The Hunger Games Insurrección

Este escrito participa para la actividad Spin-offverse realizada por @Fenix Parker

Insurrección

Y luego de que viéramos la flecha ser lanzada, se hizo la oscuridad.


Los gritos comenzaron a escucharse por todos lados, en ese momento todos estábamos viendo las grandes pantallas y cundió el pánico cuando Katniss Everdeen, el sinsajo, demostró otro acto de rebeldía aún más grande que el de los anteriores juegos. De alguna forma todo termino dividiéndose en dos grupos.


Aquellos que aprovechaban la oportunidad para ponerse en contra de los guardias y los que corrían por instinto, porque sabían lo que todos sabíamos, que nada iba a ser como antes y a partir de ese momento todos estaban en peligro. El presidente Snow era capaz de hacer que termináramos igual que el distrito trece o incluso peor.


Yo fui parte del segundo grupo, quizás porque en ese momento tenía a Sophie cerca de mí y no podía arriesgarme a que la lastimaran, mi hermana pequeña era lo único que quedaba en mi familia, nuestros padres habían muerto de hambre y enfermedad al tratar de darnos todo para que no nos ocurriera lo mismo. La tomé en mis brazos mientras ella miraba confundida para todos los lados haciendo ondear sus cabellos rubios rizados.


— ¿Qué está pasando hermano? —Me preguntó observándome con sus ojos verdes que no se distinguían bien por la oscuridad.


—No se Soph, pero estoy seguro que algo grande ocurrió. —Respondí mientras comenzaba a escuchar disparos a la distancia, probablemente de los soldados, ellos eran los únicos que podían tener armas, aunque en estos últimos meses se había corrido el rumor de que los rebeldes habían conseguido infiltrar al distrito algunas armas, muy pocas, pero las suficientes para iniciar una revuelta medio decente si se daba la ocasión. Y sin duda se había dado. —Cierra tus ojos y esconde tu cabeza en mi pecho Soph.


Ella de inmediato lo hizo, por lo menos así estaría un poco más segura de las balas, yo corría buscando un escondite decente, pero todo me parecía demasiado inseguro, no podíamos ir a casa, estaba demasiado lejos y encima estaba cerca del cuartel general de los agentes de paz, no éramos rebeldes, pero una semana antes había recibido una docena de azotes porque uno de ellos estaba molestando a Sophie y le pegue un puñetazo, si cuando eso se terminará empezaban a buscar culpables o sospechosos, yo entraría en la lista.

— ¿A dónde vamos? —Sophie estaba temblando, era lo normal, una niña de su edad no debería estar pasando por todo aquello, pero creo que en los últimos años, y desde que se iniciaron esos malditos juegos, ya nadie era demasiado joven para nada.


—A un lugar donde no haya tanto ruido y oscuridad. —No podía decirle que ni yo mismo lo sabía, eso solo empeoraría la situación.


Seguía corriendo, pero mi cuerpo ya comenzaba a agotarse y mi respiración era dificultosa, siempre había sido débil y delgado, procuraba darle la mayoría de la comida a mi hermana, debía parar pero no sabía dónde, los gritos cada vez se hacían más fuertes, y los disparos parecían que se incrementaban. Por un momento odie a Katniss Everdeen, ella era la causante de todo eso, era la culpable de que mi hermana y yo estuviéramos en gran peligro, era la culpable de todas las muertes que se estaban produciendo, y era culpable de que todo se transformara en un completo caos. Pero muy en el fondo sabía que no era del todo cierto, tarde o temprano eso hubiera ocurrido, todos estaban cansados de la situación, la chica solo fue el pie que se necesitaba para seguir adelante y comenzar lo que años atrás había causado la muerte de todo un Distrito.


Pero empezando a reflexionar eso, me quito el sentimiento de rabia que me protegía para evitar sentir lo que en ese momentos era lo más desafortunado que podía sentir, miedo, empecé a entrar en pánico, y mi mente daba vueltas. Tenía a mi hermanita en brazos y no sabía para dónde ir, si seguíamos así lo único que nos pararía serían las balas ya sea de los rebeldes o de los Agentes de Paz, porque todo era posible en ese momento. A este paso acabaríamos muertos, o siendo torturados en un interrogatorio en el que no podríamos dar las respuestas que iban a querer. En parte idee un plan para que me capturaran a mí y no a Sophie, podría dejarla oculta por algún lugar, en alguna casa abandonada o un callejón algo seguro y después salir corriendo como carnada para que no sospecharan nada, en algún momento la encontraría alguien bueno y la protegería. Pero no podía contar con eso, y tiré el plan a la basura.


— ¡Rápido, por aquí! —Escuché una voz cercana y sentí como algo me introducía en una casa vacía antes de que siquiera pudiera ver alrededor. Quise gritar pero aquella persona me tapo la boca y supe que era una mujer por sus pequeñas manos, aunque estaban llenas de pequeños callos como la mayoría de los de aquí. —Mantente en silencio, no le haré nada ni a ti ni a la niña que llevas ahí.


Decidí obedecerla, no me quedaba otra opción, y momentos después pude escuchar como unos pasos apresurados pasaron por delante de la puerta, no sabía si eran de rebeldes o de Agentes, tampoco me importaba. Cuando por fin se alejaron completamente, la chica me destapo la boca y yo pude voltear a verla, era un poco más delgada que yo, y su pelo negro era corto y lacio a la vez, aunque estaba enmarañado, su cara estaba sucia pero aun así se notaba que poseía una gran belleza, y quizás sus ojos fueron los que más me impresionaron, eran azulados como el mar más profundo y eran grandes, tenían un toque de desconfianza pero a la vez curiosidad y bondad.


