Cómo entrenar a tu dragón La daga de diamante: la mejor amiga del viento [How to Train Your Dragon]

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Lyden, 23 Agosto 2014.

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    Lyden

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    Título:
    La daga de diamante: la mejor amiga del viento [How to Train Your Dragon]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2355
    Como Entrenar a tu Dragón, Pensaron que ya todo había terminado, pensaban que nadie se enfrentaría al nuevo alfa, pensaron que estarían juntos para siempre...

    Capítulo I: La hoja de diamante

    — ¡Vamos Chimuelo!‒ exclamó Hipo mientras volaba por los cielos con Astrid, su futura esposa, detrás de él.

    — Esto es genial, Hipo‒ dijo Astrid mirando hacia el mar, su vista siguió hasta ver una isla rocosa‒ ¡Hey bajemos allí!‒ señaló con el dedo hacia la isla, Hipo asintió y le dio la orden a Chimuelo de bajar, Astrid lo siguió con Tormentula.

    Al bajar Hipo desmontó su dragón, este a ser liberado corrió hacia Tormentula y juntos se fueron a correr por la isla

    — ¡Regresen en media hora!‒ exclamó Astrid mientras les saludaba con la mano, por otro lado Hipo estaba mirando por una cueva que encontró en uno de los lados de la isla.

    Vio algo brillante a más adentro de la cueva por lo que decidió investigar un poco. Al estar a unos pocos centímetros de distancia se dio cuenta de que ese objeto brillante era un trozo perfectamente cortado de diamante en forma de cuchilla, el trazo era tan perfecto que parecía hecho por mano del mismo dios Frey.

    Hipo lo tomó con un poco de torpeza y timidez, un ligero rayo de luz se deslizó hasta el precioso mineral, Hipo se lo quedo mirando hasta que escuchó unos pasos provenientes de la entrada, guardó la cuchilla con extremo y rápido cuidado.

    Astrid iba a preguntar que miraba pero su pregunta murió rápidamente en su garganta al ver el lugar que su futuro esposo había encontrado. Giró sobre sus tobillos mirando hacia un tragaluz formado naturalmente.

    — Mira que hermoso es este lugar…‒ susurró, Hipo cruzó sus brazos e intentó ver lo mismo que Astrid, algo imposible, ya que cada vez que veía alguna parte del tragaluz de alguna forma el azul del cielo se convertía en verde y le recordaba a la cara de su padre

    Astrid, al verlo se acercó un poco a él y le acarició la cara mientras colocaba su cabeza en su hombro. Hipo se ahorró las lágrimas y se dejó acariciar. Así permanecieron durante un tiempo hasta escuchar tres rugidos de dragón de la misma especie

    — ¡Son Thunderdrum!‒ exclamó Hipo desasiendo el contacto entre Astrid y él

    Ambos adolecentes corrieron a la salida de la cueva hacia sus dragones, cuando salieron vieron a sus dragones lanzándoles rugidos a los dragones desconocidos.

    — ¡Chimuelo, Tormentula!‒ exclamó descendiendo su velocidad‒ ¿Qué sucede?

    Y allí los vieron, tres Thunderdrum pre-adolecentes jugando con Chimuelo y Tormentula

    — Esos… son

    — ¡Big, Bang y Boom!*‒completó Astrid acercándose a ellos‒ ¡Cuánto han crecido!

    Los tres dragones se acercaron y se dejaron acariciar por la chica, Hipo lentamente se acercó por detrás hasta quedar justo al lado de Astrid.

    — Oigan ¿Dónde está Tornado*?‒ preguntó entre risas, viendo como intentaban que Astrid siguiera acariciándolos

    Big, Bang y Boom se miraron entre si y dejaron sus intentos de carisias de Astrid. Bang se acercó a Hipo a paso lento y tímido, lo miró a los ojos con pena. Hipo se rascó la nuca, giró sobre sus tobillos y se sentó en una roca alejado de los demás. Astrid, con mucho esfuerzo, logro que los tres dragones se fueran con Chimuelo y Tormentula.

    — Hey…‒ susurró sentándose junto a él y poniendo una sobre su hombro‒ ¿Quieres hablar sobre esto?

