Historia larga La aprendiz de herrero

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por El fénix ascendiente, 3 Agosto 2020.

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    El fénix ascendiente

    El fénix ascendiente Entusiasta

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    4 Marzo 2011
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    Título:
    La aprendiz de herrero
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    1527
    La nieta del herrero.

    “Nací de una relación prohibida entre una hechicera y un noble, el cual al verme dejó a mi madre y no me reconoció, mi madre estuvo durante un buen tiempo triste por lo que había ocurrido, así que decidió volver a su aldea natal junto con su padre o sea mi abuelo. Mi abuelo el cual era el herrero de aquel sitio, al ver a mi madre cargando a una indefensa pequeña, nos recibió bien y cuido de ambas.”

    “En los primeros años de mi vida no me había puesto nombre, así que mi abuelo insistió a mi madre, que me pusiese un nombre, le insistió tanto que al final accedió y me puso el nombre de Daphne, como mi abuelo tenía los apellidos Ferrum, me registraron con aquel apellido.”

    “Pará proteger a su hija y a su nieta de las habladurías, el anciano, le comento a todos que mi padre había muerto de una enfermedad, así los rumores que se estaba formado sobre mi aparición se fueron disipando. Mi abuelo era un tipo genial, era amable, cariñoso, y muy trabajador, desde que empecé a caminar siempre veía en secreto como mi abuelo trabajar en la fragua aunque esta siempre estaba calurosa.”

    “Cuando tenía seis años, mi madre me contaba cuento de grandes héroes que lucharon por el reinos, guerreros que lograron grandes hazañas, que conquistaron el mal y se impusieron sobre este. Mi madre esperaba con aquellos cuentos que yo me convirtiese en una heroína, tal vez siguiese su línea de trabajo, ella era una hechicera, pero aunque me asombraba las hazañas que realizaban esos grandes personajes, más me asombraba las armas que empuñaban para lograr sus victorias”

    “Le tome un gran gusto a las espadas, a los escudos, también a las armaduras que utilizaban y aquellas armas encantadas que portaban los grande héroes, por eso investigaba mucho sobre estas, y a los siete años tomé una gran decisión, que estaba influenciada por mí gusto y por el trabajo de mi abuelo, yo quería ser una herrera como mi abuelo, y forjar grandes armas y fuertes armaduras, para grandes aventureros, héroes y guerreros.”

    —Quiero ser una herrera—Le dije a mi madre y mi abuelo, cuando estábamos almorzando.

    —O vaya, eso es genial—Mi abuelo me sonrió, el estaba alegre que su nieta siguiese sus pasos.

    —Niña, olvídate de ese sueño—Mi madre se paro de la mesa se acercó a mi y me dio una fuerte cachetada, que me dejó perpleja.

    “Mi abuelo se paro de la mesa molesto con mi madre, la observó durante unos minutos, laujer al mirar a su abuelo bajo su mano y unas lágrimas cayeron de sus ojos. En aquel momento no sabía de porqué mi madre había reaccionado de aquella forma, tiempo después tuve la teoría de que mi madre estaba frustrada de no poder avanzar con su carrera de hechicera, y quería que yo siguiese sus pasos para lograr lo que ella no logró. ”

    “Mi madre había decido trabajar como consejera hechicera del alcalde, un anciano que tenía un hijo de la misma edad que mi madre, y que aspiraba a ser algún noble en una de las grandes ciudades, mi madre estuvo trabajando un año en aquel sitio, hasta que nunca volvió más, se había marchado xñdel pueblo junto con el hijo del alcalde. Observe como mi abuelo lloraba al leer la carta que había dejado mi madre”

    “Desde los siete años, mi abuelo me estuvo criando y para no perderme de vista, el me dejó trabajar en la fragua, pero siempre con su supervisión y con trabajos pequeños, como martillar dagas o avivar los fuego de la fragua. Mi abuelo me explico sobre las armas, y cuales eran los mejores materiales para forjarlas, también cuales eran las temperatura perfecta para cada uno de los metales.

    “Crecí ayudando a mi abuelo en la forja, ya a los diez pudo hacer una daga por mi misma, aunque esta era de hierro un material muy pobre y muy poco utilizado ya que era inferior a los otros metales, además de que me quedo media chueca, me alegre mucho puesto que era mi primera arma que hacía, mi abuelo me felicito y me dijo que para recordar el día, era mejor que me quedase con aquella daga”


    Daphne Ferrum, una chica de dieciséis años de piel blanca, cuerpo esbelto, pelo negro y largo que llevaba amarrado con una coleta, ojos claros, y vestida con una camisa roja de manga corta, pantalones azules, zapatos de cuero de color café claro, llevaba una muñequera de cuero, y encima una pulsera de metal que le había regalado su abuelo hace un día atrás, en la celebración de su cumpleaños. La joven había sido enviada por su abuelo para comprar materiales a los mercaderes que había llegado a la aldea, al terminar de comprar volvió a su casa en donde se encontraba su abuelo, el cual estaba forjando un escudo de acero.
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    —Ya llegue, abuelo—Daphne entró a la forja del anciano herrero, y dejó la bolsa de cuero en donde tenía los materiales encargados, en una mesa de la habitación—Los mercaderes estaban fierros este día, tuve muchas discusiones para conseguir estos materiales.

    —Gracias, querida Daphne—El abuelo miró a su nieta con una sonrisa en su rostro y agrego mientras colocaba el escudo en el agua, para enfriar el acero de este—Estoy terminando de hacer este escudo, necesito que me ayudes creando nuevos lingotes, con el mineral de acero que compraste en el mercado.

    —Claro, abuelo—Le sonrió Daphne al anciano.

    Daphne amontono el mineral de acero cerca de un horno especial, y luego empezó el proceso de crear aquellos lingotes. Después de crear una variedad de lingotes que agrupaba en un sitio, cerró la rejilla y luego dejó la papa a un lado del horno, tomó algunos lingotes y lo dejó al lado de la fragua en donde trabajaba su abuelo, el anciano agradeció a su nieta su ayuda y le pasó a su nieta el escudo para dejarlo en una mesa.

    Después de dejar el escudo en el lugar indicado, la joven empezó a ayudar a su abuelo con una armadura de acero que el alcalde actual de la aldea le había pedido. Daphne se puso hacer los guante les y la parte de debajo de aquel pedido, mientras que el anciano, se puso hacer el resto, después de algunas horas ya tenía el set casi completo del pedido, solo faltaba la espada el anciano, se estaba encargando de forjar, mientras que la nieta terminaba de hacer el diseño del escudo, el perfil derecho de la cabeza de un león, el cual estaba en modo pensativo.

    —Abuelo como vas con la espada—Pregunto a su abuelo, mientras terminaba los últimos retoque del diseño del león.

    —Va bien, solo unos golpe más y terminó con esto—Le contesto el anciano y pregunto—¿Y como vas con el diseño?

    —Como tu, una línea más y terminamos el escudo—Le contesto la joven mientras utilizaba una brocha especial para pintar el escudo.

    Cuando terminaron lo que faltaba ensamblaron el set completo de la armadura, y al verla reluciente, ambos chocaron sus manos en señal de felicitación por el buen trabajo que hicieron. En aquel momento entró a la herrería por la puerta de afuera un tipo de cuerpo ancho, vestido de una armadura de piel y que llevaba un mandoble enfundado sobre su espalda.

    —¿Aquí tienen buenas armadura? —pregunto el sujeto que al ver la armadura que estaba ensamblada cambió la pregunta—¿Cuánto vale esa armadura?

    —Lo siento pero la armadura no está en venta, fue echa para un pedido—Le contesto la joven Daphne al hombre y agrego—Si quiere una armadura igual puede hacer un pedido, pero si quieres ser una compra ahora, tenemos buenas armas y parte de armadura a un excelente precio.

    —Quiero esa armadura—El sujeto le volvió pedir a los herreros.

    Tanto la joven nieta y el anciano herrero, negaron al recién aparecido la posibilidad de adquirir la armadura, esto enfureció al hombre que empezó a causar estrago en la tienda, rompiendo un escaparate en donde tenía exhibida las armas y luego hizo trozo la puerta y las ventanas de la herrería luego en fundó su mandoble y amenazó a los presentes. Los destrozos del local llamaron la atención de varios vecinos que salieron a defender a los propietario de la herrería.

    —Oye tu, maldito—Los vecino se reunieron alrededor de la tienda.

    —Maldición, estoy en inferioridad numérica—El sujeto observó a los presentes y agregó fastidiado—Ganaron ahora, pero volveré con fuerza, ya lo verán.

    El sujeto salió de la herrería molesto, con lo que había pasado y se perdió de la vista d ellos vecinos. La joven nieta que había estado tensa por lo que estaba sucediendo se relajo al ver que el problemático tipo se había ido, aunque por un momento la últimas palabras del sujeto resonaron en su mente, “volveré con fuerza”, esas palabras eran la que inquietaba a la chica, y un nuevo temor surco por su mente.
     
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    La aprendiz de herrero
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Fantasía
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    1518
    La venganza del bandido (parte 1): El ataque.

    El sujeto que había sido expulsado de la tienda, se había ido de la aldea y se estaba dirigiendo hacia un bosque que estaba en la cima de una elevación. El sujeto estaba furioso por el trato que había recibido de parte de los dueños de la herrería y de la gente del pueblo, y haría que lo pagasen muy carro, el era el jefe de un grupo de bandido que se había establecido de forma reciente y temporal en el bosque cercano a la aldea.

    El hombre se presentó ante el campamento y reunió a su gente, para planificar el asalto a la aldea. El bandido llamó a su gente para que se reuniesen alrededor de él, cuando sus subordinados estaban reunidos, él comenzó explicar su plan, iban a atacar la aldea aprovechando la noche.

    Después de echar al molesto cliente, el herrero agradeció la ayuda de sus vecinos, los cuales se dispersaron para continuar lo que estaban haciendo antes de defender el local de herrería. El anciano entró a su local, y observó como su nieta estaba recogiendo las cosas que él agresivo hombre había lanzado, y ponía las armas ordenas por su función en otra mesa, luego recogió los pedazos de las estanterías y la coloco apoyada en la pared.

    —Rayos, ese tipo es un idiota—Comento la joven Daphne, que suspiro profundo y agrego—Si hubiese seguido destruyendo el local, los daños serían mayores.

    —Si te enfada mucho vas a envejecer antes de tiempo, así que deberías tranquilizarte—Le aconsejo el anciano a su nieta.

    —Abuelo, esos son cuentos de su tiempo—Daphne le contesto al anciano y agrego—Es obvio que me enfade, ese tipo ha causado daño a la tienda, no lo digo por los soportes de armas, lo digo por la puerta que destrozó, podemos utilizar una cortina, pero alguien debe de estar atento por las noches.

    El anciano observó a su nieta, que estaba enumerando los problemas y los gastos que causó la acción del problemático cliente. El anciano sonrió al ver a su nieta, le gustaba la preocupación que tenía la chica por la tienda, le recordaba a los primeros días que el estaba regentando la herrería, el en esos días siempre revisaba que todo estuviese perfecto y los gastos de reparación que podía tener la tienda.

    «Esta chica a demostrado un gran talento, pero creo que ella estaría mejor en una de las herrería de la gran ciudad, aquí su talento se desperdicia», pensó el anciano y agrego observando la puerta, «Aunque por ahora es mejor preocuparme por la puerta»

    El anciano se acercó a su nieta y la relajo, luego le comento que hiba a tratar el tema de la puerta lo mas rápido posible, ya que una cortina no era buena idea en especial por la noche, el comento que en unas horas más iba a ver a un amigo carpintero y le pediría una puerta y unos clavos. La nieta estuvo de acuerdo con la idea de conseguir una puerta, pero no con la idea de que su abuelo debía cargar con él que el hiciese la reparaciones de esta y le recomendó que le pudiese ayuda al carpintero.

    —Querida nieta, relájate es una simple puerta, insisto que yo debería colocarla, después de todo soy fuerte, aunque me vea como un anciano, ya sabes los herreros somos fuertes—El anciano le dijo a su nieta.

    Daphne entendió que no podía convencer a su abuelo, así que decidió aceptar el hecho de que su abuelo se encargarse de la puerta, pero con la condición, si el estuviese cansado o no pudiese seguir, dejaría el trabajo y la joven se encargaría, el abuelo aceptó la condición. La joven suspiro y después se puso pensativa, se había acordado de aquel sujeto y de la armadura que utilizaba.

    —Abuelo, la armadura que utilizaba ese sujeto, ¿era la de un bandido de la montaña? —La joven estaba pensativa por lo que había sucedió.

    —Ahora que lo menciona, tienes mucha razón—el abuelo contestó a la pregunta y agrego—La postura que utilizaba ese tipo no era de un experto en manejo de mandoble, pero era de alguien que utilizaba muy a menudo el arma, además su arma tenía algo de sangre fresca.

    Daphne se quedó preocupada por los desastre que podía traer aquel sujeto, aunque por ahora debía continuar trabajando, así que como medida temporal decidieron poner una cortina como remplazo de la puerta. Mientras Daphne colocaba la cortina, una carroza llegó al frente de la tienda, y bajó de este trasporte un sujeto con traje de noble y rostro de alguien de mediana edad.

    El noble entró a la tienda y observó como Daphne, bajo de una silla que ocupaba para facilitarle la colocación de la cortina. El noble observó como había quedado el local, y se sorprendió al ver que estaba medio destrozado.

    —Siento el estado del local—Daphne se acercó al noble y agrego—Tuvimos un cliente problemático.

    —Ya veo—El cliente le comento a Daphne y agrego—Pero, ¿esta bien la armadura?.

    —Claro—Le contesto la chica y exclamo—Abuelo, llegó el cliente.

    El anciano apareció en la herrería, y observó al cliente con una sonrisa en su rostro, y luego de conversar varios minutos con él cliente, le mostró la armadura que estaba ensamblada. El cliente la observó durante unos segundo y mirando al anciano afirmó con su cabeza, había aprobado el trabajo de los herrero, esto alegró a la joven Daphne, ya que era su primera armadura que había hecho con su abuelo.

    —Entonces procederemos a desarmar la armadura para colocarla en una caja de madera—La joven Daphne, se acercó a la armadura y la empezó desarmar para colocarla en una caja.

    Cuando la joven aprendiz terminó el embalaje, el noble llamó a dos sirvientes, que tomaron la caja y la subieron a la carroza, después de eso el cliente dio al herrero el dinero del pedido, el cual recibió la bolsa con una gran cantidad de dinero y agradeció al noble por la cantidad de dinero que le había dado. El noble se despidió del anciano y se subió a su carroza, la cual se marchó del lugar.

    El anciano herrero entró a su local, cargando con la gran cantidad de monedas que le había dado el noble por el trabajo de la armadura y la dejó arriba de una mesa. La nieta que se encontraba limpiando el suelo, se fijo en la bolsa de moneda que había dejado su abuelo, y suspiro algo fastidiada, su abuelo se le había olvidado dejar la bolsa en la caja fuerte, la chica tomó la bolsa y fue al sótano en donde se encontraba la caja fuerte en donde se guardaba la bolsas con gran cantidad de monedas.

    —Esto está listo, ahora continuar con el trabajo—La joven subió las escaleras del sótanos, para dirigirse hacia la herrería, y con una sonrisa pensó, «Aunque el local esté destruido, hay que seguir trabajando para levantarlo»

    Durante las horas siguientes, tanto el abuelo como la nieta, empezaron a atender a los clientes del local, la mayoría eran aventureros que estaban de paso, y querían que le repararse sus armas o comprar nuevas armas al paso, también había personas que vendía sus armas antiguas, las cuales eran reparada por la joven para después venderlas a otras personas si esta ya no tenía salvación juntarlas y convertirlas en lingotes, para fabricar armas nuevas, así estuvieron todo el día, hasta que decidieron cerrar la tienda, ya que ya se había oscurecido, pero antes el anciano que ya había comprado una nueva puerta, por fin pudo arreglar el problema de la puerta, coloco otra parecida a la anterior.

    —Esto ya está—El anciano le comento a su nieta, al terminar de poner la puerta y agrego con una sonrisa y mirando a la chica—Viste querida, aun tengo mucha fuerza.

    —Se nota—La joven le contestó con una sonrisa en su rostro.

    En ese momento se escucho la campana que los guardias del lugar tocaban, cada vez que se aproximaba un grupo de bandido o algo exterior que amenazase el ambiente tranquilo de la aldea. La joven Daphne preocupada por lo que sucedía, aprovecho que un pelotón de guardias se estaba dirigiendo a los muros de madera de la ciudad, para preguntar cual era la amenaza, uní de los guardias paro unos momentos.

    —Se divisaron a un grupo de bandidos—El guardia contestó la pregunta de la chica y luego aconsejo le aconsejo—cierren con llave y póngales seguro a sus puertas, ya que la cantidad de bandido es considerable y no sabemos por cuánto tiempo podemos aguantar.

    El guardia después de responder la pregunta de la chica y aconsejarle, se marchó y siguió a su pelotón. La joven Daphne preocupada por la situación, hizo lo que recomendó el guardia, cerró las puertas y puso los seguros que tenían, después con su abuelo se dirigieron a una habitación que tenían para este tipo de problema y cerraron la puerta.
     
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    1564
    La venganza del bandido: La petición de un moribundo.

    La noche se hizo presente y esto dio lugar a la acción de los bandidos, los cuales se había estado preparando para que momento, observando desde la cercanía a la aldea. Cuando era su turno para atacar, uno de los bandido disparo una flecha a un guardia que estaba vigilando la muralla, el proyectil le dio en el cuello a su objetivo, esto alertó a su compañero que subió a una torre de vigilancia y observó al grupo de bandido, este dio la señal de alarma, haciendo sonar la campana antes de que otra flecha atravesase su cráneo, lo cual provocó que cayese al suelo.
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    El jefe de los bandido, el cual estaba montado en un caballo sonrió al ver la aldea, como si se tratase de un general en plena conquista. El hombre se puso frente a sus tropas y con una sonrisa malvada, le dijo a sus subordinado que podían asesinar a toda la gente de la aldea, que pudiese saquear y quemar todas las casa que quisiese, estas palabras alegraron a los bandidos, que corrieron hacia la aldea, con la guía de su jefe.

