Los días pasan entre volando y como caracoles. No hay momento en que una mente sin comprensión piense que pudiese ser algún día normal, pero no existe la normalidad al menos no hoy en día. Los señores que van trotando van reversa como si fueran compañeros del auto que va pasando, increíblemente van de forma derecha sin chocarse con los arboles. En el bus es otra historia, no hay momento en que cada segundo descubras un nuevo tipo de susto y reacción que crea tu sistema nervioso. Los peces enlatados o maniquíes sin vida en una rutina sin cambios del cual el conductor ocasiona estragos con solo detenerlo en seco, ocasionando un raro y extraño baile entre todos ante él desequilibrio. Aquella damisela puede observar diferentes reacciones. Una chica que estaba al parecer dormida y recostaba por el ventanal ante el parar inminente era llevaba a chocar contra él asiento delante, pero una vez mas los reflejos del ser humano nos demuestran los sorprendentes y utiles que pueden llegar a ser. Al ver aquella es imposible que la curiosidad de ella flote y aparezca. Pero ella no puede escaparse también del inminente bote que da el bus, al estar con su singular mochila rosa y maletín verde fue casi una acrobacia evitar caerse. Aunque ante el susto su sistema nervioso actuó de una manera peculiar, sus sentidos auditivos se apagaron y su visión se volvió borrosa. Por momentos escuchaba sus palpitaciones aceleradas y asustadas, pero cuando todo volvió a la normalidad con él bus en marcha, sus sistema nervioso volvió a funcionar calmándose nuevamente. Dejando a conclusión de la joven que este día no sería para nada normal.