[INACCESIBLE] Laboratorios Z-Max, el Valhalla de Gérie

Tema en 'Región de Gérie' iniciado por MrJake, 17 Enero 2021.

  1.  
    MrJake

    MrJake Game Master

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    Laboratorios Z-Max
    El Valhalla de Gérie

    En Ciudad Entrerríos destaca, sobre todos los demás edificios, una gigantesca torre. La torre estaba rodeada de energía dinamax, cubierta de esa capa rojiza que envuelve todo el mundo en estos momentos. El lugar coincidía con la ubicación original de los laboratorios de Zach, así que... debían ser esos, ¿no? Desde luego no eran tan gigantescos originalmente, así que algo la energía dinamax debió afectar también a aquel lugar.


    Con todo, no se opuso resistencia de ningún tipo, y los holders pudieron entrar sin ningún problema en el lugar. Sorprendentemente, no había ningún tipo de seguridad, o, al menos, no aún. El interior del laboratorio era... como ya pudieron comprobar Mimi, Lucas y Liza; por dentro no cambiaba. Simpleza en su decoración minimalista, paredes blancas, todo... aséptico.

    Pero, esta vez... se notaba un aura extraña en la zona. No había duda de que ese era el epicentro de toda la situación. Se podía sentir algo raro en la zona, algo ominoso.

    ¿Sería... la energía de Eternatus?

     
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    Gigavehl

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    No fui capaz, nuevamente, de prestar atención a las reacciones de Cayden. Entre mi seriedad como la discusión se llevaban toda mi atención, Cayden habló por fin. La verdad es que era cierto lo que decía, pero no solamente era Gérie la que estaba en riesgo, si no el mundo. Si no se cortaba ahora este caos, podría extenderse hasta los confines del planeta, así que había mucho más en juego, ya que no dudaba que esto lo exportaran a todos lados.

    Poco después, Destiny parecía decir que, era algo improbable que el tal Zach fuese el responsable, luego nos habló que no teníamos porqué vernos involucrados, era demasiado peligroso y que, como había sospechado. Esos chicos ya se habían visto envuelto en este tipo de cosas.

    —Esto se volvió personal desde que me hicieron ver a...—me corté, mordiéndome el labio inferior sin mucha fuerza pero claramente conteniendo el nombre a mencionar, lo cierto era que me intrigaba demasiado saber de dónde mierda habían sacado la información tan íntima de todos. Yo precisamente era de las personas más reservadas... ¿cómo pudo ser?

    —Agh, no importa. Cómo dice Cayden, está región no deja de ser mi casa y no me importa verme en peligro, inclusive si Eternatus está involucrado, esto no está bien, es cruel... Muy cruel—. Dije, mi voz flaqueo solo un instante, volviéndome a cruzar de brazos, como fuese. Todos, empezaron a ponerse en marcha hacia Ciudad Entrerríos.

    ***

    Al arribar con ayuda de otro holder, se consiguió llegar con rapidez, desde antes una torre imponía, pero se notaba por sobre todo que esté era el epicentro de la energía.

    Ver todo eso, me volvía a asolar otra punzada, mística... pero, no solamente era eso, si no, de alguna forma, dolía, y me incomodaba, no tenía ambigüedad, si no todo lo contrario. Era claro y muy incómodo.

    No hubo tiempo para ponerse a pensar, se ingresó al edificio con gran facilidad... por ahora.
    El interior era, por decir, monótono y aburrido, carente de toque, o tal vez de esencia. Aún así, el ambiente era extraño, definitivamente esto era el encuentro final de los holders, vaya, y eso que parecía acababan de salir de otro encuentro similar.

    Una curiosa frase invadió mi mente, una tan simple y minimalista me hizo sentir un dolor en el estómago, como si me doliese recordarlo de alguna manera, al final suspiré y me crucé de brazos, esto será complicado, y yo sin muchos recursos con los que contar. Tenía que ir con cuidado.

    Perdonen mi intesidad, no sé si pueda estar libre hoy je (?)

    Así que mejor de una dejo esto.
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Emily Hodges

    Los demás no tardaron en llegar y lo cierto es que no pude esconder el enorme alivio que sentí al verlos, a todos, sanos y salvos. Solo podía imaginar lo duro que había sido para ellos también tener que despertar de aquellas ilusiones que habían atacado directamente a nuestros deseos más profundos.

    Sea como fuere, no había realmente tiempo para reencuentros emotivos, porque estábamos en una situación crítica... de nuevo. Nos habíamos acostumbrado, de todas formas, a todo aquello, así que fue cuestión de unos pocos segundos para que nos pusiésemos serios y comenzásemos a recapitular lo que podría estar sucediendo, junto a Destiny. Y descubrir que todo aquello fuese cosa de Zach... joder.

    Me llevé las manos a la cara, pasando después los dedos por el cabello, y suspiré. ¿Cuándo iba a acabar toda aquella tortura? Encima habíamos acabado arrastrando a los chicos de Gérie también, que bien podía ser su región pero no merecían estar metidos en todo este embrollo.

    —Los laboratorios de Entrerríos, ¿eh? Muy bien.

    ¿Qué más íbamos a hacer salvo seguir adelante? Era lo que siempre hacíamos.

    Volví a liberar a Corviknight, aunque antes de subirme al mismo me acerqué el trío que me había salvado, con una sonrisa ligera pero genuina.

    >>Nunca os lo dije, pero gracias.

    Me quedé un segundo extra con la mirada en el chico pelirrojo, un agradecimiento especial en mis orbes. Quizás no era el mejor momento, pero antes lo había notado, claro, las intenciones que tuvo de acercarse a mí porque seguramente notó que estaba un poco sola y no podía no agradecerle por algo así.

    * * *
    Llegamos a los Laboratorios no mucho después y volví a resguardar al tipo volador en su pokéball, observando el edificio con curiosidad. También... había usad la energía dinamax ahí, ¿eh? ¿Qué demonios está pasando Zach? Yo había confiado en él desde el principio, aun cuando usó aquel inhibidor en nuestro combate.

    —Pues vamos allá... —murmuré tras un suspiro, entrando en el edifico.
     
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    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    Mimi Honda

    El siguiente paso era lógicamente saber qué mierda estaba pasando con Zach. De modo que nada más todo estuvo decidido, liberé a Yorube y me dirigí hacia Entrerríos. Aún no había logrado procesar debidamente todo lo ocurrido con el bastardo de Arnie Chance y la Ragnarök y ahora estábamos de nuevo en lo mismo. Lograba frustrarme. ¿Es que no podíamos tener ni cinco malditos segundos de descanso?

    Descendí de Corviknight frente a las instalaciones de los laboratorio Z-Max. La ominosa energía roja también se había apoderado de ellos. Podía verla. Estaba por todas partes. En el cielo, en las calles, en la gente. En ese instante recordé lo que Eileen nos había dicho a Ian a mí en la Ragnarök. Su voz llena de ira me rayó con inusitada fuerza el cerebro.

    "No voy a perdonar a esta gente. No voy a perdonarles... lo que están haciendo con Gérie. Pero sobre todo, por raro que os sueñe, yo... no voy a perdonarles lo que están haciendo con la energía dinamax. Porque eso es... la vida de mi hermano, es todo lo que tiene, ¿sabéis? Zach vive por y para estudiar esa energía. Su tiempo lo dedica a dibujar planos de todas partes de Gérie, estudiar el terreno de la región y a buscar formas de usar la energía en mejorar todo lo que dibuja y todo lo que estudia. Hacía... mucho que no lo veía feliz, porque aunque sea una felicidad a su modo, sé que es feliz haciendo esto, que es feliz con su investigación. Zach nunca había tenido interés por nada desde que nuestra madre murió, y... ahora lo ha encontrado. Y estos hijos de puta no van a arrebatárselo".

    Quizás en el fondo Zach no se hubiese vuelto ningún villano como Chance. Quizás sus intenciones fuesen loables y justas. Era aquel pensamiento lo único que mantenía invicta la fina cuerda entre yo y el vacío. No me sentía traicionada porque quería creer que su causa era noble. Que pretendía hacer el bien y no jodernos nuestras esperanzas ni sueños ni jugar con nuestras emociones.

    Un joven genio de catorce años siendo un villano sonaba demasiado cliché, de todas formas.

    —Entrenadores de Gérie, ¿cierto?—pregunté sin detener mis pasos. Tan solo momentáneamente le dirigí una mirada de soslayo. Al pelirrojo recordaba haberlo visto antes en alguna ruta. Cerré los ojos y me cargué de paciencia. Algo de lo que generalmente carecía totalmente—. Escuchadme bien, novatos. Comprendo que queráis saber que está pasando. El epicentro está aquí en vuestra región y el supuesto culpable es también alguien de Gérie. Pero no sabemos nada de lo que pasa, no sabemos de qué es capaz Zach y si nosotros no sabemos nada, vosotros menos. Habéis sido arrastrados a esta vorágine por inercia. Así que os daré un consejo.

    No fue una amenaza en sí misma pero sí una seca advertencia. No los conocía de nada, literalmente habían salido de Arceus sabría donde y para ser simple, tampoco confiaba en ellos ni en su fuerza. Me rehusaba a hacer de niñera con un grupo de entrenadores que recién habían empezado. Aunque su intención por salvar su región era justa aún les quedaba una largo camino por delante y no estaba dispuesta a cargar en mi espalda daños colaterales por mera falta de experiencia.

    Mi voz estaba cargada de seriedad y de evidente hastío por otra parte.

    >>Manteneos al margen.
     
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    Hygge

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    Liza White

    Un sentimiento opresivo se instauró en mi pecho cuando alcanzamos los laboratorios Z-Max en ciudad Entrerríos. Yorube, Flygon y Corvinight descendieron al mismo tiempo que Zazú, quien parecía especialmente inquieto con la visión que tenía frente a sí. La torre, rodeada con intensidad por la energía rojiza que había teñido el cielo de la región, parecía ser el núcleo de todo. Tal y como habíamos imaginado, el origen residía en Zach.

    Permití que Nikolah descendiese de su lomo, y acaricié el plumaje erizado del Staraptor con suavidad.

    —Gracias, cielo —susurré, rodeando su cuello con mis brazos—. Descansa.

    El esférico regresó a mi cinturón y contemplé el edificio con una expresión difícil de definir. Habíamos enfrentado a infinidad de dementes y personas de moralidad laxa, pero aquello no se sentía ni por asomo similar a esa clase de enfrentamientos. Era un sentimiento similar al que había vivido con Balor. Había convivido lo suficiente con Zach para sentir que creía fervientemente en lo que decía. En que sentía que el rumbo al que había encaminado sus investigaciones, el uso que deseaba darle a la energía que tanto amaba... era benigna. No era capaz de comprenderle, no podía siquiera hacerme una idea de cómo forzar a una región entera a ser felices en sus propias mentiras era una causa justa...

