La Boda (Shikatema)(Kankusari)(Gaamatsu)

NOOOOOO!!! Lo volví a hacer!! Empecé otro fic sin acabar los otros TT.TT tengo una cabeza demasiado imaginativa TT.TT bueno este ya sé como acaba, es mas ya lo tengo todo escrito jajajaja u.u U no tendrá más de 23 capis lo prometo ^.^

Lo que leerán a continuación no es un plagio, pero tampoco es original. Es una historia que leí y me gusto, y decidí hacer una versión Shikatema (es muy parecido al original)

Avisos:

- Habrá un ligero Ooc en Gaara (mas adelante se explicaran las razones)

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Mi querida hermana,

Vas a estar sumamente orgullosa de mi, pues he conseguido que tanto Deidara como Gaara desistan de que vayas a la boda con la primero de ellos.

¡Soy un verdadero genio!

Que sepas que vas a tener que recompensarme con un bonito regalo de bodas. Sari dice que sea un televisor de plasma de 46'', pero creo que yo me conformo con un coche nuevo. Sabes que el mío está muy viejito, lo echaré de menos, pero qué narices… ¡un coche nuevo!

No sé cómo me lo monto que siempre acabo yo sacándote las castañas del fuego. Gaara insiste en que Deidara venga a la boda aunque no sea como acompañante tuyo, no veas que suplicio. Enserio esa chico es…insoportable. Y la culpa la tienes tú, por enamorarte de él y haber estado saliendo durante los últimos tres años. A ver si la próxima te lo buscas con un poco de cerebro aunque sea.

Volviendo al tema, les dije a ambos que ya tenías acompañante y que era tu novio de Nueva York. ¡Lo sé, lo sé! No me grites, pero algo tenía que decirles, ya los conoces. Además, aunque seas mi hermana, soy un hombre y te puedo decir que no te será muy difícil encontrar a un chico para que te cubra durante la semana de la boda. ¡Solo serán 7 días!

¿Verdad que lo harás por mi? ¡Soy tu hermano preferido! ¡No me puedes fallar!

También había pensado que…tal vez podrías invitar a tu amigo, esa del que tanto hablas, Shikamaru. Me haría mucha ilusión conocerlo, debe de ser un santo para aguantarte como compañera de trabajo y ¡de piso! a la vez. En fin, así matamos dos pájaros de un tiro.
Saludos de parte de Sari.

Y esta vez no tardes tanto en contestarme.

Muchos besos, tu hermano, pronto señor casado,

Sabaku No Kankuro.

Fecha: 4 de mayo de 2008, 19:23 p.m.
Para: Kankuro
De: Temari
Asunto: En vaya lío me has metido.

Queridísimo hermano,

Ni siquiera sé por dónde empezar. Me has metido en un lío de los mil demonios. ¡¿Cómo se te ocurre decirles a Deidara y a Gaara que tengo novio? ¡¿Ahora que se supone que tengo que hacer? ¡Kankuroooo!

En fin, ya veré como me las arreglo.

Ni se te ocurra mencionar el nombre de Shikamaru delante de ellos. Es mi mejor amigo, solo eso, y no quiero meterlo en ninguno de los culebrones que se le ocurren a tu trabajosa cabecita castaña.

Y déjale claro a Deidara de una vez que lo nuestro terminó hace más de tres años y que solo fueron un par de noches de sexo sin compromiso. ¡Por amor de Dios, estaba borracha y era la boda de Gaara!

Reitero, no se te ocurra mencionar el nombre de Shikamaru.

Saludos a Sari también de mi parte.

Besos,

Temari.

Fecha: 8 de mayo de 2008, 15:35 p.m.
Para: Temari
De: Kankuro
Asunto: Upsssss.

Mi querida hermana,

Estás sentada, ¿verdad? Porque creo que he metido la pata. Enserio que yo no quería, pero…

¡La culpa es tuya! Por estar tan desaparecida trabajando allí en la otra punta del mundo y por no informarme convenientemente de tu vida privada. Además si lo miras con cierta perspectiva, ¡te he vuelto a sacar las castañas del fuego!

Tu recomendación de no nombrar a Shikamaru…llegó tarde.

Deidara y Gaara ya saben que el existe, que será tu acompañante y que…es tu novio.
¡No grites, no te sulfures y abanícate, que te hará falta!
Pero la culpa no es mía, repito. ¿Cómo iba a justificar que vivís juntos si no sois pareja, eh?
Tu lo único que tienes que hacer es hablarlo con Shikamaru, seguro que es una persona muy razonable y te ayuda en este pequeño numerito que vamos a montar. ¡Solo será una semana!

Por cierto, no creas que se me ha pasado que has obviado mencionar algo sobre mi nuevo coche. Tienes suerte de que no te pida directamente un BMW Serie 1 Cabrío, descapotable en color gris plateado. ¡Es una chulada!

Pero a lo que íbamos, deja de poner caras largas y anímate. ¡No vendrás sola a la boda! Eso sí que sería mucho peor, créeme. Ahora que solo quedas tu por casarte, Baki y Gaara no pararán de revolotear a tu alrededor.

¡Si te he hecho un favor!

Saludos de parte de Sari,

Muchos besos, mi hermana adorada.

Sabaku No Kankuro

Fecha: 9 de mayo de 2008, 16:06 p.m.
Para: Kankuro
De: Temari
Asunto: Cancela la boda por defunción del novio.

¡Kankurooo!

¡No me lo puedo creer! ¡Has vuelto a meter tus narices en mi vida privada! ¡¿Es que no me escuchas cuando hablo o no lees lo que escribo? Solo te pedí una cosa, una sola maldita cosa. ¡Que no mencionaras a Shikamaru! ¡¿Y a ti solo se te ocurre decirles que es mi novio? ¡¿Es que te has vuelto loco?

¡Ya puedes estar arreglando el entuerto o no hay boda!

Te lo juro, Kankuro.

Sabaku No Temari

Posdata: ¡Soluciónalo!

Eran casi las ocho de la tarde y una chico con el pelo negro atado a en una coleta entraba apresurado a su apartamento. En sus manos llevaba una gran bolsa de papel marrón con la compra del fin de semana. La dejó en la cómoda que había en el recibidor mismo y aprovechó para quitarse los zapatos y dejar el maletín negro en el suelo. Cerró la puerta de la calle de un puntapié y volvió a coger la bolsa de la comida. Entró a la cocina, y comenzó a colocar las cosas en la nevera y en los armarios.

En su habitación se cambió el traje azul marino por unos pantalones de deporte y una sudadera ancha y negra. Caminó descalzo hacia la cocina de nuevo y se sirvió un vaso de sake. Acababa de dar por terminado un caso complicado y el fin de semana se presentaba tranquilo por una vez.

