La fuente esmeralda

Tema en 'Relatos' iniciado por Solania, 12 Abril 2011.

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  1.  
    Solania

    Solania Guest

    Título:
    La fuente esmeralda
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    3841
    La Fuente Esmeralda
    Bueno emm esta historia es una de mis historias mas largas, la verdad nunca eh sido muy buena para escribir historias largas, pero si espero poder terminarla. Ojala les guste (ojala la lean) =)
    Esta historia tiene lugar en un pequeño−grande pueblo, en el vivía varia gente la cual era reinada por un palacio, digamos que el rey no era una muy buena persona, aunque no fuera un muy buen rey, tampoco era injusto y el dinero era repartido de una buena manera en aquel lugar así que nadie vivía en la pobreza.
    Aquí desarrollaremos a nuestro personaje principal, un chico de 5 años que vivía con sus padres, pero un día su casa encendió fuego, el se salvo pero sus padres murieron. El rey al enterarse de eso fue personalmente, buscando el como y el porque la casa se había quemado logro ver a Daniel quien observaba el incendio con unos ojos desconcertados y al mismo tiempo apagados. Lo que le pareció extraño al rey fue que el chico no había derramado ni una sola lagrima, tal vez, pensó, que era porque el todavía no estaba enterado de que sus padres estaban allí adentro todavía muriendo lentamente sin que nadie pudiera hacer nada o, tal vez, el chico pensaba que alguien podría hacer algo para que sus padres vivieran, el rey no entendía, no sabia si decirle que sus padres estaban ahí y que habían muerto, o tal vez tan solo preguntarle si se encontraba bien, así ya bien se decidió por la segunda opción fue a donde estaba Daniel, viendo como es que el chico no podía retirar la mirada de su casa, la cual no parecía haber caído totalmente todavía. El rey se acerco y le pregunto que si se encontraba bien, Daniel sabiendo que si no respondía seria descortés, así que le dijo que se encontraba bien, Daniel observaba asombrado todo el fuego como es que de una manera tan rápida podía haber llenado su casa. El rey sin mas que hacer le pregunto a Daniel que si no tenia algún otro familiar con quien pudiese quedarse, el niño respondió que si, que tenia a su abuela, y bien el rey escolto a Daniel hasta la casa de su abuela. Le explico que los padres de el chico habían muerto pero que no estaba seguro de que el lo supiese así que pidió de favor decírselo para que los entendiese de una manera tranquila y no tan desesperada. Así Daniel Gyroze empieza a vivir con su abuela.
    10 años después
    Un día Daniel decide salir al pueblo tan solo para observar que cosas nuevas podía presenciar. En su camino hacia la catedral ve a Maiden, una chica hermosa, de mediano tamaño, carismática sonrisa, tez blanca, ojos grandes color marrón, por desgracia estaba comprometida, ya que su padre le había dicho que tenia que casarse cuando tuviera 20 años, y bien Daniel no sabia si ella estaba en desacuerdo o no en casarse, pero le parecía que si le preguntaba se vería demasiado mal, así que nunca a preguntado. Al llegar a la catedral, el centro de todo el pueblo, se sienta en la fuente esmeralda para observar el palacio, el chico ya de 15 años casi 16 no había visto al rey mas que aquella vez, lo cual aun le intrigaba ya que jamás se había enterado del porque su casa había prendido fuego, jamás encontraron la razón y si la encontraron jamás se la dijeron, el chico toda su vida intrigado por saber la razón empezó a sospechar un poco sobre el rey ¿Cómo se explicaba haberse enterado tan rápido de aquel incendio? Y supuestamente el rey no había quedado rastro de la casa de Daniel, pero el no se creía eso para nada.
    Observando el palacio escucho la voz de Noah, un niño de 11 años que se la mantenía con Daniel, a aquel chico le divertía tanto lo que el hiciera, le parecía lo mas interesante del mundo, le parecía mas interesante estar con Daniel que ir a la escuela o ver su futuro trabajo aburrido y monótono.
    − Daniel, hola ¿A dónde iremos el día de hoy?
