La Búsqueda...

Un día lluvioso. En un cementerio, congregados a una tumba, un grupo lloroso se va retirando poco a poco. Una chica con el pelo azul, solloza sin que nadie la consuele. La única señora que se quedó junto a ella, le pone su mano en el hombro y la intenta consolar:
-Vámonos, y no llores más, por favor. Es lo que él hubiese deseado...
La peliazul asiente y se agacha para cojer con cuidado a una pequeña rata amarilla con mejillas rojas, dos rayas color café en la espalda, orejas acabadas en punta negra y cola en forma de rayo. Se lo coloca en el hombro y susurra:
-Juro que te vengaré, Ash, aunque sea lo último que haga...
Y sin mirar atrás, se marcha con el pequeño animal. Lo que ella no sabe es que en una rama hay un chico que si lo viese se quedaría pálida, junto a un dragón anaranjado y dos extrañas criaturas rosas, la primera pequeña con ojos azules y la segunda mucho más alta con los ojos verdes. El chico alza la cabeza y pregunta a la mayor:
-¿No lo puede saber nadie? No puedo ver sufrir a Maya...
-Lo siento, ya hemos borrado de la mente a Charizar, y tienes que cumplirlo por tu promesa.
El chico baja la mirada, se sube en el dragón y se marchan los tres volando.

A ver que os parece!! Si podeis, comentadme los fallos plis...

 

Aquí va la conti. Espero que os guste pokefans!!^^

Capítulo 1: La Carta (Maya)​

'Ya han pasado dos semanas desde...' Una lágrima se puso en libertad para abrirse paso en mi mejilla. Aún recuerdo esto como si hubiese sucedido ayer. ¡Perdonadme! Me llamo Maya (Dawn en Latinoamérica), tengo 15 años y quiero contaros mi aventura en busca de lo que me fue arrebatado: el amor... Todo empezó así, con una inocente carta.
Estaba en la habitación de Ash, echa un ovillo en su cama y abrazada a Pikachu, con la mirada puesta en algún punto, mas sin llegar a fijarme. En ese momento, volví a sumirme en la pena, y lágrima tras lágrima, desterraba todo mi odio hacia La Persona que había hecho que no pudiese seguir su viaje por Teselia (Unova). Pikachu, en esas dos semanas, no había reaccionado a palabras o gestos y caricias, pero cuando notó mi llanto, empezó a llorar él también.
Me asombré un poco, pero le atraje hacia mí y lo abracé lo más fuerte que pude, sin hacerle daño. Pikachu me correspondió y acabamos en un mar salado.
Cuando paramos (pasó mucho tiempo) escuché unos leves toquecitos en la puerta, y vi a mi madre. Debía de estar fatal, porque puso tal muesca que…pero ya todo me daba igual. Ni siquiera estaba escuchándola cuando atisbé a oír:
—Último…Ash…herencia…para ti…carta.
—Espera, espera, espera. ¡¿QUÉ?!—esas palabras sin sentido querían entrar en mi cabeza.
—Te estaba diciendo que…—volvió a repetir mi madre— lo último que hizo Ash, casi hace un mes, el mismo día en el que Piplup se escapó de casa, fue dejar herencia, y pone que se te tiene que entregar una carta.
Me lavé la cara y bajé abajo. Me sorprendió mucho ver a todos, y rápidamente fui absorbida por mis tres mejores amigas, todas ellas ex compañeras de viaje de Ash, todas ellas con pareja: Misty (Tracey), Aura(Drew) e Iris, sorprendentemente con Benito, que gracias a ella no es tan nerviosito perdido. Me deshice de ellas para que la tristeza no comenzase de nuevo. Me dirigí a una persona en concreto: Delia Ketchum. Allí detenidamente me explicó que en la herencia ponía que me había dejado una carta escondida en un lugar que ella desconocía; y que me dejaba al cuidado de Pikachu. En ese momento el susodicho bajó con un sobre entre las patitas delanteras y huí con él a un árbol del jardín de la señora Ketchum.
Rasgué con cuidado el sobre. La carta estaba perfumada, y olía a rosas, mis favoritas. En la carta ponía que si llegaba a leer esto cuando aún estaba aromática, que le hiciese un último favor: buscar a su asesino. Desgraciadamente, un tal Handsome ya se estaba ocupando del tema, pero si hubiese sido a la inversa, Ash ya estaría en camino, así que sin cambiarme ni nada nos fuimos entre las sombras. Aquí comenzaba toda la historia.