No obstante, la costumbre hizo que fuera hacia el recibidor con la intención de recoger su maletín de abogado. Cuál fue su sorpresa cuando sus ojos oscuros quedaron clavados en un sobre azul que se había colado por la rendija de la puerta y yacía olvidado en el suelo. Se agachó para recogerlo y abrió aun más los ojos al ver que estaba dirigido a él. Le dio la vuelta y observó un apellido que se le hacía familiar: Sabaku No

Se rasco la nuca. Así era como se llamaba su compañera de piso y mejor amiga, Sabaku No Temari. ¡Qué coincidencia! Regresó al comedor con el sobre en la mano, olvidándose por completo del maletín que contenía los informes de sus nuevos casos en el bufete. Se sentó en el sofá de delante de la chimenea y de la televisión de plasma. Era un apartamento muy confortable y moderno, perfecto para dos buenos amigos que lo compartían casi todo.

Abrió el sobre y se quedó con la boca abierta. Su cerebro dejó de funcionar momentáneamente y solo atinó a dar un largo trago al vaso de sake que aun sostenía con su mano izquierda.

¡Mi querido Shikamaru!

Que placer y que emoción es saber al fin de ti.

Ya estaba a punto de tirar la toalla con mi pobre alumna.

Pero ha sido una suerte que te haya encontrado. En el fondo es una buena chica, pero tu eso ya debes saberlo. Cuando Kankuro nos dijo que hacía más de dos años que vivíais juntos…no lo creímos. Pero Temari siempre ha sido tan reservada con respecto a su vida privada. Pobre Deidara la impresión que se llevó.

Estoy deseando conocerte

Supongo que la boda de Kankuro será la ocasión perfecta y tal vez podamos hablar de la vuestra para el año que viene. Al fin veré a todos mis alumnos casados y felices.

Te envío la invitación para la boda, aunque tú ya eres de la familia.

No se te ocurra faltar.

El tutor legal de los Sabaku No,

Baki

Shikamaru se quedó mirando la carta de ese hombre

¿Qué demonios significaba eso?
¿Desde cuándo era él el novio de Temari?
¿Y eso de que se iban a casar?

La puerta de la calle se abrió de nuevo y en pocos segundos una chica rubia y de ojos aguamarina, estuvo parado frente a él en el comedor. Dejó caer pesadamente su maletín en el suelo. Pero cuando levantó la vista no se esperaba la mirada penetrante de Shikamaru fija en ella.

- ¿Qué significa esto, Temari? –dijo el mostrándole la carta

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¿Que creen que pensara Shikamaru sobre el lio que Kankuro los ha metido?

Coments ;)

 

El saludable color sonrosado que cubría las mejillas de Sabaku No Temari se esfumó en cuanto vio el papel que tenía su compañero de piso en la mano. Blanco como el mármol, tragó saliva y luego extendió una mano temblorosa. Apenas le había dado tiempo de dejar el maletín en la entrada y mucho menos decir algo. Shikamaru la miraba con una mezcla de curiosidad y enojo. La rubia miró la carta y la leyó dos veces…lo que bastó para que se pusiera aun más pálida si podía.

Oh, señor, iba a matar a su hermano. Estaba decidido; en vez una boda se celebraría un funeral. Y lo peor de todo es que tenía que haberlo previsto. Tenía que haber previsto que más de 5.000 kilómetros no eran suficientes para que su familia dejara de meter las narices en su vida. Ahora no sabía qué hacer o decir, y Shikamaru esperaba una respuesta. ¿Por qué todas las cosas malas le sucedían a ella? Ella que nunca se metía en la vida de nadie…

- ¿Y bien? –dijo Shikamaru al ver que ella no contestaba.

- Lo siento, es lo único que se me ocurre decir. –contestó ella con la cabeza gacha.

- Tem, no me puedo creer que me hayas utilizado de esa manera. -comenzó a decir Shikamaru mientras se levantaba del sofá. Hacía seis años que conocía la rubia y nunca la había visto tan azorada.

El no pretendía ponerlo así, y ante su enojo se impuso su preocupación de amiga.- De alguna manera tendrás que arreglarlo, porque…

- No te preocupes, enseguida voy a arreglarlo. –repuso Temari aun sin mirarlo y con la carta en la mano se dirigió hacia el teléfono. Lo descolgó y marcó un número rápidamente.- ¡Sari! ¡Dile al entrometido de mi hermano que se ponga! ¡Ahora!

- Temari no creo que…-el peli negro se acercó a ella con un brazo tendido. La determinación de su mirada aguamarina daba miedo; Temari temblaba de rabia.

- ¡Kankuro! ¡¿Cómo se te ocurre hacer semejante cosa? ¡¿Es que quieres destrozarme mi vida? ¡¿Dejarme sin amigos? –la rubia estaba verdaderamente enfadada, fuera de sus casillas, ahora que había acabado de asimilar el contenido de la carta.

Shikamaru negó con la cabeza y adelantó ese brazo extendido hasta que tocó el cable del teléfono; tiró de él y ante la sorpresiva mirada de Temari, se hizo con él. Miró a la rubia y con un ademán de manos le indicó que se fuera a sentar al sofá y le dejara hablar a él. Todavía no sabía qué había pasado y como principal implicado, estimaba que se le debía una explicación antes de montar todo ese número familiar a través del teléfono. En su mente, Shikamaru dio gracias por no tener familia.

- ¿Kankuro? Hola, soy Shikamaru. Escucha, tu hermana no está muy en sus cabales en estos momentos, así que disculpa el tono utilizado y sus palabras. Ahora mismo he de colgar, pero estoy seguro de que más tarde, Temari te llamará. Adiós. –y colgó.

Temari, que le había hecho caso, se quedó petrificado en su asiento y esperó a que él se sentara también. Antes de sentarse, sin embargo, el peli negro fue hasta la cocina y cogió una botella de sake y dos vasos. Necesitaba un trago, los dos lo necesitaban. Salió al salón de nuevo y se sentó en el sillón de enfrente del sofá donde estaba repantigado Temari. Shikamaru susurro un “problemático”, abrió la botella de sake y llenó los dos vasos. Se llevó el suyo a los labios y bebió más de la mitad del contenido.

- Ahora dime qué demonios significa lo que dice la carta. –le exigió a la rubia

- Lo siento, yo…-Temari dejó el vaso en la mesa de centro y se cruzó las manos en el regazo.

- Deja de decir "lo siento" y habla de una vez. Explícate. –le cortó el. Shikamaru es que se caracterizara por su paciencia fuera de las salas de audiencia del tribunal de justicia. Podía llegar a ser muy exasperante si no se la conocía muy bien.

- Creo que empezaré por el principio. –dijo Temari y después echó una larga bocanada de aire.

- Buena elección. –su tono de voz era de ironía.

