La promesa cumplida [Naruto]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por LacrymosA, 5 Octubre 2010.

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    LacrymosA

    LacrymosA ShikaTemaDai<3 Comentarista empedernido

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    La promesa cumplida [Naruto]
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    La promesa cumplida [Naruto]

    Autor: LacrymosA.
    Título: La promesa cumplida [Naruto]
    Género:General.
    Tipo: Onte-shot.
    Advertencias: Con este escrito participé en el concurso ¡Oficios al estilo Naruto dattebayo. Sin beteo, errores.
    Sumario: <<El joven se acercó algo nervioso a su sensei, el tono de su voz había cambiado drásticamente. ¿Y si había hecho algo mal? >>

    Dedicado a:
    A Alita y Gustav (L)


    La promesa cumplida




    De sus orbes celestes brotaban lágrimas de tristeza y sollozos melancólicos. Sus padres estaban juntos a él, observando como su pequeño hijo se lamentaba por aquella diminuta criatura que había dejado de respirar hacia unos momentos atrás. El niño de 6 años de edad abrazaba el cuerpo del animal mientras las lágrimas se abrían paso por sus mejillas. Era completamente devastador ver aquella escena.

    Su madre se acercó al niño y posó su mano alrededor se su cuello para darle apoyo y contención.

    —Mamá, ¿por qué tuvo que pasar esto? ¿Por qué Kaze tuvo que morir? —preguntó el infante sin dejar de abrazar al cachorro sin vida. Sus ojos se posaron en los de su madre buscando una respuesta que pudiera acabar con el terrible dolor que sentía en su corazón. La mujer respiró hondo y trató de buscar palabras adecuadas para decirle a su hijo, pero era difícil que pudiera comprender lo que sucedía con esa edad.

    Cuando estuvo a punto de hablar, su esposo se inclinó para quedar a su altura y con voz suave habló.

    —Eso sucede a menudo, Naruto —dijo colocando su mano en la cabellera rubia del niño. Él lo miró confundido, ¿cómo es eso que ocurre a menudo? Los orbes del pequeño comenzaron a llenarse con más lágrimas, torció sus labios con tristeza y abrazó con más fuerza al animal—, no tienes que sentirte mal. Recuerda los lindos momentos que pasaste con él y recuérdalo como tu primer mejor compañero, eso le haría feliz.

    Naruto cerró sus ojos y comenzó a recordar los días de diversión junto a Kaze. El primer día que su padre lo trajo a casa fue hermoso para él; justo había tenido una dolorosa caída mientras jugaba con sus amigos y se hirió en la rodilla. Kushina lo estaba curando y fue ahí cuando la puerta de la casa se abrió y una diminuta bola de pelos negros corría hacia su dirección.

    El niño quedó sorprendido por lo que sus ojos apreciaban, de inmediato una gran sonrisa se apoderó de sus labios y estiró los brazos en el momento en que el pequeño animal saltó hacia él. Inconcientemente se olvidó del dolor que sentía en su rodilla y comenzó a jugar con el cachorro; la criatura ladraba y corría de aquí para allá haciendo que Naruto riera acompañándolo en su juego.

    También recordó que su mamá le prohibía darle de comer en la mesa, regla que Naruto pasaba por alto. Disimuladamente él tomaba un trozo de comida y bajaba su mano de la mesa para que Kaze pudiera comer igual.

    Cuando salían a jugar al parque siempre regresaban totalmente sucios de barro, polvo, tierra, en fin de todo. Kushina se encargaba de doble labor: bañar a Naruto y también a Kaze.

    Y cuando Kaze dejaba algún regalito por la casa siempre era Kushina o Minato quienes tenías que limpiar siempre.
    Naruto recordó muchas otras cosas y una sonrisa divertida apareció en su rostro. Luego abrió los ojos y dirigió una mirada a sus padres.

    —Tienes razón, papá —dijo el pequeño rubio limpiándose las lágrimas de su cara y poniéndose de pie.

    —Vamos, Naruto. Tenemos que darle una despedida —indicó su padre tomando el cuerpecito de Kaze en sus brazos y salió al patio trasero acompañado por Kushina y Naruto.

    Una vez afuera, Minato con una pala comenzó a cavar un hoyo en el césped mientras Kushina sostenía al animal y Naruto observaba a su padre. De a momentos dejaba escapar pequeños sollozos a causa de lo ocurrido, si bien sabía que no tenía que estar triste no podía resistir por completo esa pérdida. ¿Quién lo despertaría en las mañanas con ladridos? ¿A quién sacaría a pasear por las tardes? ¿Quién rompería sus peluches y los zapatos de tacón de su madre? Sin duda que le resultaría difícil olvidarse de eso.

