La apuesta Ella se encontraba arrodillada. El se encontraba sentado en una silla frente a ella con una expresión de placer en su rostro. — ¿Qué tanto te diviertes con esto? —preguntó ella. — Mucho — contestó el. — Te aseguro que no es nada divertido juntar estas piedritas que tiraste —dijo ella molesta. Si el había entrado a la cocina y tiro “accidentalmente” esas piedritas. — después quiero que hagas eso—dijo el — y si no quiero ¿Qué harás? —contestó ella, desafiando al chico — le diré a Byakuya que la señorita Kuchiki no quiere cumplir con su promesa —dijo el Ella trago grueso al escuchar el nombre de su nii-sama. —Esta bien, ya terminé, prepararé el baño — dijo ella resinada. —Como quieras — dijo el. — el baño ya esta— dijo ella luego que pasara media hora. En el baño se encontraban dos Jóvenes. Uno en la bañadera y la otra haciendo eso, si eso lavándole la cabeza. —Te ves linda siendo algo maternal — dijo el chico, que gracias a ese comentario casi se le va la vida. ¿Cómo habían llegado a esto? Se preguntaron ambos. Ella con su rostro sonrojado y el con pequeña una sonrisa. Flash back. Era una tarde, en la cual Ichigo se encontraba en su cuarto haciendo la tarea, pero fue interrumpido por pequeña castaña. —Ichigo ¿jugamos piedra, papel o tijera? —dijo ella alegre. —Y yo ¿Qué gano con eso? — preguntó Ichigo casi sin prestarle atención. —una maid por un día— dijo ella. — ¿y si pierdo? — volvió a cuestionar el, ahora si le intereso la idea. — Tú serás mi mayordomo — dijo ella. — Vale — dijo Ichigo. — Piedra, papel o tijera— dijeron ambos dando comienzo al juego. — Diablos — se quejo ella molesta. — Gané — dijo el —Un trato es un trato— terminó con una sonrisa en su rostro. Fin del flash back. — La suerte siempre estuvo de mi lado, Rukia— Pensó el. Viéndola a ella, esa enana, que lo volvía loco y lo había enamorado, ahora vestida de maid.