- La carta es de mi tutor. Él…mi hermano se va a casar este verano; yo soy la madrina y la única miembro de la familia que aun no tiene pareja formal. En Japón hubo un chico… durante mi última visita, para la boda de mi hermano Gaara. Deidara y yo nos acostamos; estaba borracha, no sabía lo que hacía. El caso es que Deidara, que es conocido de Gaara, cree que tiene poder sobre mí, me acosa. Y pues…como necesito una pareja para la boda y Kankuro sabe que no soportaría tener que ir con Deidara…pues él… Él les dijo a todos que iría contigo. –explicó Temari con el tono de voz más monótono que encontró.

- ¿Y la parte en la que tu y yo seremos los próximos en casarnos, donde queda? –Shikamaru dio otro sorbo a su vaso de sake, apurándolo casi.

- Ahí es donde entra mi tutor…y Kankuro de nuevo. –Temari suspiró.- Cometí el error de hablarle de ti a mi hermano. Pero no lo hice con ninguna intención; eres mi mejor amigo y mi compañero de piso. Tu nombre suele salir en conversaciones casuales. El caso es que mi tutor no entiende cómo vivimos juntos y no salimos juntos y estuvo pinchando un poco a Kankuro delante de Deidara. Así que al final, Kankuro les dijo que éramos novios.

- Ya veo. –Shikamaru se llevó una mano a la frente y se la masajeó suavemente.- Que problemático. Tu hermano tiene un poco de complejo de casamentero, ¿no?

- Bastante. –rió Temari- Siento haberte metido en todo este embrollo. ¿Me perdonas?

- ¿Sabes? Estás súper mona cuando no andas dando voces como una histérica a través de un hilo telefónico. –Sonrió él.- No pasa nada, Tem. No tienes porqué disculparte.

- Enserio que a veces odio a mi familia. –dijo la rubia levantándose y yendo de nuevo hacia el teléfono. Shikamaru lo miró con aprensión.

- Tanta tensión me ha dado hambre. Voy a pedir una pizza. ¿Quieres? –preguntó el peli negro

- ¡Shika! Esa no es comida sana. Podemos hacer una ensalada y…-pero Temari se calló al ver que él ya no le prestaba atención y estaba haciendo la comanda.- Sin cebolla, por favor. Si no puedes con el enemigo…únete a él. –murmuró para sí.

- Listo –Shikamaru colgó el teléfono

Temari fue hasta el pasillo a recoger su maletín. Por el camino se aflojó el nudo de la corbata y se atusó el cabello.

- Voy a cambiarme y seguimos hablando.

- Está bien. –sonrió Shikamaru.

A menudo la rubia era como un niño pequeño y era en esos momentos en que conseguía desarmar a Shikamaru con una sola sonrisa. Discutían mucho, pero la sangre nunca llegaba al río. Eran el dúo de amigos perfectos y bien avenidos.

Media hora más tarde, los dos se encontraban sentados en el sofá, viendo The late night con David Letterman y comiendo la pizza de queso y peperonni que había elegido el peli negro. Reían con los últimos chistes del comediante y disfrutaban de esa pequeña velada de viernes. La tensión generada con la llegada del pequeño papel parecía haber quedado atrás, pero Temari no dejaba de darle vueltas en su cabeza. Ahora tendría que llamar a su tutor y decirle que todo había sido un malentendido. Entonces Baki lo emparejaría automáticamente con Deidara y tendría que aguantarlo durante una larga semana, a él…y a las burlas de su hermano pequeño.

El programa de televisión acabó, pero Temari no se dio cuenta porque no le prestaba atención. Shikamaru se levantó con la caja de pizza en una mano y la botella de sake vacía en la otra y le dijo algo que Temari no atinó a escuchar. El peli negro desapareció en la cocina y ella se quedó sentada en el sofá con las manos apoyadas en las rodillas y los ojos cerrados. No quería ir a la boda con Deidara por nada del mundo, pero tampoco podía fallarles a su hermano y a su mejor amiga. Cuando Shikamaru salió de la cocina vio que la rubia estaba en el mismo sitio que la dejó.

- Tem…Tem… ¡Tem! –la sacudió al final.

- ¿Qué pasa? –dijo está abriendo los ojos y mirándolo como si no estuviera allí.

- Eso digo yo. ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? Te estaba hablando, pero tú no estabas aquí. –Shikamaru se sentó de nuevo en el sofá y se olvidó de lo que quedaba por recoger.- ¿Qué pasa, Tem?

- Nada, nada. Pensaba que voy a tener que aguantar a Deidara durante todas las celebraciones de la boda. Nada más. –Contestó la rubia arrugando la nariz.- ¿Qué me decías?

- Ese Deidara tiene que ser muy desagradable, ¿no? –indagó el peli negro.

- Bastante. Pero… ¿qué querías decirme? Me temo que no escuché nada.

El peli negro cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás. Estaba seguro de que en algún momento se arrepentiría de lo que estaba a punto de decir, pero… Por encima de todas las cosas Temari era su amiga, su mejor amiga, y no le gustaba verla amargada. Sabía que la boda de su hermano era importante para ella. La rubia adoraba a su familia, se le notaba de lejos. Y una semana tampoco era tanta molestia. Shikamaru suspiró sonoramente, abrió los ojos y miró a Temari.

- No tendrás que soportar a Deidara mucho rato. –dijo al fin.

- Oh, ya lo creo que sí. A Sari y a Kankuro se les ha ocurrido la brillante idea de programar actividades por parejas. Así que estaremos juntos todo el tiempo. –se lamentó Temari.

- No. Digo que no tendrás que soportar mucho rato a Deidara porque yo seré tu pareja.

- ¿Có-cómo? ¿Harías eso por mí? –los ojos aguamarina de Temari chispearon y brillaron.

- Somos los mejores amigos, ¿no? Podemos fingir que somos algo más durante una semana. Me lo tomaré como unas vacaciones.

- Gracias, gracias, gracias. Eres el mejor, Shika. –dijo Temari abalanzándose contra él y llenándole las mejillas de besos.

- Para, Tem, para. –decía él, pero lo cierto es que reía

 

El mes de julio ya estaba tocando a su fin y en el pequeño apartamento que Temari y Shikamaru compartían, las cosas iban maravillosamente bien. Los dos amigos hacia semanas que habían llegado al acuerdo de fingir que eran pareja durante la boda de la hermano de ella. La rubia le estaba sumamente agradecida al pelinegro, que le había evitado la compañía de Deidara. El pelinegro, sin embargo, había dejado el tema relegado en un segundo plano de su memoria. Lo retomó el fin de semana antes de marcharse hacia Japón. Cuando solo quedaban tres días.

