan semejante pecado.
    Lord… susurró Mira, preocupada. Aunque Makarov lo quisiese como a un hijo, él había sido educado estrictamente. Si “eso” llegase a ocurrir, sería extraño ver a Makarov perdonándolo.
    Y ahora sólo quedaba rezar.

    · · ·​
    Aquella pequeña capilla de cruz latina y tres naves, con los candelabros colgando de la nave central, con los grandes ventanales tapizando las paredes a lo largo de la bóveda de cañón, y ese altar con la figura del Dios Estelar con los tetramorfos de los espíritus celestiales a sus pies, era el tesoro de Lucy, que lo barría con esmero y paciencia.

    Tenía puesto el traje de sacerdotisa en servicio, con el blusón morado y blanco con la falda larga blanca rozando el suelo. Las mangas eran anchas y se cerraban en la empuñadura de la muñeca. Su cabeza era tapada por un velo blanco y puro, que descendía en ondas, parecido al de los de novia.

    Las puertas de piedra con grabados en bronce dorado de los doce espíritus celestiales fueron abiertas por una jadeante sirvienta. Tenía el rostro acalorado y parecía que iba a derrumbarse en cualquier momento. Lucy se sorprendió al verla ahí.

    Lisanna, ¿sucede algo? preguntó, dejando la escoba apoyada en la pared y yendo hacia ella.

    Quiero confesión dijo, simplemente.

    Y extrañada, la condujo dentro del cubículo de madera. Lisanna se arrugaba la falda, sentada a uno de los lados y al otro Lucy preparaba un pequeño y sutil rezo con la cruz estrellada en las manos.

    Qué el Creador esté contigo dijo Lucy.

    Y se apiade de mi alma respondió Lisanna.

    Lisanna, ¿pasó algo grave? comenzó.

    Yo… no sé qué hacer, vine buscando consejo su voz sonaba áspera y angustiada Me compré el mejor vestido que podía permitirme sólo para que Natsu se fijase y me sacase a bailar pero… nada. La nueva sacerdotisa atrajo toda su atención y cuando bailaron yo… sentí celos y envidia. Frustración y odio. Deseé ganas de que se muriesen los dos, la sacerdotisa y el amor de mi vida…

    Lisanna… la albina había comenzado a gimotear. Lo que menos quería Lucy era estar ahí sentada, quería ir a abrazarla y consolarla Yo no quería… vi el brillo de tus ojos y el deseo nada más conocernos. No quise interponerme en vuestra noche perfecta…

    No he venido a que me pidas perdón Lisanna hacía esfuerzo por no llorar Necesitaba desahogarme y… pedir perdón por mis deseos pecaminosos…

    Lucy ya no sabía que decir Lisanna, no debes rendirte. ¡Sí amas a Natsu, lucha por él!

    ¿Pero cómo, si él se ha mostrado más interesado por ti… por la sacerdotisa que por mí, su amiga de la infancia? preguntó desesperada.

    ¡Te daré mi apoyo! Intentaré juntaros… seré Aries por un día rió levemente. Estaba más animada Bueno, para expiar esos pensamientos, reza cuatro Señor Mío y cinco Madre Nuestra.

    Gracias… se mostró agradecida. Salieron del cubículo.

    Ella estaba con los ojos un poco rojos e hinchados. Algo avergonzada, pregunta:

    No quiero preocupar a nadie, pero con estos ojos lo lograré… ¿puedo quedarme un rato…?

    ¡Por supuesto que sí! Si quieres te presto unos libros para leer dijo sonriente.

    Yo… no sé leer parecía perpleja y abochornada. Dándose cuenta del alto índice de analfabetismo en el mundo, sonrió y contestó:

    Pues te enseñaré mira sorprendida Los libros cuentan historias de todo tipo. Desde los momentos más alegres hasta los finales más trágicos. Desde las aventuras más inefables hasta lo más cotidiano. ¡Será un placer!

    Gracias… de verdad… y lloró, de alegría. Lucy agarra su muñeca y con una sonrisa la conduce al piso de arriba, para mostrarle los libros y que eligiese uno.

    Quizás sea por ese destino que las unirá, o por la nueva amistad que forjaron, pero algo llevó a Lisanna a sonreír, de manera sincera y verdadera.

    Sí, una sonrisa sienta mejor que las lágrimas.

    · · ·​
    Un intercambio de ataques gélidos se disputaba en el campo de entrenamiento. Gray y Lyon llevaban puestos sus guantes negros, transmisores de energía. Era un combate muy intenso; Natsu los observaba con emoción y Happy jugaba con Charle y Phanter Lily, dos hermanos huérfanos que vivían en el orfanato.

    ¡Ja! Con eso no me haces ni cosquillas se burló Lyon.

    Y la batalla terminó con el sonido de la trompa que indicaba que era el turno de otra pareja. Los tres se sentaron, discutiendo entre ellos. Después de meterse tabasco e hielo, decidieron hablar.

    ¿Qué tal ayer con Lisanna, llamitas? dijo Gray, burlesco.

    ¡Bien! No bailé con ella al final, no me mató dijo en un suspiro aliviado ¡Y la comida que cocinó estaba buenísima!

    ¿No bailasteis? Lyon parecía sorprendido. Estaba seguro de que lo harían.

    Nop. Bailé con Lucy, la sacerdotisa. Creo que le dejé los pies hinchados de tanto que la pisé… soltó una risa nerviosa.

    ¿¡Qué estuviste con la sacerdotisa!? exclamaron los dos ¿Estás loco?

    ¡No he hecho nada malo! miró su plato de comida vacío Voy a por más tarta. Y haber si os relajáis…

    Natsu se metió en una de las puertas laterales. Lyon y Gray dieron un suspiro.

    Tengo un mal presentimiento… dice Gray.

    ¿Sobre esos dos y el futuro? pregunta Lyon.

    No no, siento que algo está a punto de suceder. Algo malo… y Gray tembló, levemente.

    Y comenzó a llover.
    · · ·​
    Por un pedregoso camino de arcilla y piedra desmenuzada, un ejército solemnemente, con aire tétrico y fúnebre. La lluvia caía como agujas afiladas sobre la cabeza del ejército. Los soldados portaban oscuras armaduras y afiladas lanzas, y los arqueros tenían a mano las ballestas y los arcos con el carcaj recargado. El caballo central era presidido por un hombre de sonrisa maliciosa. Los jinetes de los dos caballos laterales era un hombre retorcido y otro amplio y llorón. Quedándose más atrás, una mujer de aspecto sombrío y enroscado pelo azul cantaba por lo bajo una canción particular.

    La lluvia cae, serena y recta. La lágrima cae, curva y nula. ¿Por qué hay tanta diferencia, si ambas me provocan la tristeza…?

    Y la lluvia se intensificó, mientras se veía a lo lejos una gran fortaleza de piedra custodiada por guardias armados.

    La entrada a Magnolia.
    Espacio intergaláctico :

    ¡Hola a todos! En esta pequeña sección pondré ciertas curiosidades y avisos de última hora.

    Ahora les informamos de El Ángel de Medianoche (no, no lo he terminado). El próximo capítulo será de EAM, completito y largo, como os gusta (¿soy yo o suena mal? Me han arrebatado la inocencia… sigh).

    Curiosidades Curiosescas :

    La religión de este fic. Es bastante extraña. El clero está dividido, de menor a mayor, en: <<sacerdotisa, diácono, cura, obispo y papa>>. Cuando no hay cura o diácono en la ciudad, de la Iglesia se hace a cargo la sacerdotisa, el máximo rango que puede alcanzar la mujer eclesiástica.

    Veneran al Rey Estelar, o séase, el Dios Estelar o Creador. <<El Señor cogió una estrella y dibujó tierra, agua y vida. Separó la luz de la oscuridad (el día y la noche) y creó criaturas que poblarían su mundo. Pobló los bosques de hadas y enanos, para proteger la naturaleza; pobló el desierto de lamias y salamandras, protegiendo el pensamiento; pobló el mar de sirenas y tritones, para proteger la vida; pobló las cuevas y ciénagas de trolls y ogros, para proteger la valentía; dotó al mundo de dragones, para preservar la paz; y creó a los humanos, para asegurar el avance. Y como nuestros pasos eran torpes y desorientados, envió a los doce caballeros del zodíaco para guiarnos y protegernos>>. Esa sería la profecía.

    Los caballeros del zodíaco, o los seres estelares, (kirby) simbolizan diferentes elementos de la vida.

    Leo: voluntad – Libra: Justicia
    Aries: amor – Tauro: fuerza
    Capricornio: sabiduría – Géminis: bien y mal.
    Piscis: familia – Cáncer: protección.
    Acuario: vida – Escorpio: la naturaleza interior.
    Virgo: perfección – Sagitario: errores y aciertos.
    Uff, un poco largo. Si siguen teniendo dudas, sólo tienen que decírmelo. ¡Yo las aclararé! (mentira, pasaré de ellas).

    La lluvia cae, recta y serena
    La lágrima cae, curva y nula
    ¿Por qué hay tanta diferencia
    Si ambos me provocan tristeza?
     
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    nalu

    nalu Iniciado

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    no cres que te pasaste con lo de lisanna es verdad que no me cae bien pero y siento un poco de odio acia ella pero tu si quela odias deverdad con respecto al fanic te quedo super bien yo tambien espero que haya un oco aunque sea un poco de gruvia :) QUIERO CONTI................................................... PLIS :D
     
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  10.  
    El Alquimista

    El Alquimista Iniciado

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    me gusto mucho la historia y eso que solo esta mañana me uni a la pag, espero que continues escribiendo mas caps, y para ser sincero no se me habia cruzada la idea de un romance Romeo con wendy, tienes buen talento (^.^)/, es mas te comenzare a seguir :p
     
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  11.  
    Izaminy Loquendo

    Izaminy Loquendo Iniciado

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    :D me encantaron estos cap, ando como loca esperando mas, me gusto mucho como describirte lo del Dios estelar :) y como lissana se perdio en la friendzone XD espero con ansias que nuestro natsu de sangre caliente cometa uno que otro pecado :3 espero poder leer otro cap pronto!
     
  12.  
    Levy

    Levy Entusiasta

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    Pluma de
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    Título:
    La Sacerdotisa Celestial y El Caballero de Fuego [NaLu]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    7
     
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    3395
    ¡Cuánto tiempo, mis queridos lectores! Ya sabéis que yo soy más de ir ya al lío (soy seme, una seme mujer. Hum…) y no entreteneros más. ¡Este capítulo me ha gustado en especial, así que espero que lo disfruten!

    Disclaimer: Tengo 13 años. Creo que no puedo ser autora de nada.

    La Lluvia Sangrienta de las Lanzas Alzadas:

    Las lanzas alzarás
    Su sangre derramarás
    Las lágrimas dejarás atrás
    Los remordimientos te perseguirán.
    ¿Puedes soportar el gran peso?
    Dolor y sufrimiento.
    La sangre ajena te mancha
    No puedes parar tu marcha.
    El Ángel de la Muerte
    Los lleva, benevolente.
    Se salva el creyente,
    Lleno de fe hirviente.
    ¿Crees que fue de Dios castigo?
    ¿Justicia del poder divino?
    Las mismas manos humanas
    Su corazón se arrancan.
    Gritos, dolor, lágrimas.
    ¡Alcen sus armas!
    Muerte, risas ahogadas
    ¡Por las caídas almas!
    · · ·​
    La lluvia caía cruelmente sobre los soldados que vigilaban la entrada a la ciudad fortificada. Warren, uno de los vigilantes en la torre de seguridad, se quedó incrédulo al ver lo que se avecinaba desde lejos.