    “Observe a mi abuelo con una sonrisa al ver que pudo arreglar la puerta, hay veces que me olvida que mi abuelo es fuerte, entonces aquel momento de alegría, se terminó al escuchar una campana de alerta. Hubo muy pocas ocasiones que había tocado la campana, aquellos eventos fueron incursiones de bandidos, que fueron repelidos con facilidad o una ocasión, cuando se divisó un ejercito enemigo, pero estos no entraron a la aldea, ya que este lugar no es muy importante”

    “Me asome y observe como un grupo de guardias, estaba lleno hacia la muralla para contener aquella amenaza, el tamaño del pelotón, me preocupo mucho, sabía que el problema era muy grave, así que le pregunto a un saldado que estaba sucediendo. El soldado paro y me dijo que se había avistado un ejercito que tal vez era de bandido, y me aconsejo que debía refugiarme en mi casa”

    “Mi abuelo al escuchar esto tomó me dijo que debíamos bajar al sótanos, y me aconsejo que tuviese lista alguna arma. Observe como mi abuelo tomó una espada que enfundo en su cinturón había hecho hace algunos días, y también un pequeño altar que tenía forma de un yunque, que estaba hecho de hierro, el cual estaba dedicado al santo de los herreros, el cual tenía el nombre de Sokar.”

    “Tome el consejo de mi abuelo, y subí a mi habitación para tomar mi daga, aunque esta había sido hecha por una herrera primeriza, que esto de demostraba por las curvas bien pronunciadas que tenía el arma y por ciertas imperfecciones que podía notar mi abuelo. Aunque tenía varias imperfecciones, esta arma era bien funcional, así que la guarde en mi bolso de cuero, luego volví a tomar el altar y acompañe a mi abuelo al sótanos.”

    “Al bajar al sótano, que era nuestro cuarto que Utilizamos para refugiarnos en casa, cuando sucedían situaciones como estas, cerré la puerta con seguro y hay nos quedamos, esperando que no descubrirse nuestros escondite. Escuche como se desarrollaba la cosa hay afuera, parecía que los guardias civiles, estaban siendo masacrados por los bandidos y varios aldeanos, estaban siendo atravesados por las armas de los enemigos, para mis adentro rogaba que no nos descubrirse”


    El jefe bandido rompió la puerta del local de herrería, y viendo que no estaba la preciada armadura, busco a los dueño del local, los pasos de aquel sujeto fueron escuchado por el herrero y su nieta. El herrero le palmo el hombro de la joven y cuando obtuvo su atención le apuntó a un sección de muralla, la joven no entendió lo que su abuelo le había querido decir, así que el abuelo se acercó a la sección que había señalado y la empujó, esto abrió una puerta trampa, que sorprendió a Daphne.

    —Este es un escape que construí hace mucho años atrás—Le explico el abuelo a su nieta y luego agregó—La puerta es la entrada a una antigua mina, que utilizaba como una herrería, ya que antiguamente aún había mucho material que es cavar.

    —Abuelo, eres inteligente—Daphne agradece a su familiar, por el dato y la entrada secreta.

    En ese instante la puerta del sótano, fue partida en dos por un mandoble, esto asustó a Daphne y a su abuelo, el cual cerró la puerta secreta, para que el sujeto no supiera su plan de escape. El jefe de lo bandidos bajó las escalera y llegó frente al anciano herrero y a la joven Daphne, al verlos simplemente sonrió de una manera malvada, ya que no podía tomar la armadura, se contentaría con las vidas del anciano y la joven.

    El bandido ya estaba decidido, la primera vida que quitaría sería la de la joven, la cual al ver la intenciones que tenía el hombre, solo atinó a sacara de su bolso su daga, el hombre se burló de la arma que traía la joven y fue atacar a la chica. El abuelo viendo que su nieta estaba en peligro, desenfundo la espada que tenía y la chocó contra el mandoble del bandido, luego retrocedió y observó a su enemigo.

    —Viejo, tu turno de morir es después de tu nieta pero si quieres morir primero—El sujeto se burló del anciano y agrego—Pará mí no hay problemas, igual mataré a la chica.

    —No lo harás—El anciano atacó a su enemigo, y por segunda vez chico la espada co tra el mandoble de su enemigo, pero esta vez no retrocedió, siguió arremetiendo una y otra vez, con la intención de no dejar que el bandido realizase su ataque.

    A pesar de la inexperiencia de su oponente, sumándole la vejez y que el no era y espadachín, el bandido tuvo muchos problemas en su lucha, ya que habían estado una media hora combatiendo. El bandido molesto por la situación, aprovecho que el anciano, ya empezaba atener movimientos lentos, y en un momento en que su enemigo tenía un franco débil, aprovecho para atravesarlo con su mandoble, cuando se aseguró que había ganado a su oponente sonrió de una manera victoriosa, mientras la joven Daphne, miraba con sorpresa y espanto, como su abuelo había sido asesinado.

    —Gane, anciano—pero el bandido no había salido con la victoria, ya el herrero veterano le había atravesado el pecho la espada, cuando el bandido se había dado cuenta observó a su oponente con cara perpleja—C… como?.

    El anciano que aún estaba empuñando su espada, sacó el arma del cuerpo de su enemigo, y cayó de rodilla junto con el bando que cayó muerto, sorprendía por lo que había visto, la joven se acercó a su abuelo, que se había alcanzado a sostener con su espada antes de caer al suelo.

    —Abuelo, me preocupaste—Exclamo la joven que se arrodilló, para ver como estaba su anciano familiar y observó que aun tenía el mandoble atravesado—Abuelo, el mandoble.

    —Puedo resistir un poco más—El anciano miró a su nieta y agrego con una sonrisa—Vamos por el camino de la mina y no te preocupes por el altar, no creo que nadie lo venga a buscar, cuando pase todo esto volvemos por eso.

    —Claro —Daphne se paro y luego levanto al herrero veterano y lo apoyo sobre sus hombros.

    Ambos entraron a la mina, cuando la puerta se volvió a cerrar por segunda vez, la aprendiz divisó la mina, a pesar de era un sitio cerrado, extrañamente había luz que surgía de las piedras, no era como las velas o las antorcha, era más tenue, pero igual servian para orientarse en aquel sitio la joven camino junto con su abuelo por largo corredor hasta que llegaron al centro del lugar.

    Daphne se sorprendió al ver una forja, un yunque incluso un horno para ser lingote en aquel lugar, también había un viejo armario en el cual se guardaba herramienta en desuso, a su lado había una banca de madera. El viejo le pidió a su nieta que le llevase a aquella banca, así que la joven obedeció al herrero veterano y fueron hasta aquel lugar, el anciano se sentó en el banco mientras Daphne trataba de buscar algo con lo que poder sacar la espada y curar la herida de su abuelo.

    —Detente—El anciano detuvo la búsqueda de su nieta y agrego—En vez de curarme, puede darle a este veterano la oportunidad de descansar.

    —P…pero abuelo—La chica entendió lo que quería su anciano maestro, y unas lágrimas empezaron a caer de sus ojos—Por favor, no me pida eso, usted es fuerte, puede seguir adelante.

    —Querida nieta, yo me conozco y se que ya no puedo más—El anciano le contesto a la joven aprendiz y agrego—Ya he envejecido, soy débil a pesar que parezca ser fuerte, cada vez que golpeó un metal o que levantó una espada con las tenazas, siento un dolor en todo mi cuerpo, solo dale a este viejo unos últimos minutos con su nieta.

    Aunque Daphne, no quería perder a su abuelo, aceptó estar con él durante los últimos minutos que le quedaba de vida, así que dejo de buscar y se sentó al lado de su anciano familiar.
     
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    El fénix ascendiente

    El fénix ascendiente Entusiasta

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    1521
    El funeral de un herrero.

    Daphne estuvo sentado junto con su abuelo, en aquella mina no se escuchaba mucho ruido, sólo la respiración de la joven nieta y el anciano abuelo, está situación relajaba la tensión que había tenido la joven Daphne, pero aún así le preocupaba la situación de su abuelo. El anciano después de unos momentos de silencio comenzó hablar con su joven aprendiz, y le digo la manera en cómo quería su funeral.

    —Pero… abuelo, aún es pronto para que muera—Daphne le contesto a su anciano maestro y agrego—No se rinda.

    —Veo que aun tiene fe en el cuerpo de este antiguo herrero, pero te contaré algo que k on quería comentarte—El abuelo dio un suspiro y agrego—Cuando hablabas con aquel guardia, me visitó en visiones el mensajero de la Muerte Dis Pater, y cuando el te visita es que esta próximo morir, y lo estoy viendo ahora, vestido con su túnica de color morado con bordes dorados, me muestra el reloj de arena que corresponde a mi vida, veo que me quedan muy pocos granos de Arenas y estos están descendiendo demasiado rápido.

    La aprendiz de Herrera aunque no veía al mensajero de la muerte, se lo pudo imaginar, ya que había oído relatos sobre este ser, Dis Pater, era el ser asignado para llevar las almas de los muertos al otro muerto, según los relatos que había escuchado de boca del sacerdote del pueblo, este ser era un anciano de barba blanca, con una sonrisa bonachón a y vestido con una túnica morada con bordes dorados, llevaba un cetro de oro en la mano derecha y un reloj de arena que tenía escrito el nombre de los moribundos.

    «Tal vez sea comprensivo», pensó Daphne que se paro de su asiento y observando a la dirección que miraba su abuelo, exclamo con lágrimas en sus ojos—Gran mensajero de la muerte Dis Pater, te lo suplico no te lleves a mi abuelo.

    La súplica que hacía la joven aprendiz al ser sobrenatural, hicieron que a su abuelo, le cayese una lágrimas, pero sabía que debía irse de aquel mundo terrenal y juntarse en la forja del santo de la herrería,. El abuelo detuvo las exclamaciones de su nieta y con una sonrisa le dijo que dejase al mensajero de la muerte en paz, ya que podía enojarse, a pesar de ser un tipo bonachón.

    —Pero… —La joven fue interrumpida por una mano gélida que tocó su hombro, y una extraña sensación se extendió por su cuerpo y pensó, «Espera, yo y mi abuelo somos los únicos que estamos aquí, entonces… el que me está tocando el hombro será…»

    La joven supo quien era la persona o mejor dicho el ser que estaba atrás suyo, era el guía de la muerte Dis Pater, por una extraña razón aquella parecencia le impartía una cierta tranquilidad a pesar de ser una criatura que camina por la oscuridad. La joven sintió un pequeño viento que pasó al lado de ella, el viejo se seco las lágrimas de sus ojos y observó con una sonrisa al vacío.

    —Disculpa a mi nieta, ella aun está en la flor de su vida, así que no conoce muy bien a la muerte—El anciano le comento a la nada y pregunto—¿Puede esperar un poco?, necesito decirles las últimas palabras a mi nieta, y que me saquen este maldito mandoble de mala forja, no puedo ir al otro mundo con esta cosa en mi espalda.

    El anciano hizo un gesto para que su nieta se acercase a él, la aprendiza se sentó al lado de su anciano abuelo, el cual le tomó la mano y le sonrió a su querida aprendiz y nieta, le dedico las últimas palabras a su joven nieta y luego le canto la canción del santo de la herrería, y luego le pidió que cantase aquella cansino para su funeral, ya que era parte del ritual del funeral de los herreros.

    —Esa es la canción que debes cantar—El anciano herrero, le digo a su nieta y le sonrió—Ahora un último favor, sácame este mandoble.

    —Esta bien abuelo—La joven Herrera, suspiro con resignación al ver que su abuelo estaba preparado para morir, y agrego con unas lágrimas en sus ojos—Adiós abuelo, te extrañare mucho.

    —Te veré desde la eternidad, y espero que cuando te vuelva a ver me digas que te convertiste en una gran herrera—Le sonrió su abuelo antes que su aprendiz, le sacaste el mandoble con mucho esfuerzo.

    El abuelo al sentir que le arrancaba aquella maldita arma, dio un pequeño grito de dolor y después de decir algunas cuantas palabra mal sonante, y maldiciones para el bandido que le había atravesado aquella arma, le agradeció a su nieta y después le dijo a su nieta que tenía una carta para ella en el armario de aquel lugar. La joven abrazo a su abuelo mientras este se despedía por última. Vez de su nieta.

    —Es bueno morir al lado de un querido familiar—El abuelo cerró sus ojos, para nunca más abrirlo en aquel mundo.

    —Fuiste un abuelo, mejor dicho fuiste mi padre y mi maestro—La joven Daphne le dijo a su abuelo, mientras continuaba abrazando el cuerpo de su maestro y abuelo, una lágrimas cayeron en sus ojos.

    Cómo lo pidió su abuelo, la joven preparo la fragua para incinerar el cuerpo de su abuelo, esto lo hizo con una gran cantidad de carbón, que se había guardado en forma perfecta en la mina, luego cuando las llamas estaban perfecta, la joven puso el cuerpo de su abuelo en la fragua, y frente a la fragua el altar del santo de la herrería. La joven se paro frente a la fragua y golpeó su manos con su pecho, cerró sus ojos mientras observaba como el cuerpo de su querido maestro y abuelo se quemaba, empezó a cantar la canción del santo de la herrería.

    Después del funeral, la joven Daphne sacó la carta que le había dejado su abuelo en el armario, y la abrió para leer su contenido, lo que estaba escrito hizo que la joven Daphne le surgieran unas lágrimas.

    “Querida nieta: Si lees esta carta es que yo habré dejado este mundo, sabes no me arrepiento de mi vida, ahora que estoy escribiendo esta carta me recuerdo de tu sonrisa, y de tu deseos de convertirte en una herrera, eso me agrado mucho, me puse muy triste cuando mi hija se fue de la casa, me puse triste mas por ti, pero afrontaste ese problema con una sonrisa, eso me sorprendió, te cuide como una hija y de hecho casi te veía como una de mis hijas, te vi crecer tanto, y me alegraba con cada avance que hacías en la herrería y en la vida. Ahora que no estoy en este mundo, te pido que cumplas tu sueños, eso es lo que quiero para ti, este es mi último adiós.”

    —Abuelo… —La joven se limpio sus lágrimas, no podía llorar para siempre, además debía seguir adelante con su vida, no quería preocupar a su abuelo, guardo la carta que le habia dejado su maestro, luego miró hacia la forja y exclamó—Abuelo, si tú alma aún está mirándome, escúchame, seré la más grande herrera de todos, no, seré la mejor de toda las era de este mundo, forjarse el acero que creará la arma que usará el próximo gran héroe.

    Ella sabía que tal vez exageraba eso de ser la mejor herrera de las eras, pero eso sentía en su corazón, quería ser la mejor herrera de todo los tiempos, quería forjar armas para grandes héroes y aventureros, eso lo haría por ella y por su abuelo. La joven se sentó en el banco y observó como la fragua seguía su corta vida, la cual se extinguió en unas cuantas horas después.

    La chica herrera se arrodilló y rezo por el bien de su abuelo, luego se paro y se preparo para escapar de la aldea en la que había vivido toda su vida. Volvió al sótano y abrió la caja fuerte para sacar el dinero que había horrado del trabajo de herrería, luego busco la espada de su abuelo y la enfundo, junto con su daga que guardo en su bolso de mano, y después se encaminó hacia la mina y busco su salida.

    Después de caminar durante una media hora, encontró la salida de aquella mina abandona y pudo irse de aquel lugar. La joven acostumbro sus ojos a la luz del sol y prosiguió su camino por el sendero que conectaba a la antigua mina con el camino principal. Cuando llegó a un punto alto del sendero observó la aldea, la cual se estaba incendiando, ella estaba asombrada por la destrucción que había antes sus ojos, no podía creer que él lugar a donde había vivido durante su niñez y su juventud, se estaba quemando delante de sus ojos.

    —Gracias por todo mi querida aldea —La joven corrió hacia adelante, no hiba a volver a aquella aldea.
     
  5.  
    El fénix ascendiente

    El fénix ascendiente Entusiasta

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    La aprendiz de herrero
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    1510
    La gran capital.

    La joven aprendiza, desde la parte más alta del camino miraba la situación, el manto nocturno hizo fácil divisar como su aldea se estaba quemando, ya que los bandido habían aprendido fuego a todo aquel lugar. Daphne al ver tal suceso, agradeció al cielo a ver escapado, la joven se arrodilló y rezo por el alma de los aldeanos caídos, los cuales había conocido desde pequeña, después se paro y le hecho una última vista al la aldea antes de retirarse.

    La joven durante una media hora estuvo corriendo por aquel camino, ya que temía que hubiese bandido cerca, y después cuando ya se encontraba segura comenzó a caminar de manera normal. Amaneció ante los ojos soñolientos de la joven, que aún seguía su recorrido, no sabía cuando le faltaba para llegar a la capitán o s a alguna ciudad cercana, pero tal vez a causa del miedo que aún sentía por los bandidos, seguía su recorrido sin parar.

    En ese momento la joven caminante, escucho que atrás de ella las pisadas de un caballo con herradura y el sonido de las ruedas de una carreta, la joven que sabía que aquello sonidos provenía de una carreta, se hizo a un lado para evitar posibles problemas con el conductor de aquel trasporte, una observación más detallada de las personas que estaban arriba de la carrera, hizo que la joven pelinegra se diese cuenta que conocía a esa gente.

    El que conducía el caballo un sujeto joven de unos veinte años, se dio cuenta de que una joven estaba al lado del camino, y le pareció muy conocida. Los dos ocupantes de carreta al fijarse que la joven estaba caminado por el sendero era Daphne, pararon su trasporte y observaron a la chica con una sonrisa en su rostro, ellos estaban feliz al ver que se había encontrado con una sobreviviente y conocida de la aldea.

    —Vaya, me alegra que haya sobrevivido Daphne—Le comento el joven a la chica.

    —¿Cómo estás Daphne? —Saludo la esposa del joven sujeto a la aprendiz, con una sonrisa en su rostro, y agrego observando con más atención a la chica—Oye y ¿el anciano?

    —Buenas, estoy a salvo, gracias por preguntar—Saludo y respondió la joven, respecto a la pregunta lanzada por la joven esposa, se mantuvo en silencio durante unos segundo, y habló con una voz medio quedada y triste—El... se fue con Dis Pater.

    Al escuchar la respuesta de la joven aprendiz, la sonrisa del joven matrimonio, cambió a una cara de compasión por la chica de pelo negro, la pareja conocieron al anciano y a Daphne, cuando ellos se mudaron a la casa que había heredado el esposo de un familiar que tenía en la aldea, como la casa estaba algo roída y endeble la joven pareja, que no tenía mucho dinero decidieron pedir ayuda a los aldeano, y el primero en prestar ayuda fue el anciano junto con su nieta, y desde ese momento se llevaron bien.

    —Entonces… ¿a dónde piensas ir? —pregunto el marido a la joven herrera.

    —Pienso ir a la capital—le contesto Daphne al hombre.