    Pero quería hacerlo.

    Quería intentar entenderle.

    Avancé hacia el interior del edificio sin emitir palabra alguna. En otras condiciones habría intentado calmar lo nervios de los chicos de Gérie pero hacía tiempo que había entrado en piloto automático. Ni siquiera los holders estaban ahí, era... solo yo. Yo y mi afán por encontrar respuestas. El corazón se me aceleró en el pecho mientras mis pasos resonaban por el interior del laboratorio, en completo silencio. A una parte de mí le aterraba volver a ver esas ilusiones... pero había otra que deseaba hacerlo. Contemplarlas por última vez, dejar de huir y atormentarme noche y día. Hacerles saber que no eran reales.

    Y dejarles ir al fin.
     
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    MrJake

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    Cuando entraron los holders, poco a poco... todo lo que hubo fue silencio. Silencio y calma, una calma tan grande que... era tensa, de alguna manera.

    Y dicha calma fue interrumpida por esa persona. Resonando el metal de su armadura conforme avanzaba, el silencio en el lugar era tanto que hasta las pisadas provocaban un intenso eco. Y la figura del caballero blanco, deteniéndose ante ellos, mostró una pulsera dinamax particularmente grande y extraña... y amenazó con una pokéball a los holders.

    —Sabía que terminaríais viniendo... Zach ya lo dijo —avisó, con voz robotizada, alterada por algún aparato—. Pero temo deciros que no pasaréis de aquí.

    Destiny, dientes apretados, fue la que dio un paso al frente y le desafío.

    —¿¡Quién eres!? ¿¡Por qué... hacéis esto!?

    Pero el tipo no parecía atender a razones. Pronto, la pokéball en su mano se dinamaxizó.

    —Tendría que haberlo sabido —dijo el caballero, furioso—. Si no te eliminaba, ellos...

    Pero fue bruscamente interrumpido. Por una voz que, a través de la megafonía, pudo escucharse sin problemas. Sin distorsiones. Sin trucos. Ahí estaba, era... sin duda era Zach. Era su voz. Y solo dicha voz frenó al caballero.

    —Detente. No les hagas daño, Colin.

    —¿C-Colin...? —tartamudeó, incrédula, Destiny.

    —... —el caballero guardó la ball dinamaxizado, devolviéndola a su estado normal, sosegado.

    Y Zach siguió hablando.

    —Yo... ya sabía que esto pasaría. ¿Por qué estáis aquí, holders? Imagino que Destiny os hizo despertar... pero... ¿por qué? ¿Acaso lo hice mal...? ¿No representé bien vuestros deseos? Si es el caso, mis disculpas. No gozaba de la suficiente información sobre vosotros, y quise aventurarme con lo que Irvine me contó para poder recrear vuestros sueños. ¿Pudisteis... ver a vuestros seres queridos añorados, ver vuestras fantasías más queridas hechas realidad? Espero que, aunque fuese por un momento, haya sido así.

    Zach se detuvo en su charla, tomando aire. Su voz monocorde y carente de emociones se notaba... algo quebrada está vez.

    —... sí, no hace falta que digáis nada. Quizá lo he hecho mal. No pretendía que os asustaseis ni nada, solo que... pudieseis estar a gusto aquí. Pero no pasa nada. Si no salieron del todo bien vuestros sueños y queréis ayudarme a perfeccionarlos, adelante. Solo necesito que me contéis un poco, ¿sí? ... aunque sé que, en el fondo, lo que queréis son respuestas, ¿verdad? Entender el por qué de todo esto.

    >> ... sois... libres de marcharos si queréis. Esto es sólo para Gérie, de momento. Así que si vuestro problema es que no queréis formar parte de ello, de verdad, marchaos, no os pienso retener. Pero si os preocupa la región, queréis respuestas y conocer bien mis intenciones y los detalles de mis planes antes de tomar ninguna decisión. No... pretendo crear ningun mundo de esclavos ni nada así. Solo quiero... lo mejor para Gérie.

    >> Adelante. Subid al ascensor si lo deseáis. En la primera planta os contaré un poco sobre este tema, y... podréis darme vuestra opinión. Colin... dales la tarjeta.

    En silencio, el caballero se acercó a los holders. Fue a Lucas al que se dirigió, extrayendo lo que parecía una serie de tarjetas de acceso: una para cada uno de los presentes.

    Y, antes de alejarse de ellos, le susurró, esta vez con su propia voz:

    —... y por favor. No lo estropeéis. No ahora.

    Parece que tienen acceso a la planta 1, 2 y 3 con esa tarjeta... pero Zach les dijo que fuesen a la primera, ¿no? ¿A dónde irían?

    >> Ascensor: P1
     
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    Gigavehl

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    Por lo menos consoló un poco que Emily nos diese las gracias por ir por ella, gesto que en cierta medida no esperé debido a lo brusco que había sido todo, pero se agradecía, lástima que no estaba en mi canal para corresponder como era debido.

    Más tarde, una chica, que reconocí como Mimi se dirigió a nosotros con tono firme pero en cierta medida hostil, o mejor dicho hastiado. Era de entenderse su actitud pero le dejé estar, no es como que yo tampoco confiase en nadie más. Al menos, de ellos, omitiendo solo a uno. Una, mejor dicho.

    En determinado momento, se escucharon unos pesados pasos, eran metálicos, por un momento creí que era un Pokémon pero cuál era la sorpresa que se trataba de una persona. Un... ¿caballero? ¿Esto es acaso algún tipo de referencia con el antiguo Gérie?
    No hubo tiempo de preguntas y como era de esperarse, se presentó de forma hostil, al parecer en especial contra los holders. Cuando estaba por dar inicio el combate una voz irrumpió, seguramente por la manera de hablar, era Zach.

    Ah... mira, por primera vez una teoría muy alocada que me montaba no había resultado tan descabellado. Sin embargo, a palabras de Mimi, aquí era normal que hubiese mucha incertidumbre en el ambiente. Aunque parecía que la persona de la armadura era una persona conocida, un tal Colin. Y parecía también una revelación importante para los holders.

    Nunca relajé mi postura severa para con la situación, Zach se le escuchaba no solo apático si no que juraría se le oía también algo deprimido.
    Cómo también estaba pensando, se estaba dejando llevar demasiado pronto con las primeras impresiones, aunque tenía que admitir que estaba muy cegado aún, deseaba todavía descargarme pero parecía que eso tenía que esperar.

    Mantenernos al margen, tsk.

    Cómo fuese, Zach, literalmente de forma muy amable, a su modo. Se disculpo si no había representado bien nuestros sueños, inclusive nos invitaba a mejorar la ilusión y darle la información, dar marcha atrás y no habría consecuencias... inclusive. si seguíamos adelante, nos lo explicaría todo. Inclusive pidiendo opiniones al final.
    Tenía que admitir que eso... era inesperado a cierto grado. Sonaba tan sincero y tan triste en cierto nivel que era incómodo.

    El tal Colin se aproximó a Lucas a darle una tarjeta y fue así como procedió con todos, hasta conmigo y los demás que me acompañaban.
    Hasta ese momento me di cuenta que nos tomaba como personas que despertamos y solo buscábamos respuestas, no tanto como enemigos y eso era lo que me incomodaba.

    Miré la tarjeta, mientras Colin, sin distorsionar la voz pidió no estropearlo, carajo. Tenía que calmarme o me iba a dar algo.

    Solo pude soltar un gran suspiro y di apenas unos pasos adelante para cruzarme de brazos y mirar a los holders, esperando, paciente a ver quién más iba a subir al dichoso elevador. Estaba claro que quería respuestas, como todos, en realidad.

    Así pues, sin subir aún, solo me quedé esperando. En frío silencio.
     
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
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    Cayden Dunn

    Ninguno se detuvo a hacer un estudio profundo de la mierda en la que estábamos metidos, ¿cierto? Incluso si Gen no nos hablaba, si Aleck parecía tener la neurona chamuscada y yo estaba perdiendo cualquier rastro de paciencia que me quedara el caso es que seguíamos conectados los tres y era evidente que íbamos a ir con ellos, así no fuésemos más que un trío de idiotas con una medalla y par de encontronazos con los Bluefire.

    Estábamos por irnos y punto cuando Emily volvió a acercarse a nosotros, con una sonrisa pequeña en el rostro y nos... dio las gracias. No esperaba que lo hiciera ni nada, de hecho no creí que tuviera que hacerlo. No tengo ni idea de dónde saqué la energía para regresarle parte de la sonrisa cuando noté me miraba a mí directamente, pero no encontré qué decirle en realidad y solo la dejé irse.

    Ninguno contestó a lo de Destiny, Gen partió con el resto y yo volví a accionar la esfera de Cinis antes de acercarme a Aleck y darle un golpe en el hombro.

    —Quisiera decirles que no fueran ustedes, pero ninguno me hará caso así que por lo menos a ti te voy a llevar yo. —No había espacio a réplicas.

    Apenas llegar lo que saltó a la vista fue la enorme torre, atrajo las miradas de una y era evidente que teníamos que ir allí. La gracia fue que entramos como si nada y una vez dentro regresé al Arcanine a su esfera luego de dedicarle algunas caricias.
    Éramos un trío de extraños allí, sin duda alguna, de forma que tampoco íbamos a pretender llevar el control de la situación ni nada, éramos, si se quiere un respaldo apenas.

    La rubia que había visto en las rutas habló entonces, dirigiéndose a nosotros obviamente.

    Novatos.

    A ver, chica, dinos algo que no sepamos al menos.

    ¿Consejo? Contuve el impulso extraño, salido de quién sabe dónde, de soltarle una risa como respuesta y solo la seguí escuchando, al menos sonaba tan seria y hastiada como yo, pero venga.

    —Se te hizo algo tarde para ese consejo, ¿no crees? —Si acaso le dirigí una mirada de soslayo, harto como estaba—. Si resultamos ser un lastre no vas a tener problema en pasar de nosotros, ¿cierto? Cuida a tu gente y yo cuidaré a la mía, ya está.

    Como fuese, los eventos siguieron precipitándose y famoso Zach no tardó en hacerse oír, luego de que aquel caballero apareciera para bueno, eliminarnos, ni modo. El chico habló, deteniéndolo, y mientras lo escuchaba fui frunciendo cada vez más el ceño. Quería lo mejor para Gérie, bien, eso quedaba claro pero lo que estaba haciendo era crear un enorme mentira.

    El caballero, que se supone se llamaba Colin y era obvio que no debía ser un caballero realmente, se acercó hasta Lucas para darle la tarjeta de acceso. Inhalé con fuerza de nuevo, porque en realidad no quedaba mayor opción que verle la cara y escucharlo, sus motivaciones, razones y toda la mierda.