    Un ejército de armaduras oscuras y familiar se acercaba a la ciudad, alzándose sobre el suelo mojado y las gotas punzantes con solemnidad y orgullo. Warren sacó su cuerno, lo sopló y este emitió un distorsionado sonido.

    ¡Qué los aldeanos se queden en los sótanos de palacio! ¡Alerta de Guerra! aquel cuerno de cáscara dura tenía la propiedad de ampliar la voz y dirigirla a quién quisiese el dueño.

    Los aldeanos escucharon incrédulos la voz de alarma. Rápidamente, las mujeres sujetaron a los niños y los hombres cargaron con sus sacos de harina y arroz, corriendo hacia palacio. En la entrada del palacio, soldados guiaban a sus gentes al interior para refugiarse en los sótanos.

    ¡Lord! He recibido aviso de que se trata de Phantom Lord dijo Mirajane, como si el sólo pronunciarlo le provocasen náuseas.

    Joze… murmuró Makarov, con odio Despliega la brigada de arqueros por la frontera y una guardia para los laterales, en posición defensiva para frenar el paso. Que las unidades A, B y C se preparen para la batalla. Que los domadores preparen a sus aves y cañones; ellos abrirán el ataque.

    ¡Entendido!

    El palacio era un caos. Desde el estudio de Makarov, se veía claramente el paisaje cargado de dolor. Oía los pasos pesados de la gente y los llantos de los niños, entrando en los sótanos para refugiarse. Veía como Girldarts, Macao y Jellal organizaban las brigadas y el ataque.

    Pensó en Jose y la última vez que los atacó. En cómo maltrató a esos pobres inocentes.

    Apretó los puños, mientras esperaba nuevas noticias para entrar en acción.

    · · ·​
    ¡Enana, vete al refugio! discutía Gajeel.

    ¡Me niego! ¡Voy a luchar! decía mientras agarraba un libro con un extraño símbolo en la portada.

    ¡Qué no!

    ¡Pues a ayudar a los heridos! ¡Pero voy a participar! la mirada fiera de Levy dejaba ver una determinación indiscutible.

    No quiero que te hieran esos… cabrones gruñó al recordar. Él fue parte de ellos.

    No me van a herir, Gajeel – ella frotó su brazo en señal de empatía. Gajeel se tensó ante el contacto.

    Te quiero curando a los soldados heridos dijo, demandante.

    Gajeel quería ir a combatir directamente, pero sabía que tenía que pedir permiso a Makarov. Vio a Levy alejarse y comenzar a ayudar a preparar a varios soldados, esforzándose. Veía su menuda figura moverse de aquí para allá, dando armas y escudos. Sonrío embobado, con la lluvia cayendo y mojándolo. Sólo se fijaba en ella y su pelo mojado.

    Al darse cuenta de cómo se había quedado, se dio un par de collejas y se fue corriendo hacia palacio. No era momento de embobarse, tenía que colaborar, y rápido.

    Ignoró el detalle de pedir el permiso y se fue corriendo al frente.

    · · ·​
    Natsu, al oír el sonido de alarma, lo primero que pensó fue en ponerse al frente a pelear. Pero después, la idea de que Lucy estuviese en peligro se apoderó de su mente. Comenzó a correr por el suelo embarrado y con la lluvia golpeando de forma cruel su espalda, en dirección a la Iglesia. Seguramente esté allí.

    Esperaba que estuviese en el interior o de camino a refugiarse; pero no. Lucy se encontraba en uno de los puntos donde se administraban las armas, peleándose con un soldado sólo para poder luchar.

    ¡Lucy! ¿Qué haces aquí? ¡Vete al palacio! reclama Natsu. Ella lo mira con el ceño fruncido.

    Están atacando Magnolia. ¡Y yo puedo ayudar! ¡No pienso quedarme con los brazos cruzados cuando puedo pelear!

    ¡Es peligroso! ¡Deja eso a los soldados!

    ¡Ni hablar!

    Y mantuvieron un tenso silencio. Ella, retándolo con la mirada, y él, apretando los puños con impotencia. Al final, Natsu agarra su muñeca de manera brusca, sorprendiendo a Lucy.

    Vamos dice él Hay que ir a pelear ya.

    Natsu… susurró Lucy.

    Después de ese tenso momento, Lucy cogió su látigo y, junto con Natsu e ignorando el pedir permiso a Makarov, fueron corriendo a las afueras, sólo para ponerse a luchar.

    No era momento para pensar en permisos.
    · · ·​
    El corazón de Gray pegó un salto al oír el sonido de llamada. Lo único que pudo registrar su mente es la imagen de él corriendo bajo la lluvia, saltando por los muros con los guantes puestos.

    Esta lluvia es anormal…” pensaba Gray. No era como las lluvias allí al principio de la primavera: siempre anunciaban un nuevo día entre las grises nubes y era ligera y juguetona, daba una sensación de paz. Pero esta… era pesada, densa, y se clavaba al cuerpo como tímpanos de agua. Estaba cargada de sentimientos de odio, dolor y lágrimas acumuladas que no querían salir por unos hinchados ojos.

    Salió a las afueras, siguiendo el rastro de la lluvia cargada de gritos de auxilio. Misteriosamente, se alejaba cada vez más y más del ejército atacante. Había salido sin previo aviso del palacio, dejando atrás a Lyon.

    Llegó al bosque, rodeado de magnolias que crecían en el suelo, pero que se veían mustias, ahogadas; probablemente, por la cantidad anormal de lluvia que caía en aquel instante.

    Y llegó a un claro.

    Un claro con agua embarrada y revuelta, que burbujeaba mezclada con la tierra. Los árboles filtraban las gotas de lluvia que escapaban hacia el suelo con una facilidad pasmosa. Gray sentía una presencia extraña, cercana. Comenzó a mirar a todos lados, hasta que una extraña voz apareció.

    -El dolor me mancha, como el agua helada, que cruelmente me golpea, convirtiéndome en su cena… una sombra salió de entre los árboles.

    Una muchacha de edad de Gray salió como una pálida sombra de entre las flores marchitadas. Tenía una tez blanca como la porcelana y su cabello era azul y recto, sujetado a unas pinzas. Llevaba un parasol de encajes blancos con telas negras. Su cabeza era cubierta por una pequeña diadema con plumas negras y un velo de luto. Traía un vestido negro con encajes hasta los tobillos y unos zapatos de cuero negro con tacón algo alto. Iba vestida de luto de pies a cabeza, con sus ojos azules sin vida.

    Gray, cuando la vio, le había parecido una muñeca, de esas que, cuando era pequeño, le encantaba ver y contemplar. Tenía ese aspecto frágil y quebradizo, tan vulnerable, que nada más verla sentías la necesidad de protegerla. Pero ahora que la veía más de cerca, parecía una viuda reciente, que caminaba sin saber adónde ir.

    Oye Gray llamó a la muchacha. Ella se sorprendió y dio un paso atrás, a la defensiva ¿Quién eres tú?

    Juvia no tiene por qué darte explicaciones replicó.

    Así que eres del enemigo… supuso Gray de Phantom Lord.

    ¡…! lanzó un sonido ahogado.

    Mira, me da igual si eres mujer… se sacó la parte de arriba de su ropa de palacio, para quedarse solamente con sus pantalones. Y, con la lluvia golpeando su cara dijo: Pero si atacas a mi familia, no tendrás perdón.

    “¿Gray…? ¿No es ese el príncipe de Magnolia?” piensa Juvia, conmocionada. No quería pelear contra nadie, y ese chico la estaba retando. Y se había desnudado. La pobre tenía el corazón a cien, y estaba con la mente confusa.

    Gray, sin perturbarse por los ojos brillantes de Juvia, preparó su ataque. Sus guantes crearon una poderosa espada de hielo, afilada como una katana de oriente. El corazón de Juvia dio un vuelco al verlo con esa pose. Pero no podía amedrentarse.

    Ya había sufrido demasiado.

    · · ·​

    Gajeel ya estaba afuera de la barrera, contemplado con horror la escena: había cuerpos de soldados ensangrentados en el suelo, con armaduras oscuras y rojizas. Todos combatían, sin excepción, con fiereza contra el enemigo, machándose de sangre, alzando sus lanzas con la esperanza de vivir y servir.

    Se encontraba aturdido: él había estado allí antes, pero contra Magnolia. Matando a gente. Atravesándolos con su brazo de hierro.

    Disfrutando de su dolor.

    Agitó su cabeza, alejando los recuerdos del pasado. Ahora sólo quería encontrar a Juvia, pedir perdón a ella, y matar a Joze. De verdad quería. Él había sido testigo de… como hacían esos tipos aquellas atrocidades con Juvia.

    Cuanto tiempo, jefe reconocería esa voz orgullosa y prepotente en cualquier parte.

    Erigor musitó Gajeel, con sorpresa. Ese era uno de los element five, y Gajeel era el jefe y ellos su séquito.

    ¿No me diga que ahora tiene esposa y tres hijos, don principín? se burla. Gajeel gruñe Tranquilo. Sólo vengo a reclamar lo nuestro.

    ¿Qué vuestro? Magnolia nunca fue vuestra.

    En el pasado, Magnolia fue nuestra. ¿te acuerdas? Éramos pequeños, y vimos como Joze se alzaba orgulloso sobre la ciudad…

    Expulsó a Makarov y a los adultos. Usó a los niños como mano esclava dijo Gajeel, crujiendo los dientes En su día, fue territorio Dreyar: luego vino Joze, conquistándolo y sumiéndolo en la locura. ¡Pero Makarov regresó, y volvió a posicionarse en lo alto!

    ¡Por eso tienes que luchar con nosotros! volvió a refutar a Erigor. Apuntó su gran guadaña contra la cara de Gajeel Para recuperar la gloria. El poder. Gajeel, haré que te arrodilles y vuelvas.

    Inténtalo. Mi pensamiento no cambiará desafió Gajeel, volviendo su brazo una espada.

    Y así comenzó una batalla debajo de la lluvia.

    · · ·​
    ¡Elfman, Lisanna! ¡Quedaros atrás! dijo Mirajane, dirigiéndose hacia el torrente de soldados y refuerzos. Había pedido permiso a Makarov y había recibido orden directa de que se encargase de preparar un pequeño escuadrón y luchase en la retaguardia.

    ¡No pensamos quedarnos aquí sentados, mientras tú corres peligro! protestó Lisanna Mira-nee, nos prometimos que nos protegeríamos. Qué seríamos una familia. ¡Pues ha llegado la hora de luchar por ello!

    ¡Va contra mis principios de hombre abandonar a sus hermanas en medio de la batalla! Yo quiero protegeros dijo Elfman.

    Hermanos… musitó Mirajane, conmovida. No podía dejarlos así … Está bien. Formaréis parte de mi escuadrón, nos quedaremos en la retaguardia en defensa de la estructura del pueblo. ¡Aseguraos de que todos los civiles están a salvo!

    ¡Entendido! y se desplazaron en distintas direcciones.

    Mirajane comenzó a organizar su escuadrón, a dividirlo en filas alrededor de toda la ciudad. Estaban formadas por guerreros de largos escudos y lanzas, en posición defensiva por si acaso el enemigo entraba en la ciudad.

    Vaya vaya… un tipo de aspecto retorcido y que se movía de un lado a otro sonreía con malicia en uno de los techos de las casas. Elfman, al verlo, fue directo a por él.

    Su brazo se convirtió en uno fuerte y escamoso, como el de un lagarto. Intentó pegarle un puñetazo, pero el hombre lo esquivó hábilmente.

    Experimento 0056, te estás volviendo muy rebelde dijo, burlón.

    ¿¡Cómo sabes tú…!?

