Ciencia ficción La Gran Catástrofe - Rumbos Distintos

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 5 Abril 2023.

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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe - Rumbos Distintos
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    Género:
    Ciencia Ficción
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    Bienvenidos a un nuevo thread publicado por mí :) .
    Todos los que ya sepan de qué va esta historia pueden saltar hasta el siguiente párrafo. Para aquellos que hicieron clic por primera vez sobre un tema con este título, aquí les va un poco de contexto para que no estén mareados. Desde el año 2017 vengo llevando en el foro la publicación de una (muy) extensa historia. Hace unos días atrás publiqué el capítulo final de la parte número VI. Se puede ver en el título que esta parte no tiene un número que la identifique. Eso es porque esta no es una parte principal, sino una secundaria. ¿Para qué son las historias secundarias? Son para ahondar en sucesos que en la parte principal no fueron/serán cubiertos. Las veo como una manera de expandir el universo ficticio de LGC. ¿Deberías introducirte a LGC por medio de esta historia? No lo recomiendo. Para poder entender lo que se va a ver acá es necesario haberte leído hasta la parte VI de LGC. Dejo un enlace a mi blog con el orden de lectura recomendado por mí por si tenés interés de leer esta historia.

    Aviso a todos que esta historia será bastante corta. De hecho, solo va a contar con un total de 4 capítulos. El objetivo de esta va a ser darle un cierre a ciertos personajes que no van a volver a salir en la historia principal, de forma que su salida no se sienta tan abrupta. Dejo como hago siempre, un enlace a la cronología y guía de personajes que voy a ir actualizando estos días cuando tenga tiempo.

    Sin más qué decir, ya solo me queda agradecer a mi amigo Manuvalk por haber acompañado esta saga desde el primer día, con gran entusiasmo y comentarios constructivos y sinceros. Su presencia es algo que se agradece siempre, y espero que disfrute con esta historia.
    También quiero dar las gracias a otros usuarios que (tarde o temprano) se toparán con esta historia y la leerán. Que yo sé que alguno más habrá *guiño guiño*















    La Gran Catástrofe – Rumbos Distintos

    Vivir para contarlo:

    Cadain avanzó hasta las coordenadas que Asmir le había indicado. El edificio desde fuera se veía muy gris y lúgubre en comparación a los demás que había en los alrededores, por lo que el ryfier pudo concluir que ese debía ser el lugar exacto que buscaba. Abrió la puerta del lugar, la cual era corrediza y no tenía ningún tipo de restricción ni mecanismo para impedirle el paso. Concluyó, luego de ver el interior del lugar, que era por la carencia de relevancia en lo que había allí. El sitio tenía solo una recepción al frente y una puerta metálica cerrada que probablemente conduciría al calabozo.

    Habiendo exterminado a todos los edagrianos, Cadain avanzó hasta la recepción y pudo encender la máquina que estaba instalada de forma arraigada en la mesa metálica. Tras unos cinco minutos intentando comprender la interfaz gráfica donde no había ningún tipo de palabra escrita allí, pudo divisar la celda que estaba buscando. Un mapa de color azul con recuadros blancos apareció en un holograma al costado, y en rojo se resaltó uno de esos cuadros, señalando la ubicación que precisaba. Cadain se paró frente a la puerta metálica, la cual lo escaneó para ver que no llevara puesta ningún arma de fuego y luego se abrió. Con el acceso concedido, el nuevo líder de los ryfier accedió al interior de aquel pasillo.

    Unas escaleras pequeñas lo condujeron hasta las celdas, hechas de barrotes de acero al frente y paredes de metal a los costados. La iluminación interior iba aumentando conforme avanzaba, como si las luces de los techos midieran su posición para saber en dónde se encontrase y así optimizar el rendimiento del sitio. Cadain se movió hasta que estuvo frente a frente con quien buscaba.

    ¿A qué viniste? — preguntó Allecreod, viendo como su amigo se detenía lentamente frente a los barrotes de su celda.

    A decirte adiós — Cadain lo decía con seriedad más que tristeza — Lamento que las cosas hayan terminado así, pero luego de todo lo que ocurrió cuando elegiste actuar de esa manera tan sádica… tú ya no tienes sitio en Ryfier. No puedes quedarte con nosotros.

    ¿Aun con todo lo que hice? — Allecreod sentía que estaba siendo despreciado — Luché esta guerra junto a ti, Cadain. Maté a Ixorum y contribuí a la muerte de Arion. No digo que soy un héroe, pero he participado en momentos clave de esta guerra.

    Lo lamento, Allecreod, pero luego de lo que pasó, ya no podemos correr ese riesgo — Cadain lo miró a su punto de vista — Corriste demasiados riesgos cuando elegiste qué hacer con los prisioneros. Todo salió mal gracias a las decisiones que tomaste, y luego, tras haber desobedecido mi plan, uniste fuerzas con estos tipos que no inspiraban casi nada de confianza.

    Tu plan involucraba que yo regresara y que así los garak pudieran asesinarme — se lo reprochó su amigo — De haberlo seguido, mi cabeza habría sido fundida con uno de esos guantes que ellos usan.

    Y habría sido mejor que todo lo que en realidad pasó — Cadain se lo hizo saber con furia — El Resguardo quedó a merced de los triyr. Luego de tantos meses sin que les llevemos comida, los nokradinos deben haber padecido ante una hambruna… o peor, habrán recurrido a comerse entre ellos. Todo porque ya no estábamos allí para darles lo que necesitaban.

    Suficiente, Cadain — Allecreod no lo quería escuchar más — Por lo que se ve, me quedaré encerrado aquí hasta que muera. Dudo que alguien quiera venir a matarme, o ya estaría muerto para este punto. Así que, mejor déjame tranquilo hasta que empiece a sufrir de deshidratación o de un hambre incontrolable. Yo hice todo lo que creí correcto y que estaba dentro de mis límites. Quiero morir con tranquilidad.

    Si eso es lo que quieres, entonces, adiós Allecreod — Cadain se disponía a despedirse de quien en un momento fue su líder — Trataré de recordarte como lo que fuiste antes de todo esto… y trataré de emular todo lo que pueda de ti para ser el mejor líder para los nuestros.

    Cuídalos bien a todos, Cadain — pensó Allecreod, con algo de tristeza viendo que ni quien fue uno de sus más grandes amigos confiaba en él para sacarlo de allí — Sabes que yo siempre quise lo mejor para todos. Que no haya salido bien es otra historia.

    El ryfier simplemente asintió con la cabeza para luego hacer un gesto con su mano para saludar a Allecreod en lo que sería su último encuentro. Habiéndolo visto y comprobado su estado por última vez, Cadain estaba satisfecho, y sentía que no debía nada más a su anterior líder. El prisionero contempló con tristeza como Cadain se marchaba y las luces del interior se apagaban, mientras que él simplemente se quedaría allí a esperar a que la sed y el hambre lo acabaran.

    Una vez Cadain se retiró, las luces del sitio se apagaron, y así fue como Allecreod quedó nuevamente solo en la oscuridad de sus celdas.

    […]

    Cadain rememoraba esa conversación que había tenido con su exlíder. Era un recuerdo amargo, pero lo importante era que tanto el mandato de Allecreod como la guerra que se produjo con los edagrianos había quedado atrás. El nuevo mandatario de su especie iba a bordo de su nave junto a los soldados que habían participado y sobrevivido al conflicto.

    En una gran sala en su vehículo espacial que iba camino a Garak para encontrarse a los que quedaron atrás, Cadain contemplaba como algunos de ellos lloraban desconsoladamente con el pasar de los días. Desde el primer combate hasta que todos los enemigos estuvieron exterminados, los ryfier habían sufrido bajas. Muchos de ellos tenían familias entre los fallecidos, y sus recuerdos los ponían tristes. Por otro lado, alejados de todos, casi aislados del cuarto, había algunos pocos soldados que bebían para festejar que habían ganado la guerra sin perder a nadie en el círculo íntimo de su confianza.

    El líder de los ryfier sonreía al ver que había algunos de los suyos que no lo estaban pasando mal, y que podían encontrar una forma para festejar por la victoria sin causar molestias a quienes tenían a un ser querido sin vida. Cadain, viendo lo cansado que estaba, se levantó y se fue a su cuarto.

    El sueño no tardó en invadirlo, y tan pronto como su cabeza tocó la superficie del colchón de la cama, quedó dormido. El viaje hacia Garak sería un poco largo, y tenía que pensar en las alternativas a tomar cuando los suyos emprendieran junto a él el viaje de regreso hacia el Resguardo.

    […]

    En otra de las naves que se encontraba en el camino de regreso a Garak, más precisamente la que pertenecía a la raza de los xaromitantes, Lankir acababa de despertar de su sueño. No había sido un despertar tan cómodo, dado a que escuchó ruidos y gritos que provenían de la sala de comandos de la nave, la cual estaba siendo controlada por los garak en ausencia de él y de Wida.

    La mujer xaromitante, por su lado, se encontraba profundamente dormida al lado suyo. Como si el ruido no llegara a sus oídos, o como si tuviera la capacidad para ignorarlos. Luego de todo lo que ambos vivieron desde que se descubrió la verdad de lo que causó la Gran Catástrofe, sumado al hecho de que casi siempre estaban juntos por ser de los últimos xaromitantes guerreros, una chispa se volvió a encender entre ellos dos. Una atracción que creyeron perdida tras la separación tan conflictiva que tuvieron en el planeta Emiv volvió a surgir en ambos. Y siendo ellos los dos últimos con naturaleza guerrera entre los suyos, aunque no totalmente en el caso de Lankir, ambos retomaron su relación.

    Las disculpas que se dieron mutuamente en el trayecto al planeta Ryfier antes de conocer a Allecreod les hicieron darse cuenta de que las cosas que sucedieron en Emiv fueron tomadas de muy mala manera, y que lo mejor era dejar ese capítulo de sus historias atrás.

    Lankir, mirando la bella figura que tenía Wida para los estándares xaromitantes, acarició su frente y luego se levantó para ir a la sala de comandos y averiguar qué era lo que los garak estaban haciendo para ocasionar tanto escándalo. No iban a quedarse a vivir en Garak, pero eso no quería decir que tenía que permitir que ellos se pasaran de aprovechados en la que era la nave de su padre.

    Pese a que los gritos eran cada vez más fuertes conforme se acercaba, Lankir caminó despacio para no quedar expuesto en sus intenciones de “espía”, aunque siendo su nave, tendría todo el derecho del mundo para hacerlo. Cuando llegó a la puerta, la abrió lentamente para tener el espacio suficiente como para poder visualizar perfectamente todo lo que ocurría. Allí fue que vio que estos estaban realizando una llamada de video con el líder garak, Asmir.

    […]

    Asmir, Kila y Halur veían desde el interior de su sala de comandos todas las pantallas de los miembros de la especie garak que se unían a una videollamada compartida. Gracias a las cámaras internas, se podían ver muchas caras y en alta calidad, lo que permitiría que varios de ellos participaran de un festejo que ellos iban a realizar.

    El líder garak sostenía una botella de bebida en sus manos, como si fuera a realizar un brindis con los suyos, dado a que Kila y Halur también contaban con eso. Poco a poco, los garak que abordaban la nave del líder se iban sumando poco a poco, y cuando llegó un número considerable de soldados, fue el líder de su gente el que levantó el brazo al tiempo que empezaba a decir unas palabras.

    — Llegó el momento de celebrarlo entre todos — comentó para los suyos — Ya hemos llorado a los caídos, y les hemos rendido el homenaje que se merecían. Ahora, quienes hemos sobrevivido tenemos que celebrar por la buena fortuna que nos ha llegado… — se tomó una breve pausa antes de continuar — Hemos pasado por períodos difíciles desde que la Gran Catástrofe llegó a nuestro planeta. Perdimos gente, y ganamos nuevos aliados y enemigos. Los berrod, los humanos, los xaromitantes, los ryfier, los edagrianos… ha sido toda una experiencia que nunca vamos a olvidar. La historia garak prohibirá que los hechos que hemos estado viviendo en estos años sean olvidados. Pero ahora, habiendo finalizado la guerra contra los edagrianos y habiendo llegado al fin del misterio de la Gran Catástrofe, yo tengo un anuncio que hacer a todos ustedes.

    Por medio de las cámaras, Asmir podía ver como todos prestaban atención a lo que quería decir. Si bien, fue algo que se hizo de público conocimiento en su momento, la noticia no llegó exactamente a oído de todos. Algunos, viendo que Kila sonreía al momento de beber lo que ella portaba, supieron por dónde iría el anuncio que su líder iba a realizar. Otros no se percataron de ese detalle, por lo que tuvieron que esperar a que su líder terminara.

    — Puede que algunos lo sepan, pero igualmente lo voy a anunciar — Asmir tomó fuerza para gritarlo a todo pulmón — ¡Michael ha sido asesinado, y, por consiguiente, Orz también! ¡El final de la guerra con los edagrianos también ha supuesto la muerte del último de los berrod que quedaba con vida!

    Quería continuar, pero eligió hacer una pausa para beber un poco mientras los suyos gritaban eufóricos tras enterarse de esa noticia. Tal y como él supuso, la mayoría no lo sabía, dado a que los gritos tan potentes inundaron el lugar. Tuvo que esperar más de lo planeado hasta que la intensidad en el festejo aminorara un poco. Pero encontró el momento indicado para continuar tiempo después.

    — ¡Se ha acabado nuestra pesadilla! — Asmir no cabía dentro suyo de tanta felicidad — ¡Hark, su linaje y su especie están en el olvido, junto al último de los berrod! ¡Este es el “nunca más” que estábamos esperando con ansias poder decir! ¡Siempre soñé con este día, y ahora que ya está aquí, ha dejado de ser un sueño! ¡Ya no tenemos ninguna deuda con los humanos! ¡Todo ha sido saldado! ¡Tan pronto como pongamos un pie de vuelta en Garak, ellos se llevarán a los suyos y se irán tan pronto como les dé todo lo que he acordado con el comandante Lakor! ¡Una vez que todas las naves hayan despegado, los cañones aéreos serán activados nuevamente, y ya nunca los volveremos a desactivar! ¡Garak solo pertenecerá a los garak! ¡Nadie más tocará nuestro planeta! ¡Ni Reinor, ni Tzorkun, ni Allecreod, ni Hark, ni nadie! ¡Nos hemos ganado el derecho de vivir una vida pacífica luego de la mayor tragedia de nuestra historia! ¡Sobrevivimos a lo que estaba programado a ser nuestro final! ¡Yo digo que este es el momento perfecto para festejar! ¡Gocen este momento! ¡Porque es el más glorioso en la historia garak, y a nosotros nos toca estar vivos para contarlo a las futuras generaciones! ¡Quienes nazcan luego del día de hoy envidiarán a nuestra generación! ¡Milenios después de habernos ido, seguiremos en las mentes de todos nuestros descendientes! ¡Yo me aseguraré de que así sea! ¡Larga a vida a nuestra gran y gloriosa especie!