    Por más desviado que sonara ya de por sí.

    —Los seguimos —hablé de nuevo, haciendo de vocero para los tres de Gérie.
     
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    Rider

    Rider One of a Kind and... yes?

    Cáncer
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    Aleck Graham

    Tras haber llegado todo a Villa Cruce junto con Emily, hicimos una breve espera mientras llegaban Liza y los demás, sólo por unos escasos minutos. Justo cómo había prometido Liz, eran un grupo muy...colorido, "variopinto" sería la palabra más acertada. Reunidos todos comenzamos (O comenzaron) a discutir sobre todo lo que ocurría, la poco información que teníamos y las posibles acciones a tomar para tratar de remediar todo esto, o cuando menos ponerle un alto.

    Era evidente que los chicos de Galeia tenían un poco más de detalles sobre lo que sucedía, pero no quería cuestionar demasiado, no al menos por las próximas 3 horas o hasta que terminara esta jaqueca que me estaba matando. Rápidamente salió el tema sobre los posibles responsables de esto, quien estaba proveyendo la energía, y quien la usaba para crear esta ilusiones, pero...No se estarán refiriendo a Eternatus ¿Verdad?, no creerán que están usando otra vez la energía de el mismísimo Eternatus...¿Verdad? Rápidamente tuve mi respuesta a esa cuestión: Por supuesto que sí.

    Uy, que mal...

    Seguidamente la castaña mencionó quien era la posible menta maestra detrás de todo, un chico llamado Zach, aparentemente un viejo conocido de los holders, amigo o enemigo, ya era difícil saberlo a este punto, pero mencionaron que sus laboratorios se encontraban en Ciudad Entrerríos, justo la ciudad en donde vivía mi abuelo.

    Destiny nos preguntó sobre nuestra situación, al trío de Gérie, sobre nuestro rol en todo esto, básicamente nosotros nos estábamos enfrentando a lo desconocido, a fuerzas aun inexploradas por nosotros, sería razonable, hasta lógico, quitarse del camino, hacerse a un lado y esperar lo mejor pero...

    Miré una vez más hacía la Villa, contemplando lo que le estaba haciendo a la región, a ese región a la que estaba dispuesto a abandonar en búsqueda de un poco de dopamina para este cerebro adolescente, por algo de aventura y adrenalina. Los ahora rascacielos del lugar, el cielo rojizo, las personas de mi hogar, lo que le estaban haciendo a mi hogar. La idea de sólo esperar del otro lado a que todo saliera bien me repugnaba, las personas están ahí ,atrapadas viviendo una mentira, manipulados por un niño jugando a ser una especie de deidad benevolente.

    Pude escuchar perfectamente las palabras de Gen, lo pesadas que eran, el dolor que cargaban, cómo lo mortificaba lo que había visto. Fue incapaz de continuar hablando, de contarnos. Yo quería preguntarle, quería ayudarlo, me mataba pensar que tenía que soportar ese dolor en silencio, al igual que Cay...Pero no podía, no tuve la fuerza para preguntar.

    Esto ya no sólo se trataba de mí, de lo que me habían hecho, las ilusiones se habían esparcido por toda Gérie, atrapados por sus propios sueños, se trataba de la gente de mi región, de mi familia, de mis amigos. El pelirrojo entonces se me acercó dando en leve golpe en el hombro. A estas alturas, se estaba convirtiendo en una costumbre más suya que mía, pero, ese simple gesto de hermandad, ese gesto era la mayor prueba, era mi recordatorio, de porqué debía luchar, para defenderlos, para defender aquello que me hace seguir adelante, por aquello que apreciaba.

    — Ciertamente Fuegin, no hay fuerza humana o sobrenatural que nos detenga esta vez, no iré a ningún lugar que no sea a Entrerríos. —Contesté mientras sonreía a Cay, dando mi mejor cara aun en los peores momentos, incluso regresándole el leve golpe al hombro —.Además alguien se tiene que encargar de que ustedes dos no pierdan la cordura en el camino ¿No?

    Y con eso, subimos nuevamente a los lomos de su Arcanine, listo para enfrentar lo desconocido, bueno, listos no tanto, pero al menos dispuestos.

    ****

    Luego de arribar a la ciudad, notamos que el escenario era similar al de otras localidades de la región, rascacielos enormes, calles casi vacías, pero por sobre todo eso resaltaba algo, una torre colosal, rodeada por nubes rojas que impedían ver que tan grande era realmente. Era fácil intuir que esos eran los laboratorios y que Zach debía estar en esa torre.

    —Por favor, díganme que adentro hay ascensores. — Solté de manera sarcástica mientras todos avanzamos hacía la puerta principal de la torre. Mientras caminábamos, una de las holders, una chica rubia, nos dirigió unas palabras, apenas haciendo contacto visual, mencionó sobre cómo habíamos sido involucrados en este desastre casi por casualidad, y sobre lo poco que sabíamos del peligro inminente, dándonos un sincero aunque un poco hostil consejo: "Mantenernos al margen." Casi parecía más un ultimátum. Al escuchar ese tono tan frío, tan directo, irónicamente, no pude evitar recordar el día en que conocí a Cay ya Gen y cómo actuaban en aquel entonces, lo que me hizo soltar una pequeña sonrisa.

    —¡Vaya! Veo que tienen a su propia "Cayden" ¿Eh?— Refiriéndome al resto de holders de Galeia, mientras Cay, contestaba ante el consejo de la chica. — Oye, descuida, somos primerizos pero no indefensos, ¿de acuerdo? Si algo sale mal, sabremos que hacer. — Contesté de manera alegre a la rubia mientras colocaba mis manos en mi nuca y sonreía ampliamente. Era un hecho que algo eventualmente iba a salir mal, pero ya a estas alturas no tenía sentido lamentarse.

    El interior era tétrico, por decir lo menos, paredes blancas, poco mobiliario, y sobre todo, un silencio sepulcral. Por desgracia, el silencio duró poco, al escuchar unos pasos terriblemente pesados haciendo eco por todo el lugar. Los pasos se acercaban cada vez más y más, hasta que frente a todos nosotros se encontraba una especie de caballero de blanca armadura, Pokeball y pulsera dinamax en mano, listo para combatir.

    Por puro instinto pose una mis manos sobre una Pokeball en mi cinturón, preparándome para lo peor, pero repentinamente una voz por los parlantes irrumpió, parecía ser de ese tal Zach, ordenó al caballero detenerse, llamándolo por su nombre...

    ¿Acaso dijo Colin? ¿C-cómo el pequeño Colin? Los recuerdos de la visión regresan, las palabras, el tacto...Ya tenía que ser mala suerte que se llamaran igual.

    Sacudí un poco la cabeza, no había tiempo para distraerse, estábamos en zona enemiga y las cosas se podían tornar feas en cuestión de segundos, más de lo que ya estaban, claro. Pero el caballero hizo caso, guardo su Ball y se quedó expectante.

    El chico seguía hablando, explicando un poco, o mejor dicho, cuestionando un poco las cosas: ¿Por qué estábamos ahí? ¿Qué había salido mal? Su tono era algo frío, carente de emociones, pero aun así, se podía percibir tristeza, casi melancolía. el chico nos ofreció marcharnos sin oponer la más mínima resistencia o comenzar a subir los pisos de la torre en búsqueda de respuestas, aunque para ser sincero, tenía tantas preguntas en mi cabeza que duda que hubiera suficientes respuestas en esta torre para mí.

    Aquel caballero, por ordenes de Zach, le entregó unas tarjetas a Lucas, suficientes para cada entrenador, para usar los ascensores del lugar y llegar al primer piso. Y una vez más ahí estaba a punto de embarcarme en una aventura cuestionable a lado de estos chicos, lo que parecía una tarde de lo más normal y corriente seguía dando giros cada vez más drásticos. En algo nos parecíamos todo, teníamos un talento natural para atraer problemas.

    — Bueno...Al menos hay que usar las escaleras ¿No? Podría ser peor.

    Claro que podría ser peor.
     
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    Lucas Diamond

    Lucas Diamond Dios de FFL

    Aries
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    La conversación derivó en encontrar un culpable para todo. Zach. Él estudiaba la energía dinamax, él había pedido estudiar a Eternatus, ¡él llevaba tiempo planificando su mundo ideal, lo vimos cuando entramos a su laboratorio! Pero no entendía qué buscaba. ¿Por qué de repente había alterado la realidad y jugado con nuestros sueños de esa forma? ¿Fue él quien llamó a Irvine?

    Rápidamente fuimos todos a Ciudad Entrerríos, guiando a los nuevos, a lomos de nuestros pokémon. Teníamos que hablar con él, de ningún modo podíamos quedarnos de brazos cruzados. Me sentía utilizado, ¡me sentía expuesto! ¡¿Por qué tenía que elegir él mi futuro o mi vida?! No tardamos en llegar y comprobar que la propia ciudad había cambiado enormemente. De hecho, el propio laboratorio era ahora un edificio descomunal, que nada tenía que ver con el que visitamos la primera vez que fuimos a la ciudad.

    Al adentrarnos, fuimos detenidos. Estaba ese caballero del que Destiny nos había hablado. Frente a nosotros, invitándonos a para ahí y no entrometernos más en los planes de Zach. ¿Por qué lo estaba defendiendo? ¿Quién podría rendirle pleitesía de esa forma, luchar contra sus problemas por él? La voz de Zach nos interrumpió, revelándonos el nombre del enmascarado.

    ¿... Colin?

    Una mueca de sorpresa se dibujó en mi rostros, mientras Zach nos contaba su plan. Él solo quería un mundo ideal, ayudar a los ciudadanos de Gérie, ¡incluso nos daba la opción de irnos sin más! Pero... ¿realmente era una buena idea?

    Las respuestas las obtendríamos en el primer piso. El entrenador se acercó a mí entonces, para darme la llave de acceso, y hablándome esta vez sin distorsión. Su voz me produjo un escalofrío. No estaba preparado para escuchar a Colin tras ese traje.

    —Está bien, chicos, creo que deberíamos ir a hablar con Zach. ¿Quién se viene conmigo?
     
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  11.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    Se me escapó una risa por la nariz, una especie de bufido hosco y sin gracia. Claro que había una sutil diferencia. Nosotros éramos mera energía vital moldeable que se salió del molde y ellos no. Nosotros habíamos muerto dos veces y ellos no. Nosotros... estábamos a un nivel completamente diferente. Pero a efectos prácticos, éramos exactamente lo mismo.

    ¿Cuida a tu gente y yo cuidaré de la mía? No había algo como "su gente" y "mi gente". No había ninguna distinción ni ninguna necesidad de actuar como si fuéramos clanes del paleolítico cuidando solo nuestra propia supervivencia. Yo ya había advertido, no estaba por la labor de ser repetitiva. Aunque éramos lo mismo yo era desconfiada y tosca por naturaleza. No era la simpatía personificada como Emily ni tenía la paciencia y el carácter maternal de Liza.