    —Entonces, te podemos llevar—La esposa le digo a muchacha y agrego—Nosotros también vamos a la capital, tengo un hermano, que es dueño de una posada.

    La joven aprendiz de herrera, acepto el ofrecimiento de la pareja, se subió a la parte trasera de la carreta, y se sentó en un espacio vacío que tenía la carreta, cuando la joven ya estaba instalada, el joven esposo, volvió hacer andar el trasporte. El sueño había llegado al cuerpo de la joven Daphne que desde su posición a un podía observa el humo que había dejado el desastre que cometieron los bandido con su aldea, y eso fue la última imagen que tuvo la chica, antes que sus ojos se cerrarán por el cansancio.

    La joven despertó después de algunas horas de sueño, y se dio cuenta que el carro había parado, así que con curiosidad se paro y observó que había pasado, con una simple mirada la joven, se dio cuneta que estaba sucediendo, la carreta había parado puesto que se encontraba parada en una larga fila de carreta.

    —¿A dónde estamos? —pregunto la joven Daphne a la joven esposa.

    —A verdad, tu nunca has salido de la aldea—La esposa le comento a Daphne y le contesto—Este es un puesto de revisión, antes de entrar a la ciudad los guardias, deben verificar que una persona no trae nada ilícito.

    —He Daphne, mira la maravillosa vista que tiene la ciudad—El joven esposo, le dijo a la chica y apuntó hacia la ciudad.

    La joven observó hacía la dirección que indicaba el joven, y ante su vista se alzó la colosal ciudad capital del reino, lo primero que vieron sus ojos, fue el gran muro que protegía la ciudad de cualquier amenaza externa, la muralla era de un color blanco marfil, grande y gruesa, para aguantar los asedio que pudiese recibir, en cada torre de vigilancia, de podía observa un gran escudo de metal de color rojo, que en su interior tenía diseñada la imagen de un dragón plateado que se alzaba en vuelo.

    Luego de quedar maravillada con la muralla y sus escudos, la joven se quedó atónita al ver el gran castillo que se podía ver incluso desde su distancia, era grande y alto, estaba de grandes bloque de un tipo de esmeralda resistente, y que le permitía emitir un brillo cada vez que le alcanzaba los rayos del sol, además en lo alto de aquel castillo se alzaba la bandera con el emblema de la dinastía que reinaba el país, un gran pájaro en alza y que tenía dos cabeza, una apuntando hacían el este de color blanca, y el otro que apuntaba hacia el oeste de era de color negro.

    —Impresionante—La joven herrera quedó sorprendida por lo que observaban sus ojos, y sintió un gran interés por saber de que metal eran los escudos, que estaban puesto en la fortaleza, y pensó, «Puedo ver que aquellos escudos, están hecho de un metal desconocido para mí, tienen un brillo alucinante»

    [BI]Cuando los guardias, hicieron la revisión al carro en que estábamos montados, pude notar con mucha fascinación el equipo que llevaban los guardias, ellos tenían puestos unas armaduras de acero, muy bien hechas, traía sobre sus cabezas unos yelmos descubiertos, que estaban muy bien martillado, no pude apreciar bien las espadas que llevaban enfundadas, pero aprecie las empuñaduras, las cuales estaban hechas de bronce, los escudos de acero que portaban estaban bien lustrados y cuidados. Al ver el arsenal de los guardias, pude comprobar con fascinación que la capital, era perfecta para seguir mi aprendizaje como herrera

    —No hay nada ilegal—Comento uno de los guardias que se acercó a la pareja y pregunto—¿Cuál es la razón de su visita?

    —Huimos del ataque, que un grupo de bandido hicieron a nuestra aldea—Le contesto el marido al guardia.

    —Así que son refugiados—Comento el guardia y agrego—Bien, pueden pasar.

    El guardia dejó pasar a los tres refugiados, el marido dio gracias al guardia antes de agitar las correas de los caballos, y hacer galopear a los caballos. Cuando la carreta entró a la ciudad la muchacha de pelo negro, observó la primera parte de aquella ciudad, con mucho entusiasmo, la joven esposa al ver lo fascinada que estaba la chica, le comento que la primera parte de la ciudad, estaba destinada a los guardias de la ciudad.

    «Es por eso que tiene este gran cuartel», pensó la joven al ver lo grande que el lugar en donde descansaba y entrenaba los guardias, luego observó que al lado de este lugar, se encontraba una forja, en donde un tipo con delantal de herrero, estaba haciendo una espada, y pensó al ver el metal utilizado para la espada, «Acero, ya veo, mi abuelo, me comento que cada ciudad, tiene un metal, que lo representa, y esto se ve en las armas y armaduras que utilizan, y está ciudad está representada por el acero, pero esos escudos puesto en la Fortaleza, tiene un materia extraño»

    Luego de pasar por el distrito de la guardia, como era llamado aquel sitio, que tenía una cantidad de seis cuarteles cuatro pequeños y dos grandes, un área de entrenamiento en donde los guardias se pasaban mejorando sus tácticas, y un total de doce forjas, en donde los herreros trabajan exclusivamente para la guardia de la ciudad. El otro distrito estaba destinado a los comercios, y a las industrias, aquí también había herrerías, pero estas eran de uso comercial, los productos de las forja de aquel distrito, no estaban destinada al ejército, si no a aventureros y gente común, también había nobles que pedían armas para sus colecciones privadas.

    «Aquí esta mi lugar», pensó la joven Daphne, que se había entusiasmado al ver los escudos que estaban adornando las murallas, y las armaduras y espadas, que utilizaban los guardias de la entrada.
     
  6.  
    El fénix ascendiente

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    1558
    El mercado de la ciudad.

    La carreta había parado frente a una posada, la cual estaba hecha de madera, tenía una forma cuadrada, el techo estaba hecho de tejas de barro, y su puerta y tenía una forma de arco. La esposa había entrado en la posada para hablar con su hermano, y después de unos diez minuto, la mujer salió con su hermano, un tipo que parecía más un bárbaro guerrero que el dueño de una posada, incluso su músculos se remarca mucho por su ropas ajustadas.

    —Buenos días, cuñado—Saludo el marido al hermano de su esposa.

    —Buen día—Saludo el dueño de la posada al esposo de su hermana, y agrego—Mi hermana ya me lo ha contado todo, y por supuesto que les brindaré mi ayuda.

    —Muchas gracias—El esposo bajo de la carreta y apretó la mano de su cuñado, en señal de agradecimiento.

    El cuñado y la joven Daphne, ayudaron a bajar las cosas que traían el matrimonio, y luego de dejar todo eso en una pieza que iba a ocupar la pareja, el dueño de la posada guio a la joven Daphne, hasta otra pieza, la cual estaba destinada a viajeros solitarios, por eso era un poco más pequeña que las piezas estándar de la Posadas, además de tener una cama de una plaza y media, una mesa de madera y un cofre.

    —Aquí podrá dormir, señorita—El duelo de la posada le dijo a la joven y agrego—¿Cualquier cosa, solo avísame?

    —Muchas gracias por todo—La joven agradeció la ayuda brindada por el hombre.

    —De nada, cualquier amiga de mi hermana, es recibida como parte de la familia—El posadero, le sonrió a la joven y se marchó del lugar.

    Daphne entró a la pieza, cerró la puerta, dejó la espada de su abuelo apoyada en la pared y se tiro de espalda a la cama, sus ojos se fijaron en el techo, mientras su mente trabajaba para procesar los eventos que había vivido, la muerte de su abuelo que era como un padre para ella, la decisión de ser una gran herrera que forjaría una espada que sería utilizada por un gran héroe, el incendio de su aldea y la huida que tuvo que realizar, todo eso le junto en su mente y no pudo evitar dejar caer unas lágrimas, mientras sus ojos observaban la espada que perteneció a su maestro y abuelo.

    «Daphne, eres una llorona», pensó la joven mientras tapaba sus ojos con su brazo, y se dijo para sí misma—He retenido mucho líquido, déjame soltarlo de una vez.
    Los ojos de Daphne, se cerraron y entró en un necesario estado de sueño, mientras dormía el mundo onírico que había entrado, la llevó a recorrer su infancia, en donde recordó como había sido amada por su abuelo y de alguna forma por su madre. Unos suaves golpe en la puerta de la habitación, hicieron que la muchacha saliese de su estado onírico, y abrirse sus ojos, se sentó en el borde de la cama, y se limpio sus ojos.

    —¿Quién es? —Pregunto la muchacha, acercándose a la puerta.

    —Soy yo—La voz de la esposa joven, fue reconocida por Daphne.

    La muchacha abrió la puerta y observó a la mujer, la cual se encontraba abrazando a un perro de piel rojiza y arrugada, nariz redonda, negra, y de ojos cansados.

    —Es tiempo de almorzar—La mujer le dijo a la chica.

    —Gracias por avisar—La chica observó con una curiosidad amigable al canino, y comenzó a acariciarlo—¿Cómo se llama, este bonito perro?

    —Su nombre es Brave II, es hijo del perro de mi tía abuela, ha acompañado a mi y a mi hermano, desde que éramos niños, así que ya se puede considerar un perro anciano.

    La muchacha pidió permiso a la joven esposa, para abrazar al canino, la mujer se lo dio y le pasó al perro, la joven pelinegra, estuvo con Brave II hasta llegar al comedor d ella posada, hay lo soltó y ella se sentó en una de las mesas junto con la joven pareja. El dueño del local le dio a cada uno un plato de siervo asada con papas, los tres comenzaron a comer del delicioso platillo.

    —Oye, ¿Qué piensan hacer. Ahora? —Pregunto Daphne a la pareja.

    —Pensamos estar en la posada durante un tiempo, en el cual conseguiremos un trabajo y fondo suficientes para comprarnos una casa—Le contesto el esposo a la pregunta de la joven pelinegra y le pregunto—Y tu, ¿qué piensas hacer?

    —Buscaré un trabajo como asistente de herrero, juntare dinero para comprar mi propia herrería—Daphne le contesto al esposo y agrego con una sonrisa algo vergonzosa—Aunque no estoy muy segura, cuanto tiempo me tome tener mi propia herrería.

    La esposa le sonrió a la muchacha y la animo, diciéndole que era joven, así que se podía tomar el tiempo que quise para lograr su objetivo, la chica agradeció las palabra de la joven mujer, continuaron con su almuerzo. Mientras almorzaba la joven Daphne, noto que los clientes del lugar, eran principalmente aventureros que se tomaba un descanso, y no pudo evitar quedarse sorprendida por las armas y armadura que llevaba los aventureros.

    «Genial, hay tantos tipos de armas, cada vez me está gustando más la ciudad», pensó la muchacha mientras masticaba un trozo de ciervo y pensó, «Después de almuerzo iré al centro de la ciudad, para conocer su mercado y averiguar si hay herrería dispuesta a tener a una asistente»

    Después del almuerzo, la joven Daphne se encaminó al centro de la ciudad, como lo había planeado, mientras hacía el recorrido se sorprendió al ver las casas, las cuales eran mucho más grandes que la que estaba acostumbrada a ver en la aldea, también se dio cuenta que la capital tenía camino para carretas y una acera para peatones, esto lo descubrió de una mala manera cuando casi fue atropellada por una carreta, así que se mantuvo caminando por la acera, para no encontrarse con más situaciones como esa.

    Después de caminar durante unos 15 minutos, se encontró en el centro de la ciudad, en donde se sorprendió de la cantidad de personas que habían en el centro, se notaba que aquel lugar era muy concurrido más que la escaza zona comercial que tenía en la aldea, la cual había solo unos cuantos puestos de comerciantes, en comparación la ciudad tenía una variedad de puestos, con diversos productos, además de tiendas fijas.

    «Asombrosos, nunca había visto tanta cantidad de gente», pensó la joven que estaba sorprendida por la variedad de persona que habían en aquel sitio.

    Daphne jamás en su vida en la aldea, había visto a un enano o a un elfo, y pensó que era leyendas y exageraciones de los poco clientes aventureros que pasaba por aldea, pero siempre había una primera vez y ese era la primera vez que observó a un elfo y a un enano de manera simultánea. Daphne se quedó parada, observando un puesto en donde vendía una gran cantidad de armas y armaduras.

    «Que buena calidad», pensó la joven muchacha, que tomó una espada mediana, y volvió a pensar, «El metal es de gran calidad, el herrero que hizo esta arma debe ser muy bueno»

    —Oye chiquilla, ¿vas a comprar o no? —Un molesto dueño de la tienda le preguntó a la joven.

    —Disculpe señor, ¿de dónde consiguió esta espada? —pregunto Daphne qué dejó la espada en su lugar.

    El vendedor bufo molesto, y le contesto a la muchacha que esas armas eran usadas, y las había comprado con precio mayorista. Daphne observó un poco triste las armas al saber que el vendedor no sabía quién había echo aquella hermosa espada.

    —¿Entonces va a comprar o no?—pregunto molesto el vendedor.

    —Este… no, sólo miraba ya que aquella espada me parecía de buena calidad—La joven Daphne, se disculpo y se marchó rápido de aquel puesto, ya que temía que el dueño, se pusiese más furioso de lo que estaba en aquel momento, ya lejos de la vista del vendedor, la joven pensó, «Rayos, que mal genio tiene ese sujeto»

    La joven Daphne, siguió explorando la zona comercial de la ciudad, observando cada puesto y tienda, además de entrar en cada herrería y maravillarse con los productos que hacían los herreros de la ciudad, además de hacer pregunta sobre que metal utilizaba, o que técnica usaban, muchos herreros, no contestaba esas preguntas, molesto por la curiosidad de la chiquilla, otros tanto al ver tal curiosidad, hablaba con la muchacha, como si fuese una compañera herrera.

    La joven aparte de curiosear por la herrería, buscaba una que tuviese algún indicio que necesitaba un asistente, entonces se topo con una, la cual tenía un letrero en la vitrina que decía, se busca asistente. La muchacha aprovechando esto, entró a la herrería, la cual era muy grande, y tenía una variedad de productos, y se acercó al mostrado que era atendido por un sujeto de cuerpo musculoso, piel blanca, pelo negro y corto, apariencia tosca, una variedad de herida en su rostro y un ojo parchado, vestía con pantalón de cuero, zapatos negros, una camisa blanca y encima un delantal de herrero.

    —Disculpe… me gustaría tener el puesto de asistente—La joven aprendiz le dijo a al dueño de la herrería.
     
  7.  
    El fénix ascendiente

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    Palabras:
    1525
    El comienzo del camino.

    La joven Daphne se acercó al herrero, el cual estaba en el mesón de venta. El dueño de la herrería, observó a la chiquilla, y pensando que la muchacha estaba en la tienda para comprar uno de sus productos, le pregunto con una sonrisa amble que arma requería.

    —No vengo para comprar—Daphne le respondió al herrero y agrego—Estoy aquí por el trabajo de asistente.

    —¿Vienes por el trabajo?, ¿he? —El hombre miró a la joven, y agrego—Bueno, ha decir verdad necesito otro asistente, así que te tengo unas preguntas, ¿has tenido experiencia con el arte de la herrería?

    —Si, mi abuelo me enseñó todo lo que se de la herrería—le contesto la joven Daphne al herrero.

    El hombre observó a la muchacha y después le preguntó, ¿ tienes una licencia clase-0?, la joven pelo oscuro, observó al herrero con una cara de duda, su abuelo nunca le había dicho que debía tener una licencia para trabajar en una herrería, incluso el nunca dijo tener una. El herrero observando a la muchacha con una cara de incredulidad, se había dado cuenta de que Daphne, no sabia sobre las licencias.

    —Oye, ¿no sabes qué para ejercer la herrería, necesita una licencia? —Preguntó el herrero, y agrego—Es la única forma que te puedo aceptar como una asistente en mi herrería.

    —Lo siento, no sabía que necesitaba una licencia, además mi abuelo, nunca necesito de una para trabajar—Le contesto la joven Daphne nerviosa al herrero.

    —¿En qué lugar trabajaba tu y tu abuelo? —Pregunto el herrero a la joven.

    Daphne le explico que ella y su abuelo, trabajaba en una aldea a unas horas de distancia de aquel lugar. El herrero al escuchar la respuesta de la muchacha, entendió el porqué la joven desconocía la existencia de una licencia.

    —Los herreros en la aldeas, no necesitan una licencia para trabajar—Comento el herrero y agrego—Entiendo el porqué tu desconoces de esto, pero en las ciudades es necesaria una licencia.

    El herrero observó a la chiquilla, con los brazos cruzados y estuvo pensativo durante unos minutos, el requería de otro asistente, además veía en los ojos de la joven frente suyo, una gran ansiedad de trabajar, entonces se le ocurrió una idea.

    —Ya se que haremos, para poder saber si eres una buena herrera te pondré aprueba, y si pasa mi prueba te daré una recomendación, para que hagas el examen para obtener tu licencia, además te permitiré trabajar en la tienda, pero no en la herrería, hasta que te den una licencia—Ofreció el dueño de la herrería a la joven.

    —Si es la única manera, claro que lo haré—La joven muchacha comento con entusiasmo a la idea del hombre.

    —Perfecto—El herrero permitió a la joven muchacha ir con el a la herrería, que tenía atrás de la recepción.

    Cuando la joven Daphne, ingresó a la trastienda, cuarto que se utilizaba para la creación de armas y armadura, observó la habitación, era un sitio que tenía paredes de piedra, y piso de piedra caliza, además de contener la fragua, y el horno en donde se convertía los minerales en lingote. El primer asiste del herrero, que estaba martillado en el yunque un escudo de acero, paro un momento y observó a Daphne.

    —¿Qué sucede? —Preguntó el primer asistente al herrero.

    —Pondré a prueba a esta chiquilla, para saber si es buena idea hacer una recomendación—Le comento el herrero a su asistente.

    —Buenas—Saludo la joven Daphne al asiste.

    El asistente del herrero, era un joven elfo oscuro, como indicaba su nombre, la piel de este muchacho era oscura, sus ojos eran grises, su pelo blanco y corto, sus orejas eran largas y puntiagudas, su rostro era afilado, su mentón alargado, sus ojos grises, además su ropaje consistente en una camisa blanca, unos pantalones negros, botas de cuero café claro, y unos guantes de cuero negro, además llevaba un delantal sobre su ropas, para protegerse de las chispas.

    Daphne se quedó sorprendida al ver al principal asistente, para ella los elfos eran una leyenda hasta aquel día, y ahora había comprobado que existían los elfos oscuros, incluso se sintió tentada por tocar aquella largas orejas, pero se contuvo, ya que parecía que aquel gesto haría enojar al elfo.