    Hipo soltó un gran suspiro— Sé que debí haberlo superado hace tiempo, pero aún no puedo dejarlo atrás, es como si todos los días esa vieja culpa volviera y me dijera; es tú culpa. Y ahora justo cuando lentamente lo supero, Tornado muere.

    — Sabes… Creo que es normal que Tornado haya muerto‒ dijo, Hipo inmediatamente la miró como si hubiera asesinado a alguien justo frente a sus ojos‒ Lo que trato de decir es que los dragones escogen una pareja y se quedan con ella el resto de su vida y cuando uno muere, el otro no puede continuar y se deja morir, creo que son como los caballitos de mar

    Hipo la miro por un rato y luego; se echó a reír a carcajadas. Astrid le dio un golpe en las costillas que le sacó todo el aire de los pulmones, se sostuvo su estómago con sus manos mientras se dejó caer, Astrid se le tiró enzima devolviéndole su ataque de risas.

    — ¡Ya Astrid quítate!‒ exclamaba riendo

    — ¡Lo haré cuando digas que tengo razón!‒ respondió

    — ¡Ya, ya! Tienes razón‒ afirmó tomando a Astrid de la cintura‒ ¿Qué haría sin ti?

    Astrid lo pensó por un tiempo y luego respondió; ‒ Nada.

    La pareja se rió y se acercaron lentamente al otro

    — ¡Que romántico!‒ exclamó una voz desde arriba, la joven pareja miró hacia arriba para encontrarse con la madre de Hipo acostada sobre su dragón sosteniéndose el mentón con una mano mientras jugaba con su bastón con la otra‒ Hijo; ¡Que buena suerte tienes! ¡Es como si la misma Freya* los hubiera juntado!, ¿Cómo serán mis nietos…?

    Hipo y Astrid tomaron un color rojo que era de envidiar de los mismos tomates

    — ¡M-Mamá!‒ exclamó sin soltar a Astrid‒ Todavía no hicimos “Eso”

    — ¿Y no lo han hecho ya? ¡Por favor son veinteañeros!‒ gritó riéndose, Astrid e Hipo se miraron e inmediatamente se separaron

    — ¡Señora! ¿Conoce a Big, Bang y Boom? ‒ preguntó Astrid posicionándose frente al dragón de doble ala

    — Aún no he tenido el placer‒ respondió aun riéndose mientras habilidosamente bajaba de su dragón‒ ¿Estoico tenía un dragón?

    —Sí, su nombre era Tornado era un Thunderdrum adulto

    Mientras Astrid se encargaba de presentar los dragones a su madre Hipo se recostó en la piedra, giró su cuerpo dándoles la espalda y desfundó la cuchilla de diamante que había encontrado

    — ¿Qué puedo hacer con esto…?



    El ruido de un árbol cayéndose inundó el bosque haciendo que uno que otro pequeño dragón salga volando para huir del peligro inminente. La chica rubia soltó un gran bufido, estaba muy encabronada. Una suave corriente de aire le acarició la cara, a veces el único que podía consolarla cuando Hipo no estaba o necesitaba estar sola.

    — ¡Maldición!‒ gritó mirando como su cuchillo se había roto, otra vez. Astrid lanzó furiosa el roto cuchillo para que terminase de romperse. Era el décimo… esta semana.

    — ¡¿Por qué los cuchillos son tan débiles?!‒ exclamó, escuchó unos pasos a la distancia, inmediatamente una descarga feroz de adrenalina la sedujo con una propuesta de desafiar sus habilidades utilizando la hoja cortada a la mitad enterrada en una grieta a un metro de ella. El tiempo se congeló; en ese plazo Astrid dio una media luna con una mano hasta llegar a la grieta, sujetó la hoja hábilmente con dos dedos y el tiempo volvió a su rápido curso, la cuchilla salió rápidamente hasta llegar a su objetivo

    — ¡Oh! ¡Se acobardó!‒ exclamó una voz femenina entre risas, Astrid giró los ojos con molestia

