¨La inmensa e impetuosa catarata¨ La catarata tan grande y majestuosa al igual que una montaña, podía calmar a cualquier bestia con el sonido de su agua en lago, tan profundo como un mar de pensamientos. El susurro que emitía el cristalino líquido al chocar contra las rocas tan duras como el mármol de su base calmaba el corazón y le traía paz interior a cualquiera que lo escuchara. La caída de su agua podía ocultar cualquier cosa como un manto oscuro. En sus transparente aguas se esconde los más hermosos peces con escamas tan brillantes como las mismísimas estrellas que iluminan el oscuro cielo al caer la noche y algunas tan doradas como los últimos rayos del imponente sol al llegar el ocaso. Los animales que viven entre las verdes hojas y cafés troncos de los árboles disfrutaban del arrullo del agua como una canción de cuna que se le canta a un pequeño bebe. Cuando el astro rey salía de entre las montañas sus cálidos rayos de luz acariciaban la superficie del agua desde su nacimiento en la cima de la catarata hasta que se confunde con el lago que reposa a sus pies y la Aurora de rosáceos dedos aparecía en el horizonte contrastando con el azul cielo luego de una noche de estar oculto entre las tinieblas, la imagen se asemejaba a un cuadro pintado por el mejor pintor junto las más exquisitas acuarelas, o quizás, oleos.