    − A tu escuela− le dijo sonriendo
    − ¿La vamos a quemar?− le dijo intrigado
    − No somos asesinos, niño.
    − Entonces ¿Qué haremos en mi escuela?
    − Iras a estudiar
    − Que aburrido Daniel, ¿hoy no haremos nada?− pregunto un poco desanimado.
    − Si me prometes ir a la escuela y sacar diez en una materia te llevare a tu más grande aventura. – dijo emocionando al niño.
    − ¿Tan solo una materia?
    − Si, tan solo una.
    − Pan comido, nos vemos aquí al salir de la escuela− le dijo emocionado, mientras que sale corriendo a su casa para tomar su mochila, salir de su casa y caminar a su escuela, en la cual tendría un examen, si lograba sacar diez, podría ir con Daniel. Y no pensaba perder aquella oportunidad.
    Camino rápido llegando a su salón de clases dejando caer su mochila en la silla de su butaca. Esperando a que su maestra llegara saco su cuaderno de Español, quito la mochila de la silla y la puso el en suelo, mientras que el se sentaba y abría el cuaderno para repasar un poco lo que vendría en el examen. Con 10 minutos de repaso llego su maestra Noah estaba completamente seguro de que podría sacar diez en aquel examen. La maestra empezó a repartir el examen, al entregárselo a Noah se sintió seguro y a la vez nervioso y emocionado. Ese no seria el único examen que tendría en ese día, así que se tranquilizo y comenzó a leer con cuidado cada instrucción.
    Daniel caminaba por el pueblo observando a la gente, cada vez intentando acercarse al palacio intentando ver si podría escuchar o enterarse de algo interesante. En su intento escucho a uno de los guardias hablar con otro discutiendo sobre un tal Rezam que vendría al palacio para hablar con el rey y conocer a la princesa, mientras que Daniel desconcertado dejo de escuchar, camino hacia la fuente. ¿Princesa? ¿Por qué el no estaba enterado de que existía una princesa? ¿Desde cuando? ¿Por qué nadie lo sabia? ¿Qué pasaba?, Se estuvo en aquella fuente sentado hasta las 3:00 de la tarde pensando.
    Noah salió de la escuela y directo fue hacia la fuente un poco enojado, vio a Daniel sentado en la banca que estaba enfrente de la fuente.
    − Daniel, gane. – le dijo mostrándole el diez de dos exámenes.
    − Jamás creí que si ganarías.
    − ¿Por qué lo dices?
    − Por nada−dijo cerrando el tema− como ganaste tendré que cumplir lo que dije ¿cierto?
    − Si
    − Muy bien, nuestra misión es encontrar mi casa anterior y buscar si quedo algo de ella.
    − Muy bien. ¿Sabes todavía como llegar a ella?
    − Me dijeron que estaba siendo vigilada así que vamos a tener mucho cuidado
    − Bien
    Ambos empezaron a caminar, Noah todavía traía su mochila, pero no estaba nada pesada ya que no cargaba con todos los cuadernos ni libros que debía. Caminaron por una media hora y se adentraron a lo que parecía un bosque.
    − ¿Daniel?
    − ¿Mande?
    − ¿seguro que es por aquí?− pregunto un poco asustado ya que jamás había estado en un lugar así.
    − si, estoy seguro ¿quieres que te ayude con la mochila?
    − No, yo puedo solo.
    − Muy bien.
    En eso Daniel paro de caminar y cerró los ojos intentando escuchar algo, mientras que logro escuchar el sonido del agua corriendo por un rio.
    − Ya casi llegamos
    − Que bien
    Caminaron un poco más, llegando a la grande casa de Daniel que al parecer no estaba destruida por completo, más bien estaba casi completa. Se dieron cuenta de que no había nadie, así que se acercaron con cuidado.
    − ¿Es esta tu casa?
