La que sueña y el que desea.

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Fadow, 16 Enero 2012.

  1.  
    Fadow

    Fadow Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    20 Diciembre 2011
    Mensajes:
    42
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La que sueña y el que desea.
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    173
    Prologo


    Ella sabía, muy en el fondo de su corazón frágil, que el fuego que alimentaba su espíritu y que le daba fuerzas para seguir obedeciendo a la gente, tarde o temprano se extinguiría y devastaría con todas las personas que intentarían detenerla inútilmente. Oh querida niña que aún sueñas despierta, ¿llegará el día en que dejes de escuchar las opiniones de la gente? ¿Cuándo aprenderás a identificar las palabras disfrazadas con las que siempre te han hablado?

    Detrás de aquel corazón de oro disfrazado de carbón, aquel que aceptaba todos los sobrenombres menos de ladrón, ¿cuándo aprenderá a ser el mismo otra vez? ¿Cuándo volverá la vida que le arrebataron?, él sabía, muy en el fondo de su corazón dinámico y orgulloso, que las pocas fuerzas que le quedaban se estaban terminando, y que el único deseo que él gritaba en su interior era desenlazarse las cadenas que lo abrumaban.
     
    • Me gusta Me gusta x 10
  2.  
    Mina Guk

    Mina Guk Usuario común

    Piscis
    Miembro desde:
    19 Octubre 2009
    Mensajes:
    371
    Pluma de
    Escritora
    wow, muy interesante el prologo, creo que se pondrá bastante bueno.
    me pareció que desde el comienso fué muy buena tu narración, aunque sea pequeño
    puedo notar ese toque de poesía en tu redacción, me gustó, tambien me gustaría que me avisaras cuando
    tu capitulo comiense, me agradaría leerlo y sentir tu exoresion escrita ^^
    muy bien te felicito, continua así

    suerte
    sayonara
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  3.  
    Kohome

    Kohome Fanático Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    26 Agosto 2011
    Mensajes:
    1,024
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Wow, que manera de comenzar, amiga, en mí, tienes una escritora asegurada.

    Me parece que tendra una trama fascinante, no puedo esperar por la conti, de echo, opino exactamente lo mismo que Minako Yatsura, tu narración tiene un toque poético suave, atrapante.

    Además que esta frase me dejó perpleja, aparte de muchas otras:

    Detrás de aquel corazón de oro disfrazado de carbón

    No lo entiendo, ¿de donde saca la gente tanta creatividad?, joh!, lo resuelvo luego, por ahora, seguiré este fic hasta el final.

    Avísame cuando tengas el primer capítlo, realmente, lo espero ansiosa.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  4.  
    Nia Tetsuya

    Nia Tetsuya Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    14 Enero 2012
    Mensajes:
    17
    Ohayo, Me interesa mucho tu historia al leerla noto como encontrare cosas inesperadas y ademas de que tendra mucho por lo cual me mantendras muy atenta a tus continuaciones. Me gusta mucho tu manera de narrar y el lenguaje que utilizas, junto con la colocacion adecuada de las palabra que utilizaste.
    Y como an dicho anteriormente tu narracion tiene un toque de poesia que atrapa a los lectores... eso es bastante bueno, y por lo menos aqui tienes a una lectora mas a la cual le interesa seguir leyendo este Fic en cuanto lo continues... Por favor avisame en cuando este listo... Yana.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  5.  
    Skyward

    Skyward Guest

    Muy interesante esta el prologo me gusto que le agregaras amor , pero ala vez suspenso. Te recomiendo de que involucres a muchos personajes , incluso los menos importantes y dales un buen papel en la trama.
    Me gustaría que conflictos entre personajes ya sea discusiones o peleas :D A y por ultimo cuenta conmigo en esta historia , yo se que sera una de las mejores.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  6.  
    Fadow

    Fadow Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    20 Diciembre 2011
    Mensajes:
    42
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La que sueña y el que desea.
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    1972
    Rumbo al comedor

    Hace mucho tiempo en algún lugar sin igual, existía el reino al que todos aclamaban menos las personas malvadas y codiciosas. Al castillo no le faltaban los sirvientes ni los valientes soldados, tampoco los paisajes hermosos llenos de vida, sólo la familia real carecía de mucho amor para su única heredera. Aquella princesa curiosa que había admirado todos los paisajes admirables del castillo, sus agradables olores, estaba condenada a las creencias de su padre. Sus ojos vendados con un pañuelo blanco la tenían prisionera de su propia imaginación durante mucho tiempo, y aún faltaba un poco de tiempo más para que la liberara su propio padre.

    ― ¿Lo aprieto un poco más, señorita Kagome? ―preguntó amablemente una de las sirvientas apretando un poco el vestido rojo.

    ―Está bien, muchas gracias ―sonrió sin saber a quién agradecer, ella hizo una pequeña reverencia hacia la mujer apenada por su comportamiento―, si lo deseas puedes retirarte, yo puedo cuidarme sola, no se preocupe.

    Al principio, la dama que la auxiliaba dudó dejarla sola, pero al ver a la princesa tan decidida y tan temerosa por su respuesta, eligió retirarse de su habitación. Sabía que Kagome no se rendiría, todo el pueblo sabía que ella era muy fuerte para soportar la carga más indescifrable que le habían encomendado. Hace pocas primaveras, un sacerdote robusto, con una túnica blanca impecable que lo hacía parecer una deidad, visitó por primera vez a la familia real para bendecir el castillo tan afamado y pacifico por enésima vez. No obstante, la última visita de aquel señor había percibido un poder muy fuerte que nacía y terminaba en el cuerpo de Kagome. Nadie le creyó, ni siquiera los más fieles caballeros que por accidente habían escuchado, ni siquiera la princesa, es más, todos lo tomaron como un simple juego o broma peligrosa: “Se hará lo que usted le dicte a mi hija”, esas fueron las palabras que condenaron a su propia sangre, condenó a su hija no ver nada hasta la próxima primavera. Según el sacerdote, así purificaría sus ojos y su espíritu, sin la necesidad de ver gente pecadora vagando por ahí.

    La verdad, la princesa ya no aguantaba ni un minuto más estar así, tan sólo apreciaba la divida oscuridad. A veces sentía la desesperación en su cuerpo y el oxigeno le faltaba, pero no podría fallarle a las personas que confiaban en ella. Cuando todo estaba listo con su vestido rojo, con algunos accesorios sin exagerar, buscó con sus propias manos la puerta de madera, no tardó mucho en encontrarla, pero justo cuando salió tropezó con algún objeto tirado.

