La niña de ojos blancos

Tema en 'Relatos' iniciado por The Makoto, 18 Diciembre 2009.

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    La niña de ojos blancos
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    La niña de ojos blancos

    ok, estaba dudando si ponerle one-shot o drabble porque me parece muy corto para lo primero y muy largo (bueno nomas un poco) para lo segundo D:

    en fin, ya lo puse, ahi va:




    ..fue entonces que la niña de ojos blanco decidió entrar a la sala, abrió las gastadas puertas de roble maravillando su vista con una enorme habitación negra, iluminada con un deslumbrante brillo dorado que provenía de la mesa central, una mesa de piedra elevada sobre algunas gradas.
    La niña de ojos blancos no soportó la curiosidad, subió las gradas hasta alcanzar la mesa de piedra, sobre la cual reposaban decenas de frascos que encerraban en ellos unos seres pequeños que emitían aquel brillo dorado mientras flotaban en medio de cada frasco.
    La niña de ojos blancos sintió lástima por aquellas criaturas, tomó un frasco y abrió; al instante el pequeño ser se disparó rebotando en las paredes hasta que finalmente se detuvo en un amplio espejo negro, el cual reflejaba parcialmente la luz de la criatura que volaba frente a él.
    La niña de ojos blanco dejó que su curiosidad volviera a vencer, entonces bajó hasta quedar parada frente al espejo; distinguía apenas una sombra blanca, borrosa.
    El pequeño ser voló por encima de la niña de ojos blancos, dejando caer sobre ella unos brillantes polvos dorados, entonces la niña pudo ver con claridad su reflejo.
    Sin aviso, el pequeño ser comenzó a volar sobre los demás frascos; violentamente se desató una explosión de polvos dorados, los cuales se arremolinaban alrededor de la mesa mientras los frascos reventaban, caían de la mesa partiéndose al tocar el suelo, dejando libres a las pequeñas criaturas.
    Repentinamente los polvos dorados se volvieron negros y cayeron al suelo, dejando la habitación sumida en la mas completa oscuridad, lo único que la niña de ojos blancos podía ver era su reflejo, el cual ahora, era de una adolescente, que al igual que ella, llevaba puesto un vestido blanco y la observaba incrédula con aquellos penetrantes y curiosos ojos blancos; la niña se acercó al espejo y colocó su mano sobre él, en cuanto la chica del reflejo “toco” el espejo se encontró en la sala a oscuras, sin poder ver nada lo único que pudo acertar era que tanto el vestido como los zapatos de niña le apretaban fuertemente la piel, le causaban cierto dolor, por lo que decidió quitarse todo, y así lo hizo. Sintió en la piel un frio aire que recorría suavemente la habitación, y en los pies, algo similar a arena; se dejó llevar por esto último y comenzó a caminar a ciegas, lenta y cuidadosamente, tanteando el camino, procurando no tropezar con nada; sintió las gradas y las subió inspirada en el hecho de que cada vez sentía mas arena en los pies; súbitamente se cortó con un cristal roto entre la arena, la cual de inmediato se tiñó de un brillante, cuya tenue luz iluminó parcialmente la sala, fue entonces que la joven de ojos blancos notó la existencia de de la cercana mesa de piedra, se dirigió hacia ella, pero no pudo evitar cortarse con otro cristal roto, del dolor cayó sobre la mesa, cortándose también las manos con los restos de los frascos, cayó entonces al suelo incrustándose aun mas restos de cristal en la piel; ya no contenía el dolor, comenzó a llorar mientras intentaba reincorporarse, pero lo único que consiguió fue caer pesadamente por las gradas; cuando finalmente su cuerpo cortado, golpeado y ensangrentado se detuvo en el suelo levantó la mirada, observó con sus ojos llorosos una pequeña estatua parada frente a ella, apenas iluminada por la pálida luz roja de los polvos teñidos de sangre; sin poder comprender porque, la joven de ojos blancos gastó sus últimas energías en tocar aquella extraña estatua, la cual de inmediato brilló, de un blanco que iluminó rápidamente toda la sala, terminó con su dolor, compuso aquellos frascos rotos, atrapando a los polvos dentro de ellos, los cuales de inmediato tomaron formas concisas, pequeñas y brillantes, fue entonces que la niña de ojos blancos decidió entrar a la sala, abrió las gastadas puertas de roble maravillando su vista con una enorme habitación negra, iluminada con un deslumbrante brillo dorado que provenía de la mesa central…
     

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