    − Si, esta es. – dijo algo emocionado por entrar y ver que podía rescatar de su casa
    Ambos entraron abriendo la puerta, Noah con un poco de miedo e interés se escondía detrás de Daniel. El cual estaba un poco confundido, como era, que si el había visto que su casa se había quemado, mas tantas cosas estuvieran intactas. Sin quemarse, hasta varios muebles de madera seguían normales y sin ningún solo rasguño, tal vez, pensó, que sus recuerdos estaban muy confundidos y no estaban en un buen orden. Lo que aun no entendía era el ¿porque el rey le había dicho que su casa se había quemado por completo si estaba tan completa? ¿Por qué el rey estaba ocultando tantas cosas? ¿En verdad existía aquella princesa de la que escucho hablando a los guardias?
    − ¿Daniel? ¿En que piensas?− pregunto Noah observando a Daniel, el cual tenia una mirada perdida.
    − En… Nada… ¿Noah, tu sabias que existe una princesa?
    − ¿Enserio? No, no sabia nada, ¿Cómo te has enterado?
    − Tan solo lo escuche, pero no se si sea verdad.
    − Deberíamos averiguarlo.
    − Si, pero después.
    Daniel abrió un cajón de un mueble de madera refinada, salió polvo, el cual Daniel intento no respirar y reviso que era lo que estaba adentro, paro al sentir algo y lo saco, era un pequeño cuaderno, casi una libreta, como un diario, Daniel lo abrió y leyó (1 de diciembre de 1957), Noah no entendía que era, pero al parecer Daniel si sabia. Cerró el cuaderno y lo volvió a guardar en aquel cajón.
    − ¿No piensas llevártelo?− Pregunto Noah
    − No, si esta casa todavía tiene vigilancia se darán cuenta de que alguien entro si no llevamos algo.
    − Mmm, ¿subiremos al segundo piso?
    − Claro que si, pienso mostrarte a lo que se le llama colección. Yo tenía colecciones de muchas cosas, y en verdad creí que las había perdido.
    − Genial− Noah sube las escaleras junto con Daniel, ambos aun seguían un poco asustados, porque con eso de que la casa estaba siendo vigilada, en cualquier momento podían encontrarlos y llevarlos al palacio. Aunque no tenían porque hacerles algo ya que la casa era de Daniel, pero aun así se sentía un poco nervioso, odiando a la incertidumbre.
    − ¿Cuál puerta es la de tu cuarto?
    − La de color rojo.
    − Todas son color rojo− le dijo Noah.
    − ¿Qué?− dijo un poco desconcertado.
    Al terminar de subir las escaleras noto que si, todas las puertas eran color rojo y que aparte, había una puerta más, la cual Daniel no recordaba.
    − ¿Ya no recordabas como era tu casa?
    − El problema es que… solo mi puerta era de color rojo, no todas.
    − Y ¿Cómo te explicas que todas sean de color rojo?
    − No lo se. Que raro, y esta puerta− Dijo acercándose a una de las puertas, la que al parecer era la que el no recordaba, al abrirla nota que no hay piso, había repisas, cuadros de pinturas, decoraciones en las paredes, ¿pero como?, si no había piso ¿Cómo es que todo eso estaba allí?− Noah, mejor vámonos de aquí− le dijo un poco asustado.
    − Pero ¿Por qué? – Le pregunto el niño mirando el rostro de Daniel, jamás le había visto tan nervioso− ¿Qué pasa?
    − Nada, tan solo, ya vámonos.
    − Pero…
    − Noah, esta no es la casa en la que yo vivía, no entiendo como es que los muebles son los mismos, el diario… tampoco se como es que esta allí, pero esta no es mi casa.
    − No entiendo – dijo el niño desconcertado
    − Yo tampoco, pero mi casa tan solo tenia 4 puertas en el segundo piso, esta tiene 5, eso no era así, eso es lo que me asusta, que esta casa tiene mis pertenencias pero no tiene lo que mi casa tenia.
    − Que miedo.
    − Lo se. Vámonos − Daniel y Noah bajan las escaleras. En eso escuchan afuera a dos personas hablando, intentando abrir la puerta. – corre, ven vamos para arriba. – Daniel sintió como su corazón empezó a latir fuertemente, empezó a respirar de una manera intranquila, preocupado por lo que le pudiera pasar a Noah, ya que ahora no sabia si esa casa era suya, y poner como excusa que la casa le pertenecía.