    —No se si sería perfecta para el trabajo, parece una enclenque—El elfo ndejo de martillar y dejó la fragua para que la muchacha pudiese hacer su prueba.

    —Tu eras un enclenque cuando mi maestro te convirtió en su aprendiz, así deja de hablar—Le dijo el hombre al elfo.

    —No me recuerde al viejo enano—Dijo el asistente principal, que apoyo su espalda en la pared y agrego—Vamos chica, no te quedes paradas como un masetero.

    La joven Daphne al escuchar al elfo, negó con la cabeza y se espabilo, tomó un delantal de una pechera que tenían en el cuarto, y se lo coloco, luego se acercó a la fragua y se preparo para la prueba del herrero. El dueño de la herrería, le ordenó que hiciese una espada de acero, la joven comenzó con derretir algunos lingotes de acero, los cuales fueron colocados en un molde.

    El herrero observó con mucho interés el progreso que seguía la joven, se notaba en el trabajo que realizaba la muchacha, que había tenido un excelente maestro, así que después de algunas horas, la joven ya había enfriado la espada. Daphne le pasó la espada al dueño de la herrería, el cual la tomó y la observó durante unos minutos, se fijo en algunos detalles que parecía ser añadidos que le había puesto la joven aprendiz, como una flor de Dafne Bholua, diseñada en el medio de la hoja de la espada.

    —Una reina de las flores del invierno—Comento el herrero y agrego—Es buen diseño.

    —Si, es una firma que creer cuando tenía catorce años—Daphne le comento al herrero y agrego—Representa a una flor que nace a los alrededores de mi aldea en los tiempos invernales.

    —Cada herrero tiene una forma—El elfo que estaba escuchado la conversación, observó a la chica y agrego—Aunque una flor, es una firma demasiado sencilla.

    Daphne observó con cierta molestia al elfo oscuro, parecía ser un tipo algo arrogante y molestosos. El elfo herrero, se acercó a la espada y tomó la empuñadura de la arma, para evaluar el trabajo.

    —Es un trabajo muy simple, pero no se puede pedir nada de una aldeana como tu—Comento el elfo que volvió a entregar la espada al herrero.

    —Que molesto eres—Reclamo Daphne al elfo, que apunto sus dedos hacia el elfo—Rayos, y yo que pensaba que todos los elfos eran amables.

    —Mejor que no se pelen, ya que tal vez sean compañeros—comento el herrero, que observando a la joven Daphne, pregunto—¿Cómo te llamas?

    La herrera dejó de observar molesta al elfo, para dirigir su mirada hacia el herrero, cambió su expresión de molestia a una sonrisa, y le dio su nombre al herrero.

    —Vaya, Daphne Ferrum, bello nombre y extraño apellido—Comento el herrero y agrego—Puedes esperar en la tienda, te haré una recomendación.

    —Claro—Sonrió la joven y fue a esperar en la tienda.

    El herrero fue a una mesa cercana, pidió una hoja, una pluma y un tintero a su asistente, el elfo después de dar un suspiro, busco los objetos y se entrego al herrero, el cual agradeció al sua sustente, y comenzó hacer una carta de recomendación para Daphne.

    —No se porque, crees que esa chica, puede ser de ayuda—comentó el elfo oscuro al herrero, y agrego—Es una chica demasiado simple, y una enclenque, además su trabajo es igual que ella, muy simple.

    —Yo encontré que su trabajo es bueno, tal vez sea simple para ti, que encuentra todas las acciones de los humanos, como simples—El herrero me comento a su asistente, mientras escribía la recomendación, y agrego con una sonrisa—Pero en la simplicidad también hay grandeza, acuérdate de eso.

    La joven Daphne observaba las armas y armaduras, que tenían en la tienda, analizando como estaba creada y que material, era usado para su utilización, se sorprendió que los arcos, se podía crear con metales pesados, como el acero, incluso la cuerda estaba creada con fibra de cobre, las cuales parecían muy flexibles.

    «Me gustaría construir armadura con esta flexibilidad », pensó la joven mientras estiraba la cuerda de cobre del arco.

    —Ya está lista tu recomendación—El herrero interrumpió a la joven Daphne, y agrego observando a la chica—Espero verte mañana, en la mañana.

    —Claro—Daphne tomó la carta de recomendación, y agrego haciendo una reverencia—Muchas gracias por todo.

    La joven tomó la carta de recomendación, y después el herrero le pasó otro papel, con la dirección de la cofradía de los herreros, en donde debía pedir una hora para hacer su examen, y conseguir su licencia.

    —Mayormente los exámenes son una vez al mes—El herrero le comento a la chica, así que debes prepararte.

    La joven Daphne agradeció de nuevo al herrero y se fue del local.
     
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    Dash Rendar

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    saludos, queria decir que la historia que narras esta bien escrita, en el ultimo capítulo estuvo bien, recuerdo que la herreria dependiendo de los materiales, si es cobre es facil de fundir, el material como la plata y el oro, tarda mas en difundir. he leido todos tu capitulo y te deje el comentario
     
  9.  
    El fénix ascendiente

    El fénix ascendiente Entusiasta

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    Un extraño anciano.

    La joven Daphne había llegado frente a la cofradía de los herreros, un gran edificio completamente hecho de acero y con forma de un yunque, la puerta que tenía forma de arco, estaba hecha de cobre y se encontraba abierta, a cada lado de la puerta se encontraba dos guardias, los cuales se notaba que era de una institución privada, ya que vestían con una casaca roja, la cual estaba sujetada por un cinturón dorado, vestían con un pantalón con pantalones negros, y utilizaban botas negras, también llevaban enfundada unas espada romperá.

    Los ojos de las joven divisaron unas escalera construida con mármol que separaba la entrada del edificio con la vereda. La joven se sorprendió al ver el edificio que ocupaban los herreros, le parecía algo exagerado la forma que tenía, pero admitía que se veía genial y acorde al oficio de los herreros.

    Cuando estaba empezando a subir la escalera, observó a un anciano de piel blanca, ojos blancos y sin luz, el cuerpo del veterano estaba encorvado, su pelo era canoso y corto, al igual que su barbar la cual tenía forma de chivo, vestía con una túnica azulada, zapatos negros, y se movilizaba con un bastó de madera. La joven Daphne observó con preocupación al anciano, parecía que tenía dificultad para subir, así que la joven decidió ayudar al veterano.

    —¿Necesita ayuda, señor? —Preguntó la joven que se acercó al viejo señor.

    —Gracias por preocuparse por un anciano—El veterano le contestó a la chica y agrego—A mi edad, me es difícil subir estas escaleras, así que puedes ayudarme a llegar a la entrada.

    —Claro, será un gusto ayudar—La joven tomó ofreció su mano al anciano, y el veterano tomó la mano de la chica.

    El veterano subió lentamente, mientras la joven servía como un segundo apoyo, así ambos siguieron hasta llegar frente a la entrada.

    —Gracias por la ayuda—Sonrió el anciano y agrego—En estos días, se ve muy pocas chicas bien educada como tu.

    —Gracias por su cumplido, y que le vaya bien en lo que deba hacer—Le sonrió la joven al veterano.

    —Y usted también que le vaya bien, querida señorita—Sonrió el anciano, para despedirse de la joven.

    Daphne se despidió del anciano, saludo a los guardias y le pregunto en qué lugar de la cofradía, se podía registrar para las pruebas de licencias, los guardias le indicaron una recepción en donde se encontraba los encargados de recoger las peticiones para los exámenes, y de dar el temario. La joven Daphne con una sonrisa, agradeció a los guardias por la información, y fue al lugar en donde se encontraba la recepción de las peticiones.

    Cuando la joven llegó a la recepción, saludo a la recepcionista con una sonrisa, y después de presentarse, le mostró la recomendación del herrero a la chica, la cual tomó el documento, lo observó y luego le dijo a la chica, que necesitaba un total de 100 moneda de oro.

    —¿Cien moneda de oro?, eso es mucho para un simple cartón—Comento la joven Daphne algo molesto, pero después suspiro y cerró sus ojos, se acordó de que había hablado con una aventurera paladín, la cual le había dicho que en la capital, varias cosas son más caras que en las aldeas, así que acepto el precio—Bien, creo que tengo esa cantidad de moneda.

    La joven tomó su bolsa de dinero, y comenzó a contar su dinero, mientras la joven hacia ese trabajo matemático, un hombre llegó al lado de la mujer que estaba a cargo de la inscripciones de exámenes , y le dijo algo a su oído, y luego se retiro del lugar. Cuando la joven Daphne, estaba asegurada de que tenía la plata suficiente para pagar el examen, la mujer que estaba atrás de la oficina, paro a la joven Daphne.

    —Lo siento, me acaban de informar que bajaron el precio del examen y ahora solo cuesta unas veintes monedas de cobre—la mujer de la recepción le dijo a la chica.

    «Vaya, ¿y ese positivo cambio, tan repentino? », pensó la joven, y luego sacó las monedas requerida de la bolsa, y volvió a pensar, «Bueno, no me quejarse»

    La joven Daphne puso el dinero para tomar el examen, la recepción tomó la recomendación y el dinero, luego le pasó a Daphne, un temario para la prueba escrita.

    —Aquí está su temario, debe estudiar estos temas para la prueba teórica, el examen se realizará el último día del mes—Le dijo la recepción y agrego— Se pude hacer el examen desde las nueve de la mañana, hasta las diez de la noche, ha se me olvida agregar algo a parte de la prueba teórica, también hay una prueba práctica.

    —Gracias por la información, y por la oportunidad—La joven Daphne, hizo una reverencia y después de despedirse de la recepcionista, se marchó del lugar.

    Cuando la joven salió del gremio, se dio cuenta que al frente de aquel gremio, había un pedazo del segundo muro, que dividía la ciudad, entre la parte comercial o central, y el terreno que se utilizaba para la guardia de la ciudad, también que había un escudo como lo observado a las afuera de la ciudad, pero este era más grande. Daphne al ver aquel escudo, quedó un rato observándolo, realmente quería saber más del material que estaba hecho, pero cada vez que trataba de analizar aquel metal, llegaba a la conclusión de que no conocía aquel recurso metalúrgico.

    —Es el metal que utiliza los dioses, el cual fue regalado a los humanos por medio del santo de la herrería, el cual llamó a este metal Brigit, los dioses lo llaman de otra forma, pero aquel nombre es desconocido—Una voz anciana le comento a la joven Daphne.

    —Ya veo aso que el metal se llama Brigit—La joven Daphne, observó al dueño de la voz, el cual era el mismo anciano que había ayudado a subir la escalera, y con una reverencia le agradeció al anciano por la información, y le pregunto al anciano—¿Pero como supo que estaba curiosa por ese metal?

    —Tus ojos no dejaba de mirar el escudo—El anciano le contesto a la joven y le pregunto a la joven—¿Tienes tiempo para conversar con este anciano?

    La joven miró al anciano, por alguna razón le recordaba a su abuelo, así que no dudo en cumplir el deseo del veterano, y quedarse un rato para conversar con él. A los minutos después ambos estaban sentado en un banco de madera en una de las Plaza más tranquila de la ciudad.

    —Veo que vas a tomar el examen para optar a la licencia de herrería— El anciano observó el pergamino con el temario que llevaba la muchacha, y volvió le pregunto a la joven Daphne—¿Quién es tu maestro?

    —Bueno, el que me enseñó todo lo referente a la herrería, fue mi abuelo—Le contesto Daphne a la pregunta del anciano.

    —Hablas de modo pasado, ¿le sucedió algo a tu abuelo? —El veterano le pregunto a la joven Daphne.

    La joven estuvo unos segundo en silencio, no sabía porque estaba tan cómoda conversando con aquel extraño anciano, la joven pensó que tal vez aquel anciano despedía una aura de tranquilidad y confianza, por eso es que se sentía como si hablase con una persona querida y conocida, como era su abuelo.

    —Hace apenas un día, una horda de bandido atacó mi aldea, mi abuelo me defendió y perdió su vida, y tuve que quemar el cuerpo, como parte del ritual funerario —La joven le contesto al anciano y agrego—Mi aldea fue quemada, y yo me escape de aquel lugar, es una suerte que pude encontrarme con una pareja conocida, así que gracias a ellos estoy en la capital.

    —¿Cómo se llamaba tu abuelo? —Pregunto el anciano a la chica.

    —Galant Ferrum—Le respondió la joven al anciano.

    El viejo observó a la chica en silencio durante unos segundo, el conocía al dueño de aquel nombre, era un amigo de la juventud.

    —¿Tu abuelo, era bueno en su trabajo? —pregunto el anciano a Daphne.

    —Para mí era el mejor, podía crear armas y armaduras geniales, y su habilidad con el martillo era… divina—La joven Daphne, se quedó pensativa durante unos segundo y pensó, «Santo de la herrería, no se enoje conmigo, por decir tales palabras»

    —Jaja, parece que admiras mucho a tu abuelo—Sonrió el anciano y pensó, «Dejaste una gran huella, amigo Galant»

    La joven Daphne, afirmó con su cabeza y luego observó al anciano, tenía algo que le hacía parecido a su abuelo.

    —Usted, ¿también es un herrero? —Pregunto Daphne al anciano.

    —Vaya, te has dado cuenta, chica—Sonrió el anciano y agrego mientras se rasca a la nuca—Soy un respetado herrero de la ciudad.

    —Genial—Exclamo con alegría la joven Daphne al escuchar la respuesta del anciano, y agrego—Señor, debe de ser bueno para tener el respeto de la ciudad, además se nota en su rostro que tiene gran sabiduría.

    El anciano, sonrió y se rasco la nuca, el cumplido de la chica le agrando más el orgullo que tenía el anciano.

     
  10.  
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    La biblioteca: El índigo gris y la extraña maga.

    Había trascurrido unos quince minutos desde que el anciano y Daphne, había iniciado su agradable conversación.

    —Fue una agradable conversación, chiquilla—El anciano se paro de su asiento y observó a la chica—Tal vez sepa las respuestas de las preguntas que aparecen en la prueba escrita, pero te aconsejo ir a la biblioteca, para reforzar tus conocimientos, es ese edificio.
    El anciano apuntó con su dedo índice, un gran edificio de color blanco, el cual ocupaba varias cuadra de espacio, y su altura era un total de seis piso de alto, además tenía una larga escalera de color rojo que unía la vereda con el edificio.

    —Lo bueno de tener una gran biblioteca, es tener una variedad de obras sobre herrería—El viejo le sonrió a la muchacha y agrego como despedida—Te deseo suerte, muchacha.

    El anciano se despidió con una señal de mano, y una sonrisa en su rostro, y se encaminó hacia otro lado. Daphne quedó durante unos minuto observado la biblioteca, la comparó con la que había en su aldea, en realidad la que había en su aldea, era propiedad del alcalde del lugar, y está era parte de la casa del alcalde, así que se podía decir que era una biblioteca semi privada, ya que el jefe de la aldea, permitía entrar a los aldeano a ese lugar.

    «Bueno, creo que es momento de volver a estudiar», pensó Daphne, que se dirigió a la biblioteca para comenzar su repaso.

    Cuando entró al sitio, observó como era el edificio por dentro, el sitio tenía un pozo de cerámica color azulejo con rombos, además sus paredes eran de mármol pulido, el lugar constaba con varios estantes de madera, tenía iluminación tanto natural como artificial, la primera era creada por una cúpula de cristal en el techo del edificio, y la segunda opción que era utilizada cuando la luz del día era poca, consistía en un candelabro con velas y en una variedad de faroles los cuales estaban pegados a la pared.

    Daphne asombrada por lo grande que era aquel edificio, la joven se acordó de los ratos que había pasado en la biblioteca de su aldea, y la comparó con el edificio que veía sus ojos, el lugar que pisaba en aquel momento era mucho más grande que el edificio que hacía de biblioteca en su aldea. La joven reviso con su mirada los estantes, eran grandes de podía decir que de alto eran aproximadamente unos dos metros, y de largo cada eran de unos tres metros.

    «Impresionante», pensó la joven Daphne y volvió a pensar, «Es cierto lo que decía sobre la capital, todo es mucho más grande que en una aldea»

    La joven suspiro hondo y comenzó su búsqueda, debía encontrar el estante que correspondía a la herrería, se acordó que le habían enseñado, que para encontrar la categoría que correspondía la obra deseada, debía encontrar el número de clasificación, pero en aque momento se le había olvidado cual era el número correspondiente.

    «Rayos, cual era el número de la categoría de herrería», se pregunto la joven Daphne, mientras caminaba y observaba las estanterías.

    —¿Le ofrezco ayuda, señorita? —Pregunto una voz a la joven muchacha.

    Daphne observó al dueño de aquella voz, era un tipo de dos metros, piel grisácea, tenía tres ojos, dos en la parte común y una en la frente, además su cuerpo era macho y musculoso, su pelo era blanco y corto, vestía con una túnica azul con bordes dorados, además llevaba botas de cuero de color café claro, guante de cuero negro y llevaba puesto unos lentes.

    —Este… —La joven Daphne, quedó paralizada de asombro y temor al ver aquel tipo.

    —Ya veo, usted nunca ha visto a un índigo gris—Le comento el sujeto a la joven Daphne.

    —Discúlpeme—Daphne, se dio cuenta que tal vez había molestado al hombre por su reacción, y agrego—Es que soy de una aldea, y bueno… aun no me acostumbro a lo cosmopolita que es la capital.

    El índigo gris le sonrió a Daphne, y le comento que no había problema, y entendía el asombro que había demostrado la muchacha. Daphne que ya se había recuperado del susto que había pasado al ver al tipo de piel gris, se volvió a disculpa y le comento que necesitaba saber a donde se colocaba las obras referente a la herrería.

    —Veo que usted viene a estudiar sobre los temas dele examen de licencia—Le comento el índigo gris a la chica y agrego—Espere sentada en uno de los asientos, yo le traeré los libros que necesita.

    —Gracias—Daphne agradeció al índigo gris, y se sentó en una de los asientos que estaba frente a un gran mesón de madera.

    Mientras la joven Daphne, esperaba los libros sobre herrería, no pudo evitar notar que al lado de ella, se encontraba una persona que casi completamente, estaba cubierta con una túnica azulada, la cual llevaba puesto unos guantes de cuero café claro y un gorro que le tapaba gran parte de su cara. La persona de la túnica, estaba leyendo unos libros que parecía ser de temas mágicos, mientras un pluma se deslizaba sola por un pergamino que estaba a su lado.

    —¿Necesita algo? —Pregunto amablemente y en voz baja la persona de la túnica a Daphne.