    Lo sé todo dijo, riéndose de manera egocéntrica Déjame ver tus progresos, 0056.

    ¡Cállate…!
    · · ·​
    Lucy y Natsu se colocaron al frente de la división de ataque terrestre. Podía ver cómo en el descampado de afuera, Joze se mantenía en la retaguardia, como esperando que algo llegase.

    A Lucy no le gustaba la muerte. No le gustaba matar. Era de la firme creencia de la paz, de que todo el mundo debería formar una alianza y renunciar a matarnos entre todos. Pero los humanos somos idiotas y nos puede el orgullo, la avaricia y el ansia del poder. Porque somos de naturaleza injusta.

    Nada de lo que pasaba era justo.

    ¡Oh~! ¡Pero menuda masacre tenéis montada aquí! un hombre albino y de mirada desafiante apareció con una armadura oscura. Parecía divertirle la situación, y su pequeño escuadrón se alejó de él en posición circular.

    ¿Tú también has venido a que te patee el trasero? dijo Natsu, serio pese a la intención burlesca.

    Mi nombre es Totomaru, de las costas de Oriente dijo, desenvainando una katana vieja y con muescas Y vengo a recuperar la vieja gloria.

    ¡No permitiremos que ganéis esta batalla! dijo Lucy, sujetando su látigo con firmeza. Su vestido estaba sucio de barro y chapoteaba entre tierra aguada.

    ¡Pero qué…! Totomaru silbó. Lucy se tensó ¿Sabías que tu Padre está bastante enfadado?

    No te incumbe respondió Lucy, rechinando los dientes. Natsu la miró sin comprender, confundido. ¿Qué demonios tenía que ver su padre en todo ese teatro…?

    Bueno, quizás si te llevo conmigo, reciba una buena recompensa dijo Totomaru. Entonces, en voz alta, mandó una orden Quiero a la rubia.

    Ni en mil años te la daremos desafió Natsu, con la mirada seria y poniéndose enfrente de Lucy, protegiéndola.

    Bueno… dijo, con una sonrisa burlona y sádica Tendré que llevármela a la fuerza.

    · · ·​
    Jellal cada vez corría más y más en dirección a palacio. ¿La razón? Vio a un tipo extraño dirigirse hacia el castillo, pero no parecía un ciudadano. Tenía un mal presentimiento sobre aquel tipo de naturaleza desconocida. Le inspiraba desconfianza.

    Sus botas de cuero chapoteaban juguetonas sobre los charcos de agua, que se iban convirtiendo en pequeños ríos. Iban a inundar el pueblo como siguiesen así.

    Abrió las puertas bruscamente, mientras corría por las escaleras principales hacia la sala del trono. Las puertas de madera maciza se abrieron de par en par ante la patada desesperada de Jellal.

    Y ahí estaba.

    Un tipo ancho y amplio, que lloraba por debajo de unas vendas mientras drenaba la energía del Lord, que se encontraba inerte en el suelo.

    ¡Makarov! gritó Jellal, al ver a su abuelo inconsciente.

    ¡Qué triste! ¡La familia está viendo morir al patriarca! dijo, mientras lloraba más y rompía a reír a carcajadas.

    Y una patada paró el falso llanto.

    No te equivoques. Nadie va a morir dijo Jellal, serio.

    Sacó de su bolsillo como un pequeño tubo de metal con una pequeña joya, la pulsó y surgió un bastón que se terminó de retorcer en la punta, hasta formar un ojo. Lo alzó, serio. Una masa de energía oscura comenzaba a arremolinarse en aquel bastón.

    El corazón de un pobre príncipe, manchado por un imperdonable pecado… ¡qué triste! volvió a decir, sobándose la mejilla.

    Tus lágrimas no tienen valor. Deja de fingir tristeza y lucha en serio pidió Jellal.

    Sí el príncipe así me lo pide… se sacó las vendas de los ojos qué así sea.

    Y comenzó la batalla.


    El Lado Oscuro:

    Hey bro’s! I am Cooopyriiiight! (Pewdiepie fan. Es un sueco sexy). ¿Qué tal, mis bellos lectores? ¿Les está gustando la historia? Ya estamos llegando al final de esta saga. Como me pasé Einsewald, lo tuve que unir aquí… que conste que aún quedan muuuchas más.

    Ah, por cierto, voy a hablar de futuras apariciones: Erza aparecerá, tranquilos, fans alocados (keep calm and KILL THE ZOMBIES). ¡Hemos llegado a los 22 reviews, nada menos! Esto se merece una tarta de nata (y a tu abuela la mata… bien, eso ha sido malísimo) y un capítulo lleno de lucha y emoción. Me encanta veros llorar (nah, sólo suplicar).

    SPOILER ZONE (ven, ven, no voy a decirte nada…): ¡¡Diooos!! Mashima tiene preparado algo, y me da miedo ese hombre. Es más, dijo “evento”, no nueva saga. ¿Qué clase de evento? Además, aún siento que queda algo, me duelen los huesos (típica expresión española cuando sientes que va a ocurrir algo).


    ¿Me dan de comer Reviews? Mi casa, que no me quieren y no me alimentan.
     
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  13.  
    Izaminy Loquendo

    Izaminy Loquendo Iniciado

    Sagitario
    Miembro desde:
    11 Febrero 2013
    Mensajes:
    7
    :DAlfin!! otro capitulo, me encanto como siempre espero que hayan mas capitulos (muchos mas!!) me sorprendieron muchas cosas del pasado de los personajes, seria genial que hablaras un poco mas como fue todo eso del control de phanton lord, en magnolia, esperare con ansias mas cap!!
    *perdona si me equivoque al escribir algunos nombres*
     
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  14.  
    Levy

    Levy Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    11 Julio 2012
    Mensajes:
    95
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La Sacerdotisa Celestial y El Caballero de Fuego [NaLu]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    4732
    Hace tiempo que no actualizaba por aquí… bueno, no me gusta dar la tabarra, no soy pesada (mentirosa) y os dejaré leer en paz. Sólo digo que se revelarán cosas importantes sobre Elf, Mira, Lisa y Juvia. Por cierto, que conste que este fanfic no está hecha con la idea de que los enemigos se derrotan, si no con la de que se matan.


    Disclaimer: FT de TrollMashima. La idea de la alquimia de Full Metal Alchemist.


    Muñecas de Corazones Rotos y Sangre de los Vivos


    · · ·​


    ¿Qué más dará gritar,

    Suplicar, llorar?

    Si no hay nadie que escuche,

    Que me ayude…


    Una muñeca rota soy

    Nunca viendo salir el Sol.

    Lágrimas me visitan hoy

    Teniendo enfrente a mi agresor


    ¿Qué más da si llueve ya?

    Mi alma oscura rota está

    “Nunca, nunca volveré a ver el Sol”

    Pienso, pienso mientras lloro sin control.


    · · ·

    Juvia solía rememorar, en medio de una batalla, como eran sus días cotidianos. Y, saliendo de manera espontánea, salía la imagen de las gotas de lluvia cayendo de un cielo gris, siendo observadas por una chica detrás de una ventana. La chica se levantaba y comenzaba a coser muñecos para la lluvia. Estaba vestida con ropa sucia y tenía el pelo revuelto, con grandes moratones en los brazos, piernas y caderas, además de marcas posesivas en todo su cuerpo y dolor en sus ingles. Ya no podía llorar más. Juvia siempre se había agarrado a la esperanza de que la pobre y huérfana protagonista conociese a un príncipe que la convertiría en la feliz y hermosa princesa, siempre amada, siempre sonriente.


    Pero el tiempo pasaba, y cada vez se marchitaba más.


    Juvia alzó su paraguas, y el agua embarrada se comenzó a arremolinar a su alrededor. ¿Qué más daba si era un príncipe? No la podría salvar. No era más que un cuento. Gray hizo el primer movimiento; ágilmente, avanzó hacia ella pero, cuando alzó su espada y estuvo a punto de hacer una estocada, fue parada por un latigazo de agua que lo echó hacia atrás. Ella seguía sin moverse y, sin embargo, no la había ni tocado. Hizo una mueca de fastidio.


    Clavó la espada de hielo al suelo y una capa de hielo comenzó a florecer en el suelo, casi rozando los pies de Juvia. Pero ella hizo un ligero movimiento y más látigos de agua rompieron el suelo. Entonces, por sorpresa, Gray apareció detrás de ella, y le asestó una estocada por la espalda. Pero Juvia tuvo buenos reflejos y se zafó del ataque y dio un salto hacia atrás, recuperando distancias.


    A Juvia le temblaba el pulso. No quería matar. Se llamaba así misma cobarde. Sin embargo, volvió a alzar su paraguas y el agua comenzó a dispararse en violentos chorros contra Gray. Un roce de uno de los chorros le provocó una laceración en el brazo. Comenzó a esquivarlos y, con uno que venía frente a él, puso su mano enfrente y congeló el chorro. El chorro siguió congelándose y Juvia cortó la conexión con el chorro al ver que la iba a alcanzar. Entonces, sintió sus pies congelados, y al mirar a su contrincante, lo vio arrodillado, con la mano derecha alzada, congelando el chorro y la otra en el suelo, congelando el suelo. El hielo comenzó a recorrer el cuerpo de Juvia, congelando sus brazos, piernas y torso.


    Gray tenía pensado en congelarla por completo y así, matarla. Pero había algo que le decía que no podía. La miró mejor. Tenía unas tremendas ojeras que resaltaban sobre su piel pálida de muñeca de porcelana. Era como una obra de arte delicada. Tenía el cabello revuelto, con rebeldes mechones cayendo por su rostro, destruyendo su impecable moño. Y esos ojos… ojos azules, sin vida, fríos. La lluvia caía sobre ellos, como música para aliviar el tenso silencio. Tenía que matarla. Era una enemiga… ¿no?


    —Mate a Juvia — pidió. Gray se sorprendió, se tensó. ¿No tenía que suplicar por su vida? — Juvia… ya no quiere vivir. Juvia es la enemiga, tiene que matar. Pero cuando mira a su enemigo a los ojos y piensa en todo lo que le está arrebatando… Juvia quiere morir — las lágrimas eran disfrazadas entre la lluvia. Gray sintió compasión — Mate a Juvia. Juvia es un lastre. Debió escapar con Gajeel, y quizás así hubiese sido perdonada, pero Juvia fue cobarde y no lo hizo… por favor… mate a Juvia. Ya no quiere sufrir más…


    El hielo explotó. Gray tenía el rostro sombrío, mientras Juvia se contraía en la sorpresa. Se sintió liberada, con la manga y el final de la falda desgarradas. Miró a Gray, confusa. Le temblaban las piernas y se arrodilló en el suelo. Seguía lloviendo. Gray caminó hacia ella y se puso enfrente. Juvia alzó la vista.


    —No voy a matarte. No eres una enemiga — le dijo. Juvia estuvo a punto de replicar, pero Gray la interrumpió — No puedes matar a nadie, sientes compasión y tristeza. No eres como esos monstruos de Phantom Lord, Juvia. Tú eres mejor que ellos.


    El corazón de Juvia dio un vuelco cuando Gray se arrodilló frente a ella, para colocarse a su altura, casi como hacen los hombres cuando van a proponer matrimonio. Pero Gray no le iba a pedir ningún tipo de compromiso amoroso, ni mucho menos. Le tendió la mano. Juvia se la quedó mirando, confusa.


    —Juvia, ven a Magnolia. Ya te hemos perdonado. Puedes iniciar una nueva vida, sin matar, sin tener que llorar — le dijo, con una sonrisa confiada — Ven con nosotros.


