Ciudad Mkuu

Y finalmente, el último de los pokémon de Rahisi cayó debilitado. El capitán suspiró.

—Ganaste... gracias al sacrificio del pequeño Lampent. Pero muy bien hecho, he de decir. ¡Te mereces la marca blanca!

>> Y recuerda, ¡puedo enseñarle mi movimiento favorito, Guardia Baja al pokémon que quieras! Siempre que pueda aprenderlo, claro.

 

Lucas Diamond

Lo había conseguido, ¡al fin! La primera de las marcas que conseguiría. Me encontraba muy contento, todo el equipo había dado lo máximo de sí para que pudiéramos ganar, así que esta victoria se la debía a ellos. Agradecí a Rahisi la segunda oportunidad, rechazando su oferta de enseñarme un nuevo movimiento, y tras ello me marché de allí. Decidí regresar a la ciudad de Cheche, a Kikabila, así podría comprar algo de información y quizás coger alguno de los trabajos que se ofertaban.

—Muy bien, equipo, nos vamos. Intentaremos no buscar pelea para que podáis descansar, ¿vale?

 

Pasé por la Ciudad Mkuu únicamente de pasada. Nos tomamos un tiempo para descansar allí; tanto mis pokémon como yo debíamos reponer fuerzas para poder seguir adelante en nuestro camino.

Una vez que nos encontramos en condiciones óptimas para seguir, nos dispusimos a abandonar la ciudad. La primera intención había sido atravesar las chacras, terreno desconocido para mi hasta ahora, pero… me lo pensé mejor. Aún había algo que quería hacer antes de enfrentar a la capitana que se encontraba del otro lado de aquellas chacras, así que primero lo primero… y me dirigí hacia la colina una vez más.

 

Nuevamente me encontré en la Ciudad Mkuu de pasada, simplemente para recuperar energías tras mi tiempo en la Colina Kilima.

Aproveché mi paso por la ciudad para pasar por el Mercado. Con el poco dinero de Udan que me quedaba, adquirí un poco de bebida y comida para recuperar la vitalidad de mi equipo pokémon. Ya con energías renovadas, volvimos a ponernos en marcha en dirección al desierto; tal vez nuestro paso por la ciudad fuese breve, pero en verdad teníamos prisa, ¡no volveríamos a perder!

 

Dante Miles

—No esta tan lejos, de hecho... ya entramos a la ciudad —señalé nuestro alrededor, para que viera que en efecto, ya habíamos terminado el camino de los acantilados y nos encontrábamos a la primera ciudad de Udan que vería Ukita y con suerte, no sería la última —. Bienvenido a Ciudad Mkuu, aquí... bueno, realmente no se que se puede hacer aquí a parte claro, de brindarnos algo de ropa para no desentonar.

Señalé una casa a lo lejos —Esa es la casa de Chuma, él te dará ropa... no creo que sea necesario que hables mucho con él, pero si lo necesitas tu pokégear será suficiente —tomé a Litten en brazos para que la ida al mercado fuera más rápida —, yo te alcanzaré en unos momentos.... tengo que avisar que un trabajo que pedí ya ha sido terminado.

>>No te metas en problemas, pequeño.

Me permití una pequeña risa después de eso, me despedí de él para emprender mi ida al mercado, no debía de tardar demasiado.

 

¿Ciudad qué?

Llegamos por fin a lo que Dante llamó una "ciudad" con nombre impronunciable. ¿Acaso Dante ya dominaba el idioma local?
Si bien a mi juicio esto parecía más una aldea primitiva, el ambiente era agradable.

Esa es la casa de Chuma, él te dará ropa... no creo que sea necesario que hables mucho con él, pero si lo necesitas tu pokégear será suficiente

Asentí con la mirada a mi hermana y enseguida caminé, con mucho cuidado para no llamar la atención de nadie, hacia la casa de quien me podría echar una mano. Litten, algo desubicado, me siguió de mala gana.— ¡No me meteré en ningún problema!