    —Este… no—negó con la cabeza la chica, que pudo notar por la voz que aquella persona, era una mujer, en aquel momento Daphne, pudo notar que la piel de aquella mujer era azulada, sus ojos eran amarillo color miel y también pudo notar que aquella persona tenía un pelo largo, sedoso, de color rojizo y pensó, «Otra persona de piel extraña, parece ser de otra raza, y por lo visto es maga»

    —Disculpa, estas aplastando uno de mis pergaminos—Le dijo la mujer a Daphne.

    Daphne se fijo que su brazo derecho aplastada un pergamino, así que retiro el brazo, mientras se disculpara con la persona de la túnica. La persona de la túnica al ver con detención a Daphne, se dio cuenta de que la chica, tenía algo que le hacía familiar, aparte de que irradiaba cierta magia.

    —Tengo una pregunta, ¿eres maga? —Pregunto la mujer a Daphne.

    —No, soy más una herrera—Sonrió la joven Daphne, mientras se rascaba la nuca y agrego—¿Por qué, la pregunta?

    —Tu esencia tiene algo de mágico—Le contesto la mujer a Daphne.

    La chica estuvo pensativa, analizando que tenía de mágico ella para que una maga, le confundiera con una usuaria de magia, entonces se acordó que su madre a parte de contarle historia, le obligaba a estudiar magia elemental.

    —Bueno… tal vez, sea porque tuve una madre maga, y cuando era pequeña recibí unas pocas clases de magia, pero no tengo nada relacionado con la magia, solo se [primero auxilios], y [llamaradas], pero ambas hechicería los tengo a nivel básico o bajo—Le contesto la joven Daphne a la maga y agrego con una sonrisa—Aunque admito que conservo estas magia, la primera, para curar y curarme de heridas, y la segunda cuando me falta fuego en la forja.

    —Interesante—comentó la joven maga y le dijo—Te preguntaba, ya que tienes la apariencia de una maga que conozco, ¿Te suena el nombre de Silvia Ferrum?

    —Espera… esa es mi madre—Daphne exclamo sorprendida por la pregunta de la maga.

    La maga al escuchar la exclamación de la chica, hizo que Daphne bajara el volumen de su voz, ya que estaban en una biblioteca.

    —Lo siento—Se disculpo la joven Daphne, y luego le pregunto a la maga—¿De dónde conoce a mi madre?.

    —Ya veo, entonces eres su hija—Comento la mujer y agrego—Es extraño siempre pensé, que ella solo tenía un hijo.

    —Espera, mi madre tuvo otro hijo—La joven Daphne, volvió a exclamar sorprendida por la noticia que le había dado la maga.

    La mujer volvió hacer bajar la voz a la chica.

    —Disculpa, es que me sorprendió escuchar que mi madre, tuvo otro hijo—le comento en voz baja la joven Daphne a la mujer, y agrego—Verás, es que no he visto a mi madre desde los siete años, por eso me sorprende escuchar que mi madre… digo que yo tenga un hermano menor.

    —Entiendo, se que esa maga es irresponsable, pero no sabía a qué nivel—Suspiro la mujer, y pensó, «Su físico se parece mucho a de ella, pero… su camino es diferente, además se ve que tiene una personalidad diferente a de ella»

    —¿Pero, como conoces a mi madre? —Pregunto la joven Daphne a la mujer.

    La maga le iba a contestar la pregunta a la joven Daphne, pero fue interrumpida por el bibliotecario que había llegado, con una gran cantidad de libros sobre la herrería, esto sorprendió a la joven Daphne.

    —Disculpe la demora, aquí están los libros que solicitó—El bibliotecario dejó en la mesa la pila de libro y luego agrego—Que disfrute su lectura.

    —Este…gracias—Daphne agradeció al bibliotecario, mientras observaba con sorpresa la pila de libro, y pensó, «Son tantos libros, no se si pueda memorizar todo»

    El bibliotecario se retiro, la maga observó a la chica, y llamó la atención de Daphne.

    —Bueno, después de la interrupción, mejor que te cuente lo que se de tu madre—Le comento la mujer a la chica.

    —Por favor, cuéntame lo que sabe de ella—Daphne le comento a la mujer.

     
  11.  
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    1533
    Relato sobre su madre.



    “A tu madre la conocí hace varios años atrás, en esa ocasión yo había salido de mi tierra natal, con la idea de hacerme con una variedad de conocimiento mágicos, para eso tuve que convertirme en aventurera para ganar dinero y tener cierta fama, para que me llamase los académicos. Había llegado a la ciudad y me encontraba en la fila para pasar la inspección de aduana, para la observe por primera vez y al primer novio que le conocí”


    —¿Por qué observaste a esa noble del carruaje?—Silvia le grito a su novio.


    —O vamos querida, no seas tan celosa, solo era una pequeño vistazo—Sonrió el novio de Silvia a la mujer.


    —Rayos, eres tan idiota—Exclamó Silvia a su novio y agrego—Acuérdate que eres mi novio, así que no debes mirar a otra, solo debes tener ojo para mi.


    “Admito que encontré a esa pareja muy tóxica, la mujer era algo posesiva y el hombre, bueno un mira falda, que gustaba coquetear con chicas, eso es lo que pensé al ver la actuación de esa pareja.”


    —No debes mirar a otra mujer, yo soy tu novia, tu mirada me pertenece—Le dijo Silvia a su novio.


    —Basta ya, no se porque escape contigo de la aldea—Le grito el novio a su pareja y exclamo con molestia—Me voy a separa de ti, ahora mismo, eres una horrible persona.


    —Tu maldito, entonces, lárgate de mi vista —La mujer empujó a su ex novio del puente, por suerte el agua del lago era bastante, y esto hizo que el joven cayese al lago y sólo sufriese de ropa mojada.



    La hechicera hizo una pausa a su explicación, mientras que la chica, estaba procesando lo que había escuchado, tanto problema había hecho su madre para escaparse con su novio, y su noviazgo, había durado solo algunas horas, y terminado por los celos de su madre, y la personalidad tan picaflor que tenía el novio de su progenitora.


    —Vaya, no me esperaba eso de mi madre—Comento la joven y agrego—Entonces, ¿así fue la primera vez que vio a mi madre?.


    —Si, la ex pareja tuvo que registrarse en la aduana en forma separada, tu madre hizo el trámite primero que su ex, y el hombre, bueno, se tuvo que colocar al final de la fila, creo que después de dos horas, empezó a estornudar, creo que empezó a resfriarse—Le contesto la hechicera y luego prosiguió—La segunda vez que vi aquella mujer, fue en el gremio de aventurero, cuando fui a escribirme, hay supe que era practicante de magia al igual que yo.


    “Yo entre al edificio del gremio de aventurero, y me puse frente a la recepción en donde estaba la recepcionista, ella estaba atendiendo a otra mujer, esa mujer resultó ser tu madre, la cual vestía con una túnica azul que tenía diseñado una variedad de líneas verdes y onduladas, además en su espalda tenía dibujado una baya de mora, y llevaba un báculo de mango verdes, que terminaba en un cristal trasparente.”


    —Vaya, eres tu—Saludo la hechicera a la mujer y agrego—La mujer que “boto a su novio”, hablando de forma literal.


    —Ya veo, tu estabas en la aduana—Comento la mujer, que observó a la hechicera—Tener una pareja es genial, y pasas noches cálida en sus brazos, pero hay veces que te encuentra con tipo como mi ex, no lo crees.


    —Por suerte que no necesito una pareja—La hechicera le comento a la mujer y agrego—Soy una aundnea, nuestra raza no necesita enamorarse, ni nada de eso.


    La joven Daphne, paro a la hechicera, ella al escuchar la palabra aundnea, tuvo cierta curiosidad por saber que significaba.


    —Los aundnea, somos una raza que nació de los restos de la magia arcana, por eso, somos considerado como una de las razas mágica de este mundo, nosotros no nacemos como la mayoría de las razas, nosotros nacemos de los pilares, una formación rocosa, en las cuales están tallada una palabra mágica, y esa formación se considera el centro de la magia, o sea somos partículas que se juntan y forma lo que ves ante tus ojos, y aparecemos de manera espontánea en aquel sitio, con capa y todo—La aundnea se apuntó con su dedo y comento mientras se paraba—Puede verme de forma normal con esta túnica, pero como vez, solo soy un cuerpo de cinco esferas mágicas.


    Daphne observó bien a la aundnea, y se dio cuenta que no tenía pies, y parece que no tenía brazos, ni manos que sostuviera sus guantes, la hechicera levita sobre el suelo y sus guantes cubría una mano invisible.


    —Vaya, es sorprendente—La joven Daphne le comento a la hechicera, mientras observaba con lucho interés a la aundnea y agrego—Entonces que sucedió después de las presentaciones.


    —Después de aquella presentación, estuvimos conversando con tu madre, y me comentó que se había tomado un descanso, en su aldea y se quería mudar a la ciudad con su ex, pero como no funcionó, había decidido seguir con su sueño de ser aventurera—La aundnea siguió contando la historia—Estuve con ella en varias misiones, tanto que podemos decir que nos volvimos amigas cercana, incluso me confesaba sus enamoramiento caprichosos, la mayoría eran con nobles, en los. Meses que la estuve conociendo, ella había estado con un total de 12 personas, y después se enamoro y se caso con noble, me quiso invitar a su boda, pero yo había vuelto durante una temporada a mi tierra, ella me enviaba una variedad de carta contándome su vida, eso te puedo contar de tu madre, ella siguió siendo una aventurera, y creo que sigue, pero ha llegado a un nivel tan alto en el gremio, que no le da muchas misiones, y está trabajando actualmente como profesora.


    —Muchas gracias—La joven Daphne agradeció a la aundnea, y agrego—Me alegra que mi madre, haya logrado sus metas, ¿por cierto, cual es el nivel más alto del gremio?.


    La aundnea le contesto a la chica, que el nivel más alto, es el que se denomina héroe, y se le otorga a las personas que han sobresalido en una variedad de misiones, y en la defensa o en la conquista de una ciudad, la chica se maravillo ame scicjar que su madre había logrado tan proeza, esto sorprendió a la hechicera.


    —Pensaba que estaba molesta por el abandono de tu madre—Le comento la hechicera a la chica.


    —Si, estoy algo molesta, pero a la vez me siento alegre que mi madre haya lograda alcanzar sus objetivos—Le comento Daphne a la hechicera y agrego—Aunque admito que no se como me sentiría, si es que la viese en estos momento.


    —Los sentimientos humanos, son tan confuso—Comento la aundnea y agrego—Ahora que lo pienso, creo que es otro de los misterio que debo comprender.


    La joven Daphne, agradeció la historia que le había contado la hechicera y luegos ambas volvieron a leer sus respectivas materias. Después de estudiar durante varias horas, Daphne, cerró los libros y decidió que era momento de volver a la posada y descansar un poco, ya que había estado un buen tiempo entre letras y páginas.


    La joven se despidió de la hechicera, y dejó los libros que había pedido en un mesón, para que después los vuelvan a poner en su estantes correspondiente, y se marchó del la biblioteca. A la salida de la biblioteca, se desperezo y emprendió su camino hacia la posada.


    Después de perderse un poco, al fin llegó a la posada, se fijo que ya había llegado clientes a la posada, los cuales la mayorías parecían ser aventureros, que estaban descansando de sus aventura. La joven Daphne, decidió comer algo antes de descansar en su pieza, así que pidió unas papas rústicas con huevos fritos y un poco de carne de jabalí, además de una infusión de naranja con limón.


    Daphne estuvo esperando su orden, la cual trajeron a su mesa, la joven agradeció a la mesera, tomó los cubierto y empezó a disfrutar de su cena, después de la deliciosa cena, dejó el plato en la mesa, se paro y se dirigió a su habitación, entró a la pieza y se tiro sobre la cama, observando el techo volvió a recordar lo que le había sucedido, unas lágrimas salieron de sus ojos y luego cerro sus ojos


    Los sueños de la chica la trasladaron a un tiempo, en que estaba junto a su abuelo, ayudándole en la forja, el anciano le contaba sobre las historia de los grandes herreros y de las armas que forjaron, mientras el fuego de la forja calentaba la habitación en donde ambos abuelo y nieta, estaba forjando un gran hacha de combate, cque tenía diseñada en ambas hojas la cabeza de un dragón que escupía llamas de su boca .


    Durante su horario de sueño, la joven Daphne a parte de soñar con los tiempos en que estaba con abuelo, ella soñó con los días que estaba en los brazos de su madre.
     
  12.  
    El fénix ascendiente

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    Primer día de trabajo.


    Ya era de noche y la hechicera aundnea, ya estaba saliendo de la biblioteca, había estado entre libro de hechicería durante todo un día, y hubiese estado más tiempo, pero la biblioteca tuvo que cerrar.

    —Sabía que te encontraría aquí, amiga—Una voz hizo que la hechicera volverse su cabeza.

    —Eres tu Silvia—La hechicera observó a la dueña de la voz—Hace tiempo que no te veía.

    Silvia la madre de Daphne, una atractiva mujer adulta, piel blanca y rasgos finos, de cuerpo esbelto, pelo negro que le llegaba hasta el cuello, ojos amarillo claro, vestía en aquel momento con traje completo que le llegaba hasta los tobillos de color azul, un sombrero negro que terminaba en punta, y una capa azul que tenia diseñada una mora roja.

    —Cuando supe que estabas en la ciudad, sabía que te encontraría en la biblioteca—Comento Silvia acercándose a la hechicera.

    —Parece que soy un libro abierto para ti—Le comento la aundnea a Silvia y agrego—¿Qué te trae a este lugar?

    —Estoy investigando sobre un arma encantada—Silvia le mostró a la aundnea, una daga con una iluminación dorada—Esta arma, fue encontrada en una excavación de unas ruinas antiguas, tiene una fuerte magia, y por eso me la trajeron a mi, para investigar sobre esto, pero me di cuenta que esta impregnada con la magia arcana, la cual es muy antigua, y no conozco mucho de esta disciplina, pero creo que una aundnea puede ayudarme a comprender.

    La hechicera tomó la daga y la analizó durante unos segundos, luego de observarla, se la entregó a Silvia.

    —Una daga devora almas—La aundnea le explico a la hechicera, y agrego—Esta arma es perfecta para un asesino de las sombras, su magia es poderosa, ya que al apuñalar a alguien con esta arma, el alma alimenta está daga, volviéndola más fuerte, por suerte la magia está inactiva, ya que necesita ser portado por un asesino de la sombras, para que se pueda activar.

    —Gracias, eres genial—Silvia agradeció a la hechicera.

    —De nada—la aundnea, estuvo en silencio durante unos segundo y agrego—Por cierto, no me habías contado que tienes una hija secreta.

    Silvia quedó callada durante unos segundo, y luego le pregunto a la hechicera, ¿como sabido de aquel dato de su antigua vida en la aldea?, la aundnea, le contesto a la hechicera que se había encontrando con Daphne, esto dejó a la hechicera perpleja, no quería que se supiera que ella había tenido una hija en su juventud.

    —¿No lo has contado a nadie?—Pregunto Silvia a la hechicera.

    —Soy una aundnea, nosotras no gustamos de comentar secretos—La hechicera le dijo a la mujer y agrego—No comprendo los sentimientos humano, pero creo que algún día, deberías comunicarte con tu hija… ha cierto, lamento la muerte de tu padre.

    Silvia al escuchar la noticia de la muerte de su progenitor, quedó callada y pensativa, mientras unas lágrimas callejón de sus ojos, hace tiempo que sus pensamientos no había estado confuso, hasta aquel momento. La aundnea se despidió de Silvia y se alejo del lugar.

    Eran las siete de la mañana, el sol apenas estaba mostrando su luminosidad que marcaba su reinado temporal sobre el cielo, y la joven Daphne, se estaba dirigiendo a su trabajo en la herrería. Daphne en aquel momento, estaba vistiendo una ropa que le fue regalada, por la hermana del posadero, la vestimenta consistía en una falda larga que le llegaba hasta las rodillas, unas medias negras hecha de lana, y una camisa blanca sin manga y llevaba los mismos zapatos de cuero.

    La joven comía una manzana, ya que no había alcanzado a tomar su desayuno, cuando salió de la posada. Cuando llegó a la tienda de armas, dejó la manzana en un basurero cercano, y tocó la puerta trasera del local, la puerta se abrió y la chica se encontró frente al elfo oscuro, el primer asistente al ver a la muchacha, suspiro hondo y algo molesto, la joven al ver al elfo, solo sonrió de manera amable, tratando de no mostrar su cara de disgusto, ya que encontraba no muy agradable la personalidad del elfo oscuro.

    —Entra cría mocosa—El elfo oscuro, se puso a un lado de la puerta para dejar entrar a la chica.

    —Muy amable de su parte—Daphne sonrió de forma forzada y pensó, «No me llames cría o mocosa»

    La joven ingresó a la tienda, por un pasillo largo y angosto, el elfo cerró la puerta y guio a la joven Daphne, hasta llegar al mostrador del negocio, en donde se encontraba el herrero y dueño del local, el cual estaba limpiando el mesón del lugar. El dueño al ver a la joven, dejó de hacer lo que estaba haciendo, y fue a saludar a la joven Daphne.

    —Buen día, llega a la hora, eso es bueno—Saludo el mesero a la joven Daphne, y agrego—Ya que estas aquí, necesito tu ayuda, para ordenar los productos que tenemos en la tienda y aun no se encuentra ordenados en los mostradores.

    —Claro, será un gusto ayudarles—Daphne le sonrió al dueño.

    —Deberías ver si esa cría, sabe distinguir entre un arma o armadura usada con las nuevas—El elfo le aconsejo al dueño.

    El dueño afirmó, sacó de una caja que tenía el mostrador dos hachas de una mano, las cuales estaban hechas de acero y la dejó sobre el mostrador.

    —¿Puedes distinguir entre una nueva y una usada? —Pregunto el dueño a la joven Daphne.

    Daphne observó las dos hachas, a simple vista las dos parecían nuevas, sin ningún signo de uso, pero viéndolas mejor en una de esas había unas pequeñas rayas que no se podía notar fácilmente. La joven afirmó a la pregunta del herrero, y con su dedo índice apuntó a el hacha que había sido usada.

    —Vaya, si que eres buena—El dueño tomo las dos hacha y le pregunto a la chica—¿Había tenido experiencia con esto antes?

    —Como usted sabe, trabaja con mi abuelo en una tienda de arma en mi aldea, y el me enseñó a identificar una arma usada de una nueva, aunque yo soy mas lenta que mi abuelo—Le contesto Daphne al dueño.

