One-shot de Naruto - La duda de Naruto

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Lincoqueo, 5 Marzo 2017.

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    Lincoqueo

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    Título:
    La duda de Naruto
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1144
    Título: La duda de Naruto.
    Autora: Camila Andrea.
    Género: Comedia.
    Clasificación: K.
    Advertencias: Ooc.
    Serie: Naruto.
    Pareja: -
    Extensión: One Shot. [1101 palabras]
    Resumen: … ―¡Vamos abre mi regalo, sé que te gustará!



    Naruto no era una persona que aceptaba un ‘no’ por respuesta, ni mucho menos una pregunta sin respuesta. Hace años que una duda le acechaba por las noches y precisamente en ese momento quería aclararla para así saciar su curiosidad. Pero no era tonto pues sabía que no era una tarea para él enmendarla, era demasiado arriesgado y si algo había aprendido de la vasta experiencia que le había dado la vida ―y muchos golpes de Sakura― era que las palabras son el arma más mortal y de doble filo que podían existir.

    Prefirió llamar a su consejero lo antes posible y que hiciera una pasada por el Ichiraku, por qué no. También estaba hambriento, para Naruto hacer papeleo sin comer era como entrenar sin chakra.



    Mendokusai Naruto, es mi día libre. ―Las quejas bien justificadas de su vago amigo no se hicieron de esperar. Era un día domingo muy temprano por la mañana y Naruto ya estaba necesitando de su presencia.

    El rubio no respondió y esto preocupó a Shikamaru. No era habitual en él quedarse callado. Solo hizo un ademán para que tomara asiento frente al desordenado escritorio de Uzumaki.

    El Nara miró a sus alrededores buscando información sobre la razón de su visita tan temprano por la mañana pero no vio nada más que muchos papeles, juguetes de su hijo, cajas vacías de ramen y rayas de crayones por las paredes. Sonrió para sí mismo, ser padre no es sencillo, la experiencia se lo corroboraba.

    ―Los asuntos del Hokage no pueden esperar ―respondió el joven mientras se sacaba el sombrero que lo hacía sudar por las telas que cubrían el cuello. Pensó seriamente en cambiar ese gorro por un jockey o algo mucho más cómodo. Lo dejó tirado entre los papeles y el ramen.― ¿Cómo está tu relación con Temari, Shikamaru?

    El aludido no pudo entender el fin de la pregunta aunque algo se intuía.

    ―Bien, el miércoles vamos a Suna para celebrar el cumpleaños de Gaara.

    ―Lo sé, yo igual iré. ―No podía ir en realidad, pero tenía planeado dejar Kakashi-sensei a cargo.― Pero necesito que me consigas una información antes.

    Hizo un clon de él para cerrar la puerta y bajo esa privacidad prosiguió a detallar la misión a su consejero.



    Temari se denominaba una mujer eficiente. Al ser madre su tiempo libre se había reducido sin evitar poder cumplir con las tareas del hogar, cocinar y cuidar de su hijo. Cuando el almuerzo ya estaba listo, la cocina limpia y la casa ordenada se dispuso a descansar en el sofá que le había regalado su hermano. El color verde oscuro combinaba con toda la decoración de su hogar y el grabado en madera de los emblemas familiares que su unieron en matrimonio la hacían sonreír cada vez que lo veía. Sin duda, su vida estaba resuelta.

    Recostó su cabeza en el respaldar y al ladearla notó que la esquina cada vez tenía más regalos para su hermano. En pocos días cumpliría treinta y cuatro. En el canasto se asomaban las medicinas de Sakura, algunos dibujos de Sai, cactus con flores de Ino, una malla verde de entrenamiento de Lee, armas de Tenten y aún faltaba la torta que Choji le había ofrecido. Agradeció por dentro haber rechazado el cachorro de Kiba porque no sabía si a Gaara le gustaría un perro, aunque consideró pedírselo para ella. Siempre había querido tener una mascota.

    A pesar de la distancia, su hermano se había ganado el respeto de Konoha no solo por la amistad con Naruto sino por su forma de ser. Había cambiado mucho durante los últimos veinte años.

    El sonido de la puerta abriéndose la sacó de sus pensamientos.