    El jolgorio dio inicio en aquel momento. Las palabras dichas por el propio líder de los suyos contagió a cada soldado. Desde el más experimentado hasta el más joven entre ellos. No había nadie que no sintiera deseos de gritar por todo lo alto por la victoria que habían conseguido.

    Kila, hermana de uno de los últimos garak en morir en las manos de quien era el último berrod con vida, fue rápidamente a sentarse a una de las mesas que habían sido preparadas en una de las salas exteriores del sitio donde Asmir tuvo la reunión remota con los suyos. Por encima de estas había todo tipo de bebidas y comidas para degustar. Kila vio a varios de los suyos ocupando algunas mesas, dejando unas pocas en libertad. Como notó que estos ya tenían empezadas sus conversaciones, optó por no importunar y simplemente quedarse en una de las que no tenían gente, esperando así que llegaran quienes quisieran tener una charla con ella. Halur, compañero suyo del ya disuelto consejo de guerra, se sentó al lado de la mujer para poder estar cerca de ella al momento de compartir esa celebración.

    — ¿Y bien? — fue la pregunta del soldado garak — ¿Estás conforme?

    — La muerte de mi hermano ha sido vengada por fin — comentó la soldado con una sonrisa mientras tomaba algo de comida de la mesa — Lo único que lamento es no haber podido ser yo quien le pusiera fin a Orz. Pero está muerto, y nunca más volverá. Eso es lo que importa.

    — ¿Qué es lo que te gustaría hacer ahora? — Halur quiso indagar un poco en su compañera — Sé que tu hermano era de los que se dedicaban a investigar y pelear, pero tú pareces ser más del tipo que está lista para tomar iniciativa en las batallas.

    — Yo pensé en lo mismo, pero ahora que los berrod ya no están, no creo que alguna vez vuelva a tener que pelear — Kila expresó su visión del futuro — Ya no hay guerras entre nosotros. Por lo tanto, no veo para qué seguir quedándome en el ejército. Creo que dedicaré todo lo que me reste de vida a la investigación de tecnología armamentística. Ahora que Garak es un planeta seguro, lo que más quiero es que se mantenga de esa forma.

    — Puede que me una a ti — Halur lo tenía decidido tan pronto como lo oyó de su compañera — En nuestras reuniones del consejo me he estado fijando en lo hermosa que eres. Siempre quise decírtelo, pero tenía miedo de que nos pudieran castigar por eso. Pero ahora que estamos en una celebración, no lo quiero callar más. Me gustas mucho, Kila. Y creo que tú y yo…

    — Mira, te detengo justo ahí — la mujer no quiso que siguiera hablando así — Te das cuenta de que soy la mujer más importante de nuestra especie ahora, ¿verdad?

    Halur asintió, dado a que no era precisamente una mentira lo que ella contaba. Solo sería superada en importancia por el mismísimo Asmir, dado a que Valmer y Plamo no estaban con vida al momento de que se supiera la verdad de lo sucedido en la Gran Catástrofe, además de que Likar y Domir estaban muertos desde mucho más tiempo atrás.

    — ¿Y tu punto es…? — Halur quería que ella lo explicara.

    — Que ahora que soy la mujer más importante con vida, seré codiciada por varios pretendientes — Kila lo decía con arrogancia — No me voy a entregar al primero que aparezca, ni siquiera ante ti, Halur. Tú también me caes bien, y físicamente no estás nada mal. Pero soy una mujer que seguro tendrá opciones. Me quedaré con lo que sea mejor para mí. Si tú me deseas tanto como creo que me deseas, demuestra que eres lo mejor.

    — Bueno, yo… — Halur quedó abrumado con esa respuesta de su compañera — Ciertamente eres digna de todo eso que dices, Kila. ¿Pero yo que soy? Soy detrás de Asmir el garak más importante, al menos entre los hombres. Y Asmir es bastante mayor para ti. Quiero decir, ¿eso no me eleva al punto de ser lo mejor para ti?

    — Te falta convicción, Halur — Kila reveló lo que sintió con su respuesta — Eres todo lo que dices ser, pero no lo dices con seguridad. Yo quiero eso en alguien con quien voy a convivir los años de vida pacíficos que creo que tendré por delante. Quiero a alguien que sepa lo que es y que no tenga miedo ni vergüenza de decirlo. Por el momento, disfrutemos este rato juntos, pero cuando la fiesta termine, haz algún esfuerzo por mostrarme tu valor.

    Las últimas palabras dichas por su compañera no tuvieron un efecto positivo en el garak que conformó el consejo de guerra. Sus intenciones para con Kila eran totalmente nobles, al menos a su propio punto de vista, y ser increpado de esa manera no fue algo que le gustara. Él sabía lo que valía un soldado como lo era él, y Kila parecía tener el ego en las nubes por estar unos peldaños más arriba de él. Halur no notó en ella una conducta así en las reuniones del consejo de guerra, y por eso fue por lo que se sintió totalmente repelido tras escucharla expresarse así.

    — O estabas escondiendo tu verdadera cara, o esta guerra te cambió para mal, Kila — Halur pensó para sus interiores — Pero no voy a entrar a una competencia con nadie. Yo sé lo que valgo, y si tú prestaste atención a nuestras batallas en la guerra, también lo sabes. Vaya forma de perder mi interés con tan solo pocas frases.

    […]

    Sintiendo unas ligeras nauseas por lo que había escuchado del líder garak, con quien incluso llegó a compartir reuniones críticas durante la guerra, Lankir se retiró del lugar esperando que nadie se hubiera dado cuenta de su presencia. Cuando regresó a su habitación vio a su pareja sentada sobre la cama. Wida lo vio algo perturbado al entrar, y quiso saber si se encontraba bien.

    — Lankir, ¿qué ocurre? — preguntó con un tono cariñoso — ¿Te hicieron algo malo?

    — No directamente, pero… — Lankir tenía problemas en expresarse al principio — Escuché algo que me cayó mal. Los garak están haciendo una fiesta para celebrar su triunfo en esta guerra. Y otras cosas más. Festejan que Michael está muerto, y que humanos, ryfiers y xaromitantes nos vamos a marchar de su planeta. Sabía que esa era su resolución, pero no pensé que serían tan descarados como para hacer una fiesta por eso.

    — Ellos son una basura — Wida se acercó hacia él y le tomó las manos cuando se enteró de eso — Fue gracias a nosotros y a la colaboración con los humanos que pudimos encontrar una pista en la dirección correcta. Y gracias a nuestra alianza con los ryfier hemos podido evitar que Arion ocasionara lo que pudo ser la muerte de toda nuestra alianza.

    — Ellos aportaron más soldados que nosotros y creen que eso les alcanza para menospreciarnos — Lankir compartía los sentimientos que tenía Wida — Pero sin el resto de nosotros, solamente habrían ido a entregar la cabeza al enemigo…

    — Ya no lidiaremos más con ellos, Lankir — Wida encontraba consuelo en ese hecho — Podrán vivir como ellos quieran y ser tan despreciables como lo deseen…

    — Me sigue haciendo ruido una de las palabras de Asmir — comentó el joven xaromitante — Decía que estaba bien festejar porque ya habían terminado de llorar por sus muertos. Yo no me veo capaz de festejar por esto luego de haber perdido a mi padre. No sé de donde sacarán la fuerza para esta clase de cosas.

    — Son diferentes a nosotros, esa es la razón — Wida lo vio de esa manera — Quizá nosotros los estemos juzgando a nuestro criterio y ellos hagan lo mismo con el nuestro.

    — Igualmente es algo que no me agrada — Lankir no podía terminar de aceptar algo así — Ven. Vamos a comer algo y luego desmontemos esa fiesta. Al menos, la que están teniendo en nuestra nave. Después de todo, la nave es nuestra. Están obligados a guardar respeto en el sitio donde descansa el cuerpo de mi padre.

    Wida sintió una gran impresión en el momento en el que Lankir demostró esa determinación y esa resolución en sus palabras. Parecía haberse tomado personal esas acciones, y por eso, en lugar de quedárselo callado, iba a poner orden en su nave. Eso, para sus ojos, era actuar como un verdadero líder. Tan pronto como Lankir estuvo parado junto a la puerta, Wida lo abrazó desde atrás, besándole el cuello suavemente. El joven xaromitante no se resistió y recibió los gestos que le dio su pareja con gran cariño. Para no mostrarse tan frío pese a su discurso, este se dio la vuelta, tomó a su pareja de la cintura y la acercó a su boca para besarla de la misma forma en que vio cómo lo hacían los humanos varias veces. Wida disfrutó ese momento breve junto a él.

    Una vez que sus muestras de afecto mutuas hubieron terminado, ambos acudieron a la sala en donde guardaban las provisiones. Tenían que comer antes de poder hacerles frente a los garak que estaban festejando por motivos que a Lankir no le agradaban en lo más mínimo. Sin embargo, no fue necesario que hicieran acto de presencia en aquel lugar.

    Mientras la pareja de xaromitantes se encontraba finalizando con su desayuno, notaron como los garak poco a poco empezaban a llegar al sitio y se acomodaban en las mesas para poder compartir una comida mañanera con sus compañeros guerreros que habían sobrevivido a la guerra en contra de los edagrianos. El xaromitante supuso que Asmir debió de haberse percatado de su presencia, y si no fue él, podría haber sido alguien más, dado a que no notó en los garak deseos de cesar con los festejos, al menos no en lo que pudo observar.

    — Oye, lamentamos mucho si nuestro pequeño alboroto los despertó — una mujer en el ejército garak se disculpaba con ambos — Solo queríamos unirnos temporalmente a los nuestros para celebrar la victoria. Espero no te molestara demasiado.

    — No me molesta que festejen, pero sí me molestó un poco que lo hicieran estando en mi nave — Wida se sorprendió con la respuesta dada por Lankir, y en cierta medida, la autora de estas palabras también reaccionó igual — No sé cómo su cultura tratará a los que han fallecido en una guerra. Pero el cuerpo de mi padre viaja en esta nave. Era mi única familia tras la muerte de mi madre… Agradecería que no lo vuelvan a hacer. Solo pido un poco de respeto mientras están en mi sitio.

    — Lo sentimos mucho, quizá debimos haberlo hablado con Asmir o dejar que él lo hablara contigo — otro de los garak procedió a disculparse con él — No volverá a suceder, te lo aseguro.

    Lankir no sentía que tuviera otra cosa que decir, por lo que simplemente se limitó a asentir con la cabeza. Wida miró atentamente a todos los garak que estaban en esa sala. No había nadie que pareciera no tener respeto por Lankir, lo cual la llenaba de esperanza. Ella recordó cuando él le contó que, en el primer viaje de él y su padre al planeta Garak, los otros miembros de su especie murmuraban en contra de él. Como si no lo vieran como un líder a la altura de Terrior.

    Ver a su pareja hablar de esa manera, con tanta elocuencia y seguridad, le hizo pensar que él sería un gran líder para los suyos. Además de sus ganas de llegar a su mundo para poder separarse de los garak de forma definitiva, la mujer xaromitante sentía mucha curiosidad por ver a dónde los llevaría su novio estando al mando de todos ellos. Pero estaba decidida a que, sea lo que él eligiera, ella estaría junto a él para apoyarlo y así poder llegar muy lejos juntos.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo mío, me he demorado un poco en leer lo que ha sido el primer capítulo de este breve spin off de La Gran Catástrofe, el cuál cerrará las historias de algunos personajes.

    Personalmente, me parece genial que les des un cierre a dichos personajes, sabiendo que no tienes intención de volver a traerlos en un futuro. Además, con la guerra contra los edagrianos ganada, es el momento perfecto para despedirse de ellos. El capítulo, para ser un comienzo de una historia secundaria que cerrará algunos cabos sueltos, me ha gustado. Ha estado bastante bien y se agradece tras un final de infarto de la parte VI. Pasaré a comentar lo más destacado, aunque a diferencia de en la historia principal, aquí no me explayaré mucho en detalles específicos, sino que iré directamente al grano para darte mi opinión de distintas cosas.

    Me alegra que Cadain se despidiese de Allecreod antes de dejarlo en Edagr, ya que ambos compartieron un fuerte vínculo de amistad antes de encontrarse con los humanos y los malentendidos posteriores. Me parece que su conversación podría haberse extendido un poco más, aunque comprendo que tenían ya poco que decirse. No es una queja, es simplemente que me hubiese gustado que se dijesen algo más, pero al margen de eso, el como se cierra su relación me parece perfecto.

    Ver a Lankir y a Wida de nuevo juntos me agrada, aunque ya conoces lo que pienso de la xaromitante. Considero que ella ya jugó bastante con los sentimientos del pobre Lankir y ahora se siente un poco como que es una aprovechada XD. Aunque entiendo que su especie está jodida de sangre guerrera y la descendencia entre ambos traería más gente de esa estirpe, por lo que veo su relación más por conveniencia genética que por amor puro. Sea como sea, les deseo lo mejor y se me hará algo triste no ver más a Lankir en la historia principal. Wida me da igual :v.

    Lo de Asmir, sinceramente, no me lo tomo de ninguna manera. Entiendo que los garak festejen la muerte de Michael/Orz por su eterna guerra con los berrod, al igual que comprendo que Kila lo celebre porque así ha sido vengado su hermano. No me puedo quejar, porque la muerte de Michael les es indiferente, es más bien la muerte de Orz la que celebran. Enhorabuena para ellos y ojalá se les aparezca en pesadillas XDDDDDDDDDD :blue:. Ahora en serio, lo entiendo. Debo admitir, cambiando de tema, que me he quedado muy WTF con el acercamiento sentimental de Halur a Kila, aunque la garak se cree Gal Gadot por todo lo que ha dicho y Halur ya me cae bien solo con tener una neurona que le ha dicho que esa tipa está mal y que no tiene sentido entrar en ninguna competencia por ella. Quizá Kila sea la garak más importante pero como Halur ha dicho, tras Asmir, está él. Si eso no es suficiente... En fin. Celebro efusivamente no volver a ver a estos pinches garaks tocahuevos y antihumanos, porque sus lloros serán lo más recordado de su aportación a este universo ficticio.

    En fin amigo, esto ha sido todo. Nos veremos en el próximo capítulo de los cuatro que conformarán esta historia secundaria. Cuídate y hasta pronto. ;')
     
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  3. Threadmarks: Lazos cortados
     
    Agus estresado

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    Saludos a los usuarios que hayan llegado a este thread. Es un placer traerles el segundo capítulo de esta breve historia secundaria del universo de LGC. Llegamos a la mitad XD. Tal como dice la entrada de mi blog, esta historia tendrá solo 2 capítulos más después de este. Es por eso mismo que no me explayaré demasiado en la intro de este capítulo como sí lo he hecho en el primero.

    Quiero dar las gracias a mi amigo Manuvalk por su presencia en esta historia a través de sus comentarios. Es un alivio ver que está disfrutando de lo que será la parte más breve y posiblemente más calmada de LGC. Tanto aquí como en la historia principal, sus comentarios son algo que se agradece siempre.