    —Bueno, es bueno saber que puede identificar un arma nueva de una vieja—El dueño guardo las hachas y le dijo a la chica—Bien, debes ordenar los ítem de la tienda en nuevos y en usados, y ponerlas en sus respectivos mostradores.

    Daphne afirmó con su cabeza, y comenzó ayudar al dueño ordenando los ítem del sitio, poniendo los ítem nuevos en el lado derecho de la tienda, y las usadas o antiguas, las colocaba en los mostradores del lado izquierdo. El dueño y el elfo oscuro, observaron el trabajo que realizaba la chica.

    —Lo está haciendo bien—El dueño le comento al elfo oscuro.

    —Si, bien para una mocosa enclenque—El elfos oscuro observó fijamente a la chica y agrego—Bueno, iré a trabajar en la herrería.

    —En un rato estaré por hay, esperare que esta chica termine su trabajo, para abrir la tienda y asignarle trabajo a Daphne—Le el dueño a sus asistente elfo.

    El elfo entró a la sala de herrería, el dueño observó a Daphne, hasta que Daphne terminó de hacer su trabajo, y se acercó al hombre para que le asigne más trabajo. El dueño de la tienda, reviso si los items, estuviese en su lugar y a comprobar que todo estaba en su lugar, felicito all la chica, y luego le asignó el trabajo de vendedora.

    —Aquí está la lista de precio—El hombre le paso a la chica un libro con los precios de las armas y agrego—En este libró se encuentra, los productos que estamos vendiendo, su información y sus precios, esto ayudará cuando una persona pregunte por alguno de nuestro productos, incluso tiene en la parte de atrás, en la parte de atrás se encuentra la cantidad de dinero que tenemos permito gasta en la compra de un producto usado.

    El dueño de la tienda abrió el local, y observó a Daphne, esperando una respuesta de la joven muchacha.

    —Entendido—La joven Daphne afirmó con una sonrisa en su rostro, y observando el libro que le había pasado su nuevo jefe, agrego—Gracias por la oportunidad que me ha dado, haré mi mejor esfuerzo en este trabajo.

    —Estoy seguro que lo harás bien—El dueño se retiro a la habitación de la forja, y agrego ante de entrar—Cuando tengas dudas, me puedes preguntar a mi o al elfo oscuro.

    La joven volvió afirma con su cabeza y fue a mesa de ventas, la chica puso el libro sobre el mesón y lo estuvo leyendo, esto para recordar la información, y los precio sobre las armas que se vendían en ese local. La chica estaba leyendo el libro, hasta que entró a la tienda un cliente, el cual era un aventurero que vestía con una armadura de hierro desgastada.

    —Disculpe, necesito una armadura—El aventurero, se acercó al mesón de venta.

    —Tenemos una variedad de armaduras, ¿de que tipo necesita? —La chica dejó el libro y observó al cliente.

    —Una de hierro como esta—El aventurero le contestó a la muchacha.

    La chica observó bien la armadura que portaba el cliente, se fijo que tenía signo de muchos golpes, y hundimientos por armas como hachas de combate.

    «¿Como este tipo ha sobrevivido con una armadura como esa?», Se pregunto la chica y le pregunto al cliente—Señor ¿en que rango de aventurero esta?

    —Estoy en el rango avanzado—Le contesto el aventurero a la chica.

    —Ya veo, le aconsejo dejar de usar armadura de hierro, el rango avanzado a pesar de ser el rango después del novato, tiene misiones que podrían matarlo si usa una armadura de hierro—Le recomendó la chica y agrego—Por suerte para usted, tenemos una armadura de acero, la cual es económica, que sólo vale cinco monedas más de lo que vale una de hierro, pero su defensa es superior que esa armadura.

    El aventuro aceptó la armadura que ofrecía la joven Daphne, la chica salió del estante para guiarle a donde estaba esa armadura, la sacó del lugar y la trajo a donde estaba el mesón, el aventurero feliz por la compra le dio el dinero a la chica, y se marchó con la armadura puesta.

    «Nada mal, para mi primera venta en este local», pensó la joven Daphne, que sonrió y siguió estudiando los precios de las armas.
     
  13.  
    El fénix ascendiente

    El fénix ascendiente Entusiasta

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    La aprendiz de herrero
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    Fantasía
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    17
     
    Palabras:
    1517
    Jornada.

    Daphne después de hacer su primera venta, volvió al mostrador y comenzó a estudiar los precios de las armas, esto lo hacía para recordar los precios de los productos que se vende en el local. Mientras estaba memorizado los precios, ingreso en la tienda un joven de piel blanca, cuerpo esbelto, pelo rojizo, el cual le llegaba hasta la mitad de las orejas, ojos azules oscuros, llevaba puesto una armadura de hierro, llevaba puesto sobre su espalda una capa de piel gris.

    La joven herrera observó que aquel muchacho, llevaba un colgante que tenía forma de escudo, y que diseñado adentro de la joyería masculina, se encontraba dos espadas cruzadas, la joven reconoció ese colgante, era la representación del santo de la guerra, el cual es el encargado de velar por los guerreros, sea cualquier tipo de guerrero y también aventureros. El joven se acercó al mesón de venta.

    —Bueno días—La joven Daphne saludo con una sonrisa al joven aventurero, y pregunto manteniendo la cortesía—¿Qué le trae a la tienda?.

    —Buen día, necesito vender esta arma—El joven puso en el mostrador una hacha de una mano, con mango de acero, doble hoja de oro y el aventurero agrego—Yo solo utilizo espadas, son mas fáciles de manejar, así que esta hacha que conseguí como parte de un tesoro no puedo usarla.

    —Interesante hacha—Comento la joven que tomó el hacha, y pudo reconocer un brillo en la arma, y mirando con sorpresa al joven le dijo—Se nota que esta hacha esta encantada.

    El joven miró con asombro a la joven Daphne, no podía creer que una simple vendedora pudiese ver el encantamiento del arma.

    —Disculpa, ¿eres una especie de hechicera?—Pregunto el joven aventurero a Daphne y agrego—Ya que los que han estudiado magia, son capaces de observar la energía que irradia un arma encantada.

    —No, pero mi madre fue una hechicera, y me enseñó lo básico de la disciplina—Sonrió la joven muchacha, y agrego—Pero solo puedo saber si un arma está encantada , no puedo saber en forma acertada el tipo de encantamiento, aunque podemos comprobarlo, veré si tenemos alguna clase de meñique que podamos utilizar como muñeco de prueba, dependiendo del encantamiento agregaré extras al precio.

    —Claro—El muchacho aceptó la idea de la chica y pensó, «Ella tiene una apariencia similar a mi cuñada»

    La joven fue a la herrería de la tienda, y pregunto a su jefe si tenía un meñique, ya que quería comprobar el encantamiento de un arma, el dueño de la tienda estuvo pensativo, y luego le dijo que podía tomar uno en desuso de la bodega, la joven agradeció a su jefe y fue a la bodega. Después de rebuscar por la bodega de la tienda, encontró lo que estaba buscando y fue a la recepción.

    —Bueno, disculpa la demora—La joven llegó con el maniquí y lo puso frente al chico—Ahora proveemos cuál es el encantamiento.

    —Claro—El aventurero novato levantó el hacha, tomó el hacha y luego la dejó caer sobre el meñique.

    El impacto del arma encanta, hizo que el encantamiento que contenía se activase y el muñeco de prueba se congeló, esto impresionó a la joven Herrera que tocó el maniquí, y sintió el frío que irradiaba el cuerpo de prueba. Daphne al ver que funcionaba el encantamiento, fue al mesones de venta para consultar el precio en los apuntes, luego observó al muchacho aventurero.

    —Bueno, te puedo dar 400 monedas de plata más dos moneda de oro por el hacha—Le comento al aventurero.

    —No es mal precio, aceptó las monedas—le contesto.

    La joven Daphne preparo una bolsa de cuero con dinero y se la dio al joven aventurero, que tomó el precio de la venta, dejó su hacha en el mostrado, se despidió y le deseo un buen día a la joven Daphne antes de salir de la tienda, la chica le co resto con una so risa en su rostro. Cuando el aventurero se marchó, la chica tomó el hacha y la observo, ella estaba asombrada por cómo alguien había podido utilizar oro para hacer la hoja del hacha.

    La joven Daphne fue a la herrería, para mostrar la reciente adquisición de la tienda a su jefe, al entrar a la sala, la joven Daphne observó al dueño de la tienda y a su asistente, conversando con un tipo que por sus ropajes finos se podía instruir que era de cuna noble. El noble, un tipo de piel blanca, cuerpo robusto, estatura media, pelo negro, ojos azules oscuros, vestido con una camisa de color blanca, pantalones negros que le quedaba muy ajustado, zapatos negros, sobre su espalda llevaba puesto una capa de color verde que tenía diseñada el símbolo de la cabeza de un león rugiendo de color amarillo, y colgando sobre su cuello un rubí de color rojo.

    El noble miro a la joven con una cara de molestia, ya que había interrumpido su conversación, la joven al ver que el noble estaba molesto, pidió perdón mientras hacia una reverencia, y se mantuvo callada. La conversación entre el noble y el dueño de la tienda fue reanudada, la joven que se mantenía en silencio observó el rubí, ella reconocía aquel colgante, lo había visto en un libro en la biblioteca de la aldea, era el colgante de un miembro del consejo de los reyes.

    Según lo que ella había leído en las páginas amarillentas de los viejos libros de historia, el consejo de los reyes, es un círculo de nobles sabios que son personas de confianza de los reyes, y que se encarga de aconsejar al gobernante de turno del país, sobre los temas que pueden cambiar el destino del reino. Este círculo de consejeros se consideran como la segunda escala de mando, y cuando no hay algún rey que gobiernen, ellos son los encargado de manejar el país de forma temporal, hasta que se elige otro rey.

    La joven Daphne escucho la conversación de sus jefes con el noble, el noble quería una espada para regalar al joven rey, que cumpliría la mayoría de edad el próximo mes, el hombre de alta alcurnia, le dijo que quería una espada con una hoja de cristal, y un mango de acero. La joven al escuchar la petición del cliente, se sorprendió ya que nunca había escuchado tal uso para el diamante.

    «¿El diamante se puede utilizar para la herrería?», se pregunto.

    —Bueno me debo ir, y espero que el trabajo esté listo antes de que el nuevo rey cumpla años—Se despidió el nombre y antes de salir volvió a observar a la joven presente y pensó, «¿Por qué su rostro se parece a aquella hechicera?, no, sólo es mi imaginación»

    El noble se fue de la tienda, el dueño del lugar suspiro profundo, el cliente le había resultado muy exigente, una espada de hoja de diamante. El dueño sabía hacer tal proeza, pero el diamante era costoso.

    —Bueno, hay que comenzar con el trabajo—El hombre observó a su asistente—Ve hacer el pedido de diamante.

    —Claro—El elfo le dijo a su jefe.

    Mientras el elfo se iba, el hombre observó a su empleada más reciente.

    —¿Qué sucede, Daphne? —Pregunto el jefe a la joven.

    —He conseguido comprar un hacha, muy interesante—Daphne le mostró a su jefe el arma que había comprado al aventurero novato.

    —Se ve que has realizado una buena compra—El hombre tomó el hacha, y observó el arma con mucho interés—Me gusta lo que veo, tienes un buen ojo, este trabajo parece ser hecho por los enanos, incluso puedo casi asegurar que esta arma fue forjada en uno de los diez reinos caídos de los enanos.

    La madre de Daphne le había contado sobre los reinos enanos, en la antigüedad había doce reinos de los enanos, pero por ciertas circunstancias diez de éstos reinos cayeron, quedando sólo dos reinos, los cuales siglos después decidieron unirse como un solo gran reino de los enanos. Los objetos de esos diez antiguos reinos son muy preciados, y se vende a un alto precio.

    —Veré si puedo contactar con alguien, para averiguar si estoy en lo cierto—El dueño de la herrería le dijo a la joven, y agrego—Ahora, vuelve a tu trabajo.

    Daphne obedeció a su jefe y volvió a trabajar en el mostrador. Al volver a su puesto de trabajo, la joven Daphne estuvo atendiendo a los clientes que llegaba a la tienda, la mayoría eran aventureros que quería actualizar su equipamiento, cuando trabajaba con su abuelo, la chica había atendido a varios aventureros que habían pasado por la aldea, y comprado equipamiento en la herrería de su abuelo, así que para Daphne, no era nada nuevo atender a aventureros y darles consejo sobre que equipamiento comprar.

    Ya faltaba poco para terminar el trabajo y cerrar la tienda, cuando entro una joven aventurera con un equipamiento que denotaba su rango como aventurera, la joven muchacha quedó impresionada al ver la armadura que traía la clienta.
     
    Última edición: 26 Abril 2021
  14.  
    El fénix ascendiente

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    Rapier

    La joven Daphne estaba en el mostrador, y revisando un pergamino en el cual había registrado las ventas y compras de cada armas y armadura, que había pasado por el local, cuando entro en el local una joven chica de piel tersa, cara atractiva y fina, el pelo de aquella muchacha era de color rubio, y le llegaba hasta los hombros, a pesar de que su rostro y su ojos de color verde claro, eran atrayente y atractivo, lo que más atraía a la joven aprendiz no era los atributos físicos de aquella mujer, era su armadura hecha de plata resistente.

    La armadura pesada que portaba la joven aventurera, consistía en un peto hecho de plata con líneas doradas, además de una falda larga que le llegaba hasta los tobillos y quw estaba hecha de plata, unas botas hecha de oro, unos guantes largos que llega hasta los codos, y un yelmo dorado con una visera. La aventurera portaba una larga espada de una mano que tenía un mango rojo con forma de la cabeza de un fénix, y un escudo largo que tenía diseñado en el centro un fénix de dos cabezas en pleno vuelo.

    Daphne quedó impresionada con el equipamiento que portaba la aventurera, los ojos de la joven aprendiz quedaron iluminado por aquella visión, la joven no podía creer que aquel día vería tal hermosa obra diseñada por un herrero. La mujer no iba sola, acompañándola estaba un tipo de cuerpo ancho y musculoso, pelo largo que le llegaba hasta la barbilla de color rojizo, una cara que mostraba fiereza y experiencia en batalla, las heridas por todo su rostro y cuerpo, mostraba la razón de su cara, sus ojos eran negros, el tipo vestía con una armadura que para los ojos de la joven aprendiz, era hecha para los bárbaros de la región sur del territorio correspondiente al frío país de Sybír.

    La armadura que portaba el bárbaro, consistía en un pantalón hecho de huesos de ogro que estaba cubierto con cuero del gran oso blanco de Syrbir, el cual era considerado uno de los más grande y poderoso animales de aquella región, además llevaba puesto un calzado consistente en unas botas que llegaba hasta las rodillas, hechas de cuero de un troll de las nieves, portaba sobre su espalda una gran hacha de combate, la cual estaba hecha de hueso de un dragón.

    —¿En que puedo ayudarle? —Pregunto la joven muchacha a la aventurera.

    —¿Ustedes pueden reparar armas?—Pregunto la aventurera, que saco de un bolso que portaba en su espalda, una espada tipo rapier la cual estaba oxidada.

    —Vaya, está espada parece ser antigua —La joven Daphne observó con detención la espada, y agrego—No es por ser metiche, es más bien por curiosidad, pero me gustaría saber un poco más de esta espada.

    La aventurera de la brillante armadura de Plata, entendió la curiosidad de la joven, y le explicó a la encargada de venta de aquel local que la espada era una antigua reliquia familiar por parte de la madre, que pasaba por las hijas mayores de la familia, ella había heredado aquella arma hace un año atrás, y decidió que aquel día quería arreglar la espada para devolverla a su estado original.

    —Se nota que esta espada es muy querida—Comento la joven que dejó la rapier en la mesa, y luego saco un pergamino y pregunto a la aventurera—Entonces, ¿cuál es tu nombre?.

    —Ha cierto… pon el nombre de Margaretha Zelle—La aventurera le contesto a la joven encargada de las ventas.

    «No me parece que sea su nombre real, pero es normal que una aventurera tenga un nombre falso», pensó Daphne que escribió el nombre que le había indicado la aventurera, y luego le dijo a la chica—Bien, según lo establecido por la tienda, se debe abonar para una reparación un total de 30 moneda de cobre, cuando se termine la reparación, se le cobrará el costo de esta.

    La aventurera saco su bolsa de cuero, y dejo en la mesa treinta moneda de cobre, la joven tomó el dinero, luego envolvió la rapier con una cinta blanca y la dejó a un lado suyo.

    —Gracias por confiar en nuestros servicio—Daphne le sonrió a la aventurera de buen equipamiento y luego le dijo—La reparación se hará de uno a tres días, y un mensajero irá a avisarle sobre la reparación…rayos, casi se me olvida, necesito saber su dirección para avisarle cuando su espada esté reparada.

    —Cierto… realmente no quiero dar mi dirección, así que puedes encontrarme en el gremio de aventurero, pero si no estoy en aquel lugar, solo deja un mensaje con el personal de recepción —Le contesto la aventurera.

    —Entendible—Daphne anotó en el pergamino “gremio de aventurero”, y después con una sonrisa y una reverencia le dijo a la aventurera—De nuevo, gracias por preferirnos.

    La joven aventurera se despidió de la chica, con un agradecimiento en sus palabras y luego dirigió su vista al sujeto de Syrbir, el cual estaba observando con mucho entusiasmo los martillo de guerra, la aventurera de hermosa armadura, llamó la atención del bárbaro que dejó de ver los martillo, y dirigió su mirada a la chica. Unos minutos después ambos aventureros salieron de la tienda.

    La joven Daphne después de ver como los clientes se iban del local, observó el reloj de la tienda y se dio cuenta que ya era momento de cerrar la tienda, así que se dirigió hacia la puerta volteo el letrero que decía abierto y lo dejó en cerrado, luego cerro la puerta de la tienda por dentro, y se dirigió al cuarto de herrería, en donde el dueño de la tienda y sus asistente, continuaban su trabajo de crear armadura.

    —Veo que terminaste con tu trabajo—Le comento el herrero a su empleada.

    —Si, fue un día muy productivo y educativo—La joven Daphne dejó el rapier, en un mesón de la sala y agrego mirando a su jefe—La última cliente dejó esta espada para reparación.

    —Se nota que esta espada proviene de una familia de noble—Comento el elfo oscuro que tomó la espada, sorprendiendo a la joven Daphne—Ya veo, esta arma fue hecho para una de las familia noble de esta ciudad, ¿había algo que identificase al dueña de esta arma, como perteneciente a la familias nobles?.

