Charlotte La apacible prisión del tiempo [One Shot]

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por Fénix Kazeblade, 12 Abril 2017.

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    Fénix Kazeblade

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    Título:
    La apacible prisión del tiempo [One Shot]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2368
    Ocurre en el ultimo capitulo, si no has visto el resto, te aconsejo aguardes a leer o te arriesgues a spoiler.



    Yuu Otosaka aparecía de pronto en medio de la sala de estar en aquel departamento en Los Ceibos de Guayaquil, Ecuador, un florero con rosas vaciló por la onda residual de poder y terminaba precipitándose por la mesita de té hasta destrozarse en el piso de azulejo color marfil, el ruido hizo sobresaltar a Jocelyne que terminó cayendo al piso mientras buscaba retroceder asustada por el muchacho de pelo marrón que de pronto se había materializado frente sus ojos, el libro de “Eve” que leía quedó a varios metros de ella escapando de sus manos, un dolor punzante en su constado evitó que pudiera ponerse de pie mientras un hilo de sangre resbalaba por la comisura de sus labios y se la limpia enseguida.

    La mente dispersa de Yuu que hasta entonces había ya había absorbido 33 habilidades tardó en reaccionar, un poco de aquel joven miembro del consejo escolar emergió por unos segundos y se apresuró a ayudarla tomándola del antebrazo.

    — ¿Te herí? — preguntó nervioso y confuso mientras miraba como una mancha de sangre se dibujaba debajo de su blusa.

    La chica observó el mismo lugar de la herida y se apartó de él mientras negaba con la cabeza y se paraba frente a él para que esta quedara oculta.

    — Dime por favor que no te herí…— siseo entrecerrando un poco los ojos— yo en ocasiones…no suelo recordar lo que estoy haciendo— no voy hacerte daño, no lo haré…yo… ¿lo hice?

    — No, lo que ocurre es que…

    — ¡Jocelyne! — exclamó una voz masculina desde la otra habitación. — escuché que se cayó algo ¿te encuentras bien?.

    —Sí, papá, el jarrón, estaba en la orilla de la mesa y terminé pateándolo con el pie— mintió.

    De Yuu surgió una cara de agradecimiento seguida de una leve reverencia.

    — El jarrón, bueno es simplemente una cosa ¿no te has cortado verdad?. — preguntó mientras parecía acercarse.

    Unos momentos después un hombre de unos cuarenta y tantos de tez clara, vestido con una camisa formal y el cabello peinado de lado surgió del umbral desde un pasillo a oscuras.

    — Estoy bien— respondió la chica.

    — Puedes tomar los trozos grandes con cuidado y recoger el resto con el recogedor…¿Joce y este chico?.

    Yuu recordó de pronto que estaba allí, hubiera podido utilizar los poderes de Tomori para ocultarse pero el cansancio y deterioro constante le impedían en ocasiones pensar con claridad.

    — Emmm, él es un compañero de la escuela, un…

    —Conocido

    —Amigo

    —Compañero

    Declararon intentando ponerse de acuerdo los dos sin éxito.

    —Ok, conocido-amigo- compañero ¿nos disculpas un momento?. — preguntó el señor divertido.

    Acto seguido tomó a su hija suavemente del brazo mientras ella buscaba ocultar la mancha en su ropa.

    Otosaka se encontraba demasiado cansado para discutir, se tumbó en el sillón olvidando por momento su razón de ser en ese sitio.

    La voz de una mujer se escuchó de pronto, una mujer de pelo rizado con un delantal puesto se asomó sonriendo por el mismo pasillo.

    — Mi esposo me dijo que eres amigo de Jocelyn, ¿te quedas a cenar?. — preguntó mientras lo tomaba del brazo y lo guiaba a la cocina.

    En Brasil había un chico con una capacidad llamada Automata, había eliminado su necesidad para alimentarse, tomar líquidos o dormir, cuando la había absorbido Yuu había podido prescindir de lo mismo, sin embargo, el solo hecho de hacerlo, esa idea llena de calidez de una cena en familia de otros tiempos no le venía mal.

    Llegaron a otra habitación más pequeña que la sala, había una mesa rectangular de esquinas romas con 4 sillas a su alrededor, el señor estaba en un extremo, la mujer en el otro y Jocelyne en la silla del centro a la que estaba destinada a él, cada lugar tenía un estofado humeante de un aspecto apetitoso.

    — Es locro de papa— explicó su mamá— espero que te guste ¿ya lo has probado en el tiempo que llevas aquí?

    — ¿El tiempo?... —preguntó Yuu absorto

    — Claro muchacho, imagino que eres un estudiante de intercambio de China o algo así.

    —A si, si, vengo de Japón— declaró mientras olisqueaba la comida, un difuso recuerdo relacionado con pizza que por alguna razón parecía atesorar mucho se dibujó por unos segundos en su mente. — y no lo he probado, pero, huele delicioso.

    Esto último hizo sonreír a la mujer y a la chica igual.