    Sin más que decir, les dejo la lectura.












    Lazos cortados:

    El viaje de ida hacia el planeta Garak, que en realidad era un viaje de recogida para las especies ajenas al mismo, había concluido, y todas las naves que partieron a la guerra hacía ya varias semanas estaban de regreso.

    En un terreno amplio para permitir el descenso de todas las naves, estas fueron bajando una por una para así permitir el descenso de todos aquellos que las tripularan. Desde muchas horas antes de que las naves fueran visibles, la gente de todas las especies ya se encontraba en el sitio donde tenían decidido realizar el descenso. Conforme las naves continuaban bajando, quienes habían quedado atrás a la espera de que el conflicto se hubiera resuelto, seguían acercándose a la zona.

    Al momento en que se abrieron las compuertas, empezaron los gritos de una multitud que estaba en total silencio hasta entonces. Sabían el resultado de la guerra, pero eso no quería decir que fuera apropiado empezar con los cantos de victoria y festejo. Tan pronto como los líderes de los garak y los ryfier descendieron, los miembros de sus especies alzaron más la voz por encima de los xaromitantes. Estos, al ser un número muy inferior en comparación a los demás, quedaron totalmente opacados por el escándalo armado por sus compañeros. Sin mencionar que, desde que vieron solamente a Lankir y a Wida descender, supieron que algo andaba mal. Esperaban que fuera Terrior quien encabezara a los suyos, dado a que no había ni un solo motivo por el cual el líder no se daría la tarea de anunciar la victoria. Lankir y Wida optaron por comunicar la noticia en persona, dado a la gran admiración que tenían los últimos viajeros a quien era su líder. Toda información de su fallecimiento se hizo pública cuando arribaron al planeta y comenzaron a hablar con los habitantes.

    Por parte de la humanidad, el bullicio terminó poco tiempo después de haber empezado. Habían oído la noticia de la muerte de Magnus, y sabían que, quienes fueran a ser sus nuevos líderes los estarían esperando en el planeta Edagr, su nuevo hogar. Sin figuras importantes a las que aclamar, puesto a que supieron que los comandantes eligieron quedarse en Edagr para realizar las preparaciones, los festejos terminaron pronto.

    Cadain no se mostró tan alegre ante los suyos, y simplemente sonreía ante su gente mientras levantaba ambos brazos. Caso contrario como pasó con Asmir. El líder de los garak levantó los puños y realizó ademanes de victoria una y otra vez ante la vista de su gente, como si los estuviera liderando en el festejo. La noticia de la muerte de Orz tras el asesinato de Michael llegó hasta los oídos garak, y dado el pasado de su especie con los berrod, incluso el garak más desanimado y depresivo habría mostrado una sonrisa con esa noticia. Desde atrás de él, Kila y Halur, miembros del consejo de guerra ya disuelto, copiaron las acciones de su líder.

    Faron, quien fue uno de los elegidos para ser vocero de la tripulación de la humanidad, avanzó en silencio hasta encontrarse con un grupo de humanos que lo estaba esperando. Al joven soldado le molestó mucho el barullo que generaron los garak, puesto a que sabía los motivos por los que estaban celebrando tan arduamente. Cuando llegó al grupo al que se dirigía, uno de los ingenieros de la humanidad se unió a él.

    — ¿Tú diriges este grupo? — preguntó Nick Mardh, el ingeniero de Black Meteor.

    — Algo así, lo dirige uno de los capitanes — contestó Faron estrechando manos con aquel humano — Yo soy un vocero. Faron Zark.

    — Me llamo Nick Mardh — el ingeniero saludó amistosamente al soldado, pese a que nunca lo había conocido en persona — El comandante Lakor me dio una lista de nombres de las personas a las que debía recibir cuando llegaran aquí. Te informo que le he enviado la información que él solicitó tan pronto como recibí el mensaje. Los datos de todos los presentes están en sus manos.

    — Me alegra oír eso, Nick — Faron sonrió al escuchar eso.

    Antes de que Nick pudiera decir algo, realizó un gesto con la cabeza para que Faron se diera la vuelta. Mientras los soldados humanos se abrazaban con familiares y amigos que habían acudido a recibirlos, el joven soldado miró en la dirección apuntada por Nick y logró ver como Halur se acercaba en persona hacia él. Intrigado, el soldado dio la vuelta y lo miró de frente.

    — Lamento importunarte — se disculpó Halur antes de hablar — Pero Asmir me ha enviado a decirle a todos los voceros que tienen una reunión importante. Su gente ya sabe que tiene que marcharse del planeta tan pronto como se oculte el sol — acto seguido, Faron levantó la vista y vio el atardecer en el cielo garak, cosa a la que no prestó atención — Diles a algunos de tus soldados que ayuden a cargar las cosas y tú y algún grupo pequeño vienen a una reunión con nosotros.

    — Lo haré en seguida — Faron supo que tan pronto acabase esa reunión podría ser libre de tener que interactuar con los garak — ¿Tú quieres venir?

    — Sí, quiero preguntarte algo de paso — Nick lo vio como una gran oportunidad.

    Faron notó como Halur se marchó a buscar al resto de voceros de la humanidad, por lo que él eligió aprovechar el tiempo y seleccionar entre la multitud a los soldados que creyó que serían de menor ayuda para cargar el equipaje que toda la humanidad tuviera en su poder, de modo que podría tener al resto en la reunión. Habiendo elegido a todos los acompañantes, Faron y Nick se disponían a marchar a la reunión buscando identificar a Halur.

    — ¡Espere, joven! — se escuchó el grito de una mujer mayor entre la multitud.

    — ¿Sí? — Faron se volteó, logrando ver a una señora aproximarse pidiendo permiso a la gente.

    — Soy… soy la madre del soldado Thomas Delleo — con algo de cansancio, contestó esa mujer — Sé que mi hijo ha sobrevivido, pero no tengo detalles de su misión. ¿Puedes confirmarme si se encuentra bien?

    — Descuide, señora Delleo — Faron supo que quizá tendría otro apellido, pero al no conocer su nombre, no encontró otra forma de dirigirse a ella — Su hijo está de una pieza. No tiene que temer por él. Suba a la nave y prepárese para ser recibida por él a su llegada a Edagr.

    — Gracias, joven. No te quitaré más tiempo. Mi corazón solo necesitaba comprobar si estaba bien.

    Con una sonrisa en el rostro por haber tranquilizado a la señora, Faron y Nick lideraron a los suyos en la búsqueda de Halur para así acudir a esa reunión con los líderes garak. En el camino, Nick tenía una duda que necesitaba ser respondida, y viendo que Faron era uno de los voceros, asumió que debía saberlo mejor que la gran mayoría de presentes.

    — Escuché las noticias… todas — contó el ingeniero — ¿Es cierto que Abel Hartka desertó de la guerra en el primer día, y tras la muerte de Magnus?

    — No fue inmediatamente después de su muerte — respondió el soldado — Pero todo lo demás es cierto. Desertó durante una batalla. No he preguntado por él, pero viendo que no hemos recibido ninguna actualización, creo que es prudente decir que no ha sido encontrado aún.

    — Ese maldito bastardo — Nick se lamentaba por eso — Debió morir él en lugar de Magnus. No puedo dejar de pensar en que sería lo mejor.

    — Créeme, no te equivocas — Faron, siendo de Zenith, le dio la razón a Nick — Yo también creo que él habría sido un gran líder para la humanidad en ese terreno desconocido.

    — Nuestro futuro está asegurado, pero no por eso deja de ser incierto — Nick daba su punto de vista en un tema social y político — Supongo que eso quiere decir que la Gran Catástrofe aún no ha terminado para la humanidad.

    Asintiendo a lo que decía su acompañante, Faron y Nick caminaron hacia el sitio en el cuál tenían divisado a Halur. No les costó mucho tiempo poder encontrarlo, pero hasta que él dejó de saludar a amigos que lo esperaban de regreso, su partida a la reunión se retrasó un poco. Siendo que fue él mismo quien dijo que debían darse prisa para marcharse al anochecer, varios llegaron a pensar que fue hecho a propósito para poder forzar a los humanos a una negociación rápida y desfavorable.

    […]

    El sitio de reunión era una sala grande y vacía en un complejo casi aislado del resto de la urbe de la ciudad. Una enorme cantidad de garaks, teniendo a su líder y a Kila y Halur sentados al lado suyo, se encargaba de terminar los acuerdos con los humanos. Xaromitantes y ryfiers tenían permitido quedarse en la superficie de Garak hasta la mañana siguiente, pero seguían presentes en el complejo porque sabían que tenían que terminar de zanjar todos los asuntos pendientes con ellos tan pronto como el turno para los humanos acabara.

    — La mitad de los cultivos plantados en nuestro suelo está en manos de tu gente — Asmir concluyó esa reunión lo más pronto posible — No te preocupes por nada. Fueron los humanos y los xaromitantes quienes confirmaron que efectivamente era el cincuenta por ciento. No hay ninguna estafa de mi parte.

    — Bueno, agradezco que hayas hecho esto más sencillo para todos — Faron se tomó el atrevimiento para hablarle así, dado a que sería la última vez que se verían.

    — Hemos querido quitarnos a la humanidad de encima desde hace tiempo — Kila lo increpó tras notar su comentario — Todo lo que hemos hecho fue para facilitar las cosas. No creas que tiene que ver con ninguno de ustedes.

    — No me interesa, honestamente — una de las mujeres voceras del ejército expresó su malestar con la reunión — ¿Queda algo por discutir?

    — No, solo una última cosa para terminar esta reunión con ustedes — Asmir tomó un dispositivo de su armadura.

    Dicho artefacto se veía como un teléfono celular, el cual el líder garak encendió y luego alcanzó al ingeniero Nick. Quienes estaban alrededor de su persona vieron atentamente como una aplicación de transmisión se mostró ante ellos, dejando ver lo que parecía ser un pequeño ataúd. Si sus vistas no les fallaba, estaba colocado a pocos metros del complejo en donde tenía lugar aquella reunión.

    — Lankir fue quien me convenció de esto, así que denle las gracias a él — informó el líder garak señalando al xaromitante — He colocado en ese ataúd el cuerpo del humano Wagner Stones. No tiene lugar en el suelo del planeta Garak. Así que se lo llevarán con ustedes y le darán un entierro en el planeta Edagr.

    — Gracias, Lankir — uno de los voceros se manifestó al respecto —Seguro los comandantes Lakor y Fairin lo apreciaran.

    — Por nada — Lankir contestó con modestia — Wagner también fue un gran amigo mío. Y ellos merecen tener su cuerpo para despedirlo como es debido. Es una lástima lo que tuvo que pasar con él.

    Las palabras dichas por el nuevo líder xaromitante golpearon levemente la moral de los soldados de la humanidad, así como también de los xaromitantes Lankir y Wida. La tragedia de Wagner, la cual acabó con él quitándose la vida, era un hecho que los entristecía a todos. Quienes lo conocieron llegaron a saber bien qué tipo de persona fue, y su final no le parecía apropiado a ninguno de ellos.

    Agradecidos por haber tenido una reunión final amena, los soldados de la humanidad hicieron una reverencia más por obligación que por respeto ante Asmir y Cadain. Solo ante Lankir y Wida fue que tuvieron la verdadera intención de realizarla. Habiendo presentado sus saludos, los soldados de la humanidad salieron del complejo para partir hacia sus naves y emprender lo que era el viaje de regreso a su nuevo hogar.

    Con una mirada muy seria, Cadain y los de su especie los vieron marchar, recordando todo lo vivido junto a ellos. Toda batalla ya sea que hubiera sido como aliados o como enemigos. Lo primero que hicieron los humanos al salir fue enviar a varios de los suyos a cargar con el ataúd que guardaba el cuerpo sin vida de Wagner. Siendo hijo de quien fue considerado uno de los comandantes más importantes de Zenith, y de los soldados más fuertes que tuvo la raza humana, su cuerpo sería tratado con el respeto que merecía.

    Faron vio al cielo nocturno de Garak en su camino a la nave, siendo él quien guiaba a casi todo su grupo.

    […]

    La reunión en aquel complejo estuvo en pausa hasta que escucharon el ruido de las naves humanas abandonando la superficie del planeta. Una vez que los humanos se marcharon definitivamente de allí, los xaromitantes y ryfiers sabían que era su turno para despedirse de los garak. Se irían del planeta tan pronto como el sol volviera a salir por el horizonte, pero tenían la necesidad de cerrar todo asunto pendiente esa noche.

    — Los escucho — Asmir les dio pie para hablar — Si desean hacer un trato justo con los nuestros, estoy esperando.

    — Si no hemos hablado al respecto en el viaje de regreso, con todo el tiempo que tuvimos, es que ya no hablaremos de eso aquí — Lankir lo decía con convicción.

    Los xaromitantes presentes allí miraron con asombro al joven hijo del fallecido líder de su especie. Ciertamente, la guerra lo había cambiado. Más que la guerra, la misión en su totalidad. Wida los miró atentamente a casi todos, y pudo notar que se sentían igual que ella. Era evidente el cambio que había atravesado Lankir desde el día en que abandonaron el planeta Emiv. Era casi una persona totalmente diferente. Incluso algunos garak que lo llegaron a conocer cuando pisó por primera vez su planeta se veían asombrados ante él.

    Cadain, viendo que no se estaba diciendo algo más, optó por ser el siguiente en hablar.

    — Yo no creo que tú y yo podamos llegar a un trato justo para ambas partes en tan poco tiempo, Asmir — Cadain lo miró directo a la cara al decirle eso — Eres una persona impaciente, y no me has llegado a caer del todo bien. Lo que vivimos durante nuestra convivencia en Triyr me demostró tu verdadera personalidad. Ahora que los edagrianos ya no están, no veo motivos para seguir manteniendo el trato que tenía contigo.

    — Vaya, parece que somos el miembro menos favorito de la familia — Asmir lo dijo con un sarcasmo tan hostil que llegó a aprender de los humanos — Por si no lo saben, los garak hemos sido los que más soldados hemos aportado a esta guerra. Sin nuestros números, no habrían logrado nada. Sin mencionar que les hemos dado asilo. No lo ven a nuestra manera porque sus planetas han quedado perdidos.

    — ¡Detente! — Lankir se metió en esa charla — No vuelvas a hablar de Xarom de esa manera.

    — Ni de Ryfier — un soldado que estaba al lado de Cadain hizo lo mismo que el xaromitante — Sus pérdidas representan un vacío muy importante e irremplazable para nosotros. No te permitiremos burlarte o faltar el respeto a nuestros hogares.

    Asmir no llegó a sentirse amenazado. Con la mayoría de la gente ocupando su planeta y ante la ausencia de los humanos, siendo ellos la segunda especie más numerosa que habitaba Garak, no tenía ni la más mínima pizca de miedo ante lo que dijo el ryfier. Su única motivación para callarse fue acelerar la reunión y ya no tener que soportar más una convivencia con los seres de especies a los que les llegó a tomar cierto desprecio.