    Juvia contenía las lágrimas. Miraba a sus ojos negros, negros y confiados. Alzó su pálida mano, temblorosa. Y, cuando sus dedos pequeños y finos rozaron la tela negra de la mano de Gray, la lluvia cesó. Juvia alzó, en un respingo, la mirada al cielo. Estaba nublado, pero ya no llovía. Su corazón iba a mil. Entonces, no se le ocurrió nada más que abalanzarse sobre Gray y abrazarlo, envuelta en lágrimas de felicidad.


    —¡Muchas gracias, Gray-sama!


    —¡O-oye…! ¿¡Q-qué haces!? — decía, exaltado. Estaba completamente sonrojado y con el corazón a mil por hora. Pero Juvia sólo lo abrazaba más.


    —Gracias a usted… Juvia podrá volver a ver el Sol. ¡Juvia no puede esperar a ver el Sol!


    · · ·​


    La batalla entre Erigor y Gajeel ya llevaba un buen rato. Erigor estaba cansado, con heridas y magulladuras por todo el cuerpo, y Gajeel se notaba mejor que él, pero con sus mismas heridas. La diferencia de poder entre ellos dos era ancha y amplia. Erigor estaba con una pierna arrodillada en el suelo, jadeando, mientras Gajeel transpiraba con su brazo adornado con dos afiladas hojas de hierro gemelas que salían de una correa que tenía atada en la muñeca, otra en el antebrazo y otra en el hombro.


    —Ríndete — pidió Gajeel.


    —Jamás — refutó, jadeante — Seré más fuerte que tú. ¡Más fuerte que un cobarde como tú!


    Cuando rugió, un viento intentó azotar a Gajeel, pero él creó una barrera de hierro que la disolvió. Entonces, escuchó gritos a su espalda. Cuando se dio la vuelta, vio dos soldados de armadura negra alzar sus lanzas contra él, traicionando su combate uno contra uno.


    Se acabó”.


    Estaba preparado para morir. No se arrepentía de haberlos traicionado. Había sido perdonado por Levy, había tenido amigos de verdad (aunque él y sus hermanos estén siempre peleando) y, de lo único que se arrepentía, era de no obligar a Juvia a venir con él. Pero recordó el respingo que pegó cuando dejó de llover. ¿Qué habría pasado? Quería pensar que había pasado algo bueno… pero el pensamiento de que ella había muerto… lo torturaba.


    Y cuando las hachas estaban a punto de atravesar su cabeza, una especie de runas iluminadas en el suelo que crearon una barrera transparente entre Gajeel y el enemigo, que hicieron volar las armas hacia atrás y atravesar la cabeza de un enemigo. Gajeel y Erigor alzaron la vista, y vieron a la pequeña bibliotecaria, Levy, con un libro que relucía. La magia de Levy era Alquimia Rúnica, con la que, si tenía los ingredientes necesarios, podía modificar sus propiedades propulsadas con magia y crear algo nuevo. Era un “Intercambio Equivalente”.


    —¡Enana! ¿Qué haces aquí? ¡Vuelve adentro! — reclamaba Gajeel, sorprendido y preocupado.


    —Una ciudadana leal jamás abandona ni a sus lores ni a su pueblo — dijo Levy, decidida. Erigor estalló en carcajadas.


    —¿Qué, ahora dependes de tu pequeña esposa para que te salve el trasero? — Gajeel gruñó y Levy arrugó el ceño. En aquel ambiente en el que todos gritaban y se masacraban, no se permitían ni sonrojarse. Sólo concentrarse en la lucha. Erigor la miró de arriba abajo — Gajeel, no sabía que te iban bajitas y estrechas. Yo pensaba que te iban como Juvia, que con las esposas y un par de latigazos ya se abre de piernas.


    Mientras Levy se defendía de varios enemigos y los mataba, aquellas palabras se posaron en los oídos de Gajeel como semillas de pura ira. Sus ojos rojos rezumaban odio, desprecio, venganza y vergüenza de sí mismo. ¿Cómo había podido girar la cabeza cuando violaban a Juvia? Aunque antes fuese fiel a los ideales de Phantom, simplemente viraba el rostro cuando Juvia le pedía ayuda con esos ojos llorosos y se tapaba los oídos cuando gritaba y gimoteaba de dolor. Era raro ver a una mujer en el ejército de Phantom si no era por esas razones… Y ahora el arrepentimiento surcaba su mente cada noche, sin dejarlo dormir. Su ira aumentaba cada vez que lo pensaba…


    Erigor se carcajeó y mandó una ráfaga de aire hacia Gajeel, que lo hizo volar hasta el cielo. Erigor pegó un salto y, propulsado por su magia de aire, quedó a la altura de Gajeel, en el cielo. Alzó su guadaña, dispuesto a cortarle la cabeza, cuando sintió algo atravesarle la garganta desde atrás. Bajó sus ojos, y vio la escena. Gajeel, con sus ojos envueltos en furia y desprecio, con una hoja afilada que salía de su muñeca y se doblaba de manera discreta rodeando a Erigor y atravesándole la garganta. Con la otra, había creado un pilar que se clavaba en el suelo. Debían de ser como de ocho metros, por la distancia perdida en la que Gajeel caía. Todos contemplaban, con la boca abierta, como el cuerpo de Erigor caía, dejando volar su sangre, y se estampaba contra el suelo, matándolo definitivamente.


    —S-señor Erigor… — musitaba uno — ¿Y-y ahora que hacemos…? ¿Huimos…?


    —¿¡Estás loco!? ¡El señor Jose se enteraría y nos masacraría! Recibiremos un mejor trato si matamos a ese tío y a su mujercita… — dijo otro.


    Todos hicieron grito de guerra, y arremetieron contra Gajeel y Levy, que estaban espalda contra espalda, mirando a sus enemigos.


    —Enana, vuelve adentro — reclamó Gajeel.


    —¿Acaso la mujercita tiene que quedar viendo como a su maridito lo masacran unos soldaditos de Phantom? — dijo, riéndose. Sin embargo, Gajeel gruñó, algo avergonzado. No quería pensar en prometidas ni esposas, por mucho de que Makarov lo presionase para casarse. A Natsu aún no le llegaba el turno, pero Gray ya tendría que ir mirando. Quizás por el tema de la edad de casarse, Jellal estaba siendo inusitadamente popular…


    —…Si veo que estás con algún rasguño, te mando volando a dentro — dijo, Gajeel, serio.


    —Descuida, ¡sólo concéntrate en el enemigo! — gritó Levy.


    Y ambos se pusieron a combatir.


    · · ·​


    —¡Romeo, te he dicho mil veces que regreses al castillo! — grita Macao. Romeo niega con la cabeza.


    —¡Quiero luchar! ¡Soy un soldado más!


    —Un soldado herido — sentenció Macao.


    Romeo se ajustó bien su peto y se marchó, ante los gritos de Macao. Llegó junto a Wendy y a Shelia, que no daban abasto con los heridos. En el sótano del castillo (había varias entradas por toda la ciudad) estaba todo que no daba abasto. Había niños llorando, agarrados al torso de su madre, desconsolados. Muchos hombres cubiertos de sangrientas vendas, encima de toallas de lino, eran vigilados por enfermeras voluntarias. En la zona de los cadáveres (los pocos que se pudieron traer) sus familiares se despedían. Curando con magia a los heridos, estaban Wendy y Shelia. Se las veía cansadas, muy cansadas.


    —¡Wendy, Shelia! — gritó. Wendy se giró. Su rostro se tornó horrorizado al verlo con el peto de acero puesto y los cañones.


    —¡Romeo! No pensarás ir a pelear, ¿verdad? — dijo Wendy, asustada.


    —¿Dónde están los jinetes? Me montaré en un Voldor — dijo, con determinación. Wendy se mostró en total desesperación.


    —¡No! — negó, con la voz rota — ¿No ves a todos estos jinetes…? Están graves, muy graves, y tenemos que curarlos. Y si vienen con tu cuerpo, yo…yo… no sabré si podré salvarte y… no quiero que te pase nada…


    Comenzó a hipar. Aunque Wendy estuviese acostumbrada a ver heridas y sangre, nunca se enfrentó a una guerra. Será médica, pero sólo tiene trece años, trece tiernos años. Ella y su hermana se están enfrentando directamente a la muerte a contrarreloj, salvando y curando heridos graves. Muchos voluntarios ayudaban, cambiando vendas, deteniendo hemorragias… pero era agotador. Wendy veía como había soldados que morían, y se le rompía el corazón. Ya estaba muy preocupada pensando en si los demás estarían bien, si estarían vivos, y estaba llorando en aquel preciso instante. No quería que Romeo muriese.


    Romeo le destrozaba ver su carita llorosa, mientras le sujetaba la tela que iba debajo del peto. Lo arrugaba con fuerza, mucha fuerza y frustración. Los heridos eran cada vez menos y los voluntarios aumentaban, así que Wendy sólo exageraba. Pero estaba en una enorme presión, de esas que ahogan las palabras. Romeo puso sus manos en sus mejillas, acariciando la mejilla derecha con el pulgar y mucha suavidad. Wendy se tensó más de lo que estaba y lo miró a los ojos, mientras se llevaba una distraída mano a la mejilla, tocando la de Romeo. Él lo miraba con esa sonrisa cálida y segura, tranquilizadora.


    —Wendy, juro que, cuando todo termine, vendré para que sepas que estoy bien — ella tenía el mismo rostro angustiado, y le dio un pequeño beso en la frente. Wendy se sorprendió, y cerró los ojos, disfrutando de la calidad de su frente.


    —Quedan dos Voldors… están en el tejado de la torre frontal derecha del castillo… — dijo Wendy, en un susurro. Romeo se separó, lentamente. La miró a esos ojos que lo volvían loco, y, aunque tuviese unas ganas tremendas de besarla, simplemente le revolvió el pelo de manera amistosa.


    —Volveré, ¡tenlo por seguro! — se alejó de ella, con una sonrisa confiada, para salir hacia las escaleras que daban al interior del castillo.


    —¡Ten mucho cuidado! ¡Y huye si ves que estás en peligro! ¡Y…y…! ¡Por favor, vuelve! — gritó Wendy mientras veía a Romeo subir las escaleras. Él se giró y alzó la mano, formando una L. Significaba que siempre la estaría viendo.


    Wendy lo imitó, para volver a su trabajo menos agobiada.


    · · ·

    La batalla entre Aria y Jellal era ardua. El salón principal estaba destrozado: lo que era una brillante escalera de mármol, ahora eran escombros brillantes. La lámpara de araña se había caído y los cristales se habían dispersado. Los cuadros estaban rasgados y caídos. Había enormes grietas en el suelo y en las paredes, además de trozos caídos. La alfombra roja bordeada en dorado estaba llena de polvo y rocas. Makarov estaba en una esquina, malherido y transpirando. Jellal sacaba sus bastones y lanzaba la magia, pero Aria la anulaba. Y cuando trataba de tener una batalla cuerpo a cuerpo, el grandullón era impresionantemente ágil.


    Jellal tenía dos bastones en sus manos, uno con el que lanzaba magia negra y otro que tenía poderes somníferos. Jadeaba y Aria también, aunque él más bien lloraba. Mientras el ojo de su bastón lanzaba rayos negros que eran disipados rápidamente por Aria, tocó levemente el suelo.


    —¡Paren esta guerra! ¿No veis que es una injusticia? ¡Estáis sacrificando inocentes! — gritó Jellal.


    —¡Qué triste! El malvado redimido, tratando de enmendar sus crímenes pasados… ¡el que no se te haga condena sí que es una verdadera injusticia! — gritó Aria, mientras trataba de atacar a Jellal con todo su peso.