    Una cuestión apareció en la mente del infante. Recordó una vez que Kaze se enfermó y él junto con sus padres lo llevaron a un lugar muy parecido al hospital, pero no habían personas enfermas, sino que animales.

    —Mamá ¿cómo se les llama a las personas que curan animales? —preguntó con curiosidad, sin quitarle la vista a su padre. Kushina lo miró algo confundida, titubeó un poco antes de contestarle.

    —Esas personas se llaman veterinarios. ¿Por qué lo preguntas?

    —Cunado sea grande seré el mejor veterinario del mundo y salvaré a todas las mascotas de la tierra ¡de veras que sí!

    Kushina esbozó una tierna sonrisa ante las palabras de Naruto.

    El momento de la despedida había llegado, Minato hizo una seña a Kushina para que se acercara con Naruto. El hombre tomó a Kaze en brazos y lo colocó con cuidado en el hoyo que había hecho anteriormente y comenzó a cubrirlo.

    Una vez que todo terminó Naruto quedó unos minutos viendo la tumba de su mejor amigo.

    —Lo haré por ti, Kaze. Lo prometo, dattebayo.


    Quince años más tarde.


    —Tienen que darle esta pastilla junto con la comida al medio día y en la noche. Vuelvan mañana a la tarde para ver su progreso —recetó un hombre joven: alrededor de los 27 años de edad, cabello grisáceo, ojos profundamente negros y una mascarilla blanca cubriendo su rostro, mientras acariciaba la cabeza de un pequeño gato blanco que se encontraba en los brazos de su dueña.

    —Entiendo, haré exactamente lo que me dice. Muchas gracias por todo, Kakashi-san. —agradeció una mujer anciana saliendo del local veterinario de Konoha. Cuando salió vio a un muchacho que limpiaba los vidrios de las ventanas.

    —Adiós, Naruto-san.

    —Nos vemos, obaa-chan.

    Una vez que la anciana se fue, el joven entró al local y miró con reproche al muchacho enmascarado. Kakashi pareció sonreírle por debajo de la mascarilla al mismo tiempo que tomó asiento en su escritorio, donde debía seguir trabajando. Por su parte, Naruto no dejaba de observarlo; sabía que con el simple hecho de mirarlo a los ojos él entendería lo que le preocupaba.

    Sin embargo, lo único que recibió fue lo que siempre oía de los labios de su superior desde que llegó al local.

    —Hace dos semanas que te recibiste de veterinario, no puedo dejarte a cargo de esto. Tú eres mi aprendiz, como tal necesitas entrenamiento y no volveré a repetirlo.

    Naruto suspiró con fastidio. Todos los días era lo mismo y aunque Kakashi decía que no volvería a repetirlo, siempre lo hacía.

    —Eso ya lo hice en las prácticas de la universidad. ¿Cómo le puedes llamar entrenamiento a limpiar todo?

    El de cabellos grises bufó con cansancio, no era la primera vez que Naruto le reclamaba eso y ya comenzaba a aburrirse de repetir lo mismo. Pero él también pasó por ese lapso así que si realmente quería ser veterinario debía continuar adelante.
    En ese instante el teléfono del local sonó y una muchacha de hebras rosáceas y orbes jade fue quien lo atendió.
    Hatake le hizo un además con su mano dándole a entender a Naruto que volviera al trabajo. Sin muchas ganas y refunfuñando salió a continuar su labor.

    Pasaron unos minutos y, Naruto con expresión aburrida, pasaba un trapo mojado con jabón por los vidrios tratando así de limpiarlos. Pero en un momento fijó su vista en el interior viendo como la joven de nombre Sakura le hablaba en forma desesperada a Kakashi, y como éste tomaba rápidamente unas cosas y las colocaba en su maleta.

    —Oye, Kakashi-sensei ¿qué sucede? —preguntó preocupado Naruto, viendo como el joven salía del local y entraba a su vehículo con prisa.

    —No tengo tiempo, Naruto.

    Y así de veloz, el dueño de la veterinaria puso en marcha su automóvil y se alejó del lugar, dejando a un Naruto lleno de polvo después del arranque. El muchacho entró al de nuevo para preguntarle lo ocurrido a Sakura.

    —Un llamado urgente. Parece que la perra de unas personas está a punto de dar a luz, pero la cosa no va bien —habló Sakura primero, al saber que Uzumaki le preguntaría eso.

    Él asintió con un movimiento de cabeza y le comunicó a Sakura que había finalizado con la limpieza de los vidrios. Esa es la señal de que el momento de pasear a la mascota del local comenzó.