    Daphne pensó un poco y se acordó de la hermosa armadura, que portaba la dueña de la rapier, y se dio cuenta de que aquel equipamiento era de una gran calidad, entonces le contó esto al elfo oscuro, el asistente del herrero al escuchar la respuesta de Daphne, bajo la rapier y la dejo en la mesa.

    —Esto es bueno—Comento el elfo oscuro que se apoyo en la pared , y observó al dueño de la tienda—Dos nobles en un día, esto es bueno, nuestro renombre está creciendo ñ.

    —Tienes razón—El dueño de la tienda le dijo a su asistente, y le dijo a Daphne—Ya es momento que te vayas a tu casa, nos vemos mañana.

    —Claro, nos vemos—Daphne se despidió de su jefe y del elfo oscuro.

    Daphne salió de la tienda, el dueño de la tienda y su asistente, observaron por algunos segundo a la joven.

    –Creo que fue una buena idea contratarla, se nota que es muy trabajadora y nos ha traído mucha suerte este día—El herrero le comento a su asistente, y agrego observando la rapier—Creo que como premio, le puedo dejar la reparación de esta arma a ella.

    —Aunque es una buena trabajadora, y sabes que no soy muy creyente de la suerte, pero creo que influyó en lago su parecencia, no creo que sea buena idea darle el trabajo de reparar esta arma—Le comento el elfo oscuro a su jefe.

    —Yo creo que si es buena idea, además así nos enfocaríamos más en la espada de diamante que nos pidieron—Le contesto el herrero al elfo oscuro.

    El elfo suspiro con resignación, era cierto lo que le había dicho su jefe, para hacer una espada de diamante era necesario mucha atención, ellos ya tenía su atención bastante dividida con la creación de espadas y armaduras.

    —De acuerdo tu ganas, le permitiremos el arreglo a esa mocosa—Suspiro el asistente y agrego—Esto solo porque, quiero terminar la dicha espada de diamante en el menor tiempo posible.

    Daphne llegó a la posada, y observó que el lugar estaba bastante lleno, y parecía que el lugar no daba abasto, las empleadas que ejercían como meseras corrían de un lugar a otro, incluso la hermana del posadero, ayudaba con los pedidos. La joven Daphne se acercó al mesón, en donde atendía el dueño de la posada, para poder hablar con él y saber lo que estaba sucediendo en el lugar.

    —Parece que está muy agitado el sitio—Comento Daphne que se sentó en una silla frente al mesón de atención y pregunto al dueño de la tienda—¿Qué está sucediendo?, ¿por qué tanto movimiento?.

    —Es verdad, tu no eres de la ciudad, hoy se celebra el día de la cerveza—Le contesto el dueño de la posada—Me agrada el día, gano mucho dinero y la clientela es mayor, pero hay veces que es tanto que este lugar colapsa.

    —Quiero ayudar—Daphne le dijo al posadero.
     
  15.  
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    Asignación


    —A mi no me importaría recibir más ayuda, aunque sea de una persona inexperta—Le contesto el dueño de la posada, después de escuchar el ofrecimiento de Daphne, y le pregunto—¿Pero tienes experiencia?.

    —Cuando en mi aldea se celebraba el día de la cosecha, la taberna de mi aldea se llenaba, y yo ayudaba a la familia que atendía aquel negocio—Le contesto la joven Daphne y agrego-Así que tengo algo de experiencia.

    —Eso es bueno, así me ahorro varios detalles—El posadero le comento a la joven y agrego—Iré a buscar un delantal para ti, y algunos utensilio para el trabajo.

    La joven Daphne decidió ayudar al dueño de la posada, como una forma de pagar por la generosidad que el señor había mostrado, al permitirle quedarse en una de sus habitaciones, esto a pesar de que estaba algo cansada por el trabajo que había realizado en la herrería. El dueño de la posada volvió con un delantal y de lo entregó a la chica, aquella vestimenta de trabajo era de de color blanco que tenía bordado en dorado el nombre de la posada, “ La daga del mago manco”, y tenía dos bolsillo a cada lado.

    La joven se puso el delantal y lo amarró, luego el dueño de la posada le entregó a la joven una tabla con una variedad de hojas juntas y un lápiz de madera, para que pueda anotar los pedidos de los clientes. El dueño de la posada le explicó a Daphne, cuáles eran los números de las mesas y luego le explico a la chica, el menú de aquel día, y los tipos de cervezas que tenían, además de otros tipos de bebidas alcohólicas, la joven memorizo lo explicado por el posadero y comenzó a realizar el trabajo.

    La primera mesa que atendió fue una en donde se encontraban cuatros aventureros, la joven se acercó y preguntó con una sonrisa risa amble, y una actitud de servicio, que querían pedir, los cuatros aventureros estuvieron pensando un rato.

    —¿Qué tipo de cervezas tiene este lugar? —Pregunto un aventurero de armadura pesada y hecha de wodginita, un mineral oscuro, otro de los rasgo que llamaba poderosamente la atención era su extraño corte de peinado, rapado en dos lados de la cabeza, y se había dejado una franja en el centro.

    —Bueno, tenemos cerveza large, cerveza negra, cerveza rubia, cerveza ale y ales—Le contesto la joven, mientras hacía memoria de lo explicado por el posadero y agrego—Si me pregunta mi opinión, la cerveza negra está en descuento, además según lo que he escuchado es una deliciosa cerveza.

    Los aventureros conversaron entre ellos, después de unos segundo le dijeron a la joven que quería la cerveza recomendada por ella, y preguntaron si tenían patatas fritas, la muchacha contestó de forma afirmativa, así que a parte de cuatro jarro de cerveza negra, ellos pidieron una gran porción de patatas fritas, la chica anotó todo y fue al realizar el pedido.

    —Cuatro jarra de cerveza y un especial de patatas fritas—La joven le dijo al posadero, mientras dejaba en la mesa el papel en donde tenía anotado el pedido, y agrego—Ha cierto, este pedido fue realizado por la mesa cinco.

    El posadero tomó el papel y agradeció a Daphne, la cual siguió atendiendo a otros clientes, siempre manteniendo una actitud carismática, la cual había heredado de su abuelo y una sonrisa amble. La joven fue atender a una de la mesas, y se encontró con uno de los clientes que había atendido en el negocio de herrería, era el aventurero novato que había traído el hacha encantada.

    —Vaya, no sabía que tenías otro trabajo en este sitio—le contestó el aventurero.

    —Estoy ayudando a un conocido—Le contesto Daphne al joven y agrego—Entonces, ¿Qué es lo que quiere?.

    —Una cerveza de Ale—Le contesto el cliente, y le pregunto a Daphne—¿Tienes pescado frito?.

    La joven contestó con una afirmación a la pregunta del aventurero, y después de anotar el pedido, fue al mostrador para darle la orden al posadero, después de ese momento la joven siguió su trabajo, la meseras que la observaron quedaron sorprendía por la actitud y la eficacia que tenía la joven Daphne en el trabajo, y comenzaron a imitarla, esto se hizo muy notorio durante el resto de la jornada.

    Después de la extenuante jornada, la cantidad de cliente había disminuido y esto también afectaba de manera positiva al ritmo de las meseras, estas pudieron trabajar de forma más calmada. Cuando los cliente se podían contar con los dedos de las manos, la joven Daphne, vio que ya no era necesaria su ayuda así que se dirigió al posadero, y le dijo que se iba a su cuarto a descansar.

    —Muchas gracia por tu ayuda—El posadero le agradeció a la muchacha, mientras recibía el delantal que le había prestado a la chica—Eres una buena trabajadora, cuando quieras puedes volver a trabajar como mesera.

    —Tal vez algún día, por el momento me quedaré con mi trabajo en la herrería —Sonrió la joven Daphne, que fue al cuarto que utilizaba para dormir.

    La chica al entrar a la habitación se tiro sobre la cama, mientras la puerta se cerraba atrás de ella. Daphne estaba cansada aquel día, pero feliz de haber comenzado con sus primeros pasos para lograr ser una gran herrera en aquella ciudad. La joven estuvo con sus ojos cerrados durante unos cinco minutos, entonces volvió abrir sus ojos y se sentó en el borde, dio un suspiro mientras se radicaba su nuca, necesitaba repasar los apuntes.

    La joven Daphne tomó los pergaminos que tenía los apuntes, que había tomado en la biblioteca y comenzó a leer los apuntes para el examen de licencia de herrería. Durante una hora estuvo leyendo lo que había escrito, hasta que sus ojos se cansaron, y tuvo que cerrar los pergaminos, apago lámpara que tenía en la mesilla de noche y se cerró sus ojos para dormir.

    La chica se vio rodeada por un ambiente de oscuridad, alzando su vista pudo notar la silueta blanca de una mujer, aunque no la había visto en años, Daphne sabía quién era esa persona, era su madre, la joven alzó su brazo para alcanzar aquella figura blanca, pero se dio cuenta que sus manos y brazos, se habían vuelto como las de una pequeña niña, pero igual trato de alcanzar aquella figura, que al observar a Daphne, desapareció en la oscuridad.

    Entonces apareció frente a la chica la figura de su abuelo, que observó con una sonrisa a su pequeña nieta, la joven Daphne quiso alcanzar al anciano, aunque ahora su manos había vuelto a la normalidad, no podía alcanzar aquella figura, entonces la joven trató de llamar la atención del anciano, y entre llantos le dijo al su anciano familiar que no la dejara, que volviese con ella, pero él anciano volvió a sonreírle y desapareció entre una espesa nuble blanca.

    Daphne despertó con lágrimas en sus ojos, y un corazón que se agitaba por la visión de aquel extraño sueño, la joven se sentó sobre su cama y suspiro con profundidad, había tenido otra visión de su fallecido abuelo, pero esta incluía a su madre.

    «Ahora que lo pienso, mi madre debería estar viva», pensó la joven Daphne y volvió a pensar, «Aunque lo se su paradero, bueno no me importa mucho»

    Después de que la joven se tranquilizase, trato de dormir un poco más, pero el sueño se había esfumado después de aquella visión, así que Daphne no tuvo más opción que sentarse sobre la cama y proseguir sus estudios para el examen de licencia. El sol alumbró con su luz la ciudad, y la joven Daphne, se estaba dirigiendo a la herrería para otro día del trabajo, la chica estaba corriendo, ya que se había entusiasmado con sus estudios, y pensó que estaba llegando tarde.

    Al llegar frente a la puerta trasera de la tienda, la joven observó el gran reloj de la torre, que se podía observar desde la distancia en que estaba ella, y s dio cuenta que había llegado temprano, así que golpeó la puerta y fue el dueño de la herrería, que abrió la puerta para que ella pudiese entrar. Al ingresar al local, el jefe de Daphne le comunicó a la joven que a ella se le encargaría la reparación de la rapier, la joven al escuchar el nuevo asignamiento, se alegro, no se esperaba que le asignara algo relacionado con la herrería tan pronto.

    —Gracias por confiar en mi—Agradeció la joven Daphne por la responsabilidad que se le había conferido, y agrego con alegría—Realmente muchas gracias.

    —Te debes quedar durante la noche, para poder arreglar la rapier—Comento el elfo oscuro, que se acercó a la chica, y agrego con su mal humor habitual—Espero que no quemes nada, mocosa.

    Daphne observó al elfo oscuro y suspiro con fastidio, ella quería decirle algo a ese personaje tan odioso, pero ella no quería arruinar su alegría así que lo dejó pasar.

     
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    Segundo día.



    Daphne estaba alegre ya que le había asignado un trabajo de reparación, la sensación de alegría era tan fuerte que incluso había ignorado el comentario del elfo oscuro, ella quería demostrar que era buena para la herrería y aquella noche seria su oportunidad. El dueño del local le comento a la joven que antes de abrir la tienda, el lugar necesitaba una limpieza rápida.


    —Claro, voy a hacer la limpieza—Sonrió Daphne y a la tienda.


    Mientras la joven fue a la tienda para comenzar con su rutina de trabajo, el dueño y su asistente, se encontraba trabajando en la espada de diamante, que el noble le había encargado el noble. El dueño de la herrería conversaba sobre el encargo.


    —El tipo realmente quiere impresionar al rey—Comento el elfo oscuro mientras sacaba del horno del fundición unos cuantos lingotes de diamantes.


    Los lingote de diamante, tiene la misma forma que los de oro o de cualquier otro metal, pero estos tienen sus diferencia, ya que parecían un tipo de vidrio trasparente que brillaba frente a una fuente lumínica como el fuego o el sol.


    —Es normal que los nobles quiera una buena impresión—El dueño había el fuego de la fragua y agrego—Mientas más reconocimiento tienen, más posibilidades de que el rey le conceda una variedad de privilegios.


    La joven Daphne estaba barriendo el suelo de la tienda, y después de barrer comenzó a lustrar las armadura, al terminar de hacer el aseo de la tienda, la joven dejó la escoba a un lado escondida, y se dirigió a la puerta para dar vuelta el cartel de cerrado a abierto, y se dirigió al mesón de ventas. Durante una media hora no apareció ningún cliente, hasta que entró por la puerta un orco.


    Para Daphne encontrarse con un orco era inusual, ya que jamás había visto a algún representante de esta raza, el cliente que había entrado a la tienda, era un ser de 1,80 metro, grandes, cuerpo ancho y musculoso, piel verdosa, ojos negros, su pelo el cual lo tenía amarrado con una cola era negro, y sólo se podía apreciar solo en la sección de atrás de su cabeza, ya que la parte de arriba lo tenía rapado, en su boca sobresalían dos colmillos, y lleva una barba blanca.


    El orco llevaba puesto unos pantalones de piel, unos zapatos y guantes, los cuales estaban hecho de cuero, la falta de una prenda en la parte superior de su cuerpo hacia evidenciar una gran cantidad de cicatrices, sobre su espalda traía un martillo de guerra. El orco al entrar a la tienda fue a observar una armadura de estilo pesada, la cual estaba armada sobre un maniquí, el orco estuvo pensativo durante un tiempo y luego llamó a Daphne.


    —¿Qué se le ofrece? —Pregunto la joven al orco, con su rutinaria personalidad carismática.


    —Verás, estoy cansado de utilizar armadura de piel y cuero, la parte superior de mi armadura se destruyó en la última misión que tuve, y casi me atravesaron con una espada por esto, así que me gustaría conseguir una armadura pesada—El orco le explicó a Daphne su problema, y luego le pregunto—¿Que armadura me recomendaría?.


    Daphne estuvo un rato observando al orco, su cuerpo parecía esta curtido por una variedad de batalla, y también mostraba una gran fuerza, así que la joven supo cual pudiese ser una buena recomendación.


    —Por lo visto usted debe ser un aventurero veterano, y su cuerpo muestra gran fortaleza—Le comento la joven al orco y agrego—Lo que necesita es una armadura de plata, para su suerte tenemos una que puede cumplir su expectativa.


    La joven Daphne guio al orco hasta una armadura de plata, la cual parecía ser muy reluciente y basta nueva.


    —Esta es una de las recientes armaduras hecha por el dueño y herrero de esta tienda—Daphne presentó la armadura a su cliente y agrego con una sonrisa en su rostro—Como puede ver es una armadura muy resistente, y le puede durar más que una armadura de piel o de cuero.


    Daphne golpe despacio la armadura, y le dijo al orco el precio que tenía aquel equipamiento pesado.


    —¿Entonces, le interesa este producto? —Pregunto Daphne al orco.


    —Se nota que es resistente—El orco le comento al Daphne y le respondió—Claro que me la llevo.


    —Que bien, entonces acompáñame para terminar la transacción—Daphne le comento al orco.


    La joven fue a la mesa de venta y recibió un saco de monedas de parte del orco, la joven Daphne le comento al orco que la tienda tenía un vestuario, para los clientes que querían probarse su nueva armadura, la joven indico la ubicación del vestuario, y el orco agradecido con Daphne, fue a probarse la armadura. El orco al salir del vestuario, ya portaba el equipamiento de plata.


    —De le ve bien—Le Daphne le dijo al orco.


    —Si, yo también creo que me veo bien—Comento el orco, que se despidió de la joven vendedora y se fue del local, llevando a cuesta su armadura plateada.


    Después del orco varios clientes vinieron para comprar diferentes productos de la herrería, y la joven los atendían con una sonrisa en su rostro y su gran carisma de vendedora, características que había adquirido cuando ayudaba a su abuelo en la herrería de su aldea. Pasaron varias horas y la joven seguía atendiendo a los clientes, hasta que el último salió del local llevándose el hacha que Daphne había comprando el día pasado.


    Daphne cerró la puerta y puso el cartel de cerrado, luego estiro su cuerpo para quitarse la pereza, ya que debía seguir con su otro trabajo, el del arreglo de la espada, así que después de comprobar que todo estaba bien en la tienda, la joven fue a la herrería y observó que el dueño y su asistente estaban ya enfriando la espada de diamante. La chica quedó contemplando con asombro aquella arma, era grande y parecía pesada, y se notaba mucho brillo en aquella arma.


    —Genial—Comento la joven observando como el elfo sacaba la espada del agua fría, y la dejaba en un mesón.


    —Bueno, veo que ya has terminado con tu trabajo, cría humana—El elfo observó a la chica y le dijo—Supongo que sabes como reparar la espada oxidada.


    —Claro que se, como reparar una espada oxidada—Exclamo con cierta molestia la joven Daphne.


    El elfo suspiro profundo se dio cuenta que la joven Daphne, no se había percatado sobre el tipo de espada que debía reparar.


    —Pequeña cría, no te das cuenta que la espada esta encantada—El elfo apuntó a la espada y agrego—Hay cierta diferencia entre una espada normal y una espada encantada, y en especial una espada antigua.


    Daphne con sorpresa en sus ojos se fijo en la rapier, por un momento la joven no se dio cuenta de la diferencia, pero después de algunos segundo observando aquella espada, esta se iluminó con fuerza, dando a entender que era una arma encantada. Su abuelo le había explicado como reparar una espada como esa, así que tuvo que retroceder en su memoria y encontrar aquella enseñanza de su anciano familiar.


    —¿Entonces sabes cómo arreglar la espada?—Pregunto el elfo oscuro a la joven.


    —Claro que ser arreglar una espada encantada—Daphne miró molesta a su compañero de trabajo y luego pensó, «Claro que se como realizar la reparación, pero jamás lo he hecho sola, primero debo buscar dos cristales de azúcar rojas y una piedra mágica»


    —¿Qué debes hacer?—Pregunto el elfo a la chica.