    Y una mierda.

    En cualquier caso, pronto fuimos abordados por alguien. Un tipo alto vestido con una armadura medieval. Cuando se disponía a atacarnos portando una pokeball y una extraña pulsera dinamax, una voz lo detuvo.

    Zach.

    Mi cuerpo que había estado tenso todo el tiempo se crispó aún más y me preparé para lo que fuera que fuese a ocurrir. ¿Colin? ¿Qué pintaba Colin en todo esto? Había estado con nosotros en la Ragnarök. Había luchado junto a nosotros contra la tiranía de los Chance y el control mental que pretendían implantar en la región.

    Zach prosiguió con su discurso. Se disculpó con aquel tono átono y carente de emoción alguna aunque, por algún motivo, sonaba ligeramente distinto. Quebrado. Como si el sólo hecho de sentir que había fallado fuera lo suficientemente fuerte para romper esa burbuja de silente indiferencia. Al menos... me aliviaba saber que sus intenciones eran buenas. ¿Cómo culparle? Solo era un niño. Un niño un poco repelente y extraño... pero un niño a fin de cuentas. Y lo suficientemente maduro para hablar las cosas en lugar de lanzarnos rivales como había hecho el cabrón de Arnie.

    Ese pelirrojo bocazas me recordaba demasiado a él. Y eso en cierta forma me tenía bastante más áspera de lo que solía.

    Como si eso fuera siquiera posible.

    —Definitivamente habláis como un puñado de novatos sin experiencia—les solté—. Pero adelante, haced lo que os venga en gana. No soy vuestra madre para deciros como actuar.

    Me acerqué a Lucas y tomé una de las llaves de acceso. Sin decir nada más introduje la tarjeta en la cerradura y solícitas las puertas metálicas del ascensor se abrieron.

    Si algo podía salir mal, saldría mal.

    Y estaba segura de que nada sería tan fácil como parecía en un principio.
     
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  12.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
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    El ascensor se abrió, y reveló ante ellos un panel táctil con todas las opciones para subir por aquella torre. La torre era alta ya de por sí, pero ahora que la energía dinamax la bañaba... parecía componerse de treinta pisos, ni más, ni menos.

    Aunque, de momento, solo el botón del "1" les era útil.

    Casi no notaron cuando el ascensor llegó a su destino. Se movía de forma sutil y lenta, casi sin notarse, y las puertas se abrieron antes de lo esperado. Ante ellos, un único pasillo que derivaba en una sala grande y redondeada. Y en esta... solo había grandes pantallas, colocadas en todas partes. Y una sola se encendió, mostrando a Zach. Mostrando su rostro apático y sus ojos con aspecto cansado de siempre.

    —... veo que tomasteis la opción de subir para resolver vuestras dudas, ¿eh? Está bien. No esperaba menos. Dejadme que os cuente lo que he hecho y... espero que entendáis por qué.

    >> Desde hace mucho estudio la energía dinamax. Siempre he pensado que su utilidad estaba tremendamente limitada, pues solo la usábamos como espectáculo, como forma de hacer los combates más intensos. Pero la energía dinamax tiene el poder de crear. Y ese poder... puede usarse para muchas cosas. Chance ya demostró que puede usarse para cosas terribles, después de todo. Pero yo... yo quería usarla para cosas mucho mejores. Cosas buenas. Cosas útiles

    Otras pantallas se encendieron. Mostraban distintas zonas de Gérie, todas ellas... con un aspecto mucho mejor, mucho más solemne y, en general, mejorado. Mejores ciudades, mejores edificios, todo... todo mejor.

    —La energía dinamax requiere de tres cosas, sin embargo, para surtir efecto. Lo sabréis por vuestros pokémon... requiere de un nodo o fuente de esa energía; de una forma de canalizarla, que suele ser una pulsera dinamax; y requiere de un molde al que aplicarla directamente para reproducir una imagen maxificada. Yo llevo mucho tiempo preparando lo tercero: preparando moldes. Porque mi idea era usar como moldes dibujos, planos, información, y no la realidad. De ese modo, podría crear desde cero cosas que no existen.; solo necesitaba los otros dos elementos, y... Eternatus y la tecnología que pude crear aquí me los dieron. Así, reuní toda la información en mi ordenador: información sobre todas las ciudades de Gérie, mejoradas como siempre han querido sus habitantes. La gente de la región se pelea a veces por tonterías... se pelean por ver cuál es la ciudad más importante, por ver cuál es más avanzada, se ríen de los que viven en aldeas, envidian a quienes viven en sitios prósperos... pero, con esto, nadie se quejará, todos serán felices. Porque todas las ciudades son ideales ahora. Todo el mundo está contento. Nadie se queja, nadie discutirá.

    >> El problema era que podía reunir más, mucha más información. Sobre la gente. Porque... la energía dinamax lo permite. Permite que pueda crear... de todo. Objetos, personas, todo lo que deseen. Si tengo el molde, lo puedo crear. Y dado que mis moldes están en el ordenador de este laboratorio, puedo reproducir lo que quiera, porque... crear algo virtualmente es sencillo. Lo único que necesito es información. Por eso, accedí a la información de Macrocosmos y logré que instalara cámaras en diversas partes de Gérie, todas ellas conectadas a mi ordenador. Con el paso de los días, el mero hecho de grabar a gente, de grabar sus conversaciones... bastó. Mi programa recopilaba todos esos datos, y los usé de forma que me permitiese averiguar qué deseaban las personas y, así, reproducir en la realidad sus sueños y fantasías. Muchas veces la gente no puede superar las... pérdidas de sus seres queridos. O viven sufriendo en silencio el rechazo que sufren, anhelando huir y ser libres. O quedan encerrados en una fantasía de poder lograr una meta que parece irrealizable. Esas... esos sueños se estancan y pudren por dentro a la gente, esos sueños irrealizables. Pero... con la energía dinamax, se pueden volver realidad. Todo puede.

    >> Solo tuve que hacer algo de lo que no me siento orgulloso, pero al menos creo haberlo usado para el bien. Con todo, si mi plan marcha bien... no necesitaré usarlo mas. Pero... he tenido que aplicar a la energía parte del aparato de Chance para controlar mentes. No porque quiera inducir a nadie; de ser el control mental lo que os afectaba, no os habríais liberado tan fácil. Era sólo para lograr moldear los deseos que no conozco bien. Por ejemplo, por mucha información que tenga, no puedo conocer bien cómo son los padres de alguien que anhela que vuelvan si no tengo una imagen de ellos. Por eso, lo que hice fue... crear moldes genéricos de personas y usar el control mental para darles forma. Porque con ese "control" puedo hacer que un molde genérico tenga la forma de lo que piensas. Puedo usar parte de las mentes como moldes.

    Zach suspiró.

    —Si se puede ayudar a la gente de este modo, si se puede usar así la energía dinamax, si gracias a eso la gente es más feliz... ¿qué hay de malo? ¿Por qué parece que os oponéis? Nadie sufre, nadie está mal. Y si lo está, es fallo mío; puedo corregirlo. Pretendo revisar todo lo que acontezca en Gérie desde ahora, y, si detecto algo irregular, cortaré la energía dinamax que afecte a esa persona o a esa cosa y haré los ajustes necesarios. ¿Entendéis lo que quiere decir eso? La gente podrá hasta pedirme qué desea que les conceda la energía. Y yo serviría como intermediario para concedérselo.

    Destiny, que había escuchado pacientemente todo lo dicho por Zach, no pudo sino fruncir el ceño, dar un paso al frente y decir:

    —Zach... el problema de esto es que... no es real. Lo que estas haciendo es evadir a todo el mundo de la realidad. Estás creando una enorme mentira.

    —... la energía dinamax no crea mentiras —sentenció el niño—. Crea realidades. Que la realidad que crean no existiese antes no convierte a los productos de la energía en mentiras. No son menos reales. Las personas que crea pueden tocarse, abrazarse, ríen, lloran. Los objetos que crea son tangibles, útiles, existen. Los edificios que crea son habitables, acogedores, reales. Todo es real. Y solo te das cuenta de que es energía cuando sabes que se está usando. Si no lo sabes... ni siquiera puedes distinguirlo de la realidad. E incluso si lo sabes... incluso si sabes que es mera energía... no por ello dejan de ser mentiras, ¿no?

    ... ellos, los holders, lo sabían bien, ¿eh? No por ser mera energía... ellos eran diferentes. No por ser creados de la energía vital son menos reales, menos personas.

    —Bobadas, Zach —sentenció entonces Destiny—. Por mucho que lo que creas con esa energía sea real, siguen sin ser nuestros familiares de verdad. Siguen sin ser aquellas personas que añoramos. Siguen sin ser reales del todo.

    —... entonces, ¿la otra Destiny no es real del todo?

    Las últimas palabras de Zach impactaron a Destiny, que abrió mucho los ojos y quedó callada ante aquello. Y el niño, viendo su reacción, miró desde la pantalla al resto de holders.

    —Mi hermana me contó sobre el tema. Sé lo que pasó allí, en la Ragnarok. Y sé lo que opinabais al respecto de esa Destiny. Opinabais que era tan real como cualquier otro ser vivo. Opinabais que ni merecía desaparecer. Y tan fuertes eran sus sentimientos que sus recuerdos ahora perduran en la real. Tan real era que... nunca desapareció del todo. Si pensáis eso, entonces, ¿por qué mi energía es distinta? ¿Por qué no lo aceptáis de la misma forma en la que aceptasteis a esa Destiny? ¿Por qué no comprendéis que... la gente es feliz con sus sueños cumplidos, y sus sueños de verdad existen? ¿Por qué no queréis entender que lo creado con energía dinamax no es una mentira, sino una realidad distinta, una realidad creada por Eternatus y por mí, que perfectamente puede identificarse con la realidad que todos conocemos? ¿Por qué no queréis ser felices con aquello que anheláis...?

    Hubo silencio. Y un suspiro de Zach acompañó el cambio de las pantallas del lugar. Mostraron, ahora, escenas en distintas partes de Gérie. Y pudieron ver a conocidos de los holders.

    Arlene y una serie de policías internacionales rodeados de energía roja patrullaban Aldea Risco, y la primera se veía feliz de ver cumplido su objetivo de ser policía internacional.

    Arthur abrazaba a una mujer, que parecía ser su difunta esposa, y, juntos, mecían una pequeña cuna con un bebé rodeado de rojo. Curiosamente, la cuna no se bañaba de ese color, como si Arthur la tuviese siempre ahí, para recordarle a su bebé nonato. Y ahora, lo tenía, a él y a su mujer, y sonreía.