Ambos se encontraban en la terracita con vistas a Central Park. El sol se estaba poniendo en el horizonte y el cielo se hallaba inundado de azules, rojos y naranjas. Temari aprovechaba esas últimas horas de luz para leer un libro sentada en una tumbona. Shikamaru apoyado en la barandilla contemplaba el ir y venir de las personas en la calle. Se hallaban en un silencio cómodo, solo roto de cuando en cuando por el canto de un pájaro. Diez minutos hacia que la rubia estaba mirando la misma página y no había pasado ni del primer párrafo. Obviamente su cabeza estaba en otro lugar, y por eso decidió cerrarlo con un golpe seco. Shikamaru se volvió a mirarla a través de sus gafas de sol.

- ¿Todo bien? –le preguntó él y fue a sentarse en el borde de la tumbona.

- La boda es la semana que viene –dijo ella a modo de explicación. Alargó una mano y le retiró un
mechón de cabello negro de la cara a Shikamaru. Era un gesto casual y ninguno lo tomó como algo más.

- Si, lo sé –Shikamaru cogió la mano de ella y la besó tiernamente en la palma. Temari sonrió.

- Probablemente tendría que haber aguantado a Deidara hasta la extenuación.

-Tengo que decir que de tanto criticarlo, me han entrado unas ganas locas de conocerlo-rio Shikamaru

- Creo que los efectos de la boda están haciendo estragos en ti. –bromeó ella poniéndole una mano en la frente y sonriendo. Luego poniéndose más seria le preguntó.- ¿Estás seguro de que aun quieres ir? Puedo llamar y decir que hemos roto y que…

- Tem…calla. Claro que quiero ir. –lo cortó él quitándole la mano de su frente- Bien. Entonces, ¿qué es lo que tanto te preocupa que no te deja avanzar en tu lectura? –la miró directamente a los ojos, taladrándola con sus pequeños trozos de noche.

- ¿Es porque tanto se me nota o porque me conoces demasiado bien? –ella de repente se sintió cohibida en su mirada y la apartó. Un cosquilleo la recorrió de arriba abajo.

- Supongo que un poco de ambas cosas. Nunca se te ha dado bien mentir. –Shikamaru sonrió.- No sé cómo te mantienes de abogada…y encima ganas todos los casos. Nuestra profesión consiste en mentir y vender el producto al mejor postor.

- No digas tonterías, Shikamaru –replicó ella arrugando la nariz.

- Dime qué te preocupa. –dijo él ya más tranquilo. Si ella iba…no habría ningún problema…

- Todavía no hemos hablado de nuestra situación…a lo de ser novios delante de mi familia, me refiero. –Temari se sonrojó un poco. No habría ningún problema…excepto ese.

- Es verdad. Lo había olvidado por completo. –dijo Shikamaru rascándose la cabeza.- Supongo que… podemos comportarnos exactamente igual que ahora, ¿no?

- Shikamaru…los novios no se comportan como los amigos. –chasqueó la lengua ella.- Hay… detalles, que son diferentes.

- ¿Cómo por ejemplo? Nosotros nos abrazamos, nos damos la mano y estamos juntos, y también nos besamos –dijo esto mas rojo

- Ay, Shika, si no fuera porque sé que eres lento para estas cosas, pensaría que me estás tomando el pelo. –Temari rodó los ojos.- Shikamaru…los novios se besan en la boca.

- Ahhh, te refieres a ese tipo de besos. –él pelinegro rió.- Es que hace mucho tiempo que no soy novio de nadie. Pues no se… ¿qué podemos hacer?

- Buff, Shika sobretodo no quiero hacer nada que dañe nuestra amistad. –ella lo miró con ternura.- Supongo que po-podemos darnos algún beso, en la mejilla pero cerca de los labios. Sin lengua, por supuesto.

- Por supuesto. –repitió él con la misma sonrisa vaga de siempre.- Pues todo arreglado ¿no?

- Vamos a tener que ser un poco más explícitos en nuestras demostraciones de afecto. Que se note que no somos hermanos, vaya. –dijo Temari pensativa. Shikamaru la miraba encandilado.

- ¿Eso era lo que te preocupaba? –le acarició una mejilla.

- Bueno…si. Y…quería saber si se lo diremos a alguien.

- ¿El qué?

- Que en realidad no somos novios, que todo es teatro.

- Ohh, pues no. Lo he pensado mucho eso, y será mejor que no.

- ¿Ni siquiera a Sari y a Kankuro?

- Sobretodo no a Kankuro –recalcó la rubia

- Bien. –opinó el.- Entonces ya está todo aclarado. Espero estar a la altura y que no nos descubran. No me gustaría hacer enojar a tu familia o defraudarte a ti.

Temari lo miró con amor y cariño y le acarició la mejilla. Sintió un extraño cosquilleo en la punta de sus dedos, pero no le prestó atención. Su amigo era simplemente adorable y ella sabía la suerte que tenia de poder contar con él para algo como eso. Shikamaru le indicó que se moviera hacia un lado de la tumbona y se colocó a su lado. Pasó un brazo por su cintura y dejó que ella apoyara la cabeza en su pecho. Mucha gente los confundía como pareja, pero no se habían dado por aludidos aun.

- Tu nunca podrías defraudarme, Shika. Eres el mejor amigo que en la vida podría tener, y me siento muy afortunado de haberte encontrado. –le dijo Temari en el oído haciendo que él se sonrojara y cerrara los ojos.

Dos días después, cuando Temari abrió los ojos se dio cuenta de que el despertador no había tocado. Rodó por su cama y miró la hora en el aparato que había encima de la mesilla de noche y por poco se cae al suelo. ¡Las nueve y media! Tenían menos de dos horas para prepararse, llegar al aeropuerto, facturar y embarcar. El corazón le latía apresuradamente, pero ella lo obvió mientras se ponía de pie y corría a la habitación de Shikamaru.

- Shika…Shika… ¡Shikamaru! –le repetía mientras lo sacudía.- ¡Levanta, Shikamaru! ¡Nos hemos dormido!

- Problemática ¿qué pasa, Temari? ¿Qué haces en mi habitación… ¡a las nueve y media! –dijo el pelinegro mirando al reloj de su mesilla. Tenía el cabello negro todo revuelto y los ojos medio cerrados aun no se habían acostumbrado a la claridad del día- Temari, es muy pronto.

- Shikamaru, tenemos un avión que coger, ¿recuerdas? Para la boda de mi hermano. –informó la rubia saliendo disparada hacia el cuarto de baño.- Voy a darme una ducha; vete aseando tu también. Salimos en quince minutos. Me da igual si estas vestido o no, aunque preferiría que lo estuvieras.

- Tsk…problemático, y todo por culpa de Kankuro. Ese tío va a acabar conmigo. Sacarme a las nueve y media de la mañana durante mis vacaciones de verano. Para que luego diga que no quiero a la familia. –rezongaba el pelinegro saliendo de la cama muy lentamente.