    Naruto juntó dos de sus dedos introduciéndolos en su boca y dejó escapar un silbido. Cinco minutos después un perro de pequeña estatura, de pelaje marrón y que traía en su cabeza una banda con el símbolo del local, emergió desde abajo del escritorio de Kakashi con pasos lentos y perezosos.

    —Vamos, Pakkun, es hora de tu paseo —anunció el joven rubio con entusiasmo… el mismo entusiasmo que al animal le faltaba. El can simplemente movió su cola sin tanta efusividad y quedó quieto mientras su paseador le colocaba la correa—. Dentro de diez minutos estamos de vuelta, Sakura-chan.

    Y con una gran sonrisa al saber que la limpieza al fin había terminado, Naruto salió con Pakkun a dar su paseo diario. Sin embargo, justo en el momento que salían del local, el joven de mirada celestial observó con extrañes y al mismo tiempo preocupado a una persona mayor que cargaba algo indefinido en brazos acompañado por un niño de aproximadamente 6 años.

    El joven Uzumaki se sorprendió más al ver que el niño derramaba lágrimas de sus ojos, señal suficiente de que algo no andaba bien.

    —¿Qué está pasando, dattebayo? —cuestionó el de melena rubia acercándose rápidamente a ellos.

    —¿Usted trabaja en la veterinaria, verdad? Necesitamos urgentemente que atienda a este cachorro, está muy grave, por favor —respondió la mujer con desesperación mientras le entregaba el pequeño animal a los brazos del joven aprendiz. El chico abrió sus ojos sumamente asombrado por lo que veía: un pequeño perro casi idéntico a su antigua mascota en un terrible estado.

    —¡Va-Vamos a dentro, rápido! —exclamó el muchacho guiándolos hacia la entrada. La mujer tomó de la mano al niño que traía consigo y siguieron a pasos veloces al joven.

    Una vez adentro Naruto le informó a Sakura lo que estaba pasando. Como ellos eran los únicos que podían hacer algo por la vida del diminuto animal sin la presencia de un profesional como Kakashi Hatake, la muchacha Haruno hizo todos los preparativos en la sala de emergencia para actuar. Naruto, por su parte, estaba muy nervioso; ésta sería la primera vez que usaría su conocimiento de la universidad a prueba y no podía fallar. Más aún cuando el pequeño dueño del animal era un niño… inconsciente la imagen de kaze invadió su mente.

    —Naruto, ¿estás bien? —la voz de Sakura provocó que su compañero volviera a la realidad—. Toma esto y apúrate que debemos actuar rápido —añadió entregándole una túnica blanca, un par de guantes y una mascarilla para cubrir su boca.

    —Sí, debemos salvar a este cachorro, dattebayo —contestó con firmeza y determinación. Pero cuando iba a entrar a la sala de emergencias los sollozos del niño en brazos de su madre lo hicieron voltearse—. No te preocupes, chico, prometo que salvaré a tu amigo, te doy mi palabra —indicó con una gran sonrisa de confianza, haciendo que el niño lo mirara con asombro.

    —¡Naruto, apúrate y ven!

    —¡Voy, Sakura-chan!


    Minutos más tarde:


    —Naruto, cálmate. No es bueno que estés nervioso ahora, ¡concéntrate!

    Eran completamente ciertas las palabras de Sakura; había pasado más de una hora desde que entraron a la sala de emergencias y aún no conseguían que el estado del pequeño cachorro se estabilizara.

    Según la información de la madre del niño habían encontrado al animal en muy malas condiciones: deshidratado, con claros signos de mala alimentación y con varias enfermedades en el pelaje, sin duda que estaba en un estado bastante delicado.

    —Esta herida en la zona del cuello me preocupa más, pásame el hilo y la aguja, Sakura-chan. Necesitamos curarla para que no se infecte y arriesgue lo que llevamos estabilizando.

    —¡En seguida!


    Tres horas más tarde:


    —Tranquilo, Hijo, verás que estas buenas personas salvarán al cachorro, no tienes porqué preocuparte.

    —Pero… ya han tardado mucho… ¿mira si le ocurrió algo malo y no nos lo quieren decir?

    —¡Hey, chico, eso nunca ocurrirá mientras yo esté aquí!

    La interrupción de Naruto a la conversación de madre e hijo provocó que el niño volteara con asombro y algo expectante. El joven Uzumaki le hizo un además con la mano para que se acercara; el niño algo dudoso caminó hacia él con pasos lentos, tenía miedo de encontrarse con algo horrible.
    Sin embargo, cuando entró a la sala de emergencias se encontró al pequeño perrito en una incubadora respirando con tranquilidad y con un respirador en su hocico.

    —Está… e-está...

    —¡Está a salvo, dattebayo!

