Drabble Justicia a cuenta

La primera frase trillada, jeje bueno.


Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas. Espero no haber llegado tarde. No, no me lo he perdido, ese granjero pendenciero está allí, rechoncho y fofo mientras que mi estómago ruge por comida, pero les apuesto que su día no irá nada bien.

Se ha sentado a ordeñar, lleva casi una hora haciéndolo, parece demasiado esfuerzo, demasiado cansado, pero así habrá leche fresca para la familia, claro, al menos de que yo haga algo, sólo un movimiento de mis dedos y…

—Viejo ya vente a comer, ya está el desayuno…—exclama una mujer a lo lejos.

—Ya voy vieja, sólo que esta vaca no da bien la leche —contesta el granjero mientras se levanta.

Apenas da un paso y quita el pequeño banquito donde estaba sentado, la cubeta de aluminio donde se encuentra vertida la leche se mueve unos cuantos centímetros hasta su pie y termina metiéndolo dentro salpicando la leche hacia fuera, apenas se dispone a lanzar una maldición, una cuerda para lazar caballos se enreda en su pie y lo hace vacilar hasta caer de espaldas. ¡Uy!, ¿qué ése no era el sanitario de la vaca esta mañana?, se escucha un sonido acuoso y viscoso cuando cae. Sí, sí lo era.

Esperen, a que deje de reventarme de risa…, listo, es que es una cosa distinta cada día, desde hace unas semanas. Suena bastante cruel de mi parte ¿verdad?, bueno, no me juzguen, yo sólo soy la víctima.

Antes que nada, soy Uxed un Aluxe y. ¿Qué son los aluxo'ob? Bueno, pues nosotros ofrecemos muchos servicios: ayudamos a crecer el maíz, llamar la lluvia y vigilar los campos de noche, silbando para espantar a los animales de rapiña o delatar a los ladrones, salud de los animales y la familia, además de traer mucha suerte.

Ese hombre ingrato me llamó hace unas semanas, grosero, a rastras y de mala gana, yo con mi sentido servicial, igual acudí, todo el tiempo, exigía demasiado y por cualquier cosa se quejaba.

Pero lo más imperdonable es que jamás me construyó mi hogar, la tradición dicta en hacer una casita muy bonita con las milpas del maíz, por agradecimiento por hacerlo fecundo. Pero pasé hambre, lluvias, un sol azotador, no deben de hacer enojar un Alux porque lo lamentaran, esto, sólo es justicia a cuenta.