    Jellal interpuso los bastones entre él y sus puñetazos, y marionetas oscuras salieron del suelo. Eran deformes, alargadas, y con rayas rojas. Cuando Aria se dio cuenta, las sombras se metieron en sus ojos, volviendo su iris oscuro. Comenzó a chillar. Lo había dejado ciego de manera temporal. Entonces, pegó otro chillido, lloró más y se cayó redondo al suelo. Lo había dejado inconsciente.


    —¡Abuelo! — Jellal corrió hacia Makarov — Ya me encargué de él. ¿Está bien?


    · · ·​


    —Oui, oui. Los científicos hicieron un gran trabajo — observa Sol, mientras escapaba del brazo mutado de Elfman cual resorte.


    El puño escamado de Elfman rebotó contra la calle, mientras Sol se ondeaba en el tejado, divertido. La ira de Elfman crecía cada vez que recordaba la infancia suya y la de sus hermanas. Aquella que le hizo jurar protegerlas y morir por ellas. Tener más valor que el cabrón de su padre.


    Lo recordaba tan bien…


    Los hermanos Strauss habían crecido en una familia inestable. Su madre murió en las malas calles y su padre se la pasaba bebiendo. Elfman trataba de protegerlas a toda costa, trabajando en la mina sin descanso mientras Mirajane y Lisanna trabajaban limpiando casas. Por aquel entonces, Mirajane tenía doce años, Elfman once y Lisanna nueve. Mirajane era consciente de que, con lo poco que la pagaban, tendría que comenzar a trabajar en los burdeles a los quince o catorce años. O cuando comenzase a desarrollarse.


    Su padre, que se fundía el dinero en bebida, se le acabaron los ingresos. Unos hombres del reino (un reino que no era Fiore)fueron a los barrios bajos a comprar a los tres niños. El padre se los dio encantado (tres días después de venderlos, murió de coma etílico) y los niños sufrieron graves experimentos por parte de científicos. Vomitaban sangre, les salían heridas interiores, sufrían insomnio, les hacían electro shock… toda clase de torturas, sólo para experimentar y lograr el fenómeno de “súper hombre”, aquel con una capacidad de magia superior…


    Una noche, los Strauss se escaparon. Intentaron usar sus poderes para salir, pero Mirajane, la que tenía, según los científicos, los mejores resultados en los informes, perdió el control y destruyó las instalaciones. Los niños pudieron escapar, y Mirajane luchó por mantener el control. Estuvieron meses robando y viajando por todos los reinos del continente, hasta que llegaron a Magnolia, donde soldados los arrestaron por ladrones. Los presentaron al Lord. Makarov escuchó su historia, y decidió ayudarlos. Mirajane y Lisanna comenzaron a ocuparse del servicio en palacio y Elfman era leñador. Con lo que fueron ahorrando, abrieron una posada. Mirajane, al ser tan querida y responsable, Makarov la hizo su mano derecha. Elfman pasó a trabajar a la posada, cocinando y sirviendo. Lisanna seguía a la par en palacio para pagar una pequeña deuda que tenía con el Lord ya que él pagó unas averías del local.


    Pero, aunque ahora sean felices, no pueden evitar recordar su pasado en sus pesadillas…”


    —Non non non. No podrás derrotarme. Eres imperfecto — decía Sol, brincando. Entonces, cuando puso sus pies en el suelo, unas cadena emergieron al lado de Elfman, apresándolo. Comenzaron a moverse, aplastando y arrastrando a Elfman entre casas derruidas y haciendo volar a soldados aliados.


    Un destello negro que pilló desprevenido a Sol lo hizo hundirse en el suelo, haciendo un boquete en el suelo como si por allí hubiese pasado un meteorito. Sol estaba agarrotado, y, cuando pudo abrir los ojos con cierto desprecio, arriba había una figura que lo miraba solemne, encima de los escombrios de un tejado. Tenía una mirada venenosa, y su cabello blanco estaba en contra de las leyes de la gravedad. Le salía una gran cola de réptil y tenías las manos como garras, cruzada de brazos.


    Elfman la reconoció. Era Mirajane.


    —Non non non. ¡Se supone que sois imperfectos, de fuerza descontrolada e inútil! — gritó Sol, mientras hacía aparecer cadenas que intentaba, inútilmente, atrapar a Mirajane. Elfman estaba estrellado contra una pared, mientras era socorrido por Lisanna.


    —¿Acusas de imperfección a un demonio? — dijo Mirajane, con una sonrisa despreciativa. Escapó ágilmente de las cadenas y se posición en frente de Sol. Él estaba aterrado. Trataba de escapar, pero tenía las piernas rotas — Pagarás por todas las personas a las que ha matado.


    Y la garra negra de Mirajane le atravesó el pecho.


    · · ·​


    —¡Natsu, detrás de ti!


    Natsu se giró y paró una lanza que iba directa a su pecho, para quemar su rostro y despejar el camino de soldados que iban a por Lucy. Natsu y Lucy estaban en perfecta sincronía, luchando por alejar a los soldados y derrotar a Totomaru. Él trataba de rodearla, para matar a Natsu y secuestrar a Lucy.


    Jadeaban: llevaban mucho rato luchando. Totomaru sonrió, triunfador.


    —Os hago una propuesta. Tú me das a la chica, y yo trato de parar esta batalla. ¿Qué te parece? — dijo Totomaru. Natsu puso una evidente mueca molesta.


    —¿Estás loco? Jamás te daremos a Lucy — dijo Natsu, a la defensiva.


    —¿Si me entrego los dejarás en paz…? — dijo Lucy, con la voz temblorosa. Natsu la miró incrédulo. Totomaru sonrió, triunfante.


    —Tienes mi palabra, señorita.


    Los soldados pararon de atacar cuando Lucy dejó caer al suelo su látigo. Caminaba lentamente hacia Totomaru, tragando saliva.


    —¡Lucy, no lo hagas! — gritó Natsu. Trató de agarrar su muñeca, pero se vio acorralado por varios soldados.


    —Eso es. Ahora ven… — musitó Totomaru, sonriente.


    Lucy caminaba lentamente, mientras tragaba saliva. Natsu gritaba que no lo hiciese, mientras maldecía a Totomaru, a Phantom Lord y a los soldados de armaduras negras. Lucy se puso al lado de Totomaru, y él agarró sus muñecas para atarlas. Natsu estaba totalmente pálido y blanco. Totomaru comenzó a reír.


    Pero una mano agarró su tobillo y lo tiró de un agujero formado a sus pies.


    Los soldados echaron un paso atrás y Natsu se había quedado sorprendido al recordar esa técnica. Lucy hizo un poco de fuerza en las muñecas y las cuerdas cayeron al suelo. Rápidamente cogió su látigo y del agujero apareció una sirvienta de pelo rosa.


    —El castigo fue ejecutado, princesa — dijo Virgo, seria.


    —A ellos también — dijo Lucy mirando a los soldados.


    —Entendido.


    Virgo los miró, y los soldados retrocedieron. Entonces, uno, con voz temblorosa, gritó:


    —¡N-no es más que una mujer! ¡A por ella!


    Los soldados se dirigieron a Virgo, pero ella se deslizó de manera delicada y grácil entre ellos, haciéndolos volar por los aires. Natsu estaba boquiabierto, y miraba a Lucy incrédulo. Ella sólo sonreía nerviosa.


    —¡Lucy! ¡Eso fue impresionante! — dijo Natsu, con una sonrisa.


    —Siento no haberla invocado antes… necesitaba el momento justo — pidió disculpas Lucy.


    —No te preocupes, como todos iban a por nosotros, sólo hubo heridos. Lo importante es que estés bien.


    —Ya he terminado, princesa — dijo Virgo, apareciendo a su lado.


    A su alrededor había soldados tumbados en el suelo, adoloridos y agarrotados. Natsu jadeaba, al igual de Lucy, mientras veían como más hordas de soldados enemigos venían. Muchos aliados peleaban con ellos, pero no tardaron en ir a por Natsu y Lucy y ellos ponerse a la defensiva.


    Aún seguían en la guerra.


    · · ·​


    El castillo estaba hecho unos zorros, con pedruscos por el suelo. Jellal insistía en llevar a Makarov junto con Wendy y Shelia, pero él quería quedarse ahí, cabezota. Jellal no comprendía sus razones. Entonces, un temblor sacudió el palacio y Jellal resbaló y cayó de espaldas, mientras Makarov miraba al techo, sentado en una de las escaleras. Entonces, apareció un agujero en el techo y Jose hizo su aparición.


    —Jose, para esta guerra. Tu ambición no tiene lugar aquí — dijo Makarov. Jose rió.


    —Ay, Makarov… no comprendes que soy el único Rey que puede poseer estas tierras. Mi abuelo las tenía… ¡y Purehito nos las arrebató! Y cuando volví a alzar la gloria… os volvisteis a interponer. No sois más que insectos que vienen a molestar — expresó Jose, escupiendo desprecio. Entonces, se acercó al cuerpo inconsciente de Aria. Lo miró con pura superioridad. Sacó como una carta de debajo de la manga y de ella apareció un tentáculo que atravesó el pecho de Aria. Jellal y Makarov lo miraban serios — Era un inútil, no pudo dejarte débil. ¿Qué te parece, Makarov, si lo arreglamos?


    La carta de Jose hizo aparecer cuatro tentáculos más que iban hacia Makarov y Jellal. Ellos los esquivaron fácilmente, y el puño de Makarov creció e intentó ir hacia Jose, pero él lo esquivó. Detrás de Joze apareció Jellal que invocaba sus sombras oscuras para atacarlo, pero él invocó otra carta y una sombra oscura con una capa negra fue directa a por Jellal, desviando sus ataques a la sombra. Y en dos segundo, Jellal estaba rodeado de cinco fantasmas y Makarov estaba contra Jose.


    De la carta de Jose salieron más tentáculos en dirección a Makarov, el cual los esquivó fácilmente y fue rápidamente con un brazo musculado a la cara de Jose, pero sus tentáculos pararon su brazo, agarrotándolo. Él hizo su brazo más musculoso e hizo volar los tentáculos y, cuando se dio cuenta, tenía cuatro más detrás. Pegó un salto y aumento a dos grandes puños, que los hizo descender hacia Jose a mucha velocidad, con bastante puñetazos. Se dio cuenta de que había escapado y paró, para que después tentáculos le agarrasen la pierna y lo hicieron arrastrarse por el suelo. Makarov hizo lo mismo que con el brazo y le pegó una patada en la cara a Jose, para recibir un buen puñetazo de un brazo fantasma de una de las cartas.


    Llevaban así su buen rato: Jellal mataba a las sombras pero volvían, así que estaba bien ocupado. Jose y Makarov jadeaban, exhaustos. Makarov se puso recto y alzó las manos. Una luz comenzó a reunirse.


    —Invoco la magia ancestral de Las Siete Hadas… Fairy Law — pronunció, solemne. Jose se puso pálido, así como Jellal.


    La luz comenzó a reunirse en las manos de Makarov y se comenzó a estilizar. Makarov movió sus manos como si tuviese una espada y apareció una. Tenía una hoja de pura plata brillante, y el mago era de oro. Tenía un dibujo que parecía un hada pequeña, el símbolo de Magnolia. Inscripciones rúnicas brillaban en el filo.


    —La Fairy Law no merece ajusticiar a escoria como tú. Pero me has obligado a hacerlo — dijo Makarov — Nadie viene aquí a matar a mis hijos y sale indemne.


    Makarov fue directo hacia Jose, quien estaba asustado. Sacaba cartas de las que florecían tentáculos que paraban las estocadas de Makarov, pero que nada más rozar el filo, desaparecían y quedaban inútiles. Makarov arrinconó a Jose en una esquina, que estaba sudando frío.