    Esas dos personas entran a la casa, mientras que Daniel y Noah morían de miedo, y con la mirada les seguían el paso desde las escaleras esperando que llegara un momento para poder salir.
    − ¿Daniel…−empezó a decir Noah en voz baja−…como vamos a salir de aquí?
    − Déjame pensar. Creo que en mi cuarto, hay una ventana y en esa ventana enseguida hay unas escaleras que llevan abajo. −siguió en voz baja.
    Ambos caminan sigilosamente hacia una de las puertas, ya que Daniel no sabía cual era su cuarto, abren con mucho cuidado la puerta, aquel cuarto tenia varias vitrinas con muchos libros.
    − Wow, esto si es una biblioteca. – dijo asombrado Noah
    − Lo se. Pero este no es mi cuarto. – ambos salen, cierran la puerta, y abren la siguiente. Al entrar ven una cama, con un cobertor color azul marino, una mesa de noche al lado, una lámpara con adornos ligeros de plata, y un reloj desconectado, el cuarto estaba pintado de color verde azulado, había un armario, el piso estaba alfombrado, y había dos ventanas. – Este es mi cuarto.
    Daniel abre la ventana de la derecha y no ve la escalera, así que va hacia la de la izquierda, al abrirla ve la escalera, la cual estaba completamente rota.
    − No puede ser
    − ¿Qué pasa?
    − La escalera, esta incompleta− En eso Daniel escucha los pasos de una persona subiendo las escaleras − no puede ser… Noah, ¿estas asustado?
    − Estas loco, esto e lo más interesante que me a pasado en toda la vida.
    − Niño. Podemos morir y tu muriendo de alegría, rápido abre el armario. – Noah rápidamente y cuidadosamente abre el armario. – entra.
    − ¿Y tú?
    − Yo me asegurare de que tú estés bien.
    − Yo quiero ir contigo.
    − Entiende, quédate adentro. Y no salgas por ningún motivo hasta que estés completamente seguro, ¿entiendes?
    − Si, esta bien, pero promete que estarás bien.
    − Lo prometo.
    Aquellos pasos empezaron a acercarse al cuarto de Daniel, el chico agarra un tubo de metal que estaba adentro del armario y lo cierra. Este completamente nervioso espera a que entren al cuarto, sintiendo que el suelo temblaba intenta tranquilizarse, respirar profundo.
    − Seas quien seas mejor sal, y por favor suelta el arma que tengas− escucho Daniel decir aquella voz. Daniel sin más que hacer suelta el tubo de metal, abre la puerta, bastante asustado, ve a aquella persona, un chico casi de su edad, como un año mayor que el. − ¿Quién eres?
    − Que yo recuerde, el dueño de esta casa. – dijo observando a aquel chico, cabello negro, ojos negros, tez blanca, su ropa era de palacio. Daniel estaba casi seguro de que el era el tal Rezam.
    − El dueño… ¿esta casa, tiene dueño?
    − Si, que jamás venga es otra cosa.
    − Ya veo, el rey me había dicho que esta casa no tenia dueño, que no le pertenecía a nadie. ¿Por qué mentiría?
    − No lo se, también a mi me mintió, me dijo que la casa estaba completamente destrozada, que no había rastro de ella.
    − A mi me dijo que no había rastro del dueño.
    − Lo más raro es que esta casa todavía tiene mis pertenencias.
    − ¿Como creerte?
    − Si lo se, no tengo ninguna prueba, pero se exactamente que hay dentro de todo, hasta lo mas mínimo.
    − ¿Vienes con alguien?
    − Tal vez
    − Dile que salga, no pienso hacerles nada.
    − Tampoco puedo estar muy seguro, no me arriesgare.
    − Mi nombre es Rezam Monteterra, Príncipe, muy pronto rey de Monteterra y Monteesmeralda.