    — ¡Te lo dije!‒ respondió una voz masculina entre estúpidas risas

    — ¡Me iba a cortar a la mitad!‒ chilló Patapez mientras salía de las sombras

    — ¿Qué hacen aquí?‒ preguntó Astrid mientras Tormentula se colocaba detrás de ella enfadada por haber sido despertada tan repentinamente y por ruidos tan molestos como las risotadas de los molestos gemelos

    — Pasábamos volando y escuchamos un árbol cayendo‒ dijo Patán bajando de Diente-Púa

    — Y quisimos venir a ver que estaba sucediendo, te vimos entrenando y quisimos ver si podías dar con Patapez‒ completó el pequeño Gustav (de 14 años) bajando de Púa-Diente mientras le daba un guiño con una sonrisa atractiva que haría caer a cualquier chica si no fuese por su estúpido maestro

    — Ni lo intentes Gustav, está comprometida‒ le dijo Patán rodeándolo con su brazo‒ Mejor concéntrate en las hermosas solteras‒ Patán le guiñó el ojo a Brutilda, quien soltó un gran suspiro

    — ¡Astrid intenta cortarle la cabeza a Brutilda con tu cuchillo!‒ exclamó Brutacio, pero ella ya se había ido.

    Mucho más arriba y lejos Astrid volaba sobre Tormentula hacia Berk para por fin irse a dormir

    — Vamos amiga, dejemos que se maten entre ellos‒ comentó Astrid mientras le acariciaba el lomo. Al poco tiempo llegaron a destino, Astrid camino hasta la herrería con Tormentula detrás de ella, Chimuelo al verlas corrió hacia Tormentula y juntos se fueron a correr lejos del pueblo para no molestar a los que ya dormitaban en sus camas

    Astrid encontró a Hipo de espaldas mientras golpeaba algo con un martillo, al verlo ella se acercó lentamente, Hipo no se dio cuenta de la presencia de ella y siguió intentando romper la cuchilla de diamante.

    Astrid lo abrazó por detrás con los ojos cerrados, Hipo se aterró y torpemente tapó la cuchilla

    — Llegas temprano mi Lady‒ saludó intentando fingir normalidad

    — Si es que se rompió mi cuchillo‒ respondió soltándolo y apoyando sus codos sobre la mesa de trabajo de Hipo

    — ¿De nuevo?‒ preguntó entre risas

    Astrid desfundó su cuchillo dividido en 14 pedacitos

    — ¿Cómo hiciste para romperlo?‒ preguntó sosteniendo torpemente los pedacitos de un cuchillo traído por el mercader Johan desde algún lugar que él tuvo el placer de contar una historia donde él era un héroe recorriendo mil y un peligros.

    — Lo lancé intentando darle a un árbol, pero simplemente se rompió y cayó, al igual que el árbol…

    — Y-ya veo…

    — Bien, me voy a dormir‒ informó levantándose de la mesa‒ Nos vemos mañana‒ Astrid le dio un beso en la mejilla y se fue a dormir en el cuarto que compartía con Hipo.

    El jefe se quedó mirando el trozo de diamante y le dio una gran idea para el destino de la cuchilla.

    Terrores Terribles cantaban en el techo, provocando que Astrid despertara. La rubia se frotó los ojos con una sonrisa, giró su cuerpo hacia el lado de la cama de Hipo y dijo, aún con los ojos cerrados;

    — Buenos días Hi…po…

    Astrid recorrió esa mitad de la cama con el brazo buscando algún mínimo rastro de que Hipo había ido a dormir la noche pasada, nada. Se levantó y vistió, algo encabronada porque ni siquiera se atrevió a decirle que no iría

    — ¡Buenos días Astrid!‒ saludó la madre de Hipo mientras cocinaba algo

    — Buen día señora‒ respondió Astrid respetuosamente

    — No me digas señora‒ ordenó la madre de Hipo‒ Llámame por mi nombre

    — De acuerdo Valka‒ respondió entre risas‒ ¿Hipo vino a dormir a noche?