    Shea caminaba por Pueblo Sereno, adentrándose en el hielo pulido que ahora había por la zona, con una sonrisa de oreja a oreja, y, en sus manos, el palo de hockey que siempre quiso agarrar, con el que siempre quiso triunfar. Ahora podría dedicarse a ello sin abandonar su querido hogar.

    Cory caminaba apaciblemente por una playa, su tabla de surf bajo sus brazos, y cientos de personas le saludaban y silbaban desde lejos. El chico identificó a un joven en particular, que la cámara no enfocó bien, pero que parecía ser importante para él. Sus ánimos le llenaban, ¡Cory era una estrella del surf, y hasta esa persona le animaba, al fin, y dejaba de alejarse de él, como siempre hacía!

    Cian se sentaba apaciblemente en el canal de Pueblo Progreso, que, bañado por la energía, se parecía muchísimo a las alcantarillas de Porcelana, en Teselia. Sus ojos melancólicos no podían ocultar la sonrisa, y, cuando miró a su lado, vio la figura de un hombre con perilla y un extraño flequillo, más joven de lo usual, rodeado de energía: su viejo amigo Rose, ahí, a su vera, como en los viejos tiempos.

    Maeve parecía estar sentada en una torre de control, bebiendo un zumo con energía, sus ojillos entusiasmados viendo un extraño mapa gigantesco, que representaba el mundo entero. ¡Estaba encargada de los vuelos del mundo entero, como siempre soñó...!

    Shai saludaba al público que le rodeaba, entusiasmado, carente de nervios por primera vez. Caminó entre ellos, y salió al exterior. Pudo salir, y... no tenía miedo. ¡Al revés, se sentía genial!

    Y Cait, por su parte, vio regresar a Adara y a Balor junto a ella, a los reales. Le entregó a su hermana la llave del gimnasio, y, sonriente, aceptó la invitación que le dio esta: un ticket para viajar a todo el mundo y desafiar todos los gimnasios de otras regiones.

    —Esto es... solo un ejemplo —dijo al fin Zach—. Un ejemplo de lo felices que son las gentes de Gérie. Felices gracias a la energía dinamax. ¿Acaso su felicidad es mentira? ¿No veis que están con quienes quieren estar, que hacen lo que quieren hacer, que viven como... como quieren vivir? Y nada de lo que les rodea es mentira. Solo es una realidad distinta.

    >> Chicos... sé que en el fondo sabéis que tengo razón. Que no hay nada malo en esto. ¿Verdad...? Mi plan es, de hecho... ver cómo evolucionan las cosas ahora, observar. Puede que haya fallos, no lo niego. Es cuestión de pulirlo. Y cuando lo perfeccione, no obligaré a nadie a nada. Solo preguntaré a todo el mundo qué prefiere: vivir con mi energía en sus vidas o sin ella. Quienes prefieran vivir sin ella, podrán hacerlo... pero no dejaré que se les niegue esos sueños a quienes viven a gusto ahora, por fin.

    Miró a todos los presentes, y su vista se centró en Cayden y los demás.

    —Ah, y... vosotros sois los chicos amigos de él, ¿no? Si deseáis conocer lo que sienten quienes de verdad necesitan esta realidad... creo que viéndolo a él lo entenderéis mejor que nadie. Está... en el sótano.

    Suspiró de nuevo.

    —... eso es todo lo que tenía que decir. Así pues, chicos... queda que os haga la pregunta: ¿qué decidís? ¿Vivir como hasta ahora pero dejando a los demás vivir en paz con la energía? ¿O quizá queréis volver a sumergiros en esos sueños que tenéis? ¿O... pretendéis... negarlo todo?

    >> La decisión es vuestra.


    >> Volver a "soñar"
    >> Aceptar el mundo con energía, pero vivir sin ella
    >> Rechazar el plan de Zach
     
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  13.  
    Hygge

    Hygge Game Master

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    Avanzamos por el interior del inmenso edificio, que nada tenía que envidiarle a su forma real, y pronto fuimos interceptados por alguien más. Me llevé la mano a mi cinturón de manera automática, siguiendo cada uno de los movimientos del caballero extraño con precisión. Podría estar hasta las narices de todo pero el instinto por proteger y defender a los míos prevalecía, y eso sin lugar a dudas incluía a los chicos de Gérie. No iba a dejar a nadie atrás.

    No obstante, no fue necesaria ninguna clase de confrontación. El supuesto Colin entregó la tarjeta de acceso a Lucas y avancé hacia el ascensor cuando este abrió sus puertas, ignorando la absurda discusión que se desarrollaba entre los chicos en ese momento. Crucé miradas con Givan en el interior, notando su visible agitación, pero tan solo atiné a desviar la vista hacia el suelo, incapaz de sostenérsela. Así como tampoco fui capaz de sostenérsela a Nikolah en Risco.

    El silencio se extendió entre nosotros, un silencio tenso y premonitorio. Al cabo de un par de interminables segundos, alcanzamos la primera planta.

    La enorme sala que nos recibió estaba repleta de pantallas. Mostraban planos, edificios, lugares de Gérie y a sus habitantes, siendo felices en su propia e idílica realidad. El corazón se me aceleró en el pecho de manera instintiva y avancé sin apartar la vista de las imágenes, sin dejar de escuchar al niño en ningún instante. Había... atentado contra la intimidad de todo Gérie. Grabado conversaciones, pensamientos y sentimientos íntimos, sus secretos y deseos más ocultos. Sin embargo, no los había usado si no para su propio beneficio. O el beneficio que él mismo creía haberles dado.

    Apreté los labios, abrazándome a mí misma desde mi lugar. Abrí los ojos al reconocer a los líderes de gimnasio, siendo más felices de lo que habían sido nunca. Reconocer al pequeño Shai saliendo al exterior y pudiendo lidiar al fin con su horrible timidez me hizo sentir extraña. Me alegraba por él, por su supuesta felicidad, pero no dejaba de ser eso... Un sueño, un milagro, si se quiere. Quizás requería tiempo y un esfuerzo inimaginables, pero lograr superar y alcanzar tus propios sueños era un sentimiento increíble, que hacía que todo mereciese la pena.

    Si ya resolvían toda tu vida... ¿Qué más te quedaba? Ya no tendrías anhelos, ni sueños, ni metas.

    Deja de jugar a ser Arceus, Zach.

    Nadie te pidió esto. Basta.


    No compartía su modo de ver el mundo. No lo compartía en absoluto y aún así, cuando lo escuché hablar, mencionar cómo algunas personas eran incapaces de superar ciertas muertes y de cómo pretendía regresarnos a nuestro propia y verdadera realidad... Dudé. Allí, abrazada frente a las máquinas en completo silencio, repasé cada una de las pantallas, las imágenes que nos brindaban. Y de nuevo la idea que se me pasó por la cabeza en la entrada del laboratorio regresó con más fuerza, rayándome la mente.

    Quería hacerlo, ¿no? Volver a esa realidad. Quería volver a verles y ser capaz de despertar por mí misma, romper la ilusión desde dentro. Solo así creía que podía superarlo... ¿Pero y si no funcionaba? ¿Y si me estaba mintiendo a mí misma para justificar lo que estaba a punto de hacer?

    Quizás fue el hastío, el agotamiento o el dolor de cabeza que empezaba a sentir pero apagué aquella voz insidiosa en mi cabeza y alcé la voz. En ningún momento levanté la mirada del suelo. No sería capaz de sostener la mirada de ninguno de los presentes en ese instante.

    —...Quiero volver a soñar —sentencié. Contuve la respiración por un instante—. No estoy decidiendo por el resto de los holders. Estoy hablando por mí misma. Quiero volver a verles.

    Di un paso al frente, y entonces clavé la mirada en el niño. Mi expresión se había ensombrecido, pero no había rastro de duda en mi voz.

    >>...¿Puedes hacerlo?

    No contéis mi respuesta, mi respuesta no vale (???) Pero Liza me pidió hacerlo chale
     
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  14.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    Mimi Honda

    El ascensor subió lentamente y las puertas se abrieron recibiéndonos una sala llena de pantallas. En determinado momento se prendió y Zach apareció con el mismo gesto apático de siempre. Se le notaba particularmente cansado. Ni siquiera tuvimos la necesidad de cuestionar nada porque él empezó a hablar. Comenzó a contarnos sus objetivos, sus razones, sus por qués. Nos mostró imágenes de los líderes de los distintos gimnasios felices, haciendo lo que siempre quisieron hacer. Arlene, Arthur, Shea, Cory. Todos eran felices, todos vivían su propia e idílica realidad.

    La energía dinamax tenía la capacidad de crear utopías.

    Y lo peor es que por mucho que lo intentara, por mucho que repasara una y otra vez la información y volviera mi vista a las imágenes como una obsesa... no encontraba problema alguno. Destiny había expresado todas mis dudas y Zach las había cortado de raíz.

    No éramos mentiras por estar hechos de energía vital. No lo éramos, maldita sea.

    Por primera vez me estaba poniendo al otro lado. Estaba aceptando una realidad distinta, incapaz de ver ningún tipo de laguna en su planteamiento. Era justo, noble y no hacía daño a nadie. Si la energía dinamax podía hacer a la gente felices... ¿por qué negárselo? ¿Qué maldito derecho teníamos? No era como Chance, no había ningún tipo de control mental ni ansias de poder. Era una acción desinteresada, llena de devoción por los demás.

    —Chicos—musité y giré sobre mis talones para mirar al resto. Posé mi mirada en Lucas, en Emily, en Liza y en Ian. Apreté los labios—. Lo recordáis ¿verdad? En el Núcleo. "Permitir un mundo donde unos pocos son felices a cambio del sufrimiento de otros" o "terminar con el sufrimiento de otros a cambio de ponerle fin también a la felicidad de esos pocos".

    Melanie y Michael.

    ¿No era la felicidad lo que siempre se nos escapaba de las manos?

    Emily tenía a su padre y a su hermano muertos. Liza no superaba la culpabilidad por la muerte de Bruno. Escuché su voz débil, su súplica. Y yo... yo me sentía irremediablemente sola.

    Quizás pudiera volver a ver a mi madre. Quizás papá me hiciera algo de caso. Tal vez Delia y Matt desaparecieran de mi vida y los Honda volveríamos a ser una familia.

    Volver a soñar.

    Agaché la mirada hasta que el flequillo ocultó mis ojos, hasta que se hizo difícil para el resto dilucidar mi expresión. Las emociones se me habían hecho un nudo repentinamente, me sentía atrapada en una disyuntiva, dudando por primera vez entre lo que era correcto y mis propios ideales. ¿Pero de verdad era correcto? ¿Negarle la felicidad a los demás? Sufríamos constantemente. Todos... todo el jodido tiempo. ¿No merecíamos... un poco de felicidad?