- ¡Shikamaru, más vale que te estés vistiendo! –gritó Temari desde la ducha. Salió de la bañera y corrió a su habitación, cerró la puerta y se vistió mientras se sujetaba el cabello con una toalla.

Shikamaru aun estaba en su habitación, aunque hay que decir que se había aseado bien que al menos ya llevaba los pantalones puestos. Cogió una de sus tantas camisas colgadas en el armario y se la puso sin abrochar. Se ato su habitual coleta alta. Descalzo, caminó hasta la cocina e hizo un café bien cargado mientras ahogaba un bostezo. Se tomó una taza de café de un sorbo y movió la cabeza varias veces.
Comenzó a abrocharse los bonotes de la camisa cuando Temari salía lista de su habitación. El pelinegro se la quedó mirando con la boca abierta. La rubia estaba simplemente adorable, con un vestido de tirantes rojo y acampado hasta las rodillas, unas sandalias rojas y el cabello recogido en sus 4 coletas. El escote, también era sumamente pronunciado, y al seguir los ojos de Shikamaru, Temari se sonrojó y se llevó una mano para taparse los pechos.

- Shikamaru, mírame a los ojos. –le exigió.- Y acaba de vestirte de una vez. Tienes tres minutos antes de que salgamos por la puerta.

- S-sí, sí, claro. Estás preciosa. –Se acercó él y le dio un beso en la mejilla.

- Gracias por venir –le susurro la rubia

- Dámelas cuando estemos sentados en el avión. Aun estoy a tiempo de echarme atrás. –dijo Shikamaru yendo hacia su habitación para recoger el resto de su traje.

- No te atreverías. –la provocó Temari revisando las maletas que había preparado el día anterior y estaban en el pasillo.- Como no estés listo en dos minutos, soy capaz de sacarte semidesnudo a la calle y mucho más. –replicó ella mirando con el ceño fruncido su reloj de pulsera.

El tiempo pasaba muy deprisa, demasiado. Temari suspiró. Ya no había marcha atrás. En cuanto pisara suelo japonés, dejaría de ser la amiga de Shikamaru para ser su novia.

 

El vuelo procedente de Nueva York aterrizó en el aeropuerto de Japon a las cinco de la tarde hora local. Después de cinco horas de vuelo, Temari y Shikamaru estaban sumamente cansados, además de nerviosos. Salieron de la zona de equipajes cada uno arrastrando su maleta y manteniendo las distancias. Encontrar a los Sabaku No en la sala de llegadas no fue difícil. El cabello rojizo de Gaara era llamativo. Parecía que había venido toda la familia. Había cinco personas allí. En cuanto vieron a Temari corrieron a su encuentro y se fundieron en un tierno abrazo.

Cuando se separaron, Shikamaru pudo verlos con más claridad. El hombre era alto y fornido. Tenía el cabello castaño y no soltaba la mano de la morena. Se trataba de Kankuro, el novio. Sus ojos color chocolate fueron los primeros en darse cuenta de su presencia y lo miraron con curiosidad. El otro era alto, no muy grande. El último, pelirrojo era joven, pero la expresión de sus ojos era fría. Era el hermano de Temari. Shikamaru fijó sus ojos en la novia. Se notaba que hacía tiempo que era uno más de la familia.

- Bueno, Tem, ¿no vas a presentarnos al famoso Shikamaru? –pidió su hermano soltándose de su abrazo. Seguía mirando al peli negro con una mirada que daba qué pensar.

- Eh, sí, claro. Shikamaru…-le cogió un brazo y la atrajo hacia ella.- Estos son mis hermanos, Kankuro, el novio y Gaara. Ella es Sari, la novia, y mi mejor amiga Matsuri. Y este buen hombre de aquí es mi tutor, Baki.

- Encantado –dijo él algo cohibido.

- Oh, Shikamaru, no sabes cuantas ganas tenia de conocerte- habló Sari entrelazó un brazo suyo con otro de Shikamaru y echaron a andar hacia la salida.- Kankuro, mi amor, coge la maleta de Temari. Qué bueno que al final resultara verdad la relación de Temari y tu. Tengo que confesarte que al principio no me lo creí, pero…aquí estás, así que tiene que ser verdad.

- Es un chico muy guapo, Tem –admiró Matsuri, luego se giró hacia su amiga - Sari, me debes cinco, paga. Gané la apuesta.

- No sé si preguntar, pero… ¿qué apostasteis? –preguntó sonriente Baki. Conocía muy bien a todos y cada uno de sus alumnos y esposas, y con ellas dos en particular seguía el lema de "si no puedes con el enemigo…únete a él."

- Toma, Matsuri. Para que luego no digas que no pago mis deudas. Todos sois testigos. –dijo Sari dándole a su amiga el dinero- Apostamos si Shikamaru seria guapo o no. Lo siento, amiga, pero…después de Deidara…tu listón estaba muy bajo.

- Deidara no es feo; es bastante linda. –opinó Matsuri- Aunque Shikamaru es más guapo, claro.

- Primero, que no te oiga mi hermano –le aconsejó Kankuro- Segundo, que todo lo que tiene Dei de linda lo tiene de insoportable. Y tercero…Shikamaru es mejor claro. Ahí tienes razón.

- Dejaos de tanta cháchara ahí detrás. Llegaremos tarde a la cena y Sakura se pondrá como una loca. –Se giró Gaara que iba unos metros más adelante con Shikamaru- Cuando se juntan todos, son peores que los hijos de Naruto. ¿Ya te ha hablado Temari de ellos?

- Bueno, vagamente. –respondió Shikamaru.

- ¿Cuánto tiempo lleváis juntos? –curioseó Shikamaru mientras entraban en un amplio coche de ocho plazas. Era negro y tenía los cristales tintados. Sari se sentó en la última hilera, entre Temari y Kankuro.

- Pues el día de mi cumpleaños hará diez años. –respondió Sari orgullosa.- Aunque me hubiera casado con él a los diez días si me lo hubiera pedido entonces. A veces un instante es suficiente para prender la llama. ¡Como vosotros dos!

- Sari…-intentó pararla su amiga.

Shikamaru tenía cogida una mano de la rubia entre las suyas y sentía como esta temblaba. Le dio un apretón infundiéndole valor. Su amiga conseguía sacar de quicio a cualquiera. La respiración de Temari se fue relajando cuando el peli negro escondió su rostro entre su cabello.

- ¿Cuándo hace que salís juntos vosotros? –preguntó Kankuro. En el asiento delantero iban Baki y Gaara, que se giraron para escuchar la respuesta de los aludidos. Matsuri iba a la cabeza, pendientes del atorado tráfico para entrar en Tokio.

