La fantasía del amor [Metamorfosis]

Este es mi escrito para la primera fase de la actividad "Metamorfosis" de @Nastia . Es una adaptación del cuento que dejo a continuación, la cual espero que esté mínimamente bien hecha: La alondra cantarina y saltarina - Hermanos Grimm - Ciudad Seva

La fantasía del amor ​

Una alondra cantarina saltaba en lo alto,
custodiada por un gran león, ¡qué espanto!
Pero aquel hombre pudo hacer un mal trato,
y acabó cambiando a su hija por un simple pájaro.

La hija que quería aquella linda ave,
gustosa aceptó aquel cambio,
se entregó al león malvado,
que resultó ser un gentil príncipe hechizado.

El amor surgió pero mucho tiempo la felicidad no duró,
un simple rayo de sol pese a las precauciones al príncipe rozó,
y cumpliendo con su maldición en paloma se convirtió,
y durante siete años voló y la doncella lo persiguió.

Cuando pasaron los siete años y el hechizo iba a finalizar,
la paloma se desvaneció y la doncella salió a buscar,
al sol, a los vientos y a la luna osó preguntar,
y solo el viento del sur le supo una respuesta dar.

Se encaminó a donde el viento le había dicho y le encontró,
su amado estaba allí peleando con un dragón,
el viento le había dado un consejo y a derrotar a la bestia le ayudó,
resultando esta ser una princesa hechizada que al príncipe enamoró.

Aquello infirió un amargo dolor en el corazón de la doncella,
que no podía ignorar los sentimientos que venían de ella,
cogió una cajita que le había regalado el sol para una emergencia,
y de esta sacó un vestido hermoso que al ponérselo la hizo la más bella.

La princesa al ver aquel vestido quiso que para ella fuera,
aceptó un trato en el que el príncipe pasaría una noche en su alcoba con la doncella,
más la doncella no pudo decirle nada porque el príncipe dormido estaba,
y al pasar la noche la joven se sintió estafada.

Esta vez recurrió a un regalo que le había hecho la amable luna,
una gallina con polluelos dorados que era fascinante como ninguna,
la princesa también se encaprichó de aquella proeza de tal envergadura,
y aceptó otra noche en la alcoba para que la doncella se deshiciese de su amargura.

En esta ocasión el príncipe sí escuchó a la doncella ya que no le habían adormecido,
y pudo entender lo que había por desgracia ocurrido,
la princesa lo había hechizado y había estado todo ese tiempo como enloquecido,
así que por fin recuperó la cordura y pudo volver tranquilo junto a su amor perdido.

Juntos montaron en una esfinge y se dirigieron a su hogar,
donde les esperaba su retoño que ya había tenido tiempo de cambiar,
habían pasado por grandes amarguras pero podían ya disfrutar,
de aquel eterno amor que los dioses le habían querido otorgar.