—Perdón por agarrarte tan de pronto, pero te vi por la ventana y supuse que tenías problemas...—Empezó a explicar aunque mi hermana se separó y se puso delante de mí.


— ¡Aléjate! ¡No le harás daño a mi hermano! —La miró con lágrimas en sus ojos, probablemente ella también se había sorprendido de que nos entrarán tan bruscamente y combinado con el terror que había vivido hace unos minutos seguramente no era muy bueno, añadiendo que quizás yo no era el único que recordaba los azotes de hace poco tiempo.


—Sophie… —Estaba por acercarme a ella cuando noté que la chica sonreía amablemente mientras extendía su mano hacía mi hermana.


—Lo lamento por asustarte, no voy a hacerle daño a tu hermano…—Dijo suavemente mientras se acercaba más y en consecuencia mi hermana se ponía mas tensa. —Mi nombre es Alice, y te aseguro que no hay motivos por cual temer. —Me miró quizás buscando un poco de apoyo.


—Soph, tranquila, ella nos rescató…—Aún estaba algo desconfiado, pero el hecho de que nos ocultará era una gran muestra que estaba de nuestro lado, aunque cabía la posibilidad que todo aquello fuera una trampa.


—Hermano…—Volteó a verme y luego se lanzó a mis brazos, yo seguía medio agachado y eso causo que me sentará de repente. Empezó a sollozar y yo le acaricie el pelo, estaban ocurriendo demasiadas cosas en poco tiempo.


—Yo soy Alex, y ella es mi hermana Sophie, gracias por rescatarnos. —Nos presente mientras la examinaba más, todo estaba pasando muy rápido.

—No hay de que, nunca me hubiera perdonado si los dejaba allá afuera….ya se están haciendo demasiadas víctimas. —Su mirada se oscureció por unos momentos y luego sonrió de nuevo con algo de tristeza. —Pero no es momento para eso, sé que esto es muy raro viniendo de una desconocida pero si quieren vivir les propongo que vengan conmigo.


— ¿Qué? —La miré confundido, creo que mi confianza se disminuyó en gran manera cuando la escuche— ¿A qué te refieres?


—Pues a una manera de escapar de este Distrito, ir a un lugar seguro. —Contestó como si fuera algo obvio. —Se un camino que nos llevará al sitio perfecto, iremos por algunos túneles que son más seguros, tardaremos más días que de lo que se debe pero llegaremos más o menos a salvo.


— ¿De qué hablas? Hay Agentes de la Paz por todos lados, y también está el hecho de los rebeldes…—Quizás estaba hablando más alto de lo que debía pero no podía evitarlo, ese no era momento para juegos.


—Yo soy una rebelde. —Me comentó como si no fuera la gran cosa, yo la miré atónito—Escucha, sé que esto es muy difícil de digerir, pero no tenemos tiempo que perder, me encomendaron traer civiles que no tenían nada que ver para que no se sufrieran bajas innecesarias, y ustedes son los únicos que he visto ir por este camino. Se está haciendo mucho tiempo y mientras más vidas se salven será mucho mejor, y a parte también mis compañeros podrán pelear más fácilmente si no hay tantos civiles inocentes en las calles.


— ¿Y dónde piensas llevarnos? —Mi mente aún no podía pensar claramente, y Sophie parecía congelada, era normal, estábamos ante una de las personas que era llamada por el Capitolio como “Alguien sin compasión ni escrúpulos que buscaba quitar la paz actual y quería que se repitiera lo que había ocurrido en el Distrito 13”.


—Al Distrito 13—Lo dijo con tanta firmeza que por un momento pensé que no había escuchado claramente por el sonido de la batalla que estaba ocurriendo por cada rincón.


— ¡Estás loca! —Exclamé— ¡El Distrito 13 ya no existe!


—Claro que existe…—Explicó suavemente, supongo que creyó que me lanzaría contra ella o huiría por preferir estar afuera con las balas que en esa cosa con una psicópata. —Solo que está oculto, esto es información clasificada, pero te puedo asegurar que el actual Distrito 13 es el lugar más seguro en estos momentos para la revolución que está a punto de empezar.


— ¿Revolución? —Había escuchado los rumores pero nunca me había imaginado que se iban a hacer realidad, sentí miedo y me aferre a la mano de Sophie mirándola preocupado, si ocurría algo nada garantizaba que sobreviviéramos. Miré a Alice desesperado, mis pensamientos eran rápidos, loca o no, ella parecía tener un plan. —Te seguiremos, por favor, llévanos lejos de aquí.


Ella asintió sonriendo y nos guío hacia una salida trasera de la casa, justo en los alrededores había una trampilla bien oculta entre unos arbustos, al abrirla nos indicó que entráramos, yo contuve el aliento e intercambiando miradas con mi pequeña hermana decidí entrar, podía escuchar como los estruendos parecían cada vez más lejanos.


De cierta forma me parecía curioso, toda mi vida había pensado que nunca me alejaría de ese horrible Distrito, aunque en cierta manera sentía algo de nostalgia, no por el lugar en sí, sino más bien por todo lo que había vivido allí, de cierto modo era mi hogar, en donde estuve toda mi vida y era raro alejarme de él cuando hace tan solo unas horas estaba haciendo la rutina normal que hacía en esa época. Quizás tenía también algo que ver con la sensación de miedo a lo desconocido, no sabía que iba a pasar luego de eso, pero al ver la cara dormida de mi hermana que se había puesto en mis brazos supe que estaba haciendo lo correcto.


Al menos, si iba con Alice, tenía el presentimiento, que podría darle a mi única familia, un futuro prometedor en donde todo sería mejor.