    ¡Cuidado, Kagome! ―la sostuvo entre sus brazos su amiga de la infancia, la levantó con cuidado―. Alteza, debería tener más cuidado.

    ―Sango, sin formalidades ―sonrió Kagome―, buena atrapada amiga, muchas gracias, sin ti me hubiera golpeado.

    ―Princesa, usted sabe que está retrasada en la merienda: ahora habrá fresas con crema y pastel ―ignoró por completo las ideas incoherentes de ella, ¿cómo se vería ella tratado de familiarizarse más de lo debido con Kagome?, los sirvientes comenzarían hablar mal de Sango y eso no le convenía a ella.

    ―Está bien, avísales que voy enseguida.

    ―Pero princesa, yo podría escoltarla hasta la sala. No quiero que se pierda en los pasillos, recuerde que el castillo es muy engañoso, hay muchas habitaciones que se conectan con otros lugares

    ―¿Estás suponiendo que no puedo llegar al comedor por mí misma? ―Kagome sabía de antemano que Sango jamás le respondería, a veces no le gustaba usar ese punto débil de ella.

    ―No…

    ―Entonces querida amiga, puedes esperarme en el comedor sin preocuparte. Yo estaré bien, te lo prometo; tengo que demostrarle a mi padre que puedo cuidarme sola, él tiene que entender que ya no soy una niña.

    Kagome supo que Sango ya se había cuando se escuchó un portazo a lo lejos: hora de la perdición. No sabía si realmente llegaría hasta el comedor, sólo estaba segura que enfrente de ella estaban dos puertas más que seguro la llevarían a sitios que ella ya había olvidado cómo eran. La única hija del rey, estaba condenada a algo innecesario, la princesa lo sabía, muy en el fondo de su corazón, lo intuía. Pero cuando quería hablar su padre no tenía tiempo para escucharla, no tenía voz para él. Hubiera preferido que purificaran su voz que sus ojos, así sentiría menos peso en sus sentimientos. La joven de diecisiete años caminaba con sus manos extendidas hacia el frente, trataba de tocar todo objeto que se le acercara, posiblemente ya hubiera llegado al comedor si no hubiera sido tan orgullosa, el poco tiempo que llevaba caminando ya se había perdido. Pensó por instantes quitarse la venda de los ojos, pero si lo hacía decepcionaría a su familia y echaría a perder todo el tiempo que llevaba ciega.

    ―¡Oye tú, ¿qué estás haciendo aquí?! ―se escuchó una voz varonil resonando en las paredes.

    ―¿Qué? ―Kagome siguió caminando hasta chocar con unos barrotes causando que se cayera de espaldas, se mojó el vestido que tenía por un charco de agua, a juzgar por su temperatura, el líquido llevaba días ahí, ¿dónde diablos estaba?

    ―Niña torpe, mira dónde andas ―una de las características que más destacaba en ella era la paciencia, si no tuviera esa virtud, le hubiera respondido de la manera más cruel. Kagome se levantó tratando de repasar por su mente todas las habitaciones del castillo y ubicar dónde estaba.

    ―Pues cuida tu boca soldado, sirviente o lo que seas ―respondió la princesa, se sacudió el vestido rojo y olfateó el lugar: percibió cenizas, tabaco y licor― ¿dónde estoy?

    ―Si te quitas el pañuelo de tus ojos saldrías corriendo de aquí asustada ―no fue burla como lo pensó la dama, más bien era una advertencia, una que no escuchó intencionalmente.

    ―No tengo por qué, éste es el castillo que yo habito, para su mala suerte, yo mando.

    En esos instantes, sólo se escucharon las antorchas. Ella había ganado una estúpida discusión de palabras, seguro que se tragó sus propias palabras; pero ese silencio que se creó en la atmosfera comenzó a inquietarla mucho, no le agradaba el olor ni la tensión que se creaba en el entorno.

    ―Entonces… ¿tú eres la princesa Kagome? ―preguntó aquella voz temerosa.

    Escuchó después pasos que caminaban en el mismo sitio, como si él tratara de pensar o buscar algo rápido, escuchaba claramente que la respiración del muchacho se volvía entrecortaba, tal vez la presencia de la princesa lo preocupaba. De repente no escuchó ni pasos, ni respiraciones. Ella dio un brinco cuando escuchó algo de porcelana romperse en miles de pedazos, imaginó que era algún plato o taza que se había caído, Kagome llevó sus manos a su boca pintada.

    ―¡¿Qué está sucediendo así?! ―escuchó la voz de otra persona furiosa, ella dio media vuelta y el guardia la miró asombrado por su presencia―: princesa, ¿qué busca en este sitio?, este no es un buen lugar para una hermosa dama como usted…

    ―¡Oiga, sáquela de este sitio y deje de sermonearla! ―estorbó el joven apropósito, no le agradaba la idea escuchar puras basuras de aquel soldado.

    ―No preste atención de este moribundo encadenado, por favor, concédame el honor de escoltarla hasta la salida ―el hombre de veintisiete años tomó delicadamente la mano de ella, y juntos se encaminaron hasta la salida.

    A pesar que Kagome no deseaba ir con aquel soldado, no se rehusó a que la escoltara. Extrañamente se sentía mejor con el otro joven de nombre ignorado, que con ese soldado tan hablador, estaba segura que si no fuera alguien importante, la hubiera tratado como una cualquiera, como el otro muchacho incomprensible.
    Se abrió la gran puerta prohibida:

    ―¡Kagome! ―nuevamente, ahí estaba Sango abrazándola y apartando a la misma vez al soldado― ¡Jamás salgas sin escolta, ¿entendiste?, todos estábamos preocupados! ¡Te buscamos en todas las habitaciones y mira hasta dónde llegaste!

    ―No creo que sea tan grave… ―soltó una risita risueña.

    Los calabozos prohibidos no es un buen lugar, Kagome. Cualquiera te hubiera lastimado, engañado o insultado para que los sacaras de ahí, o yo qué sé ―finalizó una de las pocas guerreras del castillo y de misma edad que ella, volteó con el soldado―. Por favor, que nadie se entere de lo ocurrido.

    Sango sacó de su bolsillo tres monedas de oro, asegurando su silencio y el bienestar de la princesa, si Kagome no tuviera aquel pañuelo en sus ojos, se opondría a tal acto. El soldado las tomó con disimulación y se marchó de nuevo al calabozo; de lo contrario, la joven de vestimenta oscura y armadura rosada, tomó la mano de la princesa mostrando sincera amistad, y juntas se encaminaron hacia tal esperado comedor. Durante el recorrido, Sango comenzó a sermonearla de las consecuencias que tuvieron sus descuidos, de su orgullo y que por esas pocas razones no la dejaría sola ni por un segundo; sin embargo, Kagome no dejaba de pensar en ese joven que tiró los trastes apropósito para que alguien la ayudara a salir de aquel prohibido lugar, ¿o acaso fue un accidente llamar la atención del guardia…?