    >>Esto es exactamente lo mismo. Zach tiene razón, no hay nada de malo en esto. Es... real. Todo es real—mi voz carecía de fuerza y entusiasmo, lejos de la fiereza que había mostrado todo el tiempo—. Y ya metimos la pata hasta el fondo poniéndonos del lado de Melanie aquella vez. Fuimos egoístas. ¿Qué derecho teníamos a decidir quién vive y quién muere a cambio de la infelicidad de unos pocos? ¿Realmente tenemos derecho a hacer lo mismo otra vez?
     
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  15.  
    Gigavehl

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    Cáncer
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    Gen

    Al ingresar al elevador, y ciertamente sintiendo un desagradable toque por el comentario de Mimi. Las puertas del elevador se abrieron tan pronto se habían cerrado. La torre de 30 pisos era abrumador. El silencio era mi extraño consuelo, conseguí mirar de soslayo a Liza y juro noté que me había volteado a ver pero, para cuando mis ojos se deslizaron hacia ella. Ya miraba el suelo.

    Salimos del elevador para mirar una gran sala con pantallas, decenas de ellas, viendo toda la ilusión en su máximo esplendor. Todos mostrando a la gente feliz, con sus mayores sueños y metas realizadas. Todos viviendo al fin, felices, en su más alto auge.
    Zach habló de nuevo, y empezó a hablar, las intenciones de sus acciones eran realmente honestas, eran... Dolorosamente verdad. Tenía razón... ¿Como podía responder a eso?

    Mostrar solo una parte de los líderes de gimnasio había sido muy doloroso y horrible de ver, no porque fuese a mostrar algo trágico, bueno. No del todo... Si no porque todos vivían una realidad demasiado precisa y absoluta. Una que de verdad los hacía, estar en paz...

    Paz...

    Era ciertamente cruel escuchar en las conversaciones más personales de la gente, pero las intenciones de sus actos lo compensaban totalmente. Era... Maquiavélico. Un maldito genio en haber equilibrado todos los aspectos.

    No hallaba fallas en su lógica.

    Liza parecía dispuesta a confrontar lo que venía, pero fuese lo que fuese, se rindió y, decidió ceder. Sintiendo otra severa punzada en mi corazón. Yo... No esta bien, esto no estaba bien p-pero. No... No tenía derecho a interferir en su decisión.
    ¿Que me daba derecho a interferir a toda una región?

    Mimi fue la siguiente en hablar, no entendía lo que decía pero se notaba su dolor. No hacía falta ver cómo algo en ella había calado hasta el punto de dejar esa faceta que tenía hace unos momentos.

    Yo solo pude gemir, gemir de shock y dolor, tanto que me hizo temblar como si hubiese un frío terrible que hizo mis piernas flaquearan y cedieran. Obligándome a caer arrodillado de golpe. Esta sensación... ¿Que era esto? Dolía, dolía como un maldito infierno y ni siquiera me estaban torturando, al menos no directamente. Sus palabras, frías pero certeras me bofeteaban con severidad. Tanta que era... Horrible.

    Cuando Zach nos habló, no evité dar un respingo de shock, elevando rápido mi cabeza.

    ¿Amigos? ¿De el?

    —¿N-Neil..?—fue lo que a duras penas dije, realmente tenso pero... Deprimido, toda la rabia se me había esfumado. Solo... Me sentía culpable, estaba la opción de ceder y dejar que la realidad existiera sin que yo fuese parte de ella.

    No me podía imaginar la vida de Neil, si es que era él. ¿O qué otro amigo tenemos? ¿Quien era un héroe? ¿De verdad esto es lo correcto?

    Arceus... Si, tu. ¿Porque? ¿Porque me sometes a este dolor?

    Empecé a llorar, un tanto desesperado, mi estado era severo, el shock era demasiado. Era jodidamente egoísta querer frenar con todo... Su plan, era infalible, simplemente el cruel sería yo por oponerme. Era tan benevolente que era, Zach. La clase de personas que necesitabamos más en este mundo.

    Simplemente... No podía, no... No podía oponerme.

    Lo siento, yo. Supongo es lo malo de nunca haber tenido figuras paternas quienes me guiasen...

    ...

    No.

    Cuando me di cuenta, con lágrimas en los ojos, con gran dificultad me fui levantando como podía, su plan... Es perfecto. Perfecto para la gran mayoría, pero no para mí.

    —Zach... No me conoces, aunque digas que lo haces. No te conozco, pero admito que eres un puto genio—. Dije muy tenso pero levantandome como podía. Seguía llorando, era la primera vez en mi vida que no solo un evento si no una persona me rompía sin ser necesariamente mi enemigo.

    —Sin embargo... Tu plan no es perfecto, por mucho que digas que lo será, aún refinándolo—. Añadí, devastado, incapaz de elevar la mirada, temblando mientras lágrimas escurrían.
    >>Tu plan tiene huecos, y... Lo siento. Esto... No es vida, por muy paradisiaca que sea—. Añadí sin mucha fuerza pero la rabia aún permanecía, aunque esta era débil.

    Luego alce la mirada, determinado.
    —No soy un héroe... No como ellos, no me importa en realidad. No me importa un título, no me importa un campeonato. ¡Ni siquiera me importa mi destino! Yo... Yo sé eso. Porque ni siquiera tengo identidad. Y debes saberlo muy bien—. Dije, vacío pero firme a pesar que la forma de estar parado era mediocre.

    —Givan... Nombre dado por mi maestro, Velren... Nombre dado por una sorpresa que jamás pude ver... Y Gen... Nombre dejado por mis susodichos padres—. Dije, para después mirarlo.
    >>¿Si sabias eso? Bien... ¿Conoces a mis padres? ¿Estan en esta región? ¿De verdad vengo de esta región? ¿Crees que aquél querría eso? No... Yo sé que no—. Dije, pese a mi estado, mi actitud se mantenía.

    —Zach... Tus intenciones son más que honorables. Pero careces de algo importante. Evolución.

    >>La vida, la fauna, todo. Tiene un propósito, y nosotros hemos sido tan egoístas como para alterar las reglas, como si fuésemos Arceus mismos. ¿Y sabes? ¿Que hizo el? Nada... Porque nos dio una oportunidad. Pero esto, raya en lo absurdo. Esto no es vida, solo una mentira. Por mucho que nos duela, lo es. ¡No hay progreso, Zach! ¡No hay superación! ¡No hay anhelos! ¡No hay futuro! ¡No hay nada!—. Exclamé visiblemente alterado y llorando en silencio, estaba claro que era mi límite.

    —Los obstáculos, la crueldad de la vida es lo que nos hace humanos, Zach. Lo siento, serás maquiavélico y admito admiro la dedicación de tu vida, literalmente. Pero no nos estás dando ilusiones hechos realidad. Nos estás quitando el alma. Seremos simples cáscaras sin voluntad que solo vive en la mentira. ¿Tu crees que aquél querría esto? Debes saber de quién hablo, el Pokémon de mis sueños. El seguramente habría luchado por hacer un mundo mejor, pero definitivamente no de esta manera. Arceus no toleraría esto. Si fallo, no importa. El destino siempre se antepone y puede tumbar todo tu plan. No seré como los holders ni pretendo serlo. Pero sin superación no habrá aprendizaje, no habrá vida ni emociones. No unas reales. Y en eso, Zach. Fallas terriblemente—. Sentencié, con temor que inclusive los holders quisieran actuar en mi contra, parecían algunos de ellos convencidos de sus palabras.

    —Zach... Yo no tengo identidad, nunca la tuve. Y si solo un detalle falla, mi ilusión solo se volverá en frustración. Lo siento, tu deseo, tu obra, no está hecha para gente como yo... ¡¿Que tengo que perder Zach?! Exacto... Nada, porque nunca tuve nada. Hasta ahora, y aún así. Ni ellos me moverán de mi decisión. La superación nos hace estar vivos, así. Con la vida solucionada... Poco a poco la gente irá vaciándose hasta tal grado que perderás el control, y crearás algo mucho peor—. Sentencié, secandome como podía mis lágrimas.

    —Las respuestas de mi vida solo los puede resolver ese Pokémon. No tu... Lo siento, me niego a aceptar tu plan, Zach. Simplemente todo esta mal, esta felicidad... Solo será temporal, y crearás algo mucho, mucho peor.
     
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    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

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    Desde Risco que me mantuve en silencio, todo el viaje manteniendo mi boca cerrada, cosa que era un milagro. No había querido dejarla ir, pero al parecer, otra vez una región en peligro demandaba nuestra atención. Luego de que Liza me pusiera al tanto, curamos a mi equipo, montamos en su Starraptor, y nos dirigimos hacia Villa Cruce. En todo el trayecto, no habíamos intercambiado ni una palabra. Podía notar que ella estaba sobrecogida por lo que sea que hubiera tenido que experimentar y que, en estos momentos, tan solo estaba concentrada en la tarea que teníamos al frente. Para poder distraerse de lo que fuera que estuviera invadiendo su cabeza.

    Sin embargo, durante el vuelo, posé mi mano sobre la suya. No sabía que me había impulsado a hacerlo. Probablemente la necesidad de confortarla, de hacerle sentir que no estaba sola. No dije nada, tan solo realicé ese gesto.

    Descendimos luego, con el resto de los holders ya allí. Prontamente, una muchacha rubia, que al parecer era Destiny, nos puso al tanto de lo que estaba ocurriendo. ¿Así que toda la región se encontraba bajo una influencia similar? No sabía que pensar, sinceramente. Pues tenía la cabeza en otro lado. La calidez del abrazo de mis padres todavía pulsaba alrededor de mi cuerpo, y ahora que se estaba desvaneciendo, sentía un frío irreal recorrer mi columna. No comprendía muy bien todo lo que estaba pasando, y todo lo que los otros chicos decían sobre la supuesta energía dinamax y otras cuestiones, pero todo me sonaba algo perverso.

    No se podía hacer vivir a la gente en una ilusión, sin importar cuan feliz sea esta para ellas. Era una ilusión, al fin y al cabo, a pesar de que las personas que las componían eran tangibles. No existían, y eso solo hacía que todo doliera mucho más cuando el espejismo se desvanecía.

    Se mencionaron un par de nombres, pero no presté demasiada atención. Cada tanto, posaba una mirada furtiva en Liza. Sentía el deseo de volver a abrazarla, pero no podía. Ella se encontraba en ese momento con una clara determinación en el rostro, a pesar de que se podía notar que su corazón estaba pesado. Todos estábamos igual, afectados a distintos grados después de volver a aterrizar en la realidad. Rápidamente, el resto de los holders lograron establecer la ubicación de la persona que había originado esto. Ciudad Enterríos. Nunca había ido, y suponía que el viaje no sería de placer.

    Sin decir palabra, me apeé al Starraptor de Liza, y emprendimos vuelo. Al igual que la vez anterior, no dijo ni mú durante todo el camino.