(ASH)​

Estábamos los cuatro agazapados en un callejón, detrás de un cubo de basura. Charizard olisqueaba una baya que, seguramente, no sería el primer día que pasaba allí, pero oye, que parecía un Lillipup, jugando con ella mientras arrugaba la nariz por el olor. Aunque claro, aún no me he presentado: me llamo Ash, tengo 16 años y, supuestamente, estoy muerto. Pero he logrado burlar a Mew y a Mewtwo y he ido dejando unas cartas en determinados lugares para que una persona los llegue a leer: Maya... Cada vez que la recuerdo, una fuerte punzada de dolor aparece en mi pecho, y no sé por qué, ya que sólo es mi mejor amiga. Mew contactó mentalmente conmigo, y seguí sus instrucciones. Nunca debería de haber prometido algo que me separaría de mis seres queridos... pero eso es lo que tiene que hacer un héroe para poder salvar todo lo que ama. Coloqué la última carta que había escrito cerca de allí y me fui volando en Charizard, rumbo a Teselia (Unova).​

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1: ¿He hecho bien en incluir a Ash?​

2: ¿Qué villanos aparecerán?​

3: Si aparece el Team Rocket, ¿intentarán robar a Pikcahu, o serán los que han "matado" a Ash?​

4: ¿Opiniones personales?​

Bueno, espero que os guste. Y aquí me despido hasta el próximo capítulo.​

 

Lo siento por no haber podido escribir antes, y tambien siento que sean tan cortos, pero es mi dinámica, y sin más preambulos, allá va:

Capítulo 2: Las ondas rosas (Maya)​

Pasaron 3 días desde que comencé mi viaje para que Ash pudiese encontrar la calma donde estuviese. Cada vez que me iba a encontrar a alguien me desviaba de mi ruta, y sin comerlo ni quererlo, llegué a Ciudad Plateada. Lo único que sabía de esa ciudad es que Brock vivía aquí. Brock… ni siquiera se presentó al funeral.
Bueno, gracias a un pescador me enteré de que hay un aeropuerto, y rauda como el viento, me dirigí hacia allí. Mientras esperaba embarcar, alguien me abrazó por detrás, y sorprendida me giré.
—¡¡Brock!! —le miré con odio y me aparté.
—Maya, ¿qué te pasa? —y encima tiene la desfachatez de preguntar.
Gruñí y me giré. Pikachu, quien estaba subido en mi hombro, comenzó a cargar electricidad y, saltando para no darme, lanzó un esplendoroso rayo en su dirección, pero sacó a Blissey que utilizó protección.
— ¿Qué te pasa Pikachu? Antes no me lanzabas rayos, ni me mirabas con tanto odio… ¿Qué os pasa a los dos? ¿Le ha pasado algo a Ash? ¿Dónde está?
—¡¡¿Y tienes la caradura…?!! —mas no pude continuar, porque me eché a llorar y me caí al suelo de rodillas.
Brock me alzó y creo que intuyó por qué lloraba, por lo cual me abrazó con fuerza. Una voz nos dijo que entrásemos en el avión, y a trompicones me senté en el sitio que nos habían asignado. Desganada, saqué mi iPhoke y me coloqué los cascos. Mi sitio estaba al lado de una ventanilla en el ala derecha, y por un momento deseé que se estrellase, para poder reunirme con él. Qué cercana estuve de ese sueño.
Al poco tiempo de ya poder quitarnos los cinturones, Brock convenció al señor que se sentaba a mi lado para cambiarme el sitio. Sus palabras textuales fueron:
— ¿Qué vas a hacer ahora?
Iba a contestarle bruscamente, pero lo único brusco que hubo no fue por parte mía. El avión comenzó a tambalearse peligrosamente y pude notar que nos caíamos.
— ¡Pikachu, cola férrea!— el ataque fue realizado hacia la ventana, y sin perder el tiempo, saqué una pokéball. Majestuosamente apareció Togekiss, cogí a Pikachu y me lancé a sus lomos. Grité a Brock:
—¡Tírate!
—Pero, ¿¡tú estás loca!?
—¡Confía en mí de una maldita vez!
Desganado, cayó al vacío y…se habría estampado de no ser que Togekiss utilizase Psísico. Unas extrañas ondas color rosa aparecieron en el cielo.
—Qué es esto…— me quedé pasmada, y lo seguiría estando si no fuese que del epicentro de las ondas empezasen a caer personas. Sin que me diese apenas cuenta Togekiss aprovechó el impulso de Velocidad Extrema para alcanzarlos. Una chica mayor, con un vestido negro, sacó a un Wigglytuff y empezó a volar. Cayeron como unos catorce sin contar a la primera. Algunos, como un chico de amarillo sacaron a sus pokémon y empezaron a volar, pero especialmente uno parecía que había perdido la consciencia, y Togekiss usó de nuevo Psísico. Descendimos al suelo y Brock empezó a examinarlo. Al quitarle la gorra y apartarle el pelo se quedó de piedra, y por curiosidad fui a mirarle yo también. ERA ASH. Bueno, en apariencia sí, tendría unos diecinueve años y no tenía esa extraña 'z' en las mejillas que me volvía loca, pero era igualito. Pikachi, nada más verlo, fue corriendo y se quedó mirándole.
—Pikachu...¡PIKA PII!—y le electrocutó.
El 'supuesto' Ash se levantó y nos miró.
—¿Brock?¿Berlitz?¿Dónde estoy?¿Y Yellow?¿Qué está pasando?