La Única Excepción

Hola aquí les traigo una de mis creaciones, se me ocurrio ayer mientras estaba en compañia de una persona que es muy importante para mi :) espero les guste y comenten.

LA UNICA EXCEPCIÓN

Los primeros rayos del sol se colaron por la ventana acariciando juguetonamente el rostro de cierto albino que comenzaba a despertar lentamente. Abrió perezosamente los ojos y los recuerdos de los sucedido la noche anterior comenzaron a golpearlo de apoco arrancándole una dulce sonrisa. Ladeo la cabeza para mirar a la mujer que tenía a un lado y asegurarse de que todo era real, no un maravilloso sueño que su inconsciente creó para aliviar un poco del dolor que diariamente estrujaba con fuerza su corazón.

–Kagome –murmuro suavemente, como si fuera una dulce caricia mientras la miraba descansar apaciblemente.

Por mucho tiempo Inuyasha vivió a una distancia confortable de los demás, evitando que lo volvieran a lastimar, tratando de no volverse a enamorar pero fracaso rotundamente cuando cierta chica de cabellera azabache y ojos achocolatados en su vida apareció.

Al principio no soportaba a Kagome pues le recordaba a la traidora que jugó cruelmente con su corazón pero con sorpresa, tiempo después descubrió que a pesar de ser tan parecidas físicamente eran totalmente diferentes interiormente. Mientras Kikyo se caracterizaba por ser fría e inexpresiva, Kagome era explosiva, si estaba triste o enfadada el mundo lo sabía.

Gracias a ella, el albino había vuelto a confiar, aprendió a sonreír y gano buenos amigos, los cuales hasta la fecha siguen a su lado apoyándolo incondicionalmente, la azabache le enseño que aun existía bondad en el mundo y que el merecía ser feliz al igual que los demás, incluso lo ayudo a perdonar y a olvidar a su primer amor, exonerándolo así de las ataduras del rencor.

Kagome fue y por siempre sería la única excepción de su vida pues la amaba y nadie cambiaría eso, el juro protegerla con su vida y así lo haría porque ella era lo más importante de su vida. Aunque a veces todo parecía un sueño y no podía evitar sentirse indigno ante ella por el pasado que lo precedía, en antaño hizo cosas terribles y aun así Kagome siguió a su lado, apoyándolo incondicionalmente. Incluso a costa de sí misma, a pesar de que en ocasiones su indecisión la hiriera al recordar a su viejo amor.

Le costó mucho darse cuenta de que él había nacido para ella y ella para él pero pese a todo el amor triunfo y ahora ellos se hallaban juntos y de esa manera permanecerían por toda la eternidad. Sonrió al ver que Kagome abría lentamente los ojos y clavar sus orbes achocolatadas en las suyas mientras le sonreía de esa forma que hacía que su corazón diera un vuelco y que le hacía pensar que él era único y especial.

Que olvidase por un momento todo el dolor que alguna vez su alma carcomió y se sintiera dichoso teniendo a su lado a la mujer de su vida, a aquella que lo comprendía y lo quería tal y como era, orgulloso, impulsivo y un tanto brusco. Eso sin contar con que con las palabras no era nada bueno y aun así amarlo sin pedirle nada a cambio ni siquiera que cambiara.

–Buenos días –musito la azabache con una adorable sonrisa surcando sus labios.

En definitiva todos los días serian buenos sin contaba con la visión de ese momento. Sonrió y como respuesta un dulce beso le dio sellando de esa manera el inicio de una vida que a partir de ese momento compartirían juntos.