Introducción: Narrada por Alan Desde que tengo memoria recuerdo soñar todas las noches con una niña de cabellos rubios, era la niña mas hermosa que hubiera visto en toda mi vida, recuerdo jugar con ella en mis sueños, siempre usaba un vestido blanco con preciosas costuras y encajes que le llegaba por debajo de sus pequeñas rodillas. Desapareció de mis sueños cuando cumplí 10 años y no la he vuelto a ver. Capitulo 1: Extraña sensación Alan se preparaba para ir a la escuela como todo joven adolecente de 16 años. El cielo estaba despejado, libre de nubes arruina días como decía Yuki, la hermana menor de Alan. De camino a la escuela Alan estaba pensando Mia, su mejor amiga y también el amor de su vida, pero no podía decirle lo que sentía. De pronto el cielo de oscureció repentinamente, cuando el chico se dio cuenta corrió lo mas veloz posible para refugiarse bajo algunos árboles. -Que raro, oscureció de repente y no esta lloviendo- decía extrañado Alan. Observando este suceso le golpeo un objeto en la cabeza. -¿Quien me arrojo esto?- gritaba mirando a todos lados esperando una respuesta, pero al no ver a alguien cerca se preguntaba de donde vendría el objeto. Tomó el objeto caído y lo observo detenidamente, era un hermoso cofre pequeño de madera el cual tenia cerradura de oro y unas escrituras extrañas a su alrededor. Aun adolorido por el golpe sintió una sensación que no había sentido hasta que cumplió 10 años, luego escucho unos susurros pero no entendió lo que le dijeron. Cuando termino de procesar lo que había pasado se dio cuente de que el cielo se había despejado. Guardo el cofre en su mochila y aun con dudas se dirigió a su escuela. -Hola, Alan- le saludaba su mejor amiga. -¿ha?- con el saludo salió de sus pensamientos- Hola, Ami- -¿Te ocurre algo?- preguntaba extrañada su amiga, ya que estaba muy pensativo, se notaba en su rostro. -No...-respondió Alan Algo le ocultaba y ella lo sabia. -Puedes decírmelo, acaso no confias en mi- lo decía como si fuera a llorar, ella sabia que esa estrategia siempre funcionaba. Lo que menos quería era que ella llorara así que no tubo mas alternativa que decirle. -Que extraño, déjame ver el cofre El chico le dejo ver el misterioso cofre para que lo examinara. -Esto me parece conocido- dijo la chica. -¿Lo conoces?- preguntaba él. -Si, digo no- eso ultimo lo dijo con un tono extraño- Tengo que irme. La chica se aleja dejando al chico. El no era tonto y conocía muy bien a la chica como para saber que estaba actuando extraño. No se encontraron mas, Alan no dejaba de pensar en lo extraño que había sido ese día. Prefirió no contarle a su madre ni a su hermana. Tampoco intento abrir el cofre ya que lo que se encontraba adentro no le pertenecía o eso era lo que creía. Esa noche sintió lo mismo que cuando estaba de camino a la escuela y encontró el cofre. Continuará...