    Su piel era ligeramente más bronceada que la de sus padres, sus ojos parecían ser casi negros y basta expresivos, su sonrisa era hermosa.

    Tomó un bocado y lo dejó deslizarse por su lengua sintiendo que el calor que transmitía le llegara hasta el corazón, más que hacerlo porque su cuerpo se lo pedía, comía por una necesidad suplicante de pertenecía luego vagar en solitario por tanto, sabía a calidez de un hogar, sabía a familia, algo que tal vez jamás podría recuperar; este último pensamiento le formó un nudo en la garganta y desabrió la comida.

    En ese mismo momento notó una herida en la frente de la chica, se encontraba ligeramente hinchado, era una macula de al menos unos centímetros de un rojo cereza ¿Qué le había ocurrido? ¿Acaso su padre un posesivo enfermo y abusivo que había arremetido con ella a causa de su presencia? ¿O había sido él y ella permitía toda esa hospitalidad hacia su persona temiendo que lastimara a sus padres?

    Comenzó a sentir de pronto una terrible ansiedad y se levantó de la mesa, la familia lo observó de pronto asustada más que nada por la expresión de miedo que reflejaba su propio rostro, intentó relajarlo y lo logró luego de unos cuantos segundos.

    —Quisiera ir al baño ¿me dirías donde esta? — preguntó a Jocelyn.

    Ella solo afirmó con la cabeza, se limpió con la servilleta y se levantó.

    Apenas salieron de la cocina ambos se vieron desafiantes.

    —Necesito respuestas— declararon al unísono.

    — Tu primero— indicó Yuu— esas heridas, la de tu costado y tu frente…¿qué te ocurrió?.

    — No fuiste tú si es lo que piensas, eres demasiado extraño, incluso para ser lo que eres.

    — Entonces tú lo sabes ¿verdad?

    — Eres uno de los que ha sido elegido, tienes habilidades especiales.

    — Mira, no exactamente es que…

    —Déjame terminar, ¿te atreverás a negarlo como un mentiroso desvergonzado luego que te vi aparecer en mi sala?, supongo que esa debe ser tu habilidad.

    — Ok, si para ti es más fácil creerlo así, aunque es más complicado, hubiera sido más fácil si no me hubieras visto…

    — Es muy tarde, ¿sabes que mi papa cree que eres mi novio e intentó tener “esa platica conmigo”?, ahora ¿qué haces aquí?.

    —Chicos ¿está muy lejos el baño? — exclamó el papá en tono sarcástico.

    Ambos se sonrojaron entendiendo lo que estaba pensando que hacían así que se apresuraron a volver a la mesa.

    El resto del a cena transcurrió en paz, a Yuu le hicieron algunas cientos de preguntas que él se esforzó en contestar inventando algunas cosas, las pausas que le causa el detrimento mental que sufría fueron tomados como titubeos nerviosos de un adolecente confrontado por la chica que pretende así que sirvieron para reforzar esa idea.

    Carolina y Cesar, que eran los nombres de los padres sugirieron que la velada siguiera con un juego de mesa para aligerar un poco la tensión del ambiente, mientras que se divertían, entre difusas lagunas mentales él recordaba aquellos momentos con sus amigos.

    — Pero miren la hora, ¿Cómo pudimos pasar tres horas jugando? — dijo la mamá de Jocelyne.

    — ¿Vives muy lejos de aquí? — preguntó el señor— tal vez pueda llevarte en el auto.


    —¡No! — exclamó Jocelyne mientras los tres la voltearon a ver desconcertados. — Yuu, es demasiado lejos ¿no querrás que mi padre condusca hasta más allá de la costa verdad?.

    — Será mejor que pases la noche aquí, avisa a tus padres— indicó Carolina.


    — De acuerdo, pero te quedaras en la sala jovencito— declaró el hombre mirándolo a los ojos.


    Los padres de la chica la abrazaron cariñosamente, él le acarició el cabello y ella beso su frente.

    Yuu pensó que ya entrada la noche podría ir a la habitación de Jocelyne despojarla de su habilidad y desaparecer de allí, aunque hace tanto que no tenía un lugar donde descansar cómodamente, además de que en su único intento terminó avergonzado con la declaración de Don Cesar de:

    “Ni lo intentes jovencito”.

    Además, no sabía qué tipo de habilidad se escondía en ella, podía ser una muy peligrosa, para él o para todos, probablemente a eso se debían sus misteriosas heridas, había optado por ser más precavido luego de que casi es el causante de la muerte de varias personas cuando se le salió de control aquella que consistía en empeorar cualquier malestar.

    Al día siguiente cuando se levantó pensó en invadir el cuerpo de su padre y así llegar hasta ella, pero apenas lo intentó terminó expulsado de este y con una terrible jaqueca, tuvo que inventar que se había resbalado cuando el hombre lo vio tirado en el piso.