    ―¡Ya llegué, mendokusai!

    La rubia sonrió, Shikamaru también. La sonrisa del hombre fue más corta, porque debía cumplir con el pedido del Hokage.

    No sabía cómo logarlo, ella lo conocía mucho para hacerla caer en una estrategia, por lo que prefirió por un método rudimentario, quizás mucho más efectivo que los rodeos.

    Se desató el peinado y dejó caer su largo cabello negro por los hombros y a continuación ya estaba recostado en el sofá junto a su esposa dejando salir un sonoro bostezo.

    Temari puso mala cara, no le gustaban esos gestos.

    ―Esto puede ser muy problemático pero…

    La mujer levantó la ceja izquierda. El hombre tragó pesado.

    ―¿Las ojeras de Gaara son estéticas, verdad?

    Después de unos segundos de silencio gracias a la sorpresa, una fuerte risa femenina inundó la habitación. Se había entendido el mensaje.



    Ya era diecinueve de enero. El hogar de Gaara estaba de fiesta. Kankuro se había preocupado por la decoración y las invitaciones, su hermana mayor por los regalos y la torta. Globos por todas partes, gorritos de cartón y cotillón, además de las marionetas que ayudaban a servir toda la comida que Choji había preparado. Sakura armó una mesa larga para que todos los invitados se acomodaran para la celebración.

    Después de muchas horas de conversaciones, risas y silencios por parte del festejado, llegó el momento más especial: abrir los regalos.

    El coro insistiéndole que abriera los presentes no se hizo tardar en llegar y el pelirrojo, para callar a Naruto de una vez por todas se sentó de cabecera y tomó cada paquetito con dedicación, agradeciendo a la persona que se lo dio.

    Uzumaki estaba desesperado, la cajita roja que él había comprado había quedado para el final a pesar de todos los gritos que no dudó en dar para que Gaara lo abriera.

    ―¡Vamos abre mi regalo, sé que te gustará!

    Por fin tomó la caja y para hacerlo sufrir más, el cumpleañero la agitó para adivinar lo que había dentro. Shikamaru sonrió, sabía que jamás podría dar con el regalo de Naruto.

    Desató la cinta con cuidado de no romperla y sacó la tapa. Dentro había un bolígrafo negro con una apariencia extraña puesto que la punta era muy gruesa para trazar escritura fina.

    ―¡Míralo bien, dattebayo!

    Gaara palideció. No pudo creer lo que sus ojos estaban viendo.

    ―¿¡Te gustó, te gustó!? ―el rubio cada vez hablaba más fuerte por la emoción que causaría su presente. Ninguno de los invitados entendía nada, excepto de tres personas.― Quería darte algo útil, sé que lo ocuparas todos los días.

    La cara del cumpleañero estaba tan roja como el color de su pelo. Un maldito delineador de ojos. De larga duración.

    ¿Será que el Hokage lo vio con la línea corrida?

    Imposible. El cuidaba mucho de retocarse el delineado para que se viera natural.

    Sonrió leventemente porque sí lo necesitaba.

    El suyo ya se estaba acabando.
     
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    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

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    Jajajajaja, estuvo bastante bueno, por un momento creí que Naruto pediría un consejo a Shikamaru sobre algo que estaba sucediendo en su matrimonio, me tomaste por sorpresa.

    Gaara, me has roto la ilusión sobre que sus lineas fuera completamente natural y no maquilladas <|3
     
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    InunoTaisho

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    Gaara - sama!!!... no sé si es verdad lo que dice la Wikia pero, al parecer, ciertamente las ojeras de Gaara son pintadas para protegerse del deslumbrante sol del desierto, algo que hacían los egipcios. De hecho no es tan alocado pensar que sea cierto pues el maquillaje de Kakuro también cambia, algo que no había notado dado que no soy fan acérrima del fandom. Pero aún así nada como la ilusión de suponer unas sexy ojeras naturalitas que hacen resaltar su varonil rostro... Bueno, para puntada de Naruto no es descabellado suponer que él haría algo semejante, menos mal que Shikamaru y Temari quisieron ayudarle.
     
    Última edición: 13 Marzo 2017
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