Avancé a mi destino en lo que Dante se dirigía a resolver unas cuantas cosas, creí haber escuchado algo acerca de un trabajo... Tal vez ya llevaba mucho tiempo aquí y yo ni idea. Una vez estuve frente a la rústica puerta, pensé en tocarla; sin embargo, decidí entrar sin más. Dentro se encontraba dormido un hombre corpulento y moreno, de cabellos muy oscuros. La casa parecía bastante sencilla. Busqué, con cierto nerviosismo, algo que me fuese útil. En una pequeña esquina, encontré unas prendas. Las tomé con prisa y salí del lugar como lo haría un ladrón.

—Bien... no es robar si lo vas a devolver— Ya fuera, me oculté entre algunas plantas salvajes algo cercanas y me cambié de atuendo a uno más familiar para las personas de Udan. Se trataba de unos pantaloncillos bastante cortos y simples hechos con una tela muy ligera, un par de sandalias de paja o algún material similar y una especie de chaleco hecho con hojas de palmeras que quedaba mucho mejor abierto. Me sentí obligado a sacarme la gorra roja y esconder toda mi ropa en la mochila. A todo esto, Litten me miraba curioso, pero mantenía su rostro poco amigable.

 

Dante Miles

Finalmente había salido del mercado y su destino era el punto donde había dejado a Ukita quien, por suerte parecía que su misión de ir a conseguir la ropa al estilo Udan con Chuma había sido todo un éxito y si lo veía bien... su ropa no era tan diferente a la mía, solo que la diferencia entre ambos era que tan siquiera Ukita se veía más cómodo.

—Hola de nuevo Uktia —revolví su acbello aprovechado que su típica gorra roja ya no cubría su cabello, después pasé a saludar con una leve caricia a su pequeño Litten —, ahora que ya estas vestido... creo que ya podemos hacer cualquier cosa aquí en la región —me alcé de hombros —, a mi en lo personal me gustaría atrapar a un Budew Udan~

 

La espera se acabó cuando Dante por fin regresó. No tardó entonces en revolver mi cabello, ¡sabiendo que eso no me gustaba para nada!

—Uhm, uhm sí... —Me dejé consentir solo porque hace tiempo no lo hacía. Entonces Dante propuso ir a capturar un pokémon de... ¿Udan?
Recordé entonces que todavía me quedaban ciertas dudas sobre sus motivos, y si no daba el primer paso, estaba seguro que Dante no hablaría.— Me gusta la idea de ir de aventuras aquí pero... ¿Qué rayos haces tú aquí hermano?, ¿cómo has llegado?

 

Dante Miles

"Me gusta la idea de ir de aventuras aquí pero... ¿Qué rayos haces tú aquí hermano?, ¿cómo has llegado?"

Me quedé en silencio unos segundos después de escuchar la pregunta, me había tomado por sorpresa a decir verdad pero si lo pensaba bien... tenía sentido que me preguntara eso, a fin de cuentas yo no solía hacer esta clase de cosas.

Llevé una de mis manos a mi nuca y suspiré —Liza dijo que me serviría cambiar de aires... —musité no muy animado por lo que vendría a continuación—, digamos que terminé con Emily y... creí que estaría bien pero me equivoqué —suspiré —. Luego después de un tiempo, me encontré con Mimi y Emi, dando como consecuencia que tuviera una conversación nada agradable ni amistosa con la primera...

>> Y pues... digamos que Liza creyó que sería buena idea venir aquí a despejarme, así que aquí estoy... con una ropa totamente incómoda tratando de ver que sucede aquí.

 

Escuché con atención a todo lo que me decía su ahora desanimada voz. En lo que me explicaba la cuestión, miré al suelo para evitar contacto directo, como un niño a quien están regañando. Así que se trataba de eso... Ahora tenía sentido. Era una pena pues yo aún consideraba a Emi una amiga muy cercana. Según tenía entendido, las cosas después de terminar una relación no eran tan bonitas como antes... Esperaba que este no fuera el caso.

—Ya veo, ya veo... Tú sabes que yo no soy muy bueno con estas cosas hermano... — Levanté la mirada y le ofrecí una sonrisa cálida. —Y creo que es algo que tenemos en común: Me sorprendió bastante, aunque no lo demostré aquella vez, cuando me enteré. ¿Dante con novia?— Mi voz se tornó un poco más seria esta vez —Pero estas cosas pasan, ¿no? Dudo mucho que quieras hablar sobre razones pero... Quisiera saber cómo te sientes ahora. ¡Yo estaré dispuesto a hacer lo que sea para que estés feliz!