- Pues…un año…tres meses…-dijeron a la vez Temari y Shikamaru. No se habían puesto de acuerdo en eso. Se sonrojaron y miraron las caras de los Sabaku No que los miraban confundidos.

- Ehh, bueno, es que…comenzamos a salir hace un año, pero lo dejamos porque no queríamos
perdernos como amigos…y después lo retomamos hace tres meses…así que…-explicó Temari algo azorado. De los hermanos era el que menos hablaba de su vida amorosa si podía impedirlo.

- ¡Vaya! Pues qué bueno que regresasteis y ahora podéis estar en mi boda, ¿no? –contestó Sari contenta.

- Claro. Pero decidme, ¿cómo está la familia? –pidió Temari logrando darles una pausa a ella y a Shikamaru en cuanto al tema de su relación. Los dos estaban tensos, pero era normal. Tendrían que aprenderse mejor el papel.

En cuarenta y cinco minutos llegaron a la casa de los Sabaku No. Se encontraba en Suna, a las afueras de Tokio y contaba con todo el esplendor del campo y de la ciudad. Era de piedra gris, fachada recta y rectangular, con dos pisos y una buhardilla. El jardín primorosamente arreglado, mostraba una amplia variedad de flores y arbustos. En el garaje había al menos cuatro coches, que atestiguaban que la casa estaba llena de gente. Salieron del coche y enseguida se vieron rodeados por tres niños, uno de ellos pelirrojo, de unos diez años. Otro rubio, el último moreno. Llevaban la cara pintada de colores, en sus cabezas plumas y en sus manos arcos de flechas. Jugaban a indios, y enseguida su tío Kankuro no dudo en hacer de vaquero.

- Esos eran Tsuki, Deisuke y Sora. Hijos de mi hermano Gaara y de unos amigos–le explicó Temari a un nervioso Shikamaru. Su trato con los niños era muy básico y se limitaba a cuando él misma era pequeño. Temari le cogió la mano y juntos entraron en la casa.

Si por fuera era magnífica, por dentro era simplemente encantadora y acogedora. Los muebles eran sencillos y muchos de ellos viejos, pero denotaban amor y cariño gracias a las cortinas hechas a mano o a los cojines bordados con brocados de flores. De la cocina llegaba un olor exquisito a manjares varios que degustarían en la cena. En el comedor, se encontraron con dos mujeres y dos niños más. Una de ellas, era peli rosa y tenía una gracioso niñito de rizos azulados en el regazo. La otra era castaña y tenía en sus brazos a un bebé de cabellos azabaches. Levantaron la mirada y sonrieron al ver a Temari.

- Temari, que alegría verte. –dijo la morena mientras se levantaba con el niño en brazos. La mujer peli rosa hizo lo mismo y se acercó a ellos.

- Sakura, Hinata. Estáis estupendas, ¿cómo lo hacéis teniendo dos críos como maridos? –sonrió Temari dándoles un beso en la mejilla.- Ellas son las esposas de Sasuke y Naruto –le explicó a el peli negro- Y estos son Itachi y Minato. ¡Cómo han crecido!

- ¿Temari? –dijo una chica que salía de la cocina con un paño entre las manos.- Pero si es mi Temari. Ay, cuantas ganas tenia de verte. Ya casi te has olvidado de tu vieja hermana, me tienes muy olvidada. Pero ven aquí y dame un beso. Y este debe de ser Shikamaru. Eres muy guapo –la joven llenó de besos a Temari y después a él pelinegro. Tenía el cabello castaño recogido en dos moños altos, y sus modales denotaban cariño y amor, como el resto de la casa.

- Encantado de conocerla…–correspondió Shikamaru algo cohibido. Tenía las mejillas sonrosadas constantemente, y Temari no podía evitar sonreír cada vez que la miraba. Iba a descubrir muchas cosas de Shikamaru en ese viaje.

- Nada de formalismo. Eres de la familia, puedes llamarme Ten o TenTen, como prefieras. –contestó abrazando de nuevo a su “hermana” - Me has hecho sufrir tanto, menos mal que has encontrado a una buen hombre…y encima elegante.

- TenTen, no te comportes como si fueras mi madre por favor –le pidió Temari

- ¿Falta mucho para la cena? Me muero de hambre. –dijo Kankuro entrando de la mano de Sari. Los dos reían como los enamorados que eran. El castaño se agachó para coger unas olivas que había en un bol de encima de la mesa. La chica meneó la cabeza y le sonrió al chico que consideraba su hermano desde hacia diez años.

- Tem, os he puesto en la habitación de la buhardilla; estaréis los dos más cómodos. –explicó TenTen a unos sorprendidos Temari y Shikamaru. ¿Iban a dormir juntos?- Espero que no te importe. Pero es que tenemos la casa llena de gente. Están todos aquí pasando las vacaciones y en breve se reunirán más.

- ¿Y mi habitación Ten? ¿No está libre? –preguntó Temari con un atisbo de esperanza.

- No. Allí duermen los tres diablillos que os han recibido a la salida. –dijo la joven y se volvió a meter en la cocina.

Mudos, Temari y Shikamaru subieron los tres pisos hasta la buhardilla. Su shock fue todavía más grande cuando vieron que solo había una cama de matrimonio. Entraron en la habitación y se miraron a los ojos sumamente sonrojados.

 

La habitación de la buhardilla era muy sencilla. En el lado derecho, debajo de la claraboya, se encontraba la cama pegada a la pared por un lado. Tenía un edredón de mezclilla en un tono azulado con flores bordadas en lila y rojo. Contra pared había un par de cojines grandes que servían como respalderos.

Una mesilla de noche con una lamparilla y un jarrón con una rosa completaban ese lado. A la izquierda, habían colocado un sofá de dos plazas frente a una televisión y una estantería con varios libros. El suelo estaba enmoquetado en color crema, a juego con el blanco roto de las paredes. Dos puertas que daban a un baño y a un armario. Nada más.

Pero los ojos de Temari y Shikamaru estaban puestos en la única cama de la habitación. No habían previsto ese pequeño inconveniente al hacer el trato. Por otra parte, era lógico que siendo "pareja" como eran, la familia de la rubia asumiera que dormían juntos. El corazón de Temari comenzó a latir con fuerza y apresuradamente. Desvió sus ojos del mueble para mirar a Shikamaru y él hizo lo mismo para mirarla a ella.

En ambos había una expresión de culpa y de disculpa. El peli negro abrió la boca para hablar, pero sus palabras se quedaron en un mero gesto. Una adolescente morena y otra azabache aparecieron por detrás y se tiraron a besar a la amiga de sus padres y a abrazarla con familiaridad. Shikamaru se echó a un lado y sonrió muy a su pesar. Le estaba gustando esa faceta familiar de Temari.