    — Sabes… — Cadain retomó la palabra — Ryfier podría no estar totalmente perdido.

    — ¿De qué hablas? — Wida quiso saber que tenía en mente — El Resguardo había quedado totalmente abandonado cuando Hark forzó la retirada de Allecreod.

    — No del todo — el líder de los ryfier se vio invadido por una esperanza — Los triyr que rescataron de su planeta luego de la visita de Black Meteor seguían allí. Dudo mucho que Hark conociera de primera mano que Allecreod había logrado conquistar dos planetas. Por lo tanto, seguro habrá pensado que no era necesario seguir investigando el sitio cuando nos marchamos. Aun así, los triyr probablemente se habrían ocultado de él.

    — ¿Crees que ellos habrán podido mantener el Resguardo en buenas condiciones durante todo este tiempo? — preguntó otro de los ryfier.

    — Es una posibilidad, pero no sabremos nada hasta que no partamos a nuestro mundo para comprobarlo — Cadain tenía decidido lo que debían hacer — Yo digo que nos arriesguemos y vayamos a comprobar qué tal están las cosas allí. Si aún sirve para que podamos vivir en él, no tendremos más problemas.

    — ¿Y qué pasará si resulta que ninguno de ellos sigue con vida y el lugar está deteriorado? — uno de los garak preguntó más por curiosidad que otra cosa.

    — Tendremos que irnos al vivir al planeta Triyr — Cadain tenía pensado otro plan en caso de que el primero no resultara — Será un inicio desde cero para nuestra especie. Pero eso es mucho mejor a simplemente no tener nada. Claro que no tiene por qué ser nuestra parada definitiva. Si no logramos adaptarnos a las condiciones climáticas del planeta Triyr, podríamos irnos a vivir a otro mundo. Este universo es enorme. Debe haber una gran variedad de planetas habitables para nosotros.

    — Este desde luego no es una opción — Asmir no quiso dejar pasar la oportunidad de remarcarlo.

    — Descuida, Asmir, sabemos lo que nos espera si nos acercamos a este lugar — Cadain fue directo con él — Nuestras naves, a diferencia de las edagrianas, no tienen esa resistencia monstruosa.

    Una vez que estuvo resuelto el destino de los ryfier bajo el mando de Cadain, Lankir decidió esperar unos segundos más antes de lanzar su propuesta. Él, Wida y los demás xaromitantes eran demasiado pocos como para lanzarse al universo nuevamente en busca de una especie que los acogiera como los seres humanos hicieron en su momento. Además, luego de haber experimentado situaciones como las de Tzorkun, Allecreod y los edagrianos, supieron que era un riesgo que no valía la pena correr. Mucho menos siendo que solo Wida era la única con una naturaleza guerrera total.

    Las probabilidades de sobrevivir ante un encuentro con seres hostiles eran bajas, y ellos lo sabían en el momento en el que incursionaron al planeta Tierra. Siendo menores incluso que antes, el solo pensar en realizar algo así desafiaba su lógica. Fue por eso por lo que Lankir quiso aprovechar y explotar la delicada situación por la que estaban pasando Cadain y los suyos.

    — Cadain… — el líder de los xaromitantes quiso asegurarse de mantener la educación en todo momento — Si me permites, estoy dispuesto a proponerte un trato.

    — ¿Qué clase de trato sería ese? — Cadain supo que Lankir buscaría sacar provecho de su momento, pero quiso saber cómo lo haría — Estamos dispuestos a aceptar cualquier ayuda.

    — Yo… creo que los míos y los tuyos podríamos vivir en armonía si nos lo proponemos — Lankir quería endulzar el momento — Somos muy buenos investigando, has visto que junto a los ingenieros de la humanidad hemos sido capaces de poner en funcionamiento a Xorxaik, incluso después de que fuera derribado… nada menos que con mi arma.

    — Te escucho — Cadain le indicó que continuara.

    — ¿Qué tal si nuestras especies forman una alianza? — Lankir realizó la propuesta formal — Tú tienes los materiales, y nosotros tenemos conocimiento. Trabajando juntos podríamos lograr grandes cosas. Nuestras especies se encuentran en situaciones delicadas. Y creo que en un momento así vale mucho la pena el ayudarnos entre nosotros. Incluso si no estás del todo seguro, tenemos información de varios planetas del universo que no son habitables. En caso de que esto no resulte, o de que los planetas Triyr o Ryfier ya no sean una opción para ustedes, les servirá demasiado saber a dónde podrían acudir o no. Recuerda que la lista que nos proporcionó Ixorum podría no tener información totalmente correcta. Después de todo, Hark que fue el artífice de todo no pudo acabar con todos nosotros.

    Las palabras dichas por el xaromitante captaron mucho la atención de Cadain. Siendo menos que ellos, este no esperaba una propuesta tan osada, pero aun así quedó asombrado por la amabilidad y el deseo de cooperación que expresaba Lankir. Si bien era cierto que, de aceptar un trato así, los ryfier no podrían esclavizar a los xaromitantes, también era cierto que la otra opción en la mesa eran los triyr. Incluso si no todos los miembros de dicha especie estuviesen muertos en el día de la reunión, en el transcurso del viaje, todo eso podría cambiar. Lo más seguro era pactar una alianza con ellos, aunque fuera temporal.

    — Allecreod jamás habría aceptado algo así — Cadain contestó con un poco de seriedad — Pero viendo que sus métodos fueron los que nos trajeron hasta aquí… creo que lo mejor será probar un enfoque diferente para nuestra especie.

    El siguiente gesto de Cadain fue extender la mano para que Lankir pactara el acuerdo de líder a líder. No había malas intenciones para con su especie, dado a que Cadain decidió que sería una forma de agradecer por la ayuda que prestaron en la guerra. Después de todo, Xorxaik había sido la clave, y su recuperación fue gracias a los esfuerzos del xaromitante con gran inteligencia y conocimientos en tecnología.

    Lankir, con una sonrisa en el rostro, estrechó las manos de Cadain, pactando así una alianza entre xaromitantes y ryfiers para afrontar el incierto futuro de ambas especies juntos.

    — No se van a arrepentir — Lankir tenía muchas ideas para el futuro entre ambos — Te garantizo que nos ganaremos nuestra estadía en sus planetas.

    — Sé que puedo confiar en ustedes, Lankir — contestó así el líder de los ryfiers — La experiencia me presagia únicamente cosas buenas para ambos.

    Si bien, había algunos xaromitantes y ryfiers que veían con cierto recelo este acuerdo, lo cierto era que no tenían probabilidad de encontrar una opción mejor que los pudiera beneficiar a ambos. Por lo menos, no en el escaso tiempo que les quedaba antes de que su tiempo disponible en el planeta Garak llegara a su fin.

    Asmir, quien no participó en esa negociación quedándose totalmente al margen, miró con una sonrisa al verlos acordar algo así. Sabía que, si ambos se iban juntos, no tendría que preocuparse por dos grupos dispersos, sino por uno solo. No tenía pensado permitir que ninguno de ellos volviera a pisar Garak, pero le daba más tranquilidad ver que tenían el mismo destino, y más aún al saber que era uno conocido.

    — Si nadie tiene algo más para decir… — Asmir los miró a todos a los ojos, esperando por tres minutos terrestres una respuesta que jamás llegó — En ese caso, doy por finalizada esta reunión. Disfruten de su última noche en Garak. Y prepárense para salir temprano cuando salga el sol de nuestro planeta.

    […]

    La noche había llegado a la mitad, y pese a que la idea era descansar, Lankir no dejaba de dar vueltas en la cama que compartía con Wida. Mientras ella dormía plácidamente a su lado, el nuevo líder de los suyos no dejaba de pensar en las cosas que tendría que decir tan pronto como llegasen a su destino. Si bien, el futuro de los suyos tenía una pequeña garantía, esta era solamente temporal. La llegada a Ryfier podría cambiarlo todo, y algo que no dejaba de rondar en su mente era la capacidad de su gente para adaptarse a cuáles quiera que llegaran a ser las condiciones climáticas del planeta Triyr.

    De pronto, por la mente de Lankir pasó un recuerdo que creyó que nunca volvería a ocupar ese lugar. Él, en los momentos más sombríos de su captura por parte de Allecreod, llegó a conocer a Irig, quien en el pasado fue la líder de los suyos. Luego de haber llegado a un acuerdo con ella, esta había optado por quitarse la vida frente a él, no sin antes hacerle prometer que velaría por los suyos. El joven xaromitante, viendo que su promesa no pudo cumplirse antes dado a que Asmir y Cadain rechazaron su propuesta en su tiempo, se encontró con la oportunidad perfecta para repetir el intento.

    Wida, notando que su pareja estaba algo inquieta, se despertó y quiso comprobar que todo estuviera bien.

    — Lankir, ¿sucede algo malo? — al preguntar esto colocó su mano sobre el rostro de su pareja.

    — No, Wida, no es algo malo — Lankir le sonrió mientras apreciaba ese gesto — Pensé en si realmente tomé la decisión correcta al proponer ese trato a Cadain… pero ahora me doy cuenta de que sí hice lo correcto.

    — ¿De qué estás hablando? — Wida sentía una gran curiosidad para saber qué tipo de pensamientos rondaban en la mente de su novio.

    — Por ahora vayamos a dormir — Lankir contestó para luego darle un beso — Te lo explicaré todo en nuestro viaje hacia Ryfier.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Bueno amigo, ya sabes que me he demorado un poquito pero ya estoy aquí y ya he hecho la lectura correspondiente XD. Como siempre, es un placer leer todo lo que escribes, en especial todo lo relacionado con el universo de LGC. Sin querer alargar mucho el comentario, me pondré a comentar lo más destacado, as always.

    Comenzamos con la llegada a Garak, lo que implica que los humanos que están allí, xaromitantes y ryfier deberán irse por orden del llorón de Asmir. Vemos que los xaromitantes reciben la mala noticia de la muerte de Terrior, mientras que los garak celebran como locos no solo por la victoria en la guerra sino por la muerte de Michael/Orz. Los humanos sufren la pérdida de Magnus, pero al menos saben que tendrán un nuevo mundo que habitar. Halur se aproxima a Faron y Nick, quiénes interactúan (algo interesante ver a estos dos), para informar acerca de que tienen una reunión previa a la partida de los humanos del planeta, la cuál por cierto, parecen tener prisa los garak. Incluso aquí siguen siendo fastidiosos :v.

    La reunión se da con brevedad pero con ciertas indirectas y comentarios despectivos de por medio, evidenciando la deteriorada alianza que había entre las especies, forzada por un enemigo mayor como lo fueron los edagrianos. Los humanos recuperan el cuerpo de Wagner gracias a la intervención de Lankir, lo que le honra, mientras estos se despiden y emprenden el camino de regreso a Edagr. Me da lástima que tras este spin off, no volveremos a ver a Lankir. Wida, bueno, meh. Cadain, meh también. Pero no volver a ver a Asmir o Kila... eso si es felicidad :v.

    Con los humanos fuera de la ecuación, Cadain y Lankir se enfrentan verbalmente una vez más contra Asmir, quién no deja de ser repelente ni en sus últimas apariciones. Parece que las alianzas se rompen definitivamente, pero es entonces cuando el nuevo líder xaromitante propone al líder ryfier una alianza. Contando con que los tryir puedan estar vivos en el Resguardo o en su propio planeta, eso haría tres especies unidas que sin duda se podrían ayudar mutuamente. Además, si Ryfier no es habitable, Tryir podría serlo y eso es un punto a favor. Sin duda, me gusta ver que vayan a tener una alianza estas especies, creo que pueden ser un buen equipo, por así decirlo. Con los garak a su suerte (y que les jodan :v), xaromitantes y ryfier formalizan una interesante alianza previa a su marcha.

    Finalmente, vemos que ha caído la noche y Lankir no está durmiendo, sino pensando sobre su nueva alianza y sobre la promesa que le hizo a Irig, un agridulce recuerdo ya que se suicidó ante él. Debo admitir que traerle ese recuerdo a la memoria en este momento encaja a la perfección y además, cierra un círculo. Lankir le prometió que velaría por los tryir y ahora podrá hacerlo. Sin duda, un final digno de capítulo y en líneas generales, un buen capítulo.

    Nos veremos en el próximo, amigo mío. Te mando un gran abrazo.
     
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  5. Threadmarks: Un mundo sin peligro
     
    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe - Rumbos Distintos
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    Ciencia Ficción
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    4
     
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    Saludos a todos los lectores de esta historia. Paso a publicar el tercer y penúltimo capítulo de esta breve historia. Ya estamos cerca de concluir esta pequeña partecita de la historia, y de paso cerrar un par de arcos de personajes. La guía de personajes del blog ha quedado actualizada. La cronología deberá esperar un poco más.

    Quiero mandar un saludo a mi gran amigo Manuvalk por estar leyendo esta historia desde el primer día de su publicación. Su presencia aquí es algo que agradezco mucho. Estoy seguro de que él (tras leer sus dos comentarios anteriores XD) disfrutará mucho de este capítulo. Espero que este y el próximo sean de su agrado, y que nunca deje de disfrutar de este pequeño universo ficticio que he creado.

    Sin más qué decir, les dejo el capítulo.














    Un mundo sin peligro:

    Una enorme multitud de garaks estuvo presente en la mañana cuando las naves de los xaromitantes y ryfiers finalmente dejaron la superficie del planeta, para luego abandonarlo de forma definitiva. La alegría de saber que ya no tendrían que volver a lidiar con otra especie nunca más, ya sea como aliados o como enemigos, era todo lo que habían estado esperando.

    Cuando se ponían a hacer cuentas, en cada conflicto que atravesaron excluyendo el del planeta Emiv, el cual fue el único al que no asistieron nada más de dos garak, siempre salían perjudicados en una cantidad mucho mayor en comparación con los demás. Parecía ser que los que más arriesgaban y los que más perdían eran ellos, aunque muchos consideraban esa como la realidad absoluta e innegable.

    Pasaron menos de dos minutos desde que las naves salieron de su planeta, y fue ahí en el que Asmir dio la orden a varios de sus trabajadores para que activaran los cañones antiaéreos. Desde el momento en que se anunció dicho suceso, los gritos conquistaron el ambiente. Cualquier nave u objeto espacial que llegara hasta su mundo sería derribado por sus defensas. Sin embargo, no todos estaban tranquilos por eso. En la memoria de muchos permanecía el recuerdo de cómo la nave de Ixorum resistió los ataques de esos cañones, pudiendo aterrizar como si él fuera dueño del planeta. Todos eran conscientes de que, de no haber sido por el hecho de que Ixorum se presentó para dar una ayuda, su destino podría haber sido muy diferente.

    Fue eso mismo lo que llevó a Asmir a anunciar ante varios trabajadores tecnológicos en el área de ingeniería y militar, una serie de proyectos que conformarían la iniciativa anti invasores. Luego de haber escuchado y vivido sucesos diversos y de conocer los innumerables peligros que habitaban en el espacio fuera de su planeta, no había ningún motivo para no tomar esa clase de precauciones.