    —¡E-espera! ¡Lleguemos a un acuerdo!


    —Demasiado tarde, Jose — dijo Makarov, para clavar la espada en su pecho. Con sólo rozar su cuerpo, Jose comenzó a arder como en fuego mezclado con electricidad, de un color blanquecino.


    Y en un grito desesperado, murió consumido en cenizas.


    Jellal, al darse cuenta de que estaba muerto, corrió hacia fuera y buscó a Warren para que anunciase su victoria. Cuando dijese que su Lord había muerto, los soldados se retirarían y la guerra acabaría.


    Y con el sonido del cuerno, todo terminó.


    Enfermería (pah locos):


    Ya sé lo que pensáis (yo lo veo toh). Sisisi, nadie engaña a la vieja Levy McNena. You think (llu zinc): “Gray, como no hagas feliz a Juvia, juro que me meto en el fanfic, te agarro los huevos, te los arranco y te los hago tragar”. ¿A que sí? (Y si no he acertado… iros a tomar galletitas).


    Me he sentido culpable al escribir este capítulo, ya que rompo la imagen de Fairy Tail como que no matan a nadie. Y, sin embargo, aquí hay muertos… (ahora lloro y el cerdo come coco).


    Si creéis que este fanfic merece la pena (mi psicólogo dice que es para liberar mi estrés porque tengo brotes psicóticos… luego cogí el matasellos y lo apuñalé. ¡Pero me declaro inocente, eh!) dejadme un reviú para animarme.


    Por cada review, consideraré la idea de meter Jerza en el próximo cap
     
    Última edición: 21 Septiembre 2013
  15.  
    Aitana-chan

    Aitana-chan Iniciado

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    Guay, muerte. XD Soy muy macabra , me gusta la sangre XD. Muy bueno, ers una genio, enserio ve a la RAE o algo pa que te den un premio, o un oscar, un nobel o lo que sea que te den XD. Te daré de comer reviews en todos los cap. :3 Sigue con las historia, la necesito para vivir :DDD Y haber si se me ocurre algo a mi :(
     
  16.  
    Levy

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    La Sacerdotisa Celestial y El Caballero de Fuego [NaLu]
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    4506
    Hoy no os doy la charla porque estoy que me duermo por las paredes… las pastillas, ya sabéis (no las azules, pillines). Así que os saludo con un fuerte abrazo de oso anestesiado y os dejo con este cap.


    Disclaimer: FT Hiro Mashima.


    Después de la Lluvia y el Amanecer de un Nuevo Día:


    · · ·

    Tristeza, dolor y desazón

    ¡Oh, gran Dios! No hay perdón.

    Me abrieron a corazón abierto,

    Dándome muerte, por cierto.


    ¡Ay, amada mía!

    ¿Por qué lloras por las esquinas?

    Tu amado, fiel y enamorado

    No aparece en el momento dado.


    ¡Ay, pueblo mío!

    ¿Por qué la sangre llena el río?

    Tapad los ojos a los niños

    Del mundo herido.


    ¡Ay, mis queridos compañeros!

    ¿Por qué besáis el suelo?

    La sangre sobre vos descansa

    Merecéis paz a vuestra alma.


    ¡Ay, mi pobre alma!

    ¿Por qué en pena vagas?

    El cielo a puertas abiertas nos espera,

    Pero no puedes marcharte sin presa…


    Ah, mi corazón agrietado

    En una habitación enterrado.

    ¿Es el momento de decir adiós?

    Apiádate de ellos, mi Señor.



    · · ·


    Cuando el cuerno sonó, anunciando la derrota de Jose, los caballeros se retiraron rápidamente, al ver que sus jefes estaban terminados. Todos miraban, como si fuese un sueño, como los soldados negros se retiraban. De repente, todos comenzaron a gritar, un grito de guerra en lengua hada. “¡Saeri, saeri!” que significaba “victoria”. Muchos guerreros comenzaron a abrazarse entre ellos, mientras lloraban en una mezcla de alegría y tristeza.


    Romeo jadeaba desde su Voldor. Sus cañones estaban humeantes, y se fue con sus otros compañeros jinetes hacia la torre frontal. Macao lo esperaba, jadeante por la carrera que se había pegado para recibir a su hijo. Nada más bajar y calmar al ave, Macao lo abrazó con mucha fuerza, y Romeo se quejó.


    —¡Auch! Papá, tengo que brazo herido — dijo, mientras reía.


    -Bah, da igual. Lo importante es que estás vivo. Dios… ojalá nunca hubieras visto esto – y Macao tenía razón. Cadáveres aliados y enemigos inundaban las calles y tejados rotos, ensangrentados, quemados y destripados. Era horrible, pero las personas sólo podían buscar el rostro de sus seres queridos vivos.


    —Papá… — Romeo se sentía mal por su padre. Sabía que estaba mal, y que nada llenaba más su corazón que verlo vivo, pero tenía algo importante que hacer — tengo que ir a ver a Wendy… prometí que, cuando todo acabase, iría con ella — dijo Romeo, algo avergonzado. Macao le dio unas palmadas, con un par de lagrimillas saliendo de sus ojos.


    —Venga, haber si me consigues una buena nuera…


    —¡P-papá! — el pobre Romeo estaba rojo. Macao soltó una risotada y con unas palmadas su hijo echó a correr.


    Romeo corrió escaleras abajo por la torre y se fue al pueblo, a la entrada externa. Al salir, se le paralizó el corazón. Gildarts estaba de rodillas, llorando a torrentes, mientras abrazaba el cuerpo herido y ensangrentado de Cana, con el cabello lleno de icor.


    Respiraba. Lentamente, pero respiraba.


    Romeo ayudó a cargar a Cana para que Wendy y Shelia la examinasen, y cuando entraron, Wendy no sabía cómo reaccionar. Antepuso su trabajo como doctora y fue a socorrer a Cana. Junto con Shelia, la recostaron en una de las camas proporcionadas y le aplicaron primeros auxilios. Estaba vendada pero respiraba, y su padre seguía ahí, con vendas en las piernas y brazos, sentado junto a ella.


    —Ahora que hemos obtenido las tierras de Jose, podremos traer cirujanos… Cana necesita una operación en un máximo de cinco días, lo que implica un viaje a las costas, y allí podrá ser tratada. Al final del día confeccionaré una lista con la cantidad de heridos pendientes de operación para preparar los carruajes necesarios — informó Shelia, solemne. Luego suspiró — Jopé, ojalá pudiéramos graduarnos en la facultad de medicina… pero cuesta la tira de dinero y no tenemos edad… jo.


    Entonces, vio como Wendy la miraba con insistencia, con esa telepatía de hermanas. Le estaba gritando que la dejase un minuto para ir a la esquina donde estaba Romeo visitando a sus amigos heridos. Shelia dio un ligero cabeceo y los ojos de su hermana se iluminaron. Wendy caminó rápido hacia él, con ese sentimiento de alivio que inundaba su pecho y garganta.


    —¡Romeo! — llamó Wendy, con la voz atorada y trabucada. Romeo se dio la vuelta casi de inmediato, brillándole los ojos. Aki, que estaba tumbado en la cama, herido, pero sonriendo de manera pícara.


    —¡Wendy! — dijo también. Fue corriendo hacia ella. Wendy lo comenzó a examinar con la mirada, mientras lágrimas de alivio se acumulaban en sus ojos y comenzaba a llorar. Romeo se exaltó — ¿Qué…qué pasa, Wendy? Estoy bien, ¿ves?


    —Ya…es, es que… — la pobre no podía ni hablar. Se redujo a abrazar el torso de Romeo con cuidado de no tocarle el brazo, colocando su cabeza azul en su pecho. Sentía como su corazón latía y respiraba sobre su cabello. Romeo estaba bastante rojo.


    Entonces, Wendy separa el rostro y lo mira directamente a los ojos, anhelando que la besase. Lo estaba gritando a través de sus ojos. El pequeño miró los carnosos y apetecibles labios de Wendy tragó saliva, bastante nervioso. Romeo se acercaba lentamente a Wendy, y ella se ponía de puntillas, deseando ese beso. Estaban cerca, muy cerca. Sentían sus respiraciones, y Wendy estaba por tomar un impulso cuando una tos los interrumpió.


    —Siento molestaros, tortolitos — dice Aki, entre risas — Pero creo que no es el mejor lugar para besarse.


    Los dos se pusieron rojos y Wendy se fue por un lado a atender a más heridos y Romeo por otro. Aki se comenzó a reír y Shelia se acercó, algo enfadada.


    -¿No podrías dejar que se besasen? — dice ella, con los mofletes hinchados — Hay que dejar que al menos un par de personas sean felices…


    —Ni en broma. Tengo que seguir jodiendo a Romeo antes de que me las devuelva cuando tenga novia — dijo, entre risas. Shelia rodó los ojos.


    —Un caso perdido… — musitó, para chasquear la lengua e irse hacia otro paciente.


    Por el camino se cayó tres veces. Shelia fulminó a Aki con la mirada cuando comenzó a reír.


    · · ·


    Natsu no había salido ileso de aquella batalla. Tenía cortes por los brazos y piernas, además de muchos moratones. Pero eso le daba igual. Estaba sentado encima de una roca, contemplando el panorama. Miles de voluntarios llevaban cuerpos del suelo, tanto enemigos como aliados. Algunos estaban gravemente heridos, que fueron los primeros en llevarse. Los que seguían ahí, en medio de esa pagana festividad de sangre, eran los cadáveres. Contemplaba como Lucy, armada con un rosario de oro y plata, concedía la paz a los muertos.


    —Que tus pecados cometidos en esta guerra cruel sean perdonados, hermano — besó el rosario y, arrodillada ante el cadáver de un soldado enemigo de ojos abiertos y vacíos, dijo — In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti, Amén — con un suave movimiento, cerró sus ojos con las yemas de sus dedos.


    Se levantó y pasó al aliado de al lado. Conjuró las mismas palabras, con el corazón estrujado. Todo era silencio. Lo único que se oía era una música de fondo, compuesta de gritos, órdenes y crujidos. Podían distinguir la voz madura de Jellal dando órdenes y consolando a los viudos y huérfanos. Tenía alma de líder y Rey, sin duda alguna.


    —Lucy — llamó Natsu. No quedaba su alegría habitual — ¿Crees que Happy y los demás niños estén bien?


    —Los vi entrando en el refugio. Seguro que están a salvo — tranquilizó Lucy — …In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti, Amén.


    —¿Ya habías concedido la paz a más muertos antes? — preguntó Natsu, algo temeroso. Sin embargo, Lucy seguía serena.


    —Sí. A mucha gente. A nobles, a campesinos, a niños y a bebés… — recita ella. Tenía una nota triste en su voz.


    —¿Bebés…? — Natsu sonaba extrañado. ¿Conceder la paz a un ser que acababa de nacer?


    —Sí. Algunos nacen muertos desde el vientre o mueren al rato. Otros están deformes y no sobreviven, o están pegados entre sí y acaban muriendo… — a Lucy se le ahogó la voz. Concederles la paz y presidir el entierro de esas pequeñas criaturas le parecía algo injusto.


    —Yo… no quiero que vuelvas a dar la paz a nadie… se nota que sufres — dice Natsu, mirando al cielo. Lucy se voltea.


    —No puedo hacer nada. Así es la vida, y este es mi papel — dice, en una triste sonrisa — Escogí este camino con todo su dolor y sufrimiento.


    —Lucy…


    Natsu miraba triste a Lucy mientras ella hablaba con varios hombres que habían llegado para recoger los cuerpos. Entonces, una voz dulce y familiar hizo eco en la mente de Natsu.


