Autor: Temarii Juuzou. Actividad: Diciembre te desafía. Reto no. 3: Tu texto empieza con "Si yo soy creyente, pero no he podido evitarlo" dicho a un policía. Advertencia: Al realizarlo lo hice con la intención de que fuese un experimento, pero aún soy nueva en la creación estos, so... Veamos como sale. _______________________________________________________________________ La Oculista. —Si yo soy creyente, pero no he podido evitarlo. —su cara angelical se transforma totalmente; una sonrisa atraviesa todo su rostro y sus ojos obtienen una chispa diferente. —Lamento no entenderte ¿A qué viene lo de tu creencia? —pregunta el oficial, este no se ve en el monitor. La cara de aquella joven hermosa es la protagonista de la pantalla. —Jesús… el hijo de Dios, seguramente tenía unos ojos muy bonitos… Los oficiales que observan el video están confundidos ¿En verdad la mujer de la pantalla es la misma de la fotografía en el expediente que tienen frente a ellos? Angélica Morales, 25 años, asistente del alcalde de su delegación, la mejor de su curso en derecho y políticas sociales de la Universidad más prestigiada de todo el país… No, seguramente todo se trata de una broma de mal gusto. —Esta chica —comienza a hablar la oficial encargado en el cargo —admitió haber asesinado a más de 20 personas durante estos 5 años; su padre es uno de ellos, junto al empleado de la morgue donde el cadáver de una de sus parejas reposaba. La misma que fue rescatada hace 5 años del sótano de dicho cadáver, el cual, cabe, mencionar, apareció sin sus globos oculares para su última inspección. Todos se voltean a ver, la oficial reproduce el video de nuevo. — ¿Por qué lo hiciste? —Él… era muy bueno en lo que hacía —la chica sonríe de forma tierna al recordar —su mayor error fue dejarme entrar en su vida. — ¿Por qué dices eso? —Él seguramente hubiese terminado con sus planes, se hubiera casado y luego hubiese tenido una vida normal, enterrando su pasado… —a la chica le vuelve el brillo a los ojos —yo, incluso antes de que él supiese de mi existencia, ya sabía su nombre, su dirección y su horario del colegio. Todos en la sala comienzan a ponerse algo incómodos ante las declaraciones. Continúan observando sin decir nada. —Él tenía una razón, según su expediente —dice el oficial — ¿Cuál era la tuya? Ella le sonríe y luego, de repente y sin razón alguna, comienza a reír. —Me gustan los ojos bonitos… yo siempre he creído que los suyos solo podrían compararse con los de un dios. —Y por eso le quitabas los ojos a tus víctimas ¿No? —Ninguno se le comparaba… —ella sonríe con melancolía —pero belleza había mucha. Merecía un altar. Los presentes se miran en cuanto el vídeo acaba. La oficial encargada es la única que se atreve a hablar. Jamás confío en ella. —No se necesita recaudar más información si ella ya ha confesado. Es todo. Entonces todos se levantan de sus asientos y salen, todos menos uno. El mejor amigo de Angélica. —Seguramente todo es culpa de ese chico —dice haciendo mención a su ex novio ya muerto —. Él estaba loco, ella… solo era inestable. La oficial a cargo coloca su mano de forma comprensiva en el hombro de este antes de soltar un suspiro. — ¿Sabe por qué asesino a su padre? —él aprieta su mandíbula y niega con la cabeza —. Porque la busco durante esos 6 meses que su pareja la tuvo encerrada… porque fue gracias a su padre que la policía descubrió los asesinatos que se cometieron más su secuestro... El mejor amigo de Angélica suelta un gruñido y aprieta sus ojos para evitar soltar lágrimas. Vuelve su vista hasta el monitor donde el rostro de su amiga, desfigurado por la locura, se muestra de una forma estática. Ojos. Ella siempre hablaba de su fascinación hacia estos. Mentía al decir que le sorprendía descubrir que ella era la Oculista.