    Los festejos por la partida de quienes en el pasado fueron sus aliados, para posteriormente ser tratados como extraños, no demoraron demasiado tiempo en empezar y acabar. Una hora de tiempo terrestre fue el tiempo que duraron, hasta que fue disuelto oficialmente. Pese a que ya habían celebrado la victoria en la guerra y que ya habían sido recibidos por su gente, Asmir consideró que debían hacer una gran conmemoración final, y que ese momento sería en el tiempo en que los nuevos cañones mejorados fueran inaugurados.

    […]

    Siete años tuvieron que transcurrir para los habitantes de Garak. Las investigaciones tecnológicas avanzaron mucho más lento de lo que todos los pronosticadores pudieron haber previsto, pero finalmente llegó el día que su líder estaba esperando.

    En una de las ciudades del hemisferio sur del planeta, la cual no había sido casi tocada por la guerra contra los berrod, fue que eligieron colocar el primer gran cañón de defensa que habían construido. Un centenar de esas armas fueron fabricadas y colocadas en puntos estratégicos de su mundo, pero ese que estaban por inaugurar fue el primero en ser construido. Si bien, varios ya lo habían probado haciéndolo apuntar a satélites naturales situados lejos del planeta, no había sido presentado ante todos de manera oficial.

    Un enorme escenario fue montado para que el líder de su especie, quien seguía siendo Asmir luego de un paso tan largo del tiempo, diera el anuncio oficial y así todos pudieran dar inicio con el festejo más grande de sus vidas.

    Kila y muchos otros garak se encontraban en la multitud. La hermana del fallecido Likar, quien no llegó con vida siquiera para ver el final de la guerra contra los berrod, estaba junto a varios de los líderes de investigación y desarrollo militar. Tal y como lo tenía decidido, abandonó la milicia y se dedicó a la investigación como lo solían hacer tanto su hermano como dos de sus grandes compañeros.

    Halur, por su parte, se hallaba un poco distanciado del escenario. A diferencia de quien fuera su compañera, este no abandonó jamás la milicia. Aprovechando su estatus de gran guerrero, el que le permitió el privilegio de integrar el consejo de guerra junto a dos de sus compañeros, él se convirtió en uno de los mejores peleadores de la historia. En su generación, si bien había varios que se le acercaban en poder y fuerza, era el indiscutible ganador. Pero históricamente, seguía estando por detrás de varias eminencias del pasado, sobre todo de aquel período en el que los garak luchaban entre sí antes de haber alcanzado la paz.

    El silencio se hizo presente luego de que una bocina diera información a todos de que el acto inaugural de aquel enorme gran cañón, posicionado detrás del escenario, iba a comenzar. Los aplausos resonaron en el sitio cuando Asmir apareció ante todos ellos. Su forma de caminar se había hecho más lenta. Su masa corporal había aumentado, mientras que su altura se había disminuido un poco. En su rostro se podían ver bastantes arrugas. El paso del tiempo se notaba en su físico, intensificado por la vida sedentaria que tomó luego de que los conflictos terminaran. La paz lo llevó a vivir una vida tranquila, y fue esa vida lo que dejó en ese estado. Sin embargo, los años no le restaron para nada movilidad.

    Cuando Asmir se colocó en el centro del escenario, comenzó a hablar, viendo sus palabras amplificadas por un micrófono situado en su armadura, la cual llevaba de forma conmemorativa.

    — ¡Buenos días! — sabía que, con los altavoces, sus gritos no serían necesarios, pero lo hizo solo para anunciar su llegada a algún posible despistado — El día de hoy es un día muy especial. Un día donde haré varios anuncios a todos ustedes, pueblo mío. En primer lugar, quiero presentarles a todos ustedes el orgullo de la ciencia y la tecnología. Un cañón mucho más poderoso que todos los que nunca habíamos tenido antes. La primera y más poderosa línea de defensa de nuestro planeta. Cualquier objeto desconocido que se acerque a nuestra atmósfera se las tendrá que ver con un arma como esta. Incluso cuenta con un sistema de rastreo para poder detectar la proximidad de objetos que podrían ser amenazas potenciales a una distancia enorme. Tan pronto como estén en el rango de visión de este cañón, se dará la orden y se producirá el disparo. Un potente misil con una enorme velocidad de salida viajará al espacio y destruirá cualquier objeto antes de que pueda ser visible para el ojo garak. Sé que algunos están preocupados, pero les aseguro que tendremos preparadas varias naves de recolección para traer los restos que puedan quedar tras un impacto así. Esto evitará que nuestra órbita quede rodeada por una capa de basura espacial, y nos permitirá analizar el origen de lo que sea que se nos haya acercado tanto. Ante ustedes, declaro este gran cañón como inaugurado.

    La gente se vio muy emocionada con aquel anuncio. No había nadie que cuestionara la decisión del líder al realizar las inversiones precisas para poder fabricar dicho cañón defensor para mantener en alto la esperanza de vida de su especie.

    Una sonrisa de satisfacción se formó en el rostro del líder garak, viendo como todas sus decisiones eran aceptadas por los suyos. En todo su historial como líder, el momento más oscuro de su historia había sido la guerra en contra de los berrod dado a lo largos e incansables que fueron sus enfrentamientos con dicha especie. Pero luego de haber acabado con una victoria, Asmir supo que cada cosa que había hecho dio frutos en construir una reputación que muchos otros envidiarían.

    El ver a todos los suyos felices, desde hombres y mujeres hasta los niños que representaban el futuro de su raza, tuvo una confirmación que estaba buscando.

    — No hay motivos para posponer esto más tiempo — Asmir pensó mientras escuchaba el aclamo — Lo haré ahora.

    Nadie esperaba un segundo anuncio de parte de quien era su líder, pero cuando veían que este permanecía inmóvil en el escenario, se dieron cuenta de que faltaba algo importante por ser pronunciado. Los más cercanos al lugar vieron que la expresión de Asmir cambió de felicidad a una más seria, y eso los llevó a tranquilizarse un poco. Un pequeño silencio se formó, y pronto se fue contagiando hasta que todas las voces se apagaron.

    Ese fue el momento que su líder eligió para decir sus palabras.

    — Tenía mis dudas sobre si realizar este anuncio hoy, incluso de hacerlo ahora — Asmir no necesitaba pensarlo más — Pero creo que corresponde que lo haga… Este día, uno de los más gloriosos para nosotros, será mi último día al mando de toda nuestra población. He estado al frente de ustedes liderándolos y velando por su seguridad. He cometido errores y aciertos, y siempre quise poner nuestros intereses en un puesto alto cuando nuestros aliados querían hacernos menos. He sido yo el líder que vio el final de la guerra contra los berrod. El que tuvo que enfrentar a monstruos como Allecreod y Hark. He jugado mi vida en varias ocasiones, y hubo varios momentos en los que estuve a punto de ver el final… Pero sobreviví, y utilicé esa experiencia para formar las bases de lo que será la defensa de nuestro futuro. Al irme, estaré dejando un legado casi insólito a comparación con nuestros líderes de antaño. He peleado mucho tiempo, a veces con mis manos y otras con mi cabeza, y creo que ya va siendo tiempo de que me tome un descanso definitivo. Es por eso por lo que dejo vacante el puesto de líder. Todo aquel candidato que se considere apto para realizar las funciones que un líder debe cumplir, es bienvenido a presentarse. Yo seguiré trabajando por nuestro futuro, pero sin una carga tan pesada a mis espaldas. Y quiero que sepan esto antes de que baje de este escenario… Siempre recordaré todos estos cálidos momentos. Por el resto de mi vida. Nunca olvidaré la alegría en sus caras y la felicidad con la que gritaban cuando pude asegurar un futuro para nuestra gente… Por eso, me quiero despedir de ustedes como líder con mi mejor cara. ¡Ha sido un honor estar al mando! ¡Y si pudiera elegir, lo haría una y mil veces más!

    Fueron esas palabras las que marcaron el final de Asmir como el líder supremo de los suyos. Los aplausos y las lágrimas invadieron nuevamente el lugar, mientras el mandamás se retiró con la cabeza en alto del escenario. Exhibiendo las lágrimas de alegría por poner fin a un ciclo que, en su mayor parte, había sido glorioso, por lo menos para él.

    Halur vio esa como una gran oportunidad para presentar su candidatura como líder. Su desempeño en batallas lo respaldaba, y su pasado en el consejo de guerra para el último gran desafío que habían afrontado era algo que podría utilizar para trepar hasta lo más alto de su puesto. Se había fijado esa meta, y cuando él se fijaba algo con determinación, estaba decidido a luchar para conseguirlo.

    Kila, por su parte, vio con lágrimas en los ojos la marcha de Asmir hasta que él desapareció de su vista. Era un gran líder ante sus ojos, incluso respetado por su hermano mayor. Habría deseado que Likar pudiera estar con vida en ese momento para hacerle compañía, porque sentía que él habría sido alguien que disfrutaría ese momento. Una de las mayores figuras históricas de su especie, en uno de los puestos más altos en los que se pudiera estar, se había retirado. Y para ella fue un momento muy impactante. Sin embargo, sabía que eso era más que un final, un comienzo. Un nuevo líder emergería entre los garak más calificados, y ella estaría dispuesta a seguirlo para mantener su mundo seguro cumpliendo su función.

    […]

    Dos años y siete meses habían transcurrido desde aquel día en que Asmir hizo el anuncio más impactante a toda su especie. Solo se requirieron de cuatro días para que un consejo bien calificado pudiera seleccionar a los candidatos perfectos, de los cuales surgió el nuevo líder de su especie.

    Halur, el garak que participó en el consejo de guerra, fue quien tuvo ese honor en sus manos. Había sido difícil, pero pudo tener el puesto que deseó desde el momento en el que Asmir hizo oficial su retiro. Pese a que el propio Asmir ya no ejercía funciones de liderazgo, Halur lo aceptó como un gran consejero asesor para varias tareas. La experiencia de alguien como él no era algo que quisiera desperdiciar, y eso atrajo al exlíder garak a trabajar con su sucesor.

    Mientras Halur, Asmir y varios otros hombres y mujeres garak se encontraban comiendo en paz tras haber realizado diversos análisis de presupuesto para ciudades emergentes, un estruendo se oyó en sus oídos. El primer gran cañón de defensa inaugurado en el último día de Asmir como el líder de los suyos fue disparado por primera vez.

    Todos se sorprendieron, para luego intercambiar miradas de incertidumbre entre ellos. Si bien, se tenían reportes diarios que informaban sobre la presencia de meteoritos en las cercanías, nunca se habían disparado los cañones de defensa. La idea de una vida tranquila para todos ellos era alimentada por la falta de uso de sus armas, pero el disparo tan repentino les hizo volver a una realidad un poco aterradora.

    Si bien, antes de poder sacar alguna conclusión, tenían que hablar con quienes dirigían las acciones de dichas armas tan potentes. Halur quiso hablar con Kila, quien había sido ascendida a jefa de equipo de control planetario, para saber qué fue lo que había sucedido.

    — Kila… habla Halur — el nuevo líder garak tenía un poco de miedo en sus palabras — Escuchamos el sonido del disparo del cañón. Dime que dispararon contra un meteorito.

    — Justo estaba por llamarte, Halur — esas palabras presagiaban algo no muy alentador — Detectamos un objeto misterioso en las cercanías de nuestro planeta. Varios de nuestros sistemas informáticos detectaron una invasión y se apagaron para mantenerse a salvo.

    — ¿Los protocolos de seguridad informática y los programas antivirus no pudieron frenar esa intrusión? — Halur no daba crédito a lo que acababa de oír — ¿Realmente fue necesario apagar los sistemas?

    — Ten la tranquilidad de que lograron resistir lo suficiente como para evitar que quien nos estuviera invadiendo pudiera acceder — las palabras de Kila lograron tener un efecto tranquilizador en todos los presentes — Pero iban a ser vencidos tarde o temprano. Así que, usamos los sistemas avanzados del cañón para detectarlo y eliminarlo. Una nave de recolección salió antes de que disparemos. Procuramos no dejarlo totalmente destruido para poder analizarlo. Te llamaré cuando la nave anuncie su regreso.

    — Esperaré ese llamado con impaciencia — Halur no contestó con las mejores palabras posibles, pero fue honesto con todos y consigo mismo — Iré tan pronto me llames.

    Cortada esa llamada, las miradas se volvieron a intercambiar entre los presentes. Asmir se veía muy preocupado, al punto de que se podía notar como gotas gruesas de sudor caían lentamente de su frente. Halur notó esto en su mejor consejero y quiso preguntarle por su opinión.

    — ¿Viejos amigos o nuevos enemigos? — Halur quería oír palabras tranquilizantes proviniendo de la boca de Asmir.

    — Los humanos — Asmir concluyó sin tomarse demasiado tiempo para pensarlo — Ryfier era un mundo congelado, y si los planes de Cadain y Lankir para prosperar allí hubieran fracasado, habríamos tenido una visita suya en menos de tres meses. Pero Edagr era un sitio distinto. Y sabes que los humanos son de ir por allí buscando problemas. Solo tienes que recordar la historia de Michael y Orz…

    — ¿Cómo sabes que son ellos? — una de las mujeres se vio con curiosidad ante esa afirmación.

    — No creo que haya otra especie capaz de crear algún dispositivo capaz de superar nuestras defensas — Asmir se veía muy seguro de lo que afirmaba — Seguro querían ver qué tal era nuestro poder antes de acercarse aquí. Pero no funcionó.

    — Tenemos el patrón de sus huellas digitales de cuando estuvieron aquí refugiados — Halur tuvo esa ocurrencia — Compararemos esos patrones con los restos de lo que sea que hayamos derribado, y confirmaremos si son ellos o no.

    — No creo que sea buena idea abandonar el planeta — Asmir dio su opinión rápida — Nuestras armas más fuertes están aquí y son inamovibles. Quizá ellos quieran tentarnos a movilizar tropas al exterior para lanzar un ataque.

    — Claro que nadie se mueve de aquí — Halur lo dijo con firmeza — Garak es nuestro planeta, y aquí dentro podremos protegerlo mejor.

    Pese a la incertidumbre que se vivía en esos momentos, todos estaban relajados de ver que Halur se desempeñaba muy bien como líder de los suyos, y que el propio Asmir estaba junto con él para aconsejarlo en la toma de decisiones. La situación no era idílica, pero no se encontraban en una emergencia. El prolongado período de paz que su gente vivió los había llevado a relajarse tanto que solo bastó con un único disparo para generar un cierto temor en la población, pero confiaban en las armas que habían construido, y también en sus soldados.

    Tal y como Halur dijo, la impaciencia lo dominó hasta que, transcurridos solo unos quince minutos, recibieron el mensaje de Kila informando que los restos del objeto que habían derribado ya se encontraban viajando hacia su estación para poder ser analizados.