    —¡Natsu! — una albina llegaba apurada, corriendo, con la falda manchada de barro. Su rostro estaba en una mueca de pura preocupación — Ti…tienes que curarte.


    —Estoy bien, Lisanna — dijo Natsu, tranquilizador. La pobre Lisanna, llena de heridas y rasguños (cosa que había puesto a alerta a Natsu) se precipitó en los brazos de Natsu, llorando. Natsu la envolvió en un familiar y fraternal abrazo, mientras preguntaba, en voz suave.


    —¿Ha pasado algo con Elf o Mira?


    —N-no… están bien… pero hay niños y…y… las casas… — la pobre no podía ni hablar. Sólo lloraba. Lucy contemplaba la escena con cierto alivio al ver que Lisanna estaba bien, y angustia al ver tanto dolor.


    Iba a ser complicado superarlo.


    · · ·

    Una semana después…

    · · ·


    Aquella pequeña guerra había sido muy dañina para el reino. Los soldados de Jose habían arrasado con los cultivos que había afuera de la gran ciudad de Magnolia, y habían bajado los parámetros de población, milicia y alimento. Jellal y Gildarts trabajaban en conjunto para organizar la reconstrucción de la ciudad de Magnolia. Mientras, los que estaban sin techo, habitaba en el refugio subterráneo. Makarov miraba pensativo por la ventana de su despacho, que seguía con daños. Ahora no era tiempo de invertir en el palacio.


    —Como mierdas solucionaré esto… — Makarov tenía bastantes problemas que atener. Había mandado a Gray con los carruajes que contenían a heridos graves y a cadáveres enemigos a Hyresia, capital de Phantom. Ahí había buenos cirujanos, y algunos ya habían mandado cartas a Makarov para pedir emigrar allí. Muchos querían antes, pero Jose lo prohibía.


    Otro problema era que como iba a ocuparse de dos reinos si uno de ellos estaba en crisis y el otro no era para echar cohetes. Jose se gastaba su fortuna en él y en el ejército, sólo para destruirlos. Y después tenía que negociar con reinos vecinos sobre el envío de frutas y verduras, además de pagar las construcciones.


    —Lord — Mira entró sin llamar. Makarov ya estaba acostumbrado, sobre todo si estaban en una crisis — Hemos recibido una visita inesperada.


    —¿Quién es? — Makarov sonaba frustrado. ¿Visitas? ¿Ahora?


    —Dice ser el representante de Phantom… — musita Mira. Makarov se da la vuelta inmediatamente y se dirige a la puerta.


    —Hacedlo pasar al jardín trasero. Evitad que vea los destrozos y ordenad a la servidumbre que sirva té para nosotros — ordenó Makarov.


    Mira hizo una reverencia y partió a buscar al visitante. Makarov salió por una puerta trasera hasta un bello jardín. Estaba poblado de flores y columnas de mármol, con una mesa y una silla en un camino de piedra hacia un pozo (había tres fuentes y dos pozos más en la ciudad). Se sentó en una silla, aguardando al representante. ¿Sería alguien escogido democráticamente?


    Escoltado por Mira y una criada con una bandeja de té, apareció el invitado sorpresa. Era joven, de unos veintitantos años, con cabello negro lacio y ojos de un azul hielo. Makarov le indicó que se sentase y él hizo una reverencia, para sentarse. Mira permanecía a su lado, inmóvil pero con una sonrisa. La sirvienta sirvió el té por la izquierda de los comensales. Después se retiró.


    —Lamento la intromisión, Lord — se disculpa el joven. Mira a Mirajane de reojo — ¿Podría el servicio dejarnos a solas…?


    —No es del servicio. Es mi mano derecho, así que se queda — dijo Makarov, cortante. El joven se contrae de sorpresa y vuelve a mirar a Mirajane. Ella sólo tenía una dulce sonrisa en su rostro.


    —En fin… el asunto que venía a tratar con usted con tanta urgencia es uno que venía demandando el pueblo desde años ha — tosió — Aunque primero debo presentarme. Soy el líder de la Rebelión, Mark Hansame. Nuestro grupo planeaba asaltar el palacio y destruir a Jose antes de que entrase en conflicto con Magnolia, pero he podido ver que hemos llegado tarde. Lo lamentamos.


    —No pasa nada, joven. Anda, toma un poco de té — ofrece Makarov, con esa alegría anciana que lo caracteriza. Mark esboza una risueña sonrisa y lo acepta con gusto.


    —Gracias. Ahora, volvamos al tema que nos ocupa… — deposita la taza en la mesa. Su rostro se vuelve serio — Phantom quiere declararse como Estado republicano independiente bajo el nombre de Hyresia.


    —Comprendo — Makarov cavila con calma.


    —Por supuesto, si usted aceptase por lo diplomático nuestra autonomía, crearíamos una alianza con Magnolia. Todo nuestro servicio médico, alimento y recursos estarían a su disposición durante esta crisis.


    —Sería el mismo efecto si Phantom estuviese bajo mi mando.


    —Pero dos mentes piensan mejor que una. Además, no creo que usted quiera una guerra civil después de esta batalla — dice Mark, diplomático. Makarov esboza una sonrisa.


    —No, no la quiero. Me caes bien, Mark, eres un muchacho astuto. Pero aún te queda mucho por aprender — dice. Mark se le queda mirando con seriedad, esperando una respuesta — Admiro mucho la rebeldía de los tuyos y vuestros afán por proteger vuestro hogar. Bien, pensaré vuestra autonomía. De momento, lo máximo que puedo hacer es enviar un embajador.


    —Me ocuparé yo. Seguro que sus majestades quieren estar junto a su pueblo — dice. Makarov asiente y sus ojos jóvenes brillan con juventud. Mark recobra la compostura, y con una sonrisa que no quiere dejar sus labios, dice: —Muchas gracias por su tiempo. El pueblo está en deuda con vos.


    —De momento, no hay nada hecho.


    El trato finalizó con un firme apretón de manos. Mirajane dedicó una sonrisa al Lord mientras acompañaba a Mark hacia su carruaje y la sirvienta recogía el té del invitado. Makarov se quedó en el jardín, pensativo, mientras sorbía el té y el viento turbio azotaba su cara.


    Tiempos difíciles.


    · · ·


    —¡Eso va ahí! ¡Venga, que quedan treinta! — vociferaba Gajeel. Iba con el torso descubierto, sudado y con martillo de herrero en mano.


    Los carpinteros y herreros de la ciudad se reunieron para construir ataúdes aprovechando los escombros. Eran 90 los muertos magnolianos. Mayor era la cifra de los hyresios (300), y dieron gracias a Dios de que sólo había heridos graves. Sin embargo, seguía habiendo sangre pintando las paredes, aunque ya hubo voluntarios para limpiarla.


    Gajeel y su equipo de herreros y carpinteros (incluyendo aprendices) llevaban toda esa semana trabajando sin descanso para hacer los ataúdes y poder dar la paz a los héroes e inocentes que participaron en la batalla. Ahora mismo estaban en campo abierto, fuera de los muros secundarios, cerca de una vieja herrería. La ciudad tenía dos muros: Una primaria, que confinaba tanto a ciudad como los campos de agricultura y pasto, y una secundaria, que delineaba la ciudad como segunda ofensiva. Todos los muros tienen torres de vigilancia con un soldado siempre apostado para dar aviso del enemigo y poder evitarlo, pero Phantom se conocía todos los trucos y logró avanzar hasta el muro que delimitaba la ciudad.


    —Esto… — la tímida figura de Levy apareció ante ellos. Traía cuatro cestas de mimbre con ella que olían de maravilla. A los chicos se les hizo boca agua — Traje la comida. Dejen de faenar un rato y pónganse a comer.


    Todos obedecieron como niños de cinco años. Levy era bastante popular en la ciudad, aunque fuese realmente grande. Gajeel griñó y golpeó con fuerza el hierro incandescente. Levy colocó las cestas y los trabajadores fueron cogiendo sus bocatas de jamón y queso.


    —Gajeel, ¿no comes? — dice Levy, con bocadillo en la mano. Gajeel ni desvía la vista.


    —No. Tengo que terminarlos — dice.


    —Gajeel, si no comes nada, te vas a desmayar, y así no podrás trabajar — refuta Levy. Acerca el bocata sus labios, pero él gira la cabeza. Lo vuelve a intentar. Nada.


    —No lo conseguirás, enana — dice Gajeel, completamente serio.


    —Pues dejando bocadillos a un lado… t-tengo que confesarte algo — Levy se enrollaba un mechón de pelo azul en el dedo. Gajeel escuchaba con indiferencia, pero los compañeros de trabajo atentamente — B-bueno… verás… y-yo… eh… es…estoy… e-e… embarazada…


    —¿¡QUÉ!? — gritaron todos al unísono. Gajeel tenía la boca tan abierta que llegaba al suelo.


    Ya ahora, un bocadillo entre sus dientes.


    —¡JA! ¡Lo conseguí! — celebró Levy. Gajeel se la quedó mirando con incredulidad mientras bailaba por su victoria. Aprovechando lo incrédulo que estaba, le metió el bocadillo en la boca, y ahora estaba obligado a masticar.


    —¿P-pero estás embarazada…? — pregunto uno de los chicos.


    —¡Claro que no! ¡Sigo pura y casta! ¡Y victoriosa! — celebra Levy. Gajeel farfullaba cosas mientras se comía el bocadillo — ¿Qué? ¿A que ha sido buena estrategia?


    Gajeel no podía mirar a Levy a la cara. Cuando dijo esa confesión, Gajeel tenía ganas de matar a alguien. Estaba casi tan rojo como el hierro que golpeaba. Cuando vieron la cara de Gajeel, los otros trabajadores no pudieron parar de reír.


    —¡Puajajajaja! ¡Te la jugó, Gajeel!


    —¡Tú también caíste, gilipollas! — insultó Gajeel, rojo de vergüenza. Levy emitió una risilla.


    —Je… me alegro de que rían — Gajeel miró a Levy con extrañeza — Cuando vine estaba todo muy sombrío. Me alegra que puedan reír… seguro que ahí arriba lo agradecerán. Así que ríe tú también, ¿eh, Gajeel?


    —Enana… — se la quedó mirando. Tenía esa sonrisa capaz de reconfortar a cualquiera. Entonces, las palabras se pronunciaron por sí solas — …no han encontrado a Juvia.


    —¿A quién? — pregunta Levy. Le sonaba el nombre.


    —A Juvia. Era una de las subordinadas de Jose, pero… lo único para lo que estaba ahí era para ser violada. Era tratada como pura basura… y yo no hice nada… ¡Nada! — golpeó el hierro con fuerza que incluso asustó a sus compañeros. Levy seguía escuchando, sin inmutarse — Y revisé los heridos y cadáveres. No está. Desapareció. Y no quiero ni pensar que le podría estar pasando…


    —Gajeel, tranquilízate. Quizás sólo volvió a su capital — pidió Levy.


    —Ojalá fuese eso.


    Y golpeó el hierro con más fuerza.


    · · ·


    El carruaje trotaba a cada piedra que se interponía en las ruedas. El carruaje de madera de dos “vagones” iba cargado con heridos. Gray estaba vigilándolos, con otra mujer. Estaba sentado en una caja de madera, en un vagón cubierto, mirando a los heridos. Bisca y Alzarck estaban vendados de arriba abajo, y Cana respiraba de manera dificultada.


    —Gray-sama — Gray por poco chilla de pánico cuando oyó justo a su oído. Se hallaba cerca de la ventana, y había metido un respingo que por poco llegaba al techo. Cuando se giró, vio a Juvia, que iba seria. Estaba colgando de la ventana.


