Alberto no había dejado de repetir "Silenzio Bruno" en toda la semana. Su Bruno interior estaba muy fastidioso estos días. Más en específico desde la última llamada que tuvo con Luca. Él y el otro niño estaban hablando de cómo eran sus respectivas vidas en Portorosso y la escuela en Génova. Luca estaba hablando de lo mucho que le gustaban las clases de Astronomía y de lo fascinante que sería ir al espacio. Y él sin pensar, soltó algo que había rondando su mente durante toda la conversación. —Amo cuando hablas con tanta pasión de lo que te interesa. Me gustas mucho, Luca.—dijo De ambos lados de la línea se hizo silencio incómodo. Pareció durar siglos, hasta que Luca finalmente contestó. —Lo… ¿Lo dices de verdad? Ya no tenía caso retractarse de sus palabras, pues temía herir al otro niño. —Es lo más serio que he dicho en toda mi vida. Se escuchó un pequeño jades, y después regresó la voz dulce que conocía. —Alberto… Tú también me gustas. Después de esa confesión, no duraron mucho más en el teléfono. Giulia quería hablar con su papá y, además, ellos habían decidido que era mejor esperar a verse. De todos modos, las vacaciones de Pasquetta* estaban a solo unos pocos días de iniciar. ................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................ Estaba en la estación con Massimo y los Paguro, esperando a que ambos estudiantes llegaran. Ya se escuchaba,a lo lejos, el silbato del tren. Su tranquilidad y corazón venían allí, dentro de uno de los múltiples vagones que cada vez estaban más cerca del andén. Al fin, la máquina se detuvo y comenzaron a bajar sus pasajeros. Pronto,alcanzó a distinguir las suaves facciones y los rizos castaños que lo habían hecho soñar tantas veces. Luca también lo vió. Ambos muchachos corrieron y pronto quedaron fundidos en un fuerte abrazo. —Te extrañé—dijo el menor de los dos, sin ninguna señal de querer soltarse. Alberto tuvo ganas de besarlo, pero se contuvo de hacerlo allí, frente a todos. En cambio, aceptó que Giulia se les uniera. La verdad era que también había extrañado a la chica. Después de los saludos emotivos, partieron hacia la casa de los Marcovaldo, para tener una comida de bienvenida todos juntos. Esto se había vuelto una tradición desde la primera vez que Luca regresó de la escuela. ................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................ En algún momento mientras los adultos estaban en la sobremesa y no les estaban prestando atención, llevó a Luca hacia un lado, dónde ninguno de los otros presentes podía verlos. —Ven a la isla está noche, te estaré esperando. —le susurró en el oído. Antes de separarse le dio un beso rápido en la mejilla, y se alejó dejando a un muy sonrojado Luca detrás. ............................................................................................................................................................................................................................................................................................................................... Esperar a su querido niño esa noche fue más complicado que de costumbre, pues la ansiedad de estar a solas con él por primera vez desde la confesión lo hacía todo un poco más fuerte. No mucho tiempo después de lo que habían acordado, Luca llegó al que era su pequeño lugar secreto. Le encantó ver cómo sus enormes ojos se abrían mucho más de lo usual. —¡¿Tu hiciste todo ésto sólo?! A diferencia de otras ocasiones, la pequeña azotea de la torre estaba decorada con varias velas. Además de una mesita con una cena ya servida, otra vela y unas cuantas flores. También había dos sillas, muy juntas. El fonógrafo también estaba allí arriba, reproduciendo una dulce canción. —Massimo me prestó el bote, pero yo hice lo demás. Quería tener mi propia fiesta de bienvenida contigo. Luca se lanzó a sus brazos, y está vez, fue él quien fue sorprendido con un beso corto en los labios. El primer beso de ambos. Alberto abrazó con fuerza al otro chico, estaba realmente feliz. —Muchas gracias. Esto es hermoso —dijo, un poco sonrojado. —No tienes que agradecerme, hago esto porqué quiero, porqué te quiero. —Y yo quiero que sepas que lo aprecio. Y que también te quiero. Decirlo a través del teléfono había sido una cosa bella y rara; hacerlo cara a cara y abrazados era parecido a la sensación de miedo y emoción que un monstruo marino siente cuando sale a la superficie por primera vez. —Deberíamos comer, Luca—dijo Alberto, para tratar de calmarse. El mencionado solo asintió. Se separaron, no sin cierto recelo, y se sentaron a la mesa a comer. Pasta con pesto, justo igual a la primera comida humana que habían probado. Terminaron de comer bastante rápido, pues la comida estaba buenísima. Además, estaban más interesados en poder estar juntos que en alimentarse. Decidido a ser valiente, Alberto se levantó y se plantó frente a Luca, con una mano extendida. —¿Quieres bailar? —No sé cómo hacerlo, pero está bien si es contigo.—dijo Luca, tomando la mano que le ofrecían. —Tampoco sé, pero eso no debe detenernos. Se alejaron de la mesa, buscando un espacio más despejado que les permitiera moverse. Era cierto que no sabían bailar como lo hacían los humanos; pero con estar abrazados, meciéndose suavemente al ritmo de la música era suficiente para que sus corazones se aceleraran. Una fina lluvia primaveral comenzó a caer sobre ambos, revelando sus verdaderas identidades marinas. La cálida luz de las velas se fue, pero quedaron las estrellas. La música seguía sonando. Sus labios volvieron a juntarse, experimentando con un beso un poquito más profundo. De verdad que Alberto estaba agradecido porqué Luca lo hubiera sacado de esa pequeña isla; más sería siempre un lugar especial al cuál volver juntos. ................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................ *Pascua: No estoy bien segura, pero como la mayoría de la población en Italia es católica, estoy tomando así la celebración. Literal, me baso en mis recuerdos de clases de italiano, así que no confíen mucho en mí. Además es una excusa para que estos dos se vean ¡Hola! Este es mi tercer trabajo para el flufftober, los prompts eran primera cita, cena y bajo la lluvia~ Estos niños son hermosos y la verdad es que tenía ganas de escribirles algo. No sé cómo quedó, siempre que escribo de una ship por primera vez siento que es raro. Muchas gracias por leer~ Ciao!