    […]

    Todos esperaban la llegada de Halur al sitio mientras realizaban los análisis que este había pedido. Para ahorrar una cantidad considerable de tiempo que podrían utilizar para la toma de decisiones importantes en caso de estar ante un posible ataque enemigo, el líder informó que quería que se realizara una comparativa entre las huellas encontradas en el material del objeto derribado, en contra de los patrones de huellas que estaban presentes en los seres humanos.

    Gracias a que una enorme cantidad de los suyos se refugió allí, pudieron obtener un muestreo de miles de huellas, lo que llevó a que se pudieran formar patrones diversos para este análisis.

    Kila miraba desde lejos como los suyos analizaban lo que había quedado luego de que el cañón más poderoso que tenían acabara con la integridad de lo que fuera que se hubiera acercado a su atmósfera. Fue en un momento de silencio total que la puerta se abrió, y de ella salieron tanto Halur como Asmir y otros consejeros.

    Kila, recordando los buenos momentos junto a ellos, a quienes tenía tiempo sin ver de forma presencial, saludó con cortesía.

    — Es bueno que estén aquí — una sonrisa se formaba en su rostro — Aunque quisiera que fuera en mejores circunstancias.

    — Yo también desearía que no fuera de esta manera, pero se ve que no queda otra — Halur expresó con un poco de preocupación — Pero me alegra ver que estás bien, Kila. Dejar la milicia no te ha afectado en nada.

    — Es lo que tiene mantenerse en forma luego del trabajo — comentó la garak con una sonrisa y un poco de arrogancia — Pero sobre lo que nos importa ahora… el análisis debería terminar pronto.

    — Solo confirmará lo que ya sabemos — Asmir se veía con las de tener razón — Fijo que los humanos están detrás de esto.

    — No puedo creer que Ace, Natasha y Gwyn hicieran esto esto — Halur compartía su impresión de las cosas — Cuando hablamos con ellos por última vez, parecían ser sensatos. Pensar que podrían estar liderando un ataque…

    — No, Halur, te equivocas — Asmir lo corrigió allí mismo — Pese a nuestra relación conflictiva, creo que llegué a conocer bien a esos tres… Te garantizo que ninguno de los tres está detrás de esto. Te juro que los que estén detrás de este ataque son humanos con los que nunca habremos interactuado.

    — ¿Y cómo es posible que lo permitieran si no son ellos? — Kila quería saber más sobre el punto de vista de su exlíder.

    — Los humanos son numerosos, y creo que eso lo explica — Asmir se tenía confianza — En algún momento habrán perdido el control, y ahora, varios de los suyos nos están mandando un mensaje. O más bien, una amenaza.

    Kila y Halur se veían asombrados por la forma en que Asmir, quien, en muchas reuniones del consejo, no parecía verse muy feliz al interactuar con los humanos, estuviera poniendo las manos en el fuego y alegando que ninguno de los que habían conocido podría estar detrás de una amenaza como esa. Como si el período de casi diez años le hubieran dado algo de tiempo para reflexionar sobre lo que convivieron.

    Se notaba por su forma de hablar que seguía viéndolos con indiferencia, pero eso no quitaba que los estaba absolviendo de culpas sin siquiera conocer la situación real detrás de lo que vivieron.

    Los análisis terminaron en un lapso de veinte minutos, y uno de los científicos garak se acercó al grupo para informar los resultados pertinentes.

    — Mis disculpas y saludos, Asmir — el científico no se veía muy entusiasmado de dirigirse personalmente a él — Pero no pude evitar escuchar sus palabras. Y déjeme decirle que se está equivocando.

    — ¿Cómo que estoy en un error? — Asmir no se vio muy feliz por oír eso.

    — Hemos analizado las huellas que encontramos sobre los trozos de metal restantes de aquel objeto derribado y luego de compararlas con los incontables patrones del muestreo… llegamos a la conclusión de que los humanos nunca han estado en contacto con este objeto que intentaba atacarnos.

    — Eso quiere decir que… — Halur no veía más que conflictos posibles en eso.

    — Que esto es obra y gracia de otra especie diferente — el trabajador informó de todo a su líder — Teníamos a disposición huellas de xaromitantes, ryfiers, e incluso de los berrod. No son compatibles con lo que encontramos aquí.

    — Entonces, una especie que no conocemos intentó invadir nuestros sistemas informáticos — Kila expresaba algo de preocupación en eso — Y como no sabemos quiénes son, no podemos estar seguros de qué es lo que quieren.

    — Mucho menos, si nos conocen y saben de nuestro poder, o si no tienen idea de quienes somos y querían medirnos — Asmir recordó un relato del pasado — Esto me da miedo. La Gran Catástrofe llegó a nuestro planeta porque Hark nos estuvo vigilando en el pasado. Si bien, sé de primera mano que tanto él como su linaje están en el olvido, no me entusiasma demasiado pensar que podría haber otro posible Hark allá afuera queriendo observarnos.

    Halur, tras oír esas palabras poco alentadoras de parte de dos de los garak en quienes más confianza tenía, se alejó del grupo principal para acercarse a una de las paredes del edificio en el que se encontraba, todo esto mientras se llevaba las manos a la cabeza para sujetarse con fuerza e incluso rascarse como forma de mostrar ansiedad.

    Esa imagen poco positiva no hizo nada más que aumentar un poco la tensión en los presentes que lo estaban observando. Finalizada la guerra con los edagrianos, un longevo período de más de nueve años de paz había sido interrumpido para dar lugar a lo que podría significar el inicio de una nueva era oscura para una especie que ya había vivido sus dificultades en el pasado.

    Kila, empezando a preocuparse por el porvenir de su especie, decidió hacer una pregunta a Halur para asegurarse de que podría contar con él para liderarlos a un futuro seguro.

    — Halur… — decía en voz baja pero audible — ¿Qué tienes pensado hacer?

    — Lo único que se puede hacer — contestó el líder garak — Que todos los cañones estén activados y listos para lanzar contramedidas. Y que todos los sistemas informáticos reciban refuerzos para evitar más intrusiones no deseadas… No llevo ni tres años liderando a mi gente. Y no voy a ser conocido como el garak al que le arrebataron este mundo. Me aseguraré de que nadie en este planeta tenga que experimentar la sensación causada por un miedo que proviene del espacio. Juro que, sin importar lo que haga falta, mantendré protegido este mundo… y también a nosotros. Esa es mi promesa.
     
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    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe - Rumbos Distintos
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    Ciencia Ficción
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    Saludos. Es hora de publicar el capítulo final de esta breve historia secundaria. Sé que, comparada con las cosas que ha ofrecido la historia principal, esta podría ser no tan detallada ni tan interesante de leer. Pero sentía que los personajes que salen aquí se merecían una despedida dado a que no pienso volver a utilizarlos en la historia principal, pero que no era apropiado que tuvieran su cierre al finalizar la parte VI.

    Quiero agradecer a mi amigo Manuvalk por su presencia en esta historia. Y desearle que disfrute este capítulo, y aprovecho para decirle que se vaya preparando, porque en agosto regresará la historia principal con la parte VII, y estoy seguro de que se dará el regreso de algo más :kuku: . Sin más qué decir, solo me limitaré a dejar la guía de personajes y la cronología ambas actualizadas.


















    El viaje se termina:

    La nave xaromitante seguía los pasos de las naves ryfier rumbo al planeta dominado, en épocas de antaño, por estos últimos. En pocas horas, ambas naves aterrizarían en el planeta y la travesía para ellos habría terminado. Sin embargo, todo eso solo sucedería si eran capaces de adaptarse al modo de vida en el Resguardo. Desde el momento en que Hark expulsó a Allecreod de su mundo, nadie se había acercado a ese planeta momentos previos a la guerra. Temían tanto la posibilidad de que hubiera un edagriano esperando allí, por lo que decidieron no correr el riesgo de perjudicar el ataque sorpresa que planeaban lanzar.

    Tal y como Cadain lo había dicho, los triyr que fueron rescatados por Allecreod del planeta que recibió la visita de Black Meteor se habían quedado allí. Era posible que ciertas partes del Resguardo estuvieran operativas gracias a su trabajo, aunque no contaban con que seres no acostumbrados a esa tecnología pudieran dominarla de tal manera.

    Lankir estaba junto a los suyos en una sala donde había mesas que repartían a cinco o seis miembros de su especie. El nuevo líder entre los suyos estaba acompañado por Wida, y ambos estaban en el centro frontal de la sala. Previo a la llegada al planeta, todos decidieron compartir una cena para tomarse confianza para el siguiente paso que debían realizar en conjunto con los ryfier. Pasar a vivir el resto de sus vidas con ellos sería un gran cambio. Nadie esperaba tener que recurrir a eso, pero hubo algunos que lo pensaron como una posibilidad. Una difícil de aceptar, pero eso era mejor que nada.

    Mientras Lankir continuaba masticando su comida, Wida, quien ya había terminado, eligió preguntarle algo a su novio.

    — Lankir, ¿nada ha cambiado respecto a tu plan? — preguntó la mujer guerrera — Probablemente solo tengas una última oportunidad para arrepentirte.

    — Estoy decidido, Wida — el líder le contestó con una sonrisa, después de tragar lo que tenía en la boca — Esto va a funcionar. Y lo sé, porque nosotros somos los que lo llevaremos a cabo. He aprendido a lidiar con seres de otros mundos. Aunque mis habilidades de guerrero no mejoren tanto como pueden hacerlo las tuyas, yo sé que esta experiencia es suficiente… Y si algo resulta mal, tendré puesto mi cañón en todo momento.

    — Hagas lo que hagas, te seguiré — contestó Wida, con una sonrisa, contagiada por la confianza que mostró su pareja.

    La mujer miró como su pareja degustaba los últimos bocados puestos en su plato, para luego de eso levantarse para llevarlos a lavar. Mientras ella estaba sentada viéndolo, una visión extraña cruzó su mente. Wida se imaginó a sí misma como una madre, y a Lankir como el padre de su hijo o hija. No sabía de dónde podría haber salido un pensamiento así, dado a que las mujeres guerreras se caracterizaban por no pensar en esos asuntos hasta una edad más avanzada de sus vidas, donde ya habían dejado atrás sus mejores años como peleadoras. Supuso que eso sería por algún sentimiento de tranquilidad rondando por su mente, o bien porque, lo quisiera o no, las cosas iban a cambiar y su mente se estaba anticipando.

    […]

    Las naves de los ryfier aterrizaron en la helada superficie de su mundo. No estaba nevando en ese momento, pero no era necesario, dado a que un enorme manto blanco cubría los alrededores. El cielo, nublado como acostumbraba a estar, no daba señales de una posible lluvia o granizo.

    Al momento en que los habitantes de ese mundo tocaron el suelo, sintieron como la fría atmósfera les daba un abrazo de bienvenida, o más bien, de regreso a su mundo. Varios se tomaron los cuerpos, frotándose para poder sentir algo de calor. Ese helado día no era ni de lejos el más frío, pero el clima de Garak los había malacostumbrado a varios de ellos a temperaturas más agradables.

    Cadain y una gran parte de los suyos, quienes resistían el frío conforme podían, vieron como de la recién descendida nave xaromitante, bajaban Lankir, Wida y varios otros más de su especie para unirse a los suyos. Ambos líderes dejaron a algunos operarios dentro de sus naves por si acaso, y tan pronto como estuvieron frente a frente, empezaron a hablar.

    — Dijiste que tenías una propuesta que discutir y que solo lo harías luego de ver algo en mi planeta — Cadain le recordó a Lankir lo que había mencionado — ¿Qué se supone que es?

    — Entremos y busquemos triyr sobrevivientes — comentó el líder xaromitante — De eso depende lo que tengo que decirte.

    — Creo que ya me imagino lo que pedirás — Cadain sentía que una imagen del pasado recorría su mente — Pero será mejor si lo veo por mi cuenta. Adelante.

    Agobiados por el frío, los miembros de ambas especies cruzaron el portal hacia el interior del Coliseo, tal y como una de las humanas optó por bautizar al Resguardo. Lo que vieron tan pronto como entraron fue algo que los xaromitantes no entendieron, pero que a Cadain y los suyos dejó muy preocupados.

    Las luces que daban iluminación al lugar eran de un color totalmente rojo, lo cual era una clara señal de que el lugar estaba en un estado crítico. Cadain fue junto a tres de los suyos a una de las salas de emergencia, a las cuales solo Allecreod, Korix, Raumod y él tenían acceso. En caso de haber fallecido en la guerra contra los edagrianos, nadie habría podido acceder a su interior en aquel momento.

    Tan pronto como ingresó, se dirigió a una de las máquinas principales y accedió a los comandos de emergencia del sitio para poder obtener un estado de todo el lugar. Lankir, Wida, xaromitantes y ryfiers siguieron al líder de estos últimos, pero quedaron fuera de la sala. Desde afuera veían el estrés abundante en la expresión que mostraba este, y asumieron que las cosas no iban nada bien.

    Más de media hora de incertidumbre fue lo que vivieron hasta que Cadain abandonó esa sala con una mirada triste y una mueca de frustración. Pese a que nadie quería preguntar, era algo que tenía que hacerse.

    — ¿Qué noticias hay? — Wida tomó el atrevimiento.

    — El Resguardo pronto dejará de funcionar — comentó el ryfier — En caso de que algo malo suceda, tenemos un sistema de emergencia listo para mantenerlo operativo hasta que se pueda hacer una reparación. Pero han sido meses enteros sin recibir mantenimiento. Es un sitio bien preparado para resistir, pero sin ningún tipo de ayuda, no se puede vencer a un clima tan hostil. El sistema de emergencia ha sufrido graves daños que ha tenido que reparar por su cuenta para que el sitio no cayera antes. Pero ya es tarde. Hay cientos de salas que colapsaron y se llenaron de restos de nieve y hielo. A medida que las cosas empeoraban, el propio sistema de emergencia fue priorizando la salvación de unas salas por encima de otras. Solo quedan trece salas en buen estado, y solo seis funcionan como deberían.

    — ¿Y los triyr? — Lankir preguntó por lo que le interesaba — ¿Qué hay de ellos?

    — Hay varios sobrevivientes en las salas que están en buen estado — Cadain le contó a su colega — Pero son apenas más de la mitad de los que trajo Allecreod hasta aquí. Supongo que te interesaba que siguieran vivos. Y lo están. Soy todo oídos para tus palabras.

    Lankir tomó aire. Estaba claro que no sería difícil decirle a Cadain su propuesta en las condiciones dadas. Esperaba mejores circunstancias para que su acuerdo tuviera más posibilidades de formarse, pero viendo cómo eran las cosas, decidió que no lloraría por lo que no se podía cambiar. Ante la vista de todos, el joven xaromitante abrió su boca.