    La joven Daphne le comento que necesitaba los dos cristales de azúcar de color rojo, y una piedra mágica, el elfo le comento que aquellos elemento se podía encontrar en la bodega, la cual estaba en la habitación de al lado, la joven Daphne agradeció al elfo oscuro y fue a la bodega. Mientras sucedía la conversación entre el elfo y Daphne, el dueño observaba esto con una sonrisa en su rostro.


    —He notado que aprecias mucho a Daphne—Comento el dueño al elfo, mientras esbozaba una sonrisa en su rostro.


    —No la aprecio—El elfo miró a su jefe y agrego mirando hacia otro lado—Es solo que ella está encargada de un trabajo, y necesitamos ser eficientes.


    —No te escudes en el trabajo—El dueño de la herrería, le comento a su compañero y agrego—Tu si la aprecia, tu problema es que no te agrada estar con humanos, además que eres una persona que trata de evitar sentimientos a otros.


    El elfo oscuro observó con molestia a su jefe, el dueño sonrió y luego volvió a la espada para trabajar en el grabado de la empuñadura. El elfo cruzo sus brazos, cerró sus ojos y suspiro. Daphne entró a la bodega y miró la cantidad de elementos para la herrería, y buscaba con su mirada una caja o una bolsa de cuero, en donde hubiese indicio de la parecencia de los objetos necesario para la reparación.


    —Hay esta—La chica encontró una caja que contenía lo que necesitaba.
     
  17.  
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    Reparando una espada encantada.




    Una pequeña Daphne de unos 9 años observaba con mucha curiosidad a su abuelo, el cual estaba reparando una espada que emitía una especie de luz, el anciano al darse cuenta que su nieta lo miraba con curiosidad, decidió enseñarle lo que estaba haciendo. El anciano le pidió a la pequeña niña que le trajera dos cristales de azúcar roja y una piedra mágica, le indico el lugar en donde de encontraba aquellos materiales.


    La niña entusiasmada de ayudar a su abuelo, fue a buscar aquellos materiales, ella se acercó al cofre de madera que contenía los cristales de azúcar, cuando la chica abrió aquel cofre se maravillo al ver por primera vez aquellos cristales. Los cristales parecían varios terrones de azúcar de un tono rojizo, los cuales formaban unas columnas aleatorias que parecían varias estalactitas juntas, que en vez de bajar subían y que tenía diferentes tamaños, siendo la del medio la más grande de las columnas.


    —Asombroso—La pequeña Daphne dijo sorprendida al ver aquellos brillantes cristales y agrego—Son tan hermosos.


    La joven se quedó unos segundo observando los dos cristales de azúcar de color rojo, luego los dejó en el suelo y busco la piedra mágica, ella la encontró y la observó, por unos momentos le pareció una piedra común, liza y de forma ovalada, pero luego de unos segundo de observación está comenzó a brillar con una variedad de colores, esto sorprendió aún más a la chica, la joven sacudió su cabeza y se paro con los tres objetos en sus manos.


    «Debo volver rápido a la herrería, mi abuelo se molestaría si me demoro más», pensó la chica que fue a la sala de herrería.


    El anciano herrero ya había avivado el fuego cuando su nieta llegó con lo que había pedido, el hombre de mayor edad felicito a la niña, y luego tomó los cristales y las piedras. El anciano comenzó a explicar el procedimiento a la pequeña Daphne.


    —Mi pequeña Daphne, hay ciertos pasos que debes hacer para reparar una espada encantada—El anciano se puso unos guantes de color rojo, los cuales le llegaba hasta el codo—Lo primero, debes colocar estos dos cristales en el fuego, para eso debes utilizar estos guantes, que son resistentes a las llamas de la fragua.


    El hombre coloco dos cristales al fondo del fuego, luego coloco una rendija la fragua, mientras continuaba su explicación.


    —Después de colocar esta rendija debes esperar un rato—El anciano prosiguió su explicación—Los cristales debes desquebrajarse, hay puedes colocar el arma que quieras reparar.


    Un sonido de resquebrajamiento, se escucho debajo del fuego avivado de la fragua, el anciano al escuchar aquel ruido, puso la espada sobre la rendija, y comenzó a golpearla con la piedra mágica, en aquel momento un extraño polvo rojizo y brilloso, salió de las llamas de la fragua. La pequeña Daphne miraba con curiosidad e interés aquel extraño fenómeno, y pudo apreciar cómo las grietas de la espada estaba desapareciendo.


    —Como verás la espada ha vuelto a su estado original —Comento el anciano mientras sacaba la espada con unas piezas y la metía al agua—Parece sencillo, pero lo complicado es saber cuanto golpe debe de dar para que un arma encantada no explote.


    La joven Daphne observó los cristales, ella aún sentía la fascinación por aquellas figuras preciosas y brillantes, ella no sabía porque había surgido aquella fascinación por los cristales mágicos, pero suponía que era parte de su genética, siendo hija de una hechicera y nieta de un gran herrero como lo era su abuelo, aquella atracón por la brillante combinación de magia y herrería era más que obvia. La chica negó con su cabeza, tomó las cosas que debía llevar, y se paro.


    La joven llegó al taller en donde se encontraba la fragua, observó que su jefe y su superior, estaban trabajando en la espada de diamante, y luego se encaminó hacia la segunda fragua que tenía la habitación. El elfo oscuro se dio cuenta d ella parecencia de la joven, y le regalo por su demora, la respuesta de la chica fue solo un gesto con la lengua, y después fue a trabajar en la fragua.


    «Veamos según me acuerdo, lo primero que debo hacer es encender el fuego, y luego colocar los cristales», pensó la chica que luego se acordó de un consejo que le dio su abuelo, «Claro para mejorar el trabajo con los cristales, debo encender la fragua con magia de fuego, por suerte se un hechizo de fuego»


    —[Llamaradas]—Exclamo la joven que alzó su mano, y de la palma de esta salió una pequeña llamarada que pudo encender el fuego en la fragua, la chica se dio cuenta que le faltaba los guantes y pregunto—¿Tienen guantes resistente al fuego?


    —Deberías comprobar eso primero, muchacha—El elfo regaño a la joven Daphne, luego dejó lo que estaba haciendo, tomó un par de guantes de color rojo que tenía en una mesa de madera, y se la entrego a la muchacha—Por lo menos conoces la existencia de los guantes de resistencia.


    —Supongo…gracias por los guantes—La joven miró con molestia al elfo, mientras tomaba los guantes que le había entregado su superior, y luego cubrió sus manos con esos guantes.


    —Solo no arruines la espada—El elfo suspiro, mientras cerraba lo ojos y agrego—No queremos tener problemas.


    Daphne observó a su superior, ella sabía que debía hacer bien este trabajo por dos razones, la primera era que ella debía demostrar a su jefe y superior, que era una buena herrera y que podía confiar en ella, y la segunda razón era que debía cumplir bien con su cliente. El elfo se retiro a terminar la espada de diamante, mientras que la joven Daphne continuaba con el proceso para reparar una espada encantada.


    La muchacha puso los dos cristales al fondo de las llamas, mientras esperaba preparo el agua para enfriar la espada, entonces al momento de escuchar como los cristales se agrietaban, la chica puso una rendija que encontró cerca de la fragua, y después puso la arma encima de la rendija. Daphne comenzó a utilizar la piedra para arreglar la espada, en esa parte ella tenía mucho miedo de sobrepasarse con los pequeños golpes.


    «Tengo que tener cuidado», pensó la joven que se acordó de la primera vez que practico el procedimiento, la joven había fallado cuando le dio un cuarto golpe, pero por suerte estaba su abuelo para arreglar la espada, aunque le había costado mucho más unir las partes.


    El primer golpe realizado resultó bien, luego vino un segundo golpe, un tercero y en cuarto la chica, comenzó a dudar y a sudar, fue en ese golpe que había fallado la primera vez, pero ella pensaba que estaba bien un cuarto golpe, la chica respiro y rezó de manera mental al santo de la herrería, realizó un cuarto golpe, y la espada no explotó. La chica al ver que había el cuarto golpe había funcionado, respiro con satisfacción, y se dio cuenta que esa era la cantidad necesaria para aquella espada.


    La chica tomó unas pinzas y la utilizó para levantar la espada que tenía delante suyo, y colocarla en la fuente de madera con agua, luego de eso se quito los guantes y los dejo en la mesa, después con las mismas pinzas saco la espada y la dejo sobre la mesa. La chica observó el arma y la encontró muy hermosa, como si hubiese vuelto a los días a sus días de gloria, la chica al ver que había finalizado su trabajo, respiro hondo y con satisfacción.


    —El trabajo está bien hecho—El dueño de la herrería tomó la espada y la observo con cuidado—Se ve que eres muy buena en el trabajo.


    —Po lo mejor no estropeaste el arma—El elfo le comento a la chica.


    —Gracias por el cumplido—Daphne miró con una sonrisa al elfo oscuro, ella consideró las palabras del elfo como un cumplido, aunque estuviese ocultas atrás de palabras molestas.


    El elfo oscuro al ver la sonrisa de la joven Daphne, giro su cabeza y se rasco su nuca, luego me dijo a la chica que mañana le tocaría entregar esa espada a la clienta, y también debía ir a la casa del cliente de la espada de diamante, ya que ella se encargaría de la entrega de la espada. La joven aceptó el trabajo que le había asignado para el día de mañana


    Ante del salir del trabajo, la joven Daphne se despidió del dueño de la herrería y del elfo, y salió de la tienda, la joven al estar afuera de la tienda dio saltos de alegría, había logrado impresionar a su jefe. Después de su alegre celebración, decidió caminar hacia la posada, la chica comenzó su caminata.


    Después de caminar durante unos minutos por las calles de la ciudad, llegó a la posada y al entrar observó que el lugar estaba más tranquilo que la noche pasada, también se sorprendió al encontrar una mujer más alta de lo normal que traía un gran martillo sobre su espada.
     
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    1501


    La Herrera De Los Gigantes.




    Los herreros de gigantes, esa era la denominación que se hacía a los habitantes que vivan en u a gran isla al norte del continente, su nombre no estaba mal puesto, ya que ellos son descendientes de una extraña hibridación, ellos desciende de los antiguos gigantes de un antiguo continente helado y de los humanos que habitaban antiguamente la isla que ahora habitan los "herreros de gigantes"



    Ellos a diferencia de sus antiguos ancestros, no tienen el tamaño de un humano común, pero tampoco tiene el tamaño colosal de los gigantes, ellos miden como 2, 30 metros, y tienen una gran musculatura que le permite tomar cosas pesadas con facilidad. La mayoría de estos híbridos, trabajan la herrería, crear grandes armas que sólo pueden portar tres tipo de personas, los de su raza, los gigantes del continente congelado y los humanos de gran fuerza.



    Daphne conocía esos datos de aquellas personas, ya que era una de las tantas razas que admiraba por dedicarse por completo a la herrería y tener grandes conocimientos sobre cómo trabajar con metales. Ellos eran fácilmente identificable, por su gran altura, su grandes cualidades físicas, y por qué siempre llevaba un gran martillo que utilizaba para sus trabajos de herrería.



    Daphne se dio cuenta que aquella mujer sentada era una "herrera de gigantes", la mujer que contemplaba la joven aprendiza, era de piel morena, pelo negro y largo que le llegaba hasta la espalda y tapaba sus orejas, sus ojos eran oscuros, los rasgo de su cara era finos, su ropaje consistente a en una camisa de algodón blanco, unos pantalones de lino color café oscuro, botas negras de cuero, guantes negros y sobre su espalda portaba un gran martillo.



    «Es primera vez que veo una herrera de gigante», pensó la joven Daphne y luego agregó, «Pero que hace una en la ciudad, se suponen que ellos no son de salir mucho de su isla»



    Daphne decidió hablar con aquella persona, así que se acercó a ella con cierto nerviosismo, ya que no sabía cómo comenzar su conversación, pero la herrera de gigante, ya se había fijado d ella proximidad de la joven.



    -Buenas, ¿sabes en donde se encuentra la asociación de herrero? -La mujer observó a la chica y agrego-Te lo pregunto, ya que huele a metal fundido, y humo de carbón, olores característicos de los herreros citadinos.



    -C... claro-La joven Daphne, estaba sorprendida por lo rápido que fue la primera parte de la conversación, y luego recuperándose un poco de la sorpresa le dijo a la mujer-Tienes un mapa, para marcar la ubicación.



    -Siempre traigo, cuando voy de viaje hacia una ciudad-La. Mujer saco de su bolsillo un mapa y lo puso sobre la mesa.



    Daphne sentó en el otro asiento de la mesa, tomó el mapa y con una pluma que llevaba consigo marco el lugar en donde se encontraba la asociación, y anotó las dirección, y consejos de como llegar rápido al sitio, y le entregó el mapa a la herrera d e gigante, que lo observó y le dio las gracias a Daphne, por la ayuda prestada.



    -Disculpa, ¿me puede explicar sobre la técnicas de herrería que ustedes usan?-Daphne miró a la mujer, a la expectativas de las palabras de aquella persona.



    -Mira, las técnicas no son secretas, pero te sería difícil utilizarla, ya que utilizamos herramientas más grandes y pensada-La mujer puso sacó su martillo de su espalda, y le dijo a la chica-Trata de tomar mi martillo.



    Daphne se paro de la mesa y tomó el martillo que traía la herrera de gigantes, la chica al tomar aquel instrumento, casi se cayó al suelo lo por causa del peso, si no fuer por que la mujer volvió a tomar el gran martillo.



    -Wow, si que es pesado el martillo-Daphne volvió a sentarse en el puesto y preguntó -¿Entonces todo lo que usan es pesado?



    -Pará ustedes los humanos pequeños, si, incluso el metal que utilizamos es pesado-Le contesto la mujer y agrego-Por eso nuestras armas, son difíciles de manipular.



    «Parece que hay técnicas de herrería, que jamás podré conocer a profundidad», pensó la joven Daphne con decepción, para luego preguntarle a la mujer-¿Entonces, porque quieres ir a la asociación de herreros?, ¿acaso tu quieres una licencia de herrería?



    La mujer al escuchar la pregunta de la chica comenzó a reír, ella encontró muy chistosa la pregunta de Daphne, luego sacó de su bolsa una licencia de herrería y se la mostró a la joven aprendiz, la cual se sorprendió al darse cuenta que la licencia era una superior. Daphne había escuchado sobre aquella licencia, aquel documento era otorgado a los mejores herreros, aquellos habían demostrado gran destreza en la disciplina y además haber hecho un arma legendaria o que había portado un héroe.



    «No lo puedo creer, estoy frente no sólo a una miembro de una de las mejores razas en lo referente a herrería, si ni también estoy frente a una de las mejores herrerías del mundo», pensó la muchacha y luego entusiasmada le preguntó a la mujer-¿Cuál es el arma heroica, que has hecho?.



    «Vaya, se ve el entusiasmo de esta chica», pensó la mujer y luego le contestó a Daphne con una pregunta-¿Conoce al "Brazo del oscuro" ?



    -¿El brazo del oscuro? -Pregunto sorprendida Daphne, ella conocía aquella espada-Es la espada que utilizaba el Vagabundo oscuro, un noble del país llamado Arkan Alba, un reino del otro continente que se fundó hace diez años, cuando el Vagabundo oscuro, volvió de su exilio y independizó el territorio de Arkana Alba.



    Daphne conocía la historia del Vagabundo negro, ella había estudiado sobre eso, ya que le interesaba el arma de aquel noble héroe, "El brazo del oscuro", una espada de un tamaño colosal que sólo el portador podía utilizar, por lo pesada y grande que era, aquella espada había logrado convencer a las familias noble de aquellos territorios, para independizarse del antiguo imperio de la Gran Albión.



    -¿Entonces tu hiciste, la gran espada llamada "El brazo del oscuro"? -Se podía notar en la cara de la joven, un entusiasmo combinado con sorpresa y gran admiración hacia la herrera de los gigante.



    -Si, de hecho el Vagabundo oscuro, me lo pidió directamente, aunque en un momento estuve reacia hacer una espada para el, ya que un humano normal no puede portar nuestras armas, pero decidí hacerle una prueba, la cual pasó y le hice la espada-La mujer le contestó a Daphne y agrego-Por eso me dieron una licencia superior, además me permite ser parte de los convocados para juzgar a los principiantes de herrería, por eso quería saber dónde estaba el gremio de herrero de esta ciudad, ya que me convocaron este año para ser de juez, en esta ciudad.



    -Espera, ¿entonces eres una de las juezas? - Daphne preguntó incrédula por aquella situación, ella no esperaba encontrarse con un juez del examen.



    La mujer afirmó con su cabeza, esto llamó la atención de Daphne, ya que significaba que entre los examinadores, habían notables herreros y esto hacía más emocionante el examen para sacar la licencia. La mujer observó a la chica, se dio cuenta que el físico de la muchacha, no era muy acorde al estándar de los herreros, pero se notaba el gran entusiasmo que la chica tenía sobre el tema.



    -Chica, puedes acercarse, quiero darte algunos consejos sobre herrería-La mujer híbrida, le dijo a la chica.



    Daphne se paro de su asiento y se acercó a la mujer, la cual tomó su muñeca y reviso el brazo de la chica, tocando lo para sentir la musculatura de Daphne, la cual estaba algo avergonzada por aquel momento.



    -Tu brazo es algo frágil, para los estándares físico de un herrero, esta muy debajo de la normal-La mujer le dijo a la chic ay le aconsejo-Debería desarrollar un poco de musculo, ya que los herrero necesitan poder utilizar los martillo, además de tomar pesadas armas como hachas de guerrera o mandoble, y esto son muy pesados.



    «Ahora que me acuerdo, mi abuelo tenía una fuerte contextura física, mientras que mi madre tenía sus contextura más frágil», pensó Daphne y luego agregó a ese pensamiento, «Según mi abuelo, esa contextura era herencia de la familia de la abuela»



    -Ahora bien, otro consejo que te voy a dar, es que utilice una ropa más ligera ya que hace calor en la fragua y además, necesitas que el material de tu ropa sea, un material resistente al calor, ya que el algodón es inflamable, te recomiendo que utilices cuero extraído del Tigre hefesio, el cual es un material resistente al fuego y además es más ligero-La mujer le recomendó a Daphne y agrego-Ha, sobre tu cuerpo, una rutina de ejercicio antes de que salga el sol, te sentaría bien.



    -Vaya, no sabía que existía aquel animal-Comento Daphne, pensando en los consejo de la mujer híbrida y luego agradeció los consejos que le había dado la mujer híbrida.
     

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