- ¡Temari! ¡Qué bueno que has venido ya! Teníamos tantas ganas de verte. Ya verás cuando se entere Kyo de que estás aquí. –Decía la castaña dando saltitos a su alrededor - Creo que está un poco loquita por ti, ¿sabes?

- Si, no deja de hablar de ti desde que bailaste con él en la boda de Gaara –ratificó la azabache.- Oh, y mamá quiere saber si te gustó su último libro. Te lo dedicó a ti, ¿sabes? Kiba y el tío Naruto se pusieron celosos y le obligaran a que el próximo se lo dedique a ellos.

- Vaya, la de cosas que se pierde una estando fuera. Sobre todo al ver en las preciosas chicas que os habéis convertido. Ya sois mayores…ojo con los chicos. –les advirtió guiñándoles un ojo divertido, pero sacudiendo un dedo delante suyo.

- ¡Temari! –se quejó la castaña. Luego reparó en Shikamaru, que había dejado la maleta en un lado de la habitación y los miraba directamente.- ¡Hola! A ti no te conozco. Yo soy Konan y ella es Tooru.

- Shikamaru –dijo el peli negro que se acercó para darles un beso en la mejilla. Ambas eran chicas muy guapas y la rubia tenía razón en cuanto a los chicos, tendrían que tener cuidado.- Soy el…el novio de Temari

- ¡Es verdad! –se emocionó Tooru. Cogió a el peli negro de la mano y la llevó hasta la cama donde se sentaron seguidas de Konan- Que bueno que Temari te encontrara y te trajera, porque si no tendríamos que soportar a Dei-Dei toda la semana.

- Si, es insoportable. –Konan rodó los ojos y luego le dio una palmadita en la mano a Shikamaru.- Pero tú pareces muy simpático y normal.

- Gra-gracias…supongo.

- Cuando conozcas a Dei-Dei verás que es un cumplido. –le indicó Tooru- A mamá le pone de los nervios. Y pensar que fue ella quien los presentó, todavía se flagela por eso, jajajaja.

- Yo…eh…-Shikamaru no sabía qué decir entre las dos chicas. Su curiosidad sobre el tal Deidara había aumentado, así como el bienestar que transmitían todos los miembros de la familia Sabaku No. Pero antes tenía que aclarar varias cosas con Temari; cosas para las que necesitaban estar a solas. Miró a la rubia disimuladamente y enarcó una ceja.

- Bueno, chicas. Shikamaru y yo hemos tenido un viaje muy largo desde Nueva York y nos gustaría descansar un rato antes de la cena. Más tarde podréis seguir hablando y criticando a Deidara –dijo Temari acompañando a las adolecentes hasta la puerta.- Es maravilloso volver a veros.

- Hasta luego, Tem –se despidió Tooru

- Hasta luego, Shika –dijo Konan giñando un ojo

Las dos chicas bajaron las escaleras ruidosamente mientras se reían de nada en particular. Temari cerró la puerta de la habitación y se apoyó en ella para mirar a Shikamaru. El peli negro estaba sentado en la cama, con las manos entrelazadas detrás de la cabeza. Miraba la habitación con curiosidad, fijándose en detalles que habían pasado desapercibidos en un primer vistazo. Cuando sus ojos negros se encontraron con los aguamarina de Temari quien se sonrojó.

La rubia se acercó lentamente hacia él y se sentó a su lado en la cama. Shikamaru cogió una de sus nerviosas manos entre las suyas y las acarició suavemente.

- Al fin solos. –dijo con una sonrisa amable.

- Si, al fin solos. –suspiró ella y dejó caer la cabeza en su hombro.- Shika… ¿qué vamos a hacer con la cama? Yo…yo no estoy…acostumbrada a dormir con otra persona a mi lado. Yo…

- No te preocupes, Tem. Yo dormiré en el suelo. –para Shikamaru era la solución más razonable y que impedía que les descubrieran. Mientras durmieran en la misma habitación, nadie tenía porqué saber si lo hacían en la misma cama o no.

- De ninguna manera. Shika no puedo permitir que duermas en el suelo. Si hay alguien que tiene que dormir en el suelo yo soy.

- Y yo no voy a permitir que tú duermas en el suelo, Tem. –le sonrió él besando el cabello rubio de ella.- No te aflijas, encontraremos la solución. Me gusta tu familia. Es todo muy…familiar, fácil, distendido entre todos.

- Eso es porque todavía no los conoces a todos. Yo nunca definiría a Pein y a su esposa como fáciles, ni a Gaara como distendido. Son los más estirados de la familia, aunque buena gente en el fondo.

- Bueno, tengo una semana para averiguarlo, ¿no? –ella levantó la cabeza del hombro de él y lo miró con una sonrisa en los labios.

- Exacto. –dijo ella

Shikamaru llevo una mano a la mejilla de Temari. Era un gesto que se prodigaban continuamente en Nueva York y que no decía nada. Pero aquí, en Suna, cuando Temari cerró los ojos…ambos sintieron a la vez un hormigueo claramente perceptible. Un golpeteo y la posterior aparición de la cabecita castaña de Kankuro en la puerta, los hizo separarse.

- Ups, lo siento. Solo quería saber si todo está bien, si tenéis todo lo necesario. –dijo el castaño suavemente. Detrás de él apareció Sari que lo abrazó por la espalda

- Si, todo bien. –contestó Temari- Pero pasad, no os quedéis ahí. –se levantó y abrió la puerta de par en par dejando que la pareja de novios entrase. Estos miraron a su alrededor algo cohibidos por haber interrumpido un momento a todas luces intimo entre la rubia y el peli negro

- Sentimos haberos interrumpido. –se disculpó Sari. Se sentó en el sofá con Kankuro a su lado y se abrazaron estrechamente. Parecía que no podían tener las manos quietas el uno del otro.- Abajo todo está hecho un caos. Sakura no deja de gritar y los niños y Naruto no dejan corretear por todos lados.

- Se ha convertido en una casa de locos, pero me encanta. –sonrió Kankuro Miró a Shikamaru, que aun seguía sentado en la cama.- ¿Y tú tienes tanta familia como nosotros, Shikamaru?

- No, no. Yo soy hijo único…bueno, era. Mis padres murieron cuando yo tenía quince años. Así que soy yo solo. –explicó el pelinegro lentamente. Sari se levantó enseguida y corrió a su lado para abrazarlo. Shikamaru, sorprendido, correspondió al abrazo un poco torpemente.

- Lo siento mucho, Shikamaru –le aseguró el castaño- Pero ahora ya no estarás más sola. Nos tienes a todos nosotros.

Temari miró orgullosa a su hermano. Sabía lo que le costaba al peli negro hablar de su familia, y Sari y Kankuro habían sabido estar a la altura.