    Arribamos en Entrerríos, toda la ciudad con ese extraño brillo rojo, producto de la energía dinamax. Nos acercamos al edificio enorme en donde estaba Zach, el supuesto responsable de todo esto. Un extraño personaje, vestido en armadura blanca, se interpuso en nuestro camino. Parecía que una batalla era inminente, pero los altavoces de la torre frenaron el combate antes de que este siquiera empezase. La voz nos invitó a ingresar al edificio, cosa que obedecimos. Las incógnitas obviamente se agolpaban en mi mente, pero se perdían tan pronto como se generaban. Iba caminando de una manera casi automática, prestando poca atención a mi alrededor. En un momento, estiré mi mano, para tomar la de Liza. Necesitaba sostén. Los dos lo hacíamos, por lo que podía ver. Pero no era el momento. Ella parecía sumida en una batalla contra sus propios demonios. No sabía si mi intromisión iba a ser bien recibida o no.

    El viaje en el ascensor fue limpio, rápido, casi imperceptible. Todo era demasiado... perfecto. Demasiado irreal. Uno se sentía fuera de lugar en todo eso. De más estaba decir que todas las revelaciones fueron... bastante perturbadoras. Las cámaras de vigilancia, la situación idílica en la cual todos parecían vivir, la convicción de Zach en su plan y en su infalibilidad. Todo me dejaba un muy mal sabor de boca. En especial viendo las reacciones que el resto de mis amigos tenían. Ocultaban sus rostros, y por su postura, y las palabras que luego decían, se notaba que esto los afectaba demasiado. Especialmente a Mimi y a Liza. La última, incluso, parecía querer volver a aquel estado idílico, a aquella falsa realidad. Y eso fue la gota que colmó mi vaso.

    Gen estaba expresando sentimientos similares a los que albergaba en mi interior. Todo esto estaba mal. Esa no era verdadera felicidad. Era una felicidad falsa, comprada, obtenida sin ningún tipo de esfuerzo. Era todo demasiado bueno para ser verdad. Era... era un sueño. Vivían en un sueño. Y la gente no podía vivir dentro de un sueño.

    — No.

    Tal vez lo dije en voz más alta de lo que pretendía. No me importaba.

    — No, esto no está bien. No está para nada bien. Esto no es... real. Real real, quiero decir. No importa cuan tangibles o sólidos al tacto sean todas las cosas que esta energía pueda crear, no es verdadero. Es una mentira. Una mentira creada por nuestros propios anhelos, nuestras propias ilusiones. Es un sueño. Es literalmente un sueño. Y la definición de un sueño es que no es algo real. Uno no puede vivir dentro de un sueño. Uno no puede vivir de un sueño

    >> Todo esto está mal. Es hasta... perverso. Es engañar a las personas. Es querer crear una especie de... utopía. Y esas no existen. Porque son imposibles. Porque parte de la vida también es dolor. Los días grises son los que les dan a los soleados su verdadero brillo. Sin las nubes que lo tapen, nunca podríamos extrañar al sol, y este no tendría el valor que le damos. Si tan solo tuviéramos un sol constante, nos hartaríamos de él. Es como... como comer mucho chocolate. Al principio es genial, y la pasas bárbaro, y lo disfrutas muchísimo. Pero si todo lo que comes en la vida es chocolate, terminarás asqueándote, vomitando, y odiando al chocolate. Aquello que tanto te gustaba y amabas, ahora te causa repulsión, no puedes ni verlo. Con la felicidad y los sueños ocurre lo mismo.

    — ¿Y qué vas a hacer cuando te asquees de un sueño? ¿Huirás a otro, hasta que este te asquee, y así por siempre? ¿Hasta que ya no te queden sueños? ¿Hasta que ya no te quede nada con lo que de verdad de identificas, pues toda tu "realidad" es simplemente una huida, un escape constante, un salto de un sueño a otro, en busca de una felicidad que se torna cada vez más agria, más amarga, más vomitiva?

    Hice una pausa. Estaba elevando la voz. Sentía un nudo en la garganta por lo que iba a decir a continuación. Las lágrimas se agolpaban en mis ojos.

    — Es verdad que extraño a mis papás. Duele. Duele mucho no tenerlos a mi lado. Duele cada vez que pienso en ellos. Duele cada vez que me los imagino bajo la pila de escombros que una vez fue mi casa. Duele pensar en ese día. Duele mucho, y cientos de veces he pensado que sería mejor que eso nunca hubiera ocurrido. Que sería mejor tenerlos a mi lado. Abrazarlos, besarlos. Pero eso no es así. Ellos ya no están. Y no hay nada que pueda hacer para cambiar eso.— me detuve.— No, hay nada que yo quiera hacer para cambiar eso.

    >> Porque si eso nunca hubiera pasado, nunca podría haber viajado por el mundo. No podría haber explorado lugares increíbles, amigarme con pokémon fenomenales y únicos, batallar contra monstruosidades e incluso pokémon de leyenda, haber montado en Rayquaza, maldita sea. ¡Volé en el jodido Rayquaza! No podía haber aprendido a tocar la armónica, a hacer origami, u hornear postres. No habría podido escuchar increíbles historias, y ser testigo del desarrollo de muchas de ellas.

    Miré alrededor, a cada uno de los chicos que me acompañaban.

    — Y si eso no hubiera ocurrido, no podría haber encontrado a mi otra familia.— mi mirada se posó en Liza durante unos segundos más que el resto.— No podría haber encontrado a personas tan especiales, y que tan importantes se volvieron en mi vida.

    Volví a mirar a Zach, con intensidad. Me estaba pasando un poco quizás, pero había estado mucho tiempo callado.

    — Lo siento niño, pero no puedo aceptar tu plan. No puedo dejar que nadie más se pierda de todo lo que pudo haber vivido. Si no hubiera salido de viaje, nunca podría haber encontrado mi pasión por la investigación y por los detectives, maldita sea. Nunca podría haber encontrado un nuevo sueño, nuevas ambiciones, nuevas pasiones. Porque así somos nosotros los humanos. No nos contentamos con solo un sueño, no nos contentamos con quedarnos estancados en una realidad idílica de mentira. Somos ambiciosos, y siempre buscamos algo nuevo.

    >> Como dijo Givan. Con todos nuestros sueños cumplidos nos convertiremos en cáscaras vacías, sin nada que realmente nos llene. Nos quedaremos sin ambición, y nos asquearemos de felicidad. Y eso es un destino peor que la muerte.

    Tomé algo de aire. Estaba temblando. No miraba al resto. No quería.

    — El dolor es real. La tristeza es real. No puedes simplemente eliminarlas. Son parte de la vida. Nos hace sentir vivos, humanos. La única consecuencia que conlleva fallar cumplir un sueño es tener otra oportunidad para intentarlo.

    >> No le quitaría a nadie en el mundo la posibilidad de fallar, de sentirse triste, de sentirse perdido. No le quitaría a nadie en el mundo el verdadero tesoro de la felicidad. La razón por la cual en realidad es tan especial.

    Me quedé mirando al frente, mis puños apretados. No iba a enfrentar al resto. La verdad, tenía mucho miedo. Miedo de que estuvieran completamente en desacuerdo.

    Sorry por el tochost, había quedado muy atrás (?
     
    Última edición: 18 Enero 2021
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    MrJake

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    Zach sonrió ligeramente, con gesto algo apenado, cuando vio que Liza dijo que quería volver a soñar. Y cuando vio que Mimi le dijo que tenía razón, asintió con la mano en el pecho.

    —... os doy las gracias a ambas, chicas. Si queréis que mi plan siga adelante, y, como dice Liza, queréis formar parte de él, queréis soñar... acudid a mí. Hablaremos juntos y llegaremos a un acuerdo. Pero...

    Luego oyó a Givan y a Nikolah, y agachó la mirada.

    —Entiendo... lo que decís. Y es cierto, en parte. No comparto lo que decís de que es "una mentira"; no lo es, es tan real como los logros que conseguís sin energía. Simplemente la energía os facilita el medio. Pero sí que es cierto que acepto la crítica que me hacéis, esa crítica de que sin tristeza y sin emociones negativas, sin un camino para lograr los sueños, los sueños no tienen el mismo peso. Es cierto. Y es algo que quiero pulir. Con la energía dinamax puedo no solo daros los sueños sin más, sino daros, simplemente, el camino a seguir para lograrlo. Es cuestión de preferencia, después de todo: si alguien desea poder sentir la emoción de lograr por su propio pie sus sueños, su sueño real no es llegar a la meta, sino el camino. Así, yo les permitiré que vivan el camino, y que puedan lograrlo o fracasar, que puedan triunfar o perder, que puedan volver a intentarlo o desistir. No pretendo privar al mundo de tristeza o de sensación de realización, ni de ambición. Solo quiero dar la posibilidad de que cualquier sueño se pueda lograr.

    >> Y, aunque rechacéis también esto, aunque rechacéis mi idea de permitiros no ya entregaros en bandeja vuestros sueños, sino entregaros el camino y las herramientas para alcanzarlo... si lo rechazáis, está bien. Me parece razonable. Pero, ¿por qué queréis privar de esa posibilidad al resto de personas? Si alguien está cansado de luchar, si alguien siente que no tiene fuerzas para lograr sus sueños, si hay gente que se suicida solo porque no puede lograr algo o no puede recuperar a alguien... ¿me estáis diciendo que debo dejarles morir, que debo dejarles ahogarse en su propio dolor, cuando tengo las herramientas para solucionar todos sus problemas? Si ellos mismos me lo pidiesen, como lo ha hecho Liza... si su forma de alcanzar sus sueños es venir a mí, si ese es su "camino", si esa es su decisión... ¿por qué queréis negarle la posibilidad? ¿Por qué... tenéis que decidir vosotros si es correcto o no que ellos decidan algo? Es egoísta... yo no forzaré a nadie a aceptar mi trato, a aceptar mi energía. Y, sin embargo, vosotros acabáis de decir que queréis forzar a todo el mundo a no disponer de esta energía. Lo veáis como lo veáis, lo que se crea con la energía dinamax es real, es muy real. Mimi... Mimi lo ha dicho, y al parecer, por razones que no entiendo del todo, se ve que muchos de los presentes entendéis lo que es la disputa entre realidad y ficción, y sabéis... que todo, al fin y al cabo, ha sido creado por alguien. Si nos ha creado un dios, si nos ha creado el universo, como sea... hemos sido todos creados. Por ende, la energía dinamax es otra fuente diferente de vida, de realidad. No es distinta cualquier otra. No es menos real.

    >> Por favor, vosotros dos... no neguéis a Liza o a Mimi, no le neguéis al mundo, esta oportunidad. ¿Qué derecho tenéis...?
     
