La llamada Levantaba el aparato, nada. Sólo sonaba el cortante ruido que indicaba que ni estaba hablando, ni menos llamando. Lo colgó nuevamente y corrió al comedor en búsqueda de una silla, aunque poseía la certeza de que cualquier segundo, sería su segundo. Quería que su voz no sonase cansada, todo tenía que ser perfecto. Colocó la silla frente al teléfono, y se sentó como una niña pequeña y comenzó a balancear sus piernas cuando el aburrimiento la consumió con rapidez. Se jaló un mechón de su larga cabellera negra y se auto regañó por semejante actitud. Él la llamaría, y ella demostraría debilidad. Sacudió su cabeza tratando de apartar las malas ideas y siguió con la rutina de levantar el teléfono, debía verificar si algún problema de esa índole le impedía a él comunicarse. De nuevo, nada, sólo aquel sonido eterno y cansador. Miró cómo la luz se desvanecía y llegaba con eso la noche. En la oscuridad, no tenía demasiado, sólo la esperanza de que llamara. De pronto, imaginó que la compañía telefónica no quería que se comunicara con su amado. Sin duda, ese plan que su mente ya cansada ideaba le parecía correcto. Porque nadie mejor que ella sabía que su amado la deseaba llamar todo el día, la joven estaba segura. Por fin, el cansancio venció a sus fuertes parpados y se quedó dormida sobre la mesa que acogía al aparato que la mantenía amarrada a ese lugar. La mañana llegó y con ello el sonido de una llamada entrante la despertó. No pensó en su voz, tampoco en sonar cansada, contestó por instinto, y la respuesta a todo se halló en sus oídos. “Adiós”. Una palabra, seguida del tono característico del finalizado de la llamada, consiguió que se parara. Agarró al teléfono y lo arrancó de su sitio, lo lanzó contra una pared destrozándolo. Por primera vez pensó que, desde ahora en adelante para este tipo de cosas era más práctico y menos agresivo escribir una carta.
Eso hace pensar en lo cinica que se ha vuelto la humanidad ante las 'relaciones'. Pero sin duda no se puede exigir mucho, ya que el comportamiento de 'esperar fieles' dichas llamadas/acontecimientos. Sigue vigente. Me agradó en verdad x) aunque a mi lado sentimental le hubiese gustado un poco más de explicación con el 'adiós'. ¡Gracias!
¡Cómo me fascinan los cuentos con ironías! mantienes la ilusión de que llamará, contestará y le dirá algo bonito hasta la frase que lo define todo y el último párrafo se convierte en una estocada final. Y sí, hay quienes tienen aun creen en los cuentos de hadas donde todos terminan felices para siempre hasta que se truena la burbujita. Me gustó la historia y la forma en que la has narrado.