-Bueno, nosotros nos vamos ya. Solo veníamos a…

- …aseguraros de que todo está en orden. –terminó la rubia por ella. Los acompañó a la puerta y le dio un beso en la frente a su encantador hermano.- Vas a ser la novia más bonita de Gales, de Inglaterra y del mundo entero – le dijo a Sari

Los dos novios se marcharon y dejaron de nuevo a Temari y Shikamaru solos. La rubia se levantó de la cama y arrastró su maleta hasta el sofá; allí la tendió y la abrió. Empezó a deshacerla con movimientos pausados y mecánicos bajo la atenta mirada del peli negro. Shikamaru no entendía ese creciente deseo de ir a abrazarla que se había apoderado de él. Meneó la cabeza negativamente y se metió en el baño.
La última vez que estuvo en Londres fue para el funeral de sus padres.

Al oír cerrarse la puerta, Temari suspiró en voz alta y soltó las prendas que llevaba en la mano.

La cena con la familia Sabaku No casi al completo, fue ruidosa, caótica y desorganizada, tal y como se esperaba. Los mayores intentaban controlar a los más pequeños, aunque eran ellos los que se comportaban peor.

Así fue como a pesar de las protestas de Sakura, todos acabaron librando una batalla de migajas de pan. Shikamaru llegó a sentirse realmente bien entre todos los familiares y amigos, y más de una vez miró a Temari con una sonrisa sincera en los labios. Tal vez el ir hasta allí, aunque fuera con una mentira, había sido buena idea.

Los niños más pequeños le hacían preguntas curiosas y dispares, desde cual era su color favorito a si había mandado a alguien a la cárcel. Ella las respondía lo mejor que podía con el apoyo de Shikamaru siempre a su lado.

Al terminar, se fueron a sentar al salón y pronto quedó claro que iba a haber un interrogatorio. Temari debería de haber sabido que su familia no se iba a quedar tan tranquila con tan solo cuatro datos de su supuesta relación con Shikamaru. Mandaron a dormir a los niños más pequeños y dejaron que Konan y
Tooru salieran un rato a la calle, pues había fiestas en el pueblo y el ruido de fuegos artificiales era intenso. Los mayores se fueron apilando en los dos sofás del salón; Matsuri se sentó en un sillón y Gaara se quedó de pie, apoyado en la chimenea. Dejaron a la nueva pareja una pequeña butaca para compartir. Temari y Shikamaru se miraron sin saber qué hacer, hasta que el peli negro la cogió de la mano y tiró de ella. Los Sabaku No veían la escena con expectación y pudo más el deseo de satisfacer su curiosidad que el acatar las reglas que habían endurecido durante el viaje de avión. Bastante incómoda y tensa, Temari se sentó en las rodillas de Shikamaru y dejó que le pasara un brazo por la cintura.

- Shikamaru, no sabes lo feliz que me haces. –le repitió TenTen- En cuanto acabemos con la boda de Sari y Kankuro, tenemos que ponernos a la vuestra. Hay muchas cosas que organizar y decidir. Mi amiga Tem siempre sorprendiéndome.

- ¿Cómo te lo pidió, Tem? ¿Fue romántico? No me imagino a ti en una situación romántica. Pero no llevas anillo, ¿no te compró ninguno? –Sakura los miró directamente - ¡¿Qué clase de compromiso es ese?!

- Shikamaru…bienvenido al mundo casaderil…-rió Kiba

- …donde eres un pez luchando por soltarse del redil. –acabó Naruto con una carcajada. Ambos recibieron un codazo de sus esposas. Ino y Hinata eran las únicas que conseguían controlarlos.

- Pero cuéntanos. Mi Tem, es tan reservada con su vida privada que siempre siento que me pierdo algo importante. Fíjate, mantenerte en secreto durante casi dos años.

- Yo sigo pensando que la falta de anillo es imperdonable–volvió a hablar Sakura. Estaba claro que esa conversación la iban a monopolizar las mujeres. Gaara estaba demasiado ocupado mirando las fotografías de la chimenea, Naruto y Kiba poniendo caras raras y Kankuro contemplando a su castaña particular

- Tenías que haberme consultado a mi primero; un anillo es la primera regla básica del compromiso. –negó Ino con cabeza incrédula. El peli negro se iba hundiendo cada vez más en el sofá y a Temari el corazón estaba a punto de salírsele del pecho.- Tem, cuéntanos como fue.

- Pu-pues…esto…supongo que estábamos un día en la terraza de casa y…había eclipse de luna, si. –Temari miraba al suelo, pero al notar que ninguno la interrumpía, siguió con más seguridad. Ignoraba el brillo de la mirada de Shikamaru al escucharla.- Estábamos los dos tumbados en una tumbona, mirando el cielo. Todo se quedó a oscuras y Shika se movió. Cuando la luna apareció de nuevo en el cielo…estaba hincado de rodillas en el suelo y…sostenía este colgante. –señaló un de oro blanco que ella llevaba siempre puesto. Era una dalia azul y había sido regalo del peli negro, pero para su último cumpleaños.- Ya sé que no es un anillo, pero…-se interrumpió y reculó para atrás cuando la peli rosa se levantó como una pluma y corrió a admirar el colgante.

- ¡Ay, Tem! ¡Qué bonito! ¡Y qué bonita historia! Me cuesta creer que pensara tanto para hacerlo así de perfecto, pero… ¡Ohhhh! Sasuke, mi amor, te acaban de superar. Y el colgante, que manera más original de simbolizar vuestro amor. Es precioso, Tem – se aparto de su amiga, se acercó a Shikamaru y le dio un beso en la mejilla.- ¡Bienvenido a la familia! ¡Ya eres uno de los nuestros!

Temari seguía temblando en los brazos del peli negro. Naruto y Kiba intercambiaron una mirada para ver si podían hacer alguna burla al respecto sobre la proposición de Shikamaru, pero…mala suerte para ellos, Temari lo había contado tan bonito que se quedaron sin palabras.

Miraban a Shikamaru con asombro y algo de orgullo. Ignorantes de que este temblaba más que una hoja sacudida por un árbol en una ventisca. A las doce y media todos se fueron a la cama y el peli negro y la rubia subieron a la habitación de la buhardilla. Se cambiaron en el baño, en silencio y por turnos; y después de pensarlo y discutirlo durante quince minutos, Shikamaru dijo que él dormiría en el sofá. Temari intentó disuadirlo, pero el peli negro no cedió. La rubia se metió en la cama y miró hacia el cielo que se filtraba por la claraboya.

Se veía un vasto conjunto de estrellas y la estampa era simplemente preciosa. Se tapó con la sábana y el edredón hasta el cuello, respiró hondo y cerró los ojos. Habían superado el primer día, pero aun faltaban seis más. La rubia no estaba segura de si había sido buena idea o no, sobre todo teniendo a Shikamaru tan cerca de su cama.