    — No, lo escuche‒ comentó luego miró detrás de Astrid para darse cuenta de que Chimuelo estaba durmiendo en un rincón‒ ¡Oh mira! Allí esta Chimuelo

    Astrid volteó para ver que en verdad Chimuelo dormitaba en una improvisada cama, tomó un pescado que Valka había dejado para él y se acercó, colocándose en cuclillas

    — Buenos días…‒ susurró acariciándole la cabeza y mostrándole el pescado‒ ¿Dónde está Hipo?

    Chimuelo levantó la cabeza y comenzó a ver a los lados, al no encontrarlo se regresó a Astrid y le dio una clara indicación que no lo sabía. Astrid suspiró y dejo que Chimuelo se fuera a jugar con Tormentula como diariamente lo hacía.

    — Ese idiota…‒ susurró Astrid para sí misma mientras ataba en una colita su largo cabello que ya le llegaba a la cintura oculta por una complicada coleta.

    Mientras caminaba hacia la herrería se encontró con la extraña (Pero diaria) escena de Patán y Patapez intentando conquistar a Brutilda mostrando su ridícula forma de levantar pesos extremos a insegura base de sus piernas en constante movimiento y que en cualquier momento, se romperían con un seco sonido que haría eco seguido de sus gritos de dolor

    Astrid los ignoró con un bufido y siguió su camino a la herrería, allí encontró a Hipo de espaldas sin camisa y sudoroso.

    —Si no vas a ir a la cama podrías avisarme‒ comentó Astrid apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados

    Hipo se dio la vuelta con una sonrisa, Astrid desvió la mirada sonrojada

    — Tengo algo para ti‒ comentó poniéndose su remera y saliendo de la calurosa herrería

    Con un silbido llamo a Chimuelo, Tormentula se acercó a Astrid y ambos volaron hasta el bosque. Hipo iba adelante buscando con su mirada entre los árboles, luego de un rato bajaron a un claro. Hipo desmontó a Chimuelo y trotó hasta un árbol.

    — ¿Hipo que haces?‒ preguntó algo encabronada porque su novio no le había hablado en todo el trayecto

    — Cuando fuimos a esa isla encontré una hoja de diamante, no sabía qué hacer con ella y cuando dijiste que se te había roto la cuchilla se me ocurrió hacerte un cuchillo que es prácticamente imposible de romper

    Hipo le mostró el cuchillo, Astrid lo tomó torpemente y comenzó a inspeccionarlo.

    — ¡Pruébalo! ¡Pruébalo!‒ le pidió con un brillo especial en sus ojos, Astrid pensaba decirle que no podría aceptarlo y que él debería usarlo para hacer algo para él mismo. Pero al ver ese brillo especial no pudo contradecirle.

    Astrid se colocó en posición y lanzó el cuchillo como solía hacerlo hacia un árbol, el árbol se cayó… y se partió al medio. Se acercaron al árbol y vieron como el cuchillo estaba completamente enterrado y en perfectas condiciones

    — Wow…‒ susurraron ambos, Hipo intentó desterrar el cuchillo; inútilmente

    Astrid lo quitó con mucha facilidad y se lo entregó, Hipo estaba fascinado con su obra

    —Hipo… Si no quieres quedártelo, está bien‒ comentó Astrid, Hipo se quedó mirando el cuchillo y lo devolvió a la mano de su amada

    — No, yo lo hice para ti; es tuyo‒ dijo dándole de la mano y besándole la frente

    — Gracias‒ susurró mientras chocaban sus frentes y entrelazaban sus dedos, iban a besarse pero el rugido de varios dragones desde Berk los sacó de su “aura de amor” arruinando su beso… Otra vez.

    — ¿Qué crees que sea?‒ preguntó Astrid subiendo a Tormentula

    — Algo grave‒ respondió Hipo montando a Chimuelo

    Y así ambos jinetes volaron hasta su hogar…

    Joder, hace tiempo que no subo nada a este foro, el otro tema que tengo de DisneyxDreamWorks ya no lo encuentro, tendré que subir más capítulos y cambiarle el nombre. Los capítulos irán algo lento, no tengo mucho tiempo y ademas ahora los subo también en Fanfiction.net... Pero no los voy a dejar ¡Chao!
     
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    Sabaku no ana

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    :XD: esta buenosima siguela porfa
     
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  1. arya
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