    En seguida los ojos del infante se llenaron de lágrimas y corrió a donde estaba su madre para que viera la buena noticia que surgió. Sakura se acercó a Naruto y suspiró de alivio a su lado, mientras que el chico trataba con todas sus fuerzas de no llorar ante la situación tan conmovedora.

    La pequeña familia se emocionó al ver al diminuto animal descansar en una incubadora donde se mantenía a buena temperatura, en una situación estable y fuera de peligro.

    —Aún está un poco débil y necesitamos que permanezca la noche aquí; si mañana todo amanece bien, podrán llevárselo a casa —anunció Sakura esbozando una sonrisa a la mujer y al niño.

    —Claro, muchas gracias, Sakura-san, Naruto-san.

    El pequeño infante no estaba muy de acuerdo con tener que dejarlo, pero su madre le explicó que todo era para el bien del cachorro y tuvo que aceptarlo.

    Una vez que ellos se fueron, Naruto cayó rendido sobre la silla del escritorio de Kakashi. Estaba completamente exhausto por todo lo ocurrido y la situación de estrés que eso provocó; pero al mismo tiempo se encontraba aliviado y contento, gracias a él y a la ayuda de Sakura pudo salvar una vida que corría el riesgo de perderla.

    Pero al mismo tiempo, recordó su promesa que le hizo a su antiguo compañero, Kaze, una sonrisa tierna apareció en su rostro.

    En ese instante la puerta del local se abrió e inmediatamente Naruto y Sakura dirigieron sus miradas expectantes al recién llegado, que era nada más y nada menos que Kakashi.

    —¡Kakashi-sensei! —exclamaron los jóvenes al recién llegado. El nombrado abrió sus ojos sorprendido por el acto de ambos chicos… él nunca esperaría un recibimiento tan efusivo.

    —¿Qué pasó? ¿Por qué tienes ese uniforme, Naruto? —interrogó Kakashi con extrañes en su tono de voz— ¿No me digas que estabas jugando otra vez?

    —¡Claro que no, Kakashi-sensei! —musitó Naruto moviendo sus manos con desesperación y un poco ofendido por tal cuestión— ¡He salvado una vida! Hoy, como usted no estaba, tuve que encargarme con un paciente muy grave…

    El joven Uzumaki no pudo continuar porque Sakura le comenzó a mirar con cara asesina.

    —… es decir, Sakura y yo nos encargamos de eso. Venga a ver, dattebayo.

    Acto seguido, el muchacho de hebras rubias y la chica de cabellos rosas guiaron a su superior a la sala donde se encontraba el cachorro descansando después de la operación.

    No lo podía creer, Kakashi estaba sorprendido al ver al cachorro en ese estado. Pudo notar que había estado en malas condiciones y el esfuerzo que hicieron los jóvenes para salvarlo. Sakura Haruno era una chica que tenía muchos conocimientos, se lo esperaba de ella, pero Naruto fue quien lo asombró más, pues, pudo demostrar que él también era capaz de tener el título de veterinario y dejar de ser el limpiador.

    —Naruto —le llamó Hatake seriamente.

    El joven se acercó algo nervioso a su sensei, el tono de su voz había cambiado drásticamente. ¿Y si había hecho algo mal?

    —Estás aprobado —habló naturalidad, se veía una sonrisa debajo de su máscara. Naruto quedó más que sorprendido, esperaba una mala noticia por la actitud que tomó Kakashi, pero se alegró al saber que ya era un veterinario oficial.

    —¡Sí! ¡Soy un veterinario profesional! ¡Soy el rey del mundo, dattebayo! —gritaba con entusiasmo y felicidad. Saltaba por todos lados del local y no pudo resistir en darle un abrazo a Sakura, quien lo apartó inmediatamente.

    —Puedes quedarte con el uniforme, Naruto.

    —Gracias, lo saqué de su armario, Kakashi-sensei.

    —¡¿Qué?!
    Fin

    Espero que les haya gustado.
    Soy conciente de que hay muchos errores de puntuación y asdasdf, perdónenme :(

    Gracias por leer.
     
  2.  
    Laile

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    Pluma de
    Escritora
    Re: La promesa cumplida [Naruto]

    Qué bello.
    Ya te lo había comentado por msn. Te había quedado bien tierno :llorar1:.

    El Naruto que pones es tan... YOY *--*
    Como que en algunas partes se me aguaron los ojos de emoción e____e
    ¡Y la relación de Naruto y Sakura! Es tan linda *-*.

    Creo que ese fue el mejor final que le pudiste dar x'D.
    Creo haber visto unos errores pero no recuerdo sinceramente.

    ¡Gracias por la dedicatoria!
    Ya sabes que me encantó *-*

    Disculpa la tardanza es que no he tenido tiempo y asdf, tú entiendes D:
     

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