    − ¿Monteesmeralda? ¿Cómo piensas ser rey si no hay una princesa? – pregunto fingiendo no saber nada.
    − Muy pronto todos se van a enterar de que si existe una princesa.
    − ¿Entonces, si existe?
    − Ya lo sabias ¿verdad?, tu fuiste quien escucho a esos dos estúpidos guardias hablando.
    − Si.
    − Ya veo. Siento que te conozco, ¿eres de la realeza?
    − Para nada.
    − Que raro−dijo viendo los ojos de Daniel, pensando ‘’ tan solo los del reino de Monteesmeralda o Montejade tienen los ojos verdes.
    − Que yo recuerde no tengo nada que ver con la realeza.
    − El niño que viene junto contigo, ¿Por qué no sale?, no soy un asesino, ni me como a la gente.
    − ¿Cómo…
    − No hay muchos chicos de tu edad aquí−le interrumpió− Dile que salga, enserio no le pienso hacer nada, y menos si es un niño− A Daniel no le inspiraba mucha confianza aquel chico, pero que mas podía hacer después de enterarse de que era de la realeza.
    − Noah… sal− el niño indeciso abrió el armario y salió de el, escondiéndose detrás de Daniel miro a Rezam, mientras que este se ponía de cuclillas para ver mas a Noah, lo cual hizo que el niño se sintiera un poco incomodo.
    − ¿Noah? ¿Ese es tu nombre?− el niño asintió con la cabeza− que tímido, ¿Cómo conociste a… ¿Cuál es tu nombre? – pregunto dirigiéndose a Daniel.
    − Daniel. – contesto este.
    − Aaa, ¿Cómo se conocieron?, bueno lo pregunto porque Noah se ve como un niño muy tímido. – Noah seguía completamente escondido atrás de Daniel, de alguna manera Rezam le causaba miedo. – Parece que no les caigo muy bien que digamos, y menos al niño.
    − Jamás eh creído en el palacio, el rey no es una buena persona− dijo Noah explicándose.
    − Créanme, aquí esta mucho mejor que en Monteterra – dijo levantándose.
    − Perdón si me entrometo mucho, pero ¿para que dijiste que estabas en esta casa?
    − Te diré, tan solo porque me metí en una casa que al parecer si tenia dueño, y por eso me podrías demandar.
    − No pensaba hacerlo de todas maneras.
    − Gracias, me gustaría que no se sintieran tan incómodos, me hace sentir incomodo que ustedes estén incómodos, ¿no pueden tomarme mas confianza?
    - Esta casa, fue mía por 5 años, 10 años después vengo para saber si el rey me había dicho la verdad de que no había quedado rastro de ella, y mírala, completa, y después me encuentro con… usted, para no sonar tan descortés…
    - No, no me llames por usted, ni siquiera eh alcanzado los 20.
    - Bien… después me encuentro contigo, que me dices que el rey te había dicho que la casa no tenia dueño, y ni siquiera te dio que la casa se quemo hace 10 años, entonces lo que yo viví es falso o el rey trama algo.
    - Me temo que estoy de tu lado, yo jamás creí encontrarme con alguien, es raro que me allá mentido.
    - Lo más raro de todo es que, esta casa es un poco diferente a la que yo recordaba.
    - Bien pues tendré que averiguarlo. Y si te parece, no vuelvo a entrar a esta casa, supongo que no te gusta mucho la idea de que entre y que pueda ver tus pertenecías.
    - Si, la verdad no.
    - Muy bien, entonces, ¿quieren que los lleve a su casa?
    - No gra…
    - Siiiii- Interrumpió Noah a Daniel, emocionado por viajar en un carruaje.
    - ¡Noah!
    - Yo si quiero. - dijo el niño sintiéndose regañado.
    - De verdad, no importa.
    - Mi problema, es que todos nos preguntarían que hacíamos en un carruaje de palacio.
    - Pues… dicen… que… se ganaron un paseo.
    - Un paseo ¿en donde?
    - En las afueras del pueblo.
     
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  1. NathyKazeNeko
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