    Ese era un día sábado, ambos padres se preparaban para partir a su trabajo mientras que Jocelyn surgía de su habitación con una pijama con un enorme gato en el pecho que apenada se apresuraba a ir a cambiarse recordando a su inesperado huésped. Se despidieron de ella abrazándola de nuevo, bromeando un poco como si fueran amigo y Yuu notó que la herida de su frente ya no se encontraba, subieron a una camioneta color café con placas de Quito, ella sacó dos platones y vertió cereal en ellos, tomó el cartón de la leche y puso en ambos.

    — ¿Cuál es tu poder? — cuestionó inquisitiva.

    — Comencé invadiendo los cuerpos de otros, pero perdía el conocimiento cuando lo hacía.

    — Así que todos tienen una desventaja…

    — ¿Qué tal si me cuentas sobre el tuyo?


    — El mío…pues…

    Cerca del platón de cereal de pronto se vertía sangre, antes de que Yuu se diera cuenta Jocelyn se encontraba bañada en ella, ella parecía comenzar a perder el conocimiento mientras se precipitaba hacia atrás, él la tomaba entre sus brazos, tenía una gravísima herida en la boca del estómago.

    Yuu la recostaba en el piso, tomaba un trozo de tela cercano y buscaba presionar con fuerza buscando que la hemorragia parara. De pronto recordaba que tenía poderes curativos, podría ayudarla, sería cuestión de un minuto, extendía sus manos hacia ella y sus manos resplandecían próximas a la herida, pero al quitarlas esta seguía allí, el ritmo de su corazón decrecía, estaba perdiendo mucha sangre.

    Desesperado buscaba por cada rincón de la casa, algún recurso, algún indicio, algo que pudiera ayudarlo, si esto formaba parte de su habilidad especial, tendría la forma de lidiar con ello, podría despojarla de ella, las heridas las sufriría él y si el factor curativo que tenía no podían detenerlo podría usar lo que la chica empleaba.

    Apresuradamente vació cajones del ropero y husmeo en cada sitio sin encontrar respuesta alguna, hasta llegar al último junto a la mesita de noche cercana a su cama, un recorte de periódico se encontraba dentro, debía de ser algo relevante siendo que era lo único que se encontraba allí.


    Luego de los sucesos ocurrido el pasado 16 de abril, uno de los más grandes daños además de las afectación en los comercios y edificios de Guaya que dejan a sus propietarios perdidas millonarias ninguno es más catastrófico e irreparable que la perdida de sus seres queridos que sufrió esta pequeña en el puente construido como intercambiador de tráfico sobre la avenida De las Américas cuando colapsó sobre un vehículo, registrándose dos víctimas fatales que respondían a los nombres de Carolina y Cesar, padres de la pequeña Jocelyne quien seguramente quedará ahora a resguardo del estado.


    Yuu quedó un momento en estado de shock, así que en eso consistía su habilidad. Corrió hacia ella para asistirla, la tomó en sus brazos mirando como lloraba apenas pudiendo respirar.

    — Supongo que ya lo sabes…ellos murieron, yo solo quería ayudarlos…yo…yo le llamó Gray…consiste en poder trasplantar de otros las condiciones del cuerpo, aunque sea desde otro tiempo… yo, he estado salvándolos a costa de mi…vida…

    Yuu pudo ver entonces que las heridas en su cuerpo reaparecían, estando a punto de perder la conciencia ya no podía mantener control sobre su habilidad y no podía regularla.

    — No puedes hacer esto…

    —Tengo que hacerlo, los amo mucho.

    —No, no puedes, esta habilidad que posees, no es para siempre, aparece solo en la adolescencia, eventualmente desaparecerá, entonces…

    —Así sea un día más con ellos, valdrá la pena— declaró la chica con apenas un hilo de voz.

    Sus latidos se detenían, una profunda melancolía inundó el corazón de Yuu casi insensible por el caos que provocaba en el robo de poderes, pensó en todas sus pérdidas, en su hermana, en sus padres, en los amigos que jamás vería, recordó entonces a Tomori, como casi muere por su causa cuando intentó salvarla, imaginó a ella, que era quien amaba sacrificándose por el de la misma manera que lo hacía la chica en ese momento por sus padres, sus padres, apenas los había conocido tan poco pero había tanto amor en sus ojos para ella, no querrían algo así.

    Un tono verdoso apareció en su mirada y con esto de desvaneció el poder de Jocelyne.


    Epilogo:


    Varias personas aseguran haber visto a un muchacho aparecer en medio del tráfico y detener un auto fuera de control antes de que se impactara y desaparecer con él.

    De la misma manera el guardián del cementerio no puede explicarse como dos tumbas “aparecieron” de pronto con una inscripción ellas, apenas hace pocos días algunos familiares comenzaron a frecuentarlas, al igual que un muchacho asiático, era una pareja sin hijos, según le comentaron.

    Yuu Otosaka, observa desde el departamento en el que se alojó hace poco, ahora puesto en renta, como Jocelyne viaja acompañada de una joven pareja que no podía concebir, en lo que respecta a todos ellos, siempre han sido una familia, una feliz.

    Antes de desaparecer para ir en búsqueda del siguiente objetivo, Yuu escuchó en el viento:

    Gracias, de parte de los dos.
     

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