    — Ahora que sabemos que el Resguardo no durará, no tenemos otra opción más que movilizarnos hacia Triyr — Lankir dijo algo que para todos los ryfiers resultó obvio — Pero yo pensaba en algo. ¿Por qué no llevamos a los triyr con nosotros? No para que sean nuestros esclavos. Sino para que sean nuestros iguales. Allecreod fue quien esclavizó a dos especies para que le sirvieran. Pero ahora que él ya no está, quizá sea el tiempo de que sus acciones sean deshechas. Han vivido un infierno, y por más duro que te resulte, no quiero juzgar a nadie por la forma en que vivieron antes. Pero no me gustaría vivir con la idea de que habrá otros más débiles que vivirán junto a nosotros con miedo. Quiero que la esclavitud se termine. Que tanto los triyr y los nokradinos sean aceptados entre nosotros y convivamos en Triyr. Prosperaremos como una alianza. Donde lo que nos diferenciará será nuestro rol, y no nuestra raza. Pero un acuerdo no puede existir si ustedes no están de acuerdo.

    — ¿Qué pasará si lo rechazo? — Cadain supo que Lankir diría algo así desde la última vez — Quiero decir, siempre puedo decir que no.

    — Si rechazas esta propuesta, los xaromitantes nos iremos junto a los triyr y los nokradinos — Lankir fue contundente en esas palabras — Tendrás Triyr para toda tu especie. Pero de una u otra forma, no habrá más esclavos aquí.

    Cadain se vio impresionado con el atrevimiento del xaromitante al decirle esa clase de cosas. No lo tomó como alguien tan fuerte, dado a que la mayoría de las veces que él hablaba con él, siempre se hacía énfasis en sus carencias como guerrero. Sin embargo, lo que el líder de los xaromitantes acababa de hacer era algo increíble ante sus ojos. Cierto era que la esclavitud fue una iniciativa impuesta por el propio Allecreod, y que ya no tenía casi ningún sentido siendo que su único fin era mantener al Resguardo en pie relegando ciertas tareas a otros seres de su espacio.

    Wida y Lankir se miraron a los ojos con preocupación, pensando que Cadain declinaría su oferta, y no solo eso, sino que empezaría una pelea para poder retener en su mundo tanto a los triyr como a los ausentes nokradinos. Esa amarga sensación les duró por unos dos minutos enteros hasta que el líder de los suyos abrió su boca para dejar salir su respuesta.

    — No será sencillo — Cadain se los hizo saber desde el primer momento — Los triyr solo conocen ciertas tareas. Para que sean trabajadores eficientes, tendremos que enseñarles demasiadas cosas. A duras penas saben cazar, cocinar y construir chozas como las que tenían en su mundo. Pero ten fe en que les enseñaremos todo lo que conocemos. Tanto a ellos como a los nokradinos. Y cuando llegue el momento en el que sepan manejarse por su propia cuenta, todos seremos iguales. Te lo prometo.

    — Mientras tanto, yo abogaré por ellos — Lankir estaba dispuesto a aceptar algo como eso — Ellos no serán maltratados ni recibirán ningún tipo de agresión en lo que dura ese proceso. Créeme. No lo pienso permitir.

    Cadain, que no tenía nada más para decir, asintió con la cabeza a lo dicho por Lankir y estrechó su mano. Había visto a los humanos realizar ese gesto en señal de confianza, y quiso imitarlo. Cuando ambas manos se estrecharon, poniendo el sello definitivo al pacto que iniciarían desde aquel día, algunos de ellos aplaudieron con felicidad. El Resguardo estaba condenado a quedarse sin funcionamiento, y eso evitaba que ciertas expresiones pudieran formarse en los rostros de los trabajadores ryfier, pero nadie se sentía para nada disconforme o incomodado por esa elección.

    Una vez celebrado el acuerdo con un simple apretón, Lankir pidió a Cadain que lo guiara hacia las habitaciones en donde los triyr estuvieran refugiándose. Con prisa, dado a que tenían que irse pronto para así iniciar planes para recuperar lo que pudieran salvar de aquel mundo, miembros de ambas razas acudieron al sitio.

    Cuando estuvieron frente a una puerta, esta se abrió ante la presencia de Cadain, y tan pronto como los triyr que se resguardaban en el interior de esa habitación lo vieron, los gritos de terror volvieron a empezar. Ellos vivieron un momento de felicidad desde que notaron que Allecreod y todos los suyos habían abandonado el planeta, dejando todos los recursos para ellos. El haberlos visto regresar tras tanto tiempo, cosa totalmente inesperada, les causó un temor indescriptible. Como si hubieran quedado dormidos para regresar a una pesadilla de la que intentaron escapar.

    Lankir levantó las manos para hacer que todos callaran, y cuando los miembros de esta especie pudieron notar que Allecreod no estaba entre los recién llegados, la tranquilidad empezó a sembrarse entre ellos.

    — ¿Qué sucede? — uno de los hombres triyr se acercó tímidamente a ellos — No creíamos que fueran a regresar. ¿Qué es lo que va a pasar con nosotros?

    — Voy a cumplir una promesa que le hice a su antigua líder, Irig, hace un tiempo —Lankir les hizo saber que no corrían peligro alguno — Prometí que ustedes serían libres, y eso es lo que todos van a recibir. La libertad que tanto esperaban.

    Incrédulos, dado a que no entendían nada de lo que sucedía, los triyr se miraron entre ellos muy confundidos. Incluso el más optimista de todos tenía una enorme cantidad de miedo invadiendo su interior. Al ver eso, Lankir supo que no creerían en sus palabras, por lo que tendría que decirlo todo con sus acciones.

    — Vengan con nosotros — el líder xaromitante dijo con calma — Los llevaremos de regreso a su planeta. Tenemos muchas cosas por hacer, y vamos a necesitar de su ayuda. Confíen en mí. Les prometo que sus vidas desde ahora van a mejorar.

    […]

    Seis años habían pasado desde aquel día en que la alianza entre especies se pactó. La mudanza a Triyr fue uno de los procesos más difíciles, siendo solo superado por la extracción de tecnología útil del Resguardo y por el proceso de adaptación psicológica que tuvieron que atravesar para poder acoplarse a una vida diferente en un mundo totalmente diferente. Ni los ryfier ni los xaromitantes nacieron en Triyr, por lo que, para ellos, fue todo un proceso el realizar tal cambio de forma definitiva. Ambas especies, sin embargo, en la adversidad, se apoyaron mutuamente. Los xaromitantes vieron su planeta devastado por la Gran Catástrofe, mientras que las acciones de Allecreod que terminaron con la llegada de Hark a Ryfier, fueron lo que condenó a morir a la única estructura diseñada para superar un clima como el de su mundo.

    Fue una unión en esa época tan desesperada la que llevó a que ryfiers, xaromitantes y los propios triyr pudieran prosperar.

    No obstante, una de las especies que fue esclavizada por Allecreod no tuvo la misma suerte que las demás.

    […]

    Una nave de ryfiers comandados por un capitán seleccionado por Cadain condujo a Lankir, Wida y algunos xaromitantes hacia las cavernas en donde los nokradinos solían habitar. Una vez que el muro de Triyr fue asegurado y que supieron a ciencia cierta que tendrían sitio para todos, fueron en busca de la cuarta especie que integraría la alianza.

    La pareja de xaromitantes no podía dejar de pensar en lo asustados que estaban aquellos seres en el momento en que los conocieron, el cual fue el único momento de sus vidas en que se vieron. Sentían deseos de poder hablar con ellos de forma sincera. Querían ver sus reacciones ante la noticia de la partida de Allecreod, y al hecho de que eran libres para ir a vivir en un mundo que pronto comenzaría a prosperar.

    Pero lo que encontraron en ese mundo era muy diferente a lo que esperaban. Tan pronto como atravesaron diez metros en profundidad en las cavernas, una pestilencia inmunda empezó a inundar sus sentidos del olfato. No hubo nadie allí que no se llevara las manos a la nariz para poder resistir un poco esa hediondez.

    Mientras más se adentraban en las cavernas, las luces de exploración dejaban ver varios restos de huesos e incluso órganos tirados en el suelo, en un completo estado de putrefacción. Dado a que no había gusanos en ese planeta, esos restos no eran consumidos, y quedaron allí libremente para que se pudrieran. El panorama no era muy motivador para nadie, pero no querían retroceder hasta encontrarse en el sitio principal, en el que Lankir y Wida, junto a compañeros que por unos y otros motivos ya no estaban, hablaron con un padre de familia.

    Fue llegar a ese lugar para descubrir el horror más grande que vieron en mucho tiempo. En el sitio donde una familia entera de nokramitantes convivía, ya solamente quedaban dos ejemplares vivos. Dos de esos seres estaban erguidos y de pie, pero en un estado de hambruna notable desde lejos. No había casi nada de músculo en sus carnes, y los huesos eran de lo más visible que tenían. Las luces de las armaduras de los ryfier llamaron su atención, y así fue cómo estos dos últimos seres vivos se dieron vuelta. Sus ojos parecían libres de cordura, y sumergidos en un estado de violencia frenética. Alrededor de sus bocas se formaba una barbilla de sangre seca.

    Ambos gruñeron con furia, y se lanzaron en carrera contra la expedición que tenía pensado llevárselos de allí. Eran lentos al correr, y apenas podían mantener una dirección rectilínea. Para los ryfier armados no fue complicado deshacerse de ellos dando una potente estocada con sus lanzas, atravesándoles el pecho con suma facilidad, y terminando con una vida deplorable. O al menos, lo era para los ojos de los presentes.

    Wida y varios xaromitantes vomitaron al acto. El hedor que soltaron esos seres al momento de ser asesinados fue tan asqueroso que no pudieron soportarlo. Lankir luchó para mantener su comida dentro de sí mismo, y apartando la vista se acercó al capitán ryfier para ver qué podría haber sucedido.

    No lo entiendo, ¿qué ha pasado? — Lankir no conocía el concepto que definía lo que acababa de atestiguar.

    Se han vuelto caníbales — el capitán ryfier le respondió al líder xaromitante — ¿Sabes lo que es eso?

    No, no creo saber el significado de una palabra así — Lankir se veía abrumado por eso.

    Es cuando una especie, con las probabilidades totalmente en contra, decide comerse a sus propios pares para sobrevivir ante la falta de recursos — el capitán explicó la presencia de restos en la cueva — Pero no es algo recomendable. Si ingieres carne de tu propia especie, es posible que ingieras cierta cantidad de proteínas que afecten el funcionamiento de tu cerebro. Eso sucedió con ellos. Comieron y comieron hasta que se volvieron totalmente locos. Allecreod estuvo un largo tiempo ausente, y al no tener a nadie más que les proporcionaba la comida que se cultivaba en el suelo de los triyr, sus recursos se acabaron.

    Qué horror — Wida no podía seguir imaginándose algo así — En nuestro planeta nunca hemos atravesado una crisis como esa. Y si lo hubiéramos hecho…

    Es mejor no pensar en eso — Lankir apoyó las manos sobre los hombros de su pareja — Es una pena que les haya pasado esto… Ahora, nunca serán libres. O, mejor dicho, no lo serán en vida.

    No, pero podemos trabajar duro para evitar que a los nuestros les toque vivir una situación así — algunos ryfier empezaban a retirarse imitando los movimientos del capitán — Vámonos de aquí antes de que me enferme. Tú no te preocupes por nada. Seré yo quien le reporte todo esto a Cadain.

    Con una mirada de asco y de tristeza, Lankir, Wida y los xaromitantes abandonaron la caverna. Las esperanzas del hijo de Terrior por sumar a una especie más a su alianza, lo que creyó que solo les daría ventajas para su modo de vida, se había esfumado. Y no de una manera agradable. Ni siquiera en sus días de mayor pesimismo habría creído que los nokradinos rechazarían una propuesta así. De haber llegado antes hasta ellos, quizá las cosas habrían sido diferentes. Pero eso era algo que Lankir nunca llegaría a saber.

    […]

    En un día soleado y con una brisa agradable, Wida salió de un edificio con un aspecto moderno. Gracias a los esfuerzos de Cadain y los ryfier para salvar la tecnología del Resguardo, varios centros de asistencia pudieron ser construidos para los habitantes del planeta Triyr.

    Con tanto tiempo que transcurrió, el poblado, pese a tener una apariencia similar a como lo mantenía Allecreod, se estaba convirtiendo poco a poco en un sitio diferente. El muro era más alto, e incluso tenía torres de vigilancia en los alrededores para supervisar que no hubiera brechas o que nadie cometiera alguna imprudencia que pudiera derivar en la entrada de las bestias al poblado.

    Las chozas permanecían, pero poco a poco eran remodeladas para convertirse en casas de dos o tres pisos, teniendo un aspecto que denotaba un avance tecnológico, y no tan primitivo como era antes.

    En el momento en que Wida salió, vio un grupo de niños xaromitantes, ryfier y triyr corriendo juntos en una especie de juego de carreras por el lugar. La felicidad que derrochaban esos infantes era contagiosa, y a Wida se le formó una sonrisa en su rostro. No fue hasta hacía dos meses que sus pueblos lograron unificar una alianza equitativa junto a los triyr, llegándolos a incluir de forma definitiva a su estilo de vida.

    Tres especies golpeadas por crisis diferentes, pero unidas por la supervivencia de los suyos, lograron convertir un poblado aislado en un planeta de vida silvestre en un sitio donde la vida podría florecer. La xaromitante, luego de haber salido del edificio en el que se encontraba, fue a buscar a su pareja.

    Por el camino veía a varios hombres y mujeres de todas las especies moviendo flores y plantas en todas las direcciones para decorar el lugar. En unas tres semanas se realizaría una fiesta para conmemorar el final de la guerra contra los edagrianos, algo que ninguna de las especies pudo festejar a pleno en un planeta rodeados de los que amaban. Pese a que faltaba tiempo para que esa fiesta tuviera lugar, los preparativos habían comenzado.

    El trayecto que Wida recorrió la llevó directamente al edificio que los líderes Irig, Tormek, Axana y Eneru usaban como congreso. Atravesó la puerta principal y fue a buscar a Lankir, quien estaba instalado en la oficina más grande junto con Cadain y un representante electo por el propio pueblo de los triyr. Al llegar, veía como solamente Cadain y Lankir estaban presentes, y no parecían estar discutiendo acerca del futuro de la alianza, sino hablando de un tema poco formal.

    — ¿Crees que será en seis años? — Lankir sonreía mientras cuestionaba a Cadain — Eso es muy optimista. Serán once como mínimo.

    — Créeme, si seguimos mis proyectos al pie de la letra, lo conseguiremos en seis años — Cadain le respondió, dándole una palmada en el hombro — Ocho en caso de que el clima se complique y no acompañe.

    — ¿De qué hablan ustedes dos? — Wida no creía estar enterada de proyectos tan largos.

    — Cadain dice que podremos construir tres ciudades más grandes que esta en tan solo seis años — Lankir contestó — Pero eso sería imposible, salvo que venga una especie más a prestarnos ayuda. Yo soy más realista y creo que necesitaremos once años, mínimo.