 

Dante Miles

Cuando mencionó que le sorprendió en su momento que le dijera que ellos eran novios, mi rostro se sonrojó un poco y casi de inmediato me curbí de inmediato con mis manos, encorvandome ligeramente hacia el frente, ¿por qué tenía que decir eso como si nada? —No digas eso Ukita...—murmuré, apartando lentamente mis manos del rostro—, no es como si fuera algo completamente imposible... bueno, quizás.

Me permití reir un poco y lo miré con una pequeña sonrisa —Me siento... como una muy mala persona pero, estás aquí y eso me alegra mucho, no tienes idea cuanto.—Sin esperar más, volví a pasar mi mano por su cabello sin perder la sonrisa que le había dedicado.

 

"Me siento... como una muy mala persona pero, estás aquí y eso me alegra mucho..."

Pensé entonces en qué podría haber hecho Dante, y no se me vino nada a la mente... Mi hermano no era la clase de persona que dañaría al propósito o con malicia a un ser querido. Tras ofrecerle otra cálida mirada, reflexioné. Lo más probable es que parte de su propia personalidad, sin querer, había dañado a Emily y por eso sentía tan culpable. Yo lo encontraba trágico pero posible pues Dante era una persona más bien emocional. Aquello seguro escapaba de sus manos. Imaginé entonces el paradero de Emily, ¿dónde se encontraría ahora? De igual forma recordé a Liza, quien quizás no se encontraba muy lejos de aquí.

—Haya lo que haya pasado,hermano, estoy seguro que no fue culpa realmente...—Le di un ligero golpe en el hombro, para que se animara de una vez.—Yo me encargaré de que todo sea mejor, ¿trato?— Tras mis palabras de aliento, intenté cambiar de tema—Ahora... ¿qué me decías de aquel pokémon...?

 

Dante Miles

—Realmente espero que eso sea cierto, pero realmente aprecio tu ayuda, confio en que todo saldrá bien contigo aquí —llevé mis manos a mis bolsillos y señalé la ruta por la cual habíamos llegado, simplemente para que supiera que el pokémon del que estaba hablando se encontraba en esa ruta en específico —. Me gustaría tener un Budew en mi equipo, no es como los Budew que tenemos en Galeia pero como aquí no hay pokebolas... tuve que hacer un trabajo para obtener dinero y comprar cebos.

>> No es un metodo al que esté acosutmbrado pero, puede ser interesante...

 

Después de haber visto algunas especies raras, un Budew nativo de aquí era de esperarse. Udan estaba lleno de muchos pokémon raros, ¡tal vez era oportunidad para capturar uno yo también!

—¡De acuerdo, yo quiero saber sobre eso!— Le hice una seña a Dante, lo seguiría a donde sea sin rechistar. Litten no tuvo otra opción más que seguirme el camino. De esa forma, nos dirigimos nuevamente hacia el Paso Sinuoso, una ruta que no me gustaba en lo personal, pero que, según Dante, era hogar de algunos pokémon muy interesantes.

 

Una vez llegados nuevamente a la ciudad, me pasé por el mercado a por algunos zumos tropicales. Kabuto había evolucionado en medio de la visita al gurú que me iba a contar como evolucionaba Kabuto. El gurú habría preferido no cobrarme la visita - hubieran bastado dos minutos para no necesitar entrar de todas formas - pero aún así decidí pagarle porque fuera como fuera había respondido a mi pregunta antes de que Kabuto evolucionara.

Kabutops era ahora mi pokémon más fuerte de lejos, y mi confianza en él se había incrementado. Ya podía concentrarme en mis otros pokémon, entrenar a Dartrix y buscar una piedra para Growlithe - ¿Piedra Fuego o Piedra Agua? La respuesta parecía simple, pero ya no sabía que esperar de Udan - además de comenzar a entrenar a Larvitar, quien había hecho un buen trabajo en aquel combate doble.

Si quería seguir entrenando debía seguir haciendo pruebas, y me había saltado una en la Colina. Era allí a donde me dirigía ahora.