    —¿¡Pero qué haces, bruta!?


    —Juvia quiere ayudar a Gray-sama con los heridos — Gray se apartó, y Juvia vio eso como señal para meterse adentro.


    —Pero si tú-


    —Juvia sabe que formaba parte del enemigo. Formaba. Ahora Juvia quiere ayudar y agradecer a Gray-sama por haberla salvado, así que Juvia cuidará de los heridos. No se preocupe, Juvia sabe lo que se hace.


    Gray gruñó, buscando otra regañina. Sin embargo, Juvia se acercó a Cana y al ver sus vendajes sucios, decidió quitárselos. Gray miró hacia otro lado mientras lo hacía. No podía mirar el cuerpo desnudo de una mujer, por muy herida que estuviese.


    —Gray-sama, mire.


    —¡No voy a mirar!


    —No está desnuda, así que mire – pide Juvia, Con desconfianza, Gray gira lentamente. Al ver que sólo retiró el vendaje del brazo, se alivió. Juvia cogió una cantimplora y el agua comenzó a fluir por el aire. Comenzó a lavar las heridas del brazo, hasta quedar bien limpias, y puso vendajes nuevos. El agua volvió a la cantimplora igual de pura y limpia.


    —Increíble… — musita Gray. Juvia se sonroja — Serás de mucha ayuda en este viaje — Gray mira los ojos brillantes de Juvia — ¡P-pero eso no quita que me moleste que hayas entrado por la ventana! ¡Y no es que me haya asustado!


    —¡Juvia está feliz de poder ser de ayuda! — dice, animada. Gray voltea el rostro hacia otro lado, pero sus ojos miran discretamente como Juvia comienza con el otro brazo.


    Ah, dulce muñeca de porcelana…


    · · ·

    Días después

    · · ·


    El día en Magnolia estaba mustio y gris. Una gran capota de nube gris cubría el cielo, y la tristeza sopesaban en los corazones. Noventa lápidas nuevas renovaban el cementerio de Magnolia. Todas las mujeres estaban con sus toquillas de encaje y vestidos negros, con rastros de lágrimas por la piel. Los hombres iban vestidos de manera igual de sobria, y los príncipes llevaban sus trajes de luto. Era incluso raro ver a Gajeel arreglado.


    Después de las trompetas y la marcha fúnebre dónde los noventa ataúdes fueron llevados todo el camino hasta el Cementerio de Mavis, a Lucy le tocaba presidir la ceremonia fúnebre. Iba vestida con los ropajes de sacerdotisa. Traía puesto el velo blanco y el kimono de igual color, sólo que con el lazo negro y el rosario entre sus dedos. Estaban todos reunidos para escuchar y llorar el discurso fúnebre. En un pedestal de madera estaban de pie los cuatro príncipes y el Lord, con una Lucy sobria a su lado. Lucy dio un paso adelante, cuando las trompetas cesaron.


    —Hermanos míos, estamos hoy aquí para celebrar la vida y llorar la muerte de estos héroes. Su sacrificio no fue en vano: gracias a ello, nosotros seguimos aquí. Por su noble sacrificio, Dios les abrirá las puertas del Cielo, téngalo por seguro — dijo Lucy — Fueron personas extraordinarias. Personas con un corazón tan lleno de coraje que se lanzaron a defendernos, para que podamos vivir. Para llorar, para sufrir, para caminar hacia adelante y para reír. Estamos seguros de estos héroes no querrían ver a su pueblo triste y melancólico, si no que vaya recuperando poco a poco la alegría. Es duro atravesar la muerte de un allegado, pero más duro es aún el no hacerlo. Os invito a sonreír, por esos héroes — Lucy terminó e discurso con una sonrisa triste. Los llantos se hicieron sonar — ¿Alguien… quiere subir y decir unas palabras?


    Muchas personas subieron, de todos los aspectos y tamaños. Desde viudas desamparadas hasta carpinteros y panaderos. Todos, con las mismas lágrimas cayendo por sus mejillas. Una vez terminado el discurso general, las familias y amigas se dispusieron a despedirse de sus seres queridos. Lucy iba de ataúd en ataúd, colocando los dracmas en sus muertos dedos y dando la asunción y rezando con la familia por su vida.


    Los soldados volvieron a sus puestos. Jellal se puso a dirigir las reconstrucciones y a atender la seguridad del pueblo. Gray ya había llegado con Juvia, aunque ella todavía no quería revelarse. Todos los ciudadanos posibles, tanto hombres como mujeres, se pusieron manos a la obra para recuperar la ciudad.


    —Juvia, es una estupidez que te ocultes — suspiró Gray. Juvia iba encapuchada y con el velo de luto por debajo, siguiendo como una sombra a Gray.


    —¡Pero Juvia teme que la echen a patadas!


    —Pero aquí no pasará eso — no, no fue Gray el que habló. Fue una voz más varonil y fuerte, que Juvia reconoció de inmediato. Se dio la vuelta y vio el rostro de Gajeel torcido en una sonrisa.


    —¡Gajeel-kun! — Juvia no pudo evitar llorar al instante. Mandó al saco la capucha y el velo y se precipitó sobre Gajeel para darle un fuerte abrazo — ¡Juvia estaba preocupada…!


    —¡Y tú desapareciste del mapa, idiota! — Gajeel le dio una pequeña colleja que Juvia acogió con cariño. Sonreía, sonreía mucho — Veo que estás mejor.


    —¡Mucho mejor! Juvia… ¡Juvia pudo ver el Sol! — exclamó entusiasmada. Gajeel esbozó una amplia sonrisa.


    —Eh… me alegro mucho. Pues como ya estás aquí… te quedarás a vivir en Magnolia — sentencia Gajeel.


    —¡P-pero…! ¡No perdonarán a Juvia…!


    —Gilipolleces. Necesitamos mano de obra ya — dice Gajeel. Los ojos de Juvia se iluminan — Telares. Hay que coser mantas a la de ya.


    —¡Juvia se encarga! — Juvia dio un último apretón a Gajeel y se fue corriendo allá a dónde veía una mujer con mantas. Gajeel esbozó una amplia sonrisa llena de alivio acompañada de su típica risita. Gray lo miraba cruzado de brazos y con una ceja alzada.


    —¿Es tu novia o algo? — pregunta Gray. Más que avergonzado, Gajeel estaba sorprendido.


    —¡Claro que no! Es como… una hermana menor — dijo Gajeel, rápidamente.


    —Hasta el hierros tiene corazón, ¿eh? — molesta Gray.


    —¿Qué insinúas, eh?


    —¡Lo que insinúo!


    —¡Tu ropa, desnudín!


    —¡Mierda!


    Gajeel se reía en su cara mientras Gray andaba a buscar su ropa.


    La alegría comenzaba a recuperarse…


    · · ·


    —¡Señorito Jellal! — un soldado, apurado, llegaba hasta dónde Jellal iba dirigiendo. Despidió con una sonrisa a un ciudadano y su mirada se volvió seria cuando vio al soldado.


    —¿Qué sucede?


    —Han detectado a un extranjero sospechoso. Va con capucha vieja hasta los pies. Quiere ver a uno de los príncipes o al Lord — expresó.


    —Hum… ¿qué querrá…? Bien, iré yo mismo. Dile a Gildarts que modere en mi lugar.


    Jellal tomó un caballo prestado de una jovencita y se fue cabalgando hasta el muro secundario. Atravesó las segundas aduanas y se adentró en el camino pedregoso hasta que vio las aduanas primarias. Paró el caballo y unos soldados vinieron a informarle.


    —¡Señor! El forastero está aquí…


    Lo llevaron exactamente donde estaba la entrada. Era una figura encapuchada, de lino viejo y deshecho. Su capucha echada no dejaba revelar su rostro ni su sexo. Entonces, al sentir la presencia de Jellal, se arrodilló. Con una rodilla doblada y la otra besando el suelo, pronunció:


    —Quiero prestar mi arma a vuestro ejército.


    —Descúbrete, forastero — ordenó Jellal. Una mano sujetó la capucha y la llevó hacia atrás. Los ojos de Jellal se contrajeron, y su corazón dio tres vuelcos. Pensaba que se quedaba sin respiración.


    —¡Erza! — exclamó. Y el torbellino rojo lo miró.


    —¿Me aceptáis ahora, mi señor?


    Quiero dormir… (Go to Sleep…)


    ¡Aquí estoy, reportándome con un nuevo capítulo, muriéndome de sueño! No puedo más, te lo juro (por un churro). Este capítulo ha estado algo opaco para mi gusto, pero ahora comienza lo bueno. Esperad… ¿sentís eso? Son los fans del Jerza que leen este fic que están saltando todos a la vez.


    Tengo trabajos y más trabajos para hacer, además de exámenes y bliblabló (mira quién habló). Realmente lo único que me apetece ahora es irme a dormir. Estoy que me caigo…


    Antes de que me quede dormida en el escritorio babeando, deciros que: ¡Os amo a todos! ¡Sí! ¡Os quiero a todos y a cada uno de vuestros favoritos, follows y reviews! ¡Y a cada lector que pasa! ¡Y a la maría! ¡Síííííí!


    Nos vemos en el próximo capítulo

    Por cada review, me pago un café.
     
  17.  
    Himari Akirami

    Himari Akirami Iniciado

    Libra
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    2 Febrero 2013
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    13
    Pluma de
    Escritora
    Alooo!~ , hace mucho que no paso por aqui. *-*

    Cada vez mejoras mas Levy :$

    O por dios! , GaLe y Jerza! *Q* -Desangre nasal al ver que aparece Erza-

    Bueno,espero la continuacion C':
     
  18.  
    Kokoa Barakat

    Kokoa Barakat All Time Low Lover

    Libra
    Miembro desde:
    12 Septiembre 2012
    Mensajes:
    68
    Pluma de
    Escritora
    Holi, llevo leyendo tu historia desde que la empezaste a escribir y me he dado cuenta que todavía no la había comentado >.<
    La trama me parece muy buena, mi pareja favorita es NaLu pero es que no quiero que sufra Lissana (ojala encuentre a alguien y deje a los otros solitos ^^)
    El papel que les diste a los protagonistas al principio me chocó un poco sobretodo por tantos príncipes pero ahora no lo veo tan mal sino que me encanta <3
    Me dio mucha pena la historia que le pusiste a Juvia pero menos mal que Gray estuvo allí ^^
    Tenía ya muchísimas ganas de que apareciese Erza :)

    Bueno ya paro de escribir que no paro.
    Me podrías avisar para los capitulos? Estaría encantada de seguir leyendo un poco más <3
    Sigue así.
     
  19.  
    Wendy Marvell

    Wendy Marvell Iniciado

    Leo
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    22 Noviembre 2013
    Mensajes:
    6
    Pluma de
    Escritora
    Levy-san,tu historia es impresionante,por favor síguela!
    Me gustaría saber que pasa con Erza y Jellal,ya todos estaban preocupado por que Erza no aparecía.tienes que continuar pronto por favor
    También continua con el RoWe,me encanta esa pareja (porque será)
    por favor,tienes que continuar la historia...
     
    Última edición: 23 Noviembre 2013
  20.  
    Ayusawa Misaki

    Ayusawa Misaki Nunca te des por vencido, sigue tus sueños

    Cáncer
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2013
    Mensajes:
    21
    Muy buena tu obra pero continua, pero si va a quedar en NALU? Di que si, no traigo nada en contra de lisana pero no me gusta la idea que se quede con Natsu.
    NALU FOREVER....
    Y que pasa entre erza y jellal.... porque erza no aparecia....
    Continua tu hermosa historia
     

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