    — ¿Tú qué opinas, Wida? — Cadain buscaba algo de apoyo en su apuesta — ¿Seis? ¿Once? ¿O tienes otra opinión?

    — Creo que sería posible construir dos ciudades en seis años — dijo Wida, sin tener nada que lo sustentara, habiéndolo hecho solo para dejar contentos a ambos — Pero tres ciudades en solo seis años es mucho. Eso sí, no serán once hasta que tengamos tres. Quizá cada ciudad lleve tres años. Y eso serían nueve en total.

    — Bueno, si todo se da tal cual lo dices tú, en once años tendremos tres ciudades y una cuarta en camino — Cadain empezó a moverse hacia la salida — Pero una cosa sí es segura. Si no me pongo a trabajar y solo me quedo a hablar, podrían pasar cincuenta años y no tendríamos ni una sola ciudad terminada. Con su permiso, me voy a hacer mi sueño realidad.

    De forma respetuosa, Cadain levantó sus manos para saludar a la pareja xaromitante, para acto seguido abandonar esa sala. Una vez estuvieron solos, Lankir miró a Wida, que sin previo aviso se lanzó a sus brazos y luego le dio un beso en la mejilla.

    Esta acción, aunque agradable, llenó a Lankir de bastantes dudas. Dado a que su pareja solía esperar a que él le dijera algún cumplido antes de acercarse a él de esa manera. Por un momento pensó que algo sucedía, y ciertamente, le quiso preguntar.

    — Wida — Lankir sonó un poco preocupado — ¿Está todo bien?

    — Está todo más que bien — Wida lo miró a los ojos desde cerca — Por fin ha llegado ese momento… tú y yo vamos a tener una niña.

    En el momento que esas palabras salieron de la boca de Wida, Lankir retrocedió varios pasos hacia atrás, teniendo que ser ella quien lo atrapara antes de que se golpease contra una pared. La mujer no pudo evitar reírse por la reacción que tuvo su pareja, quien, para evitar que una sorpresa así pudiera llevar a que él sufriera algún golpe, se sentó en su silla y luego miró de nuevo a su pareja.

    — ¿Una niña? — Lankir se puso muy feliz por esa idea — Una hija de nosotros dos… Wida, eso es una noticia excelente.

    — Estaba por preguntarte qué pensabas, pero ya lo has dicho todo — de forma tierna, la xaromitante se sentó sobre su pareja, para luego envolver su cuello con sus brazos — Ha pasado mucho tiempo. No podíamos seguir esperando, Lankir. Tú y yo nos enamoramos más que nunca desde que volvimos a estar juntos. Era el momento de que ese amor diera paso a una familia. Una formada por ti y por mí.

    — Ahora me dan muchas ganas de estar equivocado con lo que le dije a Cadain — Lankir miró a Wida con una sonrisa — Quisiera que en esos seis años pudiéramos tener esas ciudades construidas. Sería un bonito regalo para nuestra niña. ¿No crees?

    — En ese caso, creo que tendrías que buscar una forma para ayudarlo a que se cumpla ese sueño suyo — Wida le dio un beso en el cuello a su pareja — Pero eso será para mañana. Por ahora, quedémonos solos tú y yo. Disfrutemos de la alegría de esta noticia. No todos los días se descubre que seremos padres…

    — Tienes razón — Lankir cerró los ojos y le dio un beso en la frente a Wida — Ahora solo quiero quedarme a solas contigo. Quiero disfrutar de estos momentos y aprovecharlos para imaginar la vida que le daremos a nuestra hija… ¿Tienes en mente un nombre para ella?

    — De hecho, sí, sí lo tengo — Wida dijo de forma risueña.

    — Dímelo — Lankir pidió a Wida que se lo comentara — Quiero oír cual será el nombre que tendré la dicha de pronunciar cada mañana desde que ella nazca hasta al resto de mi vida…

    Wida, con un gran entusiasmo en comunicarle a Lankir el nombre que tenía en mente, lo miró con ternura a los ojos, se acercó y les susurró el nombre a los oídos. En el momento en el que Lankir lo oyó, una gran sonrisa se formó en su rostro. Le parecía un nombre muy bonito. Una elección perfecta de parte de la persona con quien criaría a esa niña en el momento en el que ella llegara a las vidas de ambos.

    Rumbos Distintos ha concluido, pero La Gran Catástrofe continuará…
     
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    Manuvalk

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    Saludos amigo mío, siento la demora, aunque ya conoces los motivos XD. He acabado la lectura del tercer capítulo, por lo que me queda el cuarto y último pendiente, del cuál tendrás un comentario más adelante. No sé decirte cuanto, quizá dentro de un rato o quizá dentro de unos días, pero lo tendrás. Ahora sí, pasaré a comentar el capítulo número tres.

    Los garaks ven como el resto de especies que eran sus aliadas, abandonan el planeta tras el fin de la guerra contra los edagrianos. Lo que para muchos sería un sinsentido habiendo formalizado una alianza, para los garaks es un alivio, pues eran reacios a seguir unidos a humanos, xaromitantes o ryfiers. Asmir y su política de quejas, lloros y excusas le ha valido para creerse que su especie era la única que afrontaba los problemas. Que si, que a veces enviaba más soldados o más suministros, ¿pero acaso no funciona así una alianza? El más fuerte de un conjunto de unidades se encarga de dar más, porque tiene más. Al menos así debería ser en mi opinión, porque hoy por ti pero mañana por mi. No sé si se me entiende eso XD. De todas formas, los garaks refuerzan sus defensas planetarias y vemos un salto temporal de siete años, nada más y nada menos.

    Vemos que los garak han construido un poderoso cañón tecnológico que servirá para destruir cualquier objeto desconocido que se aproxime al planeta. Y creo que es una medida un poco loca, porque no todos son especies malvadas que pretenden destruirte... ¿o sí? Quién sabe. Sea como sea, aparece un Asmir más deteriorado por el paso del tiempo, anunciando la maravilla tecnológica a su pueblo. Sin embargo, la sorpresa viene cuando el flamante líder garak decide confirmar su retiro del cargo, incitando a aquellos que se crean capaces a postularse al mando. Vemos que Halur se ve dispuesto mientras que Kila simplemente se entristece por ver que Asmir abandona su puesto para una vida más calmada.

    Nuevamente tenemos un salto temporal de poco más de dos años, en el que se confirma que Halur es el nuevo líder de los garak mientras que Asmir es su consejero y Kila es la jefa de defensa planetaria. La paz parece haber reinado durante casi una década cuando de pronto, un cañón es disparado. El temor invade a los protagonistas, que se contactan para afirmar que un objeto misterioso ha sido interceptado. Asmir automáticamente presupone que son los humanos (se nota que los recuerda con mucho cariño :v) y Halur se teme lo peor, aunque tienen decidido no abandonar el planeta debido a que su principal arma de defensa es inamovible.

    Finalmente, se descubre que los humanos no están detrás de ese "ataque" a los sistemas informáticos (aunque por un momento sospeché que hubiese otra nave de humanos que hubiese abandonado la Tierra en su momento y que fuesen ellos XD), ni siquiera otras especies conocidas, lo que confirma que se trata de otra especie (¿Casseirem? D:) que pretende acercarse a los garak y no precisamente de buena manera. Preocupados, Asmir y Kila miran a su nuevo líder Halur, quién tiene decidido no ser el líder que perdió Garak y que hará todo lo posible por mantenerlo en pie. Bueno, personalmente me intriga ver quiénes son esos posibles enemigos para los garak y si volveremos a verlos en la historia principal.

    Sin más que decir, me marcho. Ha sido un capítulo interesante, especialmente por eso último que tanto me intriga. Habrá que ver que ocurre, pero estaré expectante. Hasta el próximo comentario de la lectura del último capítulo. :kuku:
     
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    Manuvalk

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    Saludos amigo, ya he leído el último capítulo de este spin off de conclusión para algunos personajes. Personalmente, este último capítulo me parece el mejor, quizá porque cuenta con personajes que no me desagradan (fuck garaks :v) y porque en general, ha sido un buen cierre para muchos de los personajes que lo protagonizaban. Así que sin más, pasaré a hablar de lo sucedido.

    Xaromitantes y ryfier se aproximan al Resguardo para seguir con sus vidas, momento en el que vemos que Wida sopesa la posibilidad de tener hijos con Lankir (algo que daba por sentado eventualmente XD). Una vez en el planeta frío, ambas especies descubren que el lugar será insostenible próximamente, por lo que no es viable quedarse a vivir. Para su sorpresa, los tryir siguen allí, por lo que Lankir le lanza una propuesta muy atrevida pero lógica a Cadain: formalizar una nueva alianza entre xaromitantes, ryfier, tryir y nokadrinos. El líder ryfier accede tras estar dubitativo y el líder xaromitante aboga por hacerse responsable de las otras especies si es necesario. Me parece una gran idea que se unan, especialmente porque son cuatro especies mermadas por la guerra y la catástrofe. Curioso que garaks y humanos abandonen esa alianza, pero sean sustituidos por otras dos especies XD. Sin embargo, tras un salto temporal de seis años en Tryir, vemos que no todos han tenido mucha suerte en su adaptación. Lamentablemente, los nokadrinos no han podido superar un periodo sin víveres (los cuáles les proporcionaba Allecreod) y se han terminado comiendo los unos a los otros, quedando únicamente dos especímenes que estaban totalmente locos y debieron ser asesinados. Una pena que una especie más no se haya podido sumar a esa alianza que ha empezado Lankir, ya que me parecían una excelente adquisición.

    Finalmente, vemos que xaromitantes, ryfier y tryir conviven en armonía en aquel poblado que Black Meteor visitó antaño, el cuál ahora está mejorado en todos los sentidos. Esa alianza de tres especies está prosperando considerablemente tras seis años de proceso y más por venir. Wida observa la paz que emana a su alrededor, mientras Cadain y Lankir conversan acerca de en cuanto tiempo habrán construido cierto número de ciudades, evidenciando planes ambiciosos de futuro. La llegada de la xaromitante y la marcha del líder ryfier trae consigo la confirmación de que Lankir y Wida serán padres de una niña xaromitante, a la cuál le pondrán un nombre bonito que no mencionas y que quiero saber, maldito :v.

    En definitiva, este spin off es un buen cierre para las especies y personajes que presuntamente no aparecerán más en la historia principal. Cierto es que el final de los garak es un poco abierto y de suspense, pero al margen de eso, lo demás se ve como un bonito cierre para todos aquellos que han sufrido mucho.

    Nos volveremos a ver en la publicación de LGC VII, amigo mío. Te mando un cálido abrazo. :\*u*/:
     
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    Elliot

    Elliot Usuario común

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    Pensé que serían unos epílogos (aún más) cortos sobre el destino individual de cada personaje. Fue curioso que resultara básicamente el resumen de los inicios de nuevas sagas en la existencia de las especies enteras.
    Lo siguiente sonará no relacionado al principio, pero está conectado, lo juro: Recuerdo un video sobre Hora de Aventura luego de terminada la serie. El youtuber era un fan algo frustrado sobre los muchos misteriosos, lazos sueltos, e historias sin terminar de muchos de los personajes planteados. Alguien en los comentarios dio una respuesta fascinante: Al parecer en la propia serie pasa algo parecido (siempre manejaron mucho esa clase de meta narrativa), un personaje le estaba contando historias a otro y, cuando las terminó, el segundo pregunto "Pero ¿y qué fue de todos los demás?", a lo que el primero contestó "Bueno, pues siguieron viviendo sus vidas". Era sobre como con un mundo tan grande y en constante cambio como el de Hora de Aventura, no existe realmente un verdadero "final" a toda la historia. Siempre habrá algún personaje dejado de lado del que queden cosas por contar, y hasta con los principales pasa eso último. Tarde o temprano ese "Y siguieron viviendo sus vidas" siempre llega.
    Y pues, creo que eso aplica acá también. ¿Qué fue de estos personajes luego de su respectiva participación en La Gran Catástrofe? Asmir gobernó lo mejor que pudo y se retiró como un viejo respetado. Lankir se volvió un líder con más confianza, un padre, y ahora trabaja junto a Cadain en esta nueva sociedad diversa (que dicho sea de paso, que bien se sintió ver una alianza amigable entre especies en vez de más tensión racial de nuevo jaja). ¿Y qué fue de todos ellos todavía más después? ¿Pudieron Asmir y Halur lidiar con los misteriosos invasores? ¿Pudieron Lankir y Cadain expandir su próspera civilización? ¿Cómo será la vida en Garak y Triyr tras estos eventos? Bueno... Siguieron viviendo sus vidas (ya sea ellos en si, sus asesinos, sus descendientes, o las bacterias en los cadáveres de todos los involucrados).
    Eso, o se revelará de pasada en el futuro de la saga principal y todo este párrafo quedó en nada xd

    PD: RIP Nokas, eran de mis favs por imaginármelos como gnomos espaciales. Aunque me pregunto si hubiera sido posible "curar" a los dos que quedaban si les daban cuidados necesarios el suficiente tiempo. Pero a saber si aún sanados no hubieran preferido suicidarse luego de descubrir lo que fue del resto de su especie y lo que ellos mismos hicieron, tal vez el sacrificarlos ahí mismo fue misericordia para ese punto.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Saludos, Elliot. Me alegra que te gustaran los 4 capítulos de cierre. La verdad es que yo sentía que la parte VI tendría que cerrar en el tono trágico/agridulce que tuvo, y para eso, mostrar lo que acontecía en estos capítulos me era imposible en esa misma parte. Pero siendo que en la parte VII estos personajes también se iban a marchar, pues como que no me gustaba la idea de dar un cierre en lo que se suponía que era una apertura XD.

    Por eso pensé en hacer este pequeñito spin off de 4 capítulos (iban a ser 5, pero bueno, el destino quiso algo diferente XD) para darle un cierre a estos personajes.

    Sobre si los volveremos a ver, pues, algunos personajes estarán presentes en algún que otro capítulo del futuro quizá a modo de flashback. Y tal vez incluya algún que otro cameo en el futuro (la historia todavía sigue escribiéndose, y los planes cambian). Pero más allá de eso, los personajes no volverán a tener una aparición importante y mucho menos protagónica. Salvo alguna idea nueva se me ocurra y eso pueda llegar a cambiar. Pero viendo que la escritura está más cerca del fin del final que del fin de la parte media, dudo que eso llegue a ocurrir.

    Pero bueno, en la guía de mi blog tienes el plan de lo que le queda a este universo (o por lo menos, a parte de él). Incluso, cuando veas que una parte ya tiene el número de capítulos al lado, quiere decir que su escritura culminó, por más que no se haya empezado a publicar. Creo que ya estás al día con toda la historia, omitiendo la actual parte VII en publicación, que estaría acabando en las primeras semanas de 2023 en tanto no pase nada extraordinario o terrible, que esperemos no pase.

    En fin, mil gracias por adentrarte en este universo, y por seguir aquí a tan avanzado camino. Espero seguir leyéndote pronto. Un abrazo :)
     
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