 

Dejando atrás el desierto, regresé brevemente a la Ciudad Mkuu. Vaya, ¡parecía que había pasado meses en aquel desierto! Pero finalmente lo había dejado atrás, ¡y me había marchado victoriosa! La marca marrón ya era mía… tenía dos marcas ya… ¡y aún no era todo! Todavía me quedaban enemigos por vencer, marcas por obtener, grandes batallas por luchar… realmente no podía esperar, esta región nueva, intrigante y misteriosa… ¡definitivamente conseguiría todas las marcas!

Me detuve unos momentos para que mis pokémon descansaran. Habían dado una gran batalla, y merecían un descanso. Mientras nos deteníamos, me pregunté qué estarían haciendo los demás. No había oído de Hubert o los demás en un tiempo… y sin mi Holomisor, que aparentemente no funcionaba en la isla de Udan, no tenía manera de comunicarme con ellos. ¿Estarían explorando la nueva región, o habrían regresado ya a Galeia? Me gustaría hablar y ponerme al día pronto… pero ya habría tiempo para ello más tarde, ¿no? Al fin y al cabo, nuestros caminos siempre se terminaban cruzando…

—Bueno, suficiente descanso —decidí luego de un par de horas, lista para seguir—. Aún hay un camino que no hemos explorado, y es momento de que lo hagamos… ¡hora de cruzar las Charcas!

 

Una vez devuelta en la ciudad, le expliqué a mi equipo que tenía que ausentarme por un rato. No fue sino después de visitar a Chuma y pedirle que cuidara por unas horas a mi equipo que tuve que despedirme de ellos, aunque fuera solo temporalmente. Dejé a Kabutops a cargo de protegerlos y salí de allí.

Ya sabiendo que estarían más seguros aquí que en cualquier otro lugar, me dirigí hacia donde se había establecido el portal hacia Galeia, en la misma ciudad. Técnicamente el portal me llevaría al Laboratorio del profesor Abeto, donde podría reencontrarme con mis otros pokémon, pero luego tendría que hacer una visita a mi casa en Ciudad Acuarela para cambiar mi vestimenta, y solo entonces podría seguir adelante.

 

Liza White

Quizás no había pasado más que un par de días, pero caminar de nuevo por el mercado de ciudad Mkuu con esta vestimenta se sentía como si hiciese meses que no lo hacía. Dos meses y un día para ser exactos, que lo he contado.

Esto de romper la cuarta pared es adictivo, déjenme.

Umiko y yo nos encontrábamos liderando la marcha por el mercado. A su manera y como pudo me contó que no habían tenido ningún percance, y que Ryu había resultado ser un gran protector. Me sentía orgullosa del dragón, y sabía que el pequeño Dratini seguiría sus pasos pronto.

Pero lo primero era lo primero: potenciar al nuevo Ryu antes de nuestro siguiente combate.

 

Liza White

Mientras nos adentrábamos en la ciudad una vez más, tuve que sacudir más de una vez mi ropa, dado que aún quedaban restos de la molesta arena del desierto. Con esta ropa se hacía realmente incómodo estar en aquel lugar, mas agradecía el tiempo que habíamos invertido allí. Había logrado mi cuarta marca, y Haku había evolucionado hasta su fase final. Estaba resultando ser un día de lo más provechoso.

Ahora, todo lo que me quedaba por hacer se encontraba más allá de esta ciudad, incluso de las charcas Mabwawa. El último reto me esperaba, pero antes aceptaría un par de trabajos, pues los zumos tropicales de ciudad Mkuu siempre ayudaban bastante.

Sumida en mis pensamientos, analizando la lista de cosas por hacer antes de continuar retando, acabé por abandonar ciudad Mkuu. Hacia tanto que no viajaba completamente sola que debía acostumbrarme a planificarlo todo de antemano.

 

Liza White

Bien, ahora sí... ¡Última parada! De tantas veces que había acudido al lugar ya me sabía la posición del mercado como la palma de mi mano. Aunque tampoco es que el lugar fuese excesivamente grande, pero sí que la primera vez uno se podía sentir algo perdido.

Le indiqué a Haku que me acompañase esta vez, y este no tardó en acudir junto a mí. Era el momento de potenciarle un poco.