    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.


    Minako Yatsura: Muchas gracias por tu comentario, me agradó mucho leerlo, me sentí apoyada en cierta forma con la historia. Espero que el primer capitulo sea de su agrado, y por favor, cualquier critica o comentario es bienvenido.

    Kohome: Me alegra que te haya gustado el prologo, éste lo hice en un rato que muy pocas veces lo leí. Muchas gracias por notar aquel detalle de la poesía, por lo regular, no me queda esa categoría, pero haré el mejor esfuerzo con eso, puesto que me llama un poco la atención. Espero que el primer capitulo sea de su agrado.

    Nia Tetsuya: Cuando leí tu comentario me sorprendió mucho amiga, pues me alegra que revivamos viejos tiempos con escritos, y muchas emociones que hemos vivido juntas. Espero que se vuelvan a repetir, como antes.

    Skyward: Ten seguro que habrá algo de romance, pero no soy una persona expresiva en ese punto, me refiero a que no todos los capítulos serán extremadamente amorosos, siempre toco ese tema pero muy leve. Hermanito, me alegra tenerte aquí como uno de mis lectores, me alegra mucho que tengas mucha confianza en mí.
     
    • Me gusta Me gusta x 6
  7.  
    Kohome

    Kohome Fanático Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    26 Agosto 2011
    Mensajes:
    1,024
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Holi.

    Joh!, bueno, no debes ser tan formal conmigo, ni que fuera la escritora más famosa del mundo XD (aunque quisiera). A mí hablame de tú.

    Bueno, respecto al fic, muero por saber que diablos es ese tema de la venda ¿cómo que una energía extraña?, ay que raro.

    ¿Quién sería ese que le habló en el calaboso?, ¿acaso tiene algún papel importante o es solo alguien de por ahí?.

    Por como habló aquel hombre, me sonó a Inuyasha, no se si tenga la razón.

    Pues bien, avísame cuando tengas conti, y no me trates con tanto respeto, me haces sentir como una ansiana (y apenas tengo 13) XD.

    Sayito.
     
  8.  
    Skyward

    Skyward Guest

    Me confundí un poco con las voces , pero.. entonces en niño temeroso era Inuyasha? o es mi imaginación.
    Bueno en resumen me gusto mucho el papel de cada uno (O por el momento kagome y sango) Tambien me gusto mucho el final que le diste un buen enigma que se tiene que resolver.

    Felicidades hermana ojala que sigas así :D .
     
  9.  
    A Escarlata Taisho

    A Escarlata Taisho Brujo De Las Dimenciones

    Cáncer
    Miembro desde:
    26 Octubre 2011
    Mensajes:
    151
    Pluma de
    Escritor
    guaaa que interesante se ve tu fic me a gustado mucho la forma en la que lo llevas y se nota el empeño que le das a tu historia según me imagino y no creo que sea mentira el que se encontraba en el calabazo era inuyasha o me equivoco que gran intriga nos dejaste con ese final espero que lo continúes pronto y cuando lo hagas me informas que tu historia a atrajo mi atención y que me tendrás como un fil lector a cada continuación tuya
     
  10.  
    Nia Tetsuya

    Nia Tetsuya Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    14 Enero 2012
    Mensajes:
    17
    Me facino, el suspenso y la trama al igual que narracion que posees me facina. Todo me gusto tienes muy buena ortografia. Me gusto mucho el capitulo, bueno estoy repitiendo mucho las cosas. Y como siempre me dejas con las dudas... pero las dos que mas quisiera sabes y que se que me diras conforme a la historia es: Quien era el moribundo encadenado? y si tiro el utencilio de porcelana...???
     
  11.  
    Fadow

    Fadow Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    20 Diciembre 2011
    Mensajes:
    42
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La que sueña y el que desea.
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2925
    El que retó a la fortaleza


    La princesa Kagome no deseaba sacar conclusiones porque no pensaba ir a los calabozos prohibidos de nuevo, a menos que volviera a perderse, y de eso había muchas probabilidades sin contar con la seguridad que le brindaba Sango, su guardiana-amiga de la infancia, le brindaba.
    Llegaron al patio trasero del castillo, donde podía apreciarse flores de distintos y radiantes colores, el jardín no era tan grande, pero era el lugar más acogedor del reino. Su padre y otros dos caballeros la estaban esperando en unas sillas de diseño original, ellos se levantaron cuando apareció Kagome y la miraron inmutablemente, la princesa sólo estaba atenta a todos los sonidos y mientras más voces escuchaba, más se aferraba al brazo de su acompañante, tal como una niña asustada.

    ―Por favor tome asiento, princesa ―habló un joven de tez blanca y ojos negros, la sentó amablemente mientras la miraba. Sango se quedó de pie con la cabeza agachada, simbolizando respeto a sus superiores.

    ―Hija, comienza la merienda sin pena, estos caballeros sólo vinieron a conocerte ―Kagome asintió, y sin perder los modales comenzó a tomar un poco de flan, ella misma sabía dónde estaban las cosas. Colocó un pañuelo entre sus piernas para no mancharse y preparó el té sin ayuda. El joven príncipe estaba a punto de preguntar por qué estaban cubiertos sus ojos, pero su padre lo detuvo y negó con la cabeza. Supuso que después le explicaría tal acontecimiento.

    ―Bien, si esta dama puede hacer todo esto sin ver, me imagino que debe ser muy inteligente, princesa Kagome ―masculló el rey que aún no conocía, su padre y él intercambiaron miradas cómplices y sospechosas.

    ―Pues… no me quejo ―mintió, tomó un sorbo de té.

    ―Mi hija es muy inteligente, audaz y de belleza infinita ―agregó orgulloso su padre―, sería muy buena esposa y reina en algún futuro cercano.

    Sango fue la única que notó algo extraño con aquella frase, palabras simples que despertaron su sexto sentido e imaginó lo peor. Pero decidió no preguntar nada, no tenía el derecho de cuestionarlos.

    ―Entonces tengo el placer de conocer a la famosa princesa Kagome ―el príncipe tomó la mano de ella antes que tomara otro sorbo de su bebida―, permíteme presentarme: soy el príncipe Houyo, para servirle ―depositó un beso en su mano.