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    Hygge

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    La voz de Mimi, desencantada y frágil, hizo que dejase de mirar a Zach para volverme hacia ella. No esperé que nadie me diese la razón, pero escucharla bastó para reafirmar aún más la disparidad de emociones que sentía revolverse en mi pecho. No... teníamos derecho a jugar a ser dioses y decidir el destino del mundo. No de nuevo. No cuando no éramos más que mera energía vital, personas que nunca debieron existir, echar raíces y hacerse su propio lugar en el mundo y aún así... Lo hicimos. Desafiamos toda clase de lógica y no por ello éramos menos reales. Sentíamos, sufríamos constantemente. Reíamos, llorábamos y nos enamorábamos como cualquier otro.

    Pero no éramos más que creaciones, ¿no? No había demasiada diferencia entre nosotros y la energía dinamax. Entre... las personas que podían ser originadas por la misma.

    Nosotros habíamos revivido dos veces, ¿cierto?

    Por qué él no.


    Zach aceptó mi petición y volví a encontrar sus ojos tras la pantalla. Era... la primera vez que le veía sonreír. Una sonrisa triste, débil, pero sincera. De verdad estaba dispuesto a cumplir nuestros sueños por puro altruismo. Pero no todos estábamos de acuerdo con ello y no los culpaba... Pero no lo comprendía. Agaché la cabeza, escuchando las palabras desesperadas de Givan con inquietud. Sus razonamientos eran similares a los que habían pasado por mi cabeza, pero... no eran más que palabras. Por más que tratase de justificar lo que era correcto o no el corazón continuaría pesándome en el pecho, las heridas seguirían sin cicatrizar. Continuaríamos sufriendo. Porque éramos propensos a buscar problemas.

    Y yo estaba harta de sufrir.

    De verles sufrir a ellos.


    Abrí los ojos cuando Nikolah logró hablar y dirigió su mirada hacia mí, sobrecogida. Lo escuché mencionar el dolor que sentía por la pérdida de sus padres, apretando los dientes con cierta impotencia, y sentí de nuevo el insostenible ardor en los ojos. Era tan injusto. Todo eso. Ver el dolor en los ojos de mi familia y no poder hacer nada por evitarlo. La felicidad era algo que parecía inalcanzable para nosotros... y aún así por primera vez quería creer que era real. Que Zach nos la estaba ofreciendo en bandeja y que podíamos aceptarla sin que se desvaneciese entre nuestros dedos.

    Giré sobre mis pasos hasta encararles. A Nikolah, a Givan. A todos. Mi rostro se contrajo en una mueca amarga, y los ojos se me vidriaron apenas. Estaba tan... tan cansada.

    De todo.

    —...No lo entiendo. No entiendo por qué no podéis dejarnos ser felices —musité, llevando una mano a mi pecho. Busqué a Nikolah y le sonreí, una sonrisa entristecida y apagada—. ¿No lo has visto, cielo? Somos un imán para los problemas. Cada vez que intentamos tener una vida normal el mundo se va a la mierda y nosotros siempre acabamos en el epicentro de todo. Nos han arrebatado tantas cosas. A Emily, a Mimi, a ti. No importa qué tanto luchemos, qué sueños y anhelos tengamos... lo que nosotros en el fondo deseamos no se va a cumplir por mucho que nos esforcemos. Pero no tiene por qué ser así ahora.

    Retrocedí, de espaldas a la pantalla donde Zach presenciaba todo, y suspiré. Intercambié miradas entre él y Givan con una chispa de súplica en mi semblante.

    >>Si no lo entendéis, si no queréis aceptar la oportunidad que al fin se nos está dando está bien... Pero dejad al resto ser felices. Solo os pido eso.
     
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    Yugen

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    Mimi Honda

    Me había terminado por retirar a un rincón, cabizbaja y abrazada a mí misma. No me sentía capaz de hacer contacto visual con nadie. Mi tren de pensamiento funcionaba tan deprisa que casi había acabado por descarrilarse. Lo sucedido con Melanie... detener la Gran Catástrofe era lo que la zorra de Tau esperaba de nosotros. Nuestra creadora. La verdadera mente detrás de nuestra existencia.

    Desde que nacimos lo hicimos con el único objetivo de seguir un plan prefijado de antemano; como simples peones en un tablero de ajedrez. Desde que fuimos creados habíamos sido relegados a ser mera energía vital. Con sentimientos, con miedos, con esperanzas... pero energía vital a fin de cuentas. La energía dinamax y todo lo que era capaz de crear no era diferente a nada de eso. Era real. El sentimiento cálido que me había llenado el pecho cuando vi a los periodistas y la atención que me prestaba todo el mundo era real.

    No era invisible.

    No me sentía un fantasma.


    Toda mi vida había estado sola. Mi padre, un adinerado magnate de los negocios, siempre fue un padre pésimo. Excesivamente trabajador, centrado en sus negocios, en su empresa, en sus colegas. Pero... ¿Qué pasaba conmigo? ¿La princesita mimada y su jaula de oro? Me había criado en un mundo de plástico pensando que era una diosa intecoble y que tenía el mundo a mis pies por su propia ineptitud. Mi vida en Sinnoh, mi idílica Sinnoh, se había truncado después de su boda con aquella arpía manipuladora y el parásito usurpador de su hijo. Nada había vuelto a ser lo mismo desde entonces. Solo me distancia más y más de mis raíces, de mi familia, incapaz de sentirme parte de ella.

    Si podía atesorar aunque fuese un par de minutos esa felicidad tan esquiva... esa que se rehusaba a aparecer y quedarse hasta el punto de parecer un espejismo, quizás...

    Las palabras del chico de Gérie y de Nikolah—que había estado tan callado que ni siquiera recordaba que estaba allí—solo me hicieron encogerme más sobre mí misma como si pretendiese abrir un hueco en el suelo y desaparecer por él. Me sentía frustrada, irritada. Las palabras de todos me rayaban el cerebro, hacían el insidioso y horrendo ruido de unas garras contra un pizarrón y mi mente trataba de encontrar fallos y huecos en la lógica de Zach. Aunque una parte de mí sabía que tenían razón, que la vida sin ambiciones era una mierda, otra gran parte se preguntaba por qué. ¿Qué derecho teníamos a decidir por los demás? Si ellos eran felices así, ¿por qué entrometernos? ¿Por qué negarnos la felicidad cuando la teníamos tan cerca? ¿No era ser felices la meta de la gran mayoría de la gente? Nim, por ejemplo. Era un idiota, un completo imbécil capaz de llegar hasta las últimas consecuencias con tal de verme ganar el jodido torneo. pero... merecía ser feliz. Todo el mundo merecía serlo. Emily, Liza, Lucas, Nikolah... Alpha. Incluso el payaso de Lockhart.

    Cuando Zach mencionó nuestros nombres dejé mi espalda arrastrar por la pared como si quisiera desaparecer, como si mis piernas fuesen míseros palillos sin fuerza para sostenerme. Debería estar replicándole de alguna forma. Diciéndole que era una idea ridícula, que la felicidad debía labrarla uno mismo y no esperar que lloviera del cielo por gracia divina de Arceus. Eso era cobarde. Era ser una maldita rata cobarde.

    Pero no.

    No.

    Por qué. Por qué. Por qué.

    Estaba tan cansada y harta de todo. Estaba tan hastiada que no encontraba razones para negarme ni oponerme. ¿Y qué si era una creación a fin de cuentas? ¿Y qué si no era real en el fondo? Era mucho mejor de lo que probablemente lograrían por sí mismos. Y sin embargo, lo consideraba tan impropio de mí, tan ajeno; me veía tan débil y vulnerable que sentía asco de mí misma.

    —Yo no quiero formar parte del sueño—musité y terminé arrastrándome hasta el suelo y hundiendo el rostro en las rodillas—. Pero no me importa que el resto viva su vida como quiera vivirla. No hacerlo sería egoísta. Y estoy harta de serlo.
     
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  20.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Cayden Dunn

    Al final cerré la boca por puro autocontrol, porque lo cierto es que si había querido hablar desde la experiencia la rubia había hecho un trabajo bastante deplorable y ya bastante hastiado como para saber que cualquier cosa que dijese en respuesta no iba a tener coherencia como tal, sino que iba a estar destinado a buscar regresarle alguna de las palabras por la garganta.

    Y cosas más importantes teníamos que hacer como para perder tiempo en eso.

    Zach habló, pero no solo eso, nos lo mostró. Arlene... Shea en Sereno, todos viviendo sus sueños, sus deseos, trayendo de regreso lo que habían perdido y todo lo que hacía, lo único que podía sentir era que se me revolvía el estómago, porque sí, todo el mundo era feliz pero... ¿Desafiar incluso a la muerte? Ya eso el colmo, era demasiado y me parecía hasta un irrespeto por alguna razón, ¿por la memoria de los fallecidos? ¿Por la alteración mental de los implicados? Ni idea.
    Luego estaba el hecho de que nos había grabado como un jodido acosador, que había violado la línea de nuestra privacidad.

    La vista del chico se centró en nosotros y luego dijo algo, lo que terminó de lanzarle otra cubeta de gasolina a mi desastre ya de por sí casi fuera de mi control, y presioné los puños dentro de los bolsillos.

    Él.

    ¿Neil?


    Arrugué los gestos al escuchar a Liza y a la rubia bocona, no tenía idea de lo que había pasado con ellos, con los de Galeía ni nada, pero para ellas tenía la fuerza suficiente para que aceptaran el plan de Zach.
    Estuve a un pelo de no sé, mandar todo a la mierda y largarme de allí, pero no podía... No con Gen y Aleck allí, en el centro de todo. El discurso que soltó de la nada el primero, luego de haber estado callado tanto rato, medio me regresó el centro, lo mismo las palabras de Nikolah mientras el resto seguíamos en silencio.

    —Ojalá tener tu cerebro, Zach —empecé y no pude disimular el fastidio tampoco, como cuando le respondí a Mimi y luego hablé medio en general, aunque la respuesta iba un poco para lo que acababa de decir Liza—. No voy a negarle a nadie su posibilidad de elección, ¿quién soy para hacer semejante cosa? Si quieren los moldes, si quieren el maldito filtro rojo... Tómenlo, es razonable. Este enano vendió la idea muy bien.

    Me acerqué entonces a Gen, poniendo cierta distancia de los demás y posé la vista en Liza unos segundos, luego en la morena que habíamos despertado en la Colina del Héroe, como si no sé, tuviera alguna esperanza.

    —Pero no puedo tomar esto tampoco, no quiero recibir algo que no merezco, que quizás no merezca nunca. —Vaya sentencia deprimente Cayden, pero bueno. Me dirigí a Zach de nuevo—. Rechazo tu plan, con todas sus buenas intenciones. Quiero verlo de todas maneras, al chico.
     
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  1. MrJake
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