One-shot de Naruto - K de Kimono

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Temarii Juuzou, 28 Julio 2015.

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    Temarii Juuzou

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    Título:
    K de Kimono
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1026
    K de Kimono

    El Nara comenzó a buscar por todos los lados posibles. Nunca llegó a imaginar que asistir a una fiesta sería tan problemático, ya sabía él que no debió haber asistido anoche a tal evento que solo lo dejaría con consecuencias ¿Para qué le servía su gran IQ si no sabía utilizarlo?

    Maldito sea el alcohol y todos los efectos que contraen.

    La noche anterior aún estaba borrosa, no quedaban más que pequeños recuerdos los cuales llegaron a su cabeza en flashbacks. El primero fue cuando decidió al pie de la puerta de la casa de su amigo rubio que solo entraría, lo felicitaría, quizá saludaría a algunos y se iría; cosa que no paso, porque su mejor amiga Ino decidió que hablar de aquellas misiones en sus inicios de gennin podrían ser buen inicio de conversación para pedirle que se acercará más a Sai para averiguar un poco más de él. Sí, grandioso.

    Bueno ¿Qué más daba quedarse un rato más? No pasaría nada, pensó. Erróneo, claro que paso y mucho, si no se hubiese quedado, Kiba jamás le hubiese convencido de jugar BeerPong con él. Bien, era pésimo en eso, así que no tomo más allá de unos tres vasos a diferencia de su amigo amante de los perros, que se tomó alrededor de unos seis. Podía controlar la situación, solo tendría que ir con cuidado por las calles de regreso a su casa y eso hubiese pasado, si los invitados de Suna del rubio no hubiesen llegado en ese momento.

    Fue ahí donde decidió que se quedaría: No tomaría más.

    Lamentablemente, uno siendo apenas un crío, como cierta rubia de ojos verdes siempre le llamaba, no le permitía muchas veces controlar sus impulsos de adolescente estúpido.

    Si tan solo se hubiese quedado en esa esquina platicando con Sai… pero debía admitirlo, el chico era más que aburrido, a penas y se podía mantener una conversación con él… o más bien, con la guía de “Cómo hacer amigos en diez pasos” del pobre miembro de Anbu.

    — ¡Hey, Nara! —La voz del Uzumaki lo había salvado de esa tediosa plática del clima con Sai — ¿Competencia?

    —Qué problemático —había dicho con su típica voz floja — ¿Qué tontería debo hacer?

    —No seas bobo, Shikamaru —le dijo Ino entre risas —. Tienes que beber un fondo.

    — ¿Sólo eso? Dios, que problemático —miró de reojo si eso sería sorprendente para cierta kunoichi, la cual no se mantenía para nada ajena a esa conversación —. Cuenta conmigo, Naruto.

    ¿Qué tan malo sería tomar un fondo de un pequeño vaso? Llevaría cuatro en esa noche, apenas y se sentiría mareado. Podía con ello.

    ¡Pero como llega a ser la vida con algunos! Su expresión de sorpresa al ver aquellos tarros enormes llenos de alcohol fue tan épica, que simplemente uno jamás creería en ese momento que esta frente al gran Shikamaru, el primer ninja de su generación en convertirse en jounin, la futura cabeza de su clan. El vago número uno de Konoha.

    Y sí, como era de esperar, el chico termino más ebrio que nadie esa noche —claro, si exceptuamos a Kiba y Naruto—.

    Si se ponía a pensar, no recordaba cómo es que había llegado a su casa, pero valla que tenía recuerdos que lo sucedido ya en ella; recuerdos que con tan solo pensar en ellos lo hacía morir de vergüenza. Aquella mañana había despertado, como siempre, antes de que su alarma le llamase. Despertó con esa sensación que uno siente después de una noche húmeda, los recuerdos estúpidos de ese sueño lo hicieron sonreír satisfecho, hasta que…

    Hasta que se dio cuenta que no estaba solo en su cama.

    Fue ahí donde se dio cuenta que no había sido un sueño, aquella escena erótica con Temari había sido más real que su propio nacimiento. Rápidamente busco algo con que vestirse y bajo a ver si todo había sido real y sí, la ropa de la kunoichi, junto con la de él, estaba esparcida por todos lados.

    Y es así como llegamos al punto de inicio. Un Shikamaru Nara buscando por todos lados las prendas de ambos. Sus pantalones se encontraban en la sala, junto al sostén de la rubia. Sus bóxer estaban junto a las bragas de la chica, justó arriba de la mesita de noche y bueno, un sinfín de lugares extraños donde nuca alguien imaginaría encontrar ropa.

    Fue bastante fácil encontrar la mayor parte de las prendas, solo debía hacer memoria: recordaba con detalle el haberle quitado sus medias con los dientes encima del sofá y haberla despojado de es sostén, que aprisionaba los atributos de la chica, justo encima de la mesa. Podía recordar cada una de esas cosas, pero no recordaba el lugar exacto donde la había despojado de su kimono ¿Y cómo no? ¡Si había tardado años en hacerlo! Quizá porque, hasta la noche anterior, él era un chico virgen.

    —Shikamaru —la dulce voz de su madre lo hizo estremecerse, escondió las prendas detrás de él y se giró a ver a su progenitora —. Te agradezco el hermoso kimono que dejaste frente a la puerta de mi habitación… solo que olvidaste un detalle, cariño.

    No sabía si debía preguntar que era ese detalle, pero si sabía con exactitud que la voz dulce de su mamá era una farsa. Yoshino Nara era conocida por no solo ser la esposa de la cabeza del Clan Nara, no; era la mujer más ruda de toda Konoha.

    — ¡No soy una colegiala de 18 años, Baka!

    —Vamos, mujer, no seas problemática.

    —Cierra la boca y mejor entrégale sus prendas a la chica que reposa en tu habitación.

    — ¿Cuál chica?

    —No vengas con tus preguntas estúpidas, no nací ayer —el kimono voló por los aires hasta las manos del ninja —. La chica que anoche no paraba de gemir gritando tu nombre, Baka.

    Y la cara de Shikamaru no pudo estar más roja de vergüenza.

    —A la siguiente, intenta traer a una chica virgen y procurar que tus padres estén dormidos.

    El joven Nara subió a su habitación con un pensamiento en mente, uno que llevaría a cabo lo más pronto posible: Debía mudarse de casa lo más pronto posible.
     

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