    ―Bueno, es un placer príncipe Houyo. Disculpe, no puedo quitarme la venda de los ojos porque…

    ―Por favor, no tiene por qué explicarme, su belleza aún así es notable, me deslumbraría más si veo sus ojos ―su mirada se detuvo en sus labios―, espero gentilmente volver a verla.

    ―Por supuesto, ésta es su casa ―respondió un poco confundida por la situación, por alguna razón sentía muchas miradas, era como si esperaran algo más de ella; un coqueteo, una sonrisa o tal vez esperaban que Kagome se le lanzara sobre él y empezara a comérselo a besos, pero eso sería algo absurdo y sin sentido cuando apenas se presentaban. Aunque cabe mencionar, que ya se había escuchado de princesas que se casaban a la primera cita.

    Pero había algo más desagradable que pasar por todo eso, pues quien la pasaba peor era el joven enjaulado, el muchacho que había tomado medidas para que encontraran a la princesa ciega. InuYasha permanecía sentado en el suelo de piedra admirando la cadena de su pie izquierdo, incluso había contado cuántas piedras había en su celda, cuántos tubos y cuántas hormigas pasaban por unos pequeños agujeros. El joven de fervientes deseos recordó una vez más el rostro de la mujer extraviada, analizando bien su rostro definido, parecía una niña que aún vivía en la fantasía que una princesa hecha y derecha, por supuesto que eso no tenía nada de malo.

    ―¡Oye tú, InuYasha! ―él volteó a su derecha sin muchos ánimos y recibió agua bruscamente en su cara, típico de aquel que lo custodiaba―. Romper tus trastes de porcelana no es muy agradable, no te daré comida en tres días.

    ―¡¿En tres días?! ¡Oiga soy humano, debo comer algo si no moriré!

    ―¿Y a quién demonios le importa eso? ―gritó el guardia, aquellas palabras fueron como una gran patada en el estomago, era verdad y por poco lo olvidaba― Recuerda muy bien esto: todos los que están en los calabozos prohibidos jamás saldrán de aquí.

    ―¿Así? ¿Y qué me dices de la princesa Kagome?, ella vino aquí sin ayuda de nadie, ¿tanta vigilancia tienen como lo presumes? ―dibujó una pequeña sonrisa maliciosa en su rostro.

    ―No me hables de la princesa prisionero, la niña vino sola por coincidencia no te emociones por eso, bastardo.

    Y así comenzó aquella lucha de palabras, que básicamente, no los llevaba a ningún lado. Tal vez era una ruta de escape para InuYasha, cuando estaba aburrido recurría molestarlo por cualquier cosa. Pasaron las horas y el sol se ocultaba para no darle la cara a la luna, el viento comenzó a soplar más fuerte y cuando eso sucedía pocas personas salían de sus hogares. Las luces del castillo relucían desde lo más alto de una montaña, un paraíso espectacular. Afuera del castillo, el príncipe Houyo se despidió de Kagome y de su padre, el muchacho quedó muy bien a la vista del rey; sin embargo, con la princesa no le pareció tan agradable que usara todo el tiempo palabras extravagantes y que apenas entendía, las palabras disfrazadas del príncipe no fueron muy efectivas como él pensaba. El otro rey y Houyo subieron a un carruaje que parecía de oro y se marcharon del lugar, Kagome los despidió con la mano desde lejos, aunque lo hacía en sentido contrario por que no sabía muy bien dónde estaba. Sango se avergonzó por ella. Ya tocaba la hora puntual de dormir de la princesa, si se quedaba un rato más seguro la castigaban sin salir de su habitación, como si la venda en sus ojos para purificar sus poderes descubiertos no fuera suficiente castigo.

    ―¿Ya se acostumbró, princesa? ―cuestionó Sango mientras dejaba su espada en la esquina de la cama―, me refiero que, aunque usted no puede ver, sabe con exactitud dónde está cada cosa.

    ―Así es, pero no me hables de “usted”, eso me incomoda mucho, más cuando te lo dicen todo el tiempo ―respondió y se sentó al borde de la cama, se cepillaba el cabello.

    ―Disculpe, pero no puedo permitirme esas libertades mientras la cuide ―la valiente guerrera se soltó el cabello para más comodidad. Sango la cuidaba a toda hora, no sólo porque esa era su función principal, lo hacía más que nada por amistad.

    ―Pero haces excepciones cuando estás preocupada por mí ―rió, se acostó en su cama de sabanas color rosa y se tapó a la altura de su cuello. Sango compartió su risa―. Pero cambiando de tema… ¿qué son los calabozos prohibidos?

    ―Kagome debería estar enterada: ahí encierran a las personas condenadas a morir, personas malvadas que hicieron cosas horribles en su vida y que no tienen perdón del rey.

    ¿Qué pecado mortal habrá hecho aquel joven? ¿Habrá asesinado a alguien importante?, por más extraño que pareciera, no dejaba de pensar por qué una persona malvada como se presume “la salvó” en cierta forma. Sango apagó las velas y se sentó en el borde de la cama para cuidarla, no supo a qué horas se durmió Kagome, pues la guardiana cayó rendida viajando en sus pensamientos incontrolables. La princesa sin vista se destapó, rodó varias veces en su propia cama, alzaba las manos imaginando cómo lucirían bajo la luz de la luna, movía sus pies con un ritmo inventado por ella; no obstante, ninguna de esas técnicas logró dormirla. Las preguntas se negaban a irse de su corazón afable, ¿por qué él lo haría?, ¿había ganancia con eso…?

    Entonces, un jarrón de porcelana cayó al suelo en los pasillos.

    Kagome se sentó en su cama percatándose que se había dormido sin saberlo, Sango ya estaba lista tomando su espada, y cualquier otro ruido se atrevería a retar a aquel individuo.

    ―Shh…Kagome quédate aquí ―ordenó ella abriendo un poco la puerta, pero nunca se despegó de su arma― yo volveré, revisaré los pasillos.

    ―Sango ten cuidado ―se sintió más inútil en esos momentos, no lo negaba, estaba asustada.

    La guardiana abrió la puerta por completo, el ruido asustó a la princesa, pero valientemente Sango se adentró a la inseguridad de los pasillos. Kagome no tardó mucho en levantarse con las manos extendidas hacia al frente, quería buscar algo con qué defenderse, o tal vez y con mucha suerte, seguir a su amiga. Pero cuando avanzó cinco pasos torpes y sin rumbo, sintió bruscamente cómo la jalaron hacia atrás y cuando quiso gritar una mano gruesa tapó sus labios suavemente, como si ya conociera todos los movimientos de sus víctimas.

    ―Escuche alteza, si no hace ningún ruido me iré sin hacer tanto escándalo ―se escuchó una voz varonil cerca de su oreja, un pequeño susurro que podría haber acabado con cualquier mujer―. No es mi intención hacerle daño mi princesa, sólo deseo algo de dinero, cosa sin mucha importancia para quienes viven y lo respiran.

    A Kagome no le importaba si él robara todas las joyas que poseía o lo quitaba todas sus posesiones valiosas, lo que más cuidaba era su seguridad y la de su amiga. Sango aún no volvía ¿acaso había más personas metidas en este lio?, tal vez la guardiana también estaba en circunstancias difíciles y temerosas. En pocos momentos, escuchó como el joven de no mucha edad, comenzó a revisar cada cajón, prenda, mueble, frascos, y muchos artículos que estaban en su habitación con fiereza, pero nunca dejó de sujetar a la princesa. Ella no se rindió, seguía luchando pero todo era inútil, él la tenía bien sujeta con su brazo varonil y fuerte; pero Sango llegó justo a tiempo apareciendo con el filo de su espada apuntándolo. Kagome, aunque sea por unos instantes, se sintió a salvo.

    ―¡Sango!

    ―¡Suéltala rufián! ―retó molesta, durante su pequeño recorrido por el pasillo sólo encontró un florero roto, como si fuera la perfecta distracción para ella. Muy en el fondo estaba atemorizada, era la primera vez que recibía un ataque sorpresa―. O ya verás…

    ―Vaya, si es la guardiana de la princesa, justo a quien quería evitar. He oído por ahí que la proteges muy bien… parece que aquel jarrón no sirvió de mucho ―no fue su imaginación, aceptaba el reto con sólo ver sus ojos azules.

    No terminó de hablar cuando Sango logró arrebatarle a Kagome de un jalón, ese detalle fue demasiado rápido que apenas la princesa se dio cuenta que estaba a salvo. Su espada chocó con un báculo brilloso que imitaba el color del oro, típico de los monjes aprendices. La protegía retrocedía mientras más choques de armas escuchaba, no le gustaba la idea que Sango se esforzara por cuidarla, ya que ella deseaba hacerlo. Pero no podía ver, ¿Qué más podía hacer?
    Los que combatían no tardaron mucho en romper casi todo lo que se encontraba en la habitación, de todas maneras no era un cuarto tan grande como el del rey. La guardiana trataba de matarlo y demostrarle que con ella no se jugaba, mientras él parecía travesear evadiendo todos sus ataques con facilidad, a tal grado que la espada de Sango no le rosaba ni tres centímetros. Pero la pelea había concluido cuando las antorchas del pasillo comenzaron a prenderse causando que se iluminara todo el ambiente: se acercaban los soldados con rapidez, Kagome lo percibió gracias al sonido de sus armaduras.

    ―Me hubiera gustado pelear más contigo, pero mi tiempo está contado señoritas ―se despidió haciendo una reverencia por respeto, la guardiana bajó la guardia guardando su arma en su funda roja.

    ―Por nosotras no se preocupe en escapar, no lo dejaré salir tan fácil ―dijo con seguridad asegurándose que la princesa quedara detrás de ella.

    ―¡Oh qué picara es usted bella dama! ―coqueteó para calmarla un poco, a pesar que los refuerzos venían con rapidez. Él no lucía preocupado, más bien parecía más ansioso por apreciar el cuerpo de Sango, detalle que despertó la cólera de ella ya que el traje le quedaba muy pegado a su piel.

    ―¡Alto ahí! ―exclamó un guardia apuntando con el dedo al monje, poco después cinco soldados rodearon el cuarto de ella―. Por entrar a la habitación de la princesa Kagome, será arrestado y escoltado a los calabozos prohibidos del palacio real.

    Aquellas palabras resonaron en la cabeza de Kagome y comenzaron aterrorizarla. El joven de cabellera negra dibujó una sonrisa muy indiferente, como si le diera igual qué decidirían hacer ellos con su vida. De todas maneras no se podía decidir nada ahora, primero hacían un juicio ante el rey.

    ―¡Oh, es verdad, qué torpe he sido! ―se golpeó la cabeza con su báculo.

    Tal como se había estipulado, él fue arrestado y llevado a un calabozo especial donde era vigilado por más de cinco guardias, por supuesto ¿quién deseaba presenciar un juzgado a mitad de la noche?, el rey estaba más dormido que nadie y despertarlo era como provocar a un león hambriento. Ni siquiera la noticia lo alarmó. El joven Miroku tenía que esperar despierto, tal vez estaba preocupado por la nueva vida que estaba a punto de ser condenada a una prisión… ¿o no lo estaba…?


    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


    Kohome: Bueno, si así deseas está bien. Sólo trato de ser amable n.n. Sobre tu comentario efectivamente era InuYasha, no quería dejar eso en claro, pero los diálogos de él siempre son únicos. Me alegra que te haya gustado el capitulo, espero que éste también sea de tu agrado.

    Skyward: Sobre tu duda quien hablaba era una persona que estaba encerrada en un calabozo, en este caso ya lo habrás notado, era InuYasha. No quise describir tanto ese lugar ya que lo quise ver algo enigmático, pero veo que te confundí un poco hermanito. Esa escena no tiene mucha ciencia si lo lees un poco más despacio, o tal vez fue mi culpa por no usar correctamente la narración.

    A Escarlata: Muchas gracias por tu comentario y bienvenido seas a esta historia. Efectivamente: la persona en el calabozo era InuYasha, es fácil identificarlo por los diálogos. Espero que este capítulo sea de tu agrado y que cualquier duda, critica o comentario estoy a tu disposición.

    Nia Tetsuya: Él sí tiró el plato de porcelana (creo que era un plato, ya ni sé lo que puse n.n), amiga me alegra mucho tenerte en esta historia, ya sabes que aquí puedes comentar todo lo que quieras.


     
    • Me gusta Me gusta x 6
  12.  
    Mina Guk

    Mina Guk Usuario común

    Piscis
    Miembro desde:
    19 Octubre 2009
    Mensajes:
    371
    Pluma de
    Escritora
    ^^ Hola!!
    disculpa que no me haya pasado a comentar en tu otro cap. esque... sinceramente lo olvidé.
    pero bueno, aquí estoy para comentar.

    Al parecer, los errores son mínimos, y siento con seguridad lo que escribes.
    Noté algunos errores de dedo, nada preocupante, pero necesitas verificar antes de publicar lo que escribes, para que tu cap sea perfecto
    Cuando pones los diálogos, puedo notar que al momento de introducir los signos de pregunta y admiración no colocas el debido espaciado ente el guion,
    no es grabe ni causa de muerte, pero para que tu escritura sea perfecta debes corregir asta los diminutos errores.

    Además, en algunas ocaciones, siento como si rebolvieras las ideas, por ejemplo, en el primero, no entendí nada de lo que narrabas en la primera linea.
    (o será que soy una ignorante??) quien sabe, pero bueno.

    Me alegro de que tu amplia educación se refleje, me encanta que su aura sea refinada, eso dice mucho de su persona,

    Estoy a sus servicios si necesita ayuda en algo, no dude en pedirlo.

    Mis más sinceras felicitaciones.

    se despide Minako Yatsura


    *No importa si la jaula es de oro, sigue siendo prisión*
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  13.  
    Kohome

    Kohome Fanático Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    26 Agosto 2011
    Mensajes:
    1,024
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Ups me ganaron XD.

    Hola, jeje, veo que ya dejaste tanta formalidad conmigo :D que bueno.

    ¡Sabia que era Inuyasha! wooju. Pero, ¿¡ que hace en esos calabozos!?, ¿¡qué fue lo que hizo mal!? Eres cruel, me dejaste inconclusa. Además ¡Miroku irrumpió en la habitación de Kagome! O.O y ni le importó que lo cogieran. ¿¡Qué clase de loco es él!?

    ^^ que emoción, no lo soporto ¡publica conti pronto!

    Y avísame cuando la tengas lista ;)

    Sayito
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  14.  
    Nia Tetsuya

    Nia Tetsuya Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    14 Enero 2012
    Mensajes:
    17
    Me gusto mucho la conti amiga. Y sabes no tenia pensado que fuera Inu al que pusieras como prisionero. Sabes ahora no puedo sacarme dos pregutas de mi cabez. Que fue lo que hizo InuYahsa para estar en le calabozo? y Miroku se dejo capturar para ir al calabozo con Inu? o no? Bueno esas son preguntas qeu se iran respondiendo conforme a el tiempo. Y sabes no se por que pero siento qeu tenias ganas de flan cuando estabas haciendo tu conti... Verdad? te conosco bien... Bueno ya sabes esperare tu conti con ansias y cada vez me tienes mas intrigada con ti historia, asi qeu no tardes muchio en colocarla...Ok Yana...
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  15.  
    Skyward

    Skyward Guest

    No te preocupes!
    Me gusto mucho la narración que le diste , ademas el buen papel que le hiciste a Miroku , también no le modificaste para nada la actitud de Miroku (Perverción)Ademas fue bueno para quitarte un poco la tensión de encima.En lo regular te salio muy bien y avísame cuando sale el otro cap. :D
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  16.  
    Fadow

    Fadow Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    20 Diciembre 2011
    Mensajes:
    42
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La que sueña y el que desea.
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2424
    Violinista aprisionado
    Después de aquel incidente, del intento de robo de las joyas de la princesa, Miroku fue apresado encontrado como único culpable. Algo como eso no se olvidaba de la noche a la mañana, pero la princesa Kagome, que fue la única que presenció el robo, estaba segura que si el ladrón hubiera querido escapar, lo hubiera conseguido.

    El amanecer no tardó mucho en acariciar el castillo, las flores que antes se apreciaban brillaban a todo su esplendor. ¡Por fin, la hora estipulada había llegado! El juicio se llevaría a cabo en la gran sala real ―donde de vez en cuando acudía gente para pedir deseos al rey―. Todos estaban reunidos clavando sus miradas al acusado, Miroku estaba hincado ante el rey y como había guardado la compostura durante toda la noche, lo dejaron sin mucha protección. Le habían arrebatado su báculo aparentemente de oro. A los costados del salón de piso deslumbrante, estaban los guardias con armadura impenetrable dispuestos a dar la vida por su rey, Sango estaba formada con ellos, un gran orgullo porque era la única mujer guerrera.

    ―Como los testigos ya han hablado, usted monje Miroku ¿niega que intentó secuestrar, robar y dañar a su majestad la princesa Kagome? ―cuestionó un guardia con pergamino en mano, todos miraron el más mínimo movimiento del acusado. Miroku seguía con la cabeza agachada.

    ―¡Objeción! ―detuvo Kagome llamando la atención de todos, hasta de la misma Sango. Ella estaba sentada a un lado de su padre con una silla más humilde que la del rey―. Él no intentó hacerme daño, si esa hubiera sido su misión no estuviera aquí defendiéndolo. Estoy segura que este hombre tuvo razones muy fuertes para hacerlo…

    ―Disculpe princesa Kagome ―interrumpió Miroku sin alzar la cabeza y con su mano en el corazón―, me temo que está equivocada, mis intenciones fueron robar sus joyas más afamadas, por favor tengo que pagar el precio. Aún así le agradezco que se apiade de un pobre diablo como yo.

    ―Pero…

    ―El culpable ha confesado ―finalizó el rey colocándose de pie dejando a su hija con las palabras en la boca.

    Kagome había olvidado que ella era ignorada, menos aquel joven que llevaban sin preocupación a los calabozos del castillo. Por lo regular a los nuevos prisioneros los llevaban entre cinco o seis soldados, pero con el monje aprendiz lo llevaron entre dos soldados, ¿será que aún mantenían el debido respeto por su profesión? La princesa al sentir mucho movimiento en la sala y muchos mormullos por parte del “jurado” deseó impedirlo; sin embargo, sólo avanzó cinco metros de su sitio y sintió que fue detenida por un agarre sutil y fácil de escapar: Sango. La guardiana se sentía igual que ella, si Kagome no podía hacer nada, pues ella menos.

    ―¡Por favor no lo lastimen! ―gritó la princesa soñadora imaginando cómo se lo llevaban a la fuerza. Maldita sea la hora cuando le pusieron el pañuelo en sus ojos para purificar sus poderes―, por favor… ―musitó casi audible, ¿pero qué importaba ahora? Si ya todos se habían marchado a excepción de su amiga.

    Continuando relatando de cómo la pasaba Miroku, no era del todo agradable. A pesar que él mantenía buen comportamiento con los guardias, ellos le decían los peores insultos innombrables en el vocabulario del monje, y eso ocurría mientras lo escoltaban a su debida celda. Durante el camino, no les prestó atención a sus vulgares palabras, observaba más que nada el lugar donde pasaban; cuadros de pintores extravagantes, escaleras de alfombra roja y pasillos bien iluminados.

    Un escalofrío recorrió su espalda cuando observó una puerta de hierro muy grande para su gusto, podía sentir el frío de ese sito. Si hubiera sido un cobarde, le hubiera golpeado a los guardias y saldría corriendo, pero el deber lo llamaba sin que nadie se lo pidiera. Abrieron la puerta dejando ver que las paredes eran de piedra y en cada siete metros estaba una antorcha alumbrando el sitio. Siguieron caminando y le asignaron la misma jaula de InuYasha, lo empujaron bruscamente tirándolo al suelo y con ellos se llevaron la llave de su libertad. Los guardias se marcharon no sin antes de felicitarse a sí mismos por otro que apresaban, cerraron la gran puerta de hierro.

    ―Vaya, qué golpe ―se puso de píe y sacudió sus ropas moradas, volteó a su lado derecho y encontró a su acompañante dormido―. Oye InuYasha, ¿te alegra verme?

    Él sólo estaba recargado a la pared y sus manos escondidas en su traje rojo. Miroku suspiró, pensó que un viejo amigo lo recibiría con un golpe o regaño; pero InuYasha seguía dormido en algún profundo sueño, uno en el que se escapaba y volvía a ver la luz del día. Pero el buen monje no se quedaría con las ganas, el monje se acercó y le dio un golpe en la cabeza, lo suficientemente fuerte para despertarlo, InuYasha abrió los ojos enfurecido:

    ―¡Eres un idiota Miroku, cómo te atreves a…! ―su mente comenzó a procesar el significado de sus palabras, hace mucho que no mencionaba el nombre de su amigo por muchos años. Genial, no lo había olvidado. Entonces se le quitó el sueño de repente―. Sigues siendo un idiota Miroku, no debiste entrar aquí… pero bien, si quieres una bienvenida ya te la di.

    ―Ése es el InuYasha que conozco, noto que no has cambiado nada desde la última vez que nos vimos ―agregó sonriente, pues algo así esperaba de él. La última vez que lo visitó fue la anterior primavera, más o menos cuando Kagome fue condenada a no ver a nadie para la purificación de sus poderes.

    ―Y bien ¿trajiste algo bueno…? Y no hablo de mujeres, Miroku ―bromeó InuYasha pues hace mucho tiempo que no hablaba con alguien de confianza.

    ―Por supuesto, yo no vendría con las manos vacías ―abrió un poco su traje con un movimiento y por sus mangas largas sacó un violín, el instrumento que representaba la infancia derrochada de InuYasha.

    ―Pero…Miroku, yo… no…

    ―¿Lo recuerdas, InuYasha? ―el monje admiró el instrumento de madera que posaba en sus manos―, éste violín lo tocabas cuando eras apenas niño, y todas las canciones que inventabas se los dedicabas a tu bella madre.

    Cómo olvidar aquellos recuerdos olvidados de su corazón. Cuando él tenía diez años de edad su madre Izayoi, una mujer valiente y de corazón lleno de amor, le había regalado un violín que ella misma había comprado con sus pobres ahorros. En aquel entonces, InuYasha componía melodías solamente para una admirable mujer, a su corta de edad había adquirido un talento envidiable, toda su música estaba grabada en sus oídos y en el corazón de su madre; sin embargo, sólo tocaba cuando su Izayoi más lo necesitaba; cuando estaba triste, cuando no había nada qué comer o incluso cuando ella enfermó gravemente… InuYasha sonrió levemente.

    ―Gracias, me traes un buen recuerdo de allá afuera ―suspiró casi sin aliento, tomó el violín en sus manos y lo examinó con la mirada: lucía intacto, como si el instrumento lo hubiera extrañado. Lo aferró a su pecho, Miroku juró verlo tembloroso por unos segundos―. ¡Espera!, no me digas que viniste aquí sólo para entregármelo.

    ―Claro que no… bueno, sí. Tengo un inconveniente con eso ―se rascó la cabeza pensando cómo explicárselo―. Hace poco fui aprendiz de un monje, me enseñaron un conjuro para remover paredes y abrir nuevos caminos… y se hace sólo con un báculo sagrado.

    ―¿Ajá? ¿Me sacaras de aquí…?

    ―Mi báculo me lo arrebataron antes de encerrarme aquí.

    ―¡ERES UN IDIOTA MIROKU! ―su voz furiosa resonó por todo el calabozo, tanto que los prisioneros comenzaron a reírse de ellos, ¿cómo se les ocurría escapar de ese lugar? Técnicamente es imposible.

    Mientras otra discusión se armaba entre ellos, Sango llevaba a su protegida del brazo casi a la fuerza, tocó la puerta de madera más grande del pasillo con detalles de ramas entrelazadas y perlas, un lujo que los reyes siempre sacaban a relucir era el dinero.

    ―Pase ―se escuchó el padre de Kagome detrás de la puerta. Ambas entraron caminando correctamente y se quedaron paradas enfrente del rey. La habitación del rey era más lujosa; rebosaba de caras joyas de diferentes colores en su escritorio, las cortinas eran rojas adornando el gran ventanal, hasta lo libros que nunca leía eran dorados imitando el color del sol. El rey hizo una seña con los dedos para que Sango se fuera de la habitación, ella accedió cerrando la puerta. La princesa reverenció a su padre―. Hija mía, contigo quería hablar… ¿qué opinas sobre el príncipe Houyo?

    Entonces Kagome se puso a reflexionar ¿esa era la bienvenida de su padre? ¿Preguntarle la opinión por aquel joven?, no era que le molestara ni le desagradara, pero por lo menos le hubiera interesado su hija, ¿no?

    ―Pues… es un príncipe con buenos modales ―opinó cruzando sus brazos, ese día traía un vestido verde como el pasto y accesorios blancos como las nubes.

    ―Sí, escuché que el rey vecino desea esposarlo con una bella princesa. Alguien que sea capaz de llevar la carga de reina y de buen corazón…

    ―Me alegra mucho por él. Le deseo buena suerte ―sonrió e interrumpió intencionalmente, pues tenía mal presentimiento en todo esto.

    ―Sí, lo entiendo. El príncipe desea que tú seas su esposa.

    ―¡¿Qué?! ¡Pero si nos acabamos de conocer, ¿cómo ése…?!

    ―¡Kagome cuida tu boca! ―regañó callándola por completo―. Él es lo mejor para ti, créeme. Lo mismo pasó con tu madre, ella se negaba a casarse conmigo, sus padres también la obligaron… pero al pasar el tiempo estoy seguro que la enamoré con mis dulces palabras ―el rey se acercó a una pequeña mesa con un florero y un retrato pequeño de su reina, lo tomó en sus manos y miró la pintura nostálgico.

    ―Lo entiendo, pero padre… ―ella caminó tres pasos con las manos torpemente extendidas, hasta que tocó las manos gruesas de su padre, las tomó con amor―. Ése no es mi caso, de niña me imaginaba con un hombre que me amara realmente, no quiero a una persona que lo obliguen a casarse. ¡Yo no quiero eso para mí…! No lo soportaría…

    ―Lo lamento hija, pero ya es tarde para decirlo ―soltó suavemente las manos de su hija y recordó que era todo un rey de total autoridad―. Princesa Kagome, como tu padre y tu superior, yo le concedí tu mano al príncipe Houyo. Desde ahora estás comprometida con él, le serás fiel y le servirás en todo lo que sus deseos juveniles dicten…

    Pero cuando terminó su desagradable sermón, la niña soñadora ya no se encontraba en la habitación, no supo cómo había logrado salir de ahí sin ver; pero agradecía a los dioses que no escuchó las últimas palabras de su padre. Estaba enojada, ¿cómo podían hacerle eso? ¿No le bastaba con quitarle la vista? ¿Qué más quería arrebatarle? ¿Su felicidad?

    Las preguntas, dudas, lágrimas, coraje, resentimiento, miedo y muchos sentimientos encontrados se atoraron en su garganta, suplicaban salir de los labios de Kagome sin éxito. Caminaba sin rumbo, pero eso no le importaba, pensó que encontraría a Sango saliendo de la habitación, pero no fue así. Necesitaba hablar con ella, decirle lo que planeaba hacer su padre…

    Pero en ese maravilloso instante, se escuchó el cantar de un melodioso violín


    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


    Minako Yatsura: Sobre lo que usted me comenta sobre el espacio entre un guión y un signo de pregunta o admiración es algo incorrecto, si me permite objetar con todo respeto. Admiro y le agradezco que se fije en mis detalles, pero me he tomado la tarea de investigar sobre ellos y en ninguna habla sobre un espacio entre ellos dos. Sí, aunque lo marque mal el Word, como todo corrector de ortografía también tiene sus fallos. Aún así, le agradezco de corazón su comentario. Sobre mi redacción deduzco que se haya revuelto en la primera oración del capítulo porque le continué con el anterior crudamente, en este aspecto cambié un poco mi manera de comenzar este capítulo para que no vuelva a suceder. Igualmente le agradezco su más sincera opinión, espero que mi comentario no sea incomodo, aún así admiro su capacidad para darse cuenta de detalles pequeños, pero importantes.

    Kohome: Muchísimas gracias linda por tu comentario, es para mí un gusto tener a una lectora como tú. Pues lo de Miroku se desvela un poco en este capítulo, del porqué InuYasha está encerrado en una prisión deduzco que entre uno o dos capítulos más se revelará, aunque no prometo nada n.n

    Nia Tetsuya: Parece que tu intuición es demasiado fuerte amiga, porque esas eran las intenciones de Miroku ¡Aplausos…! Se nota que me conoces, sí tenía ganas de comer flan, es mi postre preferido. A ver qué día haces tu historia, ya sabes que conmigo cuentas siempre.

    Skyward: No, nunca me ha gustado cambiarle el carácter a los personajes hermanito, espero que este capítulo también sea de tu agrado.
     
    • Me gusta Me gusta x 7
  17.  
    Kohome

    Kohome Fanático Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    26 Agosto 2011
    Mensajes:
    1,024
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    ^^ Que bueno va...

    Entonces... ¡Inuyasha toca el violín! ñi!, yo tambien quiero hacerlo, me encantan los violines.

    Jeje, que lindo, Kagome al salir escuchó el violín de Inuyasha... awww... esto si es adorable.

    Aún sigo sin entender mucho, en especial el porqué Miroku se enserró, bueno no, lo enserraron, pero él quiso ¿no?

    -.- bueno, eso lo veré luego, todavía estoy ataviada con tu fic, es tan lindo.

    Avísame cuendo esté la conti jeje, me alegra como va.

    Sayito
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  18.  
    Cami Chan

    Cami Chan Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    10 Marzo 2011
    Mensajes:
    304
    Pluma de
    Escritora
    ¡Dios mío!

    No hay forma de explicarte cuánto me ha atrapado esta historia. He de admitir que hace tiempo veía el título en la lista de foros, pero que no me había animado a leerlo. Sin embargo, me alegro mucho de haberlo hecho finalmente. Tu narración es excelente y eres poseedora de un vocabulario envidiable. No hay nada que me dé más gusto que leer un fic bien hecho, y éste, sin duda, es uno. Me ha gustado mucho cómo dispones de las escenas con los diversos personajes y se ve que la creatividad es desbordante.

    Pobre Kagome; le han arrebatado la maravilla de ver el mundo y, además, ahora piensan arrebatarle lo más importante para cualquiera: la felicidad. Sango, como siempre, leal y confiable. La aparición de Miroku me animó bastante; supe de inmediato que tramaba algo en relación a InuYasha, pero no fue hasta el último capítulo que vi mis sospechas comprobadas. ¡Y de InuYasha! Siempre tan rebelde con sus palabras, pero en el fondo y con sus acciones demuestra que tiene un noble corazón. Muero por saber qué ocurrirá cuando Kagome vuelva a encontrarse con él.

    Bueno, no me queda nada más que decirte que tienes mucho talento y que te felicito. El escrito me pareció impecable, pero la verdad es que estaba tan concentrada en la lectura que no podría decirte lo contrario. Espero el próximo capítulo con ansias. ¡Saludos!
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  19.  
    Nia Tetsuya

    Nia Tetsuya Iniciado

    Piscis
    Miembro desde:
    14 Enero 2012
    Mensajes:
    17
    Me facino... y sabes te conosco a la perfeccion y puedo ver venir muchos acontecimientos... sabes me escuiche como si fuera una adivina...jejejxD Me facino la idea de que colocaras a InuYasha tocando un violin, es magnifica y si pidueras le colocas hasta piano... Bueno me muero por sabes la razon por la cual Inu se encentra en eso detestable lugar. Y ademas me agrado lo comedia que le colocaste en la parte en que Miroku le confiesa lo del baculo sagrado a mi hermanito InuYasha... Bueno Yana hasta tu proxima conti....
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  20.  
    Skyward

    Skyward Guest

    Oh!
    Todo muy bien pero me pregunto yo .. ¿Como Miroku podía esconder un violín dentro de su manga? Bueno tal vez son imaginaciones mías..
    Al final toco el violín Inuyasha verdad ? .. Te salio muy bien pero me pregunto yo .. Va a salir Sesshomaru?
    Y si saldria que papel le darias ?..
    